Disclaimer: Los personajes, a mi muuuy pesar, no me pertenecen: pertenecen a Rowling (su genial creadora) y a la Warner (y tb a otras compañías). Solo la presente historia me pertenece ^^

~~Taking Care Of You~~

Capítulo uno: New Girl.

Hermione se encontraba boquiabierta, escuchando al muchacho hablar. Cuando éste terminó, la chica parpadeó unas cuantas veces sin querer decir alguna palabra.

- ¿Quieres decir…quieres decir que él mató a mis padres? ¿Así…así de fácil? – tartamudeó – - Sí, Granger. Siempre fuiste una mujer fuerte, que asumió las dificultades de la vida de una forma valiente y espero que ahora no te des a ti misma una mala reputación.

La chica tragó saliva con dificultad. ¿Una mujer fuerte? Tal vez sí, tal vez había sido una mujer fuerte, pero la parecía demasiado imposible tragarse ahora las lágrimas, después de todas las tragedias que había escuchado. Era cierto que no recordaba a sus padres en éstos momentos, pero eran sus padres, los que la engendraron, los que la cuidaron, los que la amaron, los que le brindaron un hogar… Y ellos habían muerto a manos de un mago que simplemente había querido dominar el mundo.

- ¿Quieres un pañuelo? – el rubio le había tendido un pañuelo de papel, mientras la miraba otra vez con esa mirada de ternura –

La chica no lo aceptó, y movió las manos alejando el pañuelo de ella. Sentía un nudo en la garganta, pero ni pensaba llorar enfrente de un desconocido. Después de todo, ahora que tenía "anmesia", o como se llamara, nadie la parecía conocido. Se sentía sola en el mundo, y no iba a humillarse de esa forma, llorando para ser el espectáculo de aquel rubio que la miraba de esa forma.

- ¿Puedes dejarme sola? – le ordenó, más que preguntó, la muchacha, en un tono que no tenía nada de amistoso –

El chico la miró desconcertado unos segundos, pero luego dio un suspiro y se levantó de la cama de la chica, para dejarla sola:

- No te parezcas tanto a mí, Granger – le dijo, sonriendo de una forma maliciosa y que le ponía los pelos de punta a Hermione –

Ésta vez la chica lo miró desconcertada, pero Draco ya había hecho lo que ella le había pedido, y ella tuvo que conformarse con mirar unos segundos la puerta por la que el rubio chico había desaparecido, pensando en todo lo que le había pasado últimamente.

Hermione…Granger. "Fuiste una mujer fuerte" "Una auror" "Una bruja" "La primera en tu clase" "Una total sabelotodo"…, las descripciones de su antigua identidad le llenaban la cabeza, torturándola. Parecía ser que la antigua Hermione le había dejado la vara demasiado alta a la nueva Hermione que, para ser precisos, ya no recordaba ni un solo conjuro, ni una sola poción…y menos el nombre de algún individuo. "No te des una mala reputación" le había dicho el rubio ("Draco se llamaba").

¿Una mala reputación? Era bastante difícil saber cómo darle una buena reputación a la antigua Hermione, porque la nueva Hermione no sabía nada de nada. No sabía como habría actuado la antigua Hermione en diversas situaciones, y esto era lo que más la incomodaba.

¿Cómo pretender que conocía a todas aquellas personas, si en realidad no sabía con quienes estaba hablando? ¿Cómo corresponderle al afecto que los demás le demostraban?

Era mucho pedir para la pobre Hermione. Y recordar los trágicos incidentes que Draco le había contado, no hacía más que empeorarlo. En cierta forma, ella le tenía cierto miedo a ese tal Draco, pues éste le había confesado que había estado un tiempo a los servicios de Voldemort ("Ja, ¿El Innombrable?"). Pero, que había cambiado de opinión, y se había cambiado al 'bando de los buenos'. ¿Y si mentía? ¿Y si era solamente un espía? No…era mejor no pensar en cosas así. No debía ser tan desconfiada. ¿La antigua Hermione hubiera tenido dudas sobre la veracidad de las palabras de Draco Malfoy? Él parecía una persona muy seria y respetable, y seguramente la antigua Hermione Granger habría confiado plenamente en sus palabras. Y, bueno, si la nueva Hermione no estaba en lo correcto, al carajo. Era la nueva Hermione, y haría las cosas a su manera.

Por lo pronto, lo mejor que podía hacer era dormir: y en eso se concentró, dejando la mente en blanco y cerrando los ojos, implorando al sueño que volviera, porque quería dejar de pensar en todas las cosas que habían estado llenando su mente.

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Ese día la casa de los Weasley era la casa más triste y lóbrega de toda Inglaterra. Tal vez en otros tiempos se hubieran podido escuchar risas, chillidos de diversión o alegría, comentarios absurdos, infantiles pero divertidos. Pero en esa ocasión nada de eso alegraba el ambiente; el aire se llenaba de tensión y preocupación.

La familia y el siempre invitado Harry Potter se hallaban comiendo, cada uno en silencio, sumidos profundamente en sus diferentes pensamientos. La monotonía parecía estar adueñándose del lugar: cada uno pinchando sus papas, luego sus carnes, para unos segundos después llenarse con un trago de jugo de calabaza.

- ¿Por qué? ¿Por qué ella? – dejó de repente Ron, rompiendo la monotonía –

Unas lágrimas corrieron por sus mejillas.

- Ella…ella nos trata como si no nos conociera. Como si no supiera todo por lo que juntos pasamos, todas las cosas que hicimos, todas las experiencias que tuvimos que pasar… - Vamos, Ron, no es su culpa – intentó sonreír Fred (cosa que no logró – - Sé bien que no lo es, Fred – dijo Ron, irritado –; pero es injusto. Es injusto que ella haya tenido que perder la memoria, ¿por qué no Draco, por qué no los cerdos de Crabbe, o de Goyle, o la idiotita de Pansy Parkinson?

El silencio volvió a reinar el comedor de los Weasley.

- No fue culpa de nadie lo de esa noche, Ron. Nadie lo quiso – se aventuró a decir Harry – - Por supuesto que nadie lo quiso, Harry – dijo de repente de una manera muy agresiva Ron –. Pero es injusto. Es injusto que magos como el Innombrable puedan destrozar así de fácil las vidas de tantas personas. Porque lo que tiene Hermione ahora no se le puede llamar vida, ¿entiendes? ¡Ella no sabe quien és! – terminó gritando Ron, levantándose precipitadamente de su asiento, para correr segundos más tarde al segundo piso, encerrándose en su cuarto con un portazo –

Arthur y Molly se miraron preocupados. Arthur corrió su silla, como dando a entender que iría a hablar con su hijo menor.

- No – dijo Ginny, de una forma que sonaba muy decidida –, padre. Mejor deja las cosas como están. Ron tiene…Ron tiene que aceptarlo – se enjuagó una secreta lágrima –, y tiene que aceptarlo solo, tal y como todos debemos hacerlo. Ya no somos niñitos. – se volvió a restregar los ojos, se rascó la frente en un gesto de nerviosismo, hizo ademán de decir otra cosa más, pero se quedó callada, bajando la cabeza.

Arthur no dijo ninguna palabra, pero corrió la silla, ésta vez acercándola a la mesa, como dando a entender que aceptaba la opinión de su hija.

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Albus Dumbledore, Severus Snape y Minerva McGonnagall se hallaban cenando calladamente en uno de los tantos restoranes de Hogsmeade. Nadie decía una palabra, y cada uno se guardaba sus pensamientos e inquietudes para el final.

Cuando por fin cada plato se vació, y llegó el mozo con otra botella más de vino ("Un placer muggle que todos los magos debemos aprovechar" según Dumbledore), McGonnagall carraspeó, dando a entender que era hora de ponerse de acuerdo.

Dumbledore se rascó un poco la cabeza antes de hablar.

- ¿Y bien? ¿Qué les parece a ustedes que es lo mejor? - Obviamente ella no puede seguir con la vida que antes tenía – dijo pausadamente Snape –. Mejor que se olvide del asunto de ser auror, porque un auror con amnesia no sirve ni en Alaska. - Pero ella tiene capacidades mentales innatas, Severus, y creo que eso deberíamos tomarlo en cuenta. – interrumpió Minerva – Ella hizo estudios y esfuerzos enormes para llegar a ser auror, y es simplemente ilógico que le demos la espalda. Si Hermione recuperara la conciencia en éste mismo instante, creo que nos reclamaría por no darle la oportunidad de ejercer lo que ella más quiso. - Es comprensible – comentó Dumbledore – - Es lógico, Albus, lógico – corrigió Minerva – - Como sea – dijo Snape –. Entonces, ¿pretenden arriesgarse a tener un auror que no sabe quien es Voldemort, ahora que él ha perdido fuerzas pero aún sigue teniendo el apoyo incondicional de sus fieles aliados?

Un escalofrío recorrió la espalda de la siempre imperturbable McGonnagall. No quería recordar que Voldemort había ganado aliados, no quería recordar que toda la comunidad mágica ("y también la muggle") vivía en constante peligro de ser atacada por Voldemort, por los mortífagos, o por los dementores (que se habían aliado con el Innombrable). Era una suerte, ahora que lo pensaba, tener a Hagrid y a los gigantes de su lado.

- Creo que debemos darle una oportunidad a Granger, Severus. – dijo tranquilamente McGonnagall – Es todo lo que pienso. - Bien. Acepto tu proposición, Minerva – dijo Dumbledore - ¿Severus?

Éste titubeó unos momentos. Luego, de mala gana, dijo en entre dientes:

- Está bien. Pero solo con una condición: si Granger va a volver a aprender a ser un auror, que lo aprenda como Dios manda. - ¿Cuál es tu sugerencia, Severus? - Draco Malfoy, Albus, Draco Malfoy – dijo el hombre de pelo grasiento. – Solo aceptaré que Granger ejerza como auror, si aprende a ser auror con un auror de primera. Me opondré de buena gana si pretenden que Potter o Virginia Weasley sean sus tutores. - ¿Draco Malfoy? – preguntó fríamente Minerva – Mira, sé que fue tu alumno favorito y siempre lo será, pero Malfoy nunca se llevó bien con Hermione Granger. ¿Qué pretendes, entonces? ¿Qué en vez de enseñarle, se coloquen a pelear? - Te equivocas en eso, Minerva – interrumpió Dumbledore –. Yo opino que Draco Malfoy hará un excelente trabajo como tutor de Granger, y sé que él es una persona madura y sabrá sobrellevar las asperezas que pudo haber tenido con Granger. Y ella… ella simplemente no las recordará – rió un poco Dumbledore. Snape y McGonnagall se mantuvieron severos, sin encontrarle la gracia –. Vamos, profesores, deben tomarse esto con una pizca de humor. Ya saben que el medimago dijo que ella no tardaría más de seis meses en recuperar la memoria. - Tal vez eso lo dijo el medimago, pero él no es el más apropiado para decirlo. El hechizo desmemorizador que Voldemort le lanzó a Granger no era uno suave – dijo en tono frío Snape – - Y eso sin contar el golpe en la cabeza que la señorita Granger recibió. No lo sé, Albus, pero creo que esto no es un asunto para nada gracioso. – dijo, también en tono frío, Minerva – Yo no le pronostico a la señorita Granger el que pueda volver a recuperar su memoria.

Dumbledore asintió, acomodándose las gafas medialuna.

- Pues…entonces, está decidido, ¿no? Draco Malfoy será el tutor de Granger, pues necesitamos a esa muchachita tan inteligente como una de nuestros aurores. – dijo Dumbledore, medio sonriendo – - Está bien, lo acepto – dijo de mala gana ésta vez McGonnagall – - Y yo también – dijo Snape, sonriendo para sus adentros. Con amnesia o no, Hermione Granger nunca había sido una de sus alumnas favoritas. Tal vez Draco Malfoy podría enseñarle unas cuantas cosas valiosas. –

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Hermione sintió como una mano se posaba en su frente. Entreabrió los ojos, y se encontró con que una mujer vestida de blanco la observaba.

- Buenos días, señorita Granger. ¿Cómo amaneció?

Hermione parpadeó un poco antes de asentir.

- ¿Tiene hambre?

Ésta vez Hermione asintió con un poco más de ganas. Después de todo, ¡no recordaba cuando fue la última vez que había comido! La mujer, que al parecer era la enfermera, le sonrió dulcemente. Hermione miró a su lado, en su mesita de noche había una bandeja con una comida que olía deliciosamente bien. La mujer la hizo sentarse, le colocó unas cuantas almohadas detrás de la espalda y le colocó la bandeja encima de las piernas. Hermione miró su comida con gusto.

- Gracias – susurró – - De nada – le sonrió la mujer –. ¿Quieres leer algo mientras comes? - Tal vez – dijo Hermione, masticando un pedazo de pollo ("Esto está endemoniadamente bien") –

La mujer volvió a sonreír, y sacó de un estante al otro lado de la habitación, unos cuantos ejemplares de Corazón de Bruja y El profeta.

- Espero que no te aburras. Ahora debo irme.

Hermione asintió, mientras intentaba tragar un poco de arroz.

Miró las revistas a su lado. El Profeta tenía como portada una enorme foto de una mujer de enmarañados cabellos que se le hacía demasiado familiar. Miró debajo de la foto en blanco y negro (que se movía, haciendo que la mujer de espeso cabello saludara a Hermione una y otra vez), y leyó algo que la dejó en blanco "Hermione Granger, importante auror del Ministerio De Magia, fue atacada ayer a las 3 de la madrugada, por el Innombrable y sus Aliados"

La chica se quedó de una pieza. ¡Era ella!

Dejó de comer y agarró El Profeta con fuerza. "Sigue en A-19" decía el periódico.

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Ronald Weasley estaba sumido en la depresión.

Los recuerdos se le venían a la mente, torturándolo. Su amiga, su mejor amiga, su única amiga, a quien él admiraba, había sido atacada por el Innombrable. Pero eso no era todo: había quedado con amnesia. Ella no recordaba nada de su pasado, y por tanto no recordaba nada de lo que él pudo haber sido en su vida.

Ella lo había tratado de una forma fría e insensible que le había dolido demasiado. ¿Por qué? ¿Por qué ella? ¿Por qué la vida no pudo haber continuado, perfecta como era, sin el ataque que Hermione había sufrido hace dos días atrás?

Todo había sido tan hermoso antes del ataque: Hermione, Harry y él se habían graduado, y habían continuado su amistad. Se visitaban frecuentemente, solían salir juntos a comer o a bailar. Ginny se había integrado al trío, ahora que ella tenía cierto 'romance' con Harry. Por su parte, Ron no tenía a nadie especial en mente, pues solo consideraba a Hermione como una amiga. Pero no una amiga cualquiera: una amiga que muchos desearían tener, una amiga que siempre estuvo ahí para ayudarlo, una amiga que nunca se dio por vencida, una amiga en la que se podía confiar, una amiga, amiga de sus amigos.

Y esa Hermione se había evaporado de la noche a la mañana, esa Hermione ya no existía. Saber que Hermione seguía viva pero no identificaba a sus amigos por sobre sus enemigos, era peor que pensar que Hermione estaba muerta.

"Espera, no digas eso Ronald Weasley" se reprendió a sí mismo.

Era solo que no sabía como seguir viviendo sin la ayuda de Hermione, sin el apoyo de Hermione, sin los consejos de Hermione, sin los comentarios de Hermione, sin las peleas de Hermione, sin los conflictos de Hermione, sin los abrazos de Hermione, sin las sonrisas de Hermione, sin la sabiduría de Hermione, y sin Hermione misma.

Harry y Hermione eran todo para Ron: no iba a soportar vivir sin Hermione – porque la joven que había despertado esa mañana en una camilla del San Mungo no era la Hermione que él tanto apreciaba –, así como no sabría soportar vivir sin Harry, o vivir sin su familia.

Y sintió de nuevo como los ojos se le humedecían, y una lágrima volvía a asomarse y recorrer su mejilla.

Era mejor ser fuerte: si Hermione hubiese estado ahí, le habría dicho que lo mejor era ser fuerte y aceptar que las cosas habían cambiado. Tal vez no era la misma Hermione a la que él estaba acostumbrado, pero era Hermione al fin y al cabo. Y no podía abandonar a su amiga ahora, ahora cuando más necesitaba a sus amigos.

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Hoa!!! =P

Como estan todos?? bueno, espero k super bien… la verdad es k la inspiracion me llegó seguidito, y pude bajar el segundo capi muxo antes de lo k esperaba (¡un dia despues! Jaja)… asi k espero k lo disfruten, lo hice un poco mas largo, obvio, pk el anterior era solamente de introduccion: ahora se viene la accion d lleno, aunke este capi tambien es mas o menos explikativo (aunke se k aun kedan muxas dudas en sus cabecitas… jeje ^^)

En fin, k no los lateo más… ^.^

Respondo ReVieWs:

Star Ariala: Wow! Me has halagado demasiado… jiji ^^, y no sé komo agradecertelo, pk gracias a ti (y a todos los demas k me mandaron review), pude lograr k la inspiracion llegara a mi cabecita asi d rapido komo para subir este capi un dia despues d haber subido la intro.. ^O^..jeje, en serio, te agradezo demasiado n________n, y espero k este segundo capi sea tambien de tu agrado. Lamento k no hayan muxas escenas draco-herm, pero… ya habrán, ya habrán ^.^ [[un besito]]

Melianay: pues… tienes razon, ella esta un poco insensible, pero tienes k comprenderla, mujer ^^… si despertaras de repente en un hospital, rodeada de gente desconocida para ti, te sentirias tan sola en el mundo k no atinarias a corresponder el afecto k te dan, no? Bueno… tal vez mi actitud por lo menos seria parecida a la de hermi, pero en fin, no te preocupes, k en los proximos capis trataré d hacer a una hermione un poco mas dulce – tal como era antes –, te parece? ^^ besote…

Ross Malfoy: claro k era introduccion n_______n, no acostumbro a escribir capis tan cortitos, jeje … y aki tienes tu recompensa: he hecho un capi un pokito mas grande, pero como no puedo terminar la historia en un capi.. jeje XD, pues tengo k ir haciendo algunos capis mas cortitos k otros… en fin, espero k este capi te haya gustado y k **porfavor** no hayas kedado con gusto a poko ^^

Luna Wood: weno, como te habras dado cuenta he intentado solucionar algunas de tus dudas en este segundo capi, y lamentablemente no te puedo responder todas tus preguntas ahora ^^, pk tienes k esperarte a leer los siguientes capis, ok? ¬¬U.. solo puedo responderte k herm, en su pasado, no tuvo 'compromiso amoroso' con nadie (excepto tal vez por krum.. jiji..pero eso lo verás + tarde)…ahora, sé k te encanta la idea d un DHr … pk… ¡¡¡a mi tb me encanta!!! De hecho, es mi tema favorito pa hacer fics.. jiji.. y no te preocupes, k este fic no es una excepcion a la regla n__n

Draco Girl: k bueno k tenga toda tu atencion ^^ (aunke sea de momento ¬¬)..en fin, espero k este capi tb te haya gustado, y k sigas creyendo k tiene buena pinta n_n [[besote]]

Les agradezco a todas sus ReVieWs, y espero k las demas personas se animen y me manden unos cuantos también!! ^^ jiji, se los agradecería muxoooooo ¬¬U

Besitos

Xeidiz