Hola de nuevo, aquí está mi nuevo capitulo. Espero que les guste, como siempre nunca está de más agradecerles sus comentarios y opiniones. No tengo nada que opinar sobre este capitulo, es una de las razones por las cuales esta historia está clasificada en "R" (esperen cualquier cosa, no quiero quejas luego. jajajaja).
Capitulo 17 In Fraganti
Luego de ese desastroso partido, los ojos de todos estaban en el baile de Halloween y como conseguir pareja, y como Snape estaba castigado debía ayudar a Spencer a organizar el baile, cada vez que Potter pasaba y Spencer no estaba, este le cantaba la frase de la canción.
- "Snape para el baile se quedó, arreglando flores como un maricón" – Dijo James, mientras Sirius y Peter reían. Lily lanzó una mirada desaprobatoria y los llevó del brazo al pasillo. Lily andaba con los chicos de Gryffindor, aun estaba peleada con Ruth y Felicia de la riña del año pasado. No importaba, porque eso la había unido más a James, siendo la pareja más popular del colegio.
- Maldito Potter – Decía Snape mientras llevaba mágicamente unas sillas por encantamiento.
- ¿Decías Severus? – Dijo Spencer.
- Nada.
- No te olvides de mover las mesas a la izquierda, le da ese toque místico. Además la iluminación no es buena en la derecha – Decía Spencer dando instrucciones.
- Muy Bien – Snape hubiera matado a Spencer con la mirada, estaba rabioso de hacer aquello. Solo se reunía con Florence a la hora del almuerzo. Por fin llegó el día de Halloween y tras una larga semana todo estaba listo, Snape llegó a las 7 de la noche a la sala común con un volante rojo pegado en el pelo y la túnica llena de pegamento.
- Odio las fiestas – Se dijo así mismo mientras se sentaba en un sillón. Las chicas corrían de un lado al otro, y los chicos comentaban las mejores túnicas, se estaban preparando para ir al baile que empezaba a las 8.
- Snape, ve y vístete. – Dijo Nott mientras se burlaba.
- No quiero ir al maldito baile – Dijo este muy malhumorado. – Además por culpa del idiota de Spencer, retrasé mis deberes de la semana.
- Eres el único que no va a ir. Todos vamos, hasta Morgana va a ir – Dijo Evan Rosier.
- ¿Todos van a ir? – Snape se preguntaba si Florence había conseguido alguna pareja.
- Chicos, Snape no va porque no tiene pareja. ¿Por qué no llamas a Diane Lee? – Se burló Evan Rosier con maldad.
- Cállate – Dijo Snape
- Todos consiguieron pareja – Dijo Wilkes.
- No todos – Dijo Morgana llegando muy arreglada – Harrington se va a quedar sola en las mazmorras, porque la muy desgraciada no consiguió pareja. – Dijo esta muy alegre.
- Que lastima, yo cambiaría a mi pareja por Harrington. Esa chica de Hufflepuff es muy rara – Dijo Nott.
- Al menos nuestras parejas no son sangre sucias – Dijo Wilkes – Pero si cambiaría por ir con Harrington.
- Y yo – Dijo Rosier.
- Cállense, zopencos. – Dijo Morgana - ¿Tu también Iván?
- No he dicho nada. – Dijo Iván temeroso de su novia. Morgana se acercó a Snape y le quitó el volante rojo de la cabeza.
- ¡Que asco! Spencer es patético. – Dijo Morgana.
- No tienes que decírmelo. – Dijo Snape de mala manera, pero centrando su atención en la chica que llegaba del dormitorio con uniforme colegial puesto, estaba bostezando y lucia cansada: era Florence.
- Bueno, creo que estamos listo. Te extrañaremos Snape. – Dijo Wilkes sarcástico llamando a Dana y llevándola del brazo a un rincón. Llegó la hora y todos los Slytherins impacientes subieron al vestíbulo, las parejas eran casi todas de la misma casa pero nadie iba emparejado con un Gryffindor, a excepción de Eileen. La sala común estaba algo solitaria cuando el último alumno arreglado dejó la sala.
- Así que decidiste quedarte – Dijo Snape a la chica que hacía tareas en un rincón.
- Si, el Quidditch atrasó mis tareas .Además no tengo ganas de ir al baile – Dijo Florence. - ¿Por qué no fuiste?
- Por si no lo sabes soy un gran amante de las fiestas, pero hoy no estoy para la ocasión. – Dijo Snape en malas pulgas.
- Vaya humor tienes hoy. – Dijo Florence sin despegar su vista de los deberes. Snape se sentó también en la mesa y empezó a redactar un ensayo. Luego de una hora en ello, en pleno silencio Florence interrumpió.
- No puedo más. – Dijo mientras se recostaba del pergamino.
- ¿Cansada? – Snape la miró recostada en la mesa.
- No tienes idea, quisiera correr por un prado. – Dijo Florence levantándose. – Al menos ya nada mas me falta la tarea de Adivinación, pero no la voy a hacer "En un ensayo, prediga como será su muerte, con ayuda de las paginas 314 y 315 del libro".
- Algo aterrador. – Dijo Snape con voz indiferente sin quitarle la vista de encima.
- No tanto. Algo especulativo. – Dijo Florence estirándose, pegándole sin querer a Snape en el hombro - ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras tanto?
- Nada, solo te observaba Harrington. – Dijo Snape volviendo a su libro.
- ¿También estás cansado?, haciendo tarea mientras todos se divierten – Dijo Florence quitándose la insignia de Premio Anual y de Prefecto.
- Ojala expulsaran a Potter – Dijo Snape soltando la pluma y cerrando el frasco de tinta.
- Lo has dicho un millón de veces desde que te conozco – Florence le dio una sonrisa y se acercó y le tocó el cabello. – Mi hechizo funciona bien, ya no tienes el pelo grasoso.
- ¿Disculpa? No quiero más comentarios "Spencerianos" sobre mi cabello – Dijo Snape quitándole la mano de su cabello, y sujetándosela.
- Vamos, te ves mejor. Ruth no anotó ningún gol porque te estaba mirando – Dijo Florence riéndose. Snape le soltó la mano y la empujó a un lado, pero no podía evitar dejar de mirarla.
- ¿Qué ocurre? – Preguntó Florence por el incomodo silencio.
- Nada – Dijo Snape.
- Ya estás perdonado, ¿recuerdas de vacaciones? – Dijo Florence mirando su boca.
- No es eso. ¿Crees que me la paso todo el día pensando como acostarme contigo? – Dijo Snape desagradable y cortante
- Acércate un momento – Dijo Florence algo divertida por la actitud de su compañero.
- ¿Qué quieres? ¿Qué es lo que te pasa a ti?
- Nada – Dijo mientras el chico se acercaba simulando enfado.
- No hemos progresado. – Dijo Florence acariciando su cabello, Snape la miró de una manera que cualquier persona en la Tierra hubiera huido, pero no ella quien declaró por lo bajo – Bésame.
- No te voy a besar. Primero no estoy de humor Harrington, segundo esta es la sala común y tercero vas a seguir con tus ideas raras de sujetarme y luego echarme a un lado. – Dijo Snape alejandose.
- Oh, ya veo. Como dice Eileen. Si ellos no actúan, debemos tener la iniciativa nosotras. – Dijo Florence.
- Jordan no sabe más que de tonterías… - Pero Snape fue interrumpido por el beso repentino de Florence. Luego de unos segundos de jugar se separaron.
- ¿Satisfecha? – Dijo Snape respirando profundo. – Déjame en paz.
- Uh, el Señor Arrogancia ha despertado. – Dijo Florence mas divertida que antes. Mientras Snape se levantaba, luego de dar unos pasos se sentó en el sofá frente a la chimenea.
- ¿A que hora acaba el baile? – Preguntó Florence mirando el reloj que indicaba las 9.
- Supongo que a la medianoche – Dijo Snape mirando el fuego.
- Tenemos 3 horas. – Dijo Florence suspirando.
- ¿3 horas para que?
- Para contar historias y echarnos chistes. – Dijo Florence estirándose y sonriéndole pícaramente.
- Se lo que quieres. – Dijo Snape con voz intimidante y pedante.
- Tú también quieres – Dijo Florence parándose frente a él. Se miraron los dos por un instante, Snape volteó para comprobar si alguien venía y la jaló rápidamente hacia él, besándola y sentándola en sus piernas. Florence no se hizo rogar, porque siguió con el juego de besos y caricias sobre él.
- ¿Mejor? – Snape ya no sonaba malhumorado sino misterioso y complacido.
- Si, mucho mejor. – Dijo Florence mientras lo abrazaba y besaba su cuello. Snape con sus manos la sostuvo por la cintura.
- No podemos seguir. – Le dijo el chico, volviendo a mirarla.
- ¿Por qué no? – Preguntó Florence sonriéndole.
- Es la sala común. Alguien podría entrar.
- ¿No lo hace mejor? Temor a que nos descubran, explorar el placer en un lugar prohibido aumenta mis latidos del corazón. – Dijo Florence volviendo a besarlo, el chico no se opuso a ello y la complació en todo lo que ella quería y viceversa. Severus posó sus manos en sus rodillas, pasando lentamente a las rodillas de la chica, y subiendo cada vez más sus manos, mientras la besaba.
- No dejes de mirarme – Dijo Snape mientras la chica se juntaba más a él. Florence posó sus manos en el abdomen del chico. Y comenzaba a desabotonar la túnica, mientras que el había subido sus manos mas arriba de las piernas acariciándola y le quitaba la falda.
- ¿Desde hace cuanto que no nos prestábamos para esto? – Preguntó Florence desabrochando la túnica.
- Desde finales de quinto año, ahora estamos en séptimo.
- No puedo creer que haya pasado tanto tiempo. – Dijo Florence mientras dejaba el descubierto el pecho del chico. Florence lo empujó y besaba a Snape empezando por su boca y bajando por el pecho, al llegar a la hebilla de la correa la empezó a desamarrarla con las manos.
- ¿Quieres que me apure o que lo haga rápido? – Le Preguntó Florence, en un tono sensual mientras Snape le negaba con la cabeza.
- Aquí quien decide las cosas, soy yo. – La empujó y la llevó a la alfombra del piso, se arrodilló y empezó a avanzar hacia ella, Florence volteó un momento.
- ¿A dónde te vas? – Ya no había nada que lograra detener a Snape y Florence no quería detenerse.
- ¿Quieres que me detenga? – Dijo Snape a su oído, sobre ella.
- Hazlo y le quitaré puntos a Slytherin. – Dijo Florence acostada en el piso, sumida en las sensaciones que el chico le hacía sentir. Snape llegó al punto cumbre, sintiendo como su compañera emanaba una energía sobrenatural, estaba cerca de su corazón y su mirada ya no había fiereza, sino mas bien algo que lo hipnotizaba, algo que le daba un aire felino, no había mas descripción que se pudiera expresar con palabras, podía sentir que Florence ronroneaba como los gatos lo hacían, ninguna palabra era suficientemente intensa para describir aquello, todo lo que había estado dentro de ellos salía y encontraban canalizarlo, ya que no había reservas para aquello.
Cualquier persona que presenciase aquello quedaría estupefacta al ver que aquellos dos chicos habían descubierto muchas maneras de expresarse lo que sentían de un modo físico e instintivo, pero con algo que lo hacía único y para nada común o vulgar. Cuando ya habían terminado de realizar cualquier acto para satisfacerse mutuamente, Florence se sentó y empezó a buscar su vestimenta.
- Y eso es lo que pasa cuando me castigas por mucho tiempo. – Dijo Snape irónicamente mirando a la chica, subiéndose los pantalones.
- No me vengas con chistes de mal gusto. – Le dijo ella poniéndose de nuevo el uniforme.
- Oh, parece que la pobre Harrington ya se ha cansado y no resistirá tanto. – Dijo Snape burlándose.
- No estoy cansada. – le dijo ella mientras se colocaba la insignia de Prefecta y Premio Anual. – No me gustaría que encontraran prendas intimas en donde toda la casa Slytherin pueda verlas.
- Parece que hoy nos sobra el tiempo. – Dijo Snape mirando el reloj. Se acercó a Florence por detrás y bruscamente la besó en el cuello.
- Tienes el concepto de tratarme rudamente, pero terminas obedeciéndome en todo.
- Soy tu esclavo, dime que te lleve hacia arriba o hacia abajo y lo haré. – Dijo el chico perdido en su cabello. – Tú eres mi esclava, puedo hacer contigo lo que me plazca, y no podrás reclamarme.
- Puedes volver a hacerme lo que quieras, pero no aquí. – Dijo Florence mirándolo esta vez de frente y muy cerca. Antes de que Snape la besara se alejó. – Vamos a mi dormitorio.
Los dos llegaron al dormitorio de las chicas de séptimo año. Florence lo llevó hasta su cama y se sentaron sin darse cuenta, sumidos en el mas apasionado de los besos. Quizás aquella reacción espontánea y mutua de instintos ligados con sentimientos se debía a la presión, a la falta haber estado juntos desde hace mucho o quizás porque ellos lo querían así y aprovechaban un momento a solas.
- No cierres las cortinas, está bien así. – Snape no tenía porque desvestirse, había llegado desarreglado desde la sala común. Se hizo mucho más rápido y en menos de un momento ya estaban en lo mismo.
- ¿Puedo preguntarte algo? – Preguntó Snape muy susurrante.
- Si, pregunta lo que quieras.
- ¿Qué tal te sientes a mi lado? – Le dijo el chico.
- Si me sintiera mal a tu lado, te hubiera castigado unos años más. – Dijo Florence riéndose, conteniendo la respiración de nuevo. Estaba sentada en la cama, abrazada al chico, era un abrazo sin final que los hacia uno solo. - ¿Por qué la pregunta?
- Solo curiosidad de tu amante, Florence. – Dijo Snape mientras la sostenía y la apretaba más hacia él. El roce con su piel se sentía bien, y ni se diga Florence, que sentía un corrientazo por todo su esqueleto. - Tengo miedo de ti… - Dijo Snape sobre la chica esta vez. Pero Florence lo empujó, el chico la tocó por le brazo empezando en un hombro y terminando agarrando sus manos.
- ¿Tienes miedo de mi? – Florence no entendía mientras Snape acercaba su boca a su oído.
- Cuando estoy contigo, no se si podré resistir. No se si tanto placer pueda matarme, o producirme dolor. – Dijo Snape. Florence no se resistía, pero lo miraba evaluando si lo que había dicho era verdad o mentira.
- ¿Resistir? – Dijo Florence confusa apartándolo de ella de nuevo y sentándose. - ¿Acaso te asfixio o te impido vivir?
- No. Me refiero a que nuestro encuentros son tan intensos, que nunca se en que puedo terminar. Me encanta arriesgarme y cuando termino quiero volver a empezar. Y cuando me cargo, volver a descargarme. No solo físicamente…
- A ver si adivino, sientes todo eso y… - Dijo la chica con mirada perdida.
- Cuando estuve con Diane Lee, no ocurrió nada de eso. – Dijo Snape acariciando su cabello. Florence lo miró.
- No tenías porque decirlo. – Dijo ella sujetando sus manos, se acercó de nuevo y fue esta vez ella quien lo empujó y se recostó sobre él.
- Oh si, claro que tenía que decirlo. No podía conservar ese secreto por más tiempo– Dijo Snape mientras la chica se sentaba más debajo de su cintura y acariciando su pecho mientras se inclinaba hacia él volviendo a besarlo y permitir que el chico realizara su labor sin mucha dificultad pero con gran vigor, haciéndola que la chica le pidiera varias veces que se detuviera para que la dejara respirar.
- No creo que esto sintiéndose tan bien, pueda hacer daño. – Dijo Florence con la respiración cortada. – Tienes razón, no se si pueda seguir así. Pero no quiero que te detengas.
- No depende de mí, es algo mutuo. – Dijo Snape recostado mientras agitaba a la chica con sus movimientos. De nuevo la tenía en su completa posesión, dueño de ella, y ella era dueña de él, se pertenecían. Luego de un rato, Florence se detuvo.
- ¿Te hago daño?
- No, está bien… sigue. – Dijo Florence mirando el techo, fue cuando escuchó algo y pegó un grito de sorpresa. - ¿Oíste algo? – Dijo Florence.
- No, no es nada. – Dijo Snape – Falta aun mucho para que el baile termine.
- Alguien se acerca. – Dijo Florence cubriéndose - ¿Eileen? – Florence se sentó súbitamente golpeando a Snape en la nariz.
- AHHHHHH – Eileen pegó un grito fuerte, acababa de entrar junto a Dana y a Tara, al ver aquel espectáculo casi se desmayó. Snape y Florence se quedaron en shock sin hacer ni decir nada; aquello no había sido oportuno, ni era nada cómodo.
- ¡Oh Por Dios! – Gritó Tara.
- ¿Nadie va a moverse? – Dijo Dana paralizada.
- Severus haz algo. – Dijo Florence mientras Snape se frotaba la nariz debido al golpe que Florence le dio por accidente.
- Maldita Sea, ¿Qué hacen ustedes observándonos? – A Snape no se le ocurría decir mas nada, por fortuna estaba tapado por una de las sabanas.
- Oh, perdóneme Señor Snape, no sabía que ustedes dos andaban teniendo relaciones. – Dijo Tara irónica – La próxima vez toco la puerta.
- No puedo creer que ustedes… - Dijo Dana con una mirada de asombro.
- Yo tampoco… - Dijo Eileen. – Escogieron un buen momento. – Tara soltó una carcajada.
- ¿Desde cuando ustedes…? – Preguntó Tara con mirada desorbitada.
- No te importa – Dijo Snape
- Quinto año – Dijo Florence
- Desde tercer año… - Dijo Snape.
- No te importa… - Dijo Florence
- NO PUEDE SER!! – Dijeron las tres al mismo tiempo.
- Dejen de interrogar y váyanse de una vez, me quiero vestir. – Dijo Snape de mal humor.
- Podemos dejarlos solos para que terminen – Dijo Dana riéndose también.
- Cuando Morgana se entere va a morir. – Dijo Tara.
- Oh no… - Snape miraba enojado. – Si ella lo llega a saber la que van a morir son ustedes.
- No, Morgana no lo debe saber. Prometan que no dirán nada de esto a nadie… - Dijo Florence seria.
- Antes de prometerlo, Snape ¿podrías sentarte un momento? – Dijo Tara, recibiendo una mirada confusa de Dana y Eileen. Snape se dejó frotar la nariz que estaba roja, y se sentó en la cama sin comprender. Florence estaba tapada con la sabana y lo miraba. Snape se sentó y la sabana se le corrió hasta la cintura.
- Madre mía, Severus, te has ocultado bajo ese uniforme por muchos años, de hecho nunca supe todo lo que nos has escondido. No sabía que estabas tan crecidito y tan… desarrollado. Siempre pensé que eras un flacuchento perdedor que era pateado por Potter. – Dijo Tara colorada y riéndose tontamente. Dana no pudo evitar reírse y Eileen se tapó la cara.
- Ya Basta ustedes tres. – Dijo Florence. Mientras Snape malhumorado volvía cubrirse hasta el cuello, sin poder evitar ponerse rosado en las mejillas.
- ¿No es emocionante tener romances ocultos? – Dijo Eileen sonriendo.
- NO!!!! – Dijeron Snape y Florence al mismo tiempo. Mientras Tara y Dana se volvían a reír.
- Nos vemos mañana Iván. – Era la voz de Morgana. Estaba cerca de la puerta.
- Oh, es Morgana. – Dijo Dana saltando.
- ¿Qué hacemos? – Dijo Tara angustiada.
- La puerta. – Eileen corrió y se apoyó en la puerta, Morgana intentó entrar. Tara y Dana empezaron a gritar como locas.
- Rápido. En el armario de allá. – Florence corrió rápido a Snape al armario de las chicas con un empujón y lo metió allí cubierto con las sabanas.
- Dame mi ropa – Dijo Snape y Florence se la lanzó. Ella se empezó a vestir y Eileen dejó entrar a Morgana.
- ¿Ustedes son anormales? – Dijo Morgana viéndolas. - ¿Por qué esos gritos?
- Vimos una rata – Dijo Dana.
- ¿Acaso ustedes son muggles para tenerle miedo a las ratas? – Dijo Morgana.
- No, pero nos asustamos – Dijo Tara. Morgana las miró a todas, sus caras debieron haber delatado algo.
- ¿Qué ocurre?
- Nada – Dijeron las 4 en coro. Morgana las volvió a mirar. Se detuvo en Florence y la miró detenidamente.
- Tienes la insignia de Premio anual al revés. – Dijo Morgana mientras Florence se daba cuenta y se la arreglaba.
- Morgana, ¿Qué te pasa? – Preguntó Eileen.
- Ustedes me ocultan algo. – Dijo ella – Por cierto ¿alguna de ustedes ha visto a Snape?
- No, para nada. ¿Por qué lo íbamos a ver? – Dijo Dana.
- Vi su varita allá abajo, pero no estaba allí. – Dijo Morgana sacándola y dejándola en la mesa.
- No, no estaba cuando llegué. – Dijo Eileen.
- ¿Por qué el baile terminó temprano? – Dijo Florence sin entender.
- Ah… eso. Hubo una pelea. – Dijo Tara. – La pandilla de nuestros chicos, se molieron a golpes contra la pandilla de Potter.
- Entiendo. – Dijo Florence mirando al armario.
- Ya vuelvo, voy a dejarle la varita de Snape a Iván, quizás ya lo haya encontrado, a ver si dejan de actuar como locas. – Dijo Morgana saliendo del dormitorio. Cuando se fue, Snape salió del armario con la ropa aun por ajustar, pero ya estaba medio vestido.
- Ustedes son unos pervertidos, ¿hacerlo en un dormitorio? – Dijo Tara riéndose y dándole una sonrisita a Snape.
- Ustinov, te agradezco que te mantengas alejado de mí mientras tengas esa actitud. – Dijo Snape terminando de acomodarse la túnica con tono peligroso. - ¿Qué miran ustedes?
- Nada. – Dijo Eileen volteándose.
- No he visto nada – Dijo Dana tapándose la cara.
- ¿Me hablas a mi? – Dijo Tara aun sonriendo
- Ya te he visto demasiado. – Dijo Florence. Snape salió sigiloso del dormitorio. Justo cuando se fue, las chicas miraron a Florence.
- Espero que tengan lindos sueños. – Dijo Florence volviéndose a su cama.
- A no, eso si que no. Nos vas a contar – Dijo Tara.
- ¿Por qué nunca me lo contaste? – Dijo Eileen ofendida tomándose sus pociones.
- Mis ojos son testigos – Dijo Dana.
- No, no les voy a decir nada, es mi vida privada. Buenas noches. – Florence cerró las cortinas de su cama adoselada, las chicas la rodearon y la volvieron a abrir.
- Nos vas a contar. Nunca pensé que tu y ese ser… - Dijo Eileen.
- Cállate Jordan, con lo poco que pude ver, veo que a Florence le ha tocado uno bien dotado. – Dijo Tara sonriendo - No puedo creer que este diciendo eso de Severus Snape, que me lleven a San Mungo por mis palabras.
- Por eso nunca lo conté, ustedes son muy curiosas y chismosas. – Dijo Florence mirándolas feo.
- No pongas esa cara, no te veías así cuando llegamos. – Dijo Tara.
- Y la cara que puso cuando nos vio – Dijo Dana, haciendo que Tara y Eileen cayeran acostadas de la risa. - ¿Desde cuando son novios?
- No somos novios. – Dijo Florence cubriéndose con la sabana.
- Oh… veo que ambos son salvaje y forajidos. – Dijo Tara. – No les gustan las ataduras ni compromisos. ¿Cómo fue con Black?
- Yo no he estado con Black… - Dijo Florence mostrándose ofendida.
- ¿Entonces?
- Dejen de molestarme. Solo he estado con él y ya, váyanse a sus asuntos.
- ¿Desde cuando ustedes…? – Preguntó Dana.
- Déjenme en paz. – Dijo Florence esta vez saliendo debajo de la sabana.
- Descubrimos a la fierecilla. Seguro fue cuando se vieron en el tren en primer año. – Dijo Tara – "Hazme sentir Severus" – Otra vez las chicas volvieron a reírse a carcajadas, e incluso Dana se secó unas lágrimas de risa, mientras Tara imitaba el tono de Florence.
- Nos besamos en tercero y lo otro fue en quinto. ¿Felices? – Dijo Florence con un color subido en las orejas y mejillas.
- Nos ha dicho mucho, para tratarse de Florence Harrington la chica misteriosa. – Dijo Tara. – "Severus hazme sentir" – Dijo de nuevo parodiando, mientras las chicas reían pero se detuvieron cuando alguien decía por detrás dijo:
- ¿Qué clase de verso es ese Ustinov? – Morgana Bellatrix la miraba severamente. Las chicas se callaron al instante y Florence se ocultó debajo de su almohada.
- Nada. – Dijo Tara con un tono agudo.
- Harrington, toma… - Dijo Morgana aproximándole la insignia de prefecto. – Me encontré a Snape entrando en el dormitorio de los chicos. La tenía él puesta en su túnica. ¿Desde cuando Snape es prefecto?
- ¿Entraste? – Dijo Dana – Morgana, las chicas tienen prohibido entrar en el dormitorio de los chicos.
- Y los chicos entrar en el dormitorio de las chicas, ¿No es así Florence? – Dijo Tara.
- Las voy a matar si no se largan de una buena vez. – Dijo Florence empujándolas. Las chicas se fueron mientras Morgana miraba sospechosa.
Las chicas cumplieron lo que prometieron, pues nadie se enteró. Pero Florence no podía ni acercarse a su amigo, porque las chicas empezaban a reírse tontamente. Incluso la semana siguiente llegó Ernerst Wilkes.
- Adivinen chicos, Snape es un hombre afortunado. – Dijo el chico en tono desenfadado.
- ¿Qué es lo especial? – Preguntó Iván, mientras toda la mesa Slytherin volteaba.
- Es Diane Lee, parece que Severus recibió una lechuza de ella. – Dijo Ernest.
- ¿No habrá ido a visitarla de nuevo en vacaciones? – Preguntó Morgana tranquila, Florence miró atenta, pero algo se hizo notar Morgana volteó a verla. Dana, Tara y Eileen miraban a Ernest como mensajero de malas noticias.
- No lo se… pero esa chica es candente. – Dijo Ernest. – Es la chica más hermosa y perfecta que he visto. – Dijo Wilkes. – Y es sangre limpia, perfecta de naturaleza…
- No es así. – Dijo Tara levantándose. – Diane Lee es una…
- …entrometida… - Dijo Dana completando la frase.
- … destruye parejas - Dijo Eileen.
- ¿A ustedes que mosca les picó? – Dijo Morgana.
- Una mosca bien grande y venenosa, supongo. – Dijo Florence callándolas con la mirada, aquella imprudencia podría costarle caro. Sus amigas ahora que sabían la verdad, eran las primeras defensoras de Florence y su amorío; cosa que Florence lamentaba y recordaba aquellos dichosos días de anonimato y discreción.
- No te preocupes amiga Florence – Dijo Tara en tono amistoso y confidente– Hoy recibirás algo que te alegrará.
- ¿A que te refieres? – Dijo Florence en voz baja. Fue cuando llegó Snape con el profeta en la mano y muy bravo. Sin decir palabra, agarró a Tara del brazo y la arrastró lejos. Le dijo algo en voz baja hasta que se oyó…
- Vas a pagarme esta. – Dijo Snape, al llegar a la mesa de vuelta lanzó el profeta de mala manera.
- ¿Qué ocurre? – Preguntó Eileen.
- Gracias a Florence, me he inspirado para hacer un ensayo para demostrar mis capacidades para escribir y he mandado una historia al profeta. He ganado el primer lugar y seré escogida para trabajar cuando Hogwarts finalice. – Dijo Tara en voz baja.
- ¿Qué clase de historia? – Florence sujetó el Profeta rápidamente buscando dicha referencia.
- Una historia apasionada… - Dijo Tara en voz alta – Es una historia en la pagina 15 del profeta y la he escrito yo. – Tara le quitó el Profeta de la mano y comenzó a leer a sus amigas.
- "Sobre una losa fría han intercambiado calor, sin temor a ser descubiertos. Dos almas que se desean y se manifiestan todo lo que sienten. Todo comienza con nuestros protagonistas Fiorencia y Saivero…
- ¿Fiorencia y Saivero? – Dana y Eileen estallaron en risas.
- "Esa noche sus miradas se cruzaron y penetraron en sus almas. Pero eso no importaba, solo importaba acabar con aquel fuego que quemaba sus entrañas fogosamente…
- ¿QUEE? Tu no hiciste eso… - Dijo Florence queriendo ahorcarla. – Te voy a matar.
- Escucha. – Dijo Dana, mientras un grupo de chicas se reunía alrededor mientras Morgana se alejaba.
- "…Fue cuando la señal se dio, y la ropa era un elemento de más. El tiempo y espacio eran mágicos, nada importaba más que satisfacerse físicamente como lo habían deseado desde que habían nacido. En un instante de placer e intensidad, sus esculturales y voluptuosos cuerpos danzaban en un ritmo frenetico, haciendo que ellos lo encontraran adictivo, mientras Fiorencia sentía como sus musculos se relajaban e iban dando paso a…
- Por amor al cielo. – Dijo Florence quitándole el periódico de sus manos. Las chicas le abuchearon.
- Oye, esa era la mejor parte – Dijo Tara – Era cuando Saivero por fin lograba penetrar… - Pero Florence no la escuchaba, estaba leyendo el escrito a solas y su cara se puso pálida y Snape la miraba insistentemente, aquella historia era lo que vulgarmente podría conocerse como pornográfica y sobre todo lo gráfica.
- ¿"… luego en un instante de incandescencia sus respectivos…? - Florence estaba verde, nadie sabía si de la rabia o porque iba a vomitar.
- Oh si, ¿no te gusta? – Preguntó Tara.
- ¿Por qué me habría de gustar? – Florence se lo devolvió con cara de asco. – Ese texto es vulgar. Muy gráfico y exagerado. Para nada se asemeja con la realidad, has inventado la mitad…
- Oh, me base en ti. – Dijo Tara mientras se levantaba hacia la puerta del Gran Comedor.
- ¿En mi? No entiendo – Dijo Florence - ¿De dónde sacaste eso de "esculturales y voluptuosos cuerpos"? Eso es falso, si es por "eso", somos dos personas comunes con defectos y…
- ¿Esperabas que pusiera "sus flácidos y débiles cuerpos…"? no hubiera quedado… - Dijo Tara
- Todo lo que escribiste es mentira y… EXAGERADO. Eso jamás… digo… bueno… no es así. Nada de lo que escribiste es así. ¿Cómo se te ocurrió poner un nombre parecido al mío? – Reclamaba Florence mientras una chica de sexto año se acercaba.
- Felicidades, me encantó tu historia. Tanta descripción. ¡Que bien! – Dijo la chica.
- Michelle, ¿a quien te suena el nombre Fiorencia?
- Creo que a una empresa que fabrica túnicas italianas. – Dijo la chica algo despistada. Despidiéndose
- ¿Ves? Nadie lo sospecha. Además esta edición de mi historia será publicada en el Periodico Ruso mañana. – Dijo Tara muy feliz, mientras se iba por el pasillo.
- ¿Periodico Ruso?
- Ya sabes, para que nuestra amiga Diane lo lea. – Dijo Tara con una sonrisita.
- No es por nada, pero me lo imaginaba. – Dijo Eileen – Ahora que me pongo a pensar en Diane Lee, ¿fue por eso que estabas llorando la otra vez?
- No, no empieces Eileen el día está muy hermoso. – Dijo Florence
- ¿Viste que le envío otra lechuza? Aunque Snape no me caiga bien, deberíamos mandarle a Lee un vociferador. – Dijo Eileen sonriéndose.
- No, tengo más dignidad que eso… - Dijo Florence. – No mando indirectas, si me tocara actuar lo haría personalmente.
Aquello anduvo circulando como la gran obra de Tara, pero Florence sabía que significaba, y esto la incomodaba, lo que había escrito Tara era una historia totalmente errada y para nada sentía que "Fiorencia" tuviera algo que ver con ella. Era un texto vacio y sin palabras concordantes si Florence lo comparaba con su realidad vivida. Pero era una situación más aguantable que la de Gryffindor, a donde quiera que iba recibía puros insultos, como represalia por haber ganado y haberse burlado de Potter, lo cual era considerado un crimen. Una mañana de Diciembre…
- Oye prefecta perfecta. – Dijo Felicia avanzando con sus amigas Gabrielle y Ruth. - ¿Andas pavoneandote? – Eileen y Florence iban caminando y las ignoraron.
- Eres una cobarde, huye mientras puedas Slytherin. Eres una zorra cobarde. – Dijo Felicia con voz peligrosa. Florence sentía que le hervía la sangre, no la miraba y siguió caminando.
- No las escuches, están locas de remate. Le hiciste un favor a Evans al pelearla con esas simias incompetentes. – Dijo Eileen.
- Florence huye de nosotras. Bu! – Dijo Ruth riéndose.
- Es la vergüenza familiar, ¿recuerdas a su padre? – Dijo Felicia en tono burlón. – Ese bufón le dijo a su propia hija que era una maldición en su vida.
- Su familia perdió tiempo en alimentarla. – Dijo Ruth – Nada más miren lo que ha resultado semejante alma. Se cree la mejor en todo, pero no llega a ser tomada en serio. – Aquellas palabras atornillaban sus oídos, Florence estaba a sus espaldas caminando más lento y con las mejillas rojas. Estaba furiosa.
- Sobretodo con que Bellatrix, la tiene al margen. Pobre infeliz. ¿Se acuerdan cuando el chiflado de Harrington vino a prohibirle que se juntara con todo el mundo? – Dijo Felicia en voz alta.
- Además de que todo el colegio sabe que anda tras Sirius, solo para ser el centro de atención. Es una miserable – Dijo Ruth.
- O quizás ustedes unas envidiosas – Dijo Florence dándoles la cara y viéndolas.
- Oh, miren nos está hablando. Corran antes que nos pegue sus piojos. – Dijo Felicia.
- Déjalas Florence, no vale la pena. – Dijo Eileen.
- Déjanos Florence. Somos más populares que tu. – Chilló Felicia
- Sobretodo eso… eres conocida en todas partes por ser la perrita faldera de Sirius y el ni siquiera te oye. No tengo interés en Sirius y lo sabes, te lo dejo como sobra. – Dijo Florence ofendiéndola
- Arrogante, te vas a pudrir en el infierno. Vas a morir y nadie se dará cuenta de ello. – Dijo Felicia con fuego en sus ojos. – No eres nada. Has tratado de seducir a todos los chicos que han pasado por tus ojos y solo te has acostado con Snape y Pettigrew, que malo, ¿no?
- Cuida tus palabras.
- ¿Qué me vas a hacer? Sacarme a patadas con el dinero de tu familia o echarme al maldito payaso de tu papá encima. – Dijo Felicia sobrepasándose. Florence la miró directamente a los ojos, con una mirada calmada e hipnotizante. Ruth y Gabrielle retrocedieron. Felicia estaba paralizada.
- ¿Qué es lo peor que te ha sucedido? – Decía Florence en voz peligrosa y seca – Recuérdalo, hazlo! – Florence ejercía poder sobre ella. Algún poder desconocido había salido de ella. Eileen sabía que aquello no era normal y retrocedió. Los ojos de Felicia estaban en blanco y ella temblaba.
- Felicia! – Gritó Ruth asustada. Felicia reaccionó y dos lágrimas rodaron por sus ojos.
- Engendro del demonio ¿qué fue eso? – Dijo Felicia sacando su varita.
- Ve a la enfermería. – Dijo Florence, Felicia sintió que algo le quemaba los ojos y dio un alarido de dolor.
- Me he quemado los ojos – Dijo Felicia chillando. - ¿Qué me has hecho?
- ¿Crees que yo Florence Marie Harrington podría sentirme inferior con comentarios tuyos? Esto es una lección para que cuides tus palabras.
- Hechicera Oscura – Gritó Gabrielle.
- Hechicera Tenebrosa – Repitió Ruth. Felicia volvía a abrir los ojos. Eileen tomó a Florence del brazo y la alejó.
- Eres rara, eres anormal! – Dijo Felicia.
- No debiste haberles hecho eso. Te van a acusar – Dijo Eileen mirando a Florence.- Las artes oscuras no son buenas…
- Ellas se lo merecen, alguien las tenía que callar. – Dijo Florence violenta, luego respiró y se calmó – No se que me sucedió, sentí unas ganas irresistibles de hacer daño.
- Olvida eso – Eileen la abrazó. – No me digas eso que me asustas.
- Son ideas locas que pasan por mi cabeza, son ideas veloces que crecen y no puedo detener. Tengo un poder y lo estoy aprendiendo a usar.
- No digas más – Eileen estaba temerosa. – No eres tú, tú no haces daño aunque la gente haga daño. Felicia te odia, porque te envidia. No debes…
- Lo se, lo se… - Florence tenía una mirada perdida. – Me siento agotada.
- ¿Cómo lo hiciste?
- ¿Qué cosa?
- Entrar a su mente. – Dijo Eileen. – Lo hiciste.
- Creo que si estoy muy enojada, me pasan cosas raras. Vi su alma a través de sus ojos y pude ver cada uno de sus pensamientos y recuerdos pasando ante mí.
- Eso asusta. – Dijo Eileen. Sin darse cuenta habían llegado a los invernaderos de Herbología. Se sentaron cerca de un rincón donde Snape estaba esperando para que empezara la clase.
- Algo raro pasó. Florence atacó a Felicia sin querer – Dijo Eileen precipitada en un tono bajo.
- ¿Cómo? – Snape miraba serio.
- Le saque sus pensamientos con la mirada, le quemé los ojos con la mirada. Estaba apoderada de la rabia. – Dijo Florence algo atemorizada también - ¿Qué es eso?
- No debes hacer eso. Te pueden descubrir… - Snape estaba mirando a los lados. – Tú debes controlar las Artes Oscuras, no ellas a ti.
- No son artes oscuras. Son poderes que jamás… - Florence le explicó.
- Se llama magia antigua. Es muy difícil llevar a cabo, solo lo he hecho un par de veces. Debes controlar eso. ¿Cuándo empezó todo? – Dijo Snape curioso.
- Cuando fui al despacho de Spencer. Estoy segura que le hice lo mismo con la mirada.
- Puedo enseñarte como controlar… - Dijo Snape. Pero Eileen le dio una patada para callarlo. Voltearon y la Profesora Mc Gonagall con Felicia se acercaban a paso rápido por la vereda.
- Srta. Harrington, a la oficina del director inmediatamente. – Dijo la Profesora con los labios apretados. Felicia estaba bien, y tenía una sonrisa de triunfo. Florence se levantó ante la mirada de todos, y las siguió. Al llegar estaba el Director junto con Spencer.
Fin del capitulo
Irisa Seli Oh, XD me alegra que los lectores anónimos dejen de ser tan anónimos y me dejen un review para saber que les gusta la historia (te lo agradezco). Combinación comedia y dark, jajaja, si, creo que me gusta ese estilo, pero aun ff no ha puesto esa categoría "dark&comedy". Yo se que se ponen medio aromáticos o profundos... eso pasa.
Selene Snape: Me alegra que te haya encantado, me has quitado las palabras de la boca, si, no te preocupes que su relación no será tan secreta, de hecho ya no es tan secreto... ¿Te parece obvio que ella se decidirá por Voldemort? La gente piensa diferente de Florence, además porque creo que he dejado pistas, la verdad el desenlace lo sabras pronto.
Dj Gryffindor: Oh, Belen Gracias por tu review. He puesto un revolcón para que lo disfrutes. Jajajaja. Espero que te siga gustando y saludos!
Malu Snape Rickman: Que bien que te recuperaras. Que lindo que tengas un sobrinito!!!!! Con respecto a tu comentario, Gracias, lo de las canciones fue algo que se me ocurrió hace poco, y de que están cochinotas lo están XDDDDD Nos vemos!!!!
