Nuevo capitulo, ¿sumario? Bueno: Al parecer las cosas no andan muy bien. Florence empieza a dudar de mucho y se da cuenta de otras cosas también…
No es un titulo sugerente de capitulo, es un titulo que puede llevar a mucho más, quizás a algo más allá…
Capitulo 18 Ocurrió en el dormitorio
- Ah Florence, por favor toma asiento. – Dijo Dumbledore amablemente. Florence se sentó respirando profundo, sus ojos estaban mas brillantes y sus labios unidos tensamente. Felicia la miraba con odio y muy sonriente.
- La Señorita Atkood nos ha contado algo muy curioso. Usted ha realizado un encantamiento indebido sobre ella…
- Son artes oscuras, lo puedo asegurar. – Dijo Felicia interrumpiendo a la Profesora Mc Gonagall.
- … usted le hizo algo extraño. No se que pretende.
- Fue un accidente. – Dijo Florence
- Mentira, ella y todos los Slytherins practican artes oscuras.
- ¿Es eso cierto? – Preguntó Spencer.
- Maldición, claro que no. Fue magia sin varita, no fue mi culpa. Simplemente salió…
- La magia no sale sola sin que la invoques, Florence – Dijo Spencer con voz varonil y cara de asombro.
- Nunca pensé que fueras capaz de ello, Florence. Simplemente siempre pensé que tu padre se equivocaba en decir que eras rebelde y desobediente – Dijo Dumbledore.
- Vaya, alguien sensato en no creerle a mi padre sin llamarlo payaso como lo hizo Felicia. Si soy rebelde, porque es mi naturaleza, pero soy desobediente a los principios que vayan contra mi misma.
- Ella practica Artes Oscuras, ella tiene algo que ver con "Ustedes-saben-quien". – Dijo Felicia apuntándole con el dedo.
- No – Spencer abrió los ojos más y se calló. Murmuró algo y se sentó. La Profesora Mc Gonagall miró a Felicia.
- Esa acusación es grave.
- Es mentira.
- ¿Florence has practicado artes oscuras? – Preguntó Dumbledore.
- No usé artes oscuras contra Felicia, solo anduve perdiendo el control del poder que hay en mis ojos. – Dijo Florence señalando los ojos suyos mientras Dumbledore la examinaba.
- Mentirosa, merece expulsión – Dijo Felicia.
- Señorita Atkood, cállese un momento. Nosotros somos los profesores. – Dijo Mc Gonagall enojada.
- Esto es mi culpa, la niña Harrington me hizo algo parecido la otra vez en mi despacho. – Dijo Spencer. - Creo que es irresponsable que un premio anual y prefecto haga maleficios a sus demás compañeros y a profesores. ¡Que vergüenza! Creo que sería una lección si me da su insignia de "Premio Anual", y su insignia de "Prefecto".
- No creo que ella mienta, pero merece una lección. No se si sea muy duro. – Dijo Dumbledore en desacuerdo. – pero las reglas son para todos.
- ¿Si? – Florence volvió a su tono enojado. - ¿Usted cree eso?
- Señorita Harrington, está usted refiriéndose al director. – Dijo Spencer.
- Lo se, no soy ciega. – Dijo Florence. – No es justo, la mayoría de las personas tienen prejuicios contra Slytherin, somos los malos siempre sin tomar en cuenta nuestra palabra.
- Srta. Harrington por favor – Dijo Spencer apretando los dientes.
- Y nuestro jefe de casa no ayuda, es un pobre infeliz que se la pasa acosando sexualmente a las alumnas. – Dijo Florence en tono grave mirando a Spencer directamente.
- Lo que usted dice es grave. – Dijo Dumbledore mirando a Spencer.
- Casualidad que sea verdad. ¿no? – Dijo Florence desafiando al director con su mirada, estaba molesta de estar diciendo la verdad y no ser escuchada.
- Por favor – Dijo Mc Gonagall – Jovencita, mejore sus modales.
- Harrington, entregue sus insignias ahora. Slytherin no merece perder puntos por su actitud grosera. – Dijo Spencer.
- Estoy diciendo la verdad. – Dijo Florence.
- Callese, o si no será relevada del puesto de buscadora también. – Dijo Spencer. Florence se levantó rudamente hacia el director y lanzó sus dos insignias y estas rodaron al piso. Felicia se reía disimuladamente.
- Bien, ahora… - Dijo Spencer.
- Lo siento tanto Florence – Dijo Dumbledore mirándola tristemente.
- Usted no lo siente. Mientras a mi me reprenden, Potter y su pandilla vaga de noche del colegio sin ser descubiertos. Además Felicia fue quien comenzó a tentarme con sus insultos hacia mi y a mi familia, en un lenguaje vulgar.
- ¿Es eso cierto? – Dijo Dumbledore mirando a Felicia.
- Si, pero ella me lanzó una mirada despreciativa. – Dijo Felicia frenando su risa y poniendo cara de victima.
- Jamás me volteo a mirar cosas inferiores a mi Atkood – Dijo Florence respirando pausadamente – Me produces lástima.
- Tú me das más lástima, en un día perdiste dos cargos de importancia. – Dijo Felicia mirándola como si fuera excremento.
- 100 puntos menos a Gryffindor – Dijo Dumbledore – váyase Señorita Atkood, y busque a Lilian Evans, ella recibirá el premio anual ahora.
- Pero… - Felicia iba a reclamar pero se calló al ver la mirada intimidante de Mc Gonagall.
- Florence puede retirarse. Y llame a Severus Snape por favor. – Dijo Dumbledore.
- Usted se equivoca, usted… usted no sabe lo que sus mimados de Gryffindor hacen. – Dijo Florence abriendo la puerta sin tocarla y cerrándola de tal manera que uno de los retratos se cayó. Florence iba enojada por los pasillos, todos se apartaban a su paso al verla. Al llegar a la Sala Común de Slytherin, todos estaban reunidos y la miraron.
- ¿Qué ocurrió? – Preguntó Eileen.
- No le quitaron puntos a Slytherin, porque yo soy la responsable de todo. – Dijo Florence sin expresión humana en la cara – Pero ya el Premio Anual no está en Slytherin, se lo dieron a Evans – Dijo Florence señalando su túnica sin insignia – Y ya no soy prefecta más. Y si vuelvo a incumplir las normas me expulsarán del equipo de Quidditch.
- ¿Cómo? – Dijo Jason. – Si te sacan del equipo, yo renuncio
- ¿Dónde está Atkood? – Preguntó Morgana – Por culpa de esa retrasada Gryffindor, Slytherin quedó en una mala posición.
- Severus Snape, el Profesor Dumbledore te llama urgentemente. – Dijo Florence.
- Lo siento – Dijo Eileen.
- Si hubiera sido de Gryffindor, no hubiera sido tan grave. Siempre tienen preferencias con ellos. – Dijo Ivan Rodolphus rudamente.
- Lo se, Felicia fue quien comenzó.
- Ojala te hubieran expulsado – Dijo Morgana por lo bajo - ¿Cómo se te ocurre atacarla con artes oscuras?
- No fueron artes oscuras. Gryffindor perdió 100 puntos. – Dijo Florence – Y ya no me importa que suceda.
- Por culpa de Gryffindor, cancelaron la copa el año pasado. – Dijo Dwayne apretando un puño. Snape regresó a los 5 minutos igual de serio con la insignia de prefecto puesta.
- ¿Te hicieron prefecto? – Preguntó Dana.
- Como se nota que no tenían a más nadie. – Dijo Morgana en son de burla.
- No estoy contento con eso. – Dijo Snape mientras miraba a Florence, ella estaba sentada y callada. Sentía como la rabia se acumulaba, alguien merecía pagar por esto. Ni pensar cuando se enterara su familia… era demasiado por un solo día.
- ¿Qué dijo Spencer?
- El fue quien recomendó para quitarle el Premio Anual a Slytherin, y ser prefecta. No me ayudó mucho, me acusó de haberlo atacado. Y por eso lo acusé de todas sus idioteces.
Los chicos empezaron a sonreírse y dieron un aplauso de apoyo por haberse metido con Spencer, Florence estaba que derretía con la mirada a alguien.
- Spencer no es un Slytherin. Es un jefe de casa traidor – Dijo Evan Rosier mirando a Tara.
- Esto es horrible. – Dijo Eileen – Han cometido una equivocación.
Pues si, los Slytherins reclamaron pero el castigo no se levantó. Todos los de otras casas se burlaban del incidente y los Gryffindor siempre aprovechaban la situación para parodiarlos, aunque no podían hablar mucho, todos recriminaban a Felicia por haberles hecho perder 50 puntos. Felicia le echaba la culpa a Florence haciéndose la victima.
- Ya verán cuando ganemos la copa. Estaré allí burlándome de Felicia, Ruth y Gabrielle. – Dijo Eileen
- Eso espero, al igual espero que no me saquen del equipo. – Dijo Florence en tono indiferente. Cuando llegó las vacaciones de Navidad, Florence aprovechó de hacer sus maletas. No iba a pasar la navidad en aquel hervidero de insultos que atentaban contra su paz.
- No puedo creer que pasaré la Navidad en mi casa. – Dijo Florence arreglando su baúl en las escaleras y dándole una patada para bajarlo. Se enredó las piernas con una de las cuerdas, cayó por las escaleras, dio tres vueltas y quedó al revés.
- Ouch! – Se quejó Florence. Se encontró con el rostro de Snape encima de ella.
- Es una lastima, podrías quedarte en Hogwarts. Podremos tener el dormitorio de los chicos para nosotros. – Dijo Snape. Mientras que con la mano la levantaba
- No lo creo. No pasaré más tiempo acá. No mas insultos para mi, estoy harta de oír burlas a la vuelta de cada esquina, harta de escuchar de mi en los pasillos.
- Pues dame nombres y yo me encargo. Lo haré parecer un accidente. – Le dijo el chico sonriéndole. Iba a darle un beso, pero en ese momento llegó Morgana y se les quedó viendo raro.
- ¿A ustedes que les pasa? – Dijo Morgana.
- Bellatrix Black, déjame en paz o te enviaré con el Señor Oscuro. – Dijo Florence arrastrando el baúl.
- Es una lastima que te vayas Harrington, de veras pensaba maldecir tus regalos de Navidad. – Dijo Snape con una sonrisa desagradable.
- No te preocupes por tus maldiciones, convivir con mi padre es una. – Dijo Florence dándole la espalda. Pues aquella tarde estaba de vuelta a la mansión de su familia, su madre la recibió muy cálida y sus hermanos estaban allí. Su padre no andaba y eso hizo que la estadía los primeros días fuera pasable.
El día de Navidad llegó y se despertó con dos lechuzas en su ventana. Abrió uno de los paquetes.
Feliz Navidad amiga, hoy Remus me ha visitado con sus amigos. Por increíble que parezca Sirius trajo una foto de su nueva novia, una tal Monique; está de chiste. Por otra parte me han regalado una túnica nueva y mi madre me ha dicho que cuando salga de Hogwarts nos iremos a una isla del Caribe de Vacaciones, ¿no te parece fabuloso? Nos vemos en Hogwarts. Eileen Jordan
Abrió otra de las cartas. Esta era de Snape, con su inconfundible letra.
"¿Qué tal la pasas? Yo ando desmotivado, Bellatrix no hace más que hablar del Señor Oscuro, mientras que los chicos no comentan nada nuevo. Es aburrido porque casi todo el mundo se ha ido a casa. No creas que me he ablandado, pero siento tu ausencia, no se, creo que se dice "te extraño" en la forma tradicional, si, era eso. No se, pero extraño que estés cerca de mí y que… ya sabes que mas extraño, extraño molestarte. Bueno… no ando muy animado, ser prefecto es gratificante, pero siempre me hace recordar la injusticia que te hicieron.
Sinceramente
Severus Snape"
Ese grupo de palabras mal arregladas significaba que Snape extrañaba a Florence y que ansiaba estar a su lado, y que sus días eran aburridos sin ella. Era preciso saber el lenguaje duro de Severus Snape, quien Florence podía entender. Cuando estaban juntos quizás muchas veces no necesitaban palabras porque se podían entender entre miradas, caricias y gestos. Luego de sonreír al tener noticias de su compañero, abrió la otra Lechuza, no sabía de quien era.
"¿Pensabas que me iba a olvidar de ti? No, de hecho te he mantenido vigilada. No todos saben despreciar estar a mi lado, la mayoría que se opone a mi termina dos metros bajo tierra. Pero muy pronto sabrás de mi, iré por ti cuando menos lo esperes…."
Florence se le sobresaltó el corazón, era una caligrafía pequeña y regular, de tinta verde, con una marca tenebrosa en miniatura como sello. Florence la lanzó al fuego de la chimenea. Al bajar al salón encontró a su padre.
- Feliz Navidad Florence Marie – Dijo Donald sin mirarla junto a su madre, en tono mas bien que parecía anunciar tragedia.
- Florence hija, el desayuno está listo. – Dijo Janice sonriéndole.
- Si… - Florence retrocedió.
- ¿No le deseas una Feliz Navidad a tu padre? – Preguntó Donald en un tono enfadado.
- Disculpa, pero no se que es una Navidad Feliz. – Dijo Florence.
- Basta, ¿no pueden dejar las discusiones ni en Navidad? – Dijo Janice
El año nuevo llegó y en un abrir y cerrar de ojos las clases empezaron y siguieron su ritmo, Florence no había aprovechado mucho las vacaciones para relajarse, ya que pensaba en la lechuza que le había llegado de parte de Voldemort, al igual que pasaba días enteros estudiando para los Exámenes de EXTASIS, si quería optar por ser auror debía tener una calificación buena, pero ella no tenía muy claro que haría luego de salir de Hogwarts. No tenía idea de que iba a pasar con su futuro, ni en lo personal ni en lo laboral. No se imaginaba jugando en un equipo de Quidditch, aunque en el fondo de su corazón odiaba admitir que quería formar un hogar y tener muchos hijos, ella no sabía que sorpresas le tendrían preparadas el destino. Justo cuando piensas que vas a hacer el resto de tu vida, te surgen dudas y temores, Florence pasaba tiempo reflexionando tratando de verse en un futuro cercano.
- Yo pedí preparación para la opción de ser editora de una revista. Tengo un puesto seguro en el profeta con mi redacción, pero me fascinaría trabajar en "Corazón de Bruja", quizás consiga lo mas jugoso… - Decía Tara llenando un formulario.
- Yo quisiera ser una curadora en San Mungo, podría ayudar a la gente a curarse y quizás me convierta en la Curadora Mayor. – Dijo Dana comiendo Berttie Botts. - ¿Ustedes chicas?
- Chicas, siempre me ha gustado enseñar. Me gustaría mudarme a Francia y dar clases en Beauxbatons, dicen que es una escuela genial. Podría dar clases de Historia, es lo que más se, luego de prepararme en la "Academia de Maestros Mágicos en Europa" – Dijo Eileen.
- No se muy bien. Podría ser jugadora de Quidditch, funcionaria del ministerio ser auror. – Dijo Florence – Aun no lo se.
- Oh, no te has decidido bien. Morgana, ¿Qué hay de ti? – Dijo Tara sonriéndole en el Gran Comedor, Morgana estaba al lado de Iván.
- Nada que te incumba. – Dijo Morgana groseramente.
- Vamos, no me digas que te quedarás en casa a criar a los hijos de Iván. – Dijo Tara haciendo que las demás chicas rieran.
- Veo que tienes mucha ambición, pero si no cierras el pico puedo destruir tus sueños. Y para tu información, Iván y yo, no pensamos tener hijos. – Dijo Morgana haciendo a un lado a cualquier intento de instinto maternal en ella.
- ¡Vaya mujer! – Dijo Dana.
Florence estaba hablando con Eileen en privado a un lado de la mesa.
- ¿Por qué nunca me lo dijiste? – Dijo Eileen sacando el tema.
- Disculpa.
- ¿Por qué no me dijiste lo tuyo con él? – Dijo Eileen bajando la voz.
- Discúlpame.
- Somos amigas intimas, nos contamos todo.
- No creía eso digno de contar, ya sabes fue algo muy…
- OK, pero no me contaste que tenias un romance oculto ni nada, ¿Por qué? ¿No confías en mi?
- No es eso, nunca sentía la necesidad de contarlo. Es algo que no es común, me siento bien mientras menos gente lo sepa, así nadie se inmiscuye en mis asuntos.
- ¿Dices que soy una entrometida?
- No, lo que ocurre es que… - Florence no sabía como terminar aquella oración.
- No digas nada, siempre fuiste diferente. Quedaré con la idea de que prefieres los romances ocultos. – Dijo Eileen riéndose por lo bajo. - Espera un momento, debo ir a escribirle a mamá, se me han acabado los galeones.
Florence empezó a leer el nuevo tema de Historia de hecho solo pensaba en una cosa, era una pesadilla que las chicas supieran sus asuntos. Amaba su privacidad y desde que ellas lo sabían había pasado muchas veces por situaciones vergonzosas, estaba pagando por ocultar religiosamente 2 años de amores. Pero pudo apartarse por fin de aquellos pensamientos viendo su libro de Historia, debía hacer un ensayo extenso y el mas aburrido de todos: "La época Medieval en Europa y las creencias mágicas". Estaba sentada cuando un chico se le acercó, para su alegría luego de tanto tiempo era Severus Snape.
- No te vi llegar, te logré ver en el Gran Comedor. – Dijo este sentándose frente a ella y apoyándose en la mesa con los brazos.
- Creo que no me viste.
- ¿Cómo estas? -Dijo Florence mecánicamente, era la primera vez que hablaba con él desde su llegada a Hogwarts.
- Igual. – Dijo el chico indiferente. – Estás muy callada.
- Trato de concentrarme en mi lectura para Historia. – Dijo Florence volviendo su libro.
- No, lo veo en tus ojos. Estás inquieta por algo. – Dijo Snape.
- De hecho si. He estado pensando en mi vida luego que Hogwarts acabe. – Dijo Florence cerrando el libro, deseando haberse encontrado con el chico antes para comentarle.
- Pensé que estabas harta de los comentarios y acciones estúpidas de Jordan, Ustinov y Rookson. – Dijo Snape mirandola.
- No, eso ya no me preocupa tanto ahora. Pienso en mi futuro…
- No te iras a América, eso es seguro.
- Mi padre quiere que lo haga, pero no será así. – Dijo Florence. – No se que… no se que camino tomar. Podría ser auror.
- Sería grandioso estar juntos de noche y perseguirnos durante el día. – Dijo Snape irónico.
- Es difícil, porque nos vamos perder. Vamos por direcciones opuestas… y…
- No iremos por direcciones opuestas. – Dijo Snape alzando la voz y el Señor de la biblioteca lo mandó a callar. Le hizo una seña a Florence y la sacó, se encerraron en un aula vacía que quedaba cerca.
- ¿A que te refieres?
- No vamos a separarnos, ¿te queda claro? Vamos a estar juntos. – Dijo Snape como si aquello fuera una orden.
- Me gustaría pero es imposible, mi padre…
- Nunca te ha importado tu padre, seguiremos juntos porque…
- ¿Por qué?
- Porque viviremos juntos. – Dijo Snape enredándose la lengua.
- ¿Vivir juntos?
- Si, prácticamente. Es la mejor forma de seguir siendo amigos y tener ese contacto. – Dijo Snape como si aquello fuera como ir de paseo.
- ¿Vivir juntos como amigos? Estás loco. No creerás que viviré junto a tu pandilla y estaré en sus planes de… - Florence lo miraba insegura.
- No voy a vivir con ellos, no los necesito, solo sería viable si tu… - Snape miró al suelo algo bajo.
- ¿Yo que? – Florence no entendía.
- Maldición, Harrington. No seas tonta y entiéndeme.
- Eso trato desde hace 5 minutos, quieres que vayamos a vivir juntos como amigos y…
- Eres una niña poco lista, ¿no? Maldita Sea, quiero que te cases conmigo. – Dijo Snape quedando en silencio. Luego de que Florence mirara sorprendida Snape volvió a hablar. – Digo, así es una forma de andar juntos como amigos y compañeros.
- ¿Me lo pides o me lo exiges? – Dijo Florence mirándolo sin entender.
- No es una proposición, es una posibilidad. – Dijo Snape vacilante, pero un tono rosado en sus mejillas lo delataba.
- Me estás pidiendo matrimonio. ¿Lo estás haciendo? – Florence lo miraba como si aquello no estaba ocurriendo.
- No, solo vivir y…
- Severus, estás enredado. ¿Puedes ser mas claro? No te entiendo. – Florence quería sonreír pero no sabía si podía respirar y sonreír al mismo tiempo.
- ¿Quieres formalismos? Bien. – Snape se arrodilló enojado y con cara de tener dolor de estomago. Respiró hondo y con mala gana dijo en voz baja.- ¿Quieres casarte conmigo?
- Bueno… - Florence empezó a hablar, y Snape se levantó de inmediato, aquello era mucho y para tratarse de Snape había llegado lejos. – Me agrada la idea. Mi padre me va a borrar del plano familiar para siempre, pero si acepto. ¿Quieres casarte conmigo?
- No, de hecho lo hago para que si algún otro idiota se me adelanta, lo mandes a su casa. – Dijo Snape dándole la espalda, pero Florence lo abrazó por detrás.
- Me agradas así. Eres tétrico, pero eso me hace amarte más. Estoy segura que juntos seremos felices…
- Ya lo creo. – Dijo Snape sonriéndole por primera vez de una manera aliviada.
Era Febrero y gracias a la recolección de firmas en todo Slytherin se pudo lograr que Spencer no hiciera una cena con motivo del día de San Valentín, por el contrario todos empezaron a enviar tarjetas musicales y una que otra maldición por lechuza. Pero más importante que eso se acercaba el partido contra Hufflepuff. Los días de práctica eran duros y esforzados, sin contar que los exámenes de EXTASIS cada vez se acercaban. Pero el día del juego había un ambiente tenso, y para nada festivo. Nadie decía mucho por miedo a ser expulsado y el equipo apareció con calma en el campo con escasos aplausos, indudablemente no iban a ver tantos insultos. Pero apenas Slytherin anotó gol, la multitud de verde gritó enardecida, Florence estaba pendiente, pero algo se le atravesó en la mirada, no era la snitch, era una varita, pero no estaba en el campo de Quidditch, estaba en el dormitorio de las chicas, alguien estaba cerca gimiendo débilmente en la oscuridad de la noche. Estaba sola y una figura estaba sobre una cama, ejercía presión sobre alguien y susurraba: "Cállate de una vez", vio un brillo platino. Florence no vio más y volvió a salir de aquel extraño trance, se movió y estaba en su escoba de nuevo. El partido seguía y nadie estaba mirándola, miraba al público muerta de terror, como si supiera que algo malo hubiera pasado, pero los gritos llegaron a sus oídos, el buscador de Hufflepuff ya casi atrapaba la snitch, Florence salió furiosa tras la snitch y casi atropella a varios jugadores.
-¡Que soberbia forma de volar! – Decía Mundungus Fletcher en el micrófono.
Florence estaba tratando de alcanzarlo pero no podía, deseaba volar más rápido o que el otro jugador disminuyera su velocidad, en efecto lo hizo. El otro buscador se fue en otra dirección, Florence sin pestañear lo había desviado con su nuevo y recién descubierto poder. Iba adelantada, pero el chico de Hufflepuff volvió a pisarle los talones, así que trató de agilizarse más, pero el chico buscador era un chico de 12 años y de poco peso.
- Slytherin va a ganar esta vez. – Dijo Florence mientras doblaba peligrosamente y se interponía entre el chico y la snitch, estaba a un metro de su brazo, la iba alcanzando, cuando una poderosa voz la aturdió. Era un grito de voces de terror, alguna advertencia y una oscuridad cegó sus ojos, sintió que se golpeaba con algo frío y empezaba a sumergirse en algo mojado, era agua fría que se colaba por sus huesos, un espectro frente a ella iba ascendiendo hacia algo desconocido. Florence volvió a moverse y estaba en el campo de Quidditch en una camilla, la snitch revoloteaba por los lados y los Slytherins sonreían, tenía fracturada la pierna y le dolía por primera vez, además de tener un frío sudor y la sensación de haberse sumergido en algo húmedo.
- ¿Qué ocurrió?
- Te caíste de la escoba, lo haces siempre para terminar con un final impresionante. Es algo peligroso – Dijo Dwayne sonriéndole.
- Pensé que te había dado algo, pero cuando tenías la snitch en tu mano, supe que todo iba a andar bien. – Dijo Jason dándole un apretón.
Florence fue llevada a la enfermería, donde pasó la noche insegura. Había tenido dos visiones o ataques raros, o quizás alguien intentaba manipular su mente para que no ganara en el juego. Se había recuperado por completo y fue a la sala común, no había nadie, recordaba que era Domingo y todos andarían de paseo. Vio a Eileen saliendo de la biblioteca.
- Te andaba buscando, te ves mejor. – Dijo Eileen.
- No, no he dormido bien este año y me han dado mareos. – Dijo Florence.
- ¿Mareos? – Preguntó Eileen en tono confidencial.
- No son mareos, son como estados extraños, irme a otro lado. – Dijo Florence entrando al dormitorio. Su mente estaba cansada y su corazón estaba acelerado, sacó los libros para hacer sus tareas, pero luego volvió a respirar profundo y se sentía mas relajada y durmió una siesta en su cama, mientras Eileen abría su baúl. Por primera vez en mucho tiempo tenía un sueño bonito, estaba en un lugar despreocupada y flotaba, no conocía aquel lugar pero se sentía feliz, de un sobresalto se levantó.
Por alguna razón sentía que el tiempo estaba mas lento y pesado, subió al Gran Comedor y pudo comer, ya llevaba desde el día anterior sin probar bocado, ya era de tarde y no vio a Eileen como de costumbre. A pesar de que en la noche tendría astronomía en una práctica especial no asistiría, iba hacia la sala común cuando algo la detuvo, una inmensa sombra oscura…
- ¿Qué haces perdida? – Dijo Mundungus Fletcher saliendo de una mazmorra.
- Solo voy a mi sala común. – Dijo Florence.
- Mi niña, te ves extraña. ¿Estás bien?
- Si, todo de maravilla. – Dijo Florence automáticamente, cuando vio a Spencer pasando ante ella escaleras abajo. – Creo que ando un poco nerviosa o sensible.
- Me parece que ya es algo tarde para andar por aquí Fletcher. – Dijo la voz de Snape acercandose.
- Me toca guardia, soy prefecto también.
- Si, pero no aquí. Vete. – Dijo Snape, Fletcher hizo una mala cara y se fue de mala manera. – Creo que ya se que ocurre, no estás nerviosa. Estás teniendo un presentimiento de algo malo ¿no?
- No sabría decirte, me siento rara en serio. – Dijo Florence estirando sus manos.
- Quizás encontremos respuestas en la Biblioteca, aunque los presentimientos forman parte del objeto de estudio de la adivinación, algo inexacto.
- ¿Crees que tengo un mal presentimiento o presagio? Es desde ayer…
- Estamos en Hogwarts, nada malo puede pasar. – Dijo Snape y le ofreció su mano, ella la tomó y se fueron a la biblioteca por un atajo.
- No hagas ruido… - Dijo Snape, luego de un rato los dos estaban buscando en los libros.
- Presentimientos o presagios, advertencias – Leía Florence -… ¿qué podría ir mal?
- ¿Qué tu familia muera? ¿Qué te expulsen como buscadora?
- Recuerdo que primero vi una escena de una pareja en el dormitorio de las chicas, no se quienes eran, luego vi un espectro que se alejaba.
- Es raro… - Snape cerró el libro. – Quizas no sea nada.
- Es posible…
- ¿Cómo sigue Jordan? – Preguntó Snape mientras con una lámpara en la oscuridad observaba otro estante..
- Va muy bien. Doy un reporte optimista. – Dijo Florence cerrando el libro. - No se, de repente he recordado cosas sin sentido. Quiero sacar estas inquietudes dentro de mí. – Dijo ella.
- Creo que has estado bajo presión. – Dijo Snape sentándose en una mesa de nuevo y Florence miraba la ventana. – Deberías descansar.
- No quiero ver a nadie ahora. Voy a perderme la práctica de Astronomía de hoy.
- Yo también, eso no me importa. Ven y siéntate… - Florence fue al lado de Snape y se acurrucó con él.
Hablaron hasta que se quedaron dormidos. Por la mañana Florence se despertó en la biblioteca, había dormido allí, Morgana la había despertado bruscamente, en su rostro no había expresión.
- Spencer te llama, está en el dormitorio, ve para allá lo más antes posible.
- ¿Qué ocurre? – Florence estaba aun somnolienta.
- El necesita hablar contigo. – Morgana mostraba una cara que nunca antes había visto en ella.
Florence no tenía idea que pasaba, pero al bajar recordó algo que la hizo enojar, quizás ahora la iban a expulsar, quizás ese era su final, seguro Morgana le había dicho a Spencer que no había pasado la noche en el dormitorio, era perfecto, lo que Felicia Atkood y todos los que la odiaban habían querido, que expulsaran a Florence desde primer año. Era extraño, la calma que había en todo el Castillo.
A lo mejor los profesores se habían enterado de todo y la iban a borrar del mapa. Al llegar al vestibulo vio a algunos miembros del ministerio mirando seriamente y hablando en voz baja entre ellos, esto le llamó la atención, ¿que pudo haber sido tan grave? una idea se le vino a la mente: artes oscuras.
Se detuvo, la iban a llevar a Azkaban o mucho peor, pensó en su familia. No le importó mucho, quiso huir, pero siguió su camino a las mazmorras, enfrentaría todo con valentía, estaba segura, sus piernas temblaban. Se alegraba de que no iba a compartir más nunca con todos esos estorbosos que le molestaban, pero lamentaba no jugar Quidditch. A medida que avanzaba, varios alumnos la miraban fijamente como si supieran algo, a poco la noticia se había extendido por todo el colegio, todos irían a celebrar luego que ella su fuera, pensó ella, sus padres la botarían de la casa y tendría que arreglárselas sola. Por un momento muchas ideas pasaron ante ella, aquello era lo que ella presentía ayer, por eso su corazón había estado agitado, la iban a sacar del mapa…
- Que perfecta es mi vida. – Se dijo en tono malhumorado, no sentía miedo de lo que le fuera a decir Spencer. Caminaba alerta y con un paso seguro, varios chicos se quitaron de su paso.
Al llegar a la sala común vio muchas caras largas y una que otra chica llorando, algunos chicos estaban cabizbajos. Florence no creía que era por ella, ¿tan grave sería?… quizás se enteraron de que había tenido relaciones con Snape, que había hablado con Voldemort, que había usado Crucio con Morgana, que había encantado al buscador, pudo haber sido… Snape no estaba allí. Quizás la iban a llevar a Azkaban, aun tenía tiempo de escapar.
- ¿Qué ocurre? ¿Se sienten tan mal? – Florence no soportaba aquel silencio - ¿Dónde está Spencer?
- En el dormitorio. – Dijo Tara dándole un pañuelo.
- No Gracias. – Dijo ella en un tono seco
- Aun no sabe… - Dijo Ivan Lestrange.
Era injusto, puesto que no solo ella había incumplido las normas, Iba a defenderse hasta el final, quizas podría atacar a Spencer y huir del colegio, empezar una vida nueva en otro país y vivir oculta. Florence subió al dormitorio y vió a varios profesores, estaban Dumbledore, Mc Gonagall, Spencer, todos parecían con cara de muertos y nadie decía nada. Solo Spencer repetía algunas palabras.
- Harrington, ha llegado al fin… - Dijo Mc Gonagall con mirada de lástima, entró bien y todos rodeaban algo, al acercarse vio que rodeaban la cama de Eileen, ella estaba allí acostada sin moverse.
- Jovencita, temo decirle que… - Dumbledore la abrazó como un padre.
- ¿Eileen? – Florence avanzó hasta su amiga - ¿Qué te pasa? Despierta, anda. Mira que los profesores están aquí. Eileen!
- No va a despertar – Spencer le puso una mano en el hombro. – Florence entiende… Ella nos dejó.
- No, no es verdad. Es una broma, ¿verdad? – Florence podía sentir como se ponía palida y sus ideas se confundian.
- No, me temo que es verdad. La Srta. Jordan fue hallada muerta por Tara Ustinov, ha muerto en raras circunstancias, su enfermedad iba muy avanzada. – Dijo la Profesora Mc Gonagall.
- Nooooo! – Florence no se podía creer aquello, un grupo de profesores que ella pensaban, la iban a expulsar le estaban diciendo que su mejor amiga estaba muerta, Spencer la sujetó y trato de calmarla.
- Llora lo que quieras Florence, pero debes calmarte.
- Ella no está muerta. – Florence no podía contenerse y varias lágrimas rodaron por sus ojos, se acercó a la cama de Eileen quien yacía rígida con ojos abiertos, Florence la agitó – Despierta, maldita sea. Despierta y dime que es una broma de mal gusto.
- Señorita Harrington – Dijo Spencer, pero Dumbledore le pidió callarse.
- No ella, ella estaba mejor, se estaba mejorando. – Dijo Florence – Ella estaba mejor, esta muerte no es natural. – Spencer la soltó de repente y Florence quedó en el suelo tapando su cara con sus manos, la puerta se abrió y alguien la sujetó, era Snape. Florence lo abrazó como nunca antes, llorando amargamente. Severus le dio unas palmadas algo torpes con sus frías manos y al final la abrazó mientras miraba a Eileen. Florence no se atrevía a volver a mirar, no quería pensar. ¿Qué era aquel castigo? Hubiera preferido ser expulsada. La respiración se le dificultaba, Snape la sujeto con sus brazos antes que se desvaneciera. Al bajar a la sala común, tenía varias lágrimas, él la guiaba y le pasaba una mano alrededor de su hombro. Iba más calmada, pero sabía que nunca se sentiría mejor. Tara y Dana se aproximaron a ella y comenzaron a llorar abrazándola, pero Florence tenía una mirada perdida, no quería estar allí, otras chicas de años menores lloraban también. Todos quedaron helados cuando en una camilla se llevaron el cuerpo de la joven Jordan, Iván no parecía tan perturbado como lo estaba Tara, quien lloraba más agudamente y de una manera asustada. Florence empezó a pensar y se vio desesperada, había sido destruido uno de sus motivos para seguir adelante. Esa semana no fue a clases y se quedó sola cerca del lago ya que el dormitorio le recordaba la muerte de su amiga, fue cuando estaba acostada en la grama que se dio cuenta que alguien estaba silenciosamente tras ella. Se dio media vuelta y vio a Remus Lupin, se había olvidado de él, de que ellos se iban a casar y tener una familia como Eileen le había contado hace tiempo, aquel chico estaba destrozado y con una apariencia deplorable.
- ¿Lupin?
- No importa que digan Florence, aun no lo creo. Mi vida había sido muy feliz, cuanto le agradezco a Eileen por haber contribuido a esa felicidad – Dijo Lupin sin llorar y era peor verlo así. Florence se levantó y lo abrazó, lo abrazó tan duro que sentía que se iban a romper las costillas.
- Yo tampoco lo creo…
- La vida es algo injusta ¿no crees?
- No para ti. Lo tienes todo, tienes amigos, inteligencia y…
- Pero ella ya no está. – Dijo Remus y Florence volvió a abrazarse, no para confortarlo sino para sentir calor humano para poder sentir que estaba viva y no que estaba muriendo lentamente. Remus le correspondió a aquel abrazo y luego la soltó.
- Estaremos bien.
- Ojala que si…
- ¿Podemos ser amigos? Ella era muy unida a ti, y yo a ella. Solo quedamos nosotros que fuimos parte de ella.
- No lo sé.
- Florence te veo a ti, me recuerda a ella cuando estaba contigo.
- Está bien. – Dijo Florence estrechando su mano.
Aquel iba a ser un duro golpe, la gente no se atrevía a mirarla, los días consecutivos a Florence no se le veía llorar, se le veía sola meditando o haciendo tareas, nunca se imaginó su vida tan sola como ahora, Eileen había sido una gran parte de esa vida. A todos les afectó, pero particularmente a Tara, quien se la pasaba llorando.
FIN DEL CAPITULO
Dj Gryffindor: Como lo prometí, listo aquí el nuevo capitulo. Admite que te gusto ese revolcón…. Mira quien se declara inocente, la morbosa pervertida nº 1 de los foros.
Snapesita: Holis, yo tmb me rei cuando lo escribía, jejejeje. Gracias por las acotaciones, XD. Creo que Bellatrix anda medio cegatona. Creeme, en la historia me siento identificada con Tara muchas veces (aunque no me acuesto con profesores). Draquito… según mi cronología falta un poco, pero viene seguro!
Satsuki: Y se terminará destapando la olla, cuando todos se enteren de la verdad… pero quizás pronto.
Malu Snape Rickman: Si, soy mala como no te lo imaginas. Pero no tanto como para dejarlo así, aquí mando la continuación, se que es un capitulo triste pero… así es la vida a veces, "a veces negra a veces color rosa" XD.
