Capitulo 30 I lie awake… - continuación

***

- Debí haber creído en Florence. – Decía Sirius Black en la casa vacía de Peter Pettigrew, todo lucía hecho un desastre. Algo realmente no andaba bien, el tiempo pasaba y el día iba muriendo. No tenía tiempo. O le avisaba a Dumbledore o iba directamente a casa de James, optó por lo ultimo quizás realmente estuvieran corriendo peligro. Montó en su moto voladora que tantas ocasiones lo había acompañado y se dirigió apresuradamente al Valle de Godric.

            Mientras que en el Valle de Godric. En la casa de los Potter…

- ¿Recuerdas nuestros banquetes en Hogwarts? – Preguntó James a Lily mientras alimentaba a Harry.

- Si, siempre te gustaba ser el payaso y ser el centro de atención. Cuanto cambiaste desde tu adolescencia… - Dijo Lily.

- Pero te apuesto a que veo a Snape de nuevo y le gasto otra de mis bromas. Ser bromista profesional se disfruta querida Lily. – Dijo James guiñándole un ojo.

- Me equivoqué, no has cambiado nada. – Dijo Lily sonriéndole y levantándose, una lechuza había llegado. – Querido, Sirius nos ha mandado una nota extraña.

"No tengo tiempo para dar detalles, algo no anda bien. Peter no está en su guarida y tengo un mal presentimiento. Estén alertas y tengan cuidado, algo me dice que Voldemort está detrás de esto. Sirius Black"

- ¿Peter? ¿Dónde pudo haber ido? – Preguntó Lily.

- No lo se. Pero es raro que Sirius se preocupe por algo así. No me da buena espina…

- James, ¿Tu crees que Peter le haya pasado algo? – Preguntó Lily

- No lo se, Peter…

- Deberíamos irnos…

- No, Lily. Si salimos de aquí estaremos más fácilmente expuestos a que Voldemort le haga algo a Harry. Este es nuestro lugar más seguro.

- James, eso no es normal… Sirius nos escribe una nota, hay que avisarle a alguien de la Orden. Algo anda mal entonces… - Dijo Lily sujetando a Harry.

- ¿Y si es una trampa para que salgamos de aquí? No podemos arriesgar a Harry… - James se echó el cabello hacia atrás. – Es verdad, es muy extraño que Sirius nos mande una nota así…

***

Lord Voldemort iba a paso marcado dirigiéndose una vez mas al Valle de Godric, no iba solo, iba con una mujer bajo una capa de mirada nerviosa y un hombre con cara de rata.

- Es aquí donde los dejos. – Colagusano le dio una nota a Lord Voldemort. – Allí está dirección exacta, solamente basta con…

- Lo se Colagusano, no soy imbécil como tu. – Rugió Voldemort hecho en alegría, su cara malévola reflejaban sus intenciones oscuras y Florence constantemente miraba a los lados. Trataba de visualizar a Snape en su mente, debía avisarle de todo… El tiempo pasaba y el sol se ocultaba, cualquier movimiento en falso podría ser pagado caro. Susurraba cosas sin sentido por lo bajo.

***

- Señor Dumbledore, es verdad. El Señor Oscuro va asesinar a los Potter, va en camino… seguro hay algo que se pueda hacer aun. – Dijo Snape jadeante. Dumbledore se levantó con fuerzas y escribió un pergamino rápidamente, luego miró a Snape. Estaban en su oficina circular en Hogwarts.

- Severus, Gracias por la noticia, pero… creo que es algo tarde. Ya he tomado previsiones de tus antiguas sospechas – Dijo Dumbledore saliendo de la sala a paso apurado. – Temo dejar el banquete, quizás haya algo que pueda hacer…Debo irme. ¿Vienes?

- No, no puedo. –Dijo Snape.

- He pedido que acomoden una de las habitaciones en la Torre Este, ponte cómodo. – Dijo Dumbledore sonriéndole.

- Iré a las mazmorras. Siempre fui mi lugar favorito. – Snape no miraba a Dumbledore porque tenía la cabeza abajo.

- No te preocupes más… - Dijo Dumbledore desapareciendo.

***

- ¿Nunca has tenido el presentimiento de que algo grandioso sucederá? Esta noche acabaré con mis motivos que impidan mi acceso al poder. Pese a que mucho me dijeron que no. – Dijo Lord Voldemort caminando frente a la casa de los Potters. Florence sentía sus manos frías y resbaló sus dedos por su varita…

- No, no siento nada. ¿Es necesario matar a James y a Lily?

- No, pero eso lo harás tú para demostrarme tu lealtad. – Dijo Voldemort, - Adelántate ahora mismo. Quiero que regreses diciéndome que ellos están muertos. Debes asesinarlos…

- Mi Señor, no creo…

- No me interesa lo que creas. – Dijo Voldemort gritándole y Florence se adelantó sacando su varita y apuntando hacia delante.

            Se sentía en la gloria, algo iba a pasar… algo extraordinario. Si asesinaba a James y a Lily, no habría nada que le impidiese a Voldemort asesinar a Harry. A cada paso que daba hacia la casa sentía como crujían las hojas del piso y el frío de la noche le congelaba las mejillas. Sus ojos brillaban de un modo inusual por lo bajo susurraba "Corpus Veritas", era una locura lo que estaba pensando, lo era… pero igual repetía "Corpus Veritas", era el único hechizo que le aseguraba que nada iba a salir mal. Estaba a varios metros de Lord Voldemort quien la miraba astutamente.

            Estaba obligándola a hacer algo que no quería, 24 años de su vida doblegada, 24 años siendo esclava de algo o alguien. 24 años sin libertad, pero eso iba a cambiar. No quería dejar huérfanos a más niños, no quería ser recordada como una asesina, quería el reconocimiento de haber hecho algo bien, aunque sea una sola maldita cosa. Se detuvo frente al Jardín de los Potter, apuntaba sin misericordia, iba a matar a alguien… pero no iba a ser a James y a Lily, iba a producir dolor y disfrutarlo, iba a atacar a Lord Voldemort. Más nunca, no se dejaría dominar…

- Tom, no sabes cuanto lo siento. – Gritó Florence volteándose – "Avada Kedavra"   Un potente rayo verde salió de su varita pero Voldemort ya había lanzado otro rayo con su varita haciendo una desviación de pocos centímetros, indudablemente su poder era superior al de ella.

- Maldita Traidora!

- No volverás a obligarme… morirás Lord Voldemort, serás destruido por Harry Potter. Así dicen las profecías y yo me reiré de ti…

- Decías que la muerte no lo es todo, ¿Qué me dices del dolor? – Lord Voldemort rápidamente le lanzó un chispazo con un rayo color violeta y Florence se quitó del medio, pero fue tan rápido que el rayo la tocó por el hombro.

            Al siguiente instante un grito de dolor se oyó. Lord Voldemort sonreía y avanzó hasta ella.

- Sabía que me atacarías, tu corazón aun hay cosas buenas. Era mejor destruirte que dejarte ir… con este hechizo sentirás como la muerte instantánea puede ser mejor. Te dolerá cada parte de tu cuerpo mientras mueres desangrada. Terminaré mi labor, maldita traidora… - Lord Voldemort vio como James Potter había observado todo lo sucedido, y le hacía señas a Lily.

- Corre Lily, yo me encargo de él…

- No James. – Florence cayó al piso boca abajo. – No lo hagas. No… - Florence sentía una molestia al respirar y algo que subía por su cuerpo, se arrastraba por el piso y solo logró avanzar unos metros, descubriendo que de verdad estaba desangrándose, cayó mirando arriba y sentía como el dolor consumía su alma y su primer pensamiento fue Severus Snape… que tonta había sido. Abordada por la locura se había olvidado de lo que mas amaba en ese mundo.

           Florence sentía que moverse se convertía en un dolor, observó sus manos descarnadas y el efecto mortal del hechizo, era un tumor que se extendía por su cuerpo, le era difícil respirar…

- Creo que esta era mi misión – Florence soltaba un par de lágrimas y jadeaba. – Nací para esto, los engañé a todos… no fui tan mala como decían que sería. Esta es mi derrota que conduce a la victoria, esta es mi vida… que se acaba aquí hoy. Nunca lo vi venir.

"Espera un momento, amor.

Sabes que no me puedo quedar mucho…

            Escuchó una explosión y miró hacia la casa, todo estaba destrozado y no había rastros de Lord Voldemort. Florence agonizaba en el suelo, no había nadie allí y sentía que el dolor hacia que los minutos pareciesen horas, nunca supo cuanto tiempo paso agonizando hasta ver a un hombre frente a ella.

- Florence. – El hombre la sujetó en sus brazos. – Dios, ¿Qué te han hecho?

- Severus. – Repetía Florence por lo bajo viendo todo borroso. – Estás aquí, lo siento. Lo único que quería decirte es que te amo y no tengo miedo.…

"…Todo lo que quise decir era que te amo

y que no tengo miedo…

            Pero muy lejos de allí alguien estaba frente al fuego de una sala en las mazmorras de Hogwarts.

- Caí, caí de nuevo… - Dijo Snape. – Tengo un mal presentimiento sobre ti Florence. Lo tengo… Siento que estás cerca de mí, siento que no estás tan lejos.

- Severus, ¿Puedes oírme? ¿Puedes sentirme en tus brazos soy yo… - Dijo Florence en el suelo y un hombre secó sus lágrimas.

…¿Puedes oírme?,

¿Puedes sentirme en tus brazos?…"

- No, no soy Snape… soy yo Sirius, ¿Qué ha pasado? – Sirius Black estaba sosteniéndola  en sus brazos. – Que horrible, ¿Por qué te han hecho esto?

- La profecía se cumplió, Lord Voldemort ha sido derrotado. Y ya ves que te dije la verdad. Peter te traicionó.

- Debí haberte creído, mira lo que ha pasado. ¿Dónde están James, Lily y Harry?

- No lo se… no puedo saberlo. Sirius, me estoy yendo. Sirius me estoy yendo y no puedo regresar.

- No, no te vayas. Sigue conmigo – Sirius la traba de animar – Trata de apartar el dolor, todo estará bien…

- No Sirius… esta vez ya no. – Dijo Florence con dificultad para respirar.

"… Sosteniendo mí ultimo respiro

Muy a salvo dentro de mí están…

- Hazme un favor Sirius.

- Lo que sea… - Sirius la miraba con compasión.

- Dentro de mi capa hay una carta. Quiero que se la hagas llegar a Severus Snape, por favor. Allí está la verdad… promételo!

- Lo prometo! – Dijo Sirius buscando la carta, al tenerla en sus manos la guardó en uno de sus bolsillos

- Dime buenas noches, será la ultima vez que me veas… nadie está aquí.

- No te vayas, no! – Gritaba Sirius clamando por su vida.

- No tengas miedo… me llaman, me están llamando. Soy la nueva guardiana. –Dijo Florence sin aliento.

- No te vayas… no… no!!!! – Sirius Black sintió como Florence expiraba y su cuerpo quedaba destrozado, todo excepto su cara que ahora parecía mas angelical que nunca con los ojos cerrados. – No puedes estar muerta!– Gritó Sirius en lágrimas.

"Todos mis pensamientos sobre ti

Raptados dulcemente y alumbrados terminan esta noche…"

- Ya no eres parte de mi Florence, te olvidé y te sacaré de mi alma. Lo haré. – Dijo Snape lamentándose frente al fuego, reventando uno de loa tarros de cristal contra la pared.

            Florence volvió a abrir los ojos, y observó a un hombre llorar frente al cuerpo de una joven, era ella misma… o lo que había sido en vida, no estaba viva, no estaba muerta… algo había resultado diferente. Pero no era un sueño, no era una amenaza era la realidad…

"…Extrañaré el invierno

Un mundo de cosas frágiles

Búscame en el bosque blanco

Escondida en un árbol…"

- Extrañaré aquel invierno en que por primera vez te entregaste a mi, Nunca supe como todo esto terminó así, al menos terminó… - Snape estaba delirando y se estaba quedando dormido, mientras una lágrima bajaba por su mejilla.

"…Yo se que puedes oírme

Puedo sentirlo en tus lágrimas…"

            Snape sintió un frío extraño y el fuego de repente se apagó solo, el se quedó allí sentado y cerró sus ojos, quería dejar de existir pero era demasiado tarde…

"Cerrando tus ojos para desaparecer

Rezas para que tus sueños te dejen aquí

Pero sigues despierto y conoces la verdad

No hay nadie allí…"

            Una niña de 4 años de edad se despertó luego de una pesadilla en mitad de la noche…

- Mamá! – Ariadne estaba asustada y tenía frío, se levantó y cerró la ventana. Pero algo extraño pasó, una sombra blanca empezó a moverse por la habitación. Ariadne no sintió miedo y la puerta se abrió, ella volteó y vio a su tío.

- Ariadne ¿Qué haces despierta?

- Tuve una pesadilla Tío Charlie. – Dijo la pequeña Ariadne, al momento que sintió que su medallón temblaba como si tuviera vida propia. – ¡Es raro!

- No, no lo es… Ariadne, vistete. Debemos irnos de aquí…

- ¿Por qué? – Ariadne estaba curiosa. Charlie se sentó al lado de ella y le dijo muy comprensivo.

- Porque no estamos seguros aquí… corremos peligro. Las cosas cambian Ariadne. – Ariadne se quedó paralizada como si hubiera leído un pensamiento repentino.

- ¿Dónde está mamá? – Preguntó la chiquita.

- Ariadne… tu madre tuvo un accidente, tu madre murió. – Charlie soltó varias lágrimas y abrazo con cariño a su sobrina. Ariadne se aferró a su tío y no lloró, estaba impresionada y era muy pequeña para entender la muerte de su madre, temblaba y no dijo más palabras.

- Todo estará bien, saldremos delante de esta. Ya veras mi niña.

- ¿Mamá no volverá? – Ariadne al fin habló aun abrazando a su tío del cuello.

- No, me temo que no… cuando la gente muere… - Pero Charlie no fue capaz de terminar la frase y se la llevó en los brazos.

***

- Parece que es verdad, Lord Voldemort ha caído – Dijo Dumbledore. – James y Lily están muertos. El único sobreviviente es su hijo Harry.

- Que terrible! – Dijo Mc Gonagall.

- Profesora Mc Gonagall, le pido por favor que vigile casa de los Durlseys, son la única familia que el jovencito Potter tiene…

- Así será… - Mc Gonagall abandonó la sala.

- Severus, te observo muy callado.

- No es nada. – Snape tenía su mirada perdida.

- Florence murió también, las cosas no están claras de que pasó, pero nadie encuentra su cuerpo, desapareció y… - Dijo Dumbledore.

- Me lo suponía. – Dijo Snape duro consigo mismo. – Me preguntaba si… - Dijo cambiando la conversación. – Si… usted ha considerado mi petición de…

- ah eso!…Claro que si, tengo el honor de darte la Bienvenida a Hogwarts. Profesor Snape, lo he designado como Profesor de Pociones…

- Pero yo he pedido Defensa Contra Las Artes Oscuras… - Dijo Snape

- Severus, no creo que sea lo mejor por ahora, me preocupa tu bienestar y sabes que…

- No importa, estaré en las mazmorras…

- ¿No te importará ser el Nuevo Jefe de Slytherin? – Preguntó Dumbledore.

- ¿ah? No, es un cargo que asumiré… - Severus Snape salió de la sala sin decir más palabras sin opinar al respecto de la muerte de Florence.

Con respecto a la carta que escribió Florence y que reposaba en el bolsillo de Sirius Black como una promesa, tenemos esto…

Querido Severus:

            No se por donde comenzar, pero indudablemente esto va para largo. Se que lo se avecina para ti y los tuyos. Todo esto comenzó como un suspiro y terminó como una larga pesadilla de la cual aún no he podido despertar.

            Quizás sigas pensando que te traicioné y te hice creer que te amaba, pero solo diré la verdad; te amé, te amo y te seguiré amando. Es lo único bueno que queda  bueno en mí, fui permitiéndome caer al abismo de la oscuridad por ti, pero ahora lo único que me salva es tu amor. El mundo entero sabe que soy una asesina, pero nadie sabe que aun sigo amándote, nadie sabe porque me convertí en lo que me convertí, nadie sabe quien soy.

            Al poco tiempo de salir del colegio, fuimos a servirle a Lord Voldemort, fui victima de su manipulación, hasta que mi mente se hizo fuerte. Entiende que detrás de ellos había quienes nos querían ver separados. Lucius Malfoy convenció a Lord Voldemort de separarme de tu lado y tenía un buen motivo: poder tenerme, pese a que físicamente lo hizo no pudo ganar lo que ganaste conmigo, nunca consiguió mi corazón. El quería que dejase de ser tu distracción. Cuando estaba embarazada de nuestro primer hijo tuve que decidir si permitir que nuestra criatura muriera o que te asesinaran a ti, tu misión con Lord Voldemort había terminado, Lord Voldemort asesinó a nuestro hijo.

Opté por salvarte con la condición de más nunca volver a tu lado y jurar que jamás te había amado, me dolió decir una mentira tan grande, pero lo hice por ti, te convencí y el odio que me profesaste lo confirmaba, sufría por dentro, pero aun te amaba. Mi alma sangraba y quizás ni lo sospechabas. Detrás de mi cínica sonrisa se escondía mi tristeza imborrable.

            Mi vida empezó otro capitulo al irme al lado de Lord Voldemort permanentemente. El me vigilaba, se aseguraba que el amor que sintiese por ti muriera. A su lado solo conocí la desolación y viví miserablemente mientras asesinaba sueños y mantenía al margen cualquiera sentimiento que quisiera salir de mí. No estuve por conveniencia, sino era por protegerte, iba a asesinarte. Matando en mí lo poco humano que quedaba, haciéndome completamente insensible, no miré atrás, no me escondí, ellos gritaban mi nombre, no cerré mis ojos, supe la mentira detrás de ellos, no dormí, no morí. Solo vivía físicamente, mientras mi alma dormía esperando por la salvación, salvación, que  solo tú podías haberme dado, pero nunca lo hiciste.

            Quise morir más de una vez, pero no tuve el valor de dejar de existir y tener el temor de más nunca poder verte. Solo yo te he visto llorar y esas lágrimas fueron por mí causa, quizás te debilité, pero te hice una favor al apartarte de mi y salvarte. Tu resentimiento te hizo buscar el camino correcto

            Entre esos planes y mentiras detrás de ellos fue usarme para destruir al mundo con un heredero al trono oscuro, luego de que me volvieran a usar quedé embarazada  y para evitar que mi descendiente cayera en las fauces de las bestias, tuve que ocultarme hasta que mi hija nació, viviendo entre los muggles. A los pocos meses tuve que volver a la pesadilla, después de asegurarme que ellos no la encontrarían y protegiéndola de todos, manteniéndolo en secreto incluso a ti. Tengo una hija Severus, una hija que lleva en sus venas, sangre del mismo Slytherin. No pude evitar pensar en el futuro de mi hija, no podía pedirte nada, no podía decirte nada, estaba condenada eternamente a ser esclava.

            Quizás en la debilidad caí de nuevo en tus brazos, busqué la excusa de querer estar contigo, sabiendo que me jurabas desprecio, logré revivir aquellas sensaciones tan fuertes como cuando estábamos en el colegio, ¿recuerdas?  fue como devolverme a la vida, que mi alma despertara de ese frío en que había vivido, fue resucitar y recapacitar, no puedo dejar que vuelva a suceder. Tú y yo sabemos que seguimos siendo los mismos amantes que fuimos ayer. Hoy en esta tenebrosa torre te escribo, a pesar de que el frío carcome mis huesos, pero un sentimiento cálido vive en mí: estoy esperando un hijo tuyo, y eso me da ánimos para seguir. Muy pronto esto acabará y volveremos a estar juntos, lo se… ansío volver a decirte lo que siento, no esperaré más mi amor: Te amo, aunque me muera la decirlo te amo con todas mi fuerzas. Es un sentimiento más grande que mi existencia, que no me deja dormir, tu amor me protege, tu amor es lo único por lo cual lucho. Faltan pocas horas para que el Señor Oscuro sea derrotado, y se que estos días de pesadillas acabarán, volveremos a estar juntos. Te sigo amando y no puedo esperar a volver a tus brazos.

Quiero que sigas adelante, no mires atrás, no te escondas, no importa que griten tu nombre, no cierres los ojos, hay mentira tras ellos, no duermas, no mueras, falta poco.

No sabes lo que hecho por ti, quiero que lo sepas al fin, entregue mi vida para salvarte, pero arrastré muchas cosas conmigo. Siempre me sentí a salvo en tus brazos, quisiera estar de nuevo en ellos, dentro de poco será.

Siempre tuya:

Florence Marie Harrington  

31 de Octubre de 1981

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