Capítulo 18:

Secretos de la mazmorra



-¿¡QUÉ!? – exclamaron Harry y Ron al mismo tiempo.

Ninguno podía aceptar lo que ella acababa de decirles.

-Debes haberte equivocado. Debe haber sido otro – Ron estaba levemente esperanzado.

-No. Pude verlo todo desde la puerta – dijo Hermione.

-Quizás le estaba dando las gracias por algo. Ya sabes, un pequeño beso de amistad – Harry estaba haciendo esfuerzos inútiles.

-¡NO! Os estoy DICIENDO lo que VI. Él la AGARRÓ y la SUJETÓ contra la mesa y entonces LA BESÓ EN LA BOCA – Hermione estaba angustiada.

Ron parecía que fuera a marearse y se inclinó contra uno de los lavabos.

Harry tenía los dedos de ambas manos presionados sobre sus sienes, intentando procesar lo que acababa de escuchar. Los tres estudiantes habían ido a visitar a Sirius en la habitación de Lupin varias veces, y no había ninguna duda sobre la relación entre Lupin y la bruja rubia.

-Alguien tiene que decírselo a Remus – Harry ahora estaba enfadado. Se sentía protector de su nuevo mentor, y sabía que Remus sabría mejor cómo tratar con Snape.

-Harry, no sé... –empezó Hermione.

-Harry tiene razón. Remus tiene el derecho a saberlo – Ron estaba de acuerdo.

-Vamos, puedes decirle lo que nos has contado – dijo Harry.

-¿Ahora? – preguntó.

-Ahora – dijo Harry.

Hermione sacudió la cabeza.

-Oh, por favor, no me hagáis hacerlo.

-Hermione... – empezó Ron.

-¡Díselo tú! ¡Al menos tú no tuviste que verlo! – dijo casi llorando otra vez ante el pensamiento de Lorien siendo atrapada contra la mesa.

Harry miró a Ron y luego de nuevo a Hermione.

-Bien, pero vendrás con nosotros.

Ella asintió.




Atravesaron sigilosamente el vestíbulo hacia la puerta de Lupin.

-Quizás esté dormido – dijo Hermione esperanzadoramente.

El sonido de la risa de Lupin y Black frustró sus esperanzas.

-Bien, vamos a acabar con esto – dijo Ron -. Iremos directos y tú le contarás lo que ha pasado – estaba mirando a Harry.

-¿Yo? ¿Y tú qué? – preguntó Harry.

-Es mejor que venga de ti – dijo Ron.

-Bueno, yo creo que deberías decírselo tú, Ron – argumentó Harry.

Hermione empezaba a impacientarse.

-Decidid, ya – dijo apretando los dientes.

-Bien – dijo Ron -. Sólo hay una manera de decidirlo – sacó su varita.

Harry asintió y sacóla suya mientras Hermione les observaba.

-A la de tres. Un… dos… ¡tres!

Ambos pronunciaron una plabra y agitaron sus varitas. Unas enormes tijeras aparecieron en la punta de la varita de Harry al mismo tiempo que Ron convocaba un enorme roca. Harry gimió cuando la roca permaneció inmóvil por un momento y luego despedazó las tijeras en diminutos trozos.

Hermione levantó los ojos hasta dejarlos en blanco.

-Adelante, Harry.

Harry llamó con reti cencia a la puerta. La habitación súbitamente se silenció.

-Soy Harry – dijo a través de la puerta.

La puerta se abrió un poco y Remus forzó la mirada para verles.

-¿Qué estáis haciendo tan tarde? – estaba susurrando.

-Tenemos que hablar contigo – respondió Harry.

Remus abrió la puerta y les dejó pasar.

-¡Harry! – Sirius estaba jubiloso -. ¡Y Ron y Hermione también!

-¿A qué debemos el honor? – preguntó Remus con un mohín de solemnidad, inclinándose ante Harry.

Los tres amigos se miraron unos a otros con incredulidad.

-¡Estáis borrachos! – Hermione fue la que habló primero.

-Nah! En realidad no. Deberíasabernosvistoaceunaora – la forma de hablar de Black no hizo mucho a su favor.

Lupin se unió, señalando a Black.

-Él esta borracho. Yostoy sólo ligeramente ebrio.


Harry, Ron y Hermione no sabían si estar horrorizados o bien divertidos al ver las condiciones en la que estaban Remus y Sirius. Hermione recogió la botella vacía de la mesa.

-¿Es esto lo que habéis estado bebiendo? – dijo mirando de reojo la botella desagradablemente.

Black le respondió:

-Sí. Cosa buena, esa. La solía beber con tu padre, Harry – frunció el entrecejo -. De peso ligero, tu padre.

Lupin asintió dándole la razón.

-Sirius podía beber siempre el doble que nosotros debajo de la mesa – rodeó con el brazo a su amigo orgullosamente -. ¿Qué queríais?

Ron le lanzó una mirada de aviso a Harry, que la entendió enseguida.

-No es nada. Volveremos en otro momento.

-¡Tonterías! Sacálo – Lupin ondeó su brazo dramáticamente.

Harry tuvo una sensación de inquietud si les decía a los dos hombres ebrios lo que había pasado. No tenía ni idea de cómo reaccionaría, especialmente ante lo que habían estado bebiendo. Hermione apareció en su rescate.

-Sirius ¿hay alguna posibilidad de que podamos hablar con Remus a solas? – preguntó amablemente.

-Vale. Sé cuando no me quieres – Sirius fue hacia la puerta.

-¿Adónde vas? – preguntó Ron.

-A fuera – le sonrió y atravesó la puerta, cerrándola detrás de él.

-¡Ron, asegurate de que no le vean! – le dijo Hermione.

Ron fue tras Sirius.

-Um, Remus – empezó Harry -. Ven, siéntate.

-De acuerdo – se dejó caer en el sofá y les miró esperando -. ¿Sí?

-Um, Remus, Hermione vio algo esta noche que pensamos que deberías saber.

-¿De verdad? – preguntó él.

-Sí, um, esto va a chocarte un poco – empezó Harry.

-¿Sí? – Lupin sonó un poco aturdido.

-Remus, siento mucho tener que decirte eso. Es sobre Lorien.

-¿Lorien? – Remus parecía desconcertado.

-Sí – Harry miró a Hermione que le hizo un movimiento para que acabara con ello -. Um, bueno, ella estaba en las mazmorras esta noche con Snape – dijo Harry sintiéndose incómodo.

-¿Estaba allí? – Remus parecía inquieto.

-Sí – Harry que Lupin dejaba caer la cabeza.

-Remus, lo siento, pero Hermione le vio agarrarla y besarlo. Pensemos que debías saberlo – Harry lo dejó ir de golpe.

Hermione le lanzó a Harry una mirada de preocupación. Lupin no podía siquiera mirarles.

-Remus, lo sentimos – añadió -. Sabíamos que te disgustarías... ¿Remus?

Lupin se había desmayado.



Ron regresó corriendo un momento después.

-Le perdí. Se transformó y no pude seguirle – estaba sin respiración.

-¿Hacia dónde fue? – preguntó Harry.

-Dijo algo sobre tomar aire fresco y estirar las piernas. Creo que se dirigía hacia el bosque – jadeó Ron.

-¡Oh, no! – exclamó Hermione.

-Hermione, ves a por Lorien y haz que vea a Remus – le ordenó Hary.

-Harry, no creo…

-Estará bien, sólo ve a por ella – la tranquilizó Harry -. Ron y yo iremos a por Sirius.

-¡Harry, no puedes! – gritó.

-Si vamos ahora podremos alcanzarle antes de que llegue muy lejos. Vamos, Ron – Harry se dirigió a la puerta.




Hermione corrió nuevamente por el vestíbulo. Fue hacia las habitaciones que sabía que eran de Lorien en la enfermería y llamó a la puerta.

Pasó un momento antes de que Lorien respondiera y abriera la puerta vestida con una bata púrpura.

-¡Hermione! ¿Estás enferma? – preguntó preocupada.

-No – jadeó la joven bruja -. Es Remus... Está bebido... se ha desmayado.

Lorien entró en la sala de la enfermería y Hermione la siguió.

-¿No está Sirius con él? – preguntó.

Hermione le explicó lo que había pasado.

-¿Ellos qué? – Lorien no podía creer lo que acababa de escuchar.

-Fueron a ver si podían alcanzar a Sirius – repitió Hermione.

Lorien gimió.

-Muy bien, vamos a ver a Remus y así podrá ayudarme a traerlos de vuelta – cogió unos frascos de las estanterías de la enfermería y corrieron por el vestíbulo juntas.





Las dos mujeres encontraron a Remus inconsciente en el sofá. Lorien cruzó la habitación y entonces se arrodilló a su lado. Le echó el cabello hacia atrás y le habló.

-¿Remus? – le sacudió un poco -. ¿Remus? – le sacudió más fuerte.

Se volvió para hablar a la niña a su lado y se dio cuenta del modo inquieto en que la estaba mirando.

-¿Cuánto han bebido? - Lorien miró por la habitación.

Hermione le indicó la botella vacía de la mesa.

-Estupendo – dijo Lorien.

Lupin se revolvió.

-Remus – Lorien pronunció su nombre otra vez.

Sus ojos parpadearon abiertos y le llevó un minuto focalizar a Lorien – Hola, cariño – le sonrió.

-¡Remus, siéntate! Ven, ayúdame – le dijo Lorien a Hermione.

Hermione la ayudó a poner derecho al profesor ebrio y gimió cuando tiraron de él para ponerlo en posición de sentado.

-Ven, Remus. Bébete esto – le acercó un frasco.

-¿Qué es esto? – preguntó observando el frasco pequeño verde.


-Te pondrá sobrio – respondió Lorien.

Gimió de nuevo.

-No creo que…

-Bébetelo, ahora – no le dio ninguna elección.

Lupin hizo lo que le ordenaba y se le alargó el frasco vacío. Hundió la cabeza en sus manos y gimió en alto otra vez.

-Espera, durará un minuto – le tranquilizó Lorien.

Después de un minuto, Remus levantó la vista.

-¿Mejor? – preguntó Lorien.

-Mucho mejor. Gracias – miró a su alrededor -. ¿Dónde está todo el mundo?

Hermione le explicó lo que había pasado.

Lupin se puso en pie de un salto.

-¡Idiota! Espera a que le ponga las manos encima.

Agarró su varita y su capa y se dirigió hacia la puerta. Lorien transformó su bata en ropas de diario. Cogió una capa más.

-Quédate aquí, Hermione, en caso de que alguno regrese – le dijo Remus.





Lupin salió a paso furioso y Lorien corrió para alcanzarle. Llegaron al borde del bosque rápidamente y se detuvieron para decidir qué camino tomar.

-Lumos – Remus iluminó el camino delante de ellos -. Por aquí – él fue delante.

Caminaron en silencio por algún tiempo y entonces Lorien habló.

-¿De todas formas qué estaban haciendo los chicos en tu habitación a estas horas, Remus?

-En verdad no lo sé – dijo él.

-¿Qué? – preguntó ella.

-No me acuerdo – frunció el entrecejo -. Espera, dijeron algo de que tenían que contarme algo importante.

-¿Qué era tan importante que no podía esperar hasta mañana? – se preguntó Lorien en voz alta.

-No lo puedo recordar – se encogió de hombros -. Hermione dijo algo de las mazmorras... No lo sé. Debe haber sido cuando me desmayé.

El corazón de Lorien se aceleró. Temía saber lo que Hermione había visto. Eso explicaría el modo en que la joven bruja la había mirado antes. Tendría que ser ahora ella la que debería contárselo a él. No era una idea que le gustase, pero sería mejor que aquello saliera de ella y no de los chicos.

Se escuchó el chasquido de una rama delante de ellos. Luego otro.

Remus alzó su mano para detener a Lorien. Puso un dedo sobre sus labios para indicarle que debían permanecer en silencio y entonces susurró:

-Nox.

La luz se apagó.

Otra rama chascó más cerca, y luego otra

-¡Au! Vigila – susurró una voz.

-¡Vigila tú! – un segundo susurro.

-¿Harry? ¿Ron? Lumos – la luz volvió y desveló algo.

-Yo también creí haberlos oído – Lorien parecía sorprendida.

-Estaban aquí – Remus hizo una buena suposición y su mano se acercó a la capa. Se la quitó a los dos chicos.

-¿Qué creéis que estáis haciendo aquí fuera? – les preguntó Remus con severidad.

Harry y Ron recordaron sólo raras veces haber visto a Remus enfadado, pero el profesor obviamente estaba enfadado ahora.

-¿Qué estabais pensando? ¿No sabéis que es peligroso? – continuó.

-Tratábamos de detener a Sirius - respondió Harry.

-¿Le habéis encontrado? – preguntó Lorien.

-Le perdimos. El perro era demasiado rápido – Ron miró a sus pies.

-Bien, volved a la escuela. Es tarde y debéis iros a la cama – habló Lorien antes de que Remus pudiera hacerlo otra vez.

Harry miró a Remus.

-Lo sentimos. Sólo intentábamos ayudar.

La expresión de Lupin se suavizó un poco.

-Ya hablaremos sobre ello por la mañana. Ahora marchaos.

-¿Y Sirius? – preguntó Ron.

-Sirius puede cuidar de sí mismo, no te preocupes – les tranquilizó Lupin.

Los cuatro volvieron de regreso al castillo.






Sirius estaba disfrutando su retozo nocturno inmensamente. Había estado encerrado en la habitación de Lupin durante días y se sentía bien de poder estar fuera. Echó a correr por el bosque de un modo que cubría una gran distancia en corto tiempo.

Mientras corría, su cabeza empezó a aclararse y empezó a preguntarse por primera vez si sería sensato aventurarse a ir tan lejos en el interior del bosque. Frunció el ceño dentro de su mente. Le había parecido una buena idea en un tiempo.

No era que tuviese miedo, ya que las guaridas del bosque ocultarían al enorme perro bastante, pero no era estúpido y sabía que no debía arriesgar su suerte.

Sirius estaba a punto de regresar cuando sus orejas caninas alcanzaron el sonido de voces humanas delante de él.

Preguntándose quiénes podrían ser los que se habían sumergido en el bosque a esas horas de la noche, la curiosidad de Black pudo con él y se deslizó más rápidamente entre los árboles.




Lorien y Remus vieron cómo Harry, Ron y Hermione regresaban sin problemas a la cama, y entonces fueron a la habitación de Lorien y ella preparó una tetera de té mientras aguardaban a que Sirius regresara.

-¿Crees que estará bien? – preguntó.

-Sí, estará bien. Hasta que le ponga las manos encima – Lupin le sonrió.

Lorien desvió rápidamente la mirada y miró hacia el té.

-Qué bien que los chicos no se hicieron daño – dijo dándole la espalda.

-Y qué lo digas. Sirius, Harry, Ron y yo habríamos sido todos expulsados – meditó Remus -. ¿Me preguntó qué era lo que Hermione iba a contarme sobre lo que vio en las mazmorras?


Lorien dejó las tazas de té y se giró suspirando hacia él.

-Creo que sé lo que vio – dijo lentamente.


-¿Ah sí? ¿Cómo podrías saberlo? – preguntó Remus.

-Estoy dispuesta a apostar que me vio a mí – continuó Lorien.

-Pero no vendría a buscarme a medianoche por eso – dijo Remus, sacudiendo un poco la cabeza.

Lorien se armó de valor.

-Podría ser que le hubiera visto besarme.

-¿¡QUÉ!?

-Pensé que debía decírtelo – hablaba muy lentamente.

-¿¡EL QUÉ!? ¿No te haría daño, no? – Remus rápidamente fue a dónde ella estaba y puso sus manos en sus brazos. Estaba furioso.

-No. No, claro que no – Lorien no podía mirarle.

Remus hizo un ademán de marcharse.

-Le mataré.

Lorien se alarmó.

-¿Dónde vas?

-A buscar a Snape – gruñó Remus.

-Remus, espera. No está allí. Déjame explicarte lo que pasó. Ven, siéntate conmigo – le señaló el sofá.


Remus le dirigió una mirada interrogante, pero se sentó.

-¿Asumo que sabes que Severus es… era…un mortífago? – inquirió ella.

-Sí – respondió él, sin sentirse mejor ante la idea de que un mortífago había tocado a Lorien.

-¿Entonces sabes que él era una espía para Dumbledore? – continuó.

-Sí – Remus se preguntaba a dónde quería ir a parar.


Lorien le contó que Snape iba a regresar junto a Voldemort esa noche, y el gran riesgo que corría.

-¡Por las barbas de Merlín! ¡Eso es un suicidio! – exclamó Lupin.

-Eso fue lo que yo dije – respondió Lorien -. Intenté convencerle, pero él dijo que tenía que aprovechar la oportunidad. Había mucho que ganar si tenía éxito. Decía que era el único modo de poder vivir consigo mismo.

Remus estaba sorprendido ante lo mucho que Lorien conocía sobre el enigmático Slytherin.

-¿Así que ahí es dónde fue? – preguntó.

-Sí. Estoy muy preocupada, Remus – dijo Lorien.

-¿Y dónde sale la parte del beso? – Lupin esperó no haber sonado mezquino después de escuchar por el peligro que estaba pasando Snape.

Lorien intentó explicárselo tan bien como pudo.

-Me preguntó si éramos amigos antes de irse y yo le dije que sí. Le rogué que tuviera cuidado, y se dio cuenta de que alguien se preocupaba por lo que le pasase. Creo que aquello era un poco abrumante y que él reaccionó ante una situación cargada emocionalmente.

Remus frunció en entrecejo un poco.

-Así que él sólo… ¿te besó?

-Sí, y entonces simplemente se fue – la mayor parte era verdad.

-¿Y tú qué hiciste? – Remus tenía curiosidad.

Lorien fue selectiva con su respuesta.

-En realidad me pilló por sorpresa, y cuando me di cuenta se había ido. No supe qué hacer así que tan sólo lo dejé – en parte era verdad.

-¿No dijiste nada? – Remus parecía dolido.

-Remus, el hombre pude estar dirigiéndose hacia su muerte.

A Lupin no le gustó, pero estaba empezando a entender cómo había podido pasar. Se puso a sí mismo en el lugar de Snape, a punto de correr el riesgo de su vida y de cara a esa agradable bruja que obviamente se preocupaba por él. Él habría actuado igual si hubiera pensado que puede que no volviera a verla otra vez.

-Bueno, no puedo decir que esté contento. No me gusta la idea de que te tocase – el enfado de Remus estaba amainando, pero todavía estaba apunto de estallar bajo la superficie.

-No esperaba que te gustase – le dirigió una pequeña sonrisa.

-Pero supongo que puedo entender cómo pudo pasar – admitió con reticencia.

Ella acarició su mejilla.

-Gracias por tu comprensión, Remus.

La atrajo hacia él.

-Todavía no me gusta. Lo dejaré pasar esta vez, pero si te vuelve a poner una mano encima, Lorien...

Lorien puso un dedo sobre sus labios para silenciarlo y entonces le besó, tranquilizadoramente. Sin saber si era por el bien de él o por el suyo, no estaba segura.



Notas de la autora:

Os habréis dado cuenta de que estoy dejando a H, R & Hr llamar a Remus por su nombre de pila, ya que obviamente han pasado mucho tiempo con él y Sirius. Se refieren a él como Profesor Lupin cada vez que están en clase o rodeados de otras personas.


Notas de la traductora:

*Momento de comentarios a los reviews breve* Ya veo que la escena Snape/Lorien ha creado polémica.... *lol*

Alpha, Arabella & Rinoa: Que Snape le haya robado un beso no significa que vaya a robarle a Remus la novia je je je Claro que *cof-cof* Lorien nunca dijo que fuera novia de Remus *evil-evil-evil*

Nyaar: Me pregunto por cual capi irás ahora del fic jejeje Casi tengo miedo de que leas el último...

Akane Wakashimatzu: Por eso decía yo que me sonaba mucho tu nombre: yo crecí con Captain Tsubasa (Kojiro es mi hombre ideal), además que fue esta serie la que me hizo escribir mi primer fanfiction ^^

Hapott86: Mmm... para spoilers tendrás que echar un vistazo a la versión original del fic (mi cuello se jugaría mucho si te dijera quién acaba con quién ^^UU)

Melliza: *cof-cof* -Algunas- tendrían que tomar ejemplo de ti... *Irene se lanza de lleno al lago de Hogwarts al ver aparecer a las fans de Remus*

Gwen de Merilion: *Irene se zambulle de nuevo en el lago negro al ver que detrás de Rinoa, Alpha y Arabella va Gwen alzando amenazadoramente el palo de su fregona*

PadfooT: Pues aquí tienes la tan esperada actualización XD

Lynn: Besotes por escribir de nuevo (y porque no sé qué más decirte ^^U).

Espero que hayáis empezado el año con el pie derecho ^__- (¿Y sabéis que este fic está siendo traducido también en francés? Wicked!!! ^^ Nytd, we love you! XD)