Hola a todos de nuevo, es tiempo de un capitulo actualizado, espero que les agrade y como siempre espero sus comentarios los cuales con gusto responderé. Llevo varios capitulos escritos y este es uno en donde al fin Florence empieza a preguntarse que sucede en su vida y que relación existe entre ella y Snape. Bien, aquí va el capitulo…

Capitulo 10 ¿Qué somos nosotros?

Florence le pareció que aquel día era de lo más extraño. Cada día que pasaba un peso más se ajustaba a su cuello, pretendiendo ahorcarla, practicaba a tiempo completo el Quidditch, mientras tenía la responsabilidad de ser prefecta y de asistir a sus clases completas, además de estar entrenándose para los TIMOs. Era un infierno, y no tenía tiempo para poner las cosas en orden, todo pasaba lentamente, observando que tenía un montón de cosas pendientes…

- ¿Qué clase de vida es esta? – Gritó Tara después de la cena, mientras terminaba su tarea de encantamientos – Ustedes dos niños, 5 puntos menos. – Unos chicos que saltaban en la sala común se fueron enojados al gran salón. Mientras los de quinto año estaban terminando las asignaciones.

- Quiero maldecir a alguien – Dijo Morgana observando agotada su pergamino.

- Con tantas tareas, no podré ver a Remus hoy. – Dijo Eileen triste, mientras las demás la miraban reprobatoriamente.

- Veo que te recuperas por completo, ya no estás vomitando en las mañanas. – Dijo Florence alegre – El amor te ha curado.

- Es verdad, mamá también me lo ha dicho. Quizás viva mucho más tiempo, ¿no es eso bueno?

- Quizás – Dana miraba en su sillón algo ida.

- ¿Tu no haces tareas? – Preguntó Florence sin mirarla.

- ¿Yo? – Dana guardó uno de sus pasteles – No entiendo pociones, de resto todas están listas.

En ese momento el Profesor Spencer entró a la sala común de Slytherin.

- Señorita Ustinov, por favor acompáñeme a mi despacho. De inmediato, creo que olvido que tenía detención conmigo.

- Oh, es verdad – Dijo Tara lanzando su pluma al piso nerviosa – Ya voy, debo prepararme. Enseguida voy para allá.

- La esperaré en mi oficina.

- ¿Qué clase de detención tiene Tara que necesita prepararse? – Preguntó Florence algo bajo.

- Quien sabe. – Dijo Eileen sin prestar atención. - ¿sabes que otras señales hay para reconocer a un hombre lobo? Me faltan 5 y se nada más las básicas, las que vimos en tercero, pero…

- No se, yo no soy profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras. – Dijo Florence sin importancia.

- Existe la transformación a mediados de Luna Llena, colmillos largos, pecho ancho, aspecto débil luego de recuperarse de la transformación.

- Espera un momento. – Florence se detuvo un momento. Sirius era el perro, Peter era la rata, Remus nunca estaba casualmente en luna llena, los chicos merodeaban de noche, las noches de luna llena. ¿Por qué? ¿Qué ocultaban? ¿Qué trató de averiguar Snape la vez pasada?

- Sino me vas a decir nada, iré a donde Spencer. Ya vuelvo.

- Remus Lupin es un hombre lobo – Murmuró Florence con mirada perdida. – ¡Que locos!

A medida que avanzaban las horas la sala se vaciaba y al final quedaron Snape y Florence

- ¿Algo atrasada? – Dijo Snape mirándola hacer tareas

- Si, creo que mucho. Me duelen los huesos, mañana hay Quidditch…

- ¿Qué haces allí? Deberías andar durmiendo, debes descansar si quieres ganarle a esos imbéciles de Gryffindor.

- No puedo, el deber es el deber. – Florence miró exasperada. Mientras Snape se paró al lado de ella observando sus anotaciones de "Historia de la Magia".

- Escogiste hacer la peor de las tareas, Historia, ¿sabes? No entiendo un cuerno.

- Y aun me falta pociones y encantamientos.

- Ven aquí – Snape le quitó la pluma y la levantó de la silla.

- ¿Qué haces?

- Te voy a llevar el dormitorio, tienes que dormir. Lo vas a hacer ahora.

- Aun me quedan fuerzas, déjame terminar.

- Pues te terminaré de agotar las fuerzas. Ve a dormir ya, Slytherin no puede perder la copa por tu culpa.

- Está bien, recogeré mis cosas y me iré a dormir.

- Te observaré aquí hasta que vayas al dormitorio, me cercioraré que estás dormida. – Snape la miraba firmemente.

- No puedes entrar al dormitorio, está prohibido. – Florence se estiró un poco – No me tientes para quitarte puntos, soy prefecta.

- No fuiste tan dura la otra vez que te sacudí en ese dormitorio ¿eh? – Snape la miró fríamente pero en el fondo un tono de burla.

- Cállate – Florence miró nerviosa a la puerta. – Alguien puede oírnos.

- Mira quien tiene miedo ahora. – Dijo Snape sarcástico.

- Sirius y Peter lo saben, saben lo que hicimos la noche del baile.

- ¿Si? ¿Cómo lo saben? ¿Se los dijiste? – Preguntó Snape algo pálido.

- Claro que no. Peter no vio mientras tú y yo… ya sabes. – Florence bajó la voz cautelosa

- ¿Nos vio? ¿Cómo lo sabes?

- Porque lo vi en el momento en que tu y yo…

- ¿Eres acaso una enferma sexual?, viste a Pettigrew viéndonos hacerlo y ¿no hiciste nada? ¿No me avisaste?

- No sabía que era él. Ahora me di cuenta.

- Vaya, tu y yo estábamos juntos viste que alguien nos veía y no… - Snape estaba perdiendo la paciencia.

- No era alguien, era una rata. Pensé que era la rata de Eileen, pero "Precioso" se quedó en casa de Eileen. La rata me miró rabiosa con los pelos erizados a la mañana siguiente. Mira igual que Pettigrew.

- Quieres decir que… - Snape la miró inquisidoramente.

- Quiere decir que Peter es animago. - Si Florence esperaba que Snape se asombrara quedó sorprendida, Snape echó una carcajada malvada.

- Pettigrew, el poco ilustrado, el imbécil que casi quema su varita con cualquier encantamiento tonto. Lo dudo.

- Severus hazme caso. Desde esa noche Sirius y Peter me miran feo, saben que tu y yo…

- ¿Cómo lo sabe Sirius? – Preguntó Snape divertido con la teoría.

- Se lo dijo Pettigrew, luego Sirius me atacó en forma de perro…

- ¿Cómo? – Snape no se lo creía.

- Sirius es un animago también, es un perro negro. El mismo que me lamió en los terrenos, solo me quería retener. Lo vi la noche en que Sirius te hizo la broma también. El aroma es el mismo, lo sentí.

- ¿Aroma? ¿Cómo sabes como es el aroma de Sirius? – Snape cambiaba su tono a algo parecido a los celos.

- Porque se me acercó luego de que el perro me atacara, mientras hacia guardia. Sus ojos eran iguales, dio un gruñido y sentí que el aroma del perro era el mismo de Sirius.

- Debes estar bromeando. – Snape se sentó algo atontado. – Para ser animago, se requieren condiciones especiales, en este siglo nada más existen 7 animagos registrados, es muy vigilado por el ministerio. ¿Crees tú que Dumbledore lo permitiría?

- Eh… - Florence lo miró pensativa.

- Bueno, me respondo a mi mismo. Es posible que Dumbledore deje a James y su pandilla quemar el colegio y recibiría un premio especial. El punto es que ser animago es complicado para unos chicos de 15 años. Si fuera cierto, iría ahora mismo a donde Dumbledore y se lo contaría.

- Es como las artes oscuras, el ministerio lo vigila, el colegio lo prohíbe, cualquier chico de 15 años no lo podría hacer, pero tu y yo las manejamos bien…

- Es diferente. – Snape no quería discutir más. – Me convenciste, me voy.

- Antes que te vayas, quiero hacerte una pregunta…

- Vamos, rápido. – Snape se levantó del asiento.

- ¿Qué somos nosotros? O sea tú y yo… - Snape iba a responder cuando apareció Eileen riéndose.

- Florence, a que no adivinas. – Dijo Eileen

- ¿Sabes? No soy buena en adivinación, dime que es lo que ocurre… - Florence estaba a punto de colapsar, había sido interrumpida en la mejor parte de la conversación.

- Tara estaba besándose con Spencer cuando fui a preguntarle lo de los Hombres Lobo.

- ¿Qué? – Dijeron Snape y Florence al mismo tiempo.

- Si, ya sabemos porque hay detenciones extra para ella. Me prohibieron contárselo a alguien, sobretodo a Evan… - Dijo Eileen riéndose.

- ¿Evan? – Snape estaba si creerlo.

- Evan y Tara son novios, a escondidas. Desde hace tiempo, siempre se besan tras los invernaderos, así que es probable que Bertha Jorkins los haya visto a ellos en vez de a ¿ustedes?

            Hubo un silencio, en el que Eileen sonrió cómplicemente,

- ¿No es excitante tener romances ocultos? – Dijo Eileen.

- No – Dijeron Snape y Florence al mismo tiempo.

- Tara a estado jugando doble, vaya ambición. – Dijo Florence sin creerlo.

- Es mucho por hoy, si me disculpan debo irme a dormir. – Snape se fue sin decir más.

- Bien, creo que yo también necesito dormir un poco, Spencer y Tara… hay que ver. – Florence fue a su dormitorio con Eileen, tenía aun la duda de la pregunta que le había hecho a su amigo, si así se le podría llamar. Pero que más daba, unas cuantas horas después la historia era otra…

- Aquí viene el equipo de Gryffindor, liderizado por James Potter quien llega triunfante al campo – Dijo el comentarista del partido, un alumno de 7mo año de la casa Hufflepuff. Narraba lo que veía, James Potter miraba al campo y saludaba, lanzándole besos a Lily y a todas las chicas, los demás del equipo iban valientemente en sus escobas saludando.

- Y ya llega el equipo de Slytherin, con su atractiva y peligrosa buscadora Florence Harrington. – Un pequeño abucheo se escuchó en las gradas, era normal. El colegio entero contra Slytherin, en contra de Florence.

            Se alinearon y la quaffle empezó a recorrer el campo llevada por los cazadores de Gryffindor. Los de Slytherin empezaron usando sus tácticas, revolotear veloces alrededor de los otros jugadores causando confusión sin poder ser condenados por hacer trampa. Florence iba planeando por el campo velozmente pendiente de cualquier movimiento o destello dorado, su cabello estaba amarrado para mejorar la visión, fue cuando sintió un rastro tras ella, una de las golpeadoras de Gryffindor había lanzado una bludger, oyó un silbido rápido y la gran bola impactó contra su cara, sintiendo el frío de la bludger y la sangre salir afuera.

- Y eso fue… falta! – Dijo el chico de Hufflepuff  que comentaba el capitulo incrédulo – Parece que Patt Fergunson quiere desfigurarle la cara a Harrington, ¿logrará hacerlo?

- ¿O será otra chica del club de fans de Sirius? – El público dio una carcajada, cuando Mundungus Fletcher tomó el megáfono por un momento, haciendo que la profesora Mc Gonagall lo regañara.

- Volviendo al tema, penalti a favor de Slytherin, oh, parece que Harrington ha sido afectada por la bludger…

            Era cierto, Florence había perdido la orientación, no paraba de sangrar por la boca, sentía que una de sus muelas se había salido de lugar. Rápidamente limpió su boca con la túnica y vio borroso adelante. Pasaron 5 minutos para que volviera a la plena acción, mientras el marcador indicaba 30 a 20, a favor de Gryffindor.

- Esa gran jugada de James Potter, ha metido en el aro central… - Los chicos y más aun las chicas gritaban y Florence sentía presión en sus oídos, quería acabar rápido con aquello. La vista estaba despejada, el camino también aun sentía el calor de la sangre y su mirada furiosa paso de Potter a Fergurson, la chica que la había golpeado, en un arranque de enojo tomó su varita y le apuntó a su corazón, pero un destello dorado pasó frente a sus ojos; era la snitch.

            Siguió el camino, fue tras la snitch como nunca antes, con la adrenalina corriendo por sus venas, al mismo tiempo que impulsivamente no podía apartar pensamientos que giraban como torbellinos en su cabeza. Fue hacia el golpeador de Slytherin más cercano y tomó el bate siguió planeando velozmente. Vio una bludger hacia su cara de nuevo, sin pensarlo dos veces, impulsó todas sus fuerzas en el bate para impactar la bludger, e hizo que el bate se rompiera y que la bludger corriera hacia otra dirección con mucha más velocidad de la que se la habían mandado. No le dio tiempo de ver, su mirada estaba fija en la snitch que perseguía. Vio otra escoba planeando cerca de ella, esperando ver a Jim Matthews el buscador de Gryffindor, volteó un segundo y vio a James Potter quien sonreía amablemente. No lo miró más y fijó su mirada en la snitch, Potter la estaba alcanzando rápidamente, y el no era el buscador. Por un segundo James movió sus labios hacía Florence lanzándole un beso mientras agarraba la snitch, pero por un segundo la snitch siguió de largo resbalándose de las manos de James, perdiendo el equilibrio, dándole ventaja a Florence quien atajó la pequeña Snitch e hizo que su escoba se partiera por el frenazo que había pegado, cayendo al piso algo herida, pero enérgica, triunfante y sangrante. Estaba de pie, con la pierna lastimada debido a la caída de la escoba y la mano entumecida por el golpe, su cara sangraba y su respiración era agitada. Había ganado la copa, todos sus compañeros de equipos gritaban eufóricos.

            Al siguiente instante sintió que una marea verde caía sobre ella, apretujándola y asfixiándola, se hundía en la multitud alegre que la aclamaba, iba hacía el piso cuando alguien la sujetó, se iluminó al ver dos ojos negros delante de ella.

- Lo hiciste, lo hiciste Harrington. – Snape la tomaba en sus brazos para atajarla, del shock no podía moverse. Florence miró al cielo y cayó desmayada en sus brazos. Snape avanzó entre la multitud con la chica entre sus brazos, volviéndola lúcida de nuevo.

- Vamos, tienes que ir con ellos a buscar la copa. – Dijo Eileen gritando a su lado, mientras canciones se oían de fondo y un ambiente festivo inundaba los alrededores. Se logró poner en pie tambaleándose, Wilkes y Lestrange la sujetaron y sintió palmadas de apoyo en su espalda. Alguien lanzó agua fría sobre ellos y sintió como su cara era envuelta en una extraña frescura.

            Al final estaba Dumbledore con la copa de Quidditch, los profesores estaban atónitos y callados, mientras el equipo avanzó hacia el director. La copa era tan pesada que Florence no pudo tomarla sola, el capitán del equipo la alzó por lo alto con el resto del equipo, mientras el resto de las casas miraban incrédulos y decepcionados. Florence miró de lejos a alguien envuelto de ramas y hierba: James Potter recuperándose de su golpe.

- Potter es un maldito arrogante, ¿qué trataba de hacer? – Dijo Rosier en la enfermería cuando Florence se recuperaba horas mas tarde.

- Trataba de seducirme, para hacerme caer de la escoba. Claro que le salió mal ese beso que me lanzó al final. – Dijo Florence con unos vendajes en la cara, en su mano estaba su muela que había caído del golpe.

- Lo hiciste bien – Dijo Dana muy optimista.

- Excelente – Dijo Tara

- Pudo haber sido mejor – Dijo Morgana algo celosa y sujetándose de Ivan.

- Mereces una recompensa. – Dijo Snape – Bien hecho Harrington.

- Pobre Remus, es un perdedor digno. Me felicitó, dijo que jugaste bien… - Dijo Eileen mirándola.

- Pese a las canalladas de su amigo Potter – Gruñó Lestrange golpeando una mesa.

- Vamos a continuar la celebración en las mazmorras… - Dijo Lestrange

- Si, es mejor. Aquí no hay ambiente – Dijo Morgana queriendo irse.

- Eres el motivo de nuestra victoria.  – Dijo Snape sin quitarle la vista de encima. – Toma esta poción curativa, te hará sentir mejor…

- Nos vemos. – Dijo Florence algo más tranquila en su cama, tenía ganas de dormir como nunca antes.

Una de las presiones se había ido, mientras aun quedaba mucho por hacer. Solo luego de unas semanas, pudo relajarse al ir con Eileen a Hogsmeade. La próxima semana empezarían los TIMOs tras duros esfuerzo y estudio, luego de varios días enteros presentando pruebas y practicando magia frente a los jueces, se quedó estudiando en la biblioteca para el último examen de los TIMOs: Encantamientos.

Luego de terminar las clases, Florence se dispuso psicológicamente para pasar otro verano en casa de su padre, ya todo sería diferente.  En la estación de King Cross, Florence descubrió a su padre hablando con John Potter.

- Bien John, no se si sepas pero estoy orgulloso de lo que están haciendo. El Señor Tenebroso será derrotado algún día. Florence ya llegaste.

- Hola papa, Hola Señor Potter… - Dijo Florence arrastrando su baúl. Su padre la miró detalladamente y el Señor Potter le sonrió.

- Tu hermosa hija. ¿Sabes donde está James?

- No se. Probablemente… - Florence iba a lanzar un comentario ofensivo, pero se contuvo - … este con su pandilla.

- ¿Te llevas bien con el? ¿Son amigos? – Preguntó su padre interesado por primera vez en los temas concernientes a su hija.

- No mucho. Como tú sabes, estoy en Slytherin, segundo soy prefecta y les he quitado puntos varias veces. También soy buscadora del equipo y me he encargado de hacerlos perder, por último mi mejor amigo es su peor enemigo. Nuestra situación no podría ser más amistosa, admito no tener nada en contra de su hijo, Señor Potter.

- Cuida tus modales jovencita. Que poco cortés eres. Eres tan arrogante… - Dijo el Señor Harrington

- James también es arrogante. Tú también lo eres, siempre crees saberlo todo pero no es así. – Florence fue bastante precisa, y su padre hirvió de rabia pero se contuvo al ver llegar a una pareja cerca de ellos.

- Hola Padre, me alegra verte al fin. – Dijo James sonriendo mientras traía a Lily del otro lado tomada de la mano.

- Hola Hijo, me alegra verte también. Bien acompañado ¿Quién es esta bella señorita? – Preguntó John Potter antes la mirada de incredulidad de Donald quien aun lanzaba chispas hacía su hija.

- Es a lo que vengo, ella es Lily Evans mi novia. Quería que la conocieras… - Dijo James.

- Es un gusto conocerlo Señor Potter y usted… - Lily miró por unos segundos al Señor Harrington.

- Yo soy Donald Harrington, Evans, es un placer conocerla. No creo haber escuchado su nombre alguna vez.

- Es porque sus padres son muggles. – Dijo Florence en tono explicativo.

- Vaya, fascinante… muggles. – Dijo John Potter sonriendo.

- Si, papá es la bruja más lista de la clase. También la más hermosa. – Dijo James sonriéndole bobamente a Lily.

- Me haces sonrojar. No soy la más inteligente, Harrington tiene mejores notas que yo. – Dijo Lily en un gesto de modestia.

- Oh, es un placer haber charlado con ustedes. Pero ahora debo irme, Florence lleva tu baúl nos vamos en auto. Los elfos aguardan en la puerta.

- No esperes algo bueno de mí. – Dijo Florence harta de la actitud reprobatoria de su padre.

- No se que hice para merecer una hija tan  malcriada y desobediente como tú. Le has roto el corazón a tu madre, tú y esas convicciones de quedarte en Hogwarts en Navidad. Tu madre ha llorado, bastarda infeliz, ¿nunca puedes hacer nada bien? Te hemos dado todo ¿y así nos pagas?

- Basta, no sigas… No soy ninguna Bastarda – Dijo Florence tratando de no voltear hacia James y Lily, si su padre quería avergonzarla lo estaba logrando.

- Te noto algo distinta, jovencita. No reproches más y ve al auto, estamos perdiendo tiempo. – Dijo Donald ante la mirada asombrada de los demás.

- Vamos Donald no seas rudo. Es solo una chica, todos los chicos pasan por momentos de dificultad para adaptarse.

- Ella ha sido una desadaptada desde…

- Desde que quedé en Slytherin, si padre lo se. Gracias por su comentario Señor Potter, pero no paso por momentos de dificultad.

- ¿Ves? Yo nunca la enseñé a ser grosera. Vámonos ya, no quiero mas dramas y espectáculos.

- En cuanto a que me has dado, no sabría que tiene mas peso, si tu incomprensión  o tu inflexibilidad. – Florence tomó su baúl y con serenidad lo arrastró hasta el coche que les esperaba.

Cuando iban en el camino, El Señor Harrington perdió su clase, sus aires de ser un millonario feliz y un padre ejemplar, lo primero que dijo fue…

- Otro momento como ese Florence Marie, y desearás no haber nacido nunca en nuestra familia, niña imbécil. – Dijo empuñando su bastón y tomando la túnica de su hija

- Otro insulto más, y te lo juro, no desearás que haya pertenecido alguna vez a tu familia. – Dijo Florence temblando de rabia.

- Tú has sido un desperdicio de tiempo, no vales nada… ¿qué es ese olor? – Donald se acercó a su hija y percibió un aroma distinto. – Ese aroma a chico, a masculinidad, ¿qué has hecho? ¿Quién te ha deshonrado? Dímelo – El Señor Harrington gritó descontrolado en el coche.

- Que sabes tú. No te importa. Déjame en paz  - Florence se apartó de él.

- No permitiré que andes de brazos en brazos, dime quien te ha deshonrado…

- Nadie, no ha sido nada. Déjame en paz. – Florence se tapó el rostro para llorar y dentro de su cabeza retumbó la voz de Snape, "no llores por gente que nunca lloraría por ti".

- Respondeme Florence Marie, ¿Quién ha sido? No quiero que mi casa viva ninguna ramera barata.

- BASTA, ¡HE DICHO BASTA! – Florence tomó su varita y apuntó al corazón de su padre, estaba dispuesta a todo… No iba a tolerar más malos tratos hacia ella.

- ¿Vas a matarme? ¿Eso te han enseñado? El Próximo año irás a Beauxbatons, no entiendo porque Dumbledore no te ha logrado enderezar.

- No iré a ninguna escuela. Me quedaré en Hogwarts…

- Soy tu padre, debes respetar mis decisiones…

- No lo haré, si para ti no valgo nada, tú tampoco vales nada para mí. Soy lo que soy por ti, me tratas mal con motivos infundados, siempre has creído cosas malas de mí. Es curioso cuando las mentiras que te repites a diario terminan siendo verdad.

- Cállate, no tienes derecho a hablar. Pasarás el resto de tus vacaciones encerrada en tu habitación, así tenga que maldecirte – El Señor Harrington gritaba descontrolado botando saliva.

- Iré a donde me plazca, nadie me va a decir que hacer, mucho menos tu. – Pero fue una equivocación decir aquello, su padre la abofeteó en menos de un segundo volteándole la cara. Florence lo miró con odio y no le volvió  dirigir la palabra en todo el viaje.

- Hola Florence ¿Cómo te ha ido? – Preguntó su madre cuando llegaban, ella busco abrazarla pero Florence huyo a su mirada

- Bien mamá. – Florence tenía varias lágrimas asomadas. – No voy a cenar hoy. – Dicho esto se fue a su habitación. El señor Harrington venía detrás algo enojado y tenso.

- Oh Donald ¿Qué hiciste ahora? – Dijo Janice preocupada.

- Contesta mal, alguien debe ponerla en su lugar. – Dijo Donald sacándose la capa de encima. – Hace lo que quiere.

            Por su parte Florence no hizo más que acostarse en su cama boca abajo, esperando que las vacaciones pasaran rápido. No podía evitar sentir rabia al verse humillada por su propia familia. Pudo haber lastimado a su padre, pero no tuvo el suficiente valor. No valía la pena llorar pero lo hizo, se sentía desgraciada y vacía, justo como momentos después de haber peleado con su padre en Navidad.

            El Señor Harrington quizás no lo odiaba, pero era obvio que no tenía tacto a la hora de tratar sus asuntos familiares, sobretodo si involucraba a su hija menor. Nunca había tenido problemas con sus demás hijos, sabía entenderse, eran varones, nunca tuvo tacto a la hora de disciplinar a su hija. Además sus otros hijos siempre habían sido marionetas que obraban según lo que dijera el padre, pero su hija no era así, rebelde y con una propia causa. Era una de las pocas chicas que no disfrutaba para nada sus vacaciones. Pero afortunadamente, pudo conseguir permiso de su madre para irse a casa de Eileen por unos cuantos días.

            Florence estaba en la estación de trenes central y descubrió a Eileen vestida como muggle junto a su madre.

- Hola Eileen. – Dijo Florence abrazándola

- Hola Florence, que bueno que estés aquí. Puntual y lista ¿no? Adivina que…

- ¿Qué ocurre?

- Conseguí tickets para ir a ver la inauguración de los Mundiales de Quidditch en Rusia. El ministerio como indemnización por lo de mi padre, nos ha ofrecido 3 boletos gratis con gastos pagos y todo. – Dijo Eileen celebrando.

- ¿Quieres que vaya contigo?

- Claro, iremos con mi hermano que es mayor de edad. Ella es mi madre. – Señaló Eileen a una señora que saludaba sonriente. Era de color y delgada, de rostro amable.

- Un placer señorita Harrington, ahora las dejo. Debo volver a trabajar con Madame Malkin.

- Ven, iremos a casa… - Florence esperaba que Eileen la llevara a un lugar mágico, pero la llevo a una urbanización muggle. Eran casas bonitas y acomodadas, de dos pisos y con un lindo jardín trasero y delantero, se acercaron a una especial, tenía Flores creciendo por todas partes y una enredadera en las paredes de la fachada. Las chicas entraron y descubrieron una casa acogedora y ordenada, con un olor a limpio y fresco. Un joven bajaba por las escaleras.

- Lawrence, ella es mi amiga Florence Harrington. – Dijo Eileen dirigiéndose a su hermano mayor que tendría unos 23 años.

- Hola Florence, Eileen me ha contado mucho de ti y tu familia…

- Hola Lawrence, ya veo. Mucho gusto.

- Ashley me espera… - Dijo el joven poniéndose botas de cueros y una chaqueta de piel de iguana – Me veo como un muggle, adiós niñas.

            Luego que se fuera Lawrence, Florence y Eileen subieron a la habitación. Era una habitación mediana con muchas cosas pegadas en las paredes, la cama tenía una gran sabana rosada y la ventana daba hacia la calle muggle, era un vecindario tranquilo. Florence se asomó para observar afuera y cual fue su asombro al descubrir un grupo de chicos vestidos con túnicas dirigiéndose hacia la casa, iban riendo y armando jaleo, eran 4… Florence se ocultó y los siguió observando, era la pandilla de Gryffindor. Casi pega un grito de desagrado cuando Eileen le pregunto que pasaba, pero antes de responder la puerta sonó.

- Espera – Florence siguió a Eileen escaleras abajo y antes de decirle nada abrió la puerta.

- Hola Eileen – Dijeron los 4 chicos al mismo tiempo. Eran James, Remus, Sirius y Peter. Eileen miró asombrada y volteó hacia Florence.

- ¿Qué hacen aquí?

- Los chicos consideraron necesario venir acompañarme a visitarte. Quería ver si querías venir conmigo al callejón Diagon. – Dijo Remus caballerosamente.

- Oh, pues. No se, tenía otros planes.

- ¿Planeabas salir con otro chico? – Preguntó Sirius risueño.

- No, es que Florence…

- ¿Florence? ¿Está ella aquí? – Dijeron Sirius y Peter al unisono.

- Si de hecho está aquí al lado mío – Eileen la señaló abriendo la puerta, los chicos lograron verla y se quedaron fríos.

- Hola muchachos, gusto en verlos. No te preocupes Eileen, ve a divertirte.

- No voy a dejarte sola…

- No es necesario, ve con Remus. – Dijo Florence comprensiva – No tengo problemas.

- Bien, Remus busco mi varita y nos vamos. – Eileen sonrió y subió a su habitación. Los chicos entraron y se sentaron en un sofá en frente de Florence quien miraba poderosamente como siempre.

- No debieron haber venido así, vestidos como magos. Los muggles pudieron verlos. – Le reprochó Florence.

- No importa. – Dijo Sirius mirándola aun con resentimiento. – Hoy nos divertiremos a lo grande.

- ¿Quién te preguntó Black? – Florence fijo su mirada en él.

- ¿Podríamos hablar a solas Florence? – Dijo Sirius atentando contra su orgullo.

- Creo que Eileen me llama – Dijo Remus subiendo escaleras arriba.

- Vaya, Remus nos ha ocultado cosas, ya se conoce la casa de memoria, hasta puede oir voces mudas. – Dijo Peter

- Peter,  ¿saben creo que es mejor ir afuera? Vi un Manzano en el patio que tiene buenos ejemplares.

- Bien, Sirius ¿no vienes? – Dijo  Peter sin entender

- No – Dijo este rudamente. Cuando Peter y James salieron de la casa, Sirius miró a Florence cerca.

- ¿Qué quieres? No tenemos nada que hablar. – Dijo Florence poniendo los puntos claros.

- Quiero que me digas. ¿Qué te ocurre? ¿Por qué me abandonaste en el baile? – Dijo Sirius con voz herida.

- No te dejé… solo fui a dar una vuelta.

- ¿Qué hiciste? Desapareciste toda la noche y el no haber regresado a tu sala común me dice mucho. Estuviste con alguien…

- Si lo sabes, ¿Por qué lo preguntas? Jamás te he dado esperanzas, no he tenido intenciones de herirte debido a que nunca te di falsas esperanzas.

- Deshonraste mi nombre. Y yo sigo como un idiota amándote.

- Sirius Black, tu y yo no tenemos nada, ninguna responsabilidad entre nosotros… Cumplí con mi promesa, te acompañé al baile, hice lo que me dijiste manteniendo mi posición.

- NO, NO LO HICISTE. ¿PORQUE TE ACOSTASTE CON SNAPE? – Dijo Sirius sacando toda su rabia.

- Lo suponía. Lo sabías… - Florence se hundió en el sillón

- Quiero una explicación. – Dijo Sirius.

- No te debo explicaciones. Sirius no estamos hechos para estar juntos, primero no te amo… quiero ser sincera, siempre te he sido sincera. Llevas 5 años tras mí, pero yo he sido clara. – Florence no se sentía cómoda del todo. No sabía como había llegado esa situación, ella quien siempre se había cuidado de involucrarse con chicos que luego resultara un problema

- Lo amas ¿verdad? – Pregunto Sirius

- ¿Quién?

- ¿Amas a Snape?

- ¿Por qué me lo preguntas?

- Lo amas. Lo se, pero te tengo una mala noticia, el no te ama a ti. Snape no ama a nadie, ni siquiera tiene respeto por el mismo.

- No sabes nada Black, no sabes nada de Snape.

- No se que pensabas el día en que te fijaste en él. Me enloquece pensar que el haya puesto sus manos sobre ti, me enloquece y me ciega.

- No deberíamos estar conversando esto. Primero no somos ni siquiera amigos, no hemos tenido un romance y el único vínculo que nos une, Black, es que mi mejor amiga es novia de tu mejor amigo; solo eso. De resto no tenemos que intercambiar más palabras.

- No me harás esto, linda. Cuando los demás se enteren… - Black uso cuidadosamente sus palabras.

- Si los demás se enteran Black, te lo juro que el Ministro de Magia sabrá que tu y tus amigos son animagos. Y eso… no te conviene. – Dicho esto Sirius quedó en silencio y luego dijo:

- ¿Cómo sabes eso?

- ¿Quieres que le cuente a los demás que ese perro que me atacó eras tu?

- Pensé que eras buena chica, mira lo que Snape te ha hecho, te ha convertido en una bestia insaciable.

- No es así. Tú te has convertido en un obsesivo, jamás te he dado motivos para que creas que tú y yo… - Florence perdía la paciencia y trataba de explicarse.

- Jamás te dejaré, así tenga que ir a Azkaban. Jamás, me oyes. Nadie me puede rechazar así. No te libraras de mi, Florence. – Dicho esto Sirius salió de la casa, justo cuando Remus bajaba del brazo con Eileen.

- Nos vamos, ¿estás segura que no quieres venir?

- No gracias, ve y diviértete. Estoy mejor aquí, voy a desempacar. – Dijo Florence subiendo.

- ¿Has visto a los chicos? Pensé que estaban afuera, pero ya se fueron. – Preguntó Remus.

- Debieron haberse ido. No se a donde… - Lugo de esto Eileen se fue con Remus y de nuevo estaba sola para pensar. Otro problemas más, era un imán para ellos. Pensó en lo que había dicho Sirius "te tengo una mala noticia, el no te ama a ti. Snape no ama a nadie, ni siquiera tiene respeto por el mismo".

- Es mentira, Sirius está celoso. Por eso le hizo aquella broma que casi lo mata, aun no se que fue. Pero lo hizo por que lo odia, y lo odia porque el y yo estamos unidos. James odia a Snape porque Sirius le contó todo y porque Snape siempre tuvo problemas con el arrogante de James. ¿Por qué estoy metida en esto? – Florence tomaba su equipaje y lo ponía en unos cajones provisionales que Eileen había acomodado.

- No es verdad. Aparte de ser la chica más impopular, soy la chica que todos odian.

            Escuchó un ruido, quizás la madre de Eileen hubiese llegado así que bajó a ver, no había nadie. Hasta que un fuego rugió, la chimenea se encendió.

- Veo que no viniste a verme, Florence. – La cara de Lord Voldemort crepitaba en el fuego que había surgido de la nada.

- No puedes aparecerte aquí. Me voy a meter en problemas… No me sigas

- Me puedes resultar útil, únete a mi fuerza. Antes de que sea tarde.

- Lo pensé mejor, no haré tal cosa. Tengo el placer de informarle que no ofreceré servicios a la orden tenebrosa.

- Presiento que cambiarás de parecer, otros antes que tú se negaron y amanecieron muertos. Otros simplemente desaparecieron.

- ¿Piensas matarme Voldemort?

- Muy estúpida para pronunciar mi nombre. Aun tienes un poco de estupidez y careces de prudencia totalmente.

- Déjame ir, no me uniré a usted. Siga matando muggles por su lado, yo me quedaré aquí.

- No busco matar muggles solamente, eso es diversión, yo busco la inmortalidad. Sigue pensándolo. – Voldemort desapareció de las llamas y la chimenea quedó igual que antes de que la cara de Lord Voldemort apareciera.  Florence estaba temblando, si era verdad que Voldemort mataba gente, ella no tendría muchas esperanzas. Pero no se iba a dejar, ella sabía que aunque no fuera mala del todo, no cometería la estupidez de condenar su vida de esa manera.

Fin del capitulo

Bueno, este fue el final por ahora, pienso publicar el próximo lo más pronto posible si quieren, ¿quieren que lo publique rápidamente? Bueno eso espero… ahora aquí los mensajes personales a ustedes

Malu Snape Rickman: No hay de que J , interesante lo de tu nombre, mi primer nombre también es María. Pero me dicen Alexandra ya que es mi nick en la red, me alegra que te guste el fic, no te preocupes por las actualizaciones, lo haré lo más pronto que pueda… De todas maneras llevo adelantado dos capítulos de este que estoy publicando. Entonces nos vemos, espero saber más de ti. Saludos y besos!!!!

Snapesita: ¿Florence te asusta?? Bueno, te confieso que a veces a mi también me asusta, sobre todo por lo que viene ahora… *cough* ¿yo dije eso? Bueno, no te asustes tanto, te prometo algo de risa en los próximos capítulos (aunque sea un sonrisa). Que no la mate, ¿Por qué piensas que haría algo así? *mirada diabólica * jejejejeje, te diré igual que dice Rowling. "Te dejaré en suspenso". Yo estoy consciente que Snape y ella son tal para cual, me lo repito para no cometer alguna locura. Te juro que también pensé en la remota posibilidad de que en el quinto libro Florence apareciese, pero ya ves, a lo mejor ya viene por ahí, después de todo quedan dos libros más. Saludos!!!

Melliza: Hola Monica, cuanto me alegra que te este gustando mi historia y que me hayas mandado un comentario expresándome eso. También puedo apreciar que te agrada Sevvie… * sonrisa pícara * Sigue suspirando, aquí está otro capitulo y muy pronto viene otro. Sigue pendiente, espero que te siga gustando como hasta ahora. Los reviews son valiosos!!!!