Lo que te unió a mi.

Capitulo III: ¡Un hijo tuyo.... Hao!.

By: Priss.

=========================================================================================

Fue como si un duro golpe hubiese ido directo a su corazón y no entendía el "por qué" se sentía así.

Al verla sobre el piso, se quedó estático; a lo mucho tardó en reaccionar unos cuantos segundos cuando por fin se apresuró a donde se encontraba la mujer.

La sostuvo entre sus brazos para alejarla del frío césped y acercarla más a su cuerpo.

Él no tenia la más mínima idea de lo que ocurría, mucho menos de que hacer. Se puso de pie con ella entre sus brazos, permaneciendo ahí sin moverse un milímetro.

~ ¿Qué esta pasando?.

Solo el aire escucho la pregunta que formuló al tiempo en que comenzaba a caminar en dirección a un árbol cercano, sin saber si dicha pregunta era dirigida a la joven o para si mismo.

Había decidido sentarse bajo la sombra de un árbol de cerezos. Y la miraba, la miraba con atención y curiosidad, como queriendo encontrar algo que le hubiese pasado desapercibido. Lo cierto es que jamás le había puesto tanta atención como lo hacia ahora. Aun cuando durmiesen juntos, él prefería no embelesarse tanto al observarla mientras dormía.

~ Anna !!....

Susurró; quizás era la segunda o tercera vez que lo hacia.

Pensaba en que le diría ella cuando despertase, si volvían a discutir, entonces prefería que la joven permaneciera un momento más con sus ojos cerrados.

Es sólo que, se veía tan tranquila que no podía evitar el imaginar que si ella fuese un poco más amorosa con él, entonces era muy probable que pudiese controlarlo de alguna forma.

Delgadas sombras cubrían su adormecido rostro dándole un divino toque de feminidad que el shaman nunca encontró en la mujer por más que quiso.

Aun permanecían ahí, Kyouyama sobre las piernas y entre los brazos del joven, y este.... esperando a que ella abriese los ojos.

~ Qué te esta pasando.... Anna?.

Hao preguntó, entretenido al acariciar el rubio cabello de la chica, deslizando y entrelazando los dedos por la corta longitud de esos hilos dorados.

~ Te ves muy bonita.... cuando duermes y no me gritas.

Aun cuando su voz no perdía el cinismo en las palabras, dejó escapar un ligero tono de honestidad.

Tocó su rostro en un suave movimiento que ni siquiera pensó; y sin retirar su mano de la mejilla izquierda de la joven, pudo ver como sus hermosos ojos se abrían lentamente después de un fugaz gesto de incomodidad.

Anna solo supo que se encontraba con alguien, el quien, era algo que desconocía puesto que los ligeros rayos de luz que evadían las hojas del árbol para llegar directo a sus ojos la cegaron momentáneamente.

Pero.... escuchó su voz

~ Creí que dormirías por un rato más.

Si, era él, definitivamente era aquel que provocaba todos sus problemas y preocupaciones. Al fin, pudiendo verlo a la perfección, él le sonrió igual que siempre, con malicia, con cinismo, con superioridad. Odiaba eso, pero le perdonaba todo por el simple hecho de que aun estaba ahí; no se fue como había dicho y eso sencillamente la hizo feliz.

~ Anna.

Él la llamó, acomodando los cabellos que neciamente intentaban interponerse e impedirle una visión completa de su hermoso rostro. La itako lo observó seriamente aunque con un aire de timidez, ternura tal vez. Y es que quería decirle tantas cosas pero la situación era un tanto confusa, en especial porque él estaba extrañamente muy tranquilo, un tanto amable y hasta un poco, muy poco casi nada, cariñoso.

"Debe ser solo mi imaginación".     Pensó la joven, bajando la cabeza para esconder el rostro, incapaz de seguir admirando los diabólicos y angelicales ojos de su amado. Al sentir que los brazos del shaman la sujetaban con un poco más de fuerza, logrando que sus cuerpos estuviesen bastante pegados, se sonrojó más aun al ser acurrucada en el pecho de Hao por este mismo.

Al escuchar el tranquilo corazón del joven no quiso moverse un milímetro; disfrutaba de ello, se sentía y sabia feliz.

Lo mejor fue cuando todo fue adornado con los hambrientos y exigentes labios del shaman que buscaban desesperados los de ella, forzándola ligeramente a que le permitiese la entrada, la misma que prometía una intensa lucha entre las lenguas de ambos amantes. Fue hermoso, fue placentero... pero no duró.

Anna se alejó suavemente de sus labios e incluso de él; caminando apenas unos pasos, sus ojos se clavaron en la cascada, pero mirando a la nada, pensativa en su confusa y tortuosa relación con el shaman.

~ ¿Por qué no te fuiste en ese momento?.

Mientras se sentaba sobre el césped, la chica le cuestionó.

Por ahora era incapaz de mirar de frente a Hao, sólo quería saber los motivos de que aun estuviese ahí, con ella, después de todo él tenia muy buenas razones para haberse ido así nada más, pero.... no fue así.

Asakura no respondió, ella le estaba hablando tan tranquilamente, que no se atrevió a arruinar eso.

Kyouyama continuó haciéndole preguntas por un rato, obteniendo al final el mismo resultado: el absoluto silencio del joven. Ella suspiró profundamente, estaba resignada.

"Es hora de decirlo", pensó, "y que sea lo que dios quiera".

~ ¿Sabes, yo....

Miró al cielo nerviosamente; las palabras se atoraban en su garganta, esta sería la primera vez que lo diría en voz alta. La frase saldría de sus labios a la luz, directo a los oídos, a la mente del shaman.

~ Yo, bueno... ahh... dentro de mi ll-llevo un hijo,  y es tuyo.... Hao.

Anna dio un gran suspiro después de decir todo aquello, las palabras emergieron de sus labios con sumo esfuerzo. Ella esperaba sólo dos cosas por parte de Hao: una sonrisa cínica y su posterior retirada.

Al fin había hablado con él, o cuando menos le hubo mencionado el problema, la conversación no se dio. Lo cierto es que lo principal ya estaba dicho ahora el que le preocupaba era Yoh, pero.... ¿cómo preocuparse por él cuando lo único que deseaba en ese instante era llorar?. Definitivamente el embarazo le estaba afectando emocionalmente.

Últimamente tenia muchos deseos de gritar o algo, y su pésimo humor empeoraba, y en momentos como este, solo sabia que tenia infinitos deseos de llorar, a veces sin razón, sin embargo ahora, su razón.... era él.

Se contuvo, no derramaría una sola lagrima hasta que el se fuese. Pero se vio increíblemente sorprendida cuando ciertos brazos la rodearon desde atrás; se giró un poco para verlo, si, Hao Asakura se había sentado justo detrás de ella y así abrazarla sin razón aparente.

Anna se quedó totalmente inmóvil al sentir los labios de su compañero sobre su nuca y después en su cuello. Asakura descansaba la barbilla sobre el hombro derecho de la chica.

Ella podía sentir su respiración, su aliento; sentía su aroma y la suavidad que acompañaba cada una de estas sensaciones. La tranquilidad y su extrema confusión y sorpresa fueron interrumpidos por la voz masculina....

~ ¿Qué.... qué quieres que hagamos a partir de ahora.... Annita?.

Las palabras del shaman lograron que el corazón de la itako latiera con fuerza y desesperación, más que nada porque sus palabras los incluían a ambos, no sólo a ella.

Kyouyama posó sus manos sobre las Hao, lo hizo con suavidad y ternura, también con amabilidad y agradecimiento.... quería transmitirle su cariño. Por primera vez en dos meses se sentía completamente tranquila.... y feliz.

ÉÉ"

Continuará....

========================================================

Supongo que después de todo si le estoy dando mucha amabilidad a Hao, y con Anna pasa igual.

Lo cierto es que, como en casi todos los animes, en Shaman King no hubo mucho romance,

por eso quise hacer este fic con algo que me hubiese gustado ver en el anime.

priss_pk@hotmail.com