- No debiste golpear a Snape. – Dijo Florence en la Biblioteca.
- Aun lo defiendes, quiero que me digas que te hizo ese inutil. – Dijo Eileen enojada
- No fue nada, no entiendes. Es algo que…
- ¿No confías en mi? – Eileen agarró un libro y lo lanzó al piso
- No es eso. – Florence apoyó su cabeza en la mesa – No quiero responder preguntas, solo quiero dejar las cosas seguir. – Florence estaba algo mejor allí mientras tomaba varios libros.
- Bien, no te preocupes. Todo estará bien Florence. – Dijo Eileen dudando. Ella levantó el libro y lo cerró en sus manos. Levantó la vista. Sirius Black había llegado frente a ellas.
- ¿Qué te hizo él? – Preguntó Sirius.
- Black, no comiences tu también…
- Quedé con ir con Remus al lago luego del almuerzo. Tenemos la tarde libre, tengo que buscar las plantas acuáticas en el lago que nos mandó la Profesora Bloom. – Dijo Eileen saliendo por la puerta dejando a Florece con el Gryffindor allí.
- Bien, no te podré acompañar. Me quedaré aquí. – Dijo Florence tomando uno de los libros de encantamientos.
- Tú y yo vamos a tener una charla en privado – Dijo Sirius a su oído y la chica lo evadió.
A la semana siguiente en el comedor llegó Morgana saltando de alegría.
- No puedo creerlo, mi vida no puede ser mejor. – Dijo sonriéndole a todos.
- ¿Qué te pasa? – Preguntó Tara.
- No estoy embarazada, que alegría…
- ¿Tu sospechabas eso? – Dana casi lanza su pastel de crema lejos de ella.
- Si, tenía sospechas pero no lo estoy. Harrington ¿Por qué andas con esa cara?
- Déjala en paz no se siente bien. – Dijo Eileen mientras Florence la seguía ignorando.
- Oh Vamos Harrington, quita esa cara. El hecho de que no hayas tenido novio estos últimos 6 años, no quiere decir nada. – Dijo Morgana riéndose con Tara
- Déjala en paz – Dijo Eileen. Algunos de los otros chicos habían volteado a verlas discutir
- ¿Cómo ya saliste de tus problemas vas a comerte el mundo, Bellatrix? – Dijo Florence saliendo del silencio.
- ¿Bellatrix? – Tara miró extrañada.
- Cállate, no tienes derecho… eso es…
- Por cierto dile a tu primo Sirius que deje de perseguirme. – Florence logró lo que quería, todos voltearon a mirar a Morgana quien quedó en el aire sin nada que decir. Florence se levantó con una sonrisa, mientras Snape la miraba de una manera penetrante. Que vergonzoso fue que se descubriera la verdad sobre Morgana, todos molestaban a Sirius y a Morgana por haber ocultado el hecho de que eran primos. Las burlas y comentarios los perseguían y Morgana no hacía más que maldecir a Florence. Meterse con Florence sin motivo, era duramente pagado; sino que lo dijera Morgana.
No había pasado 5 minutos de haberse ido con Eileen a la biblioteca donde estudiaban Transformaciones, cuando llegó Sirius Black buscando algo, al ver a Florence sentada cerca de una ventana al final, se acercó a ella. Eileen al verlo, supo que era la señal para irse.
- Creo que Remus me llama – Cuando Eileen se fue, Sirius Black se sentó frente a ella.
- No se que pasó entre tu y Snape. Pero se que estés sufriendo por él. Yo te dije que iba a ser así, mientras estés con él vas a sufrir. – Dijo Sirius botando aquellas palabras haciendo que Florence levantara la cabeza para verlo.
- ¿Qué haces aquí? – Florence lo tomaba muy indiferente, tenía trabajo que hacer.
- Te dije que hablaríamos en privado ¿Qué te hizo él? Sea lo que haya sido te demuestra que Snape no te ama linda. No te ama, el no conoce…
- Black. No necesito tus sermones. Ni que indagues o me enseñes lecciones sobre mi vida – Florence volvió calmada la vista al libro donde realizaba su tarea.
- Mírame a los ojos – Dijo Sirius sentándose frente a ella, puso su mano en su mandíbula y la obligó a verlo – Todo hubiera sido diferente si hubiéramos estado juntos. Pero elegiste mal, no hay ningún futuro con él. Hoy lo acabas de comprobar.
- ¿Quieres que ande contigo? Sirius, yo no te amo a ti. Eres atractivo y noble, pero yo soy una mala hierba para ti, no soy para ti. – Florence de buena manera detuvo a Black de andar sosteniéndole la mandíbula.
- Ese miserable te ha hecho pensar que eres una mala hierba. Pero yo se que eres una buena chica deseosa de ser amada. – Dijo Sirius sujetando su mano, Florence se echó hacia atrás.
- No es así. – Dijo Florence desafiante.
- Dame lo que quiero Linda, y quedarás convencida. – Dijo Sirius jugueteando con sus manos en la mesa.
- ¿Y que quieres tu? – Dijo Florence mirándolo agudamente.
- Quiero… tenerte y probar tus labios. – Dijo Sirius mirando sus ojos. Florence no entendía que ocurría con ella, allá abajo había un chico que la había destrozado y traicionado, pero aun así no podía serle infiel. Sirius era increíblemente sensual y uno de los chicos más codiciados, estaba a sus pies. Pero jamás lo vería de otra forma como el arrogante amigo de James.
- No creo que sea posible Black, contigo tampoco tengo un futuro. Es mejor que me dejes en paz. – Dijo Florence arrimándose hacia otro lado.
- ¿Por qué no me delataste? – Preguntó Sirius.
- ¿Delatarte? No entiendo, que voy a delatar de ti.
- Ayer dijiste a voz enérgica que Bellatrix y yo somos primos, pero… no le has dicho a nadie que yo soy…ya sabes lo que soy.
- ¿Qué tu eres gay? – Florence miraba sin humor al chico.
- No, que soy animago.
- Si me sigues molestando, se lo diré a Dumbledore.
- Confiésate, no me has delatado porque sientes algo por mí. – Dijo Sirius deseoso de escuchar algo afirmativo.
- No Sirius, te equivocas. No te he delatado, porque no lo vi importante y no creo que pueda ganar algo con eso. Con Morgana es diferente, lo dije porque estaba enojada y ella se merecía aquel bochorno, a Felicia por haberme retado. Florence Marie Harrington jamás ataca sin motivo.
- ¿A Felicia? ¿Qué…? – Sirius no entendía.
- Yo fui quien entró a su sala común y robé esa carta, fui yo quien regó el chisme de su estúpida carta. – Dijo Florence – Una lección para Felicia, su vida quedó arruinada.
- No pudiste haber sido tú. – Sirius estaba confundido – Digo, algo raro pasó, varios aseguraron que fui yo quien robó los diarios y estuve en el dormitorio de las chicas e hizo eso, y… ¿Cómo hiciste parecer eso?
- He ahí mi más brillante secreto, si tu puedes transformarte en perro ¿porque no yo podría escurrirme en su sala común?, si tu casi matas a Snape con una broma, ¿porque yo no puedo causar problemas en Gryffindor?, si tu puedes desearme, tengo libertad para rechazarte.
- Es verdad, eres como una… - Sirius retrocedió - … eres una chica misteriosa y profunda, siempre logras lo que quieres. Me maldigo a mi mismo por desear tenerte. No entiendo lo que hiciste para entrar a la sala común de Gryffindor, ¿Cómo lo hiciste?
- Ni creas que te lo diré – Florence estaba calmada escribiendo el ensayo de su tarea.
- ¿No significo nada para ti? Eres una hechicera de la oscuridad.
- Creo que deberías hablar con algún curador de San Mungo, estás bajo una maldición o algo por el estilo. Estás medio loco ¿Cómo puedes amarme? ¿No ves todo lo que he hecho contra ti? ¿No ves que no te amo? ¿No ves que no te merezco?
- ¿Qué quieres que haga? Me envuelves con tu sombra y quiero que me condenes, si alguna vez quisieras verme caer y destruirme, solo debes amarme y ahí lo tendrás.
- Basta, no sigas con tu cuento tonto de lágrimas y amarguras. Siempre manifiestas lo que tú sientes, no tomas en cuenta lo que yo siento.Y me doy cuenta que todo el tiempo es así, no importo yo sino complacer a los demás. No puedo satisfacer a todo el mundo. Si me culpas por no amarte y por tener una vida miserable, estás equivocado. No tengo nada que ver con tu soledad, tu elegiste sufrir por mi.
- ¿Por qué pienso en ti en las noches cuando no puedo dormir? ¿Por qué no me puedo olvidar de ti? - Sirius alzaba la voz cuando Florence se dio cuenta que todos los estudiantes voltearon, algunas chicas se rieron y otras la miraron asesinamente, despreciar al "Popular Black" traía malas consecuencias. Incluso sus compañeros de casa estaban riéndose, Severus Snape acababa de entrar con Iván y la miraba asesinamente.
- No tengo respuesta para ti, Black. Tampoco es mi culpa, quiero que quede claro que no soy culpable de la miseria que vivas tú o alguien. Solo soy responsable por mi vida.
- No se, espero que algún día luchar contra viento y marea, de sus frutos. Porque nunca me rendiré. Siempre te amaré - Sirius la miró algo dolido, cualquier otra chica habría corrido conmovida a sus brazos a besarlo, pero Florence no. Sirius se fue rápidamente, mirando de mala manera a Snape.
- Siempre he opinado que Florence y Sirius hacen linda pareja, ¿a que no? – Dijo una niñita de segundo año a su mejor amiga de Ravenclaw, al siguiente instante se escuchó una explosión explosión, salía humo de la varita de Snape y la pobre niña estaba camino a la enfermería. Snape tuvo que pagar aquel error con un mes detenciones; mientras que en su sala común varias horas después Florence llegaba algo cansada. Al entrar descubrió a varias chicas chismeando.
- Allí viene la rompecorazones de Slytherin – Dijo Tara riéndose con una risa tonta.
- No me da gracia. Sirius no me deja de molestar y tu Eileen Ebony Jordan – Dijo Florence apuntando con su dedo a Eileen – Me dejaste sola con ese.
- Eso es amor y no me puedo interponer. – Dijo Eileen sonriendo. – El tiene razón, deberías andar con él. No tienes más compromisos, además seriamos el cuarteto feliz de Hogwarts. Dos Slytherins con dos Gryffindors.
- Me das ganas de vomitar – Dijo Morgana – Ustedes dos son anormales.
- Cállate Bellatrix – Dijo Florence – Eileen, no. No quiero a Black, por más que insista y por más que sea perfecto. ¿Podré vivir tranquila?
- Que suerte, puedes rechazar chicos – Dijo Dana tristemente – Yo me conformo con lo poco que me salga.
- Si, eres una de las chicas más lindas y desaprovechas tu tiempo con el Quidditch y los estudios, no digo que salgas con Black, pero deberías distraerte con algún chico. – Dijo Tara.
- Gracias por sus consejos, chicas. Pero no los necesito. – Dijo Florence sentándose en el sillón.
- Florence, no es por nada. Pero Tara tiene razón, las chicas te envidian y tu solo andas…
- Ando en lo que me importa. No soy una rompecorazones, no soy una chica que sale con chicos diferentes siemrpe, no soy ese esterotipo de la popularidad: Simplemente soy yo.
- Engreída y con unas ganas de ser el centro de los chismes. – Dijo Morgana con una mirada fugaz.
- No, no me gusta ser el centro de los chismes. Solo quiero paz, tranquilidad y seguir adelante – Dijo Florence cuando la pandilla de Slytherin irrumpió con risas.
- Snape, estás cruzando la línea entre ser ermitaño y ser un Don Juan. Tiene a Diane Lee a raya y deseosa. – Dijo Evan Rosier leyendo alegremente una carta.
- Dame acá, no seas entrometido. Son mis asuntos privados. – Dijo Snape tratando de alcanzarlo, pero sus compañeros lo sujetaban.
- Hey chicas, adivinen – Dijo Ivan llegando al lado de Morgana – Severus tiene novia.
- Es mentira – Dijo Snape mirando a Florence, pero ella no se preocupaba en mirarlo. – Métanse en sus asuntos
- Si bien hablábamos de la aburrida vida amorosa de Harrington, creo que ese sería mejor tema. ¿Cómo se llama Snape? – Dijo Morgana.
- Evan leyó la carta, dinos un poco – Dijo Ernest sonriendo.
- Bueno, aquí la tengo – Dijo Evan sacando un pergamino pequeño. – Voy a leerlo para que ustedes me digan.
- Dame eso – Dijo Snape enojado, pero Iván y Ernest lo volvieron a sentar en el sillón.
- Cálmate Severus, Slytherins escuchen esto – Dijo Evan, justo cuando Florence se levantó no quería escuchar aquello.
- Florence, quédate aquí. Si Sirius te vuelve a proponer matrimonio no te podré salvar… o seré tu dama de honor. – Dijo Eileen mientras Florence se sentó a regañadientes con cara de poco amigas, mientras Snape trataba de quitarle la carta a Evan.
- No leas eso. Eso es mío – Decía Snape mientras sus amigos lo inmovilizaban.
- Leelo – Dijo Tara
Para Severus Snape – Empezó Evan riéndose
Querido Severus, ¿Por qué estás enojado conmigo? ¿Por qué te preocupas? No se porque haces de todo esto un escándalo, todo está bien. No le diré a nadie que estuvimos juntos, pero es imposible contener todo lo que me hiciste sentir. ¿Quién te enseñó todo eso?
- Wow – Dijo Tara chillando de emoción – Snape, siempre pensé que eras virgen.
- Cállate Ustinov – Dijo Snape con los colores subidos. Florence miraba el fuego pero aquellas palabras habían taladrado sus oídos.
- Sigue, que está bueno. – Dijo Morgana soltando por primera vez en su vida una risa chillona y tonta.
Me extraña la carta que me mandaste ayer, parece que estás algo enojado conmigo por alguna razón. Quizás es porque no estoy allá contigo, pero prometo buscar un chance para poder verte. Vernos frente a frente, acercándonos cuerpo con cuerpo. No se si lo he mencionado, pero una noche de pasión animal y salvaje no se olvida tan fácil. Nunca pensé que pudiéramos llegar a tales niveles, pero mejor no sigo, me ruborizaría si alguien estuviera leyendo esto.
Lucius me contó que andas medio raro, según algunas personas andas medio enamorado. ¿Esos rumores son ciertos? No me digas que estás enamorado de mí. No eres el primero que cae sin remedio ante mi belleza, que unido a tu vigor nos hace invencibles.
No puedo evitar pensar en ti, desde los 11años ansiando verte y justo cuando menos lo espero apareces en Rusia, en los mundiales. Te reconocí antes de lo que imaginas. Me sentí celosa, lo admito, cuando te vi a lo lejos con aquella chica de cabello negro, a pesar del caos en que estábamos me di cuenta, estabas muy unido a ella y creo que la besaste, pero luego en mi casa supe que eras mío. Te logré atrapar, te logré embobar, te tuve para siempre, mi objetivo de meterme por tus ojos funcionó. Ella nunca te podrá tener como yo, ella no es más que una ilusión. ¿Quién es ella? Tan lejos llegaste hasta allá por ella, pero ya te recuperé.
No quiero presionarte más, se que no te gusta ser molestado, mi chico gruñón. Me haces temblar en cualquier parte, por siempre serás mío, yo siempre seré tuya.
Diane Kira Lee
Florence sentía que una espina se le clavaba en el corazón, ya no odiaba tanto a Snape, como odiaba a esa pretenciosa de Lee, ¿quién rayos era ella? La había visto en los mundiales, pero Florence a ella no, sin conocerla la había insultado, la había llamado ilusión, pero ella no era ninguna ilusión. Tenía ganas de mandarle un vociferador a esa, por haberla insultado, por… tantas cosas pero se contuvo.
No se dio cuenta que los chicos tenían carcajadas sonoras y ella estaba allí callada entre ellos. Snape estaba golpeando a Evan por la cara, mientras todos reían. Morgana no se podía contener, mientras Eileen miraba poco a gusto, sonriendo vagamente. Mientras Dana y Tara se caían al suelo. Morgana no pudo evitar mirar a Florence de nuevo.
- Eh! Harrington, ¿no te pareció gracioso? Mira, esto no es un velorio.
- No, pero podría ser el tuyo – Florence se levantó y olvidando las reglas, apuntó con la varita y le lanzó una llama de fuego cerca, quemando en llamas una de las mesitas.
- Vaya genio – Dijo Morgana exaltada resbalándose sobre Dana y Tara.
- Oye, Snape, nos has mostrado un lado poco usual tuyo. ¿Quién era la otra chica?
- NO ES ASUNTO SUYO – Dijo Snape enojado y largándose a los dormitorios. Florence se preguntaba si algún día volvería a verse con esa tal Diane Lee
Aquello era demasiado, Florence estaba enojada por ser burlada en frente por una chica desconocida. Mientras Snape se fue enojado a su dormitorio, era terrible porque aquella mañana había recibido la lechuza mientras desayunaba y Evan la tomó antes que él. Había pasado lo que menos quería: que Florence oyera aquella carta.
Por otro lado, si bien Florence no hablaba con Snape, no lo trataba mal, se hablaban en clase para las tareas pero nada profundo ni personal, evitando su mirada y tratándolo como a uno más, cosa que hería el orgullo del chico. Snape trató de acercársele, de seducirla o de volver a jugar con ella para que volviera a su lado y poder tenerla, pero ella no se dejó y sabía como ponerle fin. Aunque lo deseaba y quería estar a su lado, el dolor de haber sido traicionado no la dejaba, eran los golpes de la vida que debía llevarse y aprender. Podía perdonarlo, pero nunca se lo haría saber, ¿Qué clase de chica se pondría en aquella posición?
Pensar que estaría alejada de Snape toda su vida, era pensar equivocadamente. Por algún u otro motivo, siempre estaría a su lado, incluso al terminar las clases. Snape no fue capaz de perder el orgullo para escribirle alguna carta pero si para aparecerse en su vida de otras formas.
Por aquellos días Amethyst la prima mayor de Eileen cumplía años y su familia decidió hacer una fiesta por todo lo grande, como era de suponer. Eileen se encargó de invitar a Florence, quien aceptó ir sin pareja; mientras que Eileen fue con Remus, quien se encargó de llevar a sus amigos. El día indicado llegó y para poder ir a la fiesta Florence tuvo una fuerte pelea y discusión de su padre, pero ya no le extrañaba porque logró su objetivo. Eileen llegó por ella a su casa en el coche de su hermano, era un coche mágico que podía ir por caminos secretos y tenía más espacio en el interior para ir más cómodos.
- Estoy emocionada, Amethyst está lista y su casa quedó bien decorada – Dijo Eileen tomando su poción medicinal. – Quedé con Remus de encontrarme allá.
- Eso significa que tendremos que soportar a sus horrorosos amigos. – Dijo Florence mirando hacia la ventana.
- No te preocupes, nada es perfecto. – Dijo Eileen – Ojala los otros chicos vengan.
- ¿A quien más invitaste? – Preguntó Florence.
- Mi prima invitó a casi toda la casa Ravenclaw, y algunos Hufflepuffs. Por mi parte invité a Dana quien se encargó de invitar a Ernest, quien traerá a su pandilla. Invité a Tara, pero me aseguró que Spencer el profesor, no iría. – Dijo Eileen.
- Que grandiosa noticia. – Dijo Florence sarcástica. - Si invitas a Ernest, traerá a Iván y si Ivan viene traerá a…
- ¿Snape? – Preguntó Eileen.
- No, me refería a Malfoy. Ese chico está todos los eventos sociales buscando que hacer.
- No te preocupes. Estarás conmigo, seremos inseparables. – Dijo Eileen abrazándola. – Mira ya llegamos.
La casa era una residencia cómoda digna de un mago de buena posición. Una fiesta como otra más, aunque no sería la última a la que iría. Florence llegó con Eileen y fueron bien recibidas, Remus besó a Eileen cuando se vieron tras un abrazo duradero se separaron. Sirius Black estaba en el jardín exhibiendo su nueva moto voladora, mientras que Peter estaba sentado en un rincón hablando con Felicia quien tenía cara de andar amargada. James Potter andaba del brazo con Lily y era el centro de todas las conversaciones. Todo parecía normal, junto con la música y los aperitivos, pudo observa que Tara había venido bien vestida y estaba calentando motores con Gary Hurrigan el novio de Arabella Figg.
- Que lugar tan ameno – Dijo Eileen mientras la música subía de nivel. Un ruido se escuchó y las puertas se abrieron: La Pandilla de Slytherin había llegado. Venía Evan Rosier solo, Wilkes venía con Dana, Iván iba con Morgana, detrás algo rezagado venía Snape solo. Venían todos vestidos de negro y con miradas de orgullo. Aquí comenzaba la aventura, luego de un rato Eileen escuchó una de las canciones románticas y sacó a Remus a bailar, quien iba con ella tomándola de la cintura. Florence se quedó sola en una de las sillas moviendo los pies al compás de la música, mirando a las parejas bailar. Viendo bochornosamente como Gary Hurrigan se besaba cochinamente con Tara en el centro de la pista de baile, mientras que Lily le sonreía a James mientras el la guiaba por la melodía abrazados. Era un ambiente romántico con la cumpleañera: Amethyst bailaba en un lugar visible y estaba pendiente de que su fiesta saliera bien. Florence recibió varias invitaciones para bailar y a la final aceptó ir a bailar con un chico de Ravenclaw que le pisaba los pies y la apretaba mucho, y lo peor era que más bajito que ella. Luego de bailar una pieza salio de la sala y fue a otro salón donde la gente hablaba y reía, se sentó en uno de los sillones apartados y miró el techo recostándose.
- Que mala suerte la mía – Se dijo bajito para ella. Cuando bajó su cabeza encontró a Severus Snape frente a ella con una cerveza de mantequilla. No se había percatado de su presencia hasta que se miraron por un segundo, Florence volteó evitando su mirada. Pero volvió a verlo y esta vez el evitó su mirada. Anduvieron un cuarto de hora con ese jueguito tonto de miradas, hasta que Florence se levantó del asiento y salió caminando a la terraza del segundo piso, sentía que alguien venia detrás de ella. Al llegar a la terraza confirmó que Snape la seguía. Ella trató de evadirlo, pero tal fue el esfuerzo, que terminó tropezándose con él. Se miraron cerca y nadie dijo nada.
- Hola – Florence rompió el silencio sin tener nada planificado. Tenía tanto tiempo sin estar cerca de su amigo, y aun lo consideraba un amigo.
- Hola Harrington – Snape la miró ansioso, tenía tanto tiempo sin haber estado frente a aquellos ojos que lo seducían. – Veo que andas por aquí.
- ¿Me seguías? – Florence lo miró inquisidoramente, revelando el motivo de haberlo saludado.
- No, para nada. – Mintió rápido el chico. - Solo buscaba aire y… ya sabes.
- ¿Ya encontraste aire? – Florence se lo dijo burlonamente.
- Mas o menos – Snape la empujó y se acercó más a ella cuando una pareja que estaba atrás de ellos pasaba rápidamente y bruscamente.
- Pensé que vendrías acompañado. – Dijo Florence – Quizás por una chica llamada Diane Lee.
- No – Dijo el chico burlándose – Vengo solo.
- ¿Por qué?
- Nací solo, y voy a morirme solo. No disfruto de las compañías mucho. – Dijo Snape caminando junto a ella.
- ¿Qué haces caminando junto a mi? – Florence lo miraba seriamente.
- Ver si esta noche tengo suerte y logro pasar más tiempo contigo sin que me evites.
- Creo que fui clara. – Dijo Florence mirándolo despectivamente pero ocultando una sonrisa.
- Se que fue un error, pero el tiempo pasa Harrington. – Dijo Snape – Me prohibiste que te volviera a tocar y eso ha sido un castigo para mí.
- Puedes buscarte un de esas baratas rameras que hasta te hacen favores de gratis. - Dijo Florence amablemente con una nota de sarcasmo en la voz.
- ¿Te duele aun? Por eso me tratas así…
- ¿Dolerme? Te equivocas. Así me di cuenta pronto de que clase de hombre eras, a la primera oportunidad caes frente a una tentación. – Dijo Florence mirándolo con orgullo y despectiva.
- Creo que he cambiado un poco. Si me hubieras dicho esto antes de esta manera, te habría mandado al infierno, te hubiera arreglado con una maldición. Ahora te tengo mas paciencia, niña.
- No pido que tengas paciencia conmigo. Si intentas arreglarme, me darás un motivo suficiente para partirte en dos tal como he querido. – Florence lo siguió mirando indiferentemente y Snape soltó una carcajada. - ¿Qué es lo chistoso?
- Tratas de engañarme, decirme palabras duras, cuando lo que más deseas es volver a mis brazos. Quisieras volver a besarme, que te besara de nuevo, quisieras volver a las caricias, quisieras que yo vuelva a tenerte. – Dijo Snape y Florence se le acercó sin palabra y le lanzó una cachetada.
- ¿Qué te hace pensar en ello? – Florence tenías las mejillas rojas. Snape se aseguró de que nadie los veía y la sujetó por detrás.
- Pues estamos de acuerdo los dos, ninguno quiere admitirlo. Pero yo también te deseo, Florence. – Dijo Snape cerca de su oído mientras ella forcejeaba inútilmente, si Snape se proponía a inmovilizarla no podría evitarlo, debido a su fuerza y a porque bobamente ella ansiaba secretamente volver a sentir alguna caricia vaga de Snape.
- No sabes cuanto te odio, te odio Severus Snape. No soy una chica tonta tras ti. – Dijo Florence cuando Snape la dejó en paz, pero eso no era el final. Snape la atrajo hacia él cara y a pocos centímetro de que sus bocas se encontraran.
- Pídeme lo que sea, y te lo daré. – Dijo Snape tratando de acercarla más
- Quiero que me dejes en paz. No me dejaré burlar dos veces por ti.
- No me estoy burlando de ti. – Snape se acercó y le robó un beso. Ella lo rechazó y lo empujó, el se quedó sonriendo. Florence estaba temblando y no era debido al frío.
- No sabes pedir perdón. No entiendes de sentimientos…
- Pues nunca entendí de sentimientos hasta que te conocí, incluso dejo de conocer como funcionan muchas veces. – Dijo Snape apoyado en el balcón de la terraza bajo la clara noche con luna creciente.
- ¿Qué quieres? – Dijo Florence.
- Si me odiaras ya te habrías ido. – Snape le volvió a sonreír malvadamente. – Si quieres más formalidad entre los dos te la daré… Perdoname.
- ¿Tú pidiendo perdón? – Florence empezó a reírse burlonamente.
- Si, y si alguien se entera vamos a tener problemas. – Dijo Snape observando alrededor, estaban todos solos. Los demás estaban adentro, o abajo en la piscina. Florence se acercó y se alineó al lado de él. El mantuvo distancias y las siguió observando.
- ¿Qué te hace pensar que te voy a perdonar? – Dijo Florence seria de nuevo.
- No se, algo. Ese algo que me trajo esta noche aquí, cuando planeaba quedarme en casa. Si no me importaras, no te habría buscado y te habría ignorado. De hecho lo hubiera hecho, pero no pude… aun pienso que eres una maldición y una obsesión en mi cabeza, quería olvidarte y era imposible sacarte de mis pensamientos. – Dijo Snape en un tono frío y gélido, pero mirándola con ojos deseosos.
- Solo me quieres para que vuelva a entretenerte. – Dijo ella captando su mirada. – Nunca fuimos amantes.
- Quiero que seamos amantes, quiero que seamos todo. – Dijo Snape – Así nadie podrá meterse en mis ojos. Teniéndote jamás podré volver ver a nadie más, porque no lo necesitaría.
- No seré tu amante solo por evitar que alguien más se ponga frente a tus ojos. Ya eres lo suficientemente grandecito
- Admito que fue un error. – Snape se detuvo en seco, aquello era demasiado para su orgullo. Pero debía decidir entre su orgullo o la chica.
- No me vuelvas a matar, Severus. Si lo haces, te maldeciré. – Dijo Florence mientras se dejaba atraer de nuevo a los brazos del chico, quien la sujetaba por la cintura. Ella aun se rehusaba.
- No te voy a matar. Si sientes que estás muerta, llámame y te traeré a la vida. – Dijo Snape besándola de nuevo, pero esta vez fue más apasionado pues la chica si respondió a sus caricias y pasó sus manos alrededor de su cuello. Pero ella lo volvió a apartar, y miró hacia el cielo estrellado y el miró al cielo junto a ella, apoyando cabeza en sus hombros y abrazándola por detrás, mientras ella sujetaba sus manos. No quería que aquel momento terminara, secretamente había deseado estar con él desde el principio, había deseado volverlo a tener. Pero aun en su corazón había una inseguridad.
- Ven, vamos a donde los demás. – Dijo Snape tomándola de la mano.
- ¿Estás loco? No me apures, suéltame. Alguno de tu pandilla podría verte. – Esta vez era Florence quien decía aquellas advertencias, los papeles se habian invertido. Cuando llegaron a donde estaban los demás, vieron a Eileen hablando con la pandilla de Gryffindor, cada uno en su asunto. Morgana fijó su mirada en Florence de nuevo, era una mirada de odio. Ella caminó y se apartó de Snape y fue con Eileen, el la siguió observando desde lejos vigilante, mientras Eileen hablaba con ella. Todo parecía normal, a excepción del show que Morgana e Iván armaban.
- Ven, vamos a solas te va a gustar. – Decía Iván besando a Morgana.
- Deja el fastidio – Decía Morgana tratando de apartarlo.
- Desde que andas aprendiendo cosas mas avanzadas no pasas casi tiempo conmigo…
El resto de las cosas eran normales, Florence subió por un pasillo y entró a uno de los baños, descubriendo a Lily a James en plena acción.
- ¿Qué haces aquí? – Lily estaba casi sin túnica y James estaba sobre ella. Lily estaba besando a James también.
- Oh, lo siento chicos. Veo que no pierden el tiempo. – Dijo Florence cerrando la puerta de nuevo y riéndose. Era verdad, aquellos adolescentes con hormonas desbocadas no encontraba descanso, incluso la santurrona de Lily Evans. Pensaba en el chisme que tenía para acabar con la imagen limpia de Evans cuando tropezó con un hombre de capucha y mascara blanca.
- Oh, Florence, que placer me da verte de nuevo. – Dijo La voz de Lucius Malfoy, mientras se quitaba la mascara. – Veo que andas por aquí.
- ¿Qué haces aquí Malfoy? – Dijo Florence retrocediendo – Casi me asustas.
- Dime Lucius. Pues venía a calentar las cosas y a divertirme un poco. Alguien perverso como yo necesita distracción, mejor de lo que pensaba. Estás aquí. – Dijo Malfoy avanzando hacia ella.
- No pienso corresponder a tus deseos Malfoy. – Dijo Florence dándole la espalda.
- Me tienes esperando como a una bestia hambrienta, desde que tenías 10 años y eras una inocente niña, mientras pensabas en juegos yo te ansiaba, esa vez que te vi en la estación del tren, quise raptarte y hacerte mía. He buscado alguien como tu y no he hallado a nadie, nadie me ha dejado satisfecho. Quisiera tenerte ahora mismo y te haría cosas impensables.
- Me causas repugnancia Malfoy – Dijo Florence caminando hacia las escaleras.
- ¿Eso crees? – Dijo este sujetándola – Deberías tener cuidado, se mucho de artes oscuras, podría dar en el clavo y hacer que despiertes de repente en mi cama sin saber que ha pasado.
- No me toques. – Dijo Florence empujándolo y lanzándolo a un lado, era extraño que si pudiera empujar a Lucius con fuerza, mientras que con Snape no se lograba mover. Creo que todo radicaba en la voluntad, de verdad odiaba aquel rubio de ojos grises que se había metido con su mejor amiga y aprovechaba cada oportunidad para decirle que la iba a tener y la trataba de intimidar con su poder e influencia. Sabía lo que había hecho con Morgana Bellatrix y no quería ni saber.
- Ya verás, algún día Florence. – Dijo Malfoy caminando por el corredor. Florence se quedó paralizada un rato y luego descubrió a James ya Lily detrás de ella, los miró extrañada y se fue de allí. Regresó a donde estaba Eileen. Había una pelea armada.
- Si vuelves a tocar a mi Tara te irá mal. Imbécil – Dijo Evan Rosier dándole con los puños a Gary Hurrigan.
- Tara no es tuya, ella es mía. – Decía Gary – Me dijo que me amaba…
- Bobolongo, tu que le crees… - Dijo Evan – Ella es de mi propiedad.
- Evan, déjalo. No le hagas daño. – Decía Tara preocupada – Basta, no peleen, no se hagan daño.
- Cuando les va a decir que eres propiedad del Profesor Spencer – Dijo Florence a Tara por lo bajo y ella la miró con cara de poca amigas. Fue cuando Evan perdió el descontrol y sacó su varita.
- Voy a asesinarte – Dijo Evan apuntando a Gary.
- No harás tal cosa. – Dijo Lucius Malfoy con su mascara para no ser reconocido, venía detrás con 5 encapuchados más – Chico Tonto.
- Pero… - Evan miró a Lucius y se quedó aturdidos.
- Somos vasallos del Señor Oscuro, Gloria a nuestro amo, Principe de la Oscuridad – Dijo Lucius Malñfoy, mientras los chicos empezaron a gritar y a correr espantados, pero otros 10 mortífagos vestidos de negro y con mascaras blancas como la tiza llegaron al encuentro. Florence se ocultó bajo el sillón y lanzó a Tara al suelo, sacó su varita.
- ¿Qué hacen estos aquí? – Dijo Tara en lágrimas.
- Gracias por calentar los humos Tarita – Dijo Florence viendo como se enfrentaban a los mortífagos inútilmente. – Deberíamos salir de aquí.
Lo que había sido una fiesta amena, se convirtió en un hervidero de gritos de terror, la Marca tenebrosa apareció en el cielo de un color verde y los mortífagos parecían buscar algo y divertirse causando caos y horror. Estaban torturando a Gary Hurrigan, mientras otros más torturaban a los hijos de muggles. Florence salió de su escondite y trató de salir pero uno de ellos la jaló por uno de los cabellos y la lanzó al piso.
- Te encontré, maldita zorra, nuestro amo nos ha tenido hartos buscándote – Dijo la voz ronca detrás de ella.
- Muérete – Florence lanzó un hechizo paralizador, pero no le funcionó bien. El mortífago la arrastró y ella le mordió la mano y este chilló de dolor.
- "Crucio" – El mortífago chilló de nuevo de dolor. Y Cayó al piso gritando, alguno de sus compañeros se dieron cuenta. Ella corrió por la casa en medio del caos y se logró zafar del algunos de ellos, no había rastro de la pandilla de Snape por ninguna parte ni siquiera de él mismo, fue cuando vio a Lily Evans en el piso auxiliada por James.
- Me dieron fuerte, me siento débil. James ayúdame – Dijo Lily levantándose.
- Florence ayúdanos – Dijo James. Florence se acercó pero en frente de ella apareció otro enmascarado.
- Vete de aquí – Era una voz agitada – Te van a matar, sal de aquí niña tonta. – Florence no terminó de reaccionar y lo desarmó, fue a donde estaban Lily y James.
- Eres buena combatiendo. – Dijo James.
- Salgan de aquí, manténganse ocultos. – Dijo Florence agitada. Pero el mortífago se había levantado y la sujetó por el cuello, levantándola y echándosela al hombro.
- Suéltame – Dijo Florence tratando de golpearlo. El enmascarado no dijo nada y la llevó al salón principal para sacarla, la metió en una de las habitaciones cerradas y Florence lo volvió a golpear, lo golpeó tanto con todas sus fuerzas.
- No me golpees niña tonta. – Dijo el mortífago.
- ¿Qué hacen aquí ustedes?
- El Señor Oscuro nos envío – Dijo la voz agitada debajo de la mascara, volviéndola atacar, pero Florence se movió justo a tiempo. Logrando desmayar al mortífago quien cayó al piso.
- Parece que ustedes tienen identidades ocultas. – Florence avanzó hacia el cuerpo inmóvil del enmascarado y se acercó. – Veremos quien eres realmente. – Florence con su mano retiró lentamente la mascara y descubrió a un chico de nariz ganchuda con una herida en la frente
- Snape, maldita sea. Casi me matas del susto – El chico volvía a tener conocimiento y se movía.
- Que terca eres, quédate aquí. – Dijo Snape.
- No te reconocí, que sensuales se ven todos con esas mascaras y esas túnicas negras. – Dijo Florence ayudándolo a sentar.
- No estamos para chistes, ellos te buscan. – Dijo Snape
- ¿Para que?
- Por lo mismo de siempre. – Snape se volvió a poner la mascara, pero se quedó observando a la chica en la oscura habitación, se la volvió a quitar y la besó. Pero fueron interrumpidos por el sonido de una explosión.
- ¿Qué habrá pasado? – Florence salió disparada con Snape de la habitación y descubrieron un nuevo visitante frente a todos estaba Lord Voldemort presente, mirando amenazante con su serpiente y quitándose la capucha revelando su rostro malévolo con ojos rojizos.
- Espero ser bienvenido – Dijo con su voz fría y silbante. Mas de uno estaba inmóvil paralizado, la idea y el temor que les infundía a sus seguidores y enemigos era inmensa. Dos encapuchados aparecieron con Lily Evans en sus brazos.
- Encontramos a esta muggle. – Dijo uno de ellos.
- Vaya, Evans Lilian. Hija de muggle, cuanto odio a los muggles, mi padre fue uno. Maldito sean todos. Su asesinato y sangre quedarán aquí como prueba de quien soy yo. "Avada…"
- No, no la mates – Dijo Florence atravesándose en un acto de impulsividad y sin premeditarlo, pero era tarde ya Voldemort había lanzado la maldición y Florence estaba en el medio. Con toda la fuerza humana en sus manos, antes de que la tocara el rayo verde, lanzó un escudo protector que hizo rebotar el rayo hacia otra dirección partiendo una de las ventanas y haciendo que Florence cayera al suelo agotada.
- Ah… lo que yo buscaba. – Dijo Voldemort enfocándose en Florence. Lanzándole un rayo para inmovilizarla, pero ella lo evadió con rapidez, rodando por el suelo antes de levantarse. Su cabello que antes estaba sujetado elegantemente, estaba desamarrado cayendo sobre su cara y haciéndola ver mucho más alta de lo que era. Sus ojos grises y verdosos estaban dilatados haciéndola ver como si de verdad eran los ojos de un dragón fiero.
- Lista y astuta, nadie duda que estés en Slytherin. – Voldemort avanzó hacia ella y le lanzó otro hechizo para torturarla, pero ella lo supo devolver y contraatacó.
- No se para que me buscas, yo no te busco a ti. Déjame en paz – Florence lanzó el hechizo aturdidor y no hizo ningún efecto en el brujo quien volvía a reírse en carcajadas.
- No puedes compararte conmigo. Toma esto como prueba. – Lord Voldemort le estaba apuntando pero en el último momento cambió de dirección y lanzó su "Avada Kedavra" sobre un chico que se levantaba aturdido del suelo, Gary Hurrigan. El rayo verde impactó con su cuerpo y el chico quedó con los ojos abiertos, cayó al piso inmóvil: estaba muerto. Lord Voldemort había desaparecido y los mortífagos empezaban a irse. Una fila de magos entró a la casa.
- ¿Hay alguien lastimado? – Dijo un mago
- Mataron a ese chico – Dijo un mago con voz gruñona.
- Se fueron Moody, ya se fueron.
- Maldita sea – Dijo Moody mirando a los chicos que aun estaban paralizados de miedo. Florence volvió en si, había sido como un sueño largo. No estaba con miedo, estaba que no podía creerlo. Eileen corrió a abrazarla.
- Tonta, ¿Por qué lo hiciste? Te enfrentaste con la misma muerte y saliste viva de milagro. – Dijo Eileen con lágrimas.
- ¿Dónde está Snape? – Preguntó Florence aun aturdida.
- No lo se, no me interesa. Me importa solo que estás viva – Eileen la apretaba con un abrazo que podía partirle las costillas, su labio estaba sangrando debido a la caída y tenía una raspadura en el brazo para amortiguar la caída. Vio al chico que habían matado frente a ella y se volteó. Un par de ojos verdes la miraban, Lily Evans era alentada por uno de los magos que habían llegado, mientras comía chocolate.
- Ella me salvó. Supo como hacer un escudo. – Dijo Lily corriéndose el pelo espeso hacia atrás. Moody la vio y la sujetó del brazo.
- Eres la hija de Donald. Como has crecido – Moody la llevó a unos pasos donde estaba Lily. – Soy Alastor Moody, auror. – Florence abrió la boca y no supo que decir. Un chico de gafas y pelo azabache corrió a abrazarla.
- Salvaste a mi novia. Cuanto te lo agradezco – James estaba casi lloraba, si hubiera estado Snape allí, hubiera disfrutado verlo en aquella posición.
- Gracias Florence. No puedo creer lo que has hecho por mi – Dijo Lily.
- Que noble eres – Dijo James
- No soy nada de eso. – Florence por fin habló. – Solo que no quería que Voldemort causara…
- No digas su nombre – Dijo Eileen.
- Que chica tan valiente, ¿has considerado ser auror? Serías de gran utilidad. – Dijo Moody dándole una palmada en la espalda
- No, nunca lo he considerado. – Dijo Florence aun aturdida, estaba viva solo por suerte. Luego de tantos años de entrenamiento con Snape, las artes Oscuras la habían salvado. Aun estaba asombrada de cómo se había lanzado a salvar a una niña que la había insultado el año pasado. Estaba volviéndose loca.
- Florence, quiero pedirte disculpas por haberte gritado e insultado en Hogwarts. – Dijo Lily quien hora abrazaba a Florence, ella estaba ya mareada de recibir tantos apretujones y abrazos.
- Creo que voy a vomitar – Dijo Florence apartándose. Los chicos que habían participado en la fiesta se empezaban a ir por temor a otro ataque. Tara estaba llorando sin consuelo, Dana estaba en shock comiéndose un pastel y no había ningún rastro de la pandilla de Snape, apostaba a su familia de que ellos también formaban parte de aquello. Respirando más tranquila salió al Jardín a tomar aire y vio la marca tenebrosa brillando cerca de la casa. Se sentó en la hierba agotada.
- Te salvaste por poco, algo tonto haber ido a salvarle el pellejo a Evans – Snape estaba detrás de ella.
- ¿Por qué no me dijiste que esto iba a pasar?
- No estaba autorizado a decírtelo. Prefería quedarme en casa, como sabía que vendrías, me obligué a venir por si te pasaba algo podía cuidarte y vigilarte. – Snape se sentó al lado de ella, aun vestido de negro, pero sin ninguna capucha y sin la mascara.
- Vete de aquí, los aurores pueden verte – Dijo Florence comprobando que nadie estuviera cerca.
- Nadie me vio con ellos, no tienen pruebas. Pude haberme ido al baño y aparecer luego. – Dijo Snape despreocupado, mientras que observó como trabajadores del Ministerio se llevaban el cuerpo del chico muerto. Y la pandilla de Gryffindor salía para retirarse. Vieron como Sirius emprendió viaje en su moto voladora y los demás se iban en coche. Luego de eso, salieron los aurores, Alastor Moody volvió a mirar a Florence, pero detuvo su mirada desconfiada en Snape.
Fin del capitulo
Aquí estan mis mensajes personales para ustedes….
Malu Snape Rickman: Vaya, si hasta hiciste propaganda al fic de tu amiga. Si, ya lo leí hasta el primer capitulo, pero primero quería salir de publicar el capitulo este y luego le mando mi review. Jejejejejeje. Bueno, no soy la única en estar de protagonista en un fic, DJGryffindor me ha incluido en su fabuloso fic "Noches de Hogwarts" en donde pasarán muchas cosas entre Snape y yo!! Jajajajaja. Pues volviendo a mi fic, Gracias!!!!.
Sherezade: No eres la única, bienvenida al clan. Cada vez somos más quienes pensamos que Snape besó a Florence. Bueno espero que te hayas salido del shock y sigas leyendo mi historia. Un millón de gracias por tus comentarios.
DJGryffindor: Oh, si hasta ya le di publicidad a tu fic. He aquí mi nuevo capitulo, aunque no te creas eso de los chicos, si es verdad… ya verás en dos capitulos como es la venganza o el desquite.
Remus Lupin: Hola chico, me halagas. Me haces sonrojar, en serio. Pues te deseo la mayor de las suertes. Eres el primero que me dice que le da nauseas imaginar a Snape con una chica de su edad, pero igual. Supongo que está bien, jejejejejejeje. Espero que te siga gustando el fic.
Arwen Undomiel: Si, ando por aquí también. Puedes ver mis historias por aquí también, de hecho las actualizo más rápido por acá. Espero que te siga gustando la historia. Y Gracias por tus comentarios.
