- ¡Estoy exhausto! ¡Lo único que deseo es tirarme sobre la cama y dormir por una semana! La gira acabó con mis últimas reservas de energía, ni siquiera he podido encontrar un taxi - dijo Shuichi Shindou mientras caminaba lentamente al departamento, bostezando y acomodando su mochila sobre el hombro. Por momentos, volteaba a contemplar la desolada avenida con la esperanza de ver algún auto, pero no había nada y no le quedaba más remedio que caminar, felizmente el departamento quedaba a unas calles de donde se encontraba. Estuvo a punto de pedirle a Hiro que lo llevase a casa, pero, al ver a Ayaka tan feliz por recibirlo al bajar del avión, habiéndole preparado un enorme cartel de bienvenida después de la gira de dos semanas, no había tenido corazón para interrumpir aquel hermoso encuentro. Shuichi ya sabía cómo iban a ser las cosas, pero, había buscado con la mirada entre el mar de gente a cierto escritor. Yuki nunca iba a recogerlo después de las giras para evitarse el fastidio e insistencia de las fanáticas acosadoras para tomarse fotos con ellos o pedir autógrafos, pero, Shuichi no perdía la esperanza de verlo en el aeropuerto. Así que, después de firmar algunos autógrafos con una sonrisa forzada, se escabulló entre la gente y se puso los lentes oscuros para evitar que lo siguieran.

- Me hubiera gustado verte… Yuki – se dijo para sí mismo, mientras trataba de calentarse las manos con el café que acababa de comprar en una tienda.

Las calles estaban tranquilas, era domingo y no había mucha gente en el exterior. Shuichi tendría un mes de vacaciones y planeaba pasarlo con Yuki, tenía muchos planes para ir a varios lugares con él, quizás podrían viajar juntos a algún lugar en especial. Sabía que Yuki también tendría un descanso por aquellos días, por eso estaba animado a pesar de todo. Esperaba al menos poder cenar con él, por eso apresuró el paso porque anhelaba verlo después de esas dos semanas de trabajo.

Cuando Shuichi llegó al departamento, encontró todas las luces apagadas. Al principio creyó que Yuki se había quedado dormido por haber estado trabajando hasta tarde, pero, al encender las luces y buscarlo por todos lados, se dio cuenta que el rubio no estaba en casa. Por un minuto, creyó que tal vez lo habría ido a buscar al aeropuerto, pero, descartó rápidamente esa opción cuando notó que el traje que Yuki solía usar para reuniones importantes no estaba en su armario. Shuichi respiró profundamente, sabía que Yuki era un escritor reconocido y solía tener reuniones a menudo, pero, se sintió algo contrariado porque en su última llamada él no le mencionó nada acerca de una reunión. Intentando pensar en otras cosas, Shuichi se dio un largo baño y luego fue a buscar algo para comer en la cocina, lo único que pudo encontrar fue leche y cereales, los cuales se sirvió en un tazón con la intención de ver la televisión hasta que Yuki regresara. Pero, después de dos largas horas y a punto de ser las once de la noche, Shuichi no había podido tocar nada del tazón con cereales por la espera y la ansiedad. En esos momentos, se estaba quedando dormido sobre el sofá, cuando escuchó la puerta abriéndose y vio a Yuki entrando con una cara aburrida y con el saco sobre el hombro, señal que estaba cansado y de mal humor por haber sido forzado por su editora a asistir a aquel evento.

- Así que ya volviste - dijo secamente al darse cuenta de su presencia.

- Sí, pero, tendré vacaciones por todo un mes…

- Que bueno…

- Esperaba cenar contigo, te he extrañado mucho Yuki… ¿tuviste reunión de última hora? – dijo Shuichi levantándose pesadamente, pero sonriendo al verlo.

- No, esto estaba planeado desde hace una semana.

- ¿Una semana? Pero, Yuki…

- Estoy muy cansado, voy a darme una ducha y dormir.

- Yuki, pensé que podríamos hacer algo estos días, sé que tienes tiempo libre y yo también, tal vez, podríamos viajar… ¿qué te parece?

- ¿Estás loco? No puedo estar paseando por ahí, tengo que adelantar los escritos - dijo Yuki mirándolo como si hubiera dicho algo sin sentido.

- Pero, Yuki…en verdad me has hecho mucha falta, hace semanas que no tenemos un tiempo para los dos… a solas, ¿no podríamos irnos unos días al menos? Por favor - dijo Shuichi acercándose y tratando de abrazarlo.

- No gracias, no vengas con tus melosidades ahora. No tengo humor para eso.

- Yuki, por favor…

- ¿Puedes dejar de decir tonterías?, ¿qué te pasó en ese viaje? Has venido más insoportable que nunca - dijo Yuki tirando el saco al sofá y aflojándose la corbata de malas maneras.

- Sé que tienes mucho trabajo, yo también me estoy esforzando… pero, solo quería volverte a ver lo más pronto posible, quería…

- Cállate…

- Pero…

- ¡Te dije que te callaras!

- ¿No puedes darme un momento? ¿Un minuto?

- ¡Si me sigues jodiendo te echaré de aquí!

Shuichi se quedó parado en medio de la sala, Yuki solía regresar de mal humor después de las reuniones con la editorial, pero al final ambos se arreglaban y Yuki terminaba llevando a Shuichi a la cama. Por eso, Shuichi trató de hacer lo que siempre hacía y se acercó a Yuki, sujetándole el brazo para que lo mirase. Pensaba disculparse y hablar del viaje más adelante, al comprender que el escritor se encontraba estresado por el trabajo, pero, Yuki reaccionó de mala manera y le dio un empujón, apartándolo bruscamente, haciendo que perdiese el equilibrio y cayese al piso.

- ¡Te dije que me dejaras en paz! ¿¡Qué carajos te pasa!?

- Yo… solo quería…

- ¡Eres insoportable!, ¡debí aceptar esa copa de whisky cuando pude! ¡Al menos esa mujer era madura y mucho más provocativa que tú!

- ¿Qué? ¿Qué mujer? - dijo Shuichi poniéndose pálido de repente, levantándose mientras sentía como sus ojos se humedecían por lo que acababa de escuchar.

- Pues… una mujer hermosa que conocí en la reunión, quería que me quedase con ella, debí hacerle caso, ¿no crees? – respondió secamente Yuki.

- Yu… Yuki ¿qué estás diciendo? No te he visto en semanas, sabía que no irías por mí al aeropuerto, pero, no me dijiste nada de esa reunión. Encima me estás hablando de una mujer como si nada… ¿acaso estás aburrido de mí? ¿Qué hice mal esta vez? Yuki… es una broma ¿verdad?

- No seas exagerado y dejemos esto así, quiero ir a descansar.

- ¡Yuki!

- ¿Qué quieres escuchar? Pues sí, me aburres, estoy harto de tus quejidos, de tus berrinches, de tus niñerías y tonterías, ya no eres un mocoso, pero sigues con tus estúpidas melosidades. ¿Acaso pregunto qué haces en tus giras?, sé que tienes muchos fans y varios son hombres, no me sorprendería que tú hayas sido "amable" con algunos.

- Yuki… ¿estás insinuando que te he sido infiel? ¿Cómo puedes decirme eso? - dijo Shuichi sintiendo como gruesas lágrimas empezaban a caer por sus mejillas. - Yo solo tenía la esperanza de verte en el aeropuerto, te he echado tanto de menos… a pesar de eso, sabía que no irías por mí, pero, quería cenar contigo… no estoy en contra de tus reuniones, sabes que apoyo tu trabajo más que nadie, pero, si quedaron hace una semana me hubiera gustado que me avisaras, solo para saber… y encima, me nombras a una mujer, ¿por qué me hablas así?

- Déjate de dramas, ¿para eso regresaste?, por mí te puedes ir de gira un año si quieres. Me harías un gran favor y…

- Te amo Yuki…

- Sí, sí… como tú digas…

- Pero, nunca puedo ser suficiente para ti…

- ¿Eh?

- Ojalá pudiera desaparecer para no agobiarte más, perdóname…

- Oye, ya deja de…

Yuki no pudo terminar la frase, porque en esos momentos Shuichi abrió la puerta y salió corriendo a la calle. El corazón le dolía demasiado, Yuki siempre lo fastidiaba, pero esta vez había sido demasiado cruel. El joven de cabello rosa corrió tan rápido como pudo, solo quería ir lo más lejos que pudiese, desaparecer de la vista de Yuki, como él tanto lo deseaba. Shuichi se tropezó dos veces, las lágrimas le nublaban la visión, realmente, amaba a Yuki Eiri, lo amaba más que a nadie en este mundo con sus defectos y virtudes, pero, si tan solo él fuese más amable y se diera cuenta de sus crueles palabras. Shuichi sabía que él jamás lo seguiría, por un momento, disminuyó el ritmo y minutos después empezó a caminar, la idea era tranquilizarse y volver al departamento cuando estuviera más calmado. Sabía que debía charlar con Yuki y que ambos podrían resolver todo esto.

Pero, sucedió algo inesperado…

En esos instantes, Shuichi pudo ver el auto de Yuki muy cerca y luego lo vio descender del vehículo, el escritor había ido por él y ahora lo buscaba con una expresión nerviosa. En otro momento, hubiera estado muy feliz de que Yuki lo siguiera, pero, recordaba cada palabra que el rubio le había dicho, cada frase había sido como un balazo directo al corazón. Si el desaparecía un año en una gira, de seguro Yuki estaría muy feliz.

Si él desapareciera…

Ojalá pudiera hacerlo…

Tal vez… Yuki lo extrañaría…

¿O no?

En todo ese tiempo, nunca había querido alejarse de Yuki, siempre había soñado tener una vida tranquila junto a él. Pero, sus lágrimas volvieron a mojar sus mejillas, ¿hasta cuándo las cosas seguirían así?, ¿acaso Yuki lo amaba? ¿Acaso alguna vez había sentido algo por él? Shuichi contemplaba al escritor a la distancia, buscando su celular y marcando un número, pero Shuichi no llevaba nada consigo. Pese a que le hubiera gustado regresar con él, sus piernas habían tomado el control y poco a poco empezó a retroceder. Iba a echar a correr nuevamente para llegar a casa de Hiro y refugiarse con él, pero, lo último que recordó ver, fue aquella mirada fija y penetrante de Yuki al encontrarlo, una mirada que cambió a una de pánico al ser testigo de una horrible escena. Shuichi sintió un golpe tan violento y brusco que lo dejó tirado en medio de la pista, un golpe que hizo que todo se volviese oscuridad.

Continuará…