Aquí está arriba el nuevo capitulo, es una explicación al capitulo "Ocurrió en el dormitorio", este se llama "En el dormitorio ocurrió". Si tienen una idea, mientras escribía el capitulo escuchaba Limp Bizkit y Linkin Park ^^u… inspirador para lo que viene!

Capitulo 22 En el dormitorio Ocurrió

- ¿Me andabas buscando? – interrumpió Florence bruscamente a Tara.

- Si, me di por vencida cuando fui hasta la mansión de tu familia y me dijeron que te habías ido para siempre. – Dijo Tara. Sujetó a Florence de un brazo y la condujo a un espacio apartado, Snape se quedó con Evan hablando.

- Bien, ¿A que te refieres con que no fue un accidente? No vengas a ensuciar su memoria diciendo que fue un suicidio. – Replicó Florence muy seria.

- No. – Dijo Tara nerviosa – No, nada de eso. Eileen no murió por su enfermedad, de hecho esa misma noche nos contó que casi estaba curada, e iba a decírtelo. Eileen murió asesinada…

- Debes andar en un error. ¿Quién la puso haber asesinado? – Florence pasó su mirada a Snape y Rosier desde lejos. – Un momento, si alguien la asesinó tuvo que haber sido de Slytherin…

- Si – Dijo Tara bajando la mirada, con manos temblorosas.

- ¿Por qué no me dices de una vez quien es? – Dijo Florence irritada - ¿Fue Morgana? ¿Quién fue? Dime!!!!

- Escúchame Florence…

- Dime, ¿Cómo lo sabes? – Gritó Florence por encima y Snape volteó a mirarlas

- No, no fue Bellatrix. – Dijo Tara – Déjame hablar, esto es muy difícil para mí… - Dicho y hecho, Tara asomó unas lágrimas.

- No quiero rodeos, quiero la verdad. – Dijo Florence apretando sus manos a la mesa.

- Esa noche, íbamos a tener astronomía a medianoche. Tú te habías ido a la biblioteca. Eileen no iba a ir a Astronomía, iría a ver a Lupin en la Torre Este, eran las 10 de la noche, y todas estábamos listas. Morgana salió primero, Dana seguía, yo iba muy de cerca, nos despedimos de Eileen y le deseamos suerte con Lupin, a excepción de Morgana. Cuando iba a mitad de camino, me percaté que había olvidado mi pluma para escribir, aun había tiempo y regresé apresurada, todo estaba callado en la sala común, era extraño porque a pesar de que eran las 10, no había nadie allí. Seguí caminando hacia los dormitorios y escuché un golpe seco y un ruido extraño, alguien acababa de cerrar la puerta de nuestro dormitorio.

            Avancé hasta la puerta y la abrí, al entrar escuché un ruido de gemidos que se iban apagando, no había ninguna luz. Prendí una de las lámparas de mi mesa y al final descubrí a un hombre rubio con una almohada en sus manos, sobre el cuerpo de alguien que se resignaba a dejarse asfixiar. Ese hombre rubio era nuestro jefe de casa, era Francois Spencer con una mirada muy diferente a la que jamás había visto en sus ojos, me miró al darse cuenta que había entrado y fue cuando entré en razón, estaba horrorizada y pegué un grito. Iba a salir corriendo, le di la espalda, pero el me alcanzó y me sujetó de los cabellos lanzándome al piso bruscamente. Recuerdo bien lo que me dijo…

- "Tara, ¿A dónde piensas ir?" – Me dijo mientras me empujaba, me puso de espaldas contra la pared y me dijo claramente – "Preciosa, si le dices a alguien lo que has visto, terminarás peor que la Señorita Jordan, puedo hacerlo parecer un accidente."

            Yo volteé algo asustada y en su mirada había un brillo rojizo que nunca antes había visto.

- ¿Por qué le has hecho esto? ¿Por qué…? – Le dije yo, miré a Eileen en su cama, estaba inmóvil. Intenté acercarme pero Spencer volvió a sujetarme y me dio una bofetada.

- ¿No has entendido aun? – Spencer me gritó más duro, pero pese a lo que gritara yo sentía que mas nadie nos escuchaba. El ambiente estaba pesado y mortal, un frío se coló hasta mis huesos. – Si alguien se entera de lo que ha pasado aquí, quedarás expulsada y te prometo que no volverás a ver la luz, desearás no haber nacido…

            Luego de eso, se fue del dormitorio y me quedé llorando, incapaz de decir nada. Me fui, pero ya Spencer no estaba en los pasillos, fui corriendo rápidamente hasta la Torre de astronomía, en la oscuridad con el temor de que me estuvieran persiguiendo, llegué a clases y las chicas me preguntaron que me pasaba, no me acuerdo que les dije pero no me volvieron a preguntar. Cuando regresamos de la clase ya pasadas las 1 de la mañana, encontramos a Eileen, estaba igual a como la había visto la ultima vez. No me atreví a decir lo que había visto; Morgana y Dana pensaban que estaba dormida, pero se acercaron y vieron que no respiraba y sus ojos estaban abiertos.

            Fue horrible, lo recuerdo Florence. No estabas allí y todos se preguntaban que había pasado y donde estabas tú. Dana la trató de animar, había pasado mucho tiempo desde que la habían asfixiado, sentí miedo cuando me mandaron a buscar a Spencer. Morgana llamó a Iván, quien la avisó a Ernest, Spencer vino al dormitorio, estaba actuando bien, cuando vio a Eileen tendida en la cama también lloró y ver esas lágrimas falsas, saber que el mismo la había matado con sus manos y una almohada, sin dejar evidencias mágicas de su crimen, me sentí abrumada y me tendí en un rincón a llorar. Al amanecer todas estábamos en la sala común y ya toda la casa Slytherin sabía del "accidente", los profesores estaban junto al director en el dormitorio examinándola, a las 6 de la mañana los trabajadores del ministerio llegaron y tomaron acta de lo sucedido, Snape llegó jadeando le dijo a Morgana donde estabas y se volvió a desaparecer. Cuando te vi, me acordé de todo y me deshice, lo único que sabía era que no tenías ideas de que ocurría, te ofrecí un pañuelo y lo rechazaste, cuando subiste al dormitorio me abracé a Dana y lloramos juntas, Dana por el dolor de haber perdido a una compañera y yo por la tristeza combinada con el miedo y la culpa de ocultar quien era el asesino.

            Luego te vi bajar con Snape, algo triste y te abracé, hubiera querido decirte la verdad, allí mismo. Pero no fui capaz, no fui valiente… tenía miedo de lo que Spencer pudiera hacerme…

- ¿Cómo? – Florence tenía mirada desorbitada ante tal relato - ¿Cómo tardaste tanto tiempo en decirme que…? ¿Cómo puede ser…?

- Tuve miedo, estaba contra la espada y la pared. Sabía que si te decías le ibas a decir a Dumbledore o a tomar venganza por tu lado… - Florence se levantó y se dijo así misma.

- Voy a matarlo, voy a matarlo con mis manos. – Dijo Florence gritando. Snape intentó acercarse, pero Evan lo contuvo.

- No, no tiene caso. El ha desaparecido, el ha renunciado a Hogwarts. – Dijo Tara tratando de calmar a Florence amarrándola de un brazo.

- Déjame ir, lo voy a buscar y cuando lo consiga lo voy a matar. Spencer… Spencer… lo voy a matar!! – Dijo Florence enloquecida con el odio.

- Ya basta! Domínate y autocontrolate. – Dijo Snape sujetándola.

- Spencer mató a Eileen, ¿Cómo quieres que me sienta? – Florence estaba chillando.

- No puedes actuar así, tienes que controlarte… - Dijo Snape mucho más duro.

- ¿Por qué Spencer querría matar a Eileen? ¿Por qué? – Dijo Florence apoyándose en el hombro de Snape con la frente roja de la rabia llena de confusión.

- No lo se. – Dijo Tara levantándose. – Disculpa haber tardado todo este tiempo…

- Ya no importa. – Florence soltó a Snape de sus brazos y se fue decidida, mientras unos cuantos volteaban.

- ¿Cómo es eso de Spencer? – Preguntó Snape quien no entendía la rabia repentina de su compañera.

- La verdad. Que Eileen fue asesinada por Spencer… - Dijo Tara algo triste.

- ¿Spencer? ¿el afeminado ese…? - Dijo Evan. Pero Snape salió tras Florence y la encontró en la calle mirando el suelo sentada en un banco. Snape se sentó al lado de ella…

- ¿Por qué Spencer haría algo así? – Preguntó Florence.

- No lo se. Me parece algo absurdo. – Dijo Snape mirándola. – Podríamos averiguar que fue lo que realmente sucedió.

- Todo esto fue planeado. ¿Qué no lo ves? Quitarme el Premio Anual, dejar de ser prefecta, amenazarme con quitarme el puesto en Quidditch, eso llevo a bajar mis notas, eso me quito la opción de ser "auror". Asesinar a mi mejor amiga para abrumarme… ¿Por qué lo hizo?

- No lo se. Sea lo que fuere, lo tenía bien planificado.

- Lo encontraré Severus. Así tenga que morir en el intento, encontraré a Francois Spencer. Lo encontraré y lo voy a asesinar con mis manos sin usar magia ¿entiendes? – Dijo Florence furiosa agitando su varita y calcinando un arbusto frente a ella.

- No te debes agitar mucho, yo más que nadie se que esas emociones repentinas hacen tu mente vulnerable. – Dijo Snape levantándose y poniéndose frente donde Florence apuntaba con la varita.

- ¿Por qué en primer lugar escogiste seguir a Lord Voldemort?

- ¿Por qué? – Snape le mostró una sonrisa cinica. – ah… ese es un tópico difícil de descifrar. Comenzando por el poder que te da ser uno de sus seguidores, la fuerza que pones en cada maldición e ingenio, tener la idea correcta de quien vive y quien no en determinadas ocasiones y la limpieza de sangre.

- Dime algo, si alguien superior eligiera que yo debo morir ¿Qué harías? – Snape se quedó un momento callado, era realmente difícil responder a aquella pregunta.

- Tu sabes bien la respuesta…

- No la se. Realmente no lo se…

- Tomaría tu lugar sin decírtelo. – Dijo Snape. - ¿Por qué haces preguntas de esa naturaleza?

- ¿Por qué Lord Voldemort me necesita tanto de su lado?

- No lo se. Aun no me ha revelado todos sus planes completos. – Dijo Snape poniéndole un fin a aquella conversación.

            Mientras tanto en la casa de los Lee dos personajes hablaban tensamente.

- Lucius, ¿Qué rayos le ocurre a Snape? Me reemplazo por esa Harrington…

- No te ha reemplazado. Simplemente las cosas no salieron bien, lo presionamos demasiado y eligió el bando equivocado.

- Odio a esa Harrington. – Dijo Diane Lee con aires de tener su orgullo herido.

- No digas ni una sola palabra mala de ella en mi presencia. Ella es perfecta…

- ¿Tu también estás enamorado?

- Eso es una ofensa para mi – Dijo Lucius. – No me podría enamorar de ella, no puedo sentir el amor pero ella es la unica que ha logrado despertar un sentimiento incontrolable en mi, en lo más bajo de mis instintos, poniendo en riesgo mi autocontrol frente a ella.

- ¿Podrías ahorrarte esas palabras frente a mi? – Diane se mostraba ofendida.

- No puedo controlar los pensamientos que me invaden cada vez que pienso en ella. Quisiera hacerle cosas prohibidas hasta hacerla morir, le mostraría cosas que jamás imaginó y la arrastraría a donde yo quisiera, simplemente deseo tenerla alguna vez. La primera vez que la vi era una niña de 10 años, tuve deseos de raptarla y hacerla mía en algún lugar oculto. Cada vez que a volvía a ver era más hermosa, o quizás mas irresistible, el movimiento de su cuerpo me hacía marear y me hacía tener ganas incontroladas de poseerla. Verla llorar era mi mayor pasión.

- Ella no es perfecta… - Le gritó Diane enfadada. – Si vas a seguir con tus narraciones eróticas frente a mí…

- Calla Diane, no trates de objetar eso frente a mí, porque no tendría misericordia.

- Se viste mal, no sabe como arreglarse, además…

- Que importa como se vista su cuerpo es perfecto, que importa como se peine su cabello es delicioso, no importa que se ponga su cara es objeto de mis deseos.

- Entonces la deseas… - Dijo Diane sentándose sobre Lucius. – Ayúdame a tener a Severus y Florence será tuya… ¿No te molesta que Snape la tenga para el solo?

- Has leído mis pensamientos, no me interesa con quien esté ella, solo me importa que este conmigo de vez en cuando, aunque sea una sola vez para probar su piel, para absorber su esencia y llegar al éxtasis. – Dijo Lucius colando sus manos en el cuerpo delgado de la chica. – Estoy seguro que me ayudarás, como siempre. Me agrada hacer tratos contigo.

- Es un placer para mí. – Diane le coqueteó sensualmente y lo besó, pero Lucius la detuvo.

- ¿Qué tratas de hacer? – Dijo Lucius riéndose sarcásticamente.

- Por ahora no la puedes tener a ella, puedes intentar conmigo quizás descubras que…

- Ja… no sabía que ahora te ofrecías como segundo premio. – Dijo Lucius riéndose desvistiéndola. – Podemos hacer lo que quieras, pero no me intentes besar, no es mi estilo… se muy bien que debo hacer con mi boca cuando estoy con una chica.

- No soy un segundo premio, soy tu pasaje a los brazos de ella. Pues entonces hacemos el trato. – Dijo Diane desbrochando la túnica del rubio Malfoy. – Ahora enséñame que sabes hacer con tu boca y… todo lo demás que tengas.

            Mientras que Snape y Florece estaban en la vieja casa que había pertenecido a Saveratus, que a partir de ese momento sería su nueva guarida, protegida con hechizos. Al llegar Snape abrió las cortinas y dejó entrar el aire y la claridad, su madre ya no estaba allí para sentirse afectada por la luz.

- ¿Eres medio vampiro también? – Preguntó Florence sentándose en un sillón.

- No. Tengo sangre mezclada. – Dijo Snape. – Soy humano, pero en mis venas corre sangre de vampiro y de mago. go sangre mezclada. r de gemelos completamente humanos por alguna ex

- Quizás he ahí la respuesta, en la cultura popular los vampiros son considerados atractivos al sexo opuesto y buenos amantes. Ya sabemos que viene en tus venas. – Dijo Florence sonriéndole débilmente como un gesto amable y Snape la miró como si estuviera loca.

- Son idioteces que dicen los muggles y esas historias que inventan. Florence, yo no soy atractivo al sexo opuesto y…

- ¿Vas a negar que eres un buen amante? – Florence lo miró pícaramente.

- Esta noche tendremos algo que hacer – Dijo Snape mirándola mientras ella se preguntaba el significado de esa frase.

- ¿Qué ocurre?

- Lord Voldemort quiere vernos. Posiblemente ahora sea asignada tu misión. La Orden Tenebrosa es solo para gente astuta y allí todo se vale.

- Entiendo, cualquier cosa que hagas mal terminarás pagando con tu propia vida o un castigo horroroso. Admirable forma cultivar la obediencia ciega.

            Un campo abandonado, una casa sobre la colina. Aquella era la casa de los Lestrange, allí vivían dos hermanos. Ivan Rodolphus y Ian Rebastan, pero aquella noche había mas de dos personas en aquel lugar. Ese era el centro de una reunión poco usual. La chimenea se encendió y apareció un hombre entre las llamas verdes, era Lord Voldemort.

- Veo que ya están listos. – Dijo el hombre quitándose la capa y mostrando su rostro crispado por la maldad. – Ivan, Ian, Morgana…

- Mi señor, es un honor tenerlo aquí. – Dijo Morgana haciendo una reverencia exagerada mientras Iván sonreía.

- Mi señor, Wilkes, Nott, Rosier y Snape deben estar por llegar en cualquier momento.

- Se te olvida alguien Lestrange, creo que aun no conocen a su nueva compañera…

- ¿Alguien se ha unido a nosotros? – Preguntó Morgana recelosa. – Lo unico que falta es que también esa entrometida de Harrington se aparezca por aquí.

            La chimenea se volvió a encender y Severus Snape salió de las llamas, su mirada era fría y miraba detrás a su compañera que iba a llegar al momento siguiente. Morgana iba a decir algo cuando apareció Evan Rosier con rostro de preocupación, seguido de Wilkes y también de Nott.

- ¿Por qué esa cara de asustado Rosier? – Preguntó Morgana a Evan.

- Nada de que preocuparse. – Dijo el rubio evadiendo su mirada.

            En ese momento la llama se encendió de nuevo y esta vez Florence Harrington apareció entre las llamas, el efecto de asombro de todos era impresionante y una vez dentro de la habitación Florence se apoderó de todas las cosas presentes con su potente mirada, fría que con la oscuridad de la noche y el reflejo de la luz se hacia más temible que nunca.

- ¿Qué hace ella aquí? – Gritó Morgana horrorizada.

- Lo mismo que tú Bellatrix… - Dijo Florence retándola.

- Te he dicho que tú no me puedes llamar Bellatrix.

- Lo seguiré haciendo – Dijo Florence sentándose cómodamente en un sofá al lado de su compañero.

- Black, ella también es una de mis seguidoras. Quien debo poner a prueba para aceptar en mi círculo cercano… - Dijo Voldemort sonriendo. – No se si saben lo de los Potters, John y Elizabeth Potter tienen algo en su casa que yo quiero. Quiero el pergamino del Fénix.

- Yo lo conseguiré mi Señor, todo por usted. – Morgana se mostraba muy ferviente a su amo.

- Tu no, tengo algo reservado para ti. – Voldemort miró a Florence. – Tú tendrás la responsabilidad de traerme ese pergamino, Snape y tú…

- No es justo, yo llevo más tiempo que… - chilló Morgana pero Voldemort la hizo callar con una mirada.

- A partir de ahora, seguirían mis órdenes ciegamente. ¿He sido claro? O tienes alguna objeción Black…

- Si. – Dijo Morgana atrevidamente lanzándose a los pies de Voldemort – No me llame Black, preferiría el apellido de mi madre o… Lestrange. – Morgana mostró un anillo en su dedo, que indicaba su matrimonio con Ivan Rodolphus.

- Bien, ya que así lo deseas. Ahora serás conocida como Bellatrix Lestrange, olvídate si alguna vez te llamaste Morgana, ya no responderás a ese nombre más.

- Por supuesto mi Señor – Dijo Morgana postrándose más.

- Ahora quítate del medio, me estorbas al paso. – Dijo Voldemort rudamente. – Tu Iván Rodolphus, serás ahora Rodolphus solamente, al igual que Rebastan. Severus Snape, uno de mis servidores fieles y astutos, Lucius Malfoy fue inteligente al traerte a mí. Nott mi mas leal y cruel amigo, y por supuesto… Florence Harrington. Supe que odiabas a tu padre por ser…

- Como su padre, Mi señor. No quiero cambiar mi nombre, nací como Florence y así voy a morir, fui concebida como una Harrington  así será por el transcurso de mi vida – Dijo Florence desafiándolo con la mirada.

- Lo entiendo. Deben recordar que todo lo que afecte su servidumbre hacia mi, deben notificármelo. No me interesa con quien forniquen, pero no quiero que su tiempo se vea limitado por traer al mundo a pequeños mocosos. Si alguien faltara a esa regla de oro, tendrá que pagar con un castigo. – En ese momento Evan Rosier tembló ligeramente y Severus Snape miró a Florence.

- ¿Por qué no podemos tener hijos? – Dijo ilógicamente Florence.

- Es una regla general, seré flexible si me sirven como deben, sino vayan pensando en deshacerse de la criatura.

- Pero necesitaremos a un heredero. ¿No? – Intervino Rosier oportunamente…

- No por ahora Rosier, no por ahora… - Dijo Lord Voldemort dada por terminaba aquella reunión.

***

- ¿Estás Bien? – Preguntó Snape a su chica cuando llegaron a casa.

- Estoy bien. – Dijo Florence con aires de tristeza.

- ¿Querías tener hijos? – Snape le había dado varias vueltas a esa pregunta en su cabeza.

- No te lo niego. Cuando era una niña, pensaba que me iba a casar con un mago de buena familia e iba a tener muchos hijos siguiendo la tradición, luego cambié de parecer pero nunca pensé que lo tendría prohibido, pero… no todo es perfecto – Dijo con resignación.

- Florence, se que era una ilusión para ti. Pero yo tampoco quiero traer niños a este mundo. No soportaría a esos pequeños, odio los niños. No traería a una criatura a este mundo a sufrir, tal como yo he sufrido. Por ahora no tengo deseos de concebir a un hijo, no quiero que algo que lleve mi sangre tenga que pasar por todo lo que yo pasé. Si voy a hacer como mi padre, prefiero nunca tener hijos…

- No eres como tu padre. – Dijo Florence acariciándolo.

- Tienes doble personalidad ¿o que? Eres temible y peligrosa ante el mundo, pero te desvaneces en mis brazos.

- Somos mortífagos, ¿acaso por eso se nos ha negado sentir amor?

- Si, si por esa causa pones primero a otra persona antes que a El Señor Oscuro. Pero no creo que algo así suceda.

- ¿Cómo llamamos cuando "entre los nuestros" sentimos deseo de estar con alguien? – Preguntó Florence.

- Entre nosotros los mortífagos se llama atracción física.

- ¿Y nosotros?

- Nosotros realmente no encajamos en ninguna definición me atrevo a decir. Sabes que te amo…

- Por eso es que no eres igual a tu padre. – Dijo Florence besándolo cariñosamente, el chico la detuvo en pleno acto y la miró… - ¿Qué pasa Snape? ¿No me vas a dar una bienvenida?

- Florence, hoy no me siento para nada. – Dijo Snape evitando su mirada.

- ¿Ocurre algo?

- No, no pasa nada. – Snape subió y Florence entró a la amplia habitación, el chico empezó a desvestirse. – Siéntate libre de estar donde te plazca, no creo que nada impida que durmamos en la misma habitación.

- No es eso. – Florence seguía observando a Snape apoyada en el marco de la puerta.

- ¿Entonces?

- Se sincero, ¿con quien te acostaste esta vez? – Dijo Florence acercándose. - Se que te vas a ir, ¿al menos puedo saber a donde?

- No me he acostado con nadie, no te he engañado. – Dijo Snape sin mirarla ocupado poniéndose otra túnica. – Pero si aciertas, debo irme…

- Bien…

- No es nada personal, desde antes de de todo me había comprometido a…

- Dilo – Dijo Florence con un tono más fuerte.

- Diane Lee necesita mi ayuda para pociones. Si niego mi ayuda sería muy sospechoso, recuerda que no todo el mundo debe saber que yo… - Dijo Snape mirándola sinceramente.

- ¡Ah! ya veo. – Dijo Florence indiferente. – Está bien. Ayúdala… - Florence recogió sus cosas.

- ¿A dónde vas?

- A casa de Remus Lupin, no es nada especial. Me gustaría decirle quien fue quien asesinó a Eileen, el más que nadie tiene derecho a saberlo.

- No te enojes…

- No estoy enojada, confío en ti plenamente. – Dijo Florence despidiéndose.

***

- Necesito aprender las pociones con dobles funciones y las especializadas. – Dijo Diane Lee mirando de reojo a Severus Snape mientras ojeaba su libro y escribía en un pergamino.

- Bien, creo que lo primero es que busques los ingredientes…

- También necesito Defensa de Artes Oscuras, como tú sabes artes oscuras pensé que…

- Si, quizás. – Snape estaba distraído mirando uno de los libros de la mesa.

- ¿Por qué aprendiste las artes oscuras?

- Quizás como conocimiento extra… - Dijo Snape mirándola. - ¿empezamos?

- ¿No te gustaría demostrarme ese conocimiento extra?

- No ahora. – Dijo Snape dudando, captando la mirada expresiva de Diane y viéndola sonreír. – Primero empieza la lección de…

- Gracias por aceptar darme lecciones, a pesar de lo que pasó…

- Disculpa Lee, entre nosotros no pasó nada. – Dijo Severus. – No la última vez al menos…

- Lo se. Quizás si las cosas hubieran funcionado de otra manera, es probable que…

- No me hagas perder el tiempo. – Dijo Snape – Prende el maldito caldero y busca los ingredientes.

            Diane Lee se levantó intimidada y fue al sótano a buscar los ingredientes de las pociones. Cuando volvió llevaba varios frascos de variados ingredientes…

- Aprendí a hacer filtros amorosos. – Dijo Diane Lee acariciando con su pie a Snape al lado de una pierna.

- Y yo aprendí la maldición imperdonable… - Dijo Snape deteniendo a la chica. – No estoy para juegos, solo te enseño esto como favor a Lucius.

- Hablando de Lucius, estuvo aquí. ¿Son buenos amigos?

- Si, ¿algún problema? – Preguntó Snape.

- No, ninguno. Simple curiosidad. ¿Cómo se hicieron amigos?

- Nuestros padres fueron amigos. Empieza agregando la cola de caballo de mar cuando la sangre de lobo hierva con la mezcla de agua y hierbas.

- Bien. – Diane hizo lo que el chico le dijo. – Se que eres un chico peligroso, siempre fuiste salvaje. Quizas ahora me rechaces porque ya no eres tan salvaje y no puedas hacer lo "mismo" que hacías antes.

- No pongas a prueba mi paciencia, si podría hacerte lo que quiera, pero no lo haré… - Dijo Snape.

- Puede ser una excusa, quizás la tensión no te deje o quizás la presión. Quizás pronto vuelvas a ser como antes…

- No Diane, no sufro de impotencia, y no pienso comprobártelo. – Dijo Snape cerrando bruscamente el libro.

- Lo siento, no lo puedo evitar. No es normal que una chica como yo sienta debilidad por un chico…

- ¿Debilidad? Si quieres mi opinión, yo diría capricho. – Dijo Snape. – Ya está hirviendo el caldero, agrega los ingredientes.

- Me fijé en ti, antes de saber que ella estuviera en el camino. Lucius me ha dicho que no puedes amar…

- Lucius no sabe mucho de mi entonces.

- ¿Entonces que es ella?

- Algo sobrenatural que jamás entenderías…

- Si la puedes amar a ella, ¿no podrías amarme a mí?

- Yo no elegí amar a Florence, simplemente sucedió, niña, no me arrepiento de ello.

- Te arrepentirás, lo verás.

- No, jamás.

- Pues entonces te pido un favor… bésame, bésame como nunca antes y más nunca te molestaré… - Dijo Diane mirándolo deseosa de nuevo.

- No lo haré…

- Quiere decir que quieres seguir en mis juegos.

- Bien, no me vuelvas a molestar… - Dijo Snape, Diane le sonrió y lo besó por un tiempo prolongado.

- ¿Ves? No era tan difícil… ¿Puedo preguntarte algo?

- Espero que sea la última pregunta, ¿Por qué estamos aquí? Para que te aprendas el procedimiento de esas pociones…

- Bien, Severus ¿a quien le sirves?

- Oh… - Snape la miró un rato y le dio una sonrisa. – Mucha curiosidad o buscas que yo pueda declarar algo importante. Segundo, no sabes lo útil que resultan unas gotas de antidoto al veritaserum, que por cierto tienes en esa túnica guardada. – Snape sujetó a la chica y le sacó un pequeño frasco.

- ¿De que hablas?

- Poner gotas de Veritaserum en tu boca sin tragarlas, y luego besarme para contagiarme el efecto de la verdad, es muy astuto. No tan astuto como para engañarme. – Dijo Snape descubriendo a Diane Lee de su intención.

- De verdad no te dejas engañar tan fácil, aun no entiendo como siempre eras burlado por James, supongo que es más…

- No me hables de Potter. – Dijo Snape bruscamente y la chica calló.

***

- Florence, lo que dices es grave ¿estás segura? – Dijo Remus Lupin sentado frente al fuego.

- No se si quieras creerme. Pero no se si te das cuenta, de no haber sido por Spencer tu chica estaría viva. – Dijo Florence mirándolo.

- Gracias por decirme. Quizás el ministerio pueda agarrar a Spencer o…

- ¿Tomarás justicia por tu lado? – Preguntó interesada.

- Eh… no. El Profesor Dumbledore sabrá que hacer y… oh es tarde!

- Lo se, debo irme también. No me queda mas que desearte suerte Lupin – Dijo Florence con aires de estar apurada – La Necesitarás, con tu condición será difícil que…

- ¿Mi condición?

- Eres un hombre lobo, lo se desde que le jugaron la broma a Severus. – Dijo Florence levantándose.

- ¿Sabes lo nuestro?

- Si, ¿Crees realmente que soy tan traicionera para decírselo a alguien?

- O buscas un beneficio de ello para el futuro. – Dijo Lupin seriamente

- No, por ahora no. – Dijo Florence sonreía irónicamente.

- Snape confía mucho en ti para habértelo dicho…

- No, el no me lo dijo. Yo lo averigüé sola, al igual que tus 3 amigos los animagos. – Florence se acomodó su capa y Lupin fijo su mirada en su mano, había un anillo plateado.

- ¿Y ese anillo? No me digas que también estás comprometida…

- Si, así es. Nada glamoroso. – Dijo Florence indiferente.

- Serías una espía excelente, eres discreta y sabes cosas que yo no habría deducido…

- ¿Espía? – Preguntó Florence confundida - ¿Espía de quien?

- Oh,  mejor olvida lo que te dije. – Dijo Remus y en ese momento alguien tocó la puerta de su casa. Lupin abrió y encontró a Gabrielle la chica que desde siempre había pretendido a Remus antes que Eileen y que era un par de años menor, estaba en la puerta sonriéndole con su impecable cabello rojizo y rizado, pero ella borró su sonrisa al ver a Florence salir.

- Remus, ¿qué hace ella aquí? – Dijo Gabrielle muera del susto chillando.  - ¿Ahora vas a salir con ella o te ha echado un filtro amoroso? Auxilio!

- Gabrielle, por favor Silencio. No es nada de eso… - Dijo Lupin calmándola.

- Por cierto, ¿Cómo sigue tu amiga Felicia? – Le dijo Florence en una sonrisa y la chica huyó espantada. – Oh, esa niña tiene problemas serios.

- Felicia está en San Mungo, nadie la ha logrado curar de esa maldición que le cayó, no nos quiere decir quien ha sido. Sospecho que haya sido Voldemort o alguno de sus seguidores.

- Yo también lo creo, que mala suerte para ella. – Dijo Florence riéndose para sus adentros, pero mostrando un semblante preocupado – Adiós.

            Así que espía, algo no andaba del todo bien. Remus se había referido a que no iba a tomar venganza personal, porque Dumbledore sabría que hacer, Lupin hablaba de Dumbledore como un jefe, por extraño que pareciese había algo que ella no entendía sobre los Gryffindors. Además por lo visto, su padre Donald Harrington no había revelado el motivo de su mudanza de la casa, así lo reflejaba porque en el profeta no apareció su foto con"Se busca", ni tampoco "Recompensa por atrapar a una seguidora del Señor Oscuro", el orgullo por tener una imagen intachable había vencido a su padre o quizás su madre Janice había rogado a Donald no decir nada del asunto.

            Por otra parte estaba la petición extraña de Lord Voldemort, que había sido robar un pergamino. ¿Qué tan importante podía ser un pergamino? El nombre era aun más curioso, "El pergamino del Fénix", Dumbledore le había dicho a los Potters que lo ocultaran en un lugar seguro, seguro sospechaban que Voldemort lo iría a tratar de obtener, pero exactamente ¿qué era el pergamino del Fénix? ¿Para que servía? ¿Por qué Voldemort tenía tanto interés? Florence no iba a hacer su encomienda tan ciegamente, primero iba a averiguar de que se trataba todo aquello… lo iba a saber más temprano de lo que pensaba…

Fin del Capitulo

Malu Snape Rickman: So, I'm bad now! How sad! Jejejejeje. No soy tan mala, ya tengo dos capitulos hechos más. Los publicaré lo mas pronto que pueda, aquí va uno. Ahora ya sabes lo de Eileen. ¿Protagonistas de la Magia? Oh, eso me suena a Protagonistas de Novela un programa que pasaron aquí, al igual que Protagonistas de la musica; era la imitación de OT. Por supuesto que revisaré tus fics… no había podido por los examenes de la Universidad, y por eso no habia podido escribir tanto como hasta ahora. Entonces nos vemos!

DJGryffindor: Belen, Belen, Belen… me han rayado ya como una mala, tanto por review, por detrás de reviews(como decir detrás de camaras), jejejejeje. Tienes buenos presentimientos acertados, verás hasta que punto muy pronto. Aquí está el nuevo capitulo tal como lo prometí, espero que te adelantes con tu historia(si no quieres ver clases, lleva una libreta al salon y finges estudiar mientras escribes la historia, cuidado si te cachan escribiendo las partes eroticas XDDD)