Aquí esta el capitulo 6, espero que sea de su agrado. Gracias a las siguientes personas por sus reviews.

joan()

SeikaDragon: Si, es cierto lo que dices de INu, pero despues de todo es un fic, todo puede suceder n_n

Saiyo-Sango-Taiji-ya

darkangel()

RuBiAx

Capitulo 6

Sango se despertó al siguiente día por el sol que cruzaba su ventana y se sentía particularmente Bien. Había estado teniendo un sueño muy bonito sobre....Miroku. Oh, tan solo unos minutos más, pensó mientras se cubria la cabeza con las cobijas sonriendo.

Después oyó un fuerte "Thud!" Gateando entre sus gruesas cobijas y casi cayéndose sobre unas almohadas logró legar a su espada, la cual se encontraba recargada en una esquina de su recamara. Ella desenvaino su espada rápidamente, pensando que había un intruso. Pero en su lugar, enfrente de la ventana había un pequeño cofre, el "intruso" aparentemente la lanzó hacia adentro.

"¿Que de.....?" Sango pensó, ¿Acaso esto era parte de su sueño?

"Ohayo Sango-chan!" La cabeza de Kagome apareció repentinamente en la ventana, de cabeza.

"Ack, Kagome! ¿Que demonios estas haciendo?! Casi me da un paro cardiaco!" Dijo Sango, dejando a un lado el titulo de Kagome y aun sin creer que esto no fuera parte de un sueño.

Kagome sonrió. "Ei, Mantén tu voz baja, o alguien podría escuchar" Dijo mientras daba un giro hacia adentro de la recamara con un aterrizaje perfecto.

"¿Donde aprendiste a hacer eso?" Preguntó Sango, aun más sorprendida que hace unos momentos. No era extraño ver ese tipo de acrobacias entre los guerreros, pero de la nobleza, como Kagome....era algo poco común. Sango corrió hacia la ventana y miró hacia abajo. Su recamara estaba en el octavo piso, Por Dios Santo!!.

"Señorita Kagome, pudo haber caído!" Sango la reprimió, Vaya manera de empezar el día, Pensó.

"Está bien. InuYasha me enseño a hacer eso" Dijo orgullosamente Kagome. Sango tan solo la observaba sorprendida. Era bastante audaz.

"No como lo que estas haciendo tú" Dijo Kagome, como leyendo los pensamientos de Sango. "De cierta manera, tienes mucha suerte, Sango-chan."

"Ok. Vayamos directamente a lo importante!" Mencionó alegremente Kagome mientras abría el cofre que había traído con ella.

"¿Te gusta?" Kagome observaba a Sango por encima de su hombro felizmente.

Sango toco la tela de un hermoso vestido. Era de pura seda, con un hermoso color Rosado. Con pliegues por todas partes pero no sobrecargado de ellos, La parte superior estaba la suficientemente baja que exponía los hombros. Lucía como algo que una verdadera princesa usaría, absolutamente perfecto.

"¿Y Bueno?" Preguntó Kagome con temor a que a Sango no le gustara el vestido.

"Es realmente hermoso, Kagome-chan" Dijo Sango después de unos instantes.

"¿Entonces vendrás a el baile esta noche?" Preguntó Kagome esperanzada, notando la expresión de Sango. Era el cumpleaños numero 17 de Kagome, y aunque no estaba en su propio reino, el rey había decidido hacer un baile en su honor y a la vez celebrar el proximo tratado de paz con Naraku. Después de todo Kagome era su futura Nuera, y él realmente la apreciaba.

"No creo poder, Kagome.." comenzó a decir Sango. Pero Kagome la interrumpió. "¿Pero es que acaso no quieres dejar impresionado a Miroku?" Sango encogió un poco los hombros, ..Impactado..Por supuesto que si!

"Es un baile de mascaras, él ni siquiera podrá ver tu rostro!, Vamos, Sango. Para todo lo que peleas, luces realmente tímida!" Protestó Kagome poniendo sus manos en su cintura.

Sango frunció el seño, pensando de nuevo en sus opciones. No tenia nada que perder ¿Cierto? "Ok" contestó ella.

"Sabía que aceptarías! Te verás tan hermosa, déjamelo todo a mi!" Kagome salió por la ventana de nuevo. "Te ayudare a vestirte, ¿De acuerdo?" dijo mientras escalaba la pared. Sango suspiró y golpeo su cabeza levemente contra el poste de su cama, ¿Por que demonios siempre aceptaba hacer todas esas tonterías?

En los jardines, ya mas entrada la mañana, Miroku, Sango y otros se encontraban practicando. Solo por que la guerra había sido suprimida no significaba que ellos se detendrían y se relajarían. Por el contrario, ellos se encontraban entrenando más fuerte que nunca. Miroku tenia la idea de que Naraku aun no se había rendido, por el contrario, este estaba planeando algo.

"Oye Sango!" Dijo Miroku "Te levantaste temprano" "Si, Bueno...como sea" Dijo Sango lanzando su Hiraikotsu y lo atrapó de nuevo.

Miroku no dijo nada mientras la observaba atrapar su arma con facilidad. "¿Como pude siquiera...?" murmuró mientras continuaba con su aburrido entrenamiento, absorto en sus pensamientos. Sango se sobo su brazo. Habían estado entrenando por más de 4 horas. "Tomaré un descanso" Dijo mientras comenzaba a alejarse de ahí.

Miroku la observaba alejarse. "Sango!", "¿Vendrás esta noche al baile?" preguntó repentinamente.

"Eh?....Supongo que no. Tengo algunas cosas que hacer" Contestó ella.

"Oh" Fue todo lo que él dijo mientras ella se volteaba alejándose.

"!Wow! Te vez tan linda, Sango!, Permíteme decirte que estas desperdiciando tu tiempo bajo esa armadura" Kagome negó con la cabeza y sonrió. "Solo bromeaba" agregó.

Las dos tardaron aproximadamente toda la tarde arreglándose, Kagome había sacado de su habitación a todas sus damas de cuidado, insistiendo en que ella se arreglaría sola esa noche.

Una caja con dos mascaras descansaba en la mesa que se encontraba e un lado de ellas en el cuarto para cambiarse. Las dos estaban hechas de madre perla y tenían unas cuantas gemas incrustadas en los lados, la de Kagome tenía Zafiros y la de Sango tenia rubíes. Las mascaras cubrían la mitad superior del rostro.

Era algo agradable cambiar de rutina, Sango pensó mientras suavizaba su cabello. "Oh, pero señorita Kagome!" Dijo Sango "Usted luce mucho más hermosa, El príncipe InuYasha se quedará sin aliento!" Kagome se sonrojó un poco. "Como si le importara...!" Pero Sango la había sorprendido y las dos comenzaron a reírse. De repente un golpe en la puerta las sorprendió.

"Oh!, Escóndete, escóndete!" Kagome susurro mientras los golpes en la puerta sonaban más urgentes.

"¿Donde?" Sango dijo buscando un lugar en donde ocultarse. "En un momento!" Kagome le dijo a quien fuera que estaba tocando. "Aun me estoy vistiendo!"

" Aqui!" Dijo Kagome empujando a Sango dentro de un gran cofre que se encontraba en una esquina.

"Ooomph!" Sango se calló entre una gran cantidad de ropa. Kagome finalmente llegó a la puerta y la abrió intentando lucir lo más normal posible. En la puerta se encontraba esperándola un pequeño cachorro de Zorrito llamado Shippo, a quien Kagome le tenía un gran cariño.

" Ohh, Shippo eres tu". Dijo Kagome sonriendo. "¿Que es lo que sucede?"

"Luce realmente hermosa Señorita Kagome" Dijo Shippo tiernamente. "El principe InuYasha me mando para que le trajera esto" Y le entregó un ramo de rosas blancas. Kagome quedo realmente sorprendida mientras las tomaba, eran sus favoritas. "Dile que me gustaron mucho" Dijo ella.

Shippo se asomó hacia adentro de la recamara. "¿Hay unas piernas saliendo de ese cofre, o tan solo me lo estoy imaginando?" Dijo el zorrito mientras se tallaba los ojos.

"¿Que...?" Kagome casi se desmaya. "Eso es tan solo...er...una muñeca..Oh si...tu sabes.." Tartamudeo Kagome, sabiendo que lo que decía no tenia mucho sentido.

"Vamos" dijo mientras lo empujaba hacia el corredor. "Ve y dale a InuYasha mi mensaje por favor" Kagome sonrió dulcemente. Ella estaba actuando extrañamente, Pensó Shippo mientras tomaba su camino.

"Sango-chan" Kagome la ayudó a salir de el gran cofre. "Lamento haber tenido que empujarte de esa manera". Se disculpó Kagome. "No hay problema, Señorita Kagome" Dijo Sango mientras trataba de acomodar la ropa que había tirado cuando cayó dentro.

"Supongo que te veré en el baile ¿Cierto?" Dijo Kagome mientras le pasaba su mascará a Sango y se ponía la suya. Sango la observó por unos instantes y después la tomo. "Si, Gracias señorita Kagome, La veré ahí" Dijo mientras las dos se iban por direcciones opuestas.

El lugar había sido transformado, Sango observaba las rosas que habían sido esparcidas en los candelabros y las brillantes luces que habia por todo el lugar. Los sirvientes habían estado trabajando por aproximadamente una semana para lograr el efecto deseado. El baile, aun no había comenzado, sin embargo los visitantes habían comenzado a llegar.

Sango se sentó, observando a Kagome y a la mayoría de la familia Real dándole la bienvenida a los invitados. Ella observo con asombro como entraba la caravana de Naraku. Naraku en persona, no asistió, pero había enviado a sus representantes en su lugar, y estos eran Kouga y Kagura y los acompañaba una pequeña niña palida que parecía que miraba a la nada. Y todo indicaba que InuYasha había comenzado una guerra de miradas con Kouga. Sango ni pudo suprimir una pequeña risa cuando Kagome muy disimuladamente pateo a InuYasha en un intentó por hacer que se comportara.

" ¿ Podría decirme lo que una señorita tan bella como usted encuentra tan gracioso?"

Sango se quedó congelada mientras oía esa voz. Era...era él.