CAPITULO 11
Draco y Hermione estaban abrazados y mirándose uno al otro. El Slytherin se encontraba atrapado en una fase de sueño donde no podía despertar... o no quería despertar. La Gryffindor se sentía vulnerable ante la presencia imponente del chico y a su vez, tremendamente protegida si permanecía a su lado.
Sin embargo Hermione se movió un poco haciendo que Draco la soltara con brusquedad. El chico levanto nuevamente la espada para devolverla al sitio que le pertenecía.
- ¿Por qué siempre te metes en problemas?.- Dijo él a regañadientes.
La chica permaneció en su sitio y lo observo como si acabara de salir de un trance. Sin embargo basto solo respirar profundamente para reaccionar.
- Solo me meto en problemas cuando estas cerca...- contestó molesta.- Cada vez que estas tú, lo único que quieren es matarme.
- Si lo dices por Zeus, él no deseaba matarte...- el chico la miro por encima del hombro.- solo.. quería jugar contigo.
- ¿Zeus?. ¿Esa cosa tiene nombre?.- dijo ella arrugando la nariz.
- Es una mascota.- sonrió de lado.- Las mascotas tienen nombre.
- ¿Cómo puede ser ESO una mascota?. – dijo ella acercándose a él con los brazos cruzados.
Draco acababa de colocar la bella espada en un nicho y se recargo en él para observar mejor a la chica. Sus ojos grises la recorrieron de pies a cabeza, Hermione no poseía una belleza aristocrática sino salvaje, sin embargo irradiaba una elegancia que no conseguían muchas de las chicas de familia adinerada. Su eterno cabello enmarañado ahora eran unas ondas suaves donde escapaban algunos cabellos del moño que le sujetaba el resto.
La chica se perturbo por la intensa mirada de Draco e hizo una pequeña vuelta para escapar de aquellos ojos.
- ¿Qué padre dejaría que su hijo juegue con semejante monstruo?.- dijo ella nerviosa.
Draco echo una carcajada dejando a la chica desconcertada.
- Entiendo que Zeus no es un perro con el mejor de los estilos pero es un buen guardián.
- ¿Un que...?.- dijo con los ojos abiertos.
- Zeus es un perro, solo que le puse un pequeño 'toque' para que se viera mucho mejor.- Los ojos del Slytherin brillaron .- ¡ZEUS!.- gritó.
- Oh no!!. No llames a esa cosa...- dijo Hermione haciéndose hacia atrás.
Solo basto que dijeran una vez su nombre para que la mascota Zeus apareciera. Hermione nuevamente tembló ante la presencia horripilante de semejante criatura, los ojos rojos de Zeus se posaron en su amo y comenzó a mover la cola de lombriz.
- Finite morfos!.- Dijo Draco. La criatura se transformo, ante los ojos de Hermione, en un enorme perro gris de ojos azules (*). (* Husky Siberiano)
Draco se agacho y abrazo con cariño al perro quien con su hocico le acariciaba la cara e intentaba lamerle. El perro irradiaba elegancia con su pelo suave y esponjado. De alguna manera concordaba con la personalidad de su amo.
- Eso es monstruoso!!!.- dijo Hermione acercándose a Draco.- ¿Cómo puedes hacerle algo tan.. tan... inhumano a ese pobre perro?. Convertirlo en una bestia.... ¿pero que clase de persona eres?.
El chico se levanto y la miro fríamente. El perro al ver que su amo ya no le prestaba atención camino hacia la chica.
Hermione aguanto la respiración puesto que el perro comenzó a olfatearla. Draco observaba atentamente la acción del canino que empezó a mover la cola.
- Creo que le gustas...- dijo él con extrañeza.- A Zeus no le gustan los extraños.
- Hace un momento no parecía que yo le gustara.- dijo ella sin dejar de mirar al perro.
- Estoy seguro que lo que hacia era perseguirte para jugar. Te habrá asustado mas su apariencia que otra cosa.- dijo el chico caminando lentamente.
- Gruñía...- dijo ella. Hermione se movió al notar que el perro ya no la olfateaba sino que estaba sentado observándola con sus ojos azules como si estuviera esperando alguna galleta.
- Después de todo... ¿qué intentabas hacer?. ¿Por qué no te quedaste en tu habitación?. – pregunto con fastidio.
- Solo intentaba salir... Harry y Ron deben estar buscándome.- dijo ella con un tono de angustia.
- ¿Porque te preocupas por ellos?, ninguno se preocupa por ti.- dijo él con aparente calma.
- ¡Por supuesto que se preocupan por mi!.- exclamo indignada.
- Se nota a millas.- dijo irónico.- Ambos estaban contigo cuando fuiste atacada por Karnsten.
- Eso fue culpa mía..
- Te dejaron sola.- dijo él entre dientes.
- Puedes decir lo que quieras Malfoy, pero ellos no tardarán en venir a rescatarme de tu inmunda presencia.- dijo ella con los ojos llenos de ira.
- Eso es algo que habrá que ver....- dijo Draco fríamente.- No es fácil introducirse a la Mansión de los Malfoy.
- Harry y Ron son más listos de lo que crees...- Hermione dibujo una sonrisa irónica.- Ellos no son como tú...
Draco la miro lleno de rencor y camino hacia ella sacando su varita. El enojado rubio murmuro algo que hizo levantar a Hermione y la lanzo hacia una pared llena de lanzas pero deteniéndose unos centímetros de las puntas de aquellas armas. Luego la hizo caer estruendosamente al piso.
- Vuelves a decir algo como eso y te juro que....
- Cobarde..!!- le interrumpió Hermione mientras se levantaba del suelo.- Solo eres un maldito y sucio cobarde... si yo tuviera mi varita te demostraría quien es Hermione Granger.
Draco sonrió fríamente.- Me has demostrado desde hace muchos años quien eres... solo una simplona sangre sucia.
- Quien te ganó en un duelo en la escuela... ¿recuerdas?.- Los ojos de Hermione echaban chispas.- Eras tan patético en ese entonces.... y lo sigues siendo.
El chico volvió a murmurar unas palabras y un remolino de viento envolvió a Hermione haciendo que la chica cayera al suelo para cubrirse del frío aire.
- Sigues creyéndote que eres mejor que yo, ¿no es cierto?. – Draco dio unos pasos alrededor de Hermione que yacía en el suelo temblando por el intenso frío del remolino.
Draco movió su varita y el remolino de detuvo. Hermione jadeaba pero se levanto nuevamente para sostenerle la mirada.
- Soy mejor que tú...- dijo ella entre dientes.
- Eso quiero probarlo.- dijo él con una sonrisa cruel.
Draco tomo a Hermione de un brazo bruscamente. La chica se resistía y trataba de zafarse de la mano fuerte del Slytherin pero el remolino la había dejado mas débil y no podía ejercer mucha fuerza.
Salieron hacia el pasillo donde los cuadros comenzaron a gritarle horripilantes cosas a Hermione. Zeus los siguió.
- ¿a dónde me llevas?.- pregunto Hermione altiva.
- Si eres mejor que yo... entonces intenta esto..- Draco se detuvo ante una puerta pequeña y mohienta. Esta se abrió y un aire frío golpeo la cara de Hermione dándose cuenta que frente a ellos estaba una enorme columna verde formada por plantas.
Draco la empujo hacia la puerta.
- Ya que te crees mas lista que yo... trata de sobrevivir en el laberinto.- dijo él con una sonrisa burlona.
Hermione abrió los ojos sorprendida y miro a su alrededor.
- ¿Un laberinto?.- dijo titubeando.
- Ya que te consideras mejor que yo entonces resuélvelo...- Draco rió.- Solo que resuelvelo antes de que anochezca porque las criaturas que viven ahí salen a cazar.
- Infeliz!!.- dijo ella entre dientes.- Por lo menos devuélveme mi varita... es lo justo.
- Soy Draco Malfoy... ¿lo olvidas?.- El chico cruzo los brazos.- La justicia no esta dentro de mis actividades.
La puerta mohienta se cerro casi en las narices de la chica y desapareció ante sus ojos asustados. Hermione se lanzo hacia donde estaba la puerta pero en su lugar había una pared de piedra.
Se volteo asustada,... no tenia varita y estaba ante la entrada de un laberinto que no parecía ser nada fácil. Además siendo de los Malfoy, podrían haber cosas horribles ahí dentro. Hermione dio el primer paso y se fue acercando a la entrada del laberinto.
Las enormes paredes vegetales median por lo menos tres metros de alto y al menos en apariencia se veía bien cuidado aunque con un poco de misterio.
Se planteo a donde dirigirse... ¿izquierda o derecha?. Prefirió ir a la izquierda. Caminaba frotándose los brazos por el frío que estaba haciendo. ¿En que parte del país estaría ubicada la casa de Malfoy?. Probablemente hacia el Norte donde la temperatura era mas baja porque definitivamente el ambiente en esa casa era de frialdad absoluta.
A medida de que iba caminando se iba sintiendo mas insegura, aquel silencio era demasiado peligroso.
*-*-*-*-
Draco se encontraba sentado placidamente en un sillón rojo satinado observando a Hermione por un telescopio dorado. La habitación en la que estaba parecía ser una especie de laboratorio de astronomía. Miles de artefactos extraños descansaban en las repisas o colgados en las paredes, habían maquetas del sistema solar y centenas de libros.
Se hecho hacia el respaldo del sillón y respiro profundamente.
El Slytherin se sentía perturbado con un mar de emociones que nunca antes había sentido. Se indignaba por el hecho de preocuparse por ella y sentir un maldito vértigo cada vez que ella estaba cerca de él.
El vestido azul de Hermione formaba unos pequeños olanes de acuerdo a los movimientos ágiles de su dueña. Sus piernas largas y bien torneadas demostraban que hacia alguna actividad física para mantenerlas así. El cabello de Hermione estaba mal peinado puesto que se escapaban varios mechones pero para Draco eso le daba un toque de salvajismo. Los ojos miel de ella eran como suaves botones de girasol que a él le gustaba mucho mirar.
- "Es terca y presumida..." – murmuro el chico. De alguna manera deseaba no ser rudo con ella pero no podía perdonarle fácilmente que lo comparara con Potter o Weasley.. definitivamente no. Primero que nada estaba el honor de los Malfoy aunque de esto ya no estaba tan seguro, el hecho de pensar en ella o de sentir algo hacia ella estaba rompiendo todo el protocolo que le habían enseñado desde niño.
No era fácil ser un Malfoy, habían tantas reglas y tantas promesas en juego que le impedía tomar decisiones. Su padre fue un hombre extraordinario, para él había sido su guía y protector. Había sido un hombre inteligente y arriesgado al igual que su madre, quien había muerto tratando de salvar la vida de su esposo.
Draco podía recordar la voz de su madre llamándolo. Una mujer hermosa y protectora. Para él había sido una figura importante en su vida y ella siempre lo educo para hacer lo correcto.
Lo correcto era no pensar en Hermione, echarla de la mansión sin importarle si Karnsten le hacia daño o no. La sangre de ella estaba ensuciando la pureza de su misma casa, sin embargo él no tenia las fuerzas para ponerle en peligro.
- "Si mi padre viviera..."- murmuro Draco mientras se llevaba ambas manos a la cara.
Si Lucius viviera lo hubiera matado de un disgusto. Su único hijo, el heredero del apellido Malfoy y de toda la línea de sangre pura estaba siendo arrastrado por una sangre sucia.
Draco se sentía desolado. ¿Por qué no podía ser como su padre?. Lucius era un hombre de carácter y decidido. ¿Por qué no tomaba simplemente la decisión de echar a Hermione de su vida?.
"No puedo..."- se dijo a si mismo.- "Pude hacerlo pero no lo hice porque ella es como si fuera parte de mí... ahora"
Draco quito sus manos de la cara y volvió a observar a Hermione desde el telescopio. La chica seguía avanzando rápidamente, parecía que ella ya había caído en desesperación. Sin embargo ya estaba muy cerca de completar el laberinto.
- Hillmew!.- exclamo.
El viejo elfo apareció.- Mi amo ordena a Hillmew.
- Encárgate de preparar la cena, en cuanto este lista avísame.- Dijo Draco sin quitar su vista del telescopio.
- ¿La Señorita Granger también cenara?.- pregunto el elfo.
- Ella cenará mas tarde... si es que logra salir del laberinto.
- ¿El laberinto?. El laberinto es peligroso Amo.- dijo en voz baja el elfo.
- Para ella no lo será, de eso me encargo....- dijo Draco.- Ahora vete a hacer lo que te ordene.
- Hillmew hará lo que el amo ordene.- El elfo bajo la cabeza mientras sonreía disimuladamente y desapareció.
*-*-*-*-*-
Hermione caminaba lentamente por el laberinto. Ya se había cansado de correr y lo peor, es que no veía ninguna salida. El cielo ya pintaba la tarde y se encontraba hambrienta y cansada.
Lo único que tenia en mente era terminar el laberinto e ir a dormir... si es que Malfoy la dejaba en paz.
Llego nuevamente a una vereda que se partía en dos. Una vez mas tenia que formularse la pregunta... ¿izquierda o derecha?.
"Izquierda".- se dijo.
Al doblar se topo con un jardín improvisado con una estatua dentro de ella. Hermione se acerco. Nunca antes había visto un jardín tan bello como el que estaba viendo, eran miles de rosas blancas naciendo en medio de un lugar que se suponía era maquiavélico. Observo la estatua y noto que era la de una mujer con un niño en brazos.
"Narcisa y Draco Malfoy".- Leyó la inscripción. Hermione separo un poco los labios por el asombro. La mujer esculpida era arrogantemente bella y su pequeño hijo en brazos no tendría mas de tres años. Sin embargo la pequeña escultura de Draco reflejaba una seguridad y un buen comportamiento para un niño de su edad.
Hermione quiso tomar una rosa pero una especie de insecto la pico haciendo que la chica quitara rápidamente su mano.
- No intentes tomar nada.- dijo una pequeña vocecilla.
Hermione acerco mas su rostro al pequeño ser que revoloteaba encima de la flor.
- ¿Quién eres?.- pregunto Hermione.
- Soy Zaciry, una hada. Tu no eres integrante de la familia Malfoy... – dijo arrogante la pequeña.
- ¡Gracias al cielo que no!.- exclamo Hermione.- Solo quería tomar una - señalo a las rosas- se ven tan hermosas...
- Son venenosas.- Aclaro el hada. Con solo tocar un pétalo tu sangre se congela.
Hermione se hizo hacia atrás horrorizada y cuido de no tocar una sola rosa.- ¿Cómo siendo tan hermosas pueden tener tanta maldad?.- dijo.
- La Ama Narcisa las creo, decía que la belleza era la perdición de los humanos.- La pequeña hada daba vueltas alrededor de Hermione.
- ¿Tu las cuidas?.- pregunto Hermione.
- Desde que ella murió... si.
- ¿Antes venia seguido?.- pregunto confundida.
- Venia todos los días.- dijo tristemente.
- ¿Y las rosas no le hacían daño?.- Hermione no pudo evitar hacer una mueca.
- ¡Que tonta eres!.- exclamo la hada.- Ella utilizaba unos guantes para eso.
Hermione frunció el ceño.- Oye, ¿y sabes por donde es la salida?.
- Si.- dijo el hada revoloteando.
- ¿Me lo dirás?.- pregunto Hermione con una sonrisa.
- Si te lo digo mi amo se puede molestar mucho.- dijo el hada colocándose en la punta de la nariz de Hermione.
- No lo sabrá.- dijo ella.
La hada comenzó a reírse.- Estoy segura que en estos momentos te ha de estar mirando mi amo.
Hermione miro hacia el cielo y a todos lados. No se veía ninguna estructura de la mansión ni nada que se le pareciera, aunque en el mundo mágico habían tantos artefactos que ella no conocía que todo podía ser posible.
- Solo te quedan 15 minutos para terminar el laberinto.- dijo con voz chillona.
- Pero si apenas serán las cuatro de la tarde!!.- exclamo ella.
- Aquí el tiempo corre mas rápido y si continuas parada vendrán a buscarte...- el hada se estremeció.- son horribles.
Hermione trago saliva.- ¿Qué son?.
El hada se fue nuevamente hacia las rosas. Hermione quiso buscarla pero se arrepentid, si tenia solo 15 minutos para salir del laberinto no podía perder el tiempo en buscarla.
Hermione volvió a echar a correr nuevamente viendo con angustia como el sol estaba desapareciendo. En su misma desesperación le pareció huir los gritos o gruñidos de alguna bestia... seguramente lista para atacarla.
"Corre... corre...".- se repetia a si misma.
Los rayos del sol apenas iluminaban el camino y Hermione escucho horrorizada que 'algo' Coria detrás de ella.
Hermione corrió mas de prisa y se detuvo bruscamente al ver que la vereda se dividía.
"Derecha".- escogió la chica y continuo corriendo.
Atrás de ella corría lo que gruñía, en esos momentos no se detendría averiguar que era. El sol ya se había ocultado para espanto de la chica.
Mientras mas seguía corriendo mas se acercaba a una luz verde...
- Es una antorcha!!!.- exclamo. Una bestia con garras de león y cabeza de toro corría detrás de ella con suma furia. Hermione no se detuvo y llego a lo que era una puerta de acero.
Solo pudo sentirse como abría la puerta y la cerro bruscamente. Hermione se hizo hacia atrás esperando a que la criatura se lanzara a golpes pero detrás de la puerta no se escuchaba nada.
- Tardaste demasiado.- se escucho una voz detrás de ella.
Hermione jadeaba pero con la fuerza suficiente para acercarse a Draco,
- Eres un imbecil...- exclamo furiosa.- Pude haber muerto por tu estúpida diversión.
Draco sonrió fríamente.- No eres tan inteligente después de todo. Si desde el principio hubieras doblado a la derecha hubieras llegado mas rápido.
- Ni creas que con esto me vas a doblegar Malfoy... te lo repito y siempre te lo repetiré... soy mejor que tú.- Los ojos de Hermione lo miraban con furia pero el Slytherin tenia una sonrisa burlona dibujada en su labios.
- Lo que hace una mente ignorante.- dijo el rubio.
Hermione se acerco a él para darle un golpe en la cara pero Draco la detuvo sujetándola de un brazo.
- Me estas agotando la paciencia Granger...- Los ojos grises de Draco se clavaron en ella como filosas dagas.-
- ¡Como te odio!.- dijo entre dientes ella.
El Slytherin la miro peligrosamente molesto y con brusquedad la tomo de los hombros y la atrajo hacia si.
Draco se apodero de los labios de Hermione con infinita furia, deseando establecer su poderío en ella. Hermione tenia los brazos totalmente pegados al cuerpo y sus músculos se negaban a moverse.
La chica tenia una sensación de mareo, como si aquel beso estuviera envenenándole. Sus ojos estaban sumamente abiertos mientras que Draco los tenia pasiblemente cerrados.
El beso era una mezcla de pasión y poder. El chico estaba realmente furioso con ella y con la misma brusquedad con que la tomo, la soltó.
Por un momento Hermione se quedo pálida y sin habla. El Slytherin le regalo una mirada tan fría que la chica tembló. Sin decir absolutamente nada se dio la media vuelta y se marcho, dejandola confundida y asustada.
Hermione movió la boca desconcertada pero de ella no emitía ninguna palabra. Su mano mecánicamente se levanto y llevo unos dedos a sus labios.
"Me beso..."- dijo a si misma.- "Draco Malfoy me ha besado".
La chica parpadeo varias veces y comenzó a caminar apresuradamente para tratar de alcanzar a Draco y exigirle una explicación. Tenia que preguntarle por aquel beso que le había quemado los labios al grado de aun sentir que le ardían.
- Espera!!.- grito Hermione.
Draco no se detuvo sino que continuo caminando con paso apresurado llegando a unas escalinatas de piedra.
- Malfoy!!.- volvió a gritar Hermione pero el chico siguió su camino.
Justo cuando Hermione estaba por subir las escalinatas una elfina de delantal azul se interpuso en su camino.
- Señorita Granger.- dijo la elfina.- Myrae le llevara hasta el comedor para la cena.
- Pero...- Hermione miro hacia donde había visto a Malfoy.
- Sígame.- dijo al elfina con los ojos muy abiertos.
Hermione miro a la criatura exasperada, lo que ella deseaba hacer era seguir a Draco. Pero supuso que talvez lo vería en el comedor.
Al llegar, noto la magnificencia de la enorme habitación. Los muebles eran de una madera negra y fina con detalles labrados de serpientes y dragones. El comedor estaba adornado con tapices de Dragones peleando con Unicornios.
La chica noto que solo había un lugar preparado.
- ¿Cenare sola?.- pregunto ella confundida.
- Si.- La elfina le hizo una seña de que se sentara.
- Pero... y...
- El Amo pidió la cena en su habitación. Hillmew se la llevara señorita.- contesto rápidamente la elfina.
Al sentarse una serie de suculentos manjares aparecieron en la mesa. La chica miro todo con tristeza, tenia hambre verdaderamente pero se sentia muy inquieta.
¿Por qué Draco había decidido cenar en su habitación?. ¿No la quería ver?. ¿Por qué la había besado?.
- Myrae, en realidad no tengo hambre.. solo deseo descansar. – dijo Hermione avergonzada.- Me llevare esto.- dijo tomando una manzana.
La elfina se inclino como si la que se tenia que avergonzar era ella, Hermione comprendió la actitud de la criatura.
- Oh!. La comida huele delicioso pero inexplicablemente se me ha ido el apetito.- dijo ella con una sonrisa.
La elfina parpadeo varias veces y sonrió disimuladamente.
Myrae llevo a Hermione a su habitación y la chica se dejo caer agotada en su ancha cama. Hermione estaba temblando y sentía unos retorcijones inexplicables en su estomago.
La chica se llevo unos dedos a sus labios. Al hacer esto, cerro los ojos recordando cada detalle del beso que anteriormente le había dado el atractivo rubio.
¿Qué me esta pasando?.- se dijo a si misma.- Lo único que hago.... es pensar en devolverle el beso a Draco Malfoy.
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Ayy por favor perdonme por este capitulo tan mediocre.. pero es que hubo una serie de cosas que me trunco la creatividad en estos dias. La verdad no se que les paresca el beso de Draco... ^^ Huummm jejeje..
Bueno, no se. la verdad que ya no se que opinar de este fic... sale.. tendre que pensar en como lo continuare.. jeje..
Por cierto, ya termine mi fic de Sentimientos ocultos (snifff!!!) y la verdad que me ha dado mucha tristeza pero todo lo que inicia tiene que acabar.
a ver que les parece... dejenme sus reviews.. ok??
Besos a todas!!
J@ina
Draco y Hermione estaban abrazados y mirándose uno al otro. El Slytherin se encontraba atrapado en una fase de sueño donde no podía despertar... o no quería despertar. La Gryffindor se sentía vulnerable ante la presencia imponente del chico y a su vez, tremendamente protegida si permanecía a su lado.
Sin embargo Hermione se movió un poco haciendo que Draco la soltara con brusquedad. El chico levanto nuevamente la espada para devolverla al sitio que le pertenecía.
- ¿Por qué siempre te metes en problemas?.- Dijo él a regañadientes.
La chica permaneció en su sitio y lo observo como si acabara de salir de un trance. Sin embargo basto solo respirar profundamente para reaccionar.
- Solo me meto en problemas cuando estas cerca...- contestó molesta.- Cada vez que estas tú, lo único que quieren es matarme.
- Si lo dices por Zeus, él no deseaba matarte...- el chico la miro por encima del hombro.- solo.. quería jugar contigo.
- ¿Zeus?. ¿Esa cosa tiene nombre?.- dijo ella arrugando la nariz.
- Es una mascota.- sonrió de lado.- Las mascotas tienen nombre.
- ¿Cómo puede ser ESO una mascota?. – dijo ella acercándose a él con los brazos cruzados.
Draco acababa de colocar la bella espada en un nicho y se recargo en él para observar mejor a la chica. Sus ojos grises la recorrieron de pies a cabeza, Hermione no poseía una belleza aristocrática sino salvaje, sin embargo irradiaba una elegancia que no conseguían muchas de las chicas de familia adinerada. Su eterno cabello enmarañado ahora eran unas ondas suaves donde escapaban algunos cabellos del moño que le sujetaba el resto.
La chica se perturbo por la intensa mirada de Draco e hizo una pequeña vuelta para escapar de aquellos ojos.
- ¿Qué padre dejaría que su hijo juegue con semejante monstruo?.- dijo ella nerviosa.
Draco echo una carcajada dejando a la chica desconcertada.
- Entiendo que Zeus no es un perro con el mejor de los estilos pero es un buen guardián.
- ¿Un que...?.- dijo con los ojos abiertos.
- Zeus es un perro, solo que le puse un pequeño 'toque' para que se viera mucho mejor.- Los ojos del Slytherin brillaron .- ¡ZEUS!.- gritó.
- Oh no!!. No llames a esa cosa...- dijo Hermione haciéndose hacia atrás.
Solo basto que dijeran una vez su nombre para que la mascota Zeus apareciera. Hermione nuevamente tembló ante la presencia horripilante de semejante criatura, los ojos rojos de Zeus se posaron en su amo y comenzó a mover la cola de lombriz.
- Finite morfos!.- Dijo Draco. La criatura se transformo, ante los ojos de Hermione, en un enorme perro gris de ojos azules (*). (* Husky Siberiano)
Draco se agacho y abrazo con cariño al perro quien con su hocico le acariciaba la cara e intentaba lamerle. El perro irradiaba elegancia con su pelo suave y esponjado. De alguna manera concordaba con la personalidad de su amo.
- Eso es monstruoso!!!.- dijo Hermione acercándose a Draco.- ¿Cómo puedes hacerle algo tan.. tan... inhumano a ese pobre perro?. Convertirlo en una bestia.... ¿pero que clase de persona eres?.
El chico se levanto y la miro fríamente. El perro al ver que su amo ya no le prestaba atención camino hacia la chica.
Hermione aguanto la respiración puesto que el perro comenzó a olfatearla. Draco observaba atentamente la acción del canino que empezó a mover la cola.
- Creo que le gustas...- dijo él con extrañeza.- A Zeus no le gustan los extraños.
- Hace un momento no parecía que yo le gustara.- dijo ella sin dejar de mirar al perro.
- Estoy seguro que lo que hacia era perseguirte para jugar. Te habrá asustado mas su apariencia que otra cosa.- dijo el chico caminando lentamente.
- Gruñía...- dijo ella. Hermione se movió al notar que el perro ya no la olfateaba sino que estaba sentado observándola con sus ojos azules como si estuviera esperando alguna galleta.
- Después de todo... ¿qué intentabas hacer?. ¿Por qué no te quedaste en tu habitación?. – pregunto con fastidio.
- Solo intentaba salir... Harry y Ron deben estar buscándome.- dijo ella con un tono de angustia.
- ¿Porque te preocupas por ellos?, ninguno se preocupa por ti.- dijo él con aparente calma.
- ¡Por supuesto que se preocupan por mi!.- exclamo indignada.
- Se nota a millas.- dijo irónico.- Ambos estaban contigo cuando fuiste atacada por Karnsten.
- Eso fue culpa mía..
- Te dejaron sola.- dijo él entre dientes.
- Puedes decir lo que quieras Malfoy, pero ellos no tardarán en venir a rescatarme de tu inmunda presencia.- dijo ella con los ojos llenos de ira.
- Eso es algo que habrá que ver....- dijo Draco fríamente.- No es fácil introducirse a la Mansión de los Malfoy.
- Harry y Ron son más listos de lo que crees...- Hermione dibujo una sonrisa irónica.- Ellos no son como tú...
Draco la miro lleno de rencor y camino hacia ella sacando su varita. El enojado rubio murmuro algo que hizo levantar a Hermione y la lanzo hacia una pared llena de lanzas pero deteniéndose unos centímetros de las puntas de aquellas armas. Luego la hizo caer estruendosamente al piso.
- Vuelves a decir algo como eso y te juro que....
- Cobarde..!!- le interrumpió Hermione mientras se levantaba del suelo.- Solo eres un maldito y sucio cobarde... si yo tuviera mi varita te demostraría quien es Hermione Granger.
Draco sonrió fríamente.- Me has demostrado desde hace muchos años quien eres... solo una simplona sangre sucia.
- Quien te ganó en un duelo en la escuela... ¿recuerdas?.- Los ojos de Hermione echaban chispas.- Eras tan patético en ese entonces.... y lo sigues siendo.
El chico volvió a murmurar unas palabras y un remolino de viento envolvió a Hermione haciendo que la chica cayera al suelo para cubrirse del frío aire.
- Sigues creyéndote que eres mejor que yo, ¿no es cierto?. – Draco dio unos pasos alrededor de Hermione que yacía en el suelo temblando por el intenso frío del remolino.
Draco movió su varita y el remolino de detuvo. Hermione jadeaba pero se levanto nuevamente para sostenerle la mirada.
- Soy mejor que tú...- dijo ella entre dientes.
- Eso quiero probarlo.- dijo él con una sonrisa cruel.
Draco tomo a Hermione de un brazo bruscamente. La chica se resistía y trataba de zafarse de la mano fuerte del Slytherin pero el remolino la había dejado mas débil y no podía ejercer mucha fuerza.
Salieron hacia el pasillo donde los cuadros comenzaron a gritarle horripilantes cosas a Hermione. Zeus los siguió.
- ¿a dónde me llevas?.- pregunto Hermione altiva.
- Si eres mejor que yo... entonces intenta esto..- Draco se detuvo ante una puerta pequeña y mohienta. Esta se abrió y un aire frío golpeo la cara de Hermione dándose cuenta que frente a ellos estaba una enorme columna verde formada por plantas.
Draco la empujo hacia la puerta.
- Ya que te crees mas lista que yo... trata de sobrevivir en el laberinto.- dijo él con una sonrisa burlona.
Hermione abrió los ojos sorprendida y miro a su alrededor.
- ¿Un laberinto?.- dijo titubeando.
- Ya que te consideras mejor que yo entonces resuélvelo...- Draco rió.- Solo que resuelvelo antes de que anochezca porque las criaturas que viven ahí salen a cazar.
- Infeliz!!.- dijo ella entre dientes.- Por lo menos devuélveme mi varita... es lo justo.
- Soy Draco Malfoy... ¿lo olvidas?.- El chico cruzo los brazos.- La justicia no esta dentro de mis actividades.
La puerta mohienta se cerro casi en las narices de la chica y desapareció ante sus ojos asustados. Hermione se lanzo hacia donde estaba la puerta pero en su lugar había una pared de piedra.
Se volteo asustada,... no tenia varita y estaba ante la entrada de un laberinto que no parecía ser nada fácil. Además siendo de los Malfoy, podrían haber cosas horribles ahí dentro. Hermione dio el primer paso y se fue acercando a la entrada del laberinto.
Las enormes paredes vegetales median por lo menos tres metros de alto y al menos en apariencia se veía bien cuidado aunque con un poco de misterio.
Se planteo a donde dirigirse... ¿izquierda o derecha?. Prefirió ir a la izquierda. Caminaba frotándose los brazos por el frío que estaba haciendo. ¿En que parte del país estaría ubicada la casa de Malfoy?. Probablemente hacia el Norte donde la temperatura era mas baja porque definitivamente el ambiente en esa casa era de frialdad absoluta.
A medida de que iba caminando se iba sintiendo mas insegura, aquel silencio era demasiado peligroso.
*-*-*-*-
Draco se encontraba sentado placidamente en un sillón rojo satinado observando a Hermione por un telescopio dorado. La habitación en la que estaba parecía ser una especie de laboratorio de astronomía. Miles de artefactos extraños descansaban en las repisas o colgados en las paredes, habían maquetas del sistema solar y centenas de libros.
Se hecho hacia el respaldo del sillón y respiro profundamente.
El Slytherin se sentía perturbado con un mar de emociones que nunca antes había sentido. Se indignaba por el hecho de preocuparse por ella y sentir un maldito vértigo cada vez que ella estaba cerca de él.
El vestido azul de Hermione formaba unos pequeños olanes de acuerdo a los movimientos ágiles de su dueña. Sus piernas largas y bien torneadas demostraban que hacia alguna actividad física para mantenerlas así. El cabello de Hermione estaba mal peinado puesto que se escapaban varios mechones pero para Draco eso le daba un toque de salvajismo. Los ojos miel de ella eran como suaves botones de girasol que a él le gustaba mucho mirar.
- "Es terca y presumida..." – murmuro el chico. De alguna manera deseaba no ser rudo con ella pero no podía perdonarle fácilmente que lo comparara con Potter o Weasley.. definitivamente no. Primero que nada estaba el honor de los Malfoy aunque de esto ya no estaba tan seguro, el hecho de pensar en ella o de sentir algo hacia ella estaba rompiendo todo el protocolo que le habían enseñado desde niño.
No era fácil ser un Malfoy, habían tantas reglas y tantas promesas en juego que le impedía tomar decisiones. Su padre fue un hombre extraordinario, para él había sido su guía y protector. Había sido un hombre inteligente y arriesgado al igual que su madre, quien había muerto tratando de salvar la vida de su esposo.
Draco podía recordar la voz de su madre llamándolo. Una mujer hermosa y protectora. Para él había sido una figura importante en su vida y ella siempre lo educo para hacer lo correcto.
Lo correcto era no pensar en Hermione, echarla de la mansión sin importarle si Karnsten le hacia daño o no. La sangre de ella estaba ensuciando la pureza de su misma casa, sin embargo él no tenia las fuerzas para ponerle en peligro.
- "Si mi padre viviera..."- murmuro Draco mientras se llevaba ambas manos a la cara.
Si Lucius viviera lo hubiera matado de un disgusto. Su único hijo, el heredero del apellido Malfoy y de toda la línea de sangre pura estaba siendo arrastrado por una sangre sucia.
Draco se sentía desolado. ¿Por qué no podía ser como su padre?. Lucius era un hombre de carácter y decidido. ¿Por qué no tomaba simplemente la decisión de echar a Hermione de su vida?.
"No puedo..."- se dijo a si mismo.- "Pude hacerlo pero no lo hice porque ella es como si fuera parte de mí... ahora"
Draco quito sus manos de la cara y volvió a observar a Hermione desde el telescopio. La chica seguía avanzando rápidamente, parecía que ella ya había caído en desesperación. Sin embargo ya estaba muy cerca de completar el laberinto.
- Hillmew!.- exclamo.
El viejo elfo apareció.- Mi amo ordena a Hillmew.
- Encárgate de preparar la cena, en cuanto este lista avísame.- Dijo Draco sin quitar su vista del telescopio.
- ¿La Señorita Granger también cenara?.- pregunto el elfo.
- Ella cenará mas tarde... si es que logra salir del laberinto.
- ¿El laberinto?. El laberinto es peligroso Amo.- dijo en voz baja el elfo.
- Para ella no lo será, de eso me encargo....- dijo Draco.- Ahora vete a hacer lo que te ordene.
- Hillmew hará lo que el amo ordene.- El elfo bajo la cabeza mientras sonreía disimuladamente y desapareció.
*-*-*-*-*-
Hermione caminaba lentamente por el laberinto. Ya se había cansado de correr y lo peor, es que no veía ninguna salida. El cielo ya pintaba la tarde y se encontraba hambrienta y cansada.
Lo único que tenia en mente era terminar el laberinto e ir a dormir... si es que Malfoy la dejaba en paz.
Llego nuevamente a una vereda que se partía en dos. Una vez mas tenia que formularse la pregunta... ¿izquierda o derecha?.
"Izquierda".- se dijo.
Al doblar se topo con un jardín improvisado con una estatua dentro de ella. Hermione se acerco. Nunca antes había visto un jardín tan bello como el que estaba viendo, eran miles de rosas blancas naciendo en medio de un lugar que se suponía era maquiavélico. Observo la estatua y noto que era la de una mujer con un niño en brazos.
"Narcisa y Draco Malfoy".- Leyó la inscripción. Hermione separo un poco los labios por el asombro. La mujer esculpida era arrogantemente bella y su pequeño hijo en brazos no tendría mas de tres años. Sin embargo la pequeña escultura de Draco reflejaba una seguridad y un buen comportamiento para un niño de su edad.
Hermione quiso tomar una rosa pero una especie de insecto la pico haciendo que la chica quitara rápidamente su mano.
- No intentes tomar nada.- dijo una pequeña vocecilla.
Hermione acerco mas su rostro al pequeño ser que revoloteaba encima de la flor.
- ¿Quién eres?.- pregunto Hermione.
- Soy Zaciry, una hada. Tu no eres integrante de la familia Malfoy... – dijo arrogante la pequeña.
- ¡Gracias al cielo que no!.- exclamo Hermione.- Solo quería tomar una - señalo a las rosas- se ven tan hermosas...
- Son venenosas.- Aclaro el hada. Con solo tocar un pétalo tu sangre se congela.
Hermione se hizo hacia atrás horrorizada y cuido de no tocar una sola rosa.- ¿Cómo siendo tan hermosas pueden tener tanta maldad?.- dijo.
- La Ama Narcisa las creo, decía que la belleza era la perdición de los humanos.- La pequeña hada daba vueltas alrededor de Hermione.
- ¿Tu las cuidas?.- pregunto Hermione.
- Desde que ella murió... si.
- ¿Antes venia seguido?.- pregunto confundida.
- Venia todos los días.- dijo tristemente.
- ¿Y las rosas no le hacían daño?.- Hermione no pudo evitar hacer una mueca.
- ¡Que tonta eres!.- exclamo la hada.- Ella utilizaba unos guantes para eso.
Hermione frunció el ceño.- Oye, ¿y sabes por donde es la salida?.
- Si.- dijo el hada revoloteando.
- ¿Me lo dirás?.- pregunto Hermione con una sonrisa.
- Si te lo digo mi amo se puede molestar mucho.- dijo el hada colocándose en la punta de la nariz de Hermione.
- No lo sabrá.- dijo ella.
La hada comenzó a reírse.- Estoy segura que en estos momentos te ha de estar mirando mi amo.
Hermione miro hacia el cielo y a todos lados. No se veía ninguna estructura de la mansión ni nada que se le pareciera, aunque en el mundo mágico habían tantos artefactos que ella no conocía que todo podía ser posible.
- Solo te quedan 15 minutos para terminar el laberinto.- dijo con voz chillona.
- Pero si apenas serán las cuatro de la tarde!!.- exclamo ella.
- Aquí el tiempo corre mas rápido y si continuas parada vendrán a buscarte...- el hada se estremeció.- son horribles.
Hermione trago saliva.- ¿Qué son?.
El hada se fue nuevamente hacia las rosas. Hermione quiso buscarla pero se arrepentid, si tenia solo 15 minutos para salir del laberinto no podía perder el tiempo en buscarla.
Hermione volvió a echar a correr nuevamente viendo con angustia como el sol estaba desapareciendo. En su misma desesperación le pareció huir los gritos o gruñidos de alguna bestia... seguramente lista para atacarla.
"Corre... corre...".- se repetia a si misma.
Los rayos del sol apenas iluminaban el camino y Hermione escucho horrorizada que 'algo' Coria detrás de ella.
Hermione corrió mas de prisa y se detuvo bruscamente al ver que la vereda se dividía.
"Derecha".- escogió la chica y continuo corriendo.
Atrás de ella corría lo que gruñía, en esos momentos no se detendría averiguar que era. El sol ya se había ocultado para espanto de la chica.
Mientras mas seguía corriendo mas se acercaba a una luz verde...
- Es una antorcha!!!.- exclamo. Una bestia con garras de león y cabeza de toro corría detrás de ella con suma furia. Hermione no se detuvo y llego a lo que era una puerta de acero.
Solo pudo sentirse como abría la puerta y la cerro bruscamente. Hermione se hizo hacia atrás esperando a que la criatura se lanzara a golpes pero detrás de la puerta no se escuchaba nada.
- Tardaste demasiado.- se escucho una voz detrás de ella.
Hermione jadeaba pero con la fuerza suficiente para acercarse a Draco,
- Eres un imbecil...- exclamo furiosa.- Pude haber muerto por tu estúpida diversión.
Draco sonrió fríamente.- No eres tan inteligente después de todo. Si desde el principio hubieras doblado a la derecha hubieras llegado mas rápido.
- Ni creas que con esto me vas a doblegar Malfoy... te lo repito y siempre te lo repetiré... soy mejor que tú.- Los ojos de Hermione lo miraban con furia pero el Slytherin tenia una sonrisa burlona dibujada en su labios.
- Lo que hace una mente ignorante.- dijo el rubio.
Hermione se acerco a él para darle un golpe en la cara pero Draco la detuvo sujetándola de un brazo.
- Me estas agotando la paciencia Granger...- Los ojos grises de Draco se clavaron en ella como filosas dagas.-
- ¡Como te odio!.- dijo entre dientes ella.
El Slytherin la miro peligrosamente molesto y con brusquedad la tomo de los hombros y la atrajo hacia si.
Draco se apodero de los labios de Hermione con infinita furia, deseando establecer su poderío en ella. Hermione tenia los brazos totalmente pegados al cuerpo y sus músculos se negaban a moverse.
La chica tenia una sensación de mareo, como si aquel beso estuviera envenenándole. Sus ojos estaban sumamente abiertos mientras que Draco los tenia pasiblemente cerrados.
El beso era una mezcla de pasión y poder. El chico estaba realmente furioso con ella y con la misma brusquedad con que la tomo, la soltó.
Por un momento Hermione se quedo pálida y sin habla. El Slytherin le regalo una mirada tan fría que la chica tembló. Sin decir absolutamente nada se dio la media vuelta y se marcho, dejandola confundida y asustada.
Hermione movió la boca desconcertada pero de ella no emitía ninguna palabra. Su mano mecánicamente se levanto y llevo unos dedos a sus labios.
"Me beso..."- dijo a si misma.- "Draco Malfoy me ha besado".
La chica parpadeo varias veces y comenzó a caminar apresuradamente para tratar de alcanzar a Draco y exigirle una explicación. Tenia que preguntarle por aquel beso que le había quemado los labios al grado de aun sentir que le ardían.
- Espera!!.- grito Hermione.
Draco no se detuvo sino que continuo caminando con paso apresurado llegando a unas escalinatas de piedra.
- Malfoy!!.- volvió a gritar Hermione pero el chico siguió su camino.
Justo cuando Hermione estaba por subir las escalinatas una elfina de delantal azul se interpuso en su camino.
- Señorita Granger.- dijo la elfina.- Myrae le llevara hasta el comedor para la cena.
- Pero...- Hermione miro hacia donde había visto a Malfoy.
- Sígame.- dijo al elfina con los ojos muy abiertos.
Hermione miro a la criatura exasperada, lo que ella deseaba hacer era seguir a Draco. Pero supuso que talvez lo vería en el comedor.
Al llegar, noto la magnificencia de la enorme habitación. Los muebles eran de una madera negra y fina con detalles labrados de serpientes y dragones. El comedor estaba adornado con tapices de Dragones peleando con Unicornios.
La chica noto que solo había un lugar preparado.
- ¿Cenare sola?.- pregunto ella confundida.
- Si.- La elfina le hizo una seña de que se sentara.
- Pero... y...
- El Amo pidió la cena en su habitación. Hillmew se la llevara señorita.- contesto rápidamente la elfina.
Al sentarse una serie de suculentos manjares aparecieron en la mesa. La chica miro todo con tristeza, tenia hambre verdaderamente pero se sentia muy inquieta.
¿Por qué Draco había decidido cenar en su habitación?. ¿No la quería ver?. ¿Por qué la había besado?.
- Myrae, en realidad no tengo hambre.. solo deseo descansar. – dijo Hermione avergonzada.- Me llevare esto.- dijo tomando una manzana.
La elfina se inclino como si la que se tenia que avergonzar era ella, Hermione comprendió la actitud de la criatura.
- Oh!. La comida huele delicioso pero inexplicablemente se me ha ido el apetito.- dijo ella con una sonrisa.
La elfina parpadeo varias veces y sonrió disimuladamente.
Myrae llevo a Hermione a su habitación y la chica se dejo caer agotada en su ancha cama. Hermione estaba temblando y sentía unos retorcijones inexplicables en su estomago.
La chica se llevo unos dedos a sus labios. Al hacer esto, cerro los ojos recordando cada detalle del beso que anteriormente le había dado el atractivo rubio.
¿Qué me esta pasando?.- se dijo a si misma.- Lo único que hago.... es pensar en devolverle el beso a Draco Malfoy.
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Ayy por favor perdonme por este capitulo tan mediocre.. pero es que hubo una serie de cosas que me trunco la creatividad en estos dias. La verdad no se que les paresca el beso de Draco... ^^ Huummm jejeje..
Bueno, no se. la verdad que ya no se que opinar de este fic... sale.. tendre que pensar en como lo continuare.. jeje..
Por cierto, ya termine mi fic de Sentimientos ocultos (snifff!!!) y la verdad que me ha dado mucha tristeza pero todo lo que inicia tiene que acabar.
a ver que les parece... dejenme sus reviews.. ok??
Besos a todas!!
J@ina
