Aquí esta el siguiente capitulo, se que me tardé un poco, pero había tenido muchas cosas que hacer y no había tenido tiempo de subirlo. Como siempre Muchísimas gracias a las personas que enviaron su Review, de verdad son una inspiración. Quiero agradecer especialmente a Joan() Mil Gracias por tus reviews, quiero dedicarte este capitulo. También muchas gracias a:

Angichi .- Me alegra que te haya gustado

Saiyo-Chan.- Que bueno que te guste, te prometo que intentaré actualizar más rápido, cada vez que tenga oportunidad.

Lucia3.- Jajaja, verdad que si, pobre, pero ya verás, lo que sigue. Espero que te agrade.

Megumi Sagara1.- Actualizare lo mas pronto que pueda.

Shinta Girl.-Aquí esta el nuevo, espero que te agrade.

kaoruluz .- Pues creo que seguirán pasando, más adelante. Pero igual espero que te agrade este capitulo.

Yací .- Hola!! Gracias por todo, me alegra que te haya gustado, ya compuse lo de el brazalete y Sango lo acepta, espero que sea de tu agrado.

Capitulo 8

Sango se despertó, y frente a ella había un par de ojos azules mirándola firmemente. Aparentemente, se había quedado dormida en una silla cerca de Miroku, mientras lo observaba durante la noche. Ella brincó sonrojada de la silla al notar la extraña manera en la que él la observaba.

"¿Cuanto tiempo llevas despierto?" Le preguntó, golpeando la mesa con su mano.

"Buenos Dias Sango" Le contesto calmadamente, como su su alboroto no hubiera existido.

Ella puso un mal ceño mientras una vena brotó en su frente, por lo que decidió abandonar el tema.

"¿Y, por que viniste anoche?" Preguntó ella.

Miroku, de repente acercó su cara a la de ella por lo que Sango casi dejó de respirar mientras los ojos de Miroku analizaban cada detalle de su rostro, deteniéndose en su boca, era como si quisiera reconocerla.

"!¿Que estas haciendo?!" Dijo mientras tomaba un interesante color rojo y daba un paso hacia atrás.

No..No podría ser. Pensó de repente Miroku hacia sus adentros. La Chica de ayer en la noche, Podría ella ser..Sango? pensaba Miroku, pero ahora que lo veía.. Miroku se percató de que era una idea tonta para empezar e inmediatamente se reprimió por pensar tal tontería.

"Oh, Nada." Su voz sonaba decepcionada. "Es tan solo que me recordabas a alguien que conocí ayer en la noche"

"No seas Tonto. Yo ni siquiera estuve aquí ayer en la noche. Fui a la casa de un amigo"

"Oh, De acuerdo, Entonces te veré en los jardines en unos momentos" Dijo Miroku Saliendo por la puerta.

@#@#@#@#@#@#@#@#@#@#@#@

Sango se movió mientras Miroku se abalanzaba sobre ella. Parecía más concentrado de lo que usualmente estaba y a Sango le costaba mucho trabajo evadir sus golpes. Era probablemente por que ella estaba muy distraída, Rayos!!. Era una tarde calurosa por lo que Miroku se había quitado la camisa, la suave brisa abanicaba su muscular torso, de vez en cuando. Claro que es una distracción, Pensó Sango, algo alterada por estar pensando eso.

"¿Por que no te quitas tu también tu camisa Sango?, hace calor, sabes." Dijo Miroku entre los golpes.

"Creo que no. No quiero que el Sol me quemé" y agregó. "Y además, no quiero lucirme" Dijo Mientras hacía un movimiento señalando a un grupo de Mujeres que se encontraban observándolos.

Un grupo de damas en espera estaban de guiñándoles desde una tribuna que estaba cerca d donde estaban entrenando. Una gota de sudor (estilo anime) cayó de la cabeza de Miroku y después las saludó. Algunas de las damas se desmayaron. Esto es demasiado, Pensó Sango.

"Oh, vamos ya detén eso, estas evitar tu deber. Entrenemos ahora!". Dijo Sango levantando su espada de Madera, la cual usaba para entrenar.

Desafortunadamente fueron interrumpidos de nuevo.

Una muchacha joven corrió hacia donde estaban ellos, era la señorita Koharu, una de las ayudantes de Kagome.

"!Waii! Soy tan afortunada, Sir Miroku y Sir Sango, los caballeros más apuestos! Y yo estoy aquí!" Koharu lucía como si se fuera a desmayar.

"Parece que eres tan popular entre las mujeres como lo soy yo, Sango. Es una lastima que seas...ooommph!" Miroku se detuvo cuando Sango le dio con el codo en las costillas.

"¿Que sucede Koharu?" Le preguntó Sango a la jovencita

" Oh.Oh. Lo siento!" Koharu hizo un ruido con la garganta y dijo, " El Rey desea verlos, a los dos, esta tarde, Habrá una reunión con el Consejo Real." Hizo una reverencia y se fue.

Miroku y Sango intercambiaron miradas y tomaron sus pertenencias. La reunión con el Consejo se llevaría a cabo en una hora.

"¿Tan pronto?" Dijo Sango cuando iban caminando hacia los cuarteles. Los dos sabían que pronto comenzaría de nuevo su búsqueda de Naraku, pero nunca pensaron que sería después de el día en el que el tratado fue ratificado.

InuYasha cruzó los brazos sobre su pecho impacientemente. Entre más rápido partieran, mejor. Habían estado sentados por tres horas por lo que InuYasha ya no estaba poniendo atención, el poner atención por mucho tiempo no era su fuerte. Él observó a Kagome, quien estaba tratando de bostezar lo más discretamente posible. Parecía que ella tampoco estaba muy interesada.

Por Fin, El Jefe del Consejo se levantó. "¿Entonces todo esta acordado?"

InuYasha se levantó, agradecido de que esta aburrida reunión con los aburridos ancianos hubiera llegado a su fin, Tendría que pedirle a Miroku los detalles importantes después, claro.

"¿YY?"InuYasha le preguntó a Miroku mientras caminaban fuera de la Sala de Reuniones.

"Nos iremos al amanecer. El consejo a decidido enviar a un pequeño grupo en lugar de toda la armada. Esos serian, Tú, La Señorita Kagome, Sango y Yo. Los otros Caballeros no estaban tan alegres con el acuerdo, pero pues, ni modo" Dijo Miroku. InuYasha asintió, había estado escuchando hasta esa parte.

"¿Que Más?" Preguntó InuYasha.

"Iremos en Bote. Las fuerzas de Naraku aun no se han podido establecer cerca de el Río. Si somos afortunados, quizá pasemos desapercibidos"

"Hmm...Ok, ¿Que más?" Preguntó de Nuevo InuYasha.

"Eso es todo" Dijo Miroku, a quien le salió una gotita en la cabeza al ver el rostro de InuYasha, quien nunca había planeado mucho las cosas, él simplemente saltaba a la batalla todo el tiempo. Gracias a dios lo hacía bien. "Claro que debíamos hablar sobre las rutas que tomaremos....."

"¿Que? ·$$%·$& 3 horas y eso es todo??!!" El Hanyou lucía molesto. "Esos %/)"·$ si que se toman su tiempo! Bueno, Nos vemos al amanecer" Dijo yéndose.

El grupo salió antes del amanecer por un foso de el castillo. Utilizaron solo una pequeña balsa por su rapidez y para no llamar la atención. Si todo salía correctamente, llegarían al castillo de Naraku en dos días.

Aun estaba muy oscuro y el aire estaba frió, habían estado a flote por aproximadamente 2 horas y se encontraban atravesando el bosque. Casi no se lograba ver nada, ya que habían sido aconsejados de no prender antorchas, se decía que los Youkais de el río atacaban al ver alguna luz.

Kagome se acercó a Sango, quien se encontraba observando las sombras entre los árboles nerviosamente. Miroku se sentó calmadamente, aunque aun se mantenía alerta mientras InuYasha se mantenía de pie en la proa de el pequeño bote y vigilaba silenciosamente. Las luciérnagas que generalmente alumbraban el río, no se encontraban por ninguna parte.

" Hey Sango... ¿Por que tan silenciosa?" Le susurro Kagome.

"Por que algo podría escucharnos" Sango puso un dedo sobre sus labios.

" Ha!! No les tengo miedo. Deja que vengan si es que quieren. Además, ellos nos han estado observando desde hace una hora" Dijo InuYasha. "Salgan Cobardes!!"

Como burlándose de ellos, el bosque permaneció silencioso.

"!Hmph!" se oyó salir de InuYasha quien se estaba sentando. Sango empuño su arma fuertemente. Creía ser la única en haberlo notado. Debían ser muy cuidadosos.

/Bloosh!/ De repente una docena de Sapos Youkai habían saltado hacia ellos de el agua---de los árboles! Kagome los observaba con Shock y repulsión. Eran las criaturas más asquerosas que había visto. La que estaba mirando tenía unos asquerosos ojos rojos, y su piel tenia unas especie de membranas amarillas.

"!Kyaa!" Gritó Kagome, y sin percatarse de eso, ella había tomado su arco y había comenzado a lanzarle flechas a las ranas. Casi todas las ranas habían caído de el barco, debido a sus flechas.

Sango, Miroku e InuYasha la miraban sorprendidos. Sango fue la primera en recuperar la voz " Ne. Kagome-chan! Eso estuvo Genial!"

" Eheh... Las maravillas de la motivación..." Dijo Kagome, rascándose la cabeza.

"Ustedes estúpidos mortales! pagarán por este ultraje!" Un sapo saltó de la nada y agarró a Kagome por la cintura y se lanzó al agua.

"!! InuYasha !!" Gritó Kagome.

"!Kagome!!" InuYasha se lanzó al agua, y gritó"!Miroku detén al barco! Estate aquí! Regresaré!!"

"!Si!" Le gritó Miroku como respuesta, en lo que el bote tocaba la orilla de el río.

"!Señorita Kagome! Debemos ayudarlo!" Dijo Sango, lista para lanzarse detrás de InuYasha.

Miroku colocó una mano fuerte sobre el hombro de Sango. "No. él puede hacerse cargo de ellos, es mejor si esperamos aquí. Si los Youkais lograran apoderarse de este bote, NO podremos continuar de acuerdo al plan. Ninguna persona ha logrado salir viva de estos bosques. Además, esos sapos-youkai son muy débiles" Dijo Sabiamente Miroku.

Sango dio un paso hacia atrás. "Si usted lo dice, Capitán"

Ya casi se ocultaba el sol e InuYasha aun no había regresado. Sango estaba comenzando a preocuparse por los dos.

"Miroku, creo que deberíamos de ir a buscarlos. Debe de haber alguna forma de llegar al lugar a donde fueron" Dijo Sango poniéndose de pie, Colgó su arma sobre su hombro y bajó de el bote hacia tierra firme.

Miroku, por el otro lado se encontraba desembarcando. Eso estaba en contra de su buen juicio, pero sabía que no había nada que pudiera hacer. "Espera Sango, iré contigo"

Ya era temprano por la mañana, los rayos de el sol habían comenzado a iluminar el paisaje, haciendo que luciera menos tenebroso. Sango se encontraba un poco cansada, ya que habían estado caminando toda la nuche cerca de el río siguiendo el rastro de los Sapos-Youkai, que parecía que habían desaparecido. Finalmente llegaron a un área despejada.

Sango no pudo guardárselo y dijo "Es tan hermoso..." murmuró. Justo antes de llegar a una pradera llena de rosas radiantes. Estaba tan hipnotizada por el paisaje, que se había quedado sin habla.

"Rosas..." Dijo suavemente. "Rosas en una pradera.." Sus ojos se llenaron de miedo repentinamente, se acordaba de las historias que había escuchado sobre ellas. Eran plantas encantadas que lucían como hermosas mujeres, una ilusión que solo tenía efecto sobre los hombres. Asi cuando estuvieran lo suficientemente seducidos, serian comidos vivos!!

"Miroku!!"