Cuando Lily divisó la biblioteca, la notó demasiado llena... de aquella
gente, que no la vería... que no le importaría lo triste de sus lágrimas...
lo amargo de su vida. No... era mejor estar sola, donde podía decirse
mentalmente, aunque fuese no más que una mentira, que, si la viesen en su
estado, cualquiera se preocuparía., cualquiera querría apagar todo aquel
dolor... y asegurarse de no dejarla sola nunca... nunca más. Pero sabía que
no iba a ser así, que el dolor, frente a cualquiera, seguiría siendo no más
que dolor... y que la pena... que era sólo de ella... seguiría siendo pena,
por más que alguien notase las lágrimas que le rodaban por cada pálida
mejilla. Sabía que el peso que cargaba sobre sus hombros era sólo suyo. Y
que aquella amargura que le cegaba la vista... la acompañaría... cada
día... por el resto de su vida. Dolor que no era más que puro
sufrimiento... y tristeza, que no era nada más que un vano intento de
compañía.
James rastreo cada uno de sus pasos, cada acción... todo aquello que nunca había notado en nadie antes... lo notó en ella ahora; quizás puedas decir que fue por que ella era vulnerable... o por que, quizás, él sabia, cada síntoma de tristeza... cada expresión de amargura. ¿Cómo saberlo, te preguntaras? Cómo saber, decir cuándo es tristeza, o mero resentimiento con el mundo... él sabia, porque ese tipo de dolor se queda, toda una vida; porque ese tipo de sufrimiento es más real, más vivido... más de aquellos que sufren, por haber tomado decisiones que ahora consideran equivocadas, o más de aquellos que viven solos... que mueren solos. Que añoran lo ajeno... pero que atesoran lo suyo. Más de aquellos que nunca encuentras... pero de los que siempre hablas. Solitarios... tristes que nunca ayudas, conciencia que ahora reprimes, culpable, de ser capaz de causar, tal desespero... tal amarga soledad; tal llanto cada noche... por que no fuiste capaz de brindar aquella mano, que doblada tras de tu espalda, vaga quedo, sin intento de amistad, sin muestra de cariño.
Y ahora que la veía, aquella desconocida. aquella extraña que convivió todos estos años con él... sintió pena por ella... y por su soledad; sintió pena por su dolor... y por su miseria... pena por sí mismo, por no haberla visto antes... por no haberse preocupado antes. Pero todo iba a cambiar... sí... no iba a desviar su mirada, y hacerse el que no veía su rostro, el que no veía su llanto ni sus enormes ojos verdes, que eran retrato de pura tristeza y de puro dolor. De aquel que él sintió... aquella vez.
Lily camino hasta que encontró la torre de astronomía, cada uno de sus pasos, resonando fuertemente en todo el pasillo, opacando levemente los de aquel muchacho de cabellos oscuros, que luchaba por mantener su paso. Tiro la puerta, sorprendiendo a James de que en tan pequeño cuerpo, cabiese tanta fuerza... tanto odio. Y se tiro al suelo, sus manos sobre su rostro, y en sus mejillas cayendo las lagrimas, que tanto le costo contener todo el camino. Contener hasta llegar ahí todo ese dolor... y aparentar... por si a alguien le importase, que todo estaba bien, y que tristeza no conocía. Que la pena que la invadía, pero que nadie conocía, no la afectaba en lo mas mínimo... no la hacia llorar cada noche... ni suspirar deseando ser diferente en su almohada cada mañana.
James la miró sorprendido... no esperaba que aquella muchacha, que parecía tan fuete, rompiera así de fácil el muro que se erguía a su alrededor...la protección que tan fuertemente la rodeaba, pero apenas se dejo caer en el suelo, su alma lloró cada pena... y el sólo pudo ver... o al menos sólo lo quiso así, ver de lejos cómo poco a poco su alma se rompía en dos... y cómo poco a poco su corazón, que estaba acostumbrado a latir solo, le pedía compañía...le pedía comprensión. Y supo... supo que se la debía dar... que debía hacer al menos algo... no dejar lentamente aquella alma morir... por que no quiso parecer extraño en la pintura... o entrometido en su vida privada, pero, hay veces, que agradeces hasta a aquel que por curiosidad te salvó la vida, o aquel que por comprensión decidió brindarte una mano y esperar que superases esa etapa... ese dolor, tal y como él lo hizo... con éxito total. Llorando sus penas... cada una que otra noche... pero no toda la vida... no cada noche.
Caminó lentamente hacia ella... lento, pero seguro de que hacia lo que debía, de que su amistad sería más que recibida... más que agradecida.
Que la recibiría con toda una confianza....con todo un desespero. Pero, debió haber sabido, que la confianza se gana, y que ella... tal vez, no estaba lista como para confiarle la causa de su dolor, la causa de su pena. Que ella... que había sufrido tanto... buscaba en quien confiar, sí, pero a la vez temía contar lo miserable de su secreto; lo doloroso de lo que ocultaba...y, quizás... quizás ella tenia demasiado miedo... o demasiado resentimiento, y no quería decirle el porqué de tanta pena.
Quizás prefería quedarse callada. inventar una excusa vana para sus lágrimas secarlas y salir por la puerta... aparentando indiferencia, haciéndose la fuerte; la que nada la lastima. y creer... creer que él la olvidaría... que olvidaría la expresión en sus ojos, o el rastro que las lagrimas dejaron en su rostro.. .pero él no olvidaría nada acerca de ella... no olvidaría sus ojos, ni cada expresión que pudo ver en su rostro... no, no lo haría. ¿Cómo olvidar tal pena? ¿Tal sufrimiento?
Lily ahogo un hipo, que, sin quererlo, le cortaba la respiración. Cuando alzó la vista aquello que fue dolor, cambió, repentinamente, a pánico... a miedo. Sus ojos se encontraron con que sus lagrimas no fueron sólo de ella... que alguien estaba también en aquel cuarto, y sintió miedo... y a la vez vergüenza... ya que la única persona que había tomado un segundo de su tiempo para verla, la viese llorando; la viese vulnerable... no alegre , ni reída, sino sola... herida. Miedo tuvo, por que desconocía la identidad de la persona que se hallaba frente a ella, por lo que sabía, podía ser cualquier extraño que creyese divertido... matar lo poco de esperanza que quedaba en el fondo de su corazón... llegar al limite de sus sueños, y hacerle darse cuenta que, para ella, no habría caballero en armadura brillante que la salvase, que no habría, para ella, romántico muchacho que la hiciese vivir... ni épica historia que la hiciese soñar. Que sólo estaba ella... y nada más que ella. Que no abría más que sueños... o que no abría más que milagros que no se cumplirían, más que dolor que nunca se iría.; que estaba sola... que seguiría sola.
O puede... sólo puede, que él fuese el caballero que ella esperaba. Aquel que la tomase de la mano y la hiciese conocer cada esquina de este mundo; que la tomase de la mano... y la quisiese... como nunca nadie la ha querido... como siempre ha querido que la quieran. Pero entonces, si se esperanzaba de que fuese él el que la salvaría... ¿Cómo lidiar después con la pena?, ¿con la decepción?... ¿cómo decirse una vez más... que si no llega hoy, llega mañana? No quería creer que fuese él... y después, darse cuenta, que quiso lo que no era suyo... lo que no sería jamás suyo... que creyó que todo acabaría, cuando, apenas, su soledad, estaba empezando.
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N/a: aquí esta el segundo cap..! que les parecio?
Sigan dejando reviews..!
Besos..
Mep
James rastreo cada uno de sus pasos, cada acción... todo aquello que nunca había notado en nadie antes... lo notó en ella ahora; quizás puedas decir que fue por que ella era vulnerable... o por que, quizás, él sabia, cada síntoma de tristeza... cada expresión de amargura. ¿Cómo saberlo, te preguntaras? Cómo saber, decir cuándo es tristeza, o mero resentimiento con el mundo... él sabia, porque ese tipo de dolor se queda, toda una vida; porque ese tipo de sufrimiento es más real, más vivido... más de aquellos que sufren, por haber tomado decisiones que ahora consideran equivocadas, o más de aquellos que viven solos... que mueren solos. Que añoran lo ajeno... pero que atesoran lo suyo. Más de aquellos que nunca encuentras... pero de los que siempre hablas. Solitarios... tristes que nunca ayudas, conciencia que ahora reprimes, culpable, de ser capaz de causar, tal desespero... tal amarga soledad; tal llanto cada noche... por que no fuiste capaz de brindar aquella mano, que doblada tras de tu espalda, vaga quedo, sin intento de amistad, sin muestra de cariño.
Y ahora que la veía, aquella desconocida. aquella extraña que convivió todos estos años con él... sintió pena por ella... y por su soledad; sintió pena por su dolor... y por su miseria... pena por sí mismo, por no haberla visto antes... por no haberse preocupado antes. Pero todo iba a cambiar... sí... no iba a desviar su mirada, y hacerse el que no veía su rostro, el que no veía su llanto ni sus enormes ojos verdes, que eran retrato de pura tristeza y de puro dolor. De aquel que él sintió... aquella vez.
Lily camino hasta que encontró la torre de astronomía, cada uno de sus pasos, resonando fuertemente en todo el pasillo, opacando levemente los de aquel muchacho de cabellos oscuros, que luchaba por mantener su paso. Tiro la puerta, sorprendiendo a James de que en tan pequeño cuerpo, cabiese tanta fuerza... tanto odio. Y se tiro al suelo, sus manos sobre su rostro, y en sus mejillas cayendo las lagrimas, que tanto le costo contener todo el camino. Contener hasta llegar ahí todo ese dolor... y aparentar... por si a alguien le importase, que todo estaba bien, y que tristeza no conocía. Que la pena que la invadía, pero que nadie conocía, no la afectaba en lo mas mínimo... no la hacia llorar cada noche... ni suspirar deseando ser diferente en su almohada cada mañana.
James la miró sorprendido... no esperaba que aquella muchacha, que parecía tan fuete, rompiera así de fácil el muro que se erguía a su alrededor...la protección que tan fuertemente la rodeaba, pero apenas se dejo caer en el suelo, su alma lloró cada pena... y el sólo pudo ver... o al menos sólo lo quiso así, ver de lejos cómo poco a poco su alma se rompía en dos... y cómo poco a poco su corazón, que estaba acostumbrado a latir solo, le pedía compañía...le pedía comprensión. Y supo... supo que se la debía dar... que debía hacer al menos algo... no dejar lentamente aquella alma morir... por que no quiso parecer extraño en la pintura... o entrometido en su vida privada, pero, hay veces, que agradeces hasta a aquel que por curiosidad te salvó la vida, o aquel que por comprensión decidió brindarte una mano y esperar que superases esa etapa... ese dolor, tal y como él lo hizo... con éxito total. Llorando sus penas... cada una que otra noche... pero no toda la vida... no cada noche.
Caminó lentamente hacia ella... lento, pero seguro de que hacia lo que debía, de que su amistad sería más que recibida... más que agradecida.
Que la recibiría con toda una confianza....con todo un desespero. Pero, debió haber sabido, que la confianza se gana, y que ella... tal vez, no estaba lista como para confiarle la causa de su dolor, la causa de su pena. Que ella... que había sufrido tanto... buscaba en quien confiar, sí, pero a la vez temía contar lo miserable de su secreto; lo doloroso de lo que ocultaba...y, quizás... quizás ella tenia demasiado miedo... o demasiado resentimiento, y no quería decirle el porqué de tanta pena.
Quizás prefería quedarse callada. inventar una excusa vana para sus lágrimas secarlas y salir por la puerta... aparentando indiferencia, haciéndose la fuerte; la que nada la lastima. y creer... creer que él la olvidaría... que olvidaría la expresión en sus ojos, o el rastro que las lagrimas dejaron en su rostro.. .pero él no olvidaría nada acerca de ella... no olvidaría sus ojos, ni cada expresión que pudo ver en su rostro... no, no lo haría. ¿Cómo olvidar tal pena? ¿Tal sufrimiento?
Lily ahogo un hipo, que, sin quererlo, le cortaba la respiración. Cuando alzó la vista aquello que fue dolor, cambió, repentinamente, a pánico... a miedo. Sus ojos se encontraron con que sus lagrimas no fueron sólo de ella... que alguien estaba también en aquel cuarto, y sintió miedo... y a la vez vergüenza... ya que la única persona que había tomado un segundo de su tiempo para verla, la viese llorando; la viese vulnerable... no alegre , ni reída, sino sola... herida. Miedo tuvo, por que desconocía la identidad de la persona que se hallaba frente a ella, por lo que sabía, podía ser cualquier extraño que creyese divertido... matar lo poco de esperanza que quedaba en el fondo de su corazón... llegar al limite de sus sueños, y hacerle darse cuenta que, para ella, no habría caballero en armadura brillante que la salvase, que no habría, para ella, romántico muchacho que la hiciese vivir... ni épica historia que la hiciese soñar. Que sólo estaba ella... y nada más que ella. Que no abría más que sueños... o que no abría más que milagros que no se cumplirían, más que dolor que nunca se iría.; que estaba sola... que seguiría sola.
O puede... sólo puede, que él fuese el caballero que ella esperaba. Aquel que la tomase de la mano y la hiciese conocer cada esquina de este mundo; que la tomase de la mano... y la quisiese... como nunca nadie la ha querido... como siempre ha querido que la quieran. Pero entonces, si se esperanzaba de que fuese él el que la salvaría... ¿Cómo lidiar después con la pena?, ¿con la decepción?... ¿cómo decirse una vez más... que si no llega hoy, llega mañana? No quería creer que fuese él... y después, darse cuenta, que quiso lo que no era suyo... lo que no sería jamás suyo... que creyó que todo acabaría, cuando, apenas, su soledad, estaba empezando.
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N/a: aquí esta el segundo cap..! que les parecio?
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Besos..
Mep
