La mujer que robó el corazón de Náraku
Náraku había conseguido sacarle la camisa a Tsubame, estando él sin la suya, cuando...
---es... espera Náraku--- lo interrumpió Tsubame cuando éste besaba su pecho--- yo no... no puedo... tu sabes... yo soy... una sacerdotisa... y tu eres un demonio... no puedo... entiéndeme... por favor--- ---pero si eso no es importante... a Kikyo no le importó enamorarse de Inu Yasha... él es mitad bestia... yo... yo también lo soy... pero te pido que no se lo digas a nadie... los demás seres sobrenaturales no deben enterarse de mi condición---le respondió Náraku, pero no pudo impedir que ella saliera de debajo suyo. Ella había empezado a alisarse el cabello... Náraku dio un profundo suspiro. Cuando se habían terminado de arreglar, ambos, se sentaron frente al fuego del centro, en lados opuestos. Luego de un rato...
---Hay alguien afuera...---dijo Tsubame de repente. ---esta presencia es... es de Kikyo...--- terminó Náraku... se levantó y Tsubame lo observó salir a la fría noche. Él cerró la puerta tras salir. Tsubame quedó adentro. Se acercó a la puerta.
---Veo que Inu Yasha no pudo matarte... peor yo si me desharé de ti...--- oyó Tsubame que decía una voz de mujer, pero no era una la voz de una persona amable y cariñosa, más bien era la voz de una persona con malas intenciones, una voz fría. ---Entiendo... no importa.... morir por tus manos es el mayor honor al que aspiro--- le respondió Náraku luego de un rato de silencio. ---me parece bien--- oyó que respondía la mujer y muy bajo pero audible escuchó como se tensaba la cuerda de un arco--- entonces cumpliré tu deseo... ¡MUERE NÁRAKU!--- la flecha fue lanzada. Tsubame abrió la puerta para salir y proteger a Náraku, pero...
SSHUKK
La flecha se había clavado justo en el lugar donde se debía estar el corazón de Náraku, que se fue de espaldas por el impacto de la flecha.
Tsubame se paralizó. Quedó allí, parada, como mirándose en un espejo. Estaba viendo a Kikyo, la Kikyo de la que hablaba Náraku aquella noche el mes pasado. Eran idénticas. Ahora se sentía más miserable, se dio cuenta de que Náraku había intentado algo con ella por el simple hecho de que se parecía a Kikyo. Ésta, por el contrario, la veía fría como la nieve que caía en ese momento, distante, indiferente a todo.
---tengo que irme---dijo Kikyo de repente. ---si, ya veo---le respondió Tsubame por inercia. ---entonces, adiós...---y se retiró, caminó hacia las afueras del templo, y comenzó a bajar las escaleras. Se perdió.
Tsubame caminó hacia Náraku. Ahora si había muerto. Las flechas de Kikyo habían purificado su alma, y como toda era hecha de maldad, no le quedó ya para seguir con vida. Sintió dos presencias. Miró hacia fuera. Habían dos chicas, una niña y la otra aparentemente adulta.
---déjanos pasar por favor--- dijo la mayor---yo soy Kagura y ella es mi hermana Kanna. Somos extensiones de Náraku y hemos venido por él.--- ---¿extensiones de Náraku?--- ---así es--- dijo la pequeña--- salimos de su cuerpo, nos creó gracias al Shikon no Tama--- ---ya veo.. entonces...--- bajó el campo de protección--- ya se lo pueden llevar---
Kagura y Kanna entraron, tomaron el cuerpo de Náraku, y se lo llevaron en una pluma gigante que parecía ser levantada por el viento.
Tsubame quedó allí, sola, con la nieve cayendo a su alrededor y sobre ella, algo triste porque, a fin de cuentas, se había enamorado de Náraku, y él había muerto. Respiró profundamente, caminó hasta el pasillo externo, y se sentó. Pasó allí toda la noche, recordando cada momento que pasó al lado de Náraku, ya fuera o no agradable. Luego sonrió irónicamente en la mañana cuando comenzó a salir el sol, y dijo en voz alta con lágrimas silenciosas corriendo por sus mejillas...
---y ahora... ¿quién me ayudará a sacar el agua del lago?...---
FIN
by:
Aneth Huerta
Dark_and_Petit_Angel
Administradora Oficial del Mini-Web
Fan Club Harry Potter y Anime Japonés.
Náraku había conseguido sacarle la camisa a Tsubame, estando él sin la suya, cuando...
---es... espera Náraku--- lo interrumpió Tsubame cuando éste besaba su pecho--- yo no... no puedo... tu sabes... yo soy... una sacerdotisa... y tu eres un demonio... no puedo... entiéndeme... por favor--- ---pero si eso no es importante... a Kikyo no le importó enamorarse de Inu Yasha... él es mitad bestia... yo... yo también lo soy... pero te pido que no se lo digas a nadie... los demás seres sobrenaturales no deben enterarse de mi condición---le respondió Náraku, pero no pudo impedir que ella saliera de debajo suyo. Ella había empezado a alisarse el cabello... Náraku dio un profundo suspiro. Cuando se habían terminado de arreglar, ambos, se sentaron frente al fuego del centro, en lados opuestos. Luego de un rato...
---Hay alguien afuera...---dijo Tsubame de repente. ---esta presencia es... es de Kikyo...--- terminó Náraku... se levantó y Tsubame lo observó salir a la fría noche. Él cerró la puerta tras salir. Tsubame quedó adentro. Se acercó a la puerta.
---Veo que Inu Yasha no pudo matarte... peor yo si me desharé de ti...--- oyó Tsubame que decía una voz de mujer, pero no era una la voz de una persona amable y cariñosa, más bien era la voz de una persona con malas intenciones, una voz fría. ---Entiendo... no importa.... morir por tus manos es el mayor honor al que aspiro--- le respondió Náraku luego de un rato de silencio. ---me parece bien--- oyó que respondía la mujer y muy bajo pero audible escuchó como se tensaba la cuerda de un arco--- entonces cumpliré tu deseo... ¡MUERE NÁRAKU!--- la flecha fue lanzada. Tsubame abrió la puerta para salir y proteger a Náraku, pero...
SSHUKK
La flecha se había clavado justo en el lugar donde se debía estar el corazón de Náraku, que se fue de espaldas por el impacto de la flecha.
Tsubame se paralizó. Quedó allí, parada, como mirándose en un espejo. Estaba viendo a Kikyo, la Kikyo de la que hablaba Náraku aquella noche el mes pasado. Eran idénticas. Ahora se sentía más miserable, se dio cuenta de que Náraku había intentado algo con ella por el simple hecho de que se parecía a Kikyo. Ésta, por el contrario, la veía fría como la nieve que caía en ese momento, distante, indiferente a todo.
---tengo que irme---dijo Kikyo de repente. ---si, ya veo---le respondió Tsubame por inercia. ---entonces, adiós...---y se retiró, caminó hacia las afueras del templo, y comenzó a bajar las escaleras. Se perdió.
Tsubame caminó hacia Náraku. Ahora si había muerto. Las flechas de Kikyo habían purificado su alma, y como toda era hecha de maldad, no le quedó ya para seguir con vida. Sintió dos presencias. Miró hacia fuera. Habían dos chicas, una niña y la otra aparentemente adulta.
---déjanos pasar por favor--- dijo la mayor---yo soy Kagura y ella es mi hermana Kanna. Somos extensiones de Náraku y hemos venido por él.--- ---¿extensiones de Náraku?--- ---así es--- dijo la pequeña--- salimos de su cuerpo, nos creó gracias al Shikon no Tama--- ---ya veo.. entonces...--- bajó el campo de protección--- ya se lo pueden llevar---
Kagura y Kanna entraron, tomaron el cuerpo de Náraku, y se lo llevaron en una pluma gigante que parecía ser levantada por el viento.
Tsubame quedó allí, sola, con la nieve cayendo a su alrededor y sobre ella, algo triste porque, a fin de cuentas, se había enamorado de Náraku, y él había muerto. Respiró profundamente, caminó hasta el pasillo externo, y se sentó. Pasó allí toda la noche, recordando cada momento que pasó al lado de Náraku, ya fuera o no agradable. Luego sonrió irónicamente en la mañana cuando comenzó a salir el sol, y dijo en voz alta con lágrimas silenciosas corriendo por sus mejillas...
---y ahora... ¿quién me ayudará a sacar el agua del lago?...---
FIN
by:
Aneth Huerta
Dark_and_Petit_Angel
Administradora Oficial del Mini-Web
Fan Club Harry Potter y Anime Japonés.
