Capítulo 3: Eso fue estúpido
Kurama, casi lo había olvidado. Si lo averiguaba se sentiría muy mal. Pensaría que todo había sido culpa suya y que no podríamos estar nunca más cerca el uno del otro sin sentirnos bastante extraños.
Tenía que escaparme de alguna manera sin despertarle.
Despacio aparté mis manos de él, me levanté de encima de él. Me moví a un lado y me levanté de la cama.
Después de estar medio vestido, todavía careciendo de mi camisa, que había sido hecha pedazos, me dirigí hacia la puerta. Tenía que recoger la tela que había sido mi camisa, en la otra habitación e irme antes de que Kurama me descubriese.
A mitad de las escaleras eché un vistazo a mi pecho y una vez más vi esa herida. Estaba un poco sucia, pero estaba casi seguro de que dejaría una cicatriz. Maldita sea.
Después de recoger lo que quedaba de mi camisa me fui a la cocina, busqué hasta que encontré el cubo de la basura y los tiré. Mientras estaba allí abrí el grifo de agua fría y limpié mi corte.
Una vez limpio empecé a ponerme nervioso.
"Qué zorro más estúpido..." Dije mirando para ver que tenía la forma de una 'Y'.
"Hiei, veo que todavía estás aquí."
Rápidamente me di la vuelta, sosteniendo el trozo de ropa con la que había limpiado mi herida por encima de ésta, y vi a Kurama de pie junto a la puerta de la cocina, llevando su ropa habitual.
"Bueno... Youko se durmió y pensé que sería mejor que me quedase aquí y te lo explicase cuando te levantaras." Dije acercándome a él, todavía cubriendo mi marca.
"¡¿Se fue a dormir?! Eso es raro, normalmente querría aprovechar al máximo su tiempo." Empezó Kurama, parecía un poco nervioso. "¿Qué es lo que él, yo, hice?"
"Nada. Discutimos sobre los planes y luego nos cansamos, así que se fue a dormir a tu habitación." Respondí cerrando los ojos e intentando cruzar la puerta, pero él me detuvo con su mano.
Eché un vistazo para ver que tenía un pequeño trozo de mi camisa en su mano. Oh mierda, había algunos en su habitación.
Alargó el brazo y agarró mi mano para apartarla y vio mi pequeña cicatriz en forma de 'Y'.
"Oh Dios Hiei... lo siento tanto..." Suspiró dejando caer la cabeza en su palma y sacudiéndola.
"No quería decírtelo. Sabía que te haría sentir mal." Le dije en mi extraña y comprensiva voz que sólo usaba cuando realmente hablaba en serio.
Él y yo despacio caminamos hacia la otra habitación. Se sentó y yo me quedé de pie al final del sofá, cerca de donde se había sentado.
"Hiei, ¿te forcé?" Preguntó cerrando y apretando su puño.
"Más o menos..." Le contesté vacilante.
Hubo una larga e incómoda pausa hasta que él empezó a llorar.
"Lo lamento TANTO, Hiei..." Dijo con lágrimas cayendo por sus mejillas y goteando de su barbilla a su camisa.
"Está bien Kurama... todavía somos amigos." Le dije sintiéndome un poco mal.
Quizás no debería haber dicho que éramos amigos... no lo había hecho antes.
Levantó la cabeza y me miró. Sus ojos todavía húmedos y llorosos, se veía como si estuviese realmente y verdaderamente horrorizado, pero quizás contento de que le hubiese llamado amigo. Y por otra parte porque quería decir que siempre lo habíamos sido.
"Hiei..." Dijo con dolor mientras se levantaba y me abrazaba.
Me cogió completamente por sorpresa. Pero no lo aparté, aprendí que era un poco demasiado frágil.
"Kurama, no te sientas mal. Aunque vosotros dos compartís la misma alma, vuestras personalidades son demasiado diferentes para llamarlas la misma." Le dije mientras se dejaba ir y limpiaba una lágrima de su ojo.
"No Hiei, ese es el problema. Soy exactamente como él; sólo que yo tengo autocontrol y compasión." Me dijo volviendo la espalda.
¿Autocontrol? ¿Qué quería decir con eso? Y... compasión.
"Creo que debería irme." Dije empezando a andar.
"No Hiei, no quiero que lo olvidemos como si nunca hubiese pasado. Tú y yo dormimos juntos y deberíamos asegurarnos de que eso no afecte a nuestra amistad..." Dijo alargando el brazo y agarrando el mío.
Di un tirón, asentí y me senté a su lado en el sofá.
"Hiei... ¿te forcé?" Me preguntó con firmeza.
"No del todo." Respondí, sintiéndome un poco incómodo.
"Ya veo... así que tú... bueno..." Tartamudeó pareciendo incómodo también.
"¿Si le quiero?" Pregunté volviéndome para mirarle, quien también hizo lo mismo.
"Sí." Suspiró apartando sus ojos y mirando al suelo.
"...... no lo sé." Respondí bajando la cabeza y cerrando los ojos. "Tampoco es como si debiera saberlo de todas formas."
"Hiei-" Empezó a decir Kurama acercando su cabeza para mirarme. Me giré y le miré. Sus ojos todavía estaban llenos de lágrimas y estaba ruborizándose. Se inclinó hacia mí, nuestros labios acercándose cada vez más. Empecé a ponerme nervioso, hasta que se detuvo y retrocedió. "No quiero besarte... bueno, quiero decir que no quiero besarte a menos que sea querido por ambas partes. Ahora soy diferente... tengo autocontrol... y me preocupo por tus sentimientos."
"¿Kurama, tú?" Pregunté sorprendido.
"Sí Hiei... esperaba que algo así nunca sucediese... me preocupo por ti... no quiero herirte." Podía decir que él deseaba tocarme, pero no lo hizo. Él era muy diferente al Youko.
Mi corazón y mi mente estaban abrumados con nuevos pensamientos y sentimientos. Todo estaba pasando tan deprisa y todo era tan ajeno para mí. ¡No sabía nada del amor! ¿Cómo se suponía que tenía que responder? Sobre todo cuando venía de alguien que conocía desde hacía mucho tiempo y se había vuelto más cercano.
Con un fuerte torbellino de sentimientos confusos tiré de Kurama y lo arrastré en un fuerte, apasionado y largo beso.
^*^*^*^*^*^
**********************************************************************
Ya está aquí la tercera parte ^^ Nada como un fin de semana para pasar el capítulo. A ver si no tardo en poner el cuarto...
Me alegro de que os guste!
Shakoba, no pudiste esperar ^_^ Eso me pasaba a mí cuando la autora publicaba un capítulo, suerte que no tardaba más que unos pocos días en poner el siguiente. Espero que esté bien la traducción.
AH! Que no se me olvide! La autora de Evanescent me ha enviado un mail y ya tengo en mis manos la tercera y última parte del fic ^^ Mmmm... se me acumula el trabajo... A ver para cuando la tengo...
Muchas gracias por los reviews!!!
Matta ne!
Kurama, casi lo había olvidado. Si lo averiguaba se sentiría muy mal. Pensaría que todo había sido culpa suya y que no podríamos estar nunca más cerca el uno del otro sin sentirnos bastante extraños.
Tenía que escaparme de alguna manera sin despertarle.
Despacio aparté mis manos de él, me levanté de encima de él. Me moví a un lado y me levanté de la cama.
Después de estar medio vestido, todavía careciendo de mi camisa, que había sido hecha pedazos, me dirigí hacia la puerta. Tenía que recoger la tela que había sido mi camisa, en la otra habitación e irme antes de que Kurama me descubriese.
A mitad de las escaleras eché un vistazo a mi pecho y una vez más vi esa herida. Estaba un poco sucia, pero estaba casi seguro de que dejaría una cicatriz. Maldita sea.
Después de recoger lo que quedaba de mi camisa me fui a la cocina, busqué hasta que encontré el cubo de la basura y los tiré. Mientras estaba allí abrí el grifo de agua fría y limpié mi corte.
Una vez limpio empecé a ponerme nervioso.
"Qué zorro más estúpido..." Dije mirando para ver que tenía la forma de una 'Y'.
"Hiei, veo que todavía estás aquí."
Rápidamente me di la vuelta, sosteniendo el trozo de ropa con la que había limpiado mi herida por encima de ésta, y vi a Kurama de pie junto a la puerta de la cocina, llevando su ropa habitual.
"Bueno... Youko se durmió y pensé que sería mejor que me quedase aquí y te lo explicase cuando te levantaras." Dije acercándome a él, todavía cubriendo mi marca.
"¡¿Se fue a dormir?! Eso es raro, normalmente querría aprovechar al máximo su tiempo." Empezó Kurama, parecía un poco nervioso. "¿Qué es lo que él, yo, hice?"
"Nada. Discutimos sobre los planes y luego nos cansamos, así que se fue a dormir a tu habitación." Respondí cerrando los ojos e intentando cruzar la puerta, pero él me detuvo con su mano.
Eché un vistazo para ver que tenía un pequeño trozo de mi camisa en su mano. Oh mierda, había algunos en su habitación.
Alargó el brazo y agarró mi mano para apartarla y vio mi pequeña cicatriz en forma de 'Y'.
"Oh Dios Hiei... lo siento tanto..." Suspiró dejando caer la cabeza en su palma y sacudiéndola.
"No quería decírtelo. Sabía que te haría sentir mal." Le dije en mi extraña y comprensiva voz que sólo usaba cuando realmente hablaba en serio.
Él y yo despacio caminamos hacia la otra habitación. Se sentó y yo me quedé de pie al final del sofá, cerca de donde se había sentado.
"Hiei, ¿te forcé?" Preguntó cerrando y apretando su puño.
"Más o menos..." Le contesté vacilante.
Hubo una larga e incómoda pausa hasta que él empezó a llorar.
"Lo lamento TANTO, Hiei..." Dijo con lágrimas cayendo por sus mejillas y goteando de su barbilla a su camisa.
"Está bien Kurama... todavía somos amigos." Le dije sintiéndome un poco mal.
Quizás no debería haber dicho que éramos amigos... no lo había hecho antes.
Levantó la cabeza y me miró. Sus ojos todavía húmedos y llorosos, se veía como si estuviese realmente y verdaderamente horrorizado, pero quizás contento de que le hubiese llamado amigo. Y por otra parte porque quería decir que siempre lo habíamos sido.
"Hiei..." Dijo con dolor mientras se levantaba y me abrazaba.
Me cogió completamente por sorpresa. Pero no lo aparté, aprendí que era un poco demasiado frágil.
"Kurama, no te sientas mal. Aunque vosotros dos compartís la misma alma, vuestras personalidades son demasiado diferentes para llamarlas la misma." Le dije mientras se dejaba ir y limpiaba una lágrima de su ojo.
"No Hiei, ese es el problema. Soy exactamente como él; sólo que yo tengo autocontrol y compasión." Me dijo volviendo la espalda.
¿Autocontrol? ¿Qué quería decir con eso? Y... compasión.
"Creo que debería irme." Dije empezando a andar.
"No Hiei, no quiero que lo olvidemos como si nunca hubiese pasado. Tú y yo dormimos juntos y deberíamos asegurarnos de que eso no afecte a nuestra amistad..." Dijo alargando el brazo y agarrando el mío.
Di un tirón, asentí y me senté a su lado en el sofá.
"Hiei... ¿te forcé?" Me preguntó con firmeza.
"No del todo." Respondí, sintiéndome un poco incómodo.
"Ya veo... así que tú... bueno..." Tartamudeó pareciendo incómodo también.
"¿Si le quiero?" Pregunté volviéndome para mirarle, quien también hizo lo mismo.
"Sí." Suspiró apartando sus ojos y mirando al suelo.
"...... no lo sé." Respondí bajando la cabeza y cerrando los ojos. "Tampoco es como si debiera saberlo de todas formas."
"Hiei-" Empezó a decir Kurama acercando su cabeza para mirarme. Me giré y le miré. Sus ojos todavía estaban llenos de lágrimas y estaba ruborizándose. Se inclinó hacia mí, nuestros labios acercándose cada vez más. Empecé a ponerme nervioso, hasta que se detuvo y retrocedió. "No quiero besarte... bueno, quiero decir que no quiero besarte a menos que sea querido por ambas partes. Ahora soy diferente... tengo autocontrol... y me preocupo por tus sentimientos."
"¿Kurama, tú?" Pregunté sorprendido.
"Sí Hiei... esperaba que algo así nunca sucediese... me preocupo por ti... no quiero herirte." Podía decir que él deseaba tocarme, pero no lo hizo. Él era muy diferente al Youko.
Mi corazón y mi mente estaban abrumados con nuevos pensamientos y sentimientos. Todo estaba pasando tan deprisa y todo era tan ajeno para mí. ¡No sabía nada del amor! ¿Cómo se suponía que tenía que responder? Sobre todo cuando venía de alguien que conocía desde hacía mucho tiempo y se había vuelto más cercano.
Con un fuerte torbellino de sentimientos confusos tiré de Kurama y lo arrastré en un fuerte, apasionado y largo beso.
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Ya está aquí la tercera parte ^^ Nada como un fin de semana para pasar el capítulo. A ver si no tardo en poner el cuarto...
Me alegro de que os guste!
Shakoba, no pudiste esperar ^_^ Eso me pasaba a mí cuando la autora publicaba un capítulo, suerte que no tardaba más que unos pocos días en poner el siguiente. Espero que esté bien la traducción.
AH! Que no se me olvide! La autora de Evanescent me ha enviado un mail y ya tengo en mis manos la tercera y última parte del fic ^^ Mmmm... se me acumula el trabajo... A ver para cuando la tengo...
Muchas gracias por los reviews!!!
Matta ne!
