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Capítulo V: La reconciliación.

A partir de aquel día, Hermione no volvió a conectarse a la sala de chat. Todavía se sentía bastante dolida y ofendida y no quería volver a saber de Poseidon nunca más, aunque ya se había acostumbrado a encontrase con él casi todas las noches y lo echaba mucho de menos.

Ron caminaba muy distraído y pensativo por las calles de Londres. Estaba pensando en todo lo que le había sucedido en esas últimas semanas. No entendía la actitud de Atenea hacia con él. ¿Qué había hecho mal? Si él había tratado de ser comprensivo y amable, ya que no era muy bueno para relacionarse con las chicas. Todas las noches se había conectado para poder encontrarse con ella, pero era como si la tierra se la hubiera tragado. Y la verdad que la extrañaba mucho. Ella ya formaba parte de su vida, e inevitablemente no podía olvidarla, a pesar de que nunca la había visto en su vida.

Estaba tan pensativo que ni se dio cuenta de que Harry lo llamaba.

-¡Ron! ¡Hola!- dijo Harry.

-¿Eh? Ah, hola Harry... –respondió Ron.

-¿Estas bien?

- Sí, bah, eso creo...

Enseguida, los amigos estaban sentados a la mesa de un bar.

- Ahora, Ron, dime que te sucede... –dijo Harry, una vez que ambos estaban tomando su café.

- No lo sé, Harry. Creo que otra vez es una pena de amor... –contestó Ron, desanimado.

-¿Por qué? ¿Qué paso?

- No sé que hice mal, si todo iba muy bien...

- Déjame adivinar. Es la chica de internet, ¿no?

- Sí, Harry. Es ella y no sé que hacer. Solo la conocí a través de una computadora y no tengo ni la más mínima idea de donde vive, sino iría a buscarla. ¿Qué voy a hacer, Harry?

- Bueno, Ron... yo no tengo idea, la verdad que no es muy común esos tipos de enamoramiento que tu tienes...

- Harry, tu no me entiendes. Sé que suena estúpido, incluso ridículo, que yo pueda enamorarme de alguien que nunca he visto en toda mi vida, pero ya no puedo hacer nada porque no puedo olvidarla...

- Tu problema, Ron, es que nunca olvidas nada. Si esto no funciono es porque así tiene que ser, y tu tienes que aceptar las cosas como se dan. Es lo mismo que pasó con Hermione.

- Como ya te lo dije antes, Harry. No estoy echo para el amor. Juro que nunca volveré a enamorarme. Si al fin y al cabo, siempre sucede algo y termino sufriendo. No quiero sufrir más, ¿entiendes, Harry?

- Lo sé, Ron. Pero hay miles de chicas en el mundo. Nunca sabrás cuál es la indicada hasta que ella llegue a ti. Pero no te preocupes, estoy seguro de que ella aparecerá muy pronto.

Ya había anochecido cuando Ron volvió a su casa. La verdad que le había hecho muy bien el poder hablar con Harry. Necesitaba alguien que le aconsejara y ese alguien siempre era Harry.

Se dio cuenta de que Harry tenía razón. Debía aceptar las cosas como se daban. Si Atenea no lo quería, tenía que aceptarlo, al igual que Hermione, pero eso ya formaba parte del pasado. Entonces decidió que nunca volvería a sufrir por una chica y trataría de olvidar todo lo ocurrido con Atenea, pero de verdad le hubiera gustado continuar esa amistad que estaba naciendo entre ambos.

Luego de cenar, Percy empezó a hablar sobre su trabajo URGENTE del que la otra vez Ron había sido echado de la computadora. Resulto ser un informe acerca de las supuestas peligrosas tiendas de chascos, por la cual la mayoría de los magos adolescentes visitaban a diario.

Ron escucho la tercera parte del relato de Percy, así que se dirigió a su habitación. Cuando se estaba por disponer a dormir, no pudo conciliar el sueño. Dio vueltas y vueltas en su cama, pero su mente volvía a la sala de chat, y a Atenea, que podía estar allí. Se puso de pie y encendió la computadora, decidido en arreglar las cosas con su amiga.

Hermione estaba sentada a su escritorio en su cuarto. Sobre la mesa había una enorme pila de libros, que había sacado de la biblioteca de la universidad. Desde el día que se peleó con Poseidon, había utilizado sus noches para repasar y estudiar sus apuntes.

Hermione levantó la mirada hacia su ventana abierta y observó el cielo. ¿Por qué siempre que algo lindo le pasaba, tenía que terminar mal? Primero sus falsas ilusiones hacia Ron, y ahora Poseidon. ¿Qué no tenía ella que tenían las demás chicas? Todos los muchachos en la universidad andaban en pequeños grupos, de chicas y chicos, conversaban, se reían y se reunían para estudiar en grupos. Pero Hermione siempre andaba sola. Del aula a la biblioteca y de la biblioteca a su casa. Desde chica siempre le había costado hacer amistades. Hasta que en Hogwarts conoció a Harry y a Ron y pensó que esa amistad duraría para siempre. Así que su único amigo era Harry. Pero lo mismo ella se sentía un poco sola, porque solo veía de vez en cuando a Harry.

Hermione se dio cuenta de que no podía seguir así. Ya no iba a hacerse más ilusiones con nadie, si estaba destinada a estar sola que así sea. Pero esa noche entraría al chat, pero no para encontrarse con Poseidon, sino para hacer nuevas amistades.

Ron estaba sentado frente a la computadora. Inmediatamente entró al chat, con su nick de siempre. Al ingresar se dirigió rápidamente a la lista de conectados y aliviado tildó el nick de Atenea.

Hermione recién había ingresado al chat y ya alguien la había tildado. Cuando se dio cuenta de quién era, estuvo a punto de cerrarlo, pero algo en su corazón le decía que no debía hacerlo.

POSEIDON ¡Hola, Atenea!

ATENEAHola, ¿qué quieres?

POSEIDON que charlemos un rato.

ATENEA lo siento, pero yo soy demasiado aburrida y desinteresada para ti.

POSEIDON¿cómo? ¿De que hablas?

ATENEA no te hagas, ya me enteré de que me trataste de aburrida...

POSEIDON¿quién te dijo eso? Yo nunca dije algo así...

ATENEA una de tus simpáticas amigas. Y no me importa, ya no quiero volver a verte, no quiero saber de ti nunca más, ¿me entiendes?

POSEIDON¡No, espera! Por favor, déjame explicarte...

ATENEA no tienes nada que explicar, te entiendo, soy muy poco para ti...

POSEIDON ¿me puedes dejar hablar? Yo nunca dije algo así, por favor créeme...

ATENEA ¿y como puedo yo creerte?

POSEIDON te juro que nunca hable con nadie más excepto tú. Por favor créeme... y cuando me tildaron fui lo más cortante posible...

ATENEA¿me lo dices enserio?

POSEIDON de verdad, nunca te llamaría aburrida, tú eres...

ATENEA¿qué?

POSEIDONtú eres... una gran amiga...

ATENEA¿enserio?

POSEIDON¡Claro! Por favor Atenea, créeme...

ATENEAmmm... esta bien. Lamento haberme comportado así, es que de verdad me moleste mucho al pensar que tu dijiste algo así...

POSEIDON no te preocupes, esta todo bien.

ATENEA te eche de menos este tiempo...

POSEIDON ¿de verdad?

ATENEAsí y mucho...

POSEIDONyo también te eche mucho de menos... ¿sabes que?

ATENEA¿qué?

POSEIDON creo que deberíamos conocernos...

ATENEA¿eso crees?

POSEIDON sí, creo que podríamos llegar a ser grandes amigos. Me gustaría poder conocerte...

ATENEA a mí también, sería una linda experiencia.

POSEIDON¿te parece bien el lunes?

ATENEAseguro, me parece muy bien.

Ambos se quedaron conversando hasta pasada las 1. Hermione se sentía mucho mejor, se sentía más contenta. Había estado bastante deprimida por todo lo que había pasado, pero ahora que todo se había solucionado no veía la hora de que llegara el lunes, el día que conocería a la persona que estaba ocupando un lugar en su corazón.

Ron se sentía más que bien. Por fin había solucionado aquel problema con Atenea y las cosas estaban más que bien. Aquella charla había sido la mejor que había tenido con ella, y ya se sentía bastante impaciente por la cita de aquel lunes, donde por fin podría conocer a la nueva persona que ya formaba parte de su vida.

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Vero Granger