Capítulo 6: Oooh

Al final no hicimos nada. Principalmente, Youko sólo me arrancó mis pantalones y me provocó mucho.

¡Lo que realmente me cabreó, fue el hecho de que los hizo trizas también! Así que estaba sentado en nada más que en ropa interior, esperando a que el zorro volviera con otro par de algo para mí que pudiese ponerme.

Por fin volvió trayendo algo negro, bien.

"Tienes que dejar de hacer las cosas pedazos. ¡Sobre todo si es MI ropa!" Le grité, frunciendo el ceño.

"No seas tonto Hiei, te gusta cuando soy brusco." Dijo de pie delante de mí (estaba sentado en la manta en nada más que en mi ropa interior, recordad) y mirando hacia abajo.

"Sólo dame la maldita ropa, Youko." Exigí, cruzando los brazos.

"No sé... me gustas así, mucho más... visible." Dijo con una diabólica sonrisa.

"¡¡Dámelas ya!!" Grité.

"¡No hasta que me digas si me quieres o no!" Dijo, entrecerrando los ojos. "Dímelo o perderás eso también." Añadió señalando mi ropa interior.

"Eres... un... loco." Suspiré, sacudiendo la cabeza.

"¡Está bien, Hiei!" Dijo enérgicamente mientras tiraba rápidamente la ropa a un lado, se agachaba y ponía sus manos alrededor de mi cintura.

"¡¡¡MUY BIEN MALDITA SEA, TE QUIERO!!!" Le grité en su cara. Una larga pausa siguió y ambos teníamos la misma desconcertada expresión en nuestras caras. Ninguno de los dos esperaba en realidad que lo dijese, puede que fuera porque ya tenía bastante frío... o también quizás porque lo pensaba, sí que quería al Youko... sí... "Te quiero..." Repetí más suavemente.

Tiró de mí hacia él y besó mis labios con los suyos con delicadeza. Le devolví el beso con la misma delicadeza y pasión con la que lo había hecho él.

Pareció durar para siempre. El instante ampliado por nuestro amor. Fue tan extraño... lo fue para ambos... pero a los dos nos gustó.

"Tal vez tú también te has ablandado un poco, Hiei..." Youko me dijo, acariciando dulcemente ni nariz con la suya. Sus brazos estaban entonces colocados alrededor de mi cuello, una pierna envolviéndome y la otra a mi lado.

Sólo escuchar su voz tan suave... me recordó tanto a la de Kurama. Pero de algún modo era diferente... porque era nuevo.

"Quizás sí... " Suspiré ligeramente, besándolo otra vez.

Cuando me aparté encontré tal comodidad, él estando tan cerca. Me gustaba estar con él porque éramos muy parecidos. Podíamos entendernos mutuamente. Y esa es la razón por la que le quería.

"Hiei... mi tiempo se acaba." Me dijo dejándome ir y levantándose, de espaldas a mí y mirando hacia abajo.

"No te preocupes Youko. Haré lo que me pediste." Le dije de forma tranquilizadora, mientras me ponía los pantalones y la camisa que él había tirado al suelo.

"Bien." Gruñó volviéndose hacia mí. "¿Lo harás muy pronto?"

La expresión en su cara, era una mirada tan inocente.

"No puedo decir que no." Le dije, gruñendo una risa.

Me dirigió una sonrisa de satisfacción y yo le devolví una igual.

Y con eso empezó a transformarse en su forma humana.

Me encontré sintiéndome un poco decepcionado. Probablemente como Youko se había sentido cuando Shiori llegó a casa. Pero Kurama no era una interrupción... ¿no?

"H-Hiei... ¿dónde estamos?" Preguntó, mirando a su alrededor. "Oh... conozco este lugar..." Se respondió a sí mismo con una risa nerviosa.

"No puedo creer que robaras otra vez." Dije fríamente, sacudiendo la cabeza.

"¿Cómo lo supiste?" Preguntó, mirándome.

Hacía poco que había oscurecido y la única luz en la habitación que había era la brillante luna que entraba a través de la ventana. Kurama se giró y me miró de lado. La luz de la luna lo iluminó como si fuera una especie de dios. Pero también parecía quedarle bien... casi como si mostrase su alma. Una mitad hermosa y luminosa... la otra oscura y envuelta en misterio, las amaba a ambas.

"Me lo dijo Youko."

"Oh... ¿por qué estamos aquí?" Preguntó pareciendo un poco nervioso, mientras pasaba por mi lado y se sentaba.

"Bueno... tu 'madre' volvió, así que tuvimos que escapar. Acabamos aquí." Le dije a Kurama, sentándome a su lado.

"Mi madre estará tan preocupada..." Dijo Kurama con tristeza y mirando hacia abajo.

Levanté mi mano y la puse en su espalda. Rápidamente, él se giró para mirarme y yo le dirigí una mirada segura.

"Por qué no descansas..." Le dije inclinando mi cabeza hacia el sofá que había detrás nuestro. "Ya lo solucionaremos..."

"Gracias Hiei..." Dijo, levantándose. Al hacer eso mi mano viajó por su espalda y acabó arriba de su muslo, así que la aparté rápidamente.

"Hn." Gruñí, mientras se estiraba y cerraba los ojos.

Supe que se quedó dormido al instante... tenía mucho en su mente y necesitaba escapar de todo de alguna manera.

Me levanté y sólo le observé durante mucho rato, se veía tan hermoso descansando allí en la blanca luz. Su pelo yaciendo perfectamente a través de su cuello y espalda, la expresión de su cara, un poco estresada pero feliz. Todo el rato la única cosa que pasaba por mi mente era que él era mío.

Avancé unos pasos y alargué mi mano, pensé en ponerla en su hombro y besarle... pero eso no era lo que él quería de mí. ¿Pero que es lo que quería? ¿Era que yo lo amase?... Si era eso, tenía una razón para estar contento.

Porque yo también le amaba... el alma de Kurama... era la cosa más preciada para mí, no quería que se marchara. Le seguiría adonde quiera que fuese, hiciese lo que hiciese, siempre estaría con él listo para darle un beso, un insulto, echarle una mano, un simple 'Te quiero'... ¡cualquier cosa! Porque le amaba... y porque él también me amaba.

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Hasta aquí el sexto ^_^ Este me gusta mucho.

Chiaky-chan; tengo que pedirle permiso a la autora antes de publicarlo en tu web, ya te diré algo.

Nuevamente, muchas gracias por los reviews! ^o^

El fin de semana es probable que publique el séptimo.

Mata ne! ^__^