Hola a todos y todas de nuevo, aquí va la continuación, es el capitulo 9, gracias, un millón de gracias por sus reviews y comentarios personales. Espero que hayan leído el quinto libro, pero lo que no lo han leído, no se preocupen. No pienso publicar algún spoiler en mi historia, se mantendrá tal cual como la había planeado, ya tengo hasta el final… algo difícil el final, pero estoy dudosa sobre si eso es un final.
No se asusten por lo del R, no pondré cosas explicitas ni haré una carnicería, después de todo mi historia no gira en torno al sexo, esperen, déjame pensarlo * Alexandra duda *, eh… bueno, no es lo principal.
Capitulo 9: La Rata y el PerroFlorence se despidió de Sirius y se fue a la mesa de Slytherin y le explico todo a Snape…
- Lo hice por Eileen, ella está muriendo, quiero que sea feliz aunque sea por un momento. Tú sabes que Eileen es ambiciosa y está ilusionada con Lupin.
- Caíste bajo – Dijo Snape sin mirarla, estaba muy enojado y al borde de los celos – Ir al baile con Black, ¿te revolcarás con Black en la cama?
- Imbécil – Florence lo miró ofendida y le dio una bofetada, dejándolo paralizado. Todos volvieron a ver y sonaron unas cuantas carcajadas. – Es increíble como te cegan los celos.
- No importa, igual iré al baile con Morgana, a ver si con eso se calla. – Dijo Snape sonriendo luego de haber recibido semejante bofetada.
- Haz lo que te parezca, Snape.
- No me llames… - Snape iba a reclamarle, pero Florence lo silenció con la mirada y se acercó.
- No te he dicho "Sevvie", ¿sabes? No tienes nada que reclamarme. Adiós mi terroncito de veneno. – Florence le volteó la cara. Snape estaba furioso por lo que la chica le había dicho, y la pagó con el primero que vio camino pasillo arriba, pero lamentablemente la víctima era nada más y nada menos que Peter Pettigrew. Mientras que en la sala común de Slytherin…
- Estoy feliz por el baile del sábado. – Dijo Tara moviendo su cabeza – Voy a ir con Dwaine Nott. ¿No es lo bastante bueno?
- Maravilloso, yo iré con Snape. – Dijo Morgana desanimada pensando en Iván quizás.
- ¿Con quien iras Dana? – Preguntó Tara
- Nadie me ha invitado, sino tendré que ir con Wilkes – Dijo Dana casi llorando.
- ¿Y tu Florence? – Preguntó Tara sonriente
- Con Sirius Black – Dijo Florence al mismo tiempo que le daba un dolor de estomago, y veía las caras de sus compañeras atónitas.
- ¿Sirius Black? – Preguntó Tara sorprendida – ¿El de la pandilla de James?
- ¿Qué otro Sirius iba a ser? ¿Cuántos Sirius Black crees que hay en el Castillo, Ustinov? – Dijo Bruscamente Morgana, con su habitual tono de enfado. – Me lo imaginaba.
- Al menos el es guapo – Dijo Dana con tristeza mientras Morgana casi la mata con la mirada.
- Preferiría ir con el demonio en persona antes de ir con Sirius Black. – Dijo Morgana volteando los ojos.
- Morgana, si ya de por si vas a ir con el demonio en persona. ¿No vas con Snape? – Dijo Tara riéndose, haciendo que Dana se tapara la boca para reírse. Morgana le dirigió una cara de poco amigas. Cuando de repente entró a la sala Eileen gritando y saltando.
- Lo hizo, lo hizo… - Dijo Eileen gritando y acostándose en uno de los sillones radiante de felicidad.
- ¿Qué te ocurre Jordan? – Dijo Morgana mirándola como un bicharraco raro.
- Remsie me invitó al baile, lo hizo y yo acepté. – Dijo Eileen sin respirar.
- ¿Remsie? ¿Quién demonios es Remsie? – Preguntó Tara sin tener idea de quien se trataba.
- Remus J. Lupin – Dijo Eileen soñando en las nebulosas.
- ¿Lo llamas Remsie? – Preguntó Dana con los ojos salidos de las órbitas
- Oh Dios, El espíritu de Slytherin se ha perdido. Primero Harrington, y ahora Jordan. Dana, ¿por casualidad tu también aceptaras ir al baile con Pettigrew?
Tara se anduvo riendo un rato mientras algunos chicos entraron.
- Que idiota – Dijo Evan Rosier.
- ¿Por qué lo hiciste Snape? – Preguntó Iván risueño.
- No te importa.
- Casi mataste al pulgoso de Peter Pettigrew, que comedia. – Dijo Ernest Wilkes, quien nunca superaba su apariencia de rata mal alimentada.
- Wilkes, haz el favor de ir al baile con Dana, antes de que ella vaya con algún otro Gryffindor. No lo puedo creer, ya dos personas de Slytherin van con dos Gryffindors. Vamos de mal en peor…
- ¿Qué hubieras preferido Morgana? – Dijo Florence afilando su mirada ruda – Que hubiera ido con Iván para darte celos. ¿ah? No te metas en los asuntos de los demás.
La pandilla de chicos y las chicas rieron hasta más no poder, mientras Morgana estaba roja de la rabia. El tiempo pasó y el baile llegó, ocurrió lo que iba a ocurrir, y esa noche…
- ¿Me veo hermosa? – Preguntó Eileen mientras se ajustaba su túnica azul real. Mientras su cabello enroscado, que por lo general era liso y brillante, bailaba en su cabeza.
- Das nauseas – Dijo Morgana mientras aplicaba poción a su cabello, vestía una túnica negra con verde, y con volantes grises; era una de las combinaciones más extrañas además de que ajustaba su cuerpo. Tara estaba sonriendo mientras se paseaba por el dormitorio con su túnica de extrema gala de color blanco, parecía una novia el día de su boda. Mientras que Dana miraba nerviosa tratando de no hacerse notar, su túnica era una talla más pequeña y como era algo rellena, se vio en apuros. Era de color naranja y hacia que se encontrase frustrada viendo a sus demás compañeras.
En un rincón estaba Florence junto a un paquete con su túnica, parecía ida y no le importaba mucho lo que ocurría a su alrededor.
- Apúrate, vístete. Falta media hora. – Dijo Eileen sonriente mientras se arreglaba los últimos detalles.
- A eso voy… - Florence se levantó y se colocó la túnica. Era algo rara, con textura suave y brillante, era plateada pero discreta, con un tono verdoso que le hacía recordar sus ojos. Terminó de ajustarse cuando descubrió que era una talla más pequeña, caminó un paso y se le rasgó el ruedo a la tela.
- Todo el dinero del mundo, y no te pudiste comprar algo mejor. Me recuerdas a los trapos para fregar de mi casa. – Dijo Morgana riéndose en tono de burla.
- Al menos no parezco un faro con volantes de carnaval – Dijo Florence perdiendo la paciencia. Todas rieron, porque simplemente era la verdad. Las chicas bajaron a la sala común, mientras que Florence trenzó un hilo de cabello con un atuendo plateado que le hacía ve como un hilo de plata que recorría su azabache cabellera. Terminó de bajar cuando casi se resbalaba siendo atajada por Severus Snape.
- Casi te caes, Harrington. – Dijo Snape mirándola inquisidoramente
- Gracias por atajarme. – Dijo Florence apartándose de él. No se mostraba muy feliz.
En ese momento llegó Spencer y les indicó que podían subir al vestíbulo. Al subir por las escaleras se sentía como si todos la miraban, en efecto lo hacían. Más un grupo de chicas de Gryffindor que se mostraban molestas, todas fanáticas de Sirius Black. Al pie de la escalera, descubrió a Sirius Black, no sería la última vez que fuera junto a él a un baile.
- Hola Florence, luces hermosa esta noche, más de lo habitual. – Dijo Sirius besando su mano.
- Gracias, espero que el baile empiece ya. – Dijo Florence distraída
- ¿Ansiosa?
- Mientras más pronto empiece, más pronto terminará. – Dijo Florence observando la cara que le ponían los de su alrededor, todos eran Gryffindor y no les hacía gracia verla allí. Sirius la tomó de la mano y fue con ella hasta la puerta del gran comedor, donde todo lucia mágicamente preparado. Lo primero fue ver bailar a las que habían organizado el baile con sus parejas.
James y Lily bailaban en la pista, junto a las otras parejas, donde estaba Ruth con Mundungus Fletcher y Arabella Figg con Gary Hurrigan. Era sorprendente que había hecho James para llegar con Lily al baile, secretamente a Lily también le gustaba James. Florence luego de bailar varias canciones con Sirius el enamorado, fue a sentarse a una mesa, y su acompañante no hacía más que mirarla con ojos ilusionados. Ella no se sentía tan feliz, a unas mesas al lado, Snape estaba con Morgana con una túnica negra, la miraba de vez en cuando, Ivan Lestrange había ido con una chica de cuarto año llamada Fapero en frente de ellos estaba Remus Lupin con Eileen muy sonrientes. Florence se levantó a tomar jugo de calabaza y se encontró a una niña llorando al lado de la mesa de las bebidas.
- Niña, quítate del medio. Estorbas al paso – Florence podía perder la paciencia. Pero la niña subió su mirada hacia ella, tenía bucles y un cabello rojizo.
- Fuiste tu… - La niñita sería de tercer año pero era muy bajita.
- ¿Disculpa? - Florence no entendió bien ese señalamiento.
- Eres Florence Harrington. La mujer que hechizó de amor a Sirius. Usaste un filtro amoroso para que te invitara James, pero solo funcionó con Sirius-
- ¿Qué? – Florence la miró desconcertada
- En Gryffindor todos dicen eso, eres una hechicera oscura, solo se pueden esperar cosas oscuras de ti.
- Niña, déjame pasar, mi vida no es tu problema, o si no podría convertirte en sapo – Florence la asustó con sus resplandecientes ojos de dragón. La chica retrocedió temerosa esperando cualquier cosa, pero respondió firmemente.
- Eres amiga de Eileen Jordan, quien también hace maleficios de amor – La niña seguía llorando.
- ¿Por qué dices eso?
- Remus iba a invitarme, pero de la noche a la mañana, no me busco más y fue con esa. – La chica estaba aun con más lágrimas.
- Ah, eso… no fue ningún embrujo. Sirius me invito, Remus la invitó, la única chica que se ha quedado sola y triste eres tú, llorando por alguien que no te quiere, eso no debería ser así. – Florence le sonrió fieramente con una pizca de picardía.
- ¿Cómo debería ser? – La niña secó sus lágrimas.
- Ve a bailar con algunos de esos chicos Gryffindor – Mientras señalaba a un grupo de tercer años todos recelosos y aburridos. Luego miró a Eileen - Ella lo necesita más, cuando tu tengas 20 años, Eileen estará muerta. – Dicho esto y con un tono lúgubre tomo su jugo y se fue, las cosas no estaban resultando, todos estaban inconformes, empezando por ella misma. Iba tan pensativa que se tropezó con alguien, ese alguien era Snape.
- Hola Severus, veo que la pasas bien… - Dijo ella medio fastidiada.
- Tu también Harrington, ¿ya Black te propuso ir al dormitorio? – Dijo Snape aun con una nota de resentimiento.
- No entiendes aun, solo debo entender tus motivos. Aunque no hubiera ido con Black, tu hubieras ido con Morgana, prefieres hacerle favores. – Florence parecía reclamarle con resentimiento también.
- Tú eres la que te gusta hacer favores de gratis. – Snape la tomó del brazo.
- Eres desagradable, me das impaciencia, me estresas Snape, he llegado al punto de que…
- ¿Qué? ¿Vas a maldecidme? – Snape la miró amenazante tomando su varita de uno de sus bolsillos.
- No te iba a maldecir. – Florence volteó y salió corriendo hacia la puerta, Snape no entendió y la siguió también. Florence llegó al vestíbulo y Snape ya la había alcanzado. Los dos se miraron y Snape se le acercó sujetándola
- ¿A Dónde quieres ir? – Snape se lo dijo detrás de su oído mientras ella trataba de zafarse.
- No se, donde tu quieras. – Florence sintió que la piel se le ponía de gallina y un cosquilleo en el estomago, sabía a lo que se refería Snape.
- Conozco un lugar cercano.
- Entonces, ¿Qué estamos esperando? – Florence y Snape comenzaron a subir las escaleras, luego de 15 minutos caminando, encontraron un pasadizo en una de las mazmorras, era un viejo salón lleno de polvo y libros viejos, todo estaba callado ni un solo ruido, todos estaban en el baile.
- Odio los bailes – Dijo Snape sentándose en un sillón, sacudiendo un poco el polvo.
- No me lo digas a mí, no le veo lo especial, al menos ese tal Pettigrew la está pasando bomba en su sala común.
- Bah! – Snape encendió una luz. – Si alguien intentara entrar en este Castillo, sería mucho más fácil. – Sus ojos relucieron de maldad.
- No se puede, aquí hay encantamientos fuertes. – Florence se sentó cerca de él. Pero Snape permaneció inmóvil esperando por las caricias de la muchacha, pero ella tampoco se movió.
- ¿Qué te ocurre Harrington? – Snape la miró, mientras ella se apoyaba su cabeza en su hombro.
- Esta noche todo ha sido de locos, mi vestido se ha rasgado abajo, me dieron una talla que no era, de otro color, mis padres otra vez pelearon conmigo, las chicas de Gryffindor me odian por haber ido con Black
- No te mortifiques, la mitad de esas cosas te pasan porque eres propensa a los problemas y la otra mitad porque te tienen envidia, Black habrá ido contigo al baile, pero tu solo me perteneces.
- ¿Por qué tenías temor de que yo fuera con él? – Ella se levantó y lo miró.
- ¿temor? ¿Yo? – Snape la miró despectivamente.
- No diría miedo, más bien serian celos. Tienes miedo de perderme, ¿no? – Florence lo miró a los ojos, sus ojos de dragón se perdían en los negros ojos del chico.
- ¿Por qué lo dices? – Snape volteó rápidamente y volviendo su mirada en la silueta de la chica que estaba sentada al lado suyo.
- Andas viendo cosas donde no las hay, crees que yo iba a tener algo con Sirius después de lo que pasó en el sauce boxeador…
- Conozco a Sirius más que tú, es un miserable. Quiere tenerte.
- Solo me va a tener, si yo quiero… eso se ve improbable, a menos que use un filtro amoroso.
- Ese idiota, algún día me la va a pagar.
- Cálmate, te prometo que seré tuya por toda mi vida, Severus…
- Siento un mal presentimiento. – Dijo Snape mirando hacia todas partes.
- ¿Qué sientes? ¿Miedo?
- Si, Florence, tengo miedo de perderte… - Snape suspiró y se sumergió en sus ojos y en el perfume de su cabello azabache. Florence lo besó, Snape no hizo nada para continuar aquello, pero tampoco la detuvo, siempre habría tenido control de sus actos y se mantenía sereno, salvo la última vez. Ella se alejó y el la busco.
- ¿Qué te ocurre a ti? – Snape la miró con sus ojos negros.
- Eileen va a morir – Florence derramó lágrimas – No puedo detenerlo.
- Podemos salvarla – Dijo Snape – Mi Lord me lo ha dicho, existe una posibilidad de ser inmortal, todo depende de…
- ¿De que?
- De conseguir los medios necesarios… - Snape sonó muy sombrío pero decidido.
- ¿Qué medios?
- Mi Señor sabe mucho, sabe de la existencia del pergamino del fénix. Una receta tan maravillosa que podría hacer tus sueños realidad, mucho mejor que lo que hubiera esperado, con la poción hecha en esa receta podrías hacer que Eileen viviese.
- Suena muy bien.
- Solo un detalle: Potter.
- ¿Qué tiene que ver James en esto? – Florence frunció el ceño.
- No es James, son sus padres. Es un secreto entre Dumbledore y los Potter, lo escuché de casualidad y porque mi Lord me lo había contado.
- ¿De qué se trata?
- Los Potter han ido al lejano Egipto, han comprado fabulosas alfombras, grandes pergaminos, montones de libros… con todo el dinero que tienen era de esperar. Pero investigando en una de la tumbas, han encontrado la tumba del Mago Oshar, no solo eso sino su varita. Junto a su tumba hallaron el pergamino del fénix, el cual se creyó perdido por muchos años.
- ¿Y? ¿Qué pasó? – Florence miraba agudamente.
- Ellos fueron a donde Dumbledore a mostrarle tal hallazgo, pero este les dijo que lo guardaran debido al peligro que representaba, y se lo quedaron.
- ¿Peligro porque?
- No se, a ese vejete, todas las cosas diferentes le parecen peligrosas, como las artes oscuras, por ejemplo. Ese pergamino está la clave de la inmortlidad – Snape usó un tono frío y seco como el viento, haciendo que Florence se estremeciera.
- Los Potter lo tienen… - Dijo Florence muy triste - … debe haber una forma de entrar a llevarlo.
- Empiezas a pensar como nosotros. Pero no, estás loca, en este caso antes te matarían para llevarte el pergamino. – Dijo Snape en un suspiro. – Ya habrá una mejor forma de conseguirlo, mi Lord tiene poderes, eso ayudará.
- Está bien – Florence se sintió más confiada, pero algo en su corazón le sentía dando inseguridad. Se sentía algo vacía y desprotegida, él único que podía quitarle esa sensación era su compañero, esta vez él se acercó y la besó rígidamente mientras ella trataba de no caerse al suelo. Ella lo abrazó mientras lo besaba, Snape no quiso ponerle las manos encima pero la besaba, cuando los dos perdieron el equilibrio, del sillón cayeron al suelo, Florence no le importó y Snape pareció olvidar todo lo demás, amaba a esta chica, y lo admitía, ella le movía su mundo, tanto como él se la movía a ella.
Snape colocó sus brazos y las pasó por la espalda de la chica, en un segundo la chica echó un grito fuerte de dolor, algo la había quemado.
- ¿Qué te pasa? – Snape se movió bruscamente.
- Me has quemado con algo.
- No seas imbécil, ni te he tocado. – Snape odiaba que lo interrumpieran sin motivo.
- Me has quemado con tu brazo, ¿qué te ocurre? – Florence se separó de él y sujetó con sus manos sus brazos. El chico no entendía hasta que empezó a sentir que algo lo quemaba también y no era la emoción de estar con la chica, era algo más, ya sabía lo que era.
Lentamente se subió la manga de su túnica negra, Florence descubrió su antebrazo izquierdo y descubrió una figura que brillaba al rojo vivo.
- Severus, ¿qué es eso?
- Nada, no has visto nada – Dijo bajando la manga
- ¿Nada? – Florence se mostró disgustada. – Eso quemó mi espalda, me vas a decir que es…
- Lo que ocurre es que… - Severus volvió a levantar su manga y se la mostró, estaba en su antebrazo izquierdo, en el interior, un poco escondido.
- ¿De que se trata? – Florence miró la figura con desagrado sin saber que en el futuro tendría una igual a esa.
- Es la marca tenebrosa, es una forma de que Mi Lord me localice, si está roja es porque me llama, debo irme.
- No, ¿te irás tan rápido?
- A él no le puedo fallar, no se traga excusas, si lo enfado me puede matar sin misericordia. Cultiva mucho la obediencia en sus seguidores.
Pero antes de que Snape terminara de decir sus palabras, la chimenea se encendió y la cara de un hombre apareció en ella, era el mismísimo Lord Voldemort, un hombre de facciones duras, cara con semejanza a la de una serpiente, cabellos negros y piel pálida.
- Snape, Creí que vendrías hacia mi, en cuando te llamara… - Voldemort tenía una voz fría y atemorizante, Florence se echó para atrás y cayó al suelo, Voldemort volteó a ver a la chica en el suelo.
- Mi Señor, mi lord, no había sentido su señal.
- Quizás con mi maleficio crucio, te vuelvas más sensible a la marca tenebrosa… - Voldemort sonó amenazante.
- No es necesario, Lestrange me dijo donde está el pergamino… - Snape estaba firmemente parado.
- Lo se, en la casa de los Potter… creo que eso puede esperar hasta que seas un mago de verdad, eres un niño Snape.
- Se mas de artes oscuras que todos los alumnos juntos.
- No te necesito si no tengo ese pergamino, Snape, por ahora tengo otras misiones para ti, pero serán en un futuro. ¿Quién es tu amiga?
- Señor… ella es Florence Harrington, ella…
- ¿Sabe todo? – Voldemort parecía amenazante y Snape más firme que nunca.
- Un poco…
- Mátala, nadie lo puede saber. – Voldemort sonreía maliciosamente
- No… - Snape parecía congelado – No puedo.
- ¿Cómo dijiste?
- Podría sernos útiles… - Snape buscaba de salvar a su amiga.
- No quiero un servidor como tú, que se deje embobar por una niña, lo he dicho, será tu perdición…
- Se también de artes oscuras… - Florence se levantó del suelo, algo vacilante pero más segura.
- Oh… ¿Por qué no lo dijiste desde el principio? Quizás ella sea la indicada.
- ¿Indicada para que?
- Para conseguirme el pergamino, después de todo ella es la más cercana a los Potter, sus padres son amigos de los Potter, los grandes inútiles de los Harrington.
- No se atreva a insultar a mi familia, o le irá mal. – Florence avanzó, pero Snape la detuvo.
- También valiente y algo estúpida, indudablemente hubieras podido ir a Gryffindor, pero tu ambición te dejó en Slytherin. ¿Por qué te ofendes? Tu misma familia ha actuado contra ti, lo se, Lord Voldemort lo sabe todo.
- ¿Cómo usted lo sabe?
- Nada se me escapa. Es muy temprano para decir algo, es mejor aprovechar la carne fresca cuando salgan de Hogwarts, allí tendrían su gran prueba y su encuentro con su destino eternamente – Voldemort sonrió aun mucho más
- ¿No me necesita para algo? – Preguntó Snape
- No, inútil, aun no. Pero quiero algo… dentro de 4 meses, vayan los dos solos a Hogsmeade, yo los buscaré. – Dicho esto desapareció y la sala quedó poco iluminada.
- Florence, no quería que te involucraras… podría ser peligroso, no quiero que te pase nada. – Snape se mantuvo alejado un rato.
- Todo estará bien, se arreglármelas.
- Esto se me ha salido de control, acabas de firmar tu sentencia… moriremos juntos.
- Por lo mismo, no te dejaré solo, iré contigo hasta el fin del mundo. – Florence lo besó y suspiró profundamente.
- Me siento culpable.
- Todo está bien Severus.
- Esta noche me dirás Snape, Harrington, no lo olvides.
- No, claro que no… Snape.
Sirius en la mañana siguiente no tuvo ninguna palabra, estaba de malas… sus amigos se habían burlado de el, por haber dejado escapar a su pareja, según rumores se había ausentando con un chico. Florence no le importó mucho, amaneció con otras preocupaciones, se despertó en una aula de Hogwarts, le dolía la cabeza, parecía como si todo hubiera sido un sueño, recordó algo que en la noche no se había acordado, mientras tenía relaciones con Snape había visto una rata inmensa, casi igual a "Precioso" el ratón de Eileen, pero era imposible que fuera ese ratón. Olvidó rápidamente la anécdota y busco su ropa, Snape se había ido desde hace tiempo, ella estaba un poco mareada, mientras se vestía observó que una rata atravesaba el salón, ella retrocedió por la actitud extraña de la rata que parecía rabiosa, se vistió y bajó por las escaleras, lo primero que vio fue a los alumnos de Ravenclaw que la miraban rara, luego se encontró con la pandilla de Potter, todos menos Lupin la miraron como bicho raro. Al llegar a la sala común fue recibida por una mirada reprobatoria de Morgana, una cara de sorpresa de Tara y a Eileen boquiabierta.
- ¿Dónde has estado? – Eileen la miró de arriba abajo, Florence contuvo el aliento y no dijo nada, no sabía por donde empezar.
- Me quedé dormida en otra parte – Dijo Florence sin convencer a nadie
- Sirius dijo que te acostaste con alguien y no fue con él. Alguien se lo ha contado – Dijo Morgana sin creerlo y algo dudosa – Si vieras lo que dicen en el comedor de ti, nada dicen de ti, no eres importante, a nadie le importa lo que diga Black, la noticia de moda es el noviazgo de Lily y James.
- ¿Son novios? – Preguntó Florence.
- Si – Eileen parecía lógica – Todo el mundo los vio cuando se besaron y luego Lily lo tomó de la mano y bailaron.
- No me interesa, somos slytherins, no nos importan los chismes de los demás… - Florence volteó su rostro con indiferencia.
- ¿Te sientes celosa? – Morgana reía – Tu te preocupas por esos Gryffindors, comenzando de salir con Black, interesarte por Potter, pero no has logrado nada. Quizas logres algo con Pettigrew, aunque con la cara que tenía, se ha decepcionado de ti… Lily te ganó, ella es la princesa de Gryffindor y tú eres la ramera envidiosa de Slytherin.
- "Crucio" – Florence no resistió más, y Morgana cayó al suelo dando gritos y alaridos, el resto de las chicas la miró horrorizada.
- Pideme perdón – Dijo Florence con una mirada diabolica.
- No lo haré
- Te dejaré morir, Zewell. Te dejaré morir – Florence sonreía relajada.
- Perdón, no soporto más. – Florence alzó su varita, Morgana no se movió más y quedó boca abajo en el piso.
- Harrington ¿desde cuando sabes artes oscuras? – Dijeron Tara y Dana al mismo tiempo.
- Si, ¿desde cuando? – Eileen se tambaleó y cayó en la cama.
- Desde hace mucho. – Rápidamente volteó - no me provoques más Zewell, sino te mandaría al infierno con la maldición imperdonable que ya he practicado, cuídate. La única ramera envidiosa eres tú. – Florence sujetó su varita, tomó su capa y se fue al Gran Comedor.
- Solo quisiera saber quien te ha enseñado… - Morgana se levantó con sangre en la boca.
- No te imaginas quien me ha enseñado. Si tanto sabes, averigualo. – Florence tomó su capa y se fue. Pero Eileen iba detrás de ella.
- ¿Qué te ocurre? ¿Qué haces? – Eileen parecía enojada
- ¿Qué hablas?
- Esa no eres tú, tú no le haces tanto daño a la gente. Tú eres una buena persona…
- Apostaste al que no era. No soy una buena persona, lo que hice allá adentro es una prueba, tómala o déjala.
- ¿Qué te ocurre? Has cambiado mucho.
- No he cambiado, solo estoy mostrando quien verdaderamente soy. – Florence tenía la cara como la misma muerte, en su cara no había expresión. Snape llegó en ese momento y las miró a las dos.
- ¿Quién te ha hecho ser así? Quiero saber, no quiero morir sin amigas. – Eileen comenzó a llorar.
- No vas a morir sola… - Florence la miró con indiferencia.
- Yo no, pero tu si… Te has convertido en un monstruo, aléjate de mí. – Eileen se fue llorando.
- ¿Qué pasó ahora? – Snape se quedó perplejo.
- Es una larga historia.
- Quiero escucharla.
Cuando Morgana la insultó, Florence no se sintió muy enojada como otras veces, pero la reacción que tuvo, no supo explicarla ni ella misma. Era extraño, era como si alguien hubiera actuado por ella, a Snape le causó gracia, pero dijo que no volviera a hacerlo. Las chicas de su dormitorio, incluyendo a Eileen, si antes la respetaban, ahora le temían, ni siquiera la miraban a los ojos, y evitaban cualquier contacto verbal, físico visual. Quizás se había convertido en algo malo, pero nadie nunca la iba a lastimar. Eileen quiso hablar con ella, se trataban un poco de nuevo, pero Eileen la miraba con ojos temerosos, iba pasando el tiempo y esto iba haciendo que su enfermedad empeorara
En Quidditch perdió su primer partido y su situación no podía ser peor o más presionante…
- Vaya forma de jugar – Dijo un chico de Ravenclaw – ¿No sería mejor que te quedaras en el dormitorio? El mío está disponible. – Luego de esta afirmación un chispazo sonó por todo el Gran Comedor, segundos después el pobre chico estaba camino a la enfermería, si se metían con Florence, Snape buscaba la excusa perfecta para defenderla. Eileen a medida que pasaba el tiempo, se iba recuperando desde una recaída fuerte, en lo personal había salido varias veces con Remus a pasear, creando otra ola de rumores y chismes en la escuela, que se volvía cada vez más acalorada.
- ¿Qué hay entre ustedes? – Preguntó Florence mientras caminaban al aula de adivinación.
- Le agrado mucho. Me preguntó para ser novios, no se si sepas pero es un prefecto como tú. Eso lo hace más sensual.
- Ser prefecto no te hace sensual, solo mas ajetreado muchas veces. – Dijo Florence bostezando.
- Igual, creo que le diré que no. No tenemos futuro, voy a morirme algún día, puede ser mañana o quizás…
- Si así piensas, no deberías comer, desperdiciarías comida, no sabes si morirás mañana o quizás…
- ¿Me estás aconsejando?
- No, solo te doy mi punto de vista.
- Tienes razón, quiero hacerlo feliz. Ser formales para dejar de vernos en secreto. Es tan callado e inteligente, es el más maduro de los Gryffindors.
- No tengo comentarios para eso – Dijo Florence mirándola extrañamente. Tenía que alcanzar la entrada al aula de adivinación.
- Alumnos, tomen sus libros y… - El Profesor Catterpole se vio interrumpido por la entrada de Florence y Eileen. – Harrington, Jordan. Llegan un poco tarde. ¿Debo preguntar porque?
- Usted puede adivinar, dígalo usted. – Dijo Eileen causando que muchos rieran.
- Su inminente y prematura muerte no le hace perder el sentido del humor, ¿no? Señorita Jordan, siéntese. – Dijo Catterpole ignorando a los alumnos que reían. - … Como venía diciendo, tomen sus libros y abaranlos en la página 122, allí encontrarán el tema que estudiaremos el siguiente mes: Lectura de la Bola de Cristal, quizás algunos, los menos hábiles, solo distingan niebla, pero los más dotados puedan ver el futuro o señales importantes…
La clase de adivinación era entretenida cuando Morgana fingía haber visto el futuro de su compañero, en este caso Snape. Prediciendole una vida solitaria y llena de sufrimiento, haciendo que Catterpole se exaltara y se emocionara, caminando de un lado a otro, apremiándola y haciendo movimientos extraños dignos de cualquier baile aborigen; quizás de esta manera se olvidaba de los demás alumnos y fijaba su atención en esa pareja de trabajo.
- Aquí veo… - Florence se sumió en el silencio, observando como la ventana se estremecía con el viento que hacía afuera – Veo planes futuros, tendrás mucho dinero…
- Yo veo para ti, algo interesante. Tu vida estará rodeada por la forma de un animal… es extraño, parece un hipogrifo, o un grim… - dicho esto levantó su mirada Catterpole la observaba - … es… lo veo claro… es un dragón… un dragón negro.
- ¿Dijiste que viste un grim? – Interrumpió Catterpole.
- No, he visto un dragón, el dragón simboliza ambición, fortuna y si es negro quiere decir que…
- ¡Viste un Grim! – Catterpole dijo por lo alto.
- Ella vio un dragón, ¿qué simboliza Profesor? – Dijo Florence tratando de opacar su voz.
- ¡Dragones! Augurios de esperanza, quizás poder; te puede llevar a hacer buenas acciones o quizás nefastas. "Nunca le hagas cosquillas a un Dragón dormido", lema del Colegio. Dragón, simboliza la fuerza, determinación, poder. Hay que tener cuidado que se hacen con esas cualidades… - Catterpole dio la espalda – Pero un Grim, ya no se puede hacer nada. Solo esperar. ¿Quién de las dos vio el Grim?
- Nadie ha visto ningún Grim. – Dijo Florence algo hastiada de lidiar con aquel viejo testarudo.
- Eso veremos, Señorita Harrington. Eso veremos. Pueden irse, debido a la inspiración que me produjo la Srta. Harrginton, quiero 3 pergaminos donde el significado del Lema de Hogwarts se relaciones con la asignatura. – Hubo un murmullo de enojo. Algunos miraron a Florence de mala manera, mientras que otros recogían sus libros y se preparaban para irse. Florence salió lo más rápido que pudo. Iba por el pasillo cuando Eileen la detuvo.
- No te preocupes, no tienes la culpa. No te alteres – Dijo ella caminando a su lado.
- No estoy preocupada por eso, sino por el partido del sábado. Creo que vamos a perder, el buscador del equipo está desenfocado.
- Bueno… espera, tú eres la buscadora. ¿Por qué no practicas? Eres buena, casi tan buena como "La Legendaria Barbara"que jugó en Slytherin hace mucho – Dijo Eileen orgullosa
- Si, casi tan controversial como ella, vamos. – Florence y Eileen llegaron a los terrenos del colegio, sentándose en la hierba fresco, el sol se estaba poniendo al atardecer.
- Cuando cambiarás, eres imperturbable. – Dijo Eileen sentada en la hierba.
- No se, ¿Por qué crees que nunca cambio?
- No eres como las demás, no te gustan los chicos.
- Si me gustan, solo que no me manifiesto tan abiertamente… - Florence odiaba volver al tema de siempre.
- Hablamos de chicos y pareciera aburrirte, nunca te quedas lo suficiente y sabes como evadirlo. No es por criticar, pero esa es una actitud inmadura.
- No lo había pensado, no lo evado. Mira cautelosamente lo que hay frente ti. No todo es lo que parece. – Florence se echó en la hierba.
- Pareciera que ocultas algo. – Dijo Eileen
- Como sea…
- ¿No me vas a decir que ocultas? – Preguntó Eileen.
- No oculto nada, déjame en paz. – Dijo Florence. En un momento a otro Eileen quedó helada y se levantó.
- Flo… Flo… Florence mira eso. – Eileen temblaba mientras señalaba algo. Florence se levantó de la hierba y vio como un perro negro estaba a pocos metros avanzando con mirada audaz.
- ¿Qué ocurre?
- Es verdad, es un Grim… - Eileen retrocedió y salió corriendo, el perro enorme fue tras ella y Florence se levantó también.
- Perrito, perrito… ¿eres la muerte? – Florence sacó su varita de repente para captar la atención del enorme perro, quizás así no fuera tras Eileen. El perro se detuvo y Florence vio detrás que Eileen ya había desaparecido. El perro miró la varita y luego la cara de la chica, sus ojos azules se iluminaron.
- Bien, bien. Estoy frente a un augurio de muerte. No debes ser tan malo. Intenta quitarme la vida "Grim malevolo" y yo te la quitaré a ti. – El perro empezó a gruñir, el cielo ya se había oscurecido. Florence empezó a retroceder pero en un segundo el perro brincó sobre ella y la dejó en el suelo. Florence podía sentir el aliento cálido del perro y vio sus dientes. Su varita había caído a unos metros, Florence quedó paralizada hasta que el perro empezó a llorar, dando alaridos de tristeza aullando, nunca supo cuanto tiempo estuvo así, tocó la piel del animal y era peluda, era macizo y no se iba a mover, fue cuando vio la Luna llena brillar tras su silueta.
- Déjame ir, perro estúpido. – Florence trataba de zafarse, hasta que el perro volvió a mostrar sus dientes.
- Algo inteligente, actúas raro. Si no me dejas ir, vendrán por mí. – Florence se descubrió, estaba hablando con un perro. Mientras el perro acercó su cara a la chica y movió la cola, le empezó a lamer la cara y Florence trataba de evitar que le hiciera daño.
- Accio Varita! – Gritó Florence y su varita volvió a sus manos, el perro abrió su boca inmensa y le mordió una de las manos, inmovilizándola.
- Auxilio!!! – Florence vio su sangre en la hierba. Cuando un rayo pasó cerca de ellos.
- ¡Déjala, déjala! – Vio que apareció Severus Snape en gesto amenazante.- Bien. Bien. Te volaré en mil pedazos, ¡maldito perro! – El perro saltó sobre Snape y lo atacó, pese a ser delgado, Snape luchó fieramente, mientras Florence lanzaba un hechizo aturdidor.
El perro cayó de medio lado y Snape se levantó, su mirada fue directo a la chica.
- ¿Estás bien?
- Si, vaya susto. Ese perro es de grandes dimensiones. – Florence estaba algo despeinada, con saliva del perro en la cara.
- Ahora mismo lo voy a matar. – Snape volvió su mirada al perro pero ya no estaba. Un aullido salvaje se escuchó.
- ¿Era un Grim? – Florence se levantó tambaleándose
- Por supuesto que no. No se porque crees en eso. Solo un perro idiota con hambre. Mejor es que entremos.
- No me atacó, solo me lamió la cara. No me quería dejar ir. – Florence emprendía camino de regreso junto a Snape.
-Extraño, perros que lamen a chicas de 15 años… - Snape iba enojado. Entró al gran Salón y vio a Eileen rodeada de alumnos, al verla salió corriendo.
- Aun estás viva, pensé que el Grim te había llevado. – Dijo Eileen con lágrimas en los ojos.
- Gracias por acudir en mi ayuda – Dijo Florence mientras envolvía su brazo ensangrentado.
- No es ningún Grim es solo un perro salvaje…
- ¿Qué ha ocurrido Srta. Harrington? – Dijo El Prof. Spencer en aires de preocupación.
- Un perro negro y grande me estaba lamiendo y me retuvo. Luego me mordió por accidente y Snape me lo sacó de encima.
- Oh, que acto de valentía – Dijo Spencer saltando como un trompo. – 5 puntos Señor Snape por tal acción heroica y valiente. – Florence se sentía avergonzada por las palabras de Spencer, la había hecho quedar como una chica inútil. Aun no entendía la actitud extraña de los animales… primero esa rata chillando de rabia y luego ese perro negro sobre ella. Eso no fue todo, en la mesa de Gryffindor había malas caras, pudo ver que la pandilla de James estaba ausente y las chicas desfilaban sus caras de incredulidad…
- De seguro fue un teatro montado, carece de atención… - Dijo Felicia mientras Ruth movía la cabeza en forma afirmativa.
- Que obra, a ver si la atacan más seguido, así recuperaran los puntos perdidos en Quidditch – Dijo una chica de séptimo de Ravenclaw con una sonrisa.
Todos los alumnos odiaban a Florence, quizás por ser diferente o por tener una actitud contraria a la de todos ellos. Podía hacer maldiciones y hacerlo quedar como una situación inocente, si se lo proponía podía humillar a sus rivales en el campo de Quidditch y por si fuera poco era prefecta. La verdad que ella nunca había buscado problemas, ya que usualmente los problemas venían a ella, sentía un perfume en su piel, un perfume que ya había olido antes. Era el aroma que Sirius tenía, pero… no lo había visto en todo el día. Tomó un baño para ir a la sala común a terminar su tarea de Pociones, hasta que se quedó dormida en la mesa.
Por su mente andaban diversos pensamientos diversos, sus sueños se transformaban en pesadillas. Podía ver su condena, podía ver que el Ministerio la capturaba… era solo una pesadilla.
- Despierta – Escuchó fuerte y claro. Al abrir los ojos no vio a nadie, todo estaba oscuro. Se levantó de su asiento y se fue a los pasillos le tocaba guardia hasta las 11 y apenas eran las 10 en punto.
Estaba cerca de la puerta que lleva a los terrenos y vio a unos chicos que se acercaban.
- ¡Alto ahí! – Dijo ella iluminando el vestíbulo. 3 chicos se voltearon, eran James, Sirius y Peter…
- Quiero una explicación a esto. – Florence estaba frente a ellos, quienes lucían exhaustos.
- Eh… estabamos paseando.
- Se supone que Remus ya debería andar por aquí… - Dijo Florence comprobando la hora – es su turno.
- ¿Ahora también tuteas a Remus? Le voy a advertir de tus intenciones. – Dijo Sirius con voz enfadada.
- 10 puntos menos para Gryffindor, deberían estar en su sala común. ¡Suban ahora! – Florence retrocedió.
- Entonces deberían quitarte puntos por andar acostándote con cierto chico en… - Sirius tenía la cara tensa pero calló.
- ¿Qué has dicho?
- Nada, vamos Sirius. Se nos hace tarde.
- Cuidado Black, cuida lo que tu sucia boca suelta, no te gustaría terminar en San Mungo para siempre. – Florence sonaba algo dura pero firme acercándose amenazante a su cara, oliendo el mismo aroma que había sentido impregnado en su piel horas antes y observando aquellos ojos claros – Mi vida no te compete en lo absoluto.
Sirius hizo algo parecido a un gruñido y le dio la espalda, Florence tenía la sensación de haber visto esos ojos en alguna otra del día y fue cuando se acordó del perro negro, aquellos ojos eran iguales a los de Sirius, aquel aliento cálido aquel aroma salvaje… ¿Sirius Black se había transformado en perro? Miró desconcertada su hallazgo y vio a Peter moviendo la nariz viéndola con sus húmedos ojos. Se asemejaba al movimiento y mirada de una rata, una rata erizada y rabiosa muy parecida a la que había visto aquella noche del baile.
Recordaba bien el momento, sumida en el placer producido por estar con Snape y vagamente una rata inmóvil a unos metros. La rata la había observado mientras estaba con Snape, no había hecho nada por ahuyentar a la rata puesto que no pensaba que fuera algo importante, pero si Sirius sabía que ella había estado con un chico en el baile era porque se lo habían dicho, ¿la rata le había contado? Vio en su mente todo claro, la rata la estaba observando de nuevo, Pettigrew aun la observaba en el vestíbulo, Peter había adquirido un rostro sombrío, la rata había sido Peter… Sirius el perro… había Luna llena y Remus no estaba, mientras que James estaba allí subiendo a su sala común.
Fin del Capítulo
No es por nada pero Florence empieza a asustarme un poco, quizás Catterpole es acertado en sus adivinaciones. Ahora mis mensajes personales a ustedes…
Malu Snape Rickman: Hola, aquí me tienes actualizando el fic, tengo ganas de publicarlo rapidamente… así no pierdo la chispa que tengo. Me halaga mucho que te esté gustando, gracias por expresar tu opinión, es muy valioso ara mi recibir una respuesta positiva de ustedes los lectores. Tremendo nombre!!!!!
Arwen: Me imaginaba que estarías leyendo el libro J yo lo leí también, con respecto a la muerte… sin comentarios. Al menos no fue Snape, pero igual me dolió. No sigo diciendo más, no quiero dar spoilers del libro. Gracias por tus múltiples reviews, me alegraron el día. Me sigues dando ánimos de escribir… Aquí seguiré publicando mis capítulos, le agarré amor a esto. (Rowling ahora si entiendo)
Snapesita: Déjame darte un abrazo * Alexandra86 le da un abrazo * Yo también tenia el presentimiento de que era Snape, por eso quise hacer el fic. No te creas, muchas personas pensamos que la Florence del libro, fue la que besó a Snape en los invernaderos, esa anécdota fue muy a lo Snape. Por cierto lindo nick!! ¿Snape cambiar de actitud? Es posible, después de todo,los seres humanos somos cambiantes, pero acaso. ¿Será Snape un ser humano? (No creo que pueda cambiar a Snape y hacerlo amable, dejaría de ser Snape, pero haré un intento de hacerle ver mejor las cosas, jejejeje)
