*¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien. ¡FELIZ 2004! Bueno, ha pedido de unas muy buenas amigas y lectoras del fic "Tienes un email" he decidido escribir... un pequeño epílogo para contar lo sucedido después del último capítulo. Les digo que soy nueva en esto de los epílogos, pero ojalá que les guste.

Tienes un email.

[Dedicado a Angie Weasley, Aiko y Paulita]

Epílogo

Ya han pasado 3 años desde que Ron me pidió que me casara con él. ¡Cuánto tiempo había estado esperando que eso sucediera! Fue una boda inolvidable. Nuestros padrinos fueron Harry y Ginny, por supuesto, ya que fueron los que más nos apoyaron para que volvamos a estar juntos, después de esos años sin vernos... No podría imaginar la vida sin Ron, no podría imaginar como sería mi existencia si nunca hubiera vuelto a verlo... Pero no debo pensar en eso ya. Porque estamos casados y no podría ser más feliz.

Vivimos en una bonita casa en un barrio muggle. Ya se que es algo increíble que ambos siendo magos viviéramos en el mundo muggle, pero terminé mis estudios en Periodismo, así que me resultaría algo difícil ir a trabajar viviendo en el mundo mágico. Ron se mostró de acuerdo conmigo. Es tan comprensivo... Ha cambiado mucho desde que nos casamos, la verdad es el esposo que cualquier mujer desearía. Es casi inevitable tener nuestras acostumbradas peleas, no podemos dejar de tenerlas, eso hace que nuestro amor crezca aún mas. Ron esta trabajando en la sección de Deportes en el diario "El Profeta". Su gran ambición es llegar a ser parte del departamento de Deportes y Juegos mágicos, pero todavía queda un largo camino en su carrera. Estoy segura que lo logrará, es alguien muy talentoso, en especial con las cosas que lo apasionan, como ser el Quidditch y el ajedrez.

En cuanto a Harry y Ginny, sus vidas se iluminaron con la llegada de su primera hija; su nombre es Lily, en recuerdo de la madre de Harry, y esta al borde de cumplir su primer año. Tiene el mismo pelo colorado de todos los Weasley, es muy hermosa, aunque sin duda heredó los preciosos y brillantes ojos verdes de Harry. Él y Ginny están muy felices, y nosotros también. Harry me ha elegido como madrina de Lily, mientras que el señor Weasley es el padrino. Katie y George también habían agrandado más a la familia Weasley, con otra hermosa niña, de nombre Kelly y de 4 años de edad, del mismo color castaño de Katie, pero tan tremenda como su padre. En cuanto a Fred y Angelina, por ahora solo habían tenido otra niña, Mary, con 4 años también, era el orgullo de sus padres. Pero Angelina me había confesado que le gustaría tener una familia numerosa... Bueno, los Weasley son muchos, más no les harían daño, ¿no? ^^

Percy y Penelope ya tenían dos adorables niños; de 2 años, Patrick, que, para desgracia de Percy, resultó ser muy travieso, y el no tenía mucha paciencia con los niños... Pero lo mismo lo adora, y Monica, de 11 años, que acaba de ingresar en Hogwarts. Es el orgullo de Percy, son tan parecidos...

Ron y yo éramos los únicos sin hijos. Todavía no habíamos conversado sobre ese tema... Parecía que Ron lo evitaba... Pero yo tampoco quería obligarlo, las cosas se dan a su debido tiempo... y no hay que apurarlas.

Una tarde de otoño, estaba junto a Ginny en su casa que habían comprado en Hogsmeade.

-¿Sabes algo, Ginny? Me he sentido algo extraña estos días... -dije, mientras sostenía a Lily en brazos que daba grititos mientras jugaba con la manga de mi blusa.

-¿Extraña en que sentido? ¿Pasó algo con Ron?- preguntó Ginny, que tejía unos pequeños escarpines de color rosado.

- No, para nada, con Ron estamos muy bien... Me he sentido muy cansada, con algunos dolores de estómago...

-¿Has ido a ver al doctor?

- No, pero no debe ser nada grave.

-¿Sabes una cosa, Herm? No te asustes con lo que te voy a decir... Pero así me sentía yo cuando estaba embarazada de Lily...- me dijo Ginny, levantando la mirada de los escarpines.

-¿Quieres decir que puede que yo... esté embarazada?- me quede de hielo... ¿y si de verdad era eso? ¡¿Cómo se lo diría a Ron?! Él no espera esto para nada.

- No te estoy diciendo que estés embarazada, pero es posible... ¿por qué no mejor vas a ver al médico? Ve con Ron.

-¡No! Ni lo sueñes, el se moriría... Ven conmigo.- rogué a Ginny.

-¡No puedo, debo cuidar de Lily!- exclamó Ginny.

-¡Por favor, Gin! No me dejes sola en esto. Llevaremos a Lily con nosotras.- dije, mientras que Lily daba risitas de alegría jugando esta vez con mi cabello.

Ginny miró a Lily que parecía pasarla de lujo acariciando mi pelo, y luego me miró a mi.

-¿Por favor?- dije levantando a Lily y poniéndola de pie en mi regazo.- Mi querida ahijadita dice que si... -agregué mientras que la niña sonreía a las carcajadas.

- Esta bien, iré contigo. Prepara a Lily, enseguida me cambio.- dijo por fin Ginny, guardando los escarpines en su bolso.

Preparé a Lily con un hermoso trajecito que había comprado para ella en Hogsmeade, con lunas y estrellas. Se veía realmente adorable. Ella parecía estar muy contenta. De verdad que la adoraba. Deseaba de verdad poder tener una niña tan hermosa como ella...

La puse en su coche y esperamos juntas, aunque Lily ya había empezado a entretenerse con las llaves de mi casa. Ginny llegó al instante.

- Estoy lista... ¡Vaya se ve hermosa!- dijo Ginny con una enorme sonrisa al ver a su hija. - Es tan hermosa como su madre.- agregó agachándose junto a ella y besando su mejilla.

- Tiene los ojos de Harry...

- Lo sé... pero lo pelirrojo no lo heredó de Harry, ¿no? ^^

- ... ¬¬ ¿Vamos?

Subimos en mi auto y nos fuimos hacia el consultorio del ginecólogo, que quedaba en el centro de Londres.

-¿Por qué vamos a un médico muggle?- preguntó Ginny, sacando de nuevo el par de escarpines.

- Es un ginecólogo muy bueno, además siempre nos atendió a mi y a mamá.- respondí.- ¿Por qué tejes escarpines? ¡A Lily no le entrarán ya!

- Bueno, por si llega a venir el segundo, ¿no?- contestó Ginny, con una sonrisa pícara.

-¿Estas segura de que quieres otro?- dije, frunciendo el entrecejo.

-¡Claro! Harry estará encantado, el adora a Lily, es su debilidad.

Llegamos a la hora después de que habíamos salido de Hogsmeade. Bajamos y la secretaria nos dijo que esperáramos que el doctor terminase con una paciente, así que nos sentamos en la sala de espera.

Ginny ojeaba una revista, murmurando para si, que no entendía porque las fotos no se movían, mientras que Lily se dedicaba a jugar con las pulseras de su mamá.

Yo no podía ni leer una línea. Estaba demasiado nerviosa... ¿Qué diría Ron si yo esperaba un bebé? Temía al abandono por su parte... pero no podía pensar eso... Ron me amaba, pero ¿desearía la llegada de un hijo?

- Granger, Hermione... Pase- dijo la secretaria.

Me puse de pie temblando de pie a cabeza.

-¡Suerte!- murmuró Ginny. Lily no paraba de dar grititos, estaba contenta, parecía presentir lo que iba a suceder.

Entré al consultorio y el doctor me esperaba sentado en el escritorio.

- Bien, señorita Granger, dígame que le ha estado sucediendo.

- Bueno, estos días me he sentido bastante agobiada y me dolía un poco el estómago... Mi amiga me aconsejó que viniera a verlo...

- Lo mejor para estar seguros es que hay que hacer la ecografía. Venga mañana y tendrá su respuesta.

El doctor hizo unas recetas con medicamentos para calmar mis dolores de estómago.

Estuvimos muy calladas durante el viaje de nuevo a casa, la verdad estaba sumida en mis propios pensamientos.

- Oye, Gin, ¿me acompañarás a hacerme la ecografía mañana?- pregunté, deteniendo el auto frente a casa de Harry y Ginny.

-¿Por qué no vas con Ron, Hermione?

-¡No! El no tiene que saberlo, por ahora... creo que no esta listo para saberlo...

-¿Estas segura?

- Es lo mejor... ¿qué dices?

- Esta bien, iré contigo.

-¡Gracias, amiga! Adiós, saludos a Harry.- besé a Lily en la mejilla, mientras ellas bajan del auto.

Entré a casa y lo primero que vi fue a Ron tomando café en la mesa de la cocina.

-¡Hola, Herm! Estaba preocupado por ti, ¿dónde estabas?- me pregunto, acercándose a mí y besándome en los labios.

- En casa de Ginny.- respondí, haciéndome la inocente.

- Que raro, porque hablé y no estabas...- Ron fruncía el entrecejo.

- Es que salimos a dar una vuelta... - evadí las preguntas de Ron.- Pero no importa ahora, ¿cómo estuvo tu día?

- Bastante bien, con mucho trabajo, pero bien, te extrañé mucho... ya casi ni tenemos tiempo de hablar.- me dijo Ron, tomándome por la cintura.

- Lo sé, Ronnie... es el trabajo... -respondí mientras acariciaba su cabello.

-¿Qué dices si vamos a comer ahora?

- Creo que no estoy de ánimos ahora, Ron... es algo tarde, estoy cansada...- aunque me moría de ganas de salir con él, era verdad que estaba agotada.

-¡Ultimamente te ves muy agotada, Hermione! Ya ni tienes tiempo para mi... Solo te importa el trabajo...

-¡No digas tonterías, Ron! Claro que me importas, pero el trabajo es el trabajo...

- Lo que tu digas, Hermione. Creo que me voy a dormir.

Ron subió las escaleras sin dirigirme ni una palabra mas... No podía decirle nada todavía sobre el embarazo, no todavía...

Desperté a la mañana siguiente y Ron ya no estaba en casa. Me cambié rápidamente, pero en la mesa de la cocina no había ninguna nota a su nombre. Supuse que seguiría molesto por lo de ayer... Ya que él siempre me esperaba para desayunar.

Mientras preparaba café, hablé a mi trabajo para avisar que no iría hoy.

Leía "El Profeta" cuando sonó el timbre. Al abrir la puerta me encontré con Ginny.

- Hola, Hermione. ¿Cómo estas?- dijo ella, entrando.

- Bien, gracias por venir, Gin.- respondí.

- No hay problema. ¿Y mi hermano?

- Ya se fue al trabajo, discutimos anoche...

-¿Por qué, Hermione?
– Él quería que saliéramos, pero me sentía cansada. Dice que ya no le dedico tiempo a él...

-¿Y eso es verdad?

No dije nada. Me parecía que Ron tenía razón. Yo era muy dedicada en cuanto al trabajo, y ahora con esto del supuesto embarazo...

- Todo estará bien, Herm... ¿estas lista?- dijo Ginny.

- Si, vámonos... ¿y Lily? ¿Por qué no la trajiste?

- La dejé en La Madriguera. A mamá le encanta cuidarla.

- Bueno, entonces vamos.- dije, mientras daba mi último sorbo al café.

Subimos otra vez en mi auto y nos fuimos a Londres. El doctor ya nos esperaba.

Ginny prefirió esperar afuera mientras me examinaban. A la hora salí del consultorio.

-¡Hermione! Estuve temblando esperando por ti... ¿Y? ¿Qué paso?- preguntó Ginny inmediatamente.

- Si, estoy embarazada... –contesté con ojos como platos.

-¿Enserio? ¡Oh, Herm, te felicito!- exclamó Ginny, abrazándome.

- Estoy embarazada de mellizos, Ginny.- susurré, incrédula.

-¿¡Que!? ¿¡Mellizos!? ¡Increíble, Hermione!- gritó Ginny con una sonrisa de oreja a oreja, abrazándome nuevamente.

Pero yo no decía nada. No podía creer, estaba como sumida en un trance.

-¿Hermione? ¿Qué te sucede? ¿Acaso no estas contenta?- preguntó Ginny, cuando íbamos camino a casa.

- Claro que estoy contenta. O sea, como podría no estarlo...

-¿Entonces por que tienes esa cara?

-¿Cómo crees que reaccionará Ron con esta noticia?

- Bueno, es obvio que se sorprenderá bastante, pero estará feliz.

-¿Tu crees?

-¡Por supuesto que si! Hermione, Ron es tu esposo. Alguna vez iban a tener hijos.

- Lo se, pero Ron ni yo esperábamos que ocurriera esto tan pronto.

- No te preocupes, Herm. Él lo entenderá.

Ojalá Ginny tenga razón. O sea... ¡Tendría mellizos! Era algo que no me lo esperaba, pero estaba feliz de poder tenerlos, aunque la reacción de Ron aún me carcomía los pensamientos.

Dejé a Ginny en su casa y luego fui a la mía. Al entrar noté que tenía un mensaje en el contestador. Lo encendí y escuché la voz de Ron.

Hola, Herm... Soy Ron. Quería decirte que siento mucho lo de ayer... Fui un completo idiota, perdóname... Solo que casi no nos dedicamos nuestro tiempo, el tiempo que deberíamos estar juntos... Si es que estás ahí, llámame... Besos, te amo.

Me eché en el sofá aún más preocupada. Me quedaría en casa, a pensar... Ron tenía que saber que sería padre... Lo tenía que saber, y esa misma noche le diría.

Estaba viendo televisión cuando Ron llegó a casa esa noche. Lo apagué inmediatamente y me acerqué a él.

- Hola, Hermione...

- Hola, Ron, escuché tu mensaje... Esta todo bien, no tienes porque pedirme disculpas... Es cierto que nunca nos dedicamos el tiempo que nos merecemos y que estoy todo el día pensando en el trabajo... pero ya me conoces...

- Te conozco demasiado bien, Herm...- dijo Ron, besando mi mejilla.- Estuve pensando que podríamos ir a cenar ahora... Es viernes, mañana no trabajas...

- De acuerdo, vamos. Espera a que me cambie.- dije, subiendo rápidamente.

Me puse una falda negra hasta las rodillas, una camisa blanca de seda y dejé suelto mi cabello. Me puse muy poco maquillaje y unos zapatos de taco alto. Quería hablar con Ron, decirle lo que estaba sucediendo...

Bajé rápidamente las escaleras. Ron ya me esperaba.

- Te ves hermosa, Hermione. – dijo, abriendo los ojos como platos.

-¡Me haces sonrojar, Ron!- susurré, notando que mis mejillas se ruborizaban.

-¿Solo porque digo la verdad?- respondió él, tomando mi mano.

Nos aparecimos inmediatamente en las Tres Escobas. Nos ubicamos en una mesa algo alejada, y luego de pedir nuestras comidas comenzamos a hablar. Las suaves luces de unas velas nos alumbraban.

- Hermione, hay algo que quiero que hablemos... – dijo Ron, después de que nos sirvieran los platos.

- Antes de que hables, Ron, tengo que decirte algo muy importante.- dije. Estaba decidida a contarle todo esa misma noche.

- Bueno, entonces te escucho.- dijo Ron, frunciendo el entrecejo.

- Eh... Ron lo que te voy a decir es algo muy importante y quiero que lo tomes con calma...

- Me asustas, Herm...

- Ron... lo que quiero que sepas es que... Estoy embarazada.- anuncié por fin, tan nerviosa que tenía un nudo en el estómago.

Ron escupió un poco de vino por la sorpresa. Luego me miró con los ojos abiertos de par en par.

-¿Disculpa? ¿Acaso escuché que estas embarazada?- repitió Ron, incrédulo.

- Si... Estoy embarazada... de mellizos Ron...

-¿¡Que!? ¿¡Mellizos!? ¡No bromees, Hermione!- exclamó Ron, desatando el nudo de su corbata.

-¿¡Acaso crees que estoy bromeando, Ronald!? ¡Hablo muy enserio!- repuse, algo molesta.

- Es que... ¡Es que no lo entiendo! ¿Cómo pudo pasar esto?- dijo él, pasándose la mano por el cabello.

- Pasó... Ron, estamos casados, alguna vez tendría que pasar.- respondí.

-¿¡Pero por que tan pronto, Hermione?! ¿Por qué no esperaste un tiempo?

-¿¡Crees que yo tengo la culpa de estar embarazada de mellizos, Ron!? ¡No puedo creer que me estés diciendo esto!- grité. Estaba furiosa y a la vez triste... ¿Cómo Ron podría decir algo así? No podía aguantar más esto, sabía que no cambiaría la opinión de Ron...

-¡Es que no puedo creerlo, Hermione!- dijo Ron, tomando un poco más de vino.

- Escucha... es la realidad, Ron. Debo irme, no puedo estar más aquí...

Salí de las Tres Escobas lo más rápido posible. No quería volver a casa, ya que seguramente tendría que enfrentar a Ron... así que decidí irme a casa de mamá.

Papá había muerto al año de que me había casado con Ron. Él había estado muy enfermo... Lo extraño muchísimo.

Me aparecí en la puerta de mi antiguo hogar y toqué el timbre. Mamá se demoró un poco en atenderme, pero supuse de que estaría en su habitación, arriba.

-¡Hermione! Hija, ¿qué haces aquí?- dijo, mirándome y acomodándose su bata, cuando abrió la puerta.

- Hola mamá... ¿Puedo pasar?- le dije, con la mirada algo gacha.

- Claro, adelante, Hermione...

La casa seguía igual que antes. Mamá la mantenía en muy buen estado, siempre prolija y ordenada, aunque se sentía mucho la ausencia de papá. Sus fotos rondaban por toda la casa. Mamá se había ocupado de colgar y poner retratos de él en toda la sala y en los pasillos de la casa.

Nos sentamos en la mesa de la cocina y mamá preparó té.

-¿Y bien? No sabes como me sorprende tu visita.- dijo ella, sirviendo el té.

- Lo sé...

-¿Qué paso? ¿Dónde esta Ron?

- No quiero hablar de él ahora.- dije, sorbiendo té mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.

-¿Peleaste con él, Hermione?- preguntó mamá, angustiada.

- Después, madre, después... Solo quiero dormir.

- Esta bien. Hablaremos en la mañana...

Subí lentamente y entre en mi habitación. Mis libros de Hogwarts todavía seguían allí. También había dejado alguna ropa en mi armario, así que me puse el camisón y me senté en mi escritorio. Mis cosas se mantenían intactas, pero sin polvo. Sobre la mesa había un libro de Transformaciones. Al abrirlo descubrí mis antiguas fotos con Harry y Ron en Hogwarts... ¡Que recuerdos! Solo me gustaría volver un momento atrás para vivirlos otra vez. También había sobre el escritorio un marco con una foto de Ron. La había puesto el día que volví de Francia, aquella vez en el Campeonato Mundial de Quidditch. La computadora seguía allí... Cuantos recuerdos... Recordé mis momentos, extrañaba ser Atenea... y demasiado... Sin pensarlo dos veces, la encendí y me conecté a Internet.

Como si se volviera a repetir todo de nuevo, entré a la pagina "brujos de hoy" e ingresé al chat, como era de costumbre, con mi antiguo nick de Atenea. Sería ella por unos instantes, solo para volver a sentirla.

Varios privados se me abrieron, pero no quería hablar con ninguno. Pensé que mi gran amigo Poseidon estaría allí... Me pregunto que sería de él... Desde el momento en que Ron dijo ser él (cosa que nunca le creí) nunca más volví a conectarme al chat, y nunca más volví a saber de él. Lo echo de menos, aunque nunca nos habíamos visto a los ojos, tomé mucha confianza con Poseidon, y aunque no sabía ni siquiera su verdadero nombre, me ayudaba hablar con él. Para mi sorpresa, un pequeño cartel se elevó por la pantalla, que indicaba que el mismísimo Poseidon se acababa de conectar. Mi corazón se aceleró de alegría, mientras le habría una charla privada. Había pasado mucho tiempo... ¿Aún se acordaría de su amiga Atenea?

ATENEA ¡Hola, Poseidon! Se que ha pasado mucho tiempo... pero ¿te acuerdas de mi?

POSEIDON Hola, Atenea... Es cierto, ha pasado mucho tiempo, pero claro que te recuerdo, siempre lo he hecho.

ATENEA ¿Me dices enserio? Que alegría saberlo. ¿Cómo has estado?

POSEIDON Muy bien, ¿y tu? ¿Qué has hecho de tu vida?

ATENEA Pues, he vuelto a hablar con mi amigo, ¿te acuerdas de él?

POSEIDON Claro que si, me has hablado tanto de él antes...

ATENEA Si, lo se... El caso es que nos hemos vuelto a encontrar, y me di cuenta que cometí un grave error al dejar de hablarle al salir de Hogwarts. El me gusta mucho, lo amo, con eso te digo todo... Y nos pusimos de novios.

POSEIDON ¡Que bien! Me alegro por ti.

ATENEA Yo también... Y nos hemos casado también.

POSEIDON ¡¿Te has casado?! Increíble, pues, supongo que eres muy feliz. Es la vida que cualquiera desearía.

ATENEA Al principio lo era, pero todo ha cambiado ahora...

POSEIDON ¿Por qué dices eso? ¿Se han separado? ¿Acaso ya no amas a tu esposo?

ATENEA ¡Claro que lo amo! Con todo mi corazón... Salvo que esta noche creo que será la última vez hable con él...

POSEIDON ¿Cómo?

ATENEA Si... Es que le he dicho que estoy esperando mellizos... Creo que se molesto por eso...

POSEIDON ¿Se molestó? ¿Estas segura?

ATENEA Creo que si... Ambos no esperábamos esto, fue algo muy sorpresivo, aunque lo que más deseaba en el mundo es tener hijos con mi esposo, y ahora que los tendré, parece que el mundo se me viene encima...

POSEIDON ¿No quieres tener a tus hijos?

ATENEA ¡Que dices! ¡Claro que quiero! Por supuesto que si... Pero mi esposo no esta listo aún... Tengo miedo que me abandone...

POSEIDON No digas eso... Capaz que tu esposo solamente se sorprendió mucho... Y no sabía que decir. A cualquiera le sucede, debe haber estado en unos momentos difíciles...

ATENEA No lo sé... Creo que él ya no me ama...

POSEIDON ¡Como dices eso! Por algo se casó contigo, Atenea, estoy segura que él te ama... solo debes hablar con él... no es una noticia para tomársela con calma, ¿no crees? Además a quien no le gustaría tener hijos con la persona que ama...

ATENEA Capaz que tienes razón... No has cambiado en nada todo este tiempo que no nos vimos... Sigues siendo tan bueno como siempre...

POSEIDON Gracias, pero me haces sonrojar...

ATENEA La verdad que es una casualidad inmensa que nos hayamos encontrado de vuelta. Por cierto, nunca te he dicho mi verdadero nombre.

POSEIDON No hace falta que me lo digas.

ATENEA ¿Eh? ¿Disculpa?

POSEIDON Tu nombre es Hermione Granger. Tus padres son de sangre muggle, pero lo mismo fuiste a Hogwarts y perteneciste a la casa Gryffindor. Eras la mejor estudiante de todos. Y eres muy amiga de Harry Potter.

ATENEA No entiendo nada... ¿Me conoces?

POSEIDON Claro que te conozco. Eres la chica que siempre he amado desde que te vi. La más inteligente de todas, la más hermosa... la que siempre me ayudaba en todo.

ATENEA Espera... además de que estoy totalmente confundida, me estas haciendo sonrojar...

POSEIDON ¿Por qué? ¿Solo porque digo la verdad?

En ese momento mi corazón se paralizó y todo en mi cabeza comenzó a dar vueltas y vueltas, volviendo al primer día que había chateado con Poseidon...

ATENEA ¿Ron? ¿Eres tu?

POSEIDON El mismo, Hermione.

ATENEA ¡No puedo creerlo! ¿Qué estas haciendo en este chat? ¿Por qué te haces pasar por mi amigo Poseidon?

POSEIDON Siempre he sido Poseidon, Hermione. Siempre lo he sido...

ATENEA Todo esto es tan... confuso...

POSEIDON Cuando te dije que era Poseidon, no me creíste... Y cuando empezamos a salir no hacía falta que te lo dijera... Pero quiero que sepas que siempre lo fui...

ATENEA Ron... esto es increíble...

POSEIDON Lo sé... Lo mismo pensé cuando Harry me hizo darme cuenta de que tu eras Atenea.

ATENEA ¿¡Harry sabía todo esto?

POSEIDON Si, claro que lo sabía...

ATENEA Debo irme, Ron...

POSEIDON ¡No! Espera, ¿dónde estas? Necesito verte, hablar contigo...

Eso fue lo último que leí después de desconectarme. Todo estaba dándome vueltas en la cabeza como si estuvieran en órbita y giraran alrededor de mi cerebro. Todo me parecía... increíble... Ron siempre fue Poseidon... Era algo... que nunca lo esperé...

Me acosté en la cama y me dormí al instante.

Alguien acariciaba mi cabello, cosa que hizo que me despertase. Un débil rayo de sol entraba por la ventana. Lo primero que vi al abrir los ojos, fue a un hombre sentado a mi lado. Su cabello colorado brillaba intensamente a la luz del sol, y sus ojos tenían un destello especial, que me atraía hacia ellos como imanes. ¿Un día sin Ron, y ya soñaba con él? Volví a cerrar los ojos y los froté y al abrirlos de nuevo, la figura de Ron seguía allí.

- Buenos días, Hermione.- dijo.

-¿Ron? ¿Qué estas haciendo aquí?

- Ayer no pudimos terminar nuestra conversación...

Me incorporé en la cama, y de repente me acordé de todo lo que había pasado la noche anterior... Ron y Poseidon.

- Pero...

- No digas nada, déjame hablar a mi.- dijo Ron, poniendo en mis labios su mano. Me callé enseguida.

- Quería pedirte disculpas por ayer en las Tres Escobas... Ya se que mi reacción no fue la mejor, pero que esperabas... Me tomaste por sorpresa. Pero quiero que sepas una cosa, Hermione. Nunca, pero nunca en mi vida te abandonaría... Quiero a esos mellizos tanto como tu... Porque son fruto de nuestro amor, Herm. Te amo y no podría ser más feliz.

Mis ojos se llenaron de lágrimas rápidamente y me lancé en los brazos de Ron.

Mi felicidad fue completa en ese momento. Los nueve meses que estuve embarazada, Ron se encargó de hacerlos los mejores momentos de mi vida. Nos pasábamos el tiempo eligiendo nombres para nuestros bebés y preparando sus cosas para cuando llegaran.

Un día de verano estábamos todos reunidos felizmente en la Madriguera.

Las pequeñas hijas de Fred y George jugaban con unas diminutas escobas que el señor Weasley había comprado para ellas.

-¿No son adorables?- exclamó Angelina, que esperaba a su segundo bebé. Pero solo llevaba dos meses.

- Claro que lo son... Por algo somos los padres, salieron a nosotros.- respondió Fred.

- ...¬¬

Melany, que había crecido bastante, enseñaba a Monica, la hija de Percy, algunas cosas sobre Pociones.

-¿Estas segura que es así? Digo, pues es algo que no parece eficaz...- decía la niña, con su siempre aspecto de sabelotodo, igual que su padre.

- Ah, Mónica, no le discutas a Melany, ella es más grande que tu y sabe mucho más.- dijo Michael, que estaba tan alto, que casi nos pasaba a todos en altura.

- Cállate, Michael, nadie pidió tu opinión.- respondió Monica, mirándolo despectivamente.

- No pelees con tu primo, Monica.- decía Penelope, mientras trataba de ponerle las zapatillas al inquieto Patrick. Monica y Michael no se llevaban nada bien.

Yo tenía a Lily en brazos mientras todos conversábamos.

- Ginny... ¿por qué ahora estas tejiendo escarpines celestes?- preguntó Percy, frunciendo el entrecejo.

- Bueno, capaz que nos sorprenda la llegada de otro bebé a la familia.- dijo Ginny, mirando a Harry significativamente, mientras él se hacia el de mirar a otro lado.

De repente, sentí unos dolores muy fuertes. Había tenido unas cuantas contracciones pero no tan fuertes como las de ahora.

-¡Ron!- grité.- Ron, creo que es la hora.

-¿Qué hora?- preguntó Ron, que estaba concentrado jugando ajedrez mágico con George.

-¡La hora de tener al bebé!- aullé. El dolor era inexplicable y empecé a sudar rápidamente.

-¿¡¡Que!!? ¿Por qué?- Ron se puso de pie y corrió a mi lado. Todos vinieron a ayudarme.

-¡¿Quieres que te responda o no?- grito furiosa, por la falta de cooperación de Ron.

-¡No te preocupes, Hermione! Te llevaremos ya mismo a un hospital.- dijo Sara, mientras todos se encargaban de alzarme.

Estábamos ya en la puerta cuando una fuerte tormenta se largó.

-¡Oh, no!- exclamó Harry

-¡¡¡¡Auu!!!!! ¡Hagan algo por favor!- grito, tratando de soportar el dolor.

Ya empezaba a anochecer y la lluvia caía sin cesar.

- Llamaré para que el doctor venga aquí urgente.- anunció Katie, yendo hasta un teléfono que ahora habían comprado los Weasley.

Justo cuando Katie marcaba la luz se cortó. Quedamos totalmente a oscuras.

Patrick comenzó a llorar y corrió a los brazos de su mamá.

-¡¿Qué haremos!?- Ron parecía aún más nervioso que yo.- ¡Hermione resiste!

-¡Has algo, Ronald! ¡Pero rápido!- grité con la respiración entrecortada.

-¡Que no cunda el pánico!- gritó la señora Weasley.- Tendrás a tus bebés, Hermione. ¡Llévenla a la sala!

Me recostaron en el sofá. Los niños estaban en la cocina. Conmigo estaban Ginny, Harry, Percy, Katie y la señora Weasley. Ron estaba agachado junto a mi, sujetando mi mano.

-¡Se cosas sobre medicina muggle, mamá! Así que no te preocupes, Hermione. He visto algunos partos. Fui ayudante voluntario en el hospital San Mugo de Enfermedades y Heridas mágicas... Me rogaron que no me fuera de ahí, ya que todos me querían...- dijo Percy.

-¡Nadie quiere saber eso ahora, Percy! ¡Eres un completo idiota!- aulló Ron, echándole una mirada furiosa.

-¿¡A quien llamas idiota?!- repuso Percy.

-¡A ti! No veo otro idiota presente!- respondió Ron.

-¡¡Ronald!! No es momento para pelear, ¿o acaso no se nota que estoy por dar luz?- grité con fuerza, cerrando mis ojos por el dolor.

- Bien, Hermione. Cuando yo te lo diga... pujas, ¿esta bien?- dijo Katie, mirándome con paciencia.

- De acuerdo.- respondí, respirando entrecortadamente.

- Bueno, ¡puja ahora!- gritó Katie.

Pujé con todas mis fuerzas. Era como si dejase todo mi ser pujando tan fuertemente. Varias gotas de sudor empaparon mi rostro y algunas lágrimas se desprendieron de mis ojos.

-¡Solo un poco más, Hermione!- me dijo la señora Weasley. Volví a pujar y di un grito. Un suave llanto se escuchó enseguida. Sentí que alguien se desplomaba a mi lado y que Ron soltaba mi mano.

-¡Ron se desmayó! Se nota que no es lo suficientemente fuerte para estas cosas!- escuché la voz de Percy.

-¡Ya salió el primero, Hermione! ¡Vamos, que ya viene el segundo! Solo un poco más- me decía Katie.

Pujé y lo único que hice es pujar. Otro llanto invadió rápidamente la sala de los Weasley. Se escuchó un golpe seco, alguien se había caído.

-¡Listo! ¡Ya esta, tranquilízate, Hermione! Aquí están tus bebés...- suspiró Katie. Abrí los ojos lentamente y lo primero que vi fue a Ron tirado en el piso, desmayado y Percy también tumbado en el piso, desmayado.

La señora Weasley tenía los ojos empapados de lágrimas. Katie traía en brazos a dos pequeños cuerpecitos, que tenían una pequeña mata de pelo colorado.

Se acercó a mi y los vi. Mis hijos... tan indefensos, tan hermosos... No pude aguantarlo y estallé en llanto.

- Son muy lindos, te felicito.- dijo Katie, entregándome a los niños.- Son un niño y una niña.

Sentí que estaba como en un sueño. Sus manitas se movían jugando con mi cabello. Eran tan chiquitos... Los amaba.

-¡Ron! ¡Despierta!- gritó Harry, echándole un vaso de agua.

-¿Qué paso? ¿Hermione?- Ron se puso de pie y se acercó a mi.

- Ron, mira... son nuestros hijos.- le dije sonriendo.

Él se quedó de piedra mirándonos. Luego sonrió y se agachó junto a mi.

-¿Qué opinas?- dije.

- Son perfectos... – susurró él, embobado, tomando en brazos a uno de ellos, a la nena. Ella profirió un sollozo, pero Ron la mesó y se quedó tranquila.

La familia Weasley estaba feliz, al igual que mamá, que cuando los vio se puso a llorar como una loca. Ron y yo no podíamos ser tan felices. Con la ayuda de mamá y de la señora Weasley escogimos dos nombres muy lindos para nuestros bebés: Dana y Derek.

Decidimos mudarnos a una pequeña casa en Hogsmeade. Gracias al apoyo de Harry y Ron, comencé mis estudios en profesorado en Transformaciones, que es lo que siempre me gustó. Ron por fin ha obtenido un puesto en el Departamento de Deportes y Juegos Mágicos. Los niños acaban de cumplir su primer año. Dana tiene una espesa cabellera (como yo) de color rojo y unos hermosos ojos azules, iguales a los de Ron y con muchas pecas en la cara. Derek es igual a Ron, pelo lacio colorado y brillantes ojos azules. Por fin había cumplido el sueño de mi vida... Tener una familia con la persona que amo... Ron, Poseidon...

Hermione Granger.

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¿Y? ¿Qué les pareció el epílogo? ¿No fue algo largo? Es que me inspiré así re mal y no pude contenerme a escribir todo esto! Ojalá que les haya gustado, a mi me encanto escribirlo, sobre todo la parte del reencuentro de Atenea y Poseidon!!! Fue tan emocionante n________n

Quiero agradecerle a Melania Weasley por pedir el epílogo, aquí esta, espero que lo hayas disfrutado.

También mil gracias a Aiko que me ha apoyado muchísimo también, y fue otra de las que me insistieron de hacer esto ^^ Por supuesto a Angie!!! Angie me ayudaste en mi etapa de crisis, porque pensé que estaría demasiado largo!!! Pero me apoyaste y me diste varias ideas!!! Muchas gracias, chica!!! Esto dedicado especialmente para vos!!!! Y por último a mi gran lectora y amiga de msn, Pauli!! Tus ideas todavía las tengo en mente, espero que no te hayas desilusionado porque Hermione tuvo mellizos en lugar de cuatrillizos!!! Es solo que me pareció demasiado para ella o.O

Pero te agradezco mucho tu preocupación y apoyo, MUCHAS GRACIAS!!!

Y como no, a todos ustedes que están aquí detrás de la pantalla de ff.net, espero que les haya gustado, déjenme sus reviews!!! Me gustaría saber si les agradó o no, negativo o positivo, yo acepto todo n.n

Espero verlos pronto en mis otras historias!!!

Besos, feliz 2004!!

*~Vero Granger~*