Lo que te unió a mi.

Capitulo I: Lo que llevo en mi interior.

By: Priss

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No entiende el "por qué" están juntos, aunque eso es lo de menos.... El problema es si en verdad podrán mantenerse así.

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Fueron al menos diez minutos los que ya habían pasado, y ella aun seguía jugando nerviosamente con al tela de su blanca camisa.

Le sorprendía, ya lo esperaba pero le sorprendía; la prueba casera había resultado positiva, no quería ni pensar en la idea de ir con un médico para verificar lo que de sobra sabía, para qué?. Ya era prueba suficiente el tiempo transcurrido, casi dos meses.... y nada aun.

Definitivamente su ciclo menstrual no llegaría esta vez, lo sabía pues sus pechos no le habían dolido, de lo contrario no estaría tan preocupada.

~ Ahh, ¿qué voy a hacer?.

Resignada, suspiró al tiempo en que dirigía la mirada hacía la ventana; por alguna razón eso la tranquilizaba. Quizás sí.... ¡NO!.

Desvió tristemente sus ojos negros al piso. Las cosas ya estaban hechas y no se arrepentía, lo que tanto la incomodaba era la situación en que se encontraba.

Un par de golpes, que sonaban contra la madera de la puerta, la hicieron prestar atención a su alrededor. Era Tamao que la llamaba a cenar..... ¿CENAR?....

No tardó en ir al baño a "desahogarse" un poco; ahora los malestares eran casi constantes.

Pasaron un par de minutos antes de que le dijese a la chica de cabello rosa que bajaría en un momento, pero que no le apetecía comer absolutamente nada por ahora.

Al escuchar la respuesta afirmativa de Tamao mientras esta misma bajaba las escaleras, no evitó dejar escapar un suspiro de alivio. La verdad es que le preocupaba que se enterasen de la manera más incomoda, para ella más que nada.... por ello, debía actuar de forma natural, pero con tantos cambios en su cuerpo, sin mencionar el estado de animo, esto se tornaba cada vez más difícil.

Apenas apareció ante los que la casa habitaban y los ojos de estos se posaron de inmediato en la joven. Si, definitivamente no podría ocultarlo por mucho tiempo; esto era demasiado para sus nervios.

~ ¿Qué pasa?.

Gracias a dios su tono indiferente y agresivo seguía normal; y aun con eso, los demás sencillamente no podían explicarse el por qué parecía no estar muy bien últimamente.

Si de diferencias físicas se trataba, entonces solo era el hecho de que ahora lucia un poco más delgada; tal vez en su actitud, más en su inusual silencio.... quién sabe?; últimamente casi no había regañado a nadie.

Mientras Tamao le ofrecía una tasa de té a la rubia, que minutos atrás se la había pedido, Mantha compartía una mirada cómplice de preocupación junto con la chica de rosado cabello.... el objeto de preocupación: Anna Kyouyama....

Si, la rubia no lucia como realmente era.

Bebiéndose la mitad del contenido, Kyouyama, manteniendo los ojos cerrados, preguntó dónde se encontraba su prometido. Sus palabras hicieron que sus amigos dejasen de pensar en ella un momento. La respuesta vino de Mantha; según él, Yoh ya había terminado su cena escasos minutos antes de que ella bajase; ahora el shaman se encontraba durmiendo en su habitación o más probablemente escuchando música.

La itako pareció no prestar atención a la explicación que su pequeño amigo le daba sobre las actividades del joven Asakura.

Anna terminó de beberse el té para finalmente regresar a encerrarse en su habitación, no sin antes pedir, ¡no!, exigir a los jóvenes que no mostrasen esas caras impregnadas de preocupación en su presencia, eso le molestaba. La verdad es que el saber que ellos notaban ciertos comportamientos inusuales en ella la ponía nerviosa.

Así, salió de la cocina, dejando a unos Tamao y Mantha un tanto sorprendidos por las palabras de la joven; dicha sorpresa radicaba en que, su tono de voz no era tan imperativo como acostumbraba... definitivamente a Anna le estaba pasando algo.

Comenzó a subir los escalones. Ella pensaba, pensaba mucho. No podía negar que su estado era, de cierta forma, un problema.

Lo que debía hacer era hablar, si, hablar con él antes de tratar de imponer una solución; después de todo, en gran parte era algo que, quizás, debía importarle y mucho. Si, eso haría, hablar con el joven de cabello marrón.

Fue cuestión de segundos el que se encontrara deslizando la puerta de su habitación para entrar en esta y desaparecer de los pasillos de la casa. Así fue como se percató de su presencia, de su poderosa presencia.

Estaba tan ocupada pensando en sus problemas, que ni cuenta se dio de que él estaba en su habitación. En condiciones normales lo hubiese notado desde la cocina, pero....

~ No imagine que estuvieses aquí, creí que....

De pronto su voz fue interrumpida, no pos palabras, no por acciones, fue más bien por decisión propia.

Esa sonrisa tan despreocupada, bien acompañada por los ojos cerrados del joven que descansaba recargado en la ventana. Esa expresión la había visto muchas, muchas veces, pero... había algo, algo diferente ahora y no sabia el "qué".

En todo momento mantuvo su comportamiento habitual: indiferencia y fastidio, sin embargo, el sabia muy bien como contrarrestar esa fachada y lograr que le mostrase, al menos, un poquito de suavidad para con él.

El chico de cabellos marrones se acercó con paciencia hasta estar frente a frente con al joven sacerdotisa; aun le sonreía y hasta había comenzado a acariciar el rubio cabello de la chica.

Anna cedía lentamente aun contra su voluntad; ya podía imaginarse con el rostro adornado con ese ridículo tono rojo; lo peor era que a su acompañante parecía divertirle la situación

~ Ya basta!!.

Le dijo secamente, apartándose de su lado y dirigiéndose al otro extremo de la pequeña habitación.

~ Debemos hablar.

Su bella voz volvió a resonar en el lugar.

Dando la espalda al muchacho, no volvió a pronunciar palabra durante algunos segundos. Titubeó, su reacción le preocupaba y le preocupaba mucho. Si a él le daba la gana podía decirle que "ese" era solo problema de ella; y a pesar de que Anna lo consideraba así, un problema propio y de nadie más, bien sabia que si esas iban a ser sus palabras, eso le dolería mucho.

¿Cómo decirle que ella, que ella....

~ Hablar es aburrido.

Casi en un susurro, la voz masculina la sorprendió al escucharla tan cerca, justo detrás de su oído derecho más exactamente. Anna tembló levemente por aquellos escalofríos que, aun a estas alturas de su relación, el muchacho le provocaba con tan solo tocarla por un instante.

Con sutileza, él la hizo girarse para que pudiesen verse a los ojos. Kyouyama intentó decir algo, pero su compañero no la dejó.

Fueron los varoniles labios que se posaron sobre la boquita cubierta de labial rosa, tan tenue que era casi imperceptible, lo que la hizo olvidarse por completo de las quejas, las conversaciones y, claro, también de las posibles discusiones....

No lo soportó más, se dejó envolver por sus fuertes brazos mientras el contacto entre sus labios y los de el se volvía más y más profundo.

Dejándose caer ambos cuerpos sobre el futon, fue como Anna permitió que todo continuase de nuevo. Viviendo un maravilloso e inolvidable momento que este hombre estaba dispuesto a volver a compartir con ella.

La verdad, de él, era de quien menos se lo esperaba; el sentir tanto placer, pero por encima de ello, la calidez que de su corazón lograba percibir, una calidez que él le provocaba con la suavidad con que la trataba.

La palabra existía en su mente, pero prefería no pensar en eso pues el solo hecho de imaginarlo la aterraba; el que estuviese.... y de él!!.

Fue tan rápido, o eso creyó ella. Lo hermoso era demasiado rápido como para disfrutarlo plenamente.

Se recriminaba el tropezar de nuevo con la misma piedra, pero siendo "él" la piedra no podía evitarlo. Cómo y por qué?, era algo que siempre se preguntaba. Si, el "cómo" se encontraba abrazada a su cuerpo desnudo y "por qué" lo hacia por voluntad propia.

Si fueron horas o minutos los que ya habían transcurrido y ellos sin decir una sola palabra, eso poco le importaba; solo sabia que de vez en cuando él la besaba suave y tranquilamente, y ella lo disfrutaba olvidándose de todos los problemas.

Quizás si pensaba en las palabras correctas después podría decirle que ella, que ella.... ¡embarazada estaba!, si... esperaba un hijo suyo.

Pero, por ahora, solo quería dormir entre sus brazos y después soñar, soñar con él, que la hacia vibrar de un sentimiento que no quería aceptar, pero que existía en ella.

Y así susurró, entre sueños, su nombre adornado en un tono de cariño....

~ ¡ Hao !....

ÉÉ"

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Por fin, y hasta lloro de la felicidad T_T....

Mi primer fic de Shaman King, y al paso que va mi afición por este anime, seguramente no será el último.

¿Por qué Hao y Anna?: Es que prácticamente me enamoré de Hao, y ella me cae súper bien.

El caso es que me encanta la pareja.

A por cierto, al principio hasta parece educación de sexualidad, pero se me hizo divertido

mencionar los problemas físico-femeninos.

priss_pk@hotmail.com