Capítulo 5: ¡Escapar!

Youko rápidamente retiró sus labios de los míos y se tumbó sobre mí, así fuimos protegidos por el respaldo del sofá.

"¿Shuichi?" Oí que su madre le llamaba desde la puerta.

Alcé la vista hacia el zorro, esperando verle un poco asustado, pero parecía más que quisiese vengarse de esa mujer por entrometerse en su diversión.

De alguna manera tenía sentido. ¡Shiori no sabía quiénes éramos! ¿No debería tener ella mucho más miedo de nosotros? Por supuesto las preguntas surgirían... lo mejor que podíamos hacer era huir.

Youko puso su dedo en sus labios y silenciosamente me dirigió un 'shhh' mientras se inclinaba hacia el suelo.

Rápidamente le seguí asegurándome de no hacer ruido. Ambos nos arrastramos tan rápido y silenciosamente como pudimos hasta la cocina. Por suerte no fuimos descubiertos por la madre de Kurama, aún estaba en la otra habitación buscando a su hijo.

"¡SHUICHI!" Escuché que llamaba otra vez.

Podría decir que estaba en la habitación donde justo habíamos estado nosotros. Se iba a preocupar mucho cuando viese que su hijo no estaba en ninguna parte. Desde luego a mi no me preocupó lo más mínimo. Porque estar con Youko hacía que me sintiese mejor sobre ello porque por lo que estaba preocupado, en este momento 'Shuichi' ni siquiera existía.

Casi me entraron ganas de reír cuando escuché el dolor en su voz. Y podría decir que a él también.

Ambos salimos por la puerta de la cocina hacia fuera. Y, por supuesto, empezamos a correr. ¿Hacia dónde? No lo sabía, yo tan sólo le seguí.

Viendo las pintas que tenía Youko sería descubierto al instante si no encontrábamos algún sitio donde escondernos pronto.

"¿Dónde vamos?" Pregunté corriendo a su lado.

"Bueno, estaba pensando; por qué no hacemos ese caso mientras estoy aquí?" Dijo girando una esquina.

"No podemos correr tan lejos..." Le dije, con burla.

"Al menos podemos empezar a ir." Espetó, mientras se paraba de repente.

"¿Ahora qué?" Pregunté parado a su lado.

"Este lugar será perfecto." Dijo entrando en una oscura caverna.

"... Sip, eres raro." Refunfuñé siguiéndole.

Lentamente andamos por sus laberintos oscuros hasta que llegamos a un pequeño edificio.

"Aquí es donde estaremos hasta la noche, cuando me pueda mover más libremente." Me dijo el Youko entrando dentro.

"¿Cómo sabías que estaba aquí?" Pregunté, dando un paso dentro.

"Mi parte humana cometió un pequeño robo hace un tiempo, aquí es donde escondió lo que consiguió."

"¡¿ROBÓ?!" Pregunté sorprendido. ¿Kurama? ¿Robando? Parecía tan impropio de él...

"Bueno, tuvo un poco de ayuda de mi parte, por supuesto." Respondió Youko con una risa, mientras se sentaba en una manta que parecía blanda y empezaba a acariciar el sitio que había a su lado. "Siéntate." Me dijo.

Gruñí y fui a sentarme a su lado... hmm... era blando.

"¿Así qué Hiei... me quieres?" Preguntó, inclinándose para mirarme.

"¿Por qué, te importaría si realmente lo hiciese o no?" Le pregunté, girando mi cabeza hacia un lado.

"Sí." Me dijo. Eso se ganó una de mis miradas. "Hiei, todos con los que mi lado humano trabaja o pasa el tiempo son héroes con buenas intenciones... inocentes e inmaduros cuando nacieron. Pero tú ni, Hiei... tú eres diferente. Aunque luchas en el lado bueno, lo haces con tus propias creencias. Y por eso te entiendo mejor. Tú sabes más sobre mí y mi parte humana que nadie."

"Nunca pensé en eso..." Dije con un tono casi curioso. "Pero todavía pienso que estás loco."

Dejó ir una suave risa y puso un brazo a mi alrededor con fuerza.

"Te quiero Hiei..." Me dijo en un tono muy serio, mientras agarraba mi hombro con su mano.

Esa era la segunda vez que lo escuchaba hoy... oh genial.

"¿Así que te estás ablandando, Youko?" Le pregunté con una sonrisa de satisfacción.

"Oh Hiei, no creas que podrás evitar darme una respuesta tan fácilmente." Dijo, deslizando su mano desde mi hombro hasta debajo de mi brazo, me empujó hacia abajo firmemente hasta estirarme en su regazo, donde empezó a acariciar mi cabeza. "¿Entonces, me quieres? Nunca contestas..."

"No lo sé." Dije bruscamente, frunciendo el ceño.

"Eres tan mono cuando estás estirado." Youko dijo, rodeándome con sus brazos y abrazando la parte superior de mi cuerpo hacia su pecho.

Entonces se inclinó y besó mi mejilla despacio. Sentí su lengua deslizarse suavemente por mi piel y me relajé en sus brazos.

"Youko loco..." Le gruñí en voz baja.

"Oye Hiei..." Empezó sentándome, todavía en su regazo.

"¿Qué?" Respondí rápidamente.

"¿Podrás hacerme un favor?" Me preguntó con una sonrisa.

"Depende de lo que sea." Le dije con una de mis sonrisas.

"Cuando me transforme... dile a mi otra parte que se asegure y cambie pronto. Quiero estar contigo, Hiei."

"De acuerdo." Contesté sin dudar.

"Bien." Dijo con una suave y cómplice sonrisa en su rostro.

"Lo ves, te estás ablandando." Le dije volviendo mi mirada hacia él.

"¡Cállate Hiei o te voy a forzar en la cama conmigo otra vez!" Me gritó sarcásticamente mientras me empujaba, colocándome en el suelo sobre mi estómago.

"¿Eso es una amenaza?" Le pregunté con una risa mientras gateaba y se cernía sobre mí.

"Oh? ¿Entonces quieres que lo haga?" Youko preguntó inclinando su cabeza hacia abajo y besando mi mejilla.

"¡No dije que lo quisiese!" Le dije bruscamente.

"Pero tampoco dijiste que no lo quisieras. Así que a menos que me digas, Youko, no quiero tener sexo contigo, lo tomaré como un sí." Dijo descansando su cuerpo sobre el mío.

"¡Deja de bromear!" Le grité intentando levantarme, pero no pude con él encima.

"¡Está bien, eso es un sí!" Declaró, dándome la vuelta y rápidamente quitándose su camisa.

"Zorro idiota." Suspiré, alzando mi cabeza y besando sus labios suave y cariñosamente.

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Hola! Lo he publicado antes del lunes!!! Como ya dije, los fines de semana dejan mucho tiempo para acabar las cosas.

A ver para cuando el sexto... ^__^

Muchas gracias por los reviews!!!

Hasta el próximo!