Lo que te unió a mi.

De: Priss.

Capitulo V: Amarte sin importar nada más.

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~ ¿Cómo?..... ¿Cómo te has sentido?.

Anna lo miró tan confundida.

La idea de que se preocupara por ella no le cabía en la cabeza.

~ Ah, bien, supongo. No sé mucho sobre esto.

Desvió la mirada, no sabia que la conversación fuese a ser tan incomoda.

El silencio reinó en la habitación. Hao mantenía la mirada fija en la otra pared, a la nada realmente. Hablar no era su especialidad y menos si para ello debía abrirse con esta persona.

Por otro lado, el humor de Anna había vuelto a cambiar; en este instante se sentía con deseos de ser cariñosa. Suavemente abrazó al shaman, guiándolo para que recargara la cabeza sobre sus senos. Fue la primera vez que Hao lo permitió, no le agradaba que lo abrazase de ese modo pues se sentía como un niño débil que debía ser protegido.

Aceptando no sólo el abrazo de Anna, sino también que las suaves y delicadas manos de esta acariciaran con ternura su rostro y de paso su largo cabello.

~ Y-yo.....

Hao titubeó; las caricias y cuidados de la itako no eran muy comunes en su relación, y por ende no estaba nada acostumbrado a ellos. Mirando nada en especial, se concentró en el tema que debía tratar con al chica: su hijo. Si, pero también deseaba hablar sobre si mismo.

~ De verdad..... ¿quieres tener a ese bebé?.

Kyouyama lo escuchó y no entendió. A qué se debía esa pregunta?. ¿Es que acaso él no deseaba que....?; de ser así, entonces ella, ella!!....

~ Yo, yo si, Anna, yo si quiero que nazca.

~ ¿Y tu crees que yo no?. Por dios, Hao.... ¡¡ será mi hijo !!.

El shaman se sonrió casi imperceptiblemente al escuchar las palabras de la joven; fue como si la nostalgia lo invadiera de pronto, y así de pronto también, se sintió notablemente cómodo entre los brazos de su amante.

~ Ahora dime: ¿quieres tenerlo a mi lado?.

~ No comprendo tus palabras.

Él la miró al tiempo en que, con suavidad, deshacía su abrazo para así poder besarla pausadamente. Anna tembló, nunca en el tiempo que llevaba su relación, Hao la había besado de esa forma tan suave y tierna; se creyó tonta al pensar que Hao Asakura la estaba besando con cariño....con amor.

Pero quizás sus suposiciones no eran del todo erradas.

~ Quiero compartirlo con tigo. Verlo nacer, cuidarlo. Yo quiero..... "¡que me dejes quererlo!".

No dejó que ella asimilara las palabras que a duras penas pudo decirle; tomó su rostro con ambas manos, besándola fugazmente de nuevo.

En tanto la sacerdotisa se preguntaba si había escuchado bien o no. Hao Asakura, el shaman más fuerte y maligno de la tierra deseaba.... ¿tener una familia?. Él la abrazó para así ocultar las expresiones de emoción y melancolía que en su rostro aparecieron. Refugiando su olfato en el embriagador aroma del rubio cabello de la chica.

Mientras el shaman le susurraba algunas palabras que ella no pudo entender del todo bien, pudo notar un aire de tristeza en la voz masculina. Y luchando contra esa desagradable emoción, Hao comenzó a decirle todo lo que había callado a lo largo de su vida, o más importante que eso, durante toda su relación.... poco más de un año y esta vez era la primera en que sería realmente sincero.

~ Mi primer deseo es que ese bebé nazca.

Anna sólo lo escuchaba atentamente, y él, él la abrazaba con fuerza. Hablar no era nada fácil.

~ Las personas que me procrearon estuvieron de acuerdo en negarme la vida aun antes de nacer.

La mirada del shaman se tornó fulminante.

A pesar de que era un recién nacido en aquel momento, aun lo recordaba plenamente.

~ Te refieres a tus padres?.

~ ¿Crees que merezcan que los llame así?: no!.

Era rencor el que acompañaba sus palabras; Hao hablaba bastante en serio, era inevitable que la itako se percatara de ese detalle. Más no era eso lo que la inquietaba, para nada; quizás era el tono triste e irónico que acompañaba la voz de su compañero, quizás sólo era que no esperaba esa especie de "confesión" emerger de los diabólicos labios del hermano de su prometido.

De cualquier forma, poco tiempo tuvo para pensar en ello, pues su amante aun no terminaba con la conversación...

~ Por eso, quiero saber.... ¿si en verdad deseas tener a mi hijo?.

Las pupilas de la itako se contrajeron mientras que los ojos de Hao se cerraban fuertemente.

~ Es el hijo de un demonio; entenderás que uno de mis deseos es que continué con la ideología de un mundo de shamanes.

~ No me interesa esa estúpida ideología tuya.    =Le gritó Anna y luego se separó de él dándole la espalda.=    Ni tampoco si este hijo tuyo la sigue.... recuerda que también es mi hijo, y lo quiero y querré por sobre todas las cosas.

Las lagrimas que Kyouyama comenzó a derramar mojaron silenciosa pero insistentemente sus mejillas. Ahora que el agua salada emergía de sus ojos negros sin cesar, la itako pudo darse cuenta de cuán grande era ese instinto maternal que comenzaba a surgir en ella.

~ Yo,  jamás....   =Recargándose de espaldas a la chica, Asakura pareció intentar cambiar de tema.=      ~ Jamás pensé en ser padre.

El shaman quiso decir más, sin embargo todos esos pensamientos y emociones estuvieron sellados en su corazón durante mucho tiempo, tanto así que creyó haberlos olvidado.

Pero era cierto, el nunca había planeado tener un hijo, mucho menos tomarse el papel de padre. Y más allá que eso, en ningún momento quiso involucrarse con Anna; con ninguna mujer, vamos.

Pero ella.... con su sola mirada había sido capaz de cambiar, de golpe, esa idea que él tenia. De pronto, el tenerla cerca se volvió imperiosamente necesario, y sólo con verla constantemente fue como pudo calmar las locas y extrañas sensaciones que en su pecho sentía, más.... entre más la veía, más cerca de ella quería estar.

Nunca se creyó loco por su idea de un mundo habitado sólo por shamanes, pero vaya que creyó estarlo cuando el besarla, y quizás más, se había vuelto el principal objetivo de su existencia.

~ ¿Qué fue lo que me hiciste, mujer?.

Una sonrisa irónica cruzó el rostro del joven.

Conquistar a Kyouyama se tornó como el mayor reto de su vida, no importaba que intentara o que dijera, ella lo ignoraba. Más luego algo pasó.....

Cierto día en uno de esos vanos intentos por lograr que la chica se interesara en él, ambos se encontraban en el jardín de la casa Asakura; él cortejándola y ella ignorándolo. Un pequeño momento de silencio se convirtió en compañía; Hao se preguntó porque a pesar de ser rechazado incontables veces, ella jamás, nunca, le exigió que se fuera de ese lugar. Tan sólo escuchaba frases como "no me molestes", "ahora no, por favor".

Recordaba muy bien ese momento; sin razón alguna fue Anna la que se acercó tímidamente a él.... y lo besó. Así es ,esta mujer se había atrevido a posar sus delgados labios sobre los del shaman sin importarle nada.

Y fue cuando la sintió por primera vez, aquella sensación tan molesta y extrañamente placentera; el latir de su corazón, nunca lo había notado y creyó no haberlo escuchado. No podía creer que sólo con esa deliciosa y pequeña caricia a su boca, la itako lograra que su muerto corazón latiera, como si lo hubiese hecho vivir, como si lo hubiese salvado de continuar muerto en vida y sin emoción alguna.

Desde entonces se aferró a ella y a todas las exquisitas sensaciones que le provocaba. Decir que la adoraba era mucho más de lo que en verdad podía decir, pero mucho menos de lo que realmente significaba para él.

Por ello, la única forma "decente", para él, de mostrarle lo que sentía, era molestándola con su continua presencia.

Y ahora, aun de espaldas recargado sobre la sacerdotisa, tomó su mano derecha para entrelazarla con una propia. Le hubiese gustado decir tantas cosas en ese momento, más el silencio fue el único que acompañó a sus labios. Sonrió irónico. Para él era más que suficiente el tenerla cerca; le agradaba tanto su compañía, las suaves caricias de sus manos a su cuerpo, aun cuando dichas caricias así como los detalles cariñosos de la itako eran severamente escasos.

Lo que más le gustaba de ella, era que nunca, jamás, intentó persuadirlo en su milenaria ambición.

El tema nunca fue tocado por ella y mucho menos por él. Anna nunca le reprochó, ni reclamó; jamás obtuvo desapruebo de su parte.... en ningún momento lo juzgó. Se sentía completamente aceptado, que alguien se interesaba y preocupaba por él.

Y cuando después de semanas de no verle, ella prácticamente corría a abrazarlo con fuerza y ansiedad.... con cariño, quizás?; era en momentos como ese en que se sabia querido y necesitado por alguien en el mundo.

Volviendo a la realidad, creyó sentir de pronto, como su mano era ligeramente estrechada por la de la itako.... sonrió.

~ Yo, bueno. Me intereso por ti, y es por ello que no me importa lo que hagas con este mundo. Eso no me importa, no me importa... por tanto...

Él la había escuchado con suma atención hasta que la voz femenina tomó una pausa. A veces le parecía como si ella supiese exactamente que era lo que él pensaba, tal y como ahora parecía ser.

~ Por eso, si al crecer, este hijo tuyo tiene las mismas locas ideas... ni siquiera así dejaré de amarlo. Al igual que con tigo... nada me hará cambiar mis sentimientos por ti, Hao.

Anna suspiró profundamente; quizá había hablado demasiado, quizá no fue así. Sin embargo aquellas palabras emergieron de sus labios sin haberlo meditado siquiera, sólo era algo que de verdad sentía y quería decir.

Una sonrisa irónica volvió a aparecer en el rostro del poderoso shaman; fue extraño, las palabras de la sacerdotisa parecían haberle hecho sentir más aliviado y tranquilo.

Sabia que Anna nunca lo traicionaría, no se aprovecharía de los sentimientos que por ella tenia para persuadirlo de algún modo, jamás utilizaría su única debilidad humana en contra suya.

Finalmente, Hao sintió que tenia algo muy importante que decirle a la joven....

~ Anna, arigatou y .... ai shiteru.

ÉÉ"

Continuará....

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Para aquell@s que querían a un Hao un poquito más cariñoso, intente describirlo así. Bueno, igual y no lo es tanto.

Para mi, Hao tiene dos formas de ser: una muy extremista, la del malo;

la otra muy rara de ver en él, la del bueno y amable.

Esto va más o menos para 8 ó 9 capítulos, pero a estas alturas ya pueden darse una idea de lo que sigue, o no?.

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