Holas, ya he llegado de nuevo con un nuevo capi… Alerta Máxima, cuando menos se lo esperen puede llegar! No mas preámbulos…

Capitulo 27 Befote the Dawn

Antes del Alba

Pero esta vez, nada iba a ser como antes. Ella no se dejaría engañar tan fácil y pese a que no se podía salvar de aquello iba a ser lo posible para satisfacerse. Lo que había ocurrido aquella noche le había repugnado, pero perdía sentido pues estaba desafiándose a estallar otra vez. Mientras no tuviera alguna otra misión especial, seguía la pista de un hombre: Severus Snape. Era fácil seguirle la pista y a donde iba, se ponía complicado pero con su astucia lograba escurrirse, observándolo siempre desde lejos y evitando ser detectada. Muy pronto se volvió a oir de los actos cometidos por Harrington, aunque no era mucha diferencia, Voldemort ya causaba el suficiente terror. Severus Snape ya estaba al servicio de Dumbledore sin ser detectado, era portador de grandes noticias y muy astuto para no manchar su imagen, sabía mantenerse alejado de los problemas, aunque hubo un día que casi perdió el control.

- Ahora te entiendo. – Dijo Malfoy apareciéndose en su puerta, pasando a la sala y sentándose cómodamente.

- ¿A que te refieres? – Preguntó Snape indiferente.

- Florence, ya veo porque te gustaba tanto. Es una verdadera fiera en la cama y es muy exigente, no solo eso… mientras mas sean es mejor. – Dijo Lucius con una sonrisa.

- ¿De que hablas? – Snape se mantuvo igual sin mostrar importarle.

- Hace unos días nos acostamos y fue tanta la suerte que Lestrange y Wilkes aprovecharon la ocasión, es exquisita. Luego de tantos años deseando tenerla, no me ha defraudado.

- ¿Así que estuviste con Harrington? – Dijo Snape – No perdí nada, gané mucho más. – Mentía Snape a punto de explotar pero aparentando una anormal calma.

- Snape, ¿cómo no la puedes extrañar en la cama?

- Lucius, ¿Qué es lo que te trae a mi casa?

- Solo pasaba a visitarte. – Dijo Malfoy, pero Snape le tenía una mirada de resentimiento y pensaba "Como si a mi me importaran tus narraciones eroticas".

- Es tan deliciosa, poner mis manos en su cintura y bajar, romper sus tunicas hasta hacerla mía, estar sobre ella y hacérselo de mil maneras y formas, morder y besarla, sentir como su lengua se funde con la mía.

- ¿Ya terminaste? – Preguntó Snape tranquilamente. Obviamente a Snape no le había caído bien aquel comentario, estaba muerto de los celos, pero desconocía los motivos de aquel acto. Se mostraba sereno y nada podía perturbarlo, incluso la narración mas profunda que seguía Lucius refiriéndose a su Florence, contándole detalles para hacérselo gráfico, contándole todo lo que había hecho con ella. Apenas se había ido Malfoy, Snape arrojó uno de los sillones y se fue molesto, se odiaba a si mismo por sentir celos y aun amarla.

            Florence llegó a su habitación en el misterioso Castillo de Lucimber y mientras de desvestía un humo denso llenó la habitación. Su abuela Marie aparecía…

- ¿Qué ha ocurrido contigo? – Preguntó su abuela.

- Tú deberías saberlo. No me ayudaste antes a pesar de que lo ves todo. – Dijo Florence rudamente.

- No lo he visto todo, me has negado la entrada a tu corazón. Me has apartado y hoy vi un sentimiento humano en ti que me permitió sentirte, te siento muerta Florence, y la muerta soy yo…

- ¿Cómo crees que estoy? – Florence no quería mirarla. – Nadie le importa si muero o no, solo quiero…

- ¿Por qué llegaste hasta esto?

- Fui debil en un mal momento, me dejé manipular ya fue demasiado tarde. Ahora solo tengo un motivo para vivir, mi niña.

- ¿Tienes una hija? Me cerraste tu corazón, ¿como iba a saberlo?

- Soy una asesina, soy todo lo malo que mi padre siempre me dijo que sería… su mentira se hizo realidad.

- Mi niña, no sabes cuanto lo siento. – Dijo la anciana en voz maternal.

- ¿Cómo vas a saberlo? ¿Cómo vas a sentirlo si estás muerta?

- ¿Quién está realmente muerta?

- Yo… - Florence vaciló por un momento. – Yo simplemente…

- No es demasiado tarde mi niña, ya llegará tu hora en que te des cuenta que hay una esperanza. Lo puedo sentir en el aire y las estrellas lo saben…

- Crees en los finales felices, no veo un final feliz en mi historia.

- Porque estás en el error de creer que tu vida está escrita y estás destinada a algo… tu misma construyes tu camino. Tú eres responsable de tu vida, tu puedes salvarte, no esperes a nadie más…

- ¿Crees que me pueda salvar?

- Eso te lo tienes que responder tu… - Su abuela se había vuelto a desaparecer sin dejar rastro y dejando a Florence con muchas interrogantes.

Habían pasado varios meses y Florence se desaparecía un rato como de costumbre lo hacía, siendo buscada en el ministerio y apareciendo en el Profeta como la asesina de una familia entera, este era otro día normal para sobrevivir. Lo único que podía hacer era desaparecer por un dia, dando una excusa mas tarde, sabiendo que debía cuidarse porque estaria mas vigilada que de costumbre. El camino era largo pero había una buena recompensa después de todo…

- Ariadne! – Dijo Florence abrazando a su pequeña hija, que había crecido y ya empezaba a caminar. Había ido a visitar a su hija en casa de Charles Xavier. La bebé se refugió naturalmente en los brazos de su madre y empezó a repetir muchos sonidos que indicaban alegría.

- Has llegado Florence – Dijo Charles con una sonrisa abrazando a la joven Harrington. – Han pasado tantas cosas. ¿Cómo te ha ido?

- Charles, eres tan amable. Me ha ido igual, estoy contra la espada y la pared, pero ando bien. Ariadne ha crecido – Florence volvía a sonreír a l ver a la pequeña.

- Si, y mucho. Es muy inteligente, sabe decir palabras cortas… - Dijo Charles. – Pero hay algo que…

- ¿Qué pasa? Es Regina ¿verdad?

- Si, es ella. No te puedo mentir, ella no está feliz con ver a la niña acá. Pero ocurre algo más. Un día estabamos en los jardines y apareció una serpiente.

- ¿Le hizo daño a Ariadne? – Florence se asustó y revisó a su pequeña por todas partes.

- No, algo mas curioso aún. La niña silbó y pareciera como si… - Charles trataba de explicarlo suavemente.

- Tu hija habla Parsel. No sabía que tu también lo hicieses. – Dijo Regina llegando imponente a la sala y Ariadne se abrazó mas a su mamá llorando.

- Ya Ariadne! Todo está bien. No, yo no hablo parsel… no me explico como… - Florence quedó callada un momento. La única persona que conocía y que podía hablar con las serpientes era Lord Voldemort, estaba seguro que ese rasgo lo había heredado Ariadne. Regina la miró algo recelosa y se fue de la casa, no soportaba verla sin hacer nada.

- ¿Qué ocurre Florence? – Charles notaba que Florence se estaba guardando algo.

- Ariadne no es hija de Joseph, lo siento. – Dijo Florence preocupada.

- ¿Cómo?

- Cuando conocí a Joseph ya Ariadne había sido concebida. Nadie lo sabía menos Joseph, quien se enteró de la verdad y juró proteger a la niña con su vida. Pero tu no eres Joseph, no puedo dejarla contigo…

- No digas tonterías. Ariadne se quedará aquí, mientras no puedas cuidarla. El mundo donde vives es peligroso. No me importa quien sea Ariadne, es la niña mas linda que he visto, no dejaré que nadie la dañe.

- Charles, esto es demasiado. A Regina no le gustará… - Dijo Florence.

- Nadie lo va a saber.

- Entonces… Nadie, ni siquiera Ariadne, cuando llegue su carta de Hogwarts, no la dejarás ir. Ariadne no puede ser bruja, debe estar escondida en el mundo muggle, Ariadne no debe saber magia, por su bien y el de todos.

- ¿Qué pasa con Ariadne?

- Ella no es como las demás niñas. Ella oculta algo monstruoso que su padre quiso que tuviera, es cuestión de tiempo que empiece a relucir ese poder extraordinario. No quiero que termine como yo, en una vida de oscuridad. Ella es el arma secreta de Lord Voldemort. – Joseph se tapó la boca y miró a la pequeña.

- No puede ser. Ella es tan inocente. Pero tienes mi promesa, la cuidaré. No permitiré que nada le pase y le daré amor, ella será una buena chica.

***

Snape regresaba a casa luego de otro de los encuentros con Albus Dumbledore, estaba sintiéndose extraño. Otro día de soledad y vacío, no había participado mucho últimamente en actividades del lado oscuro, su animo decaía mucho, pero no su mal humor. Llegó a su casa cerrando la puerta, se empezó a quitarse la capa mientras iba subiendo las escaleras. Abrió la puerta de su habitación oscura y se sentó en la cama, había una respiración rápida en la habitación y Severus encendió la lámpara de aceite. Snape descubrió en una de las esquina de la habitación a una mujer enmascarada mirándolo.

- Lestrange, ¿Qué pasa ahora? – Dijo Snape sin ánimos, pero la mujer no respondió, se le acercó y Snape pudo notar que no era Bellatrix.

- ¿Quién eres tu? – Preguntó Snape intrigado y sacando la varita, la chica se acercó y lo sujetó por las túnicas rudamente, no sabía si era una especie de caricia o maltrato. Snape bajó la varita y detuvo a la mujer sujetándola por el cuello.

- Sea quien seas, no estoy para juegos. – Dijo Snape pero la chica no desistía de su intento. Snape subió sus manos, mientras algo en esa chica sin saber que era, lo hacia estremecer. – Veamos quien eres.

            Despacio quitó la mascara de la cara de la mujer y descubrió a su antigua compañera, Florence Harrington, a quien tanto había profesado odio y repugnancia.

- ¿Tu? – Snape crispó la cara en una mirada desagradable. - ¿Qué haces aquí Harrington?

- Buscándote – Dijo Florence en un tono instintivo y obvio – Viví dos años aquí, se muy bien tus costumbres y tu mal hábito de entrar a una habitación sin encender la luz.

- ¿Qué buscas? Tú y yo no tenemos nada que hablar. – Dijo Snape levantándose.

- Te busco a ti, pero no es para hablar… - Dijo Florence con una mirada de perversidad.

- Me alegré al pensar que habías muerto. El día que sepa que tú y Potter hayan muerto será mi día más feliz. – Dijo Snape dándole la espalda – Vete de mi casa ahora mismo.

- No me iré, simplemente porque no quiero. No me iré hasta conseguir lo que ando buscando.

- Puedes acostarte con Lucius si deseas, supe que anduviste con él una noche… supongo que no aguantabas las ansias de poder hacerlo con alguien. – Dijo Snape tratando de herirla.

- No me importa sinceramente si me odias. – Dijo Florence mintiéndole, porque de verdad si le importaba. – Solo quiero estar contigo…

- ¿Qué oyen mis oídos? Harrington ofreciéndose a buen precio. Quizás eliminaste a Lee por ello, solo puede existir una gran zorra… - Dijo Snape mirándola, buscando una mirada vulnerable para lastimarla mucho más.

- No, hay una gran diferencia entre Lee y yo, querido Snape. Diane Lee, que en paz descanse, se glorificaba por ser la chica más hermosa y creer que esa condición le daba beneficios de estar con todo el mundo como un preciado tesoro. Yo solo me estoy valiendo de nuestra atracción física, de la simplicidad y de la atracción meramente salvaje y animal, aprovechando que también demuestras necesitar un poco de distracción.

            Aquellas palabras no pudieron caerle peor a Snape, porque no podían. Este le apuntó con la varita a la frente y bajó a su corazón.

- Creo que has venido a buscar algo que no se te ha perdido. Me produces asco Harrington, repugnancia, no me atraes… Hice lo que me dijiste, olvide nuestros recuerdos, olvidé nuestras posibilidades. – Dijo Snape temblando– Ahora vete!

- ¿Por eso tiemblas? ¿Por eso estas luchando internamente? No sabes ni lo que dices.

- Tus trucos baratos de seducción no funcionarán esta vez. – Snape le señalaba la puerta.

- No te engañes mi niño, no puedes hacerme daño. Primero Lord Voldemort acabaría contigo, segundo a Dumbledore no le gustará que su querido espía ande causando alboroto. ¿no? – Florence sonreía astutamente.

- ¿Qué? No se de que hablas Harrington. – Dijo Snape.

- No hace falta que disimules conmigo, ya se que eres espía de Dumbledore. Al fin has hecho algo inteligente, diste un paso adelante… - Snape estaba mas enojado que nunca al oír esas palabras.

- ¿Con que sabes mucho? ¿Desde cuando? Habla…

- Desde hace unos días, pero no se lo he dicho a nadie. – Florence lo miró de arriba hacia debajo de una manera sensual.

- ¿Quieres chantajearme? – Dijo Snape adelantándose.

- No, de ninguna manera. Me alegra que te hayas cambiado de bando, ¿sabes? Eso hace mas excitante nuestros encuentros. – Dijo Florence sonriéndole desde la cama.

- Fuera de mi cama, fuera de aquí – Snape estaba enojado pero no se movió.

- ¿Ves que es verdad? Tienes miedo de sacarme a la fuerza, porque eso implicará hacer contacto físico conmigo, eso sacará eso dentro de ti, te descontrolarás y me harás tuya, tal como lo tenía planeado.

- Lamento desilusionarte, pero no es así. No hago contacto físico por mi salud, no me produce ningún placer tocarte ni verte. – Dijo Snape duramente, pero Florence se levantó y caminó hacia la puerta, dispuesta a irse. Pasó cerca del mortífago y rozó su capa con la túnica de Snape, y Snape actuó rápidamente interponiéndose en su camino sujetándola de la túnica.

- ¿Qué mas sabes de mi?

- Mucho – Dijo Florence mirándolo. – Por ejemplo el hecho de que deseas desvestirme y hacérmelo como nunca antes. – Dijo Florence sonriéndole, se le acercaba y Snape no podía evitarlo. La chica le sujetó el rostro e iba a besarlo, pero Snape le volteó la cara con su mano y la empujó.

- Te daré lo que quieres si haces exactamente lo que yo te diga. – Dijo Snape mirándola duramente y señalándole con la mirada la cama. Florence le sonrió mucho más y miraba expectante. Se sentó en el borde la cama y Snape se le acercó.

- Haz lo que quieras, la única regla es: no me beses en la boca.  – Dijo Snape mirándola desde arriba y la chica puso sus manos sobre él atrayéndolo hacia ella y pegando sus mejillas a nivel del abdomen del chico.

- Eres un mortífago arrepentido Severus, ¿Dónde quedan esas costumbres?

- No es por ser mortífago o no, es porque no quiero sentir tus labios en mi boca. – Dijo Snape empujándola de nuevo. - ¿Quieres sentir el dolor de la atracción física? Lo sentirás en cada hueso de tu anatomía, cada músculo, cada parte de ti lo sentirá… la simple atracción que busca placer físico. ¿Quieres verlo? Lo verás…

            Snape la miraba con astucia y ella empezó a dejarse desvestir acariciándolo. Aquello era una farsa de primera, no importa que excusa buscaran aquellos dos orgullosos, pedantes y medio locos mortífagos con lealtad cuestionable, para justificar la "atracción física solamente", esto era una ridícula excusa para volver a estar juntos, no solo físicamente, sino para probar ese sabor que antes ya habían probado juntos; pues nadie en el mundo podría negar la química que había entre ambos. Florence le dolía pensar las posibilidad de que Snape solo hiciera para herirla o por seguirle la corriente, pero las cosas lucían desde otro punto de vista si lo tenía encima suyo teniendo relaciones. Snape esperaba que con aquella experiencia pudiera exprimir todo lo que llevaba por dentro y de una vez por todas demostrar que no era lo mismo de antes, pero sinceramente no había diferencia a las veces anteriores. Eran los mismos deseos de hacerla suya que lo invadía un deseo incontrolable por tenerla y a la vez protegerla. Era una excusa para tapar los sentimientos que realmente tenía, ¿Por qué le había sido realmente difícil olvidarla? Ahora estaba inseguro si estar con ella iba a hacer reaccionar en olvidarse de su amor por ella o realmente hacerle terminar de caer como un idiota. Quería obligarse a pensar que solo lo hacía por no negarse, quería convencerse que no la amaba y que aquello era solo sexo, pero no era así, acariciarla rudamente era de nuevo una tentación de la que tenía libertad de nuevo, tenerla entre sus brazos era algo que ansiaba tanto su cuerpo como su razón. Había soñado muchas veces con volver a encontrarse con ella, era ridículo para él, pero era el deseo mas desesperado de su corazón porque había descubierto que pese a todo lo que había pasado aun tenía uno.

            Para Florence era inevitable volver a encontrarse, no volver a cruzar una mirada. Quizás era el momento de decirle todo el engaño, pero no podía. Florence sabía que Lord Voldemort mataría a Snape si se enteraba de aquello, aun cuando Snape ya no le era completamente fiel; aunque lo deseaba profundamente, no iba a arriesgarse en perderlo de nuevo, no jugaría con su vida. Era exquisito volver a sentir el roce su piel con la de ella, y por un momento de sofocante pasión sus ojos se encontraron, Snape la volvió a evadir mordiéndole la oreja y bajando por su cuello, Florence le respiró en el oído y le susurró.

- Somos Slytherins, ¿Por qué no desafiamos nuestras propias normas? – Dijo Florence buscando de nuevo su mirada, con sus manos sujetó su cara y lo besó en la boca como deseaba hacerlo desde el principio por un momento prolongado, jugueteando con su lengua y haciéndolo olvidar por todo en un momento. Luego separó su boca de él y Snape la desafió con la mirada, pero él mismo desobedeció su regla, la volvió a besar quitándole el aliento por un momento, no haciendo caso a cualquier otra cosa y aprisionando sus manos contra las sabanas, para que no intentara escapar; pero era otra ridícula excusa, porque Florence no quería escapar sino adentrarse más si era posible en aquel acto con sensaciones placenteras que le llevaba al borde de la locura. Las manos de Severus se deslizaron por su cintura y la empezaron a desnudar de una manera ansiosa, mientras la chica lo atraía mas hacia ella, en realidad nada había cambiado desde que habían tenido 15 hasta ese momento en que eran dos jóvenes de 21 años.

            Era imposible estar más unidos y era imposible renunciar a aquel acto culposo que los envolvía a ambos, había pasado mucho tiempo, pero las cosas volvían a ser como antes, las mismas sensaciones, las mismas caricias, los mismos besos, las mismas posturas, el mismo juramento silencioso…

- Quiero que me consigas después de la noche y yo te sujetaré, no soy más de lo que tú ves. – Florence le repetía a Snape en su oído – No soy más de lo que ves aquí, quizás esta noche podamos volar lejos, nos perderemos antes del alba.

- Esto no es real, es un sueño… – Dijo Snape pero la volvió a mirar.

- De alguna manera se que no podemos despertar de este sueño. No es real, pero es nuestro… quizás esta noche volemos lejos de aquí. Nos perderemos justo antes del alba.

- Si esto es un sueño, no quiero despertar nunca. Si solo podemos volar esta noche, quiero que nunca llegue el alba… - Snape le repitió esta vez.- Quiero respirarte, quiero inhalarte…

- Lo se Severus, lo se… - Florence cayó en sus brazos, sintiéndose cómoda en su propia piel y hallando ese calor que tanto había buscado, había recorrido el mundo, pero nunca había encontrado alguien como él, duro que le hiciese sentir… Su cuerpo se sacudió por un momento, entre pensamientos y actuaciones.

- No finjas que lo sientes, yo se que no. Sabes que tienes el poder para volverme débil por dentro. Niña, me dejas sin aliento pero está bien… - Snape le acariciaba y le repetía sensualmente en el oido, Florence se estremecía una y otra vez, aprisionándolo contra ella, presionando hasta sentir la circulación de su cuerpo rompiéndole las venas, hasta sentir su corazón retumbar al lado de él.

- Tu eres mi motivo para sobrevivir, ahora escúchame… no puedo imaginar una vida sin tu… - Florence hizo silencio, estaba a punto de llorar. No podía decir que lo amaba y le hería profundamente, pero eso se había entendido bien. Siguió jadeante y lo besó una vez más. Estaba acostada con una fiera sobre ella que apenas la dejaba respirar, que la revolcaba por toda la cama, pero le revolcaba el corazón también…

- Cada vez que te intento respirar, mi corazón vuelve a latir. – Dijo Snape - ¿qué diablos estoy diciendo? ¿es esto parte del acto o alguna frase para complacerte?

- Es parte de la noche, es parte de nuestro vuelo. Aun no ha llegado el alba…

- No llegará el alba… - Dijo Snape.

- Sigue y llevame hacia abajo, cúbreme con sueños. Toma posesión de mi boca, no puedo resistirme, porque tu eres el aire que yo respiro… - Florence terminó haciéndolo ceder físicamente, esta vez ella sobre él. Snape no podía negarse mas, estaba plenamente con ella, sujetandola, apretandola, besandola, mordiendola, succionando el sabor de su piel, lo iba a hacer hasta que muriera, lo iba a hacer hasta que se cansara y parecía que no se iba a cansar. Encajaba en su anatomía, encajaba perfectamente, sabía que seguir haciendo y como debía, sabía como debía hacerla llegar a un punto cumbre. En efecto así fue, en efecto hasta alli llegaron, pero sin miedo fueron explorando más, mucho más. Algo tan lejano de la imaginación de cualquier ser humano.

- Seremos lo que tu quieras hasta que llegue el alma, antes del alba… - Dicho esto siguió un silencioso juramento, un acto que no merceía palabras, un gesto irrenunciable que estaban aprovechando, escucharon un ruido pero no le prestaron atención, el alba no había llegado aun, eran dueños de la noche y lo iban a aprovechar hasta la primera luz de la mañana si era posible.

Pero la mañana llegó pronto; porque cuando deseas preservar un momento, el tiempo es traicionero y pasa más rápido: Luego de tal extenuante sesión, Florence cayó dormida a un lado de la cama incapaz de poder soñar, al menos estaba despreocupada cubierta entre las sabanas negras y con su cabello ligeramente desordenado, Snape cayó también agotado y se acomodó quedándose dormido junto a ella, sin ser capaz de abrazarla.

            Luego de varias horas Snape se despertó, y vaya que se sentía mucho mejor que el día anterior, descubrió a la chica a su lado durmiendo aun, su cabello negro azabache era el mismo y mientras estaba dormida con apariencia indefensa le parecía la mujer mas linda que hubiese visto, los primeros rayos del sol le pegaban en la cara y la iluminaban. La veía y la perdonaba por todo, la veía y seguía siendo esa misma niña de 11 años a quien le había cortado el mechón, creía imposible de todo lo que hubiese pasado. No culpaba a Lucius de desearla también, pero sentía celos de que ella le hubiese entregado al rubio todo lo que le había entregado a él la noche anterior, llevaba tanto tiempo sin perder el control de esa manera, sus piernas temblaban cuando se sentó y descubrió a Lucius Malfoy en una esquina.

- Me preguntaba cuando te ibas a dar cuenta de mi presencia. – Dijo Malfoy sujetando su bastón. – Al menos estás despierto.

- Lucius, ¿qué te he dicho sobre tocar la puerta?

- He estado desde hace tiempo aquí, no quise ser maleducado en interrumpirlos mientras practicaban eso que hacían – Dijo Malfoy con una nota en el fondo parecida al resentimiento - Es indudable que te ama, no me dio ni una parte de lo que te dio a ti aquella noche, nuestro Lord se enfadará.

- Malfoy, ¿no eras tu el que decía lo saludable que era echarse unos revolcones de vez en cuando? No siento nada por ella, pero mi humanidad me hace ceder ante el peso del deseo carnal – Dijo Snape sonriéndole fríamente librándose de las acusaciones.

- ¿Lo sabes diferenciar bien? ¿O aun tratas de engañarme?

- Si no te conociera bien Malfoy diría que tienes celos. – Dijo Snape empezando a vestirse – Me atrevo a decir.

- No, tenla las veces que quieras. Simplemente admiro lo que logras con ella… bueno, venia a avisarte que tengas cuidado a quien le dices cosas, hay una sospecha de que hay un espía entre nosotros.

- ¿De quien sospechan?

- No quiero emitir comentarios aun. – Dijo Lucius. – Hoy tenemos una reunión. Debes venir obligatoriamente.

- Lucius… - Snape lo iba a detener.

- No le digas a nadie, pero sospecho que sea tu amigo Karkarov. Es un soplón de primera, apuesto a que es él.

- Averiguaré entonces. – Dijo Snape.

- Cuidado con Harrington, es una ramera astuta. – Dijo Lucius largándose por la puerta. Snape quedó en silencio y se levantó de la cama vestido. Miró a Florence otra vez y estaba despertando.

- ¿Soy una ramera astuta? Solo porque me obligo a estar con él y no obtuvo información útil de mi. – Dijo Florence – Yo he estado en el fondo de esto Snape, no deberías confiar en Malfoy.

- No me digas lo que tengo que hacer, no necesito que te preocupes por mi, nuestra relación se limita a… - Snape tomó un saco de monedas, y se las tiró al lado de la cama.

- ¿Qué es esto? – Florence no entendía muy bien.

- Galeones, simplemente pagaba los servicios que me diste anoche. Cuando una mujer ofrece su cuerpo se le debe pagar. Ya es de día, Vete de mi casa. – Dijo Snape dándole la espalda, Florence se levantó frente a él y cometió una locura, lo beso y salió corriendo de allí. Era muy tarde para que Snape la alcanzara y descubrió de nuevo el saco de monedas enganchado a su túnica recién puesta.

- Entonces no me dio solo su cuerpo. – Dijo Snape por lo bajo, lanzando las monedas al piso.

Fin del capitulo…

Sip, este ha sido mas corto, pero habla por si mismo. No se si se dieron cuenta pero yo aparecí en él… no, no estaba junto a Lucius cuando ya saben, simplemente le di un consejo util a … hoy puedo decir que he hablado por medio de la abuela Marie. ^^U

Snapesita: Holas! ¿Mas interesante? Luego de lo que has leido en este… ^^ Snape, si… confuso. Draco Dormiens, de hecho tiene que ver con Draco, ya veras en el Proximo a que me refiero. Buena imaginación, no se realmente si Florence pudiera hacer eso XD!!! Hablas como si tuviera a Florence como un animal de experimentos… no hay victoria sin sufrimiento, eso lo lei en un lugar y me parecio interesante. Estas confusa, ese era el objetivo para engancharte ^^ jijiji, Gracias Por tu review

DJGryffindor: Si, ya se que te complací con el revolcón de Lucius, ahora vas a pagar… *risa diabolica * jejejeje. No, de hecho no. Cuando la gente me pregunte de donde me surgió esta escena de poner a Malfoy con Florence, les daré tu email XD…

BlazeVein: Florence?? Jejejejejeje, no, no me hizo nada. De hecho tengo una tia que se llama Felicia y un tio llamado Florencio pero no lo supe sino hasta que ya estaba por el capitulo 16… XD!!! Creo que fue inteligente que Florence dejara a la niña con Charlie, la unica razón con la que Voldemort dio con Joseph fue por el vinculo que él tenia con Florence, ahora Florence está con Voldemort, no tiene idea de donde está la niña… está atrapado! ^^ Florence con los nasty death eaters, son unos sucios y pervertidos, aprovechadores y sucios (¿ya lo dije?) jijijiji. Gracias por tus comentarios.

Malu Snape Rickman: Si, ya se que estoy loca ^^U aunque no tanto. Creo que te equivocas, no es solo Malfoy, tanmbien Wilkes, Nott y Lestrange. Joseph cuanto me gustaba… ya veras, ya veras!!!! Gracias por el review!