Disclaimer: Aunque esté cansada de repetirlo, soy una chica buena ^^, y seguiré las normas: Los personajes no me pertenecen…, sí, bla bla bla.. ¡¡mejor me convierto en una chica mala =D!! A pesar de todo, los personajes siguen sin pertenecerme... ¬¬
~~ Taking Care Of You ~~
Capítulo dos: Sensatez.
Hermione terminó de leer el artículo sobre ella en El Profeta, sin saber qué pensar ni decir.
Era más o menos lo que le había explicado Draco Malfoy, aquel chico rubio. La rabia la invadió por completo al recuerdo de Voldemort, el Innombrable. Era un idiota. Un idiota que ella ansiaba exterminar.
Y es que Hermione aún no sabía lo peligroso que podía llegar a ser Voldemort, o siquiera los mortífagos.
Pero era mejor, por el momento, que ella viviera en su pequeña burbuja de inocencia; porque al llegar el momento de aprender a vivir al igual que todos los demás, las cosas se pondrían muy difíciles para Hermione, que aún no lograba forjarse su propia nueva identidad.
~*-~*-~*-~*-~*-~*-~
- ¿QUÉ? – dio un alarido un muy enojado Ron Weasley, soltando el pergamino que sujetaba en las manos –Las demás personas que se hallaban en la habitación pegaron un salto por la reacción del pelirrojo. Ginny miró extrañada a Harry, quien le devolvió la misma mirada. George atinó a acercarse y recoger el pergamino que su hermano había botado. Fred, Angelina (ella era su actual novia), Harry y Ginny simplemente esperaron expectantes a que George leyera la carta en voz alta.
"Estimada familia Weasley, estimado señor Potter:
Mediante el presente me permito comunicarles nuestra alegría al enterarnos que la señorita Hermione Granger será dada de alta mañana por la mañana del Hospital San Mungo, pues así nos ha sido informado mediante el medimago de turno, con el que sostuvimos una conversación sobre la situación de nuestra querida amiga.
Como es de su conocimiento, la señorita Granger no está en las condiciones propicias para seguir con la vida que tenía antes, ni menos aún para vivir sola en su departamento, tal y como lo hacía antes del inesperado y trágico ataque efectuado días atrás.
Por tanto, en consejo con los profesores Severus Snape y Minerva McGonnagall, hemos decidido que lo mejor sería conseguirle un tutor a la señorita Granger, un tutor capacitado para volver a enseñarle a ella lo que significa ser una bruja, lo que significa ser un auror, y, en definitiva, cómo sobrevivir en éstos días.
Después de mucho pensarlo, y sopesar las probabilidades y opciones, hemos decidido que el tutor más capacitado para ésta tarea es el señor Draco Malfoy. Consideren la situación: él es uno de nuestros aurores más destacados, y necesitamos a Hermione Granger como la auror importante que alguna vez fue. ¿Quién mejor que Draco Malfoy para enseñarle el arte de ser un auror, otra vez?
Está también el hecho de un posible ataque que podría ser perpetrado contra la señorita Granger, pues sabemos que el Innombrable, y en especial sus aliados, no descansarán hasta ver menguados nuestros refuerzos, y bien saben ustedes que Hermione Granger es uno de los mejores cerebros que hubo en el Ministerio, y por tanto ella es en todo momento una potencial víctima de los mortífagos. Necesitamos, entonces, una persona que sepa defenderla en caso de peligro, y, una vez más, creo que su misma lógica les llevará a la misma respuesta: Draco Malfoy.
Él es, en éste momento, una de las personas más capacitadas (sino la más capacitada) para luchar contra los mortífagos, él conoce muchos hechizos potentes y ocultos a demás personas, que podrían ser de gran utilidad en defensa de la señorita Granger.
Ahora, con respecto al nuevo domicilio de la señorita Granger, hemos decidido que lo mejor será dejarlo todo en las manos del responsable y serio señor Malfoy.
Como bien es sabido por ustedes, el señor Malfoy tiene su hogar en Londres, en un pequeño apartamento ubicado en un sector poco público de la ciudad. Parece ser éste, el lugar perfecto para la residencia de Granger, ya que un lugar más concurrido (ya fuera muggle o mágico) sería muy peligroso para la quebrantada seguridad de la señorita.
Es así como les pedimos, sinceramente, que apoyen nuestra elección plenamente, y con plena conciencia de que todo será traducido en beneficios para su queridísima amiga.
Dudas o detalles que quisieran esclarecer, pueden escribírnoslo y con gusto les responderemos.
Esperando contar con vuestro gustoso apoyo,
Les saluda atentamente
Albus Dumbledore,
Director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
George parpadeó un poco, después de terminar de leer la carta. Las personas que había en la habitación no emitieron ningún comentario en los próximos minutos, y un silencio sepulcral reinó el ambiente.
De repente, ante la extrañeza de todos, Harry Potter golpeó un puño contra la mesa del comedor, haciendo que ésta crujiera un poco.
- Definitivamente, esto no puede estar sucediendo – dijo en un tono que despedía ira y rabia –. ¡Es imposible que Hermione deba vivir con Draco Malfoy! ¡Es algo que está… - se detuvo un poco para meditar las palabras apropiadas –…fuera de mi capacidad de comprensión!Y, dando otro golpe a la mesa, tomó el pergamino de las manos de George y, en una reacción instintiva, lo rompió en dos.
- A la mierda con Dumbledore. – dijo Harry – Ésta es una estupidez de la que no vamos a participar. No permitiremos que nuestra amiga caiga en la 'tutoría' – se rió sarcásticamente al decir dichas palabras – de una persona como Draco Malfoy. ¿Qué le van a enseñar a la pobre? ¿A discriminar a la gente por su sangre? ¿A sentirse superior al resto de los mortales? ¿A unirse a mismo asesino de sus padres?Nadie dijo nada. Ginny hizo ademán de decir algo, abriendo la boca, pero decidió simplemente callarse.
- Cariño… - tartamudeó unos segundos después –, creo que no debes tomarlo así. Tal vez…tal vez si Dumbledore opina que es lo mejor, es porque es lo mejor. Nunca has dudado de las palabras de Dumbledore, Harry.Harry hizo una mueca antes de responderle.
- Y nunca dudaré de sus palabras, Ginny, pero esto es una total idiotez. Seguro que fue idea de Snape, y Dumbledore y McGonnagall han tenido que consentirlo. - Harry… - comenzó Ron, que en todo momento había permanecido callado, sumido en sus pensamientos –, no es que a mí me guste la idea: ya viste mi primera reacción. Pero, mientras George la volvía a leer, he tenido que recapacitar. ¿Qué haría Hermione si estuviera en mi lugar? - Seguramente, Hermione te dejaría al dulce cuidado de Malfoy – comentó irónico Harry, moviendo la cabeza en tono de burla –.Ron movió la cabeza, negando.
- No, Harry, no. Tienes que verlo desde el mejor punto de vista. Hermione está en peligro, creo que no debo repetírtelo dos veces para que te quede claro. Y…, sé que me fastidia de sobremanera, pero debo admitir que el más capacitado para protegerla es Malfoy.Harry rió burlonamente.
- ¿Un mortífago cuidando a Hermione de otros mortífagos? ¿Dónde quedó tu sensatez, Ronald Weasley, por la mierda? - Mira, Harry Potter – dijo Ron, elevando el tono de voz –, no me faltes el respeto, ¿oyes? He tratado de aparentar tranquilidad éstos últimos dos días, porque sé que la reacción que tuve esa noche en la cena no fue la mejor. Creo que Hermione no lo hubiera querido así. Ella hubiese querido que nos adaptásemos a las nuevas situaciones que están surgiendo en nuestras vidas. Odio a Malfoy, no lo he dejado de odiar ni dejaré de odiarlo, ¿entiendes? Pero no es esto lo que Hermione hubiese querido: ella no hubiese querido que ahora nosotros nos peleemos por éstas tonterías. ¿No quieres la seguridad de Hermione? ¿La quieres o no? Pues acéptalo, trágate tus palabras Harry, al igual como yo lo he hecho: la seguridad de Hermione está en Draco Malfoy. - Ron tiene razón – dijo Ginny –. Harry, me sorprende mucho que estés actuando tan inmaduramente. Como auror, sabes muy bien que Draco Malfoy ya no es un mortífago, sabes muy bien que Malfoy persigue la misma finalidad que todos nosotros: la desaparición total y duradera de El Innombrable. Draco Malfoy dejó de ser un mortífago hace mucho tiempo, amor – repitió Ginny –; no dejes que antiguas y absurdas diferencias estudiantiles te hagan perder a ti la sensatez.Harry dio un bufido.
- Está bien, como quieran – dijo, saliendo de la habitación –Se sintieron sus pasos en la escalera y luego la puerta, y comprendieron que Harry había decidido marcharse a su apartamento.
- Ya se le pasará – pronosticó Angelina –. Tienen que entenderlo, Hermione es muy importante para él. - Lo es para todos – dijo Ron –. En fin – dijo, levantándose de la silla –; espero que Harry comprenda que Dumbledore no se equivoca. Con su permiso, quiero ir a tomar aire fresco.Y, sin más, salió también de la habitación.
~*-~*-~*-~*-~*-~*-~*-~*-~
Draco Malfoy tomó tranquilamente un sorbo de su cerveza ("Los licores muggles, debo admitir, no tienen comparación"), y dejó el pergamino que acababa de leer sobre su mesa de cocina.
Se sacó la corbata y la botó por ahí, se desabrochó el primer botón de la camisa y se sacó los zapatos, poniendo sus pies sobre la mesa. Por fin, después de una larga jornada de trabajo, estaba en casa.
"Vaya grata sorpresa que me esperaba en casa" pensó Draco, sarcásticamente.
Era cierto que, después de todo lo que había pasado, su relación con Hermione Granger había mejorado. Al fin y al cabo, habían asistido juntos a la Academia de Aurores, y él había tenido que aprender a soportarla. Terminó convencido de que la chica no era tan desagradable como aparentaba, aunque indudablemente nunca terminó por caerle del todo bien. Simplemente, 'la soportaba'.
Cuando se enteró del ataque del que ella había sido víctima, de verdad se sobresaltó. A decir verdad, no es que le importara mucho Hermione Granger, pero sí le importaba (y demasiado) el poder que Voldemort y los mortífagos podían tener. Y no porque fuera un cobarde, no porque temiera a la venganza de la que pudiera ser víctima por haberse cambiado de bando, sino porque de verdad le preocupaba la seguridad de la comunidad mágica, porque de veras estaba empeñado en hacer desaparecer del mapa a Voldemort. Porque había aprendido que así es la vida: los buenos siempre ganan. Y tenía que admitirlo, tragándose todo su orgullo.
No es que ahora se iba a convertir en un santo, o que iba a volverse íntimo de Potter y Compañía; no, no se trataba de eso. Se trataba, básicamente, de admitir lo que Severus Snape había admitido años atrás. Era admitir que, después de todo, había que cargar con una conciencia, y Draco Malfoy prefería tenerla limpia.
Pero no entraremos en detalles, por el momento, del pasado de Draco Malfoy.
La cosa es que Malfoy se había alarmado considerablemente al enterarse del ataque contra Granger, y había sido uno de los primeros en ir al San Mungo a verla. Extrañamente, le pareció que la chica se veía muy tierna así, dormida en una blanca camilla. Nunca nadie le había provocado el sentimiento de ternura, pero ésta vez estaba sintiendo una mezcla de compasión y ternura por la joven de enmarañados cabellos que parecía dormir plácidamente, sin enterarse de su terrible situación.
A Draco le dio terror eso de la amnesia. Eso de no recordar nada ni a nadie, eso de no saber a quien dirigirse, eso de olvidar todos los conocimientos que albergaba con celo en su mente. Draco Malfoy era poseedor de una inteligencia y perspicacia admirable, y simplemente (hay que admitirlo, el chico es un ególatra) le daba miedo perder todo eso. Para él, sin pasado no había presente. Y sin presente no había futuro.
Es por eso que esa chica despertó un sentimiento de ternura en el frío joven, quien se sorprendió mirándola de una forma en que jamás lo había hecho.
No, obviamente, no estaba pensando 'sentimentalmente' en la chica, sino que realmente estaba sintiendo el sentimiento que sienten a veces los padres hacia sus hijos: un sentimiento de ternura, de responsabilidad, de cuidar a ese pequeño ser indefenso e inocente.
Sí, eso le parecía Hermione Granger en ese momento: ya no era la chica sabelotodo, altiva y testaruda que a él le ponía los nervios de punta; ahora era una nueva chica, una chica indefensa, inocente, sola en el mundo, sin nadie a quien dirigirse, sin un pasado por el que sentirse responsable, sin un nombre, sin amigos (por lo menos desde el punto de vista de la propia Hermione).
Y ahora iba a ser su 'tutor'.
E iba a tener que vivir con la que había sido su antigua enemiga.
Pero el pasado era el pasado, y ella no recordaría nada de eso. Ahora podría forjar una relación – un poco más amistosa – con la chica, y eso le parecía una buena idea. Simplemente por el hecho de que ella tenía un cerebro realmente fascinante, y sería muy útil no tenerla como enemiga. Ella era una grandiosa auror ("Después de todo, tengo que admitirlo"), y Draco, a decir verdad, se sentía halagado de que lo hubieran escogido a él como tutor.
Tal vez en ocasiones sería una situación incómoda, pero Draco sabría como sobrellevarlo. ¿Qué Malfoy había dicho que no a un desafío que se le hubiese puesto en el camino? Seguramente ningún Malfoy se había rendido. No, todos habían aceptado el desafío y lo habían superado. Esto no era más que otro de tantos desafíos que Draco había sobrellevado en su vida: convertir a una mujer amnésica en la mejor auror del Ministerio de Magia.
Para Draco Malfoy, esta era una tarea asignada por personas sabias y competentes – Severus Snape, Albus Dumbledore y Minerva McGonnagall –, y él no las decepcionaría.
Tomó un trago más de su cerveza, terminándosela. Decidió escribirle en ese mismo instante la carta de respuesta a Albus Dumbledore.
~*-~*-~*-~*-~*-~*-~*-~
Hermione despertó esa mañana con alegría, esa mañana era especial: por fin sería dada de alta, y podría conocer el mundo que alguna vez la albergó, y que por cosas del destino ya no recordaba.
La enfermera de turno entró a la habitación, sonriéndole:
- Buenos días, señorita Granger. ¿Lista para salir al mundo? - Más que lista, señorita Kelley. – le sonrió la joven, echándose un mechón de pelo atrás de la oreja –. - Me alegro montones – dijo la enfermera, que ya se había encariñado con la chica. Miró su reloj –. En unos diez minutos más vendrán a buscarte tus amigos, y debes estar presentable para cuando ellos lleguen. Bájate de la camilla.La chica hizo lo que se le pedía. La enfermera tomó una varilla de madera ("Varita, creo que se llamaba"), pronunció unas cuantas palabras y, en un segundo, Hermione estaba vestida y peinada.
- Ups – dijo la enfermera, mirando a Hermione de pies y cabeza –.Luego se echó a reír de una manera que desconcertó a Hermione, que no hizo otra cosa que mirar de forma interrogadora a la señorita Kelley.
- Jovencita, déjame explicarte. Éste hechizo que acabo de hacer lo ocupamos mucho aquí en el hospital. Es una forma sencilla y rápida de vestir y dejar presentables a los pacientes, antes de que sean dados de alta. La gracia es que cada paciente quedará vestido con los ropajes que más le acomoden y sean de sus gustos, y así mismo será con el peinado. Pero…olvidé que en éste momento no tienes mucho en tu cabecita – agregó con ternura –. No tienes gustos marcados, ni un sentido de la moda. Es por eso que, al pronunciar el hechizo, haz quedado vestida exactamente como te teníamos en el hospital.La mujer siguió riendo unos minutos más, pero Hermione simplemente no podía encontrarle la gracia.
- Hagamos algo. ¿Te parece si te visto tal y como se visten las demás muchachas de tu edad? Para que no salgas de la moda, ¿no?En éste momento a Hermione le importaba poco y nada eso de la vestimenta, y verdaderamente se estaba impacientando con las trivialidades de la enfermera. ¿Habría más personas así en el mundo exterior? Entonces no sabría como parecer cortés frente a ellas.
- Me parece – asintió Hermione, rápidamente –.La enfermera volvió a repetir el hechizo, y ésta vez Hermione quedó hermosamente vestida con un pantalón de tela negro, y una polerita (remera, o como le llamen) roja y pequeña, que marcaba pronunciadamente su figura. Su pelo estaba lacio, bien peinado, y terminaba con unas suaves ondas.
- Muy sexi – le guiñó un ojo la enfermera –.Hermione medio sonrió, y le dio las gracias.
Unos minutos más tarde, una comitiva integrada por las mismas primeras personas a quienes ella vio cuando por primera vez abrió los ojos en el San Mungo entró a la habitación.
Albus Dumbledore fue el primero. Estrechó cariñosamente las manos de Hermione, le dio un beso en la mejilla y le dio un caluroso "Buenos días".
Los demás siguieron su ejemplo, saludándola con una sonrisa que Hermione recibió con afecto. Al principio había sido muy hostil con los demás, y eso porque se sentía sola en el mundo. Pero estaba decidida a intentar corresponderle a los demás el afecto que le daban. El que ella no recordara todo lo que los demás significaron en su vida, no significaba que ellos no habían sido parte importante de la antigua Hermione.
Severus Snape y Minerva McGonnagall, dos de sus ex-profesores, entraron también, estrechándole la mano formalmente.
Había cuatro pelirrojos (Hermione identificó solo a dos: a Ron y a Ginny, la muchacha que no había dejado de sollozar esa primera vez). Los otros dos parecían ser exactamente iguales, y Hermione los identificó como gemelos.
También estaba allí el chico de pelo oscuro y alborotado, que la miraba ésta vez con timidez. Hermione recordó lo que Draco Malfoy le había contado a ella: toda esa historia del 'chico que vivió', el 'chico que derrotó al mago más poderoso del último tiempo', entre otras. Le sonrió abiertamente a aquel moreno. Él había luchado duramente por el exterminio de Voldemort, tal como ella estaba deseando. Y, según el rubio le había contado, aquel moreno ("Harry Potter"), había sido en la escuela su mejor amigo, sin olvidar al pelirrojo. Así que le sonrió también al pecoso Ronald. Éstos le devolvieron su mejor y más sincera sonrisa, cosa que llegó profundamente al corazón de la chica.
También distinguió Hermione entre la comitiva a una chica morena, de piel casi negra, y de rasgos muy exóticos pero bellos. Venía tomada de la mano con uno de los gemelos.
El último en entrar fue el rubio, que la miró con una mirada inexpresiva. Sin saber por qué, Hermione se sintió desalentada. Con la persona que mayor 'intimidad' había logrado hasta el momento era con Draco, y por eso era él la persona en la que más confiaba y que se le hacía menos desconocida.
Él la miró fijamente unos segundos más, aún inexpresivo, pero de repente sonrió. Levantó la mano, saludándola.
Hermione le devolvió el saludo, con la mejor de sus sonrisas. Después de todo, en su mente amnésica, parecía ser que Draco era lo más cercano a un amigo que tenía.
- ¿Cómo has estado? – le preguntó jovialmente Dumbledore – - Muy bien – le sonrió Hermione –. Solo quiero saber a dónde viviré ahora que me han dado de alta."Fuiste directo al grano, Granger, más antes de lo que me esperaba" pensó Draco para sí mismo. Después de todo, era comprensible. No había en la mente de aquella chica otra cosa que eso: un hogar, una familia, un amigo, un lugar donde encontrar amor. Tal vez en eso Dumbledore se había equivocado: tal vez Potter o Weasley podrían darle más afecto a ella de lo que él sería capaz.
- Bien – le sonrió Dumbledore –, pues no tardarás más en saberlo. Hemos decidido que la persona más capacitada para enseñarte todo lo que debes volver a aprender es el señor Draco Malfoy. Creo que recuerdas de quién se trata, ¿verdad? Es el rubio de aquella esquina – le dijo, señalándole a Draco –Hermione no cabía en sí misma de felicidad. Desde que había despertado no había sentido esa sensación de felicidad, porque sus días habían pasado con monotonía y sin nada nuevo. Tal vez no recordaba quien había sido Draco Malfoy antes en su vida, pero era por lo menos la personaba a la que más cercana se sentía en éste momento. Era una alegría saber que se iría a vivir con él.
- Sé bien de quien me habla – dijo Hermione, aparentando tranquilidad –. - Me alegro – siguió Dumbledore –, pues será él tu tutor, quien te enseñará como ser una bruja y como ser una auror. El señor Malfoy vive en ésta misma ciudad, Londres, y allí te trasladaremos.Hermione asintió. Una nueva vida. Si antes no había sentido una razón para vivir, ahora estaba comenzando a sentir una chispa de algo que con el tiempo podría llegar a ser su razón de vivir: aprender. Aprender todo lo que antes 'llenó su memoria', como le había dicho Dumbledore. Aprender a ser la misma persona que antes había sido. Ni eso, aprender a ser mejor persona de lo que antes había sido. Miró al rubio, que también la estaba mirando. Él le volvió a dar una sonrisa, y ella le respondió con una media.
- Bien – Dumbledore miró su reloj –, creo que ya es hora de irse. - ¿Cómo nos iremos, Dumbledore? – preguntó extrañada Hermione –Todos en la habitación sonrieron, mirándola con ternura.
- Polvos Flu, señorita Granger, polvos Flu. Ya te lo enseñará Malfoy – dijo Dumbledore, sonriéndole también –.Hermione decidió no volver a hacer alguna pregunta absurda, no quería volver a quedar como niñita. Ya habría tiempo para preguntarle todas sus dudas a Draco.
- ¿Es hora, Dumbledore? – le preguntó Malfoy, muy seriamente – - Es hora, Malfoy. Cuídala muy bien – le dijo Dumbledore, con el semblante también serio. Por un momento miró muy seriamente a Malfoy, dándole a entender la importancia de su tarea, y luego le regaló una enorme sonrisa a Hermione –. Y usted, señorita Granger, espero que aproveche y le saque el mejor partido a todos los conocimientos que el señor Malfoy pueda entregarle.Hermione le sonrió, dándole a entender que así sería.
Draco Malfoy se acercó a ella, y la tomó de las manos con suavidad.
- Buenos días a todos – dijo, mientras echaba un polvo a la chimenea de la habitación, y se aventuraba al fuego, sin soltar a Hermione, que contemplaba la escena bastante maravillada. –~*-~*-~*-~*-~*-~*-~*-~*-~
hoaa!!!
Como encontraron este capi?? Bastante rapido, no???? Jejeje…. Dejenme decirles k han tenido suerte, pk estos ultimos tres dias no he estado tan ocupada con las tareas (basikamente no he tenido nada k estudiar por las tardes), y por eso he podido bajar rapidamente el segundo capi… ^^
Espero k esten todos contentos kon este capi, y disculpen, pero mi mama me esta retando pa k ya me vaya a dormir.. (creo k ya es bastante tarde, aun no he mirado el reloj), asi k por esta vez no voi a poder responder sus reviews, pero no se preocupen, prometo k en el proximo capi les responderé todos y cada uno de sus hermosos e inspiradores reviews…
Mil besos, sigan mandando reviews, k, como les digo, son mi inspiracion y mi musa!!
Jaja XD
Besote
Xeidiz
