Aquí esta el capitulo 5, espero que sea de su agrado. Gracias a las siguientes personas por sus reviews, espero que lo disfruten ¡! n_n

Kanna-Sagara

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Lucia3

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Capitulo 5

Miroku suspiro mientras colocaba su mano sobre su mejilla. ¿Y que demonios fue todo eso? Y él que había pensado que eran a las mujeres a las que no lograba comprender. Oh Bueno,. había otras cosas que hacer, pensó mientras caminaba en dirección a los demás.

Sango se sentó al lado de un pequeño manantial y colocó su cabeza entre sus manos. Despues de la batalla, atendiendo a los heridos y caminando por tanto tiempo ella estaba cansada, tan cansada. Estoy arruinada, pensó afligida. El hombre de sus sueños pensaba que era gay. Baka!! Hombre se sus sueños!! ¿Desde cuando había comenzado a enamorarse de pervertidos?

Una suave brisa sopló y la chica dejo salir un profundo suspiro antes de caer acostada sobre el césped. Era un día algo oscuro, El cielo estaba lleno de Grises nubes de diferentes colores, Justo como el día en el que Kohaku había sido secuestrado.

Kohaku.... su hermano menor. Ella lo recuperaría pronto, y así su pesadilla acabaría, pensó Sango.

"Sango!!" Una voz femenina la llamaba. Sango la reconoció como la voz de Kagome.

Se sentó mientras Kagome corría hacia ella.

" Te hemos estado buscando por todas partes" - Le dijo, con la respiración un poco agitada.

"Uh, lo siento, es que, necesitaba estar solo por unos minutos" . dijo Sango mirando hacia el suelo.

"¿Sucede algo malo?" Preguntó Kagome al notar la cara desganada de su compañero, Kagome se sentó enseguida de ella y puso su mano sobre el hombro de Sango.

"Esta Bien, Puedes contarme lo que sea" - Dijo Kagome al no recibir respuesta. Sango se quedó algo sorprendida al escuchar estas palabras. Eran las mismas palabras que Miroku le había dicho hace no mucho tiempo.

Sango observó a Kagome con una sonrisa traviesa. "¿¿Me prometes que no vas a decir nada??"

............

"!!!!!¿¿QUE ERES QUE??!!!!" Kagome se cubrió la boca incrédula de lo que estaba escuchando.

Sango miró alrededor nerviosamente. "Shh, No lo tan fuerte!"

"Y el Capitán Miroku incluso dijo que yo era gay" - Continuo Sango, recogiendo una piedra y lanzándola al manantial.

"¿Y cual es el problema?" Dijo Kagome atolondradamente. "Tienes a todos engañados!, Ni siquiera yo sospeche nada!"

"Bueno...Yo.." Sango comenzó a preguntarse si era ten buena idea haberle contado a Kagome. Ahora le tendría que contar que ella....er tenia sentimientos por ese pervertido.

"Oh!, como es que no lo pensé antes?!" Kagome lucia como si hubiera hecho el más grande descubrimiento en la Historia. "Estas enamorada de Miroku, ¿Verdad?"

Sango se quedo sorprendida. " Qu..Claro que no!!" - Kagome la había descubierto. Parecía como si lo tuviera escrito en la frente.

Kagome soltó una loca risita, después aplaudió dejando sus manos juntas. Esto era tan romántico!. Sango miraba a Kagome algo preocupada. Dios, si que daba miedo.

" ¿Que sucede con esos dos?" Preguntó InuYasha observándolas .

"¿Estas celoso?" - Dijo Miroku volteando a ver a InuYasha, quien solo hizo un ruido de negación.

"No te preocupes, Sango no esta interesada en las mujeres" . Dijo Miroku.

InuYasha levantó una ceja. "¿De verdad?, él es...." Preguntó.

"Gay. Si. Pero no le digas, De hecho se encuentra enojado conmigo por haberlo descubierto" - Aseguró Miroku.

Los cuatro regresaron al campamento en silencio. Ya era muy tarde, y debían levantarse temprano para continuar su viaje.

"¿Cuando mando esta carta?" Le preguntó Miroku al mensajero que había llegado esa mañana.

"Ayer, señor" Respondió el mensajero.

"Parece que tendremos que regresar. Ha habido un cambio de planes". - Le anunció Miroku a los caballeros.

Fue recibido con un acuerdo general. Los hombre no estaban, precisamente felices con el estado en el que se encontraban. El ejercito de Youkais los había dejado como patos sentados.

Únicamente InuYasha estaba decepcionado. Para él, el haber llegado hasta ahí, tan solo para regresar, le parecía una perdida de tiempo.

"Aquí lo dice" dijo Miroku señalando la carta."Que Naraku ha pedido un tratado. Aunque parece que tiene un plan, No tengo opción. De hecho, son las ordenes de tu padre" Terminó Miroku.

Por fin InuYasha logró ser persuadido para regresar con los demás. Toda la armada cambió su rumbo hacia el reino, Logrando regresar rápidamente y sin ningunas preocupaciones ni eventos inesperados que retrasaran su regreso.

Miroku, Sango y el resto de la armada pasaron los siguientes días recuperándose y reparando sus armas. Sango, por un aparte, Evadía a Miroku como a una plaga.

Habían pasado algunos días desde la última vez que Miroku había hablado con Sango y esto no lo tenía tranquilo. Sango era su amigo más cercano y su colega en cuanto a las armas. No dejaría que un malentendido arruinara una amistad tan buena. Él se disculparía antes de que las cosas empeoraran más de lo que ya estaban.

Una tarde se presentó la oportunidad perfecta. Sango pasaba por enfrente al salón de entrenamientos, en donde Miroku se encontraba puliendo sus armas. El notó cuando ella paso e inmediatamente corrió detrás de ella.

"Sango!" Gritó Miroku.

Ella se encontraba a unos pies de distancia, y estaba decidiendo entre ignorarlo o voltear a verlo. Oh, Bueno, pensó volteándose a verlo. ¿¿Ya nada importaba, verdad??.

"Tenemos que hablar ¿No lo crees?" Le dijo Miroku mientras la guiaba al salón de entrenamiento. Aun todo estaba muy silencioso, y nadie mas estaba por ahí. El sol que se ocultaba filtraba unos hermosos rayos a través de las ventanas, y le daba al lugar un aire pacifico.

El Capitan se sento con las piernas cruzadas en el suelo y le indicó a ella que se sentará a su lado. Lo cual ella hizó sin quejarse.

"¿Que sucede, señor?" - Le preguntó formalmente.

"Escucha Sango, respecto a lo que dije, estuvo mal de mi parte... no es de mi incumbencia y además, no lo debí de haber dicho tan bruscamente. ¿Me perdonarías?" - dijo Miroku, su rostro no mostraba ningún humor.

Sango estaba escuchando con gran atención. ¿De verdad se estaba disculpando? Por un momento, no supo que decir.

"Hey" -dijo Sango después de unos momentos mientras se ponía de pie y caminaba hacia la estantería en donde guardaban las espadas, y que se encontraba en un rincón. Ella tomo una espada y se la lanzó a Miroku, quien la atrapó y la volteó a ver sin comprender que era lo que quería. Sango Sonrió y después prácticamente voló hacia él sacando su propia espada.

"Peleemos!" Dijo agitando su espada con entusiasmo mientras el se movía y bloqueaba. Pronto los dos estaban practicando juntos, cada uno tratando de vencer o desarmar al otro. Justo como en los viejos tiempos, Pensó Sango, sonriendo.

"¿Esto significa que somos amigos de nuevo?" - preguntó Miroku.

"!Te tengo!" Miroku se fue para atrás y cayó en el suelo. Sango tenía la punta de su espada en su cuello.

"Supongo que si..." Miroku se sobó la parte de atrás de su cabeza. Ella bajó un poco su arma y le dio un golpecito al cabello de su peinado.

De repente Miroku comenzó a moverse a una velocidad que impresionó a Sango. Todo lo que pudo hacer fue levantar su espada en defensa, pero fue golpeada ya que no la estaba apretando lo suficiente. Esta provocó un gran estruendo y quedó fuera de cualquier alcance. El siguiente momento fue suficiente como para que Sango perdiera el equilibrio y cayera al suelo trayéndose a Miroku, quien quedó justo encima de ella.

Sango suspiro cuando notó su proximidad. Su bello rostro estaba a escasos centímetros de el de ella, su revoltoso cabello justo atravesando su frente, y !Dios! sus azules e intensos ojos azules, tan grandes por la sorpresa como los de ella. Los dos con una respiración muy agitada debido al esfuerzo (no piensen mal, es al esfuerzo de la pelea) y Sango podía sentir que comenzaba a sonrojarse debido a la sensación de su calida respiración sobre sus cachetes.

"¿Podrías.. Quitarte de encima?" Dijo Sango, sin estar muy segura de que es lo que ella quería que él hiciera.

"¿Eh..? Oh, lo siento" Miroku se levanto y Sango se retiró el polvo mientras se levantaba.

El silenció era algo incomodo y así los dos dejaron la salas de entrenamiento. Sango se estaba auto reprendiendo por haber sido tan poco cuidadosa. Mientras Miroku estaba aun más preocupado. Mujeres ...Miroku ...Mujeres- Se repetía constantemente.

"¿Mande?" Dijo Sango

"¿Huh?...Oh Nada, nada, "Dijo Miroku mientras se dirigía hacia sus cuarteles. "Nos vemos después Sango"