CAPÍTULO 2: Quidditch
Acababa de salir de una reunión de prefectos. Desde luego aquello lo hacía por sus padres. Estaba aburrido de reuniones y trabajos, él no quería pasarse el día estudiando. Pero tampoco quería defraudar, a su padre sobre todo. Como había pasado ya el curso anterior. Al salir escogido para el torneo como uno de los tres (cuatro mejor dicho), de los participantes sus padres se emocionaron. Al dejar a Harry ganarlo, sus padres simulaban que no pasaba nada, pero él sabía que aún no le habían perdonado. En todas las pruebas había estado genial. Recordó aquellos días, en que las chicas le seguían a montones (aunque, ahora pasaba lo mismo, por lo menos no le pedían autógrafos). Andaba pensando en sus cosas, recordó que se había salvado por los pelos, cuando de repente, chocó contra algo, alguien mejor dicho. Y los dos cayeron al suelo.
-¡Au!!!! -gimió la chica, que estaba de rodillas.
-¡Lo siento, de verdad! -se diculpo él- estaba pensando en mis cosas y...
-No hace falta que me lo jures -dijo ella, sonriendo pero acariciándose la cabeza donde se había dado el golpe- oh, mira! ¡Mis apuntes de Pociones!
Señaló el suelo, con todos los apuntes y el guión del trabajo que le había dado Snape. Ahora ya no sonreía.
El chico la ayudó a recoger los papeles esparcidos por el suelo.
-Mm... lo siento no te enfades... -miró el reloj y se dio cuenta de que pasaba casi un cuarto de hora desde que debería haber empezado la clase de la chica- Te has perdido.
-¡Ja! ¡No hace falta que me lo recuerdes! Aunque si quieres puedes poner un cartel que lo anuncie, quizá así Snape puede bajar más puntos a Gryffindor -el chico se puso a reír- ¿Y sabes? No se si te voy a poder perdonar... deberías...
-Vale, vale, te acompaño a la clase.
La chica se lo quedó mirando, se acaban de levantar los dos del suelo y tenía los apuntes ya en la mano. ¡Jo! ¡Pero que guapo era ese tío! Mientras se lo quedó observando medio boquiabierta él volvió a hablar.
-Qué, ¿vamos?
La chica asintió con la cabeza.
-Gracias.
Le preguntó que clase le tocaba, y empezaron a andar. Llevaban un buen rato andando ya casi estaban, la verdad es que donde se habían encontrado estaba un poco lejos de la clase, esa chica era muy despistada, o quizás....
-¡Ah! Tu eres la nueva, ¿no?
-Lindsey Reaver, sí.
Lindsey esperó una respuesta, un nombre, pero él habló para decir:
-Esta es tu clase. -Y señaló una puerta cerrada.
-¿Cómo te...?
La puerta de la clase se abrió antes de que Lindsey pudiera acabar la clase. Allí estaba, ella en la puerta, con un chico sin nombre detrás y una profesora enfadada delante. Cerró la puerta rápidamente antes de que los rumores de los que estaban dentro se convirtieran en gritos. Murmuró un "gracias" justo antes de cerrar la puerta. Un "gracias" que no obtuvo respuesta, o que si la obtuvo, fue dicha cuando la puerta ya estaba cerrada.
Lindsey le dijo a Mc Gonagall que se había perdido y fue corriendo a sentarse al lado de Hermione. Esa la miraba entre preocupada y un poco enfadada.
Esa clase fue mucho mejor que la anterior, pero más que nada porque poco caso hizo a su profesora. Tampoco habló con Harry y Ron. Simplemente estaba en las nubes.
OooooooO
Cuando se terminaron las clases de la mañana y fueron al Gran Salón a comer, se sintió liberada. Por allí podía gritar, hablar y reír, metiéndose con Snape y Draco todo lo que quisiera. Aunque olvidó que ellos también se encontraban en el comedor. En cambio al chico guapo pareció no verlo.
Le encantaba el comedor, comía y comía y salía más comida. Se dio cuenta de que Hermione la miraba con mala cara. Ella con la boca llena dijo:
-¿Ché paza Hegmion?
Ron y Harry rieron, y después le dieron la explicación.
-Es que Hermione tiene un grupo a favor de los elfos domésticos -dijo Ron.
-No entiendo -Lindsey se había vaciado la boca ya.
-Los que hacen esa comida son los elfos domésticos, se pasan el día cocinando, trabajan duro,... ¡Imgínate! preparar comida para tanta gente, y encima hay algunos que repiten- Lindsey miró hacia abajo- Queríamos dejarlos libres, o que cobraran algo, pero ellos son feliz así. -Harry se explicó.
-Ah... -Lindsey dejó de comer. -En Fra... mi país -si decía el nombre de su país sabrían donde estaba su antigua escuela, y eso intentaba ser un secreto. Aunque con su acento francés, se podrían dar cuenta igual- los cocineros son chefs especializados. No digo que esa comida no este buena, además hay más cantidad. Pero allí es exquisitaaaaa.
Todos rieron, ¡esa chica estaba loca por la comida! Mientras se volvía a llenar la boca pasó por ahí su gran "enemigo": Malfoy.
-Mira la chica de las pociones, ¡te has tomado la que has hecho y te a convertido en cerdo? -Sus amigos, (ahora ya sabía que se llamaban Goyle y Crabbe) rieron su gracia aunque estaba segura de que no lo habían entendido.
-Malfoy vete a molestar a otro que tenga la autoestima más baja. No necesito dietas para estar como tu, parece que estés sorbiendo algo eternamente, -dijo eso sin mirarlo y después mirando a sus amigos dijo- como el anuncio de Trina ¿sabéis?.
Todos rieron con ganas (aunque no entendiereon la última frase, sobre todo Ron), y Malfoy se fue callado. Esta chica le ponía de los nervios. Le contestaba al igual que habían hecho Harry, Ron y Hermione anteriormente, pero esta chica lo hacía mejor. Le tocaba el orgullo.
Las clases de la tarde fueron mucho más tranquilas. Y después se fueron a la Sala Común para hacer los deberes. Allí solo había Gryffindor, era mucho mejor. Aunque se dio cuenta de que algunos la miraban con mala cara. El rumor de que había hecho perder veinte puntos a Gryffindor ya estaba corriendo.
Cuando estaban en la mesa y un chico que no conocía se lo recordó se sintió mal. Entonces vinieron dos gemelos, parecidos también a Ron y Ginny.
-¡Hola! - saludaron a la vez a los que estaban allí.
Se quedaron mirando a Lindsey que estaba con cara triste, y uno de los dos dijo: -¿Tu eres esa nueva exótica belleza que ha llegado al quinto curso? -Lindsey los miró extrañada mientras decía "¿exótica belleza?".
-Sí, es mismo, esos ojos y ohh la la, ese acento, no son precisamente ingleses. Yo soy Fred, el es George -señaló a un chico igual que él.- Y no te preocupes, ganaremos los veinte puntos en el próximo partido de Quidditch, ¿verdad Harry?
Harry asintió:
- No te preocupes por los veinte puntos, nosotros también hemos hecho perder puntos a la casa muchas veces.
- Aunque después hemos ganado el doble -dijo Ron, y Harry y Hermione le hicieron callar.
- ¡Los ganaremos ya verás! -Dijo George. Sabía cual era cual por donde estaban situados, cuando cambiaran de lugar, ya no sabría distinguirlos, y cuando se cambiaran la ropa aún peor.
Lindsey les sonrió. Mientras una idea flotaba en su cabeza. Quidditch.
Los gemelos se despidieron y desaparecieron del mapa, quedaban ellos haciendo los deberes. Lindsey habló:
-Harry, llévame ante el capitán o entrenador de tu equipo.
- ¿De mi equipo de Quidditch? No se quién será el capitán ese año. Pero si quieres puedo llevarte a la entrenadora -Así que era una mujer, mejor.- ¿Porqué quieres ir?
- Tu acompáñame -Harry la miró extrañado -Por favorrr -sonrió con cara de angelito y Harry aceptó.
Se levantaron y fueron hacia el cuadro para salir de la Sala, mientras se oía de fondo a Hermione gritando:
- ¡Lindsey deberías empezar a preparar tu trabajo de Pociones...!
Y se cerró el cuadro dejando al otro bando a Harry y Lindsey.
Lindsey estaba contenta, con los partidos de Quidditch podría ganar puntos para Gryffindor y ya nadie la miraría mal. Había hablado con la señora Hooch y cuando se enteró que Lindsey solo había utilizado las escobas para volar y dar paseos, y que nunca había jugado un partido, le dijo que lo veía crudo. La mañana siguiente empezaría el entrenamiento con Harry, la semana siguiente había las pruebas como cada principio de curso, para ver que gente nueva ingresaba en el equipo. Debía entrenar duro si quería superarlas.
El resto de días de la semana no fueron tan graves como el primero. Por lo menos no hizo bajar puntos a Gryffindor. Eso ya era algo. Además solo llegó tarde a un par de clases. Un récord. Y los entrenamientos de Quidditch con Harry iban genial. Le dijo que era buena volando, que con un poco de suerte la eligirían buscadora. Se ve que así podría ganar muchos puntos. Harry lo había sido los otros años. Pero ese año no se sabía aún, ¡¡el lunes serían las pruebas!!
Era viernes y había topado con Malfoy miles de veces, cada vez se molestaba menos por lo que le decía y repondía más irónicamente. Cosa que hacía que Draco estuviera cada día más enfadado con ella.
A quién no había visto otra vez era al chico moreno. Quizá se había ido, o estaba enfermo, o tenía muchos deberes y se pasaba el día en su Sala Común, porque de Gryffindor seguro que no era. Le había aparecido ver el escudo de Hufflepuff pero tampoco lo juraba, Slytherin no, más le valia.
Malfoy pasó por su lado con una sonrisa de superioridad. Y se paró al lado de Lindsey que empezaba a hacer le trabajo de Pociones y los deberes de Historia de la Magia.
- Me han dicho que quieres entrar en el equipo, Reaver -dijo con tono de burla.
- Te han informado bien ¿eh? ¿Cuánto les has pagado? -Cuando terminó la frase se lo quedó mirando y sonrió de la manera más falsa que pudo.
- Bueno, espero que no lo hagas tan mal como para bajar más puntos en Gryffindor. No querría ganar el partido así.
- No lo ganarás. -Jo, Malfoy también estaba en el equipo ¡Qué mal!
Él se giró para irse mientras decía.
- Yo no estaría tan segura.
Y cuando se fue Lindsey gritó :
- ¡Adiós!
- Bueno ¡en algo has mejorado, hija! -era Hermione
- A mi me gustaba más cuando se ponía roja de rabia y la teníais que sujetar para que no lo pegara -Comentó Ron riendo.
Lindsey le sacó la lengua y los otros rieron más. Se había cansado de hacer deberes, quería ir a entrenar.
- Bueno Harry, ¿vamos?
Él asintió. Recogieron las cosas y se fueron al patio. Y allí había algo que no se esperaba.
Se fue a coger la escoba y de repente oyó a alguien hablar detrás suyo. Y no era Harry:
- Cuanto tiempo ¿eh?
Se giró de golpe y se encontró al chico guapo. O al chico sin nombre, como prefiráis.
- Wa!! -hizo una gran sonrisa y continuó- ¿donde te has metido esos cuatro días?!! -como si fuera una eternidad.
- ¿Me vas a castigar? -Se hacía el duro pero después rió. Y ella también.
Entonces una chica morena, con los ojos almendrados apareció detrás de él y lo cogió del brazo.
- Venga vamos Ced. -después miró a Lindsey y dijo- ¿Eres la nueva?
Lindsey estaba un poco cortada. Asintió.
- Encantada, yo soy Cho -Volvió a sonreír, la verdad es que era guapísima, y se notaba que ella lo sabía.
- Vaya, ya se donde has estado estos días -dijo Lindsey, bajito y mirando al suelo, no estaba segura de que el chico la hubiera oído.- demasiado ocupado. -tampoco estaba segura de querer que la oyera.
Harry apareció al lado de Lindsey y saludó al chico y a la chica morenos. Lindsey notó que al mirar a la chica se ponía rojo. ¡Ya se la podían quedar!
- Vamos a entrenar Harry -lo cogió a la fuerza y se lo llevó.
- ¡¡¡Adiós Lindsey!!! ¡Ya nos veremos! -era el chico.
Lindsey no contestó y siguió andando cogiendo a Harry. Qué carácter. Cuando estaban más lejos Lindsey lo dejó.
- No lo puedo creer Lindsey, ¡No le has respondido el saludo! ¡Una chica que no sucumbe a los encantos de Diggory!
Wo oh. Ahora lo entendía, era Cedric Diggory, el chico del que le había hablado Parvati. Seguro que se estaba riendo de ella. Debe de tener medio colegio loco por él. Y ella que pensaba que la trataba especial... Y aquella chica, Cho, seguro que era su novia, o quizás una fan, que rabia, que rabia. Todo eso lo pensó en dos segundos, los justos para tener tiempo aún de responder a Harry y que surgiera efecto.
- Pero veo que tu si que has sucumbido a los encantos de la Cho esa. -dijo el nombre de la chica con rabia, pero sonrió mirando a Harry que se puso rojo y no contestó nada.
- Venga, ¿empezamos a entrenar o no? -tardó unos segundos en reaccionar.
Empezaron los entrenamientos, el primer día hicieron solo clase de vuelo, pero ahora ya había practicado a encestar el aro con la quafle, a intentar cazar la snitch y finalmente dar con la especie de bate a las bludgers, a las que hoy daba con mucha rabia. Harry estaba impresionado, era una chica ágil, y aunque a veces en tierra pareciera un poco patosa allí era todo lo contrario. Y lo que se le daba mejor era cazar la snitch. Harry lo sabía y no se lo había dicho, sabía que era muy buena pero tampoco se lo decía. No quería que se le subieran los humos a la cabeza y no quisiera entrenar más. Estaba casi seguro de que pasaría la prueba.
A Lindsey lo que le gustaba más era hacer de buscadora, aunque eso de las bludgers tampoco no le desagradaba... pero para eso ya estaban los gemelos. Esperaba pasar la prueba. Aunque ahora ya no lo hacía solo por los veinte puntos perdidos, en realidad ya se había olvidado de eso, lo hacía por orgullo, para demostrarles a Draco y Cedric lo buena que era. Y de paso a la Cho esa.
Y por eso se entrenó, y duramente. Harry estuvo tentado de decirle que ya no hacía falta entrenar más, y se lo dijo. Y miles de veces. Pero ella siguió. Y más. Se pasó todo el fin de semana entrenándose. Sin Harry por que ya estaba cansado. Iba por la mañana y no salía de allí hasta la hora de comer, y después seguía hasta que se hacía de noche. Vió a Cedric un par de veces, pero lo esquivó. Estaba callada y ya ni contestaba las burlas de Malfoy, quién desistió. Hermione también estaba de los nervios. ¡¡En todo el fin de semana Lindsey no había hecho nada de deberes!!
La noche del domingo al lunes no durmió casi nada. Digamos que fue accidental. Entrenó hasta muy tarde y cuando quiso hacer los deberes en la Sala Común se durmió. La despertó Hermione y la ayudó con los deberes. Hoy Lindsey estaba distinta, ya no se la veía nerviosa, estaba contenta como los otros días, y eso que hoy era la prueba. Quizás estaba tan segura de pasarla que... no seguro que no, Hermione diría que más bien es que estaba orgullosa de si misma pero no porque pasaría la prueba seguro, si no porque había trabajado duro para conseguir lo que quería.
En las clases de la mañana estuvo bastante atenta, cogió los apuntes y intentó no pensar en la prueba que era después de comer.
A la hora de comer algunos (Harry y Hermione por ejemplo) llegaron a pensar que Lindsey no comería. Pero se equivocaron. Comió, y más que nunca. Fue a la habitación a coger la escoba con Hermione, Ginny, Ron y Harry. Todos le desearon suerte, los gemelos también. E incluso Draco. Bueno no exactamente pero más o menos... cuando se dirigían al patio se lo encontró:
- Suerte Reaver. La vas a necesitar. -lo dijo sarcásticamente, pretendía burlarse de ella.
- ¡Gracias Malfoy! -dijo Lindsey y le dio un abrazo.
Después siguió andando con sus amigos que se habían quedado atónitos. (No tanto como Malfoy que los ojos le salían de las orbitas). Y llegaron al patio.
Estaba lleno de gente que iba a hacer las pruebas y gente que iba a mirar. Estaba Cedric. No vio a Cho. Lindsey sonrió por dentro. Sus amigos no paraban de animarla y ella preguntó:
- Y tu Harry, ¿cuándo hiciste las pruebas? ¿Eran muy difíciles?
Harry se sonrojó y respondió:
- No hice las pruebas.
- Mc Gonagall lo pilló volando de maravilla e ingresó en el equipo en primero -explicó Ron.
Lindsey empezaba a estar nerviosa. Muy nerviosa. La prueba estaba a punto de empezar y entraron en el estadio. Sus amigos le desearon suerte por vigésima vez consecutiva y se separaron de ella. Notó una mano en el hombro. Se giró.
- Que tengas suerte Lindsey. Te he visto entrenar y la verdad es que no la necesitas.
Lindsey olvidó que estaba un poco mosca con Cedric, además, todas esas horas practicando con la escoba había estado pensando en eso, y se dio cuenta de que no tenía ningún motivo para enfadarse con él. Y aunque lo estuviera, viniendo de aquella carita, lo habría olvidado. Solo supo asentir y vigilar que las babas no se vieran demasiado. Aquello le dio un poco de fuerzas y cuando salió al estadio a hacer la prueba estaba segura de que la superaría. Dos segundos más tarde estaba convencida totalmente de lo contrario. Oh no. Mucha gente. Que venía a mirar y que iba a hacer la prueba. Estuvo a punto de irse corriendo, y ver a Cedric hablando con Cho en las gradas no la ayudó demasiado.
Iban por orden de lista, por lo tanto era de las ultimas. La verdad es que la prueba era difícil, pero muchos de los que habían salido no lo hacían ni la mitad de bien que ella. Todo el mundo estaba mirando. Lo que antes le parecía bueno, porque así demostraría lo que había aprendido, ahora le parecía un inconveniente. No. Socorro. Quick, Johan. Después iba ella.
- Reaver, Lindsey.
Se adelantó con paso seguro. Le dieron las instrucciones. Subió a la escoba. ¡¡Wooooo!! ¡¡Aquello era mucho mejor!! Perdió toda la inseguridad esquivó todo lo que se le puso delante e hizo las mejores piruetas. Cogió la snitch un par de veces más rápido que cualquier otro. En algún momento miró hacia las gradas y la satisfizo ver que Cedric la miraba ÚNICAMENTE a ella. Cuando terminó algunos aplaudieron (no Malfoy precisamente, que seguía con su cara de superioridad).
Salió y no esperó a quedarse a ver los que faltaban, fue corriendo hacia sus amigos muy contenta y ellos la esperaban igual.
- ¡Has estado genial! -dijo Ginny entusiasmada.
- ¡Más que eso! -Ron estaba flipando- ¡Hacías cosas geniales! ¡¡¡Podrías ser una jugadora profesional!!! Has hecho un trabajo perfecto Harry.
Lindsey reía, se pasaban un poco con los halagos pero eso era bueno en aquél momento. Los halagos nunca estan de más.
- Que va. El primer día que empezó ya lo hacía casi así de bien -respondió Harry contento.
- Valió la pena hacer los deberes hoy por la mañana ¿eh? -recordó Hermione sonriendo.
Lindsey le sacó la lengua y después rieron. Ya podían irse a hablar, estudiar o lo que fuera. Solo tenían que esperar que mañana dijeran los equipos. Todos la animaban tanto que si ahora no la cogían en el equipo le cogería una depresión. Más valía eso que la cara de Malfoy riéndose de ella y Cedric mirándola con compasión cogiendo a Cho de la cintura. Superaría la prueba. Tenía que superarla.
Se fueron a la biblioteca a hacer los deberes de Transformación y Herbología. Aún no había acabado el trabajo de Snape, en realidad no lo había empezado. Había estado media hora con el guión delante pero no había hecho nada. Bueno, era para el viernes y estaban a lunes. No daba tiempo. Da igual.
Los echaron de la biblioteca, hablaban demasiado, así que cogieron los libros que necesitaban con permiso y subieron a la Sala Común. Lindsey se cruzó con Draco varias veces, y en ninguna ocasión le dijo nada ni le dedicó una mirada de las suyas. No sabía si aún le duraba la alucinación de cuando lo abrazó o de cuando hizo la prueba. Lindsey se dio cuenta, pero Hermione también.
- ¿Has visto? Draco no te dice nada. Está tan impresionado por lo bien que has hecho la prueba que...
- Espera, espera Hermione -Ron la cortó- ¿Crees que está impresionado por la prueba? ¿Realmente crees que vió la prueba? Yo diría que aun está flipando por el abrazo que le dio.
Empezaron a reír. La verdad es que todos se habían sorprendido. Ella también. Pero es que en aquél momento estaba tan nerviosa que ni se dio cuenta de que era Malfoy con sus burlas.
- Ahora me tiene miedo -rió Lindsey, y los otros la imitaron.
- Yo diría que se ha enamorado -dijo Ron de broma. Todos rieron aún más. Pero Hermione dijo:
- Yo no lo vería tan raro.
- Déjalo, prefiero pensar que me tiene miedo -sonrió Lindsey. Y ahora Hermione también rió.
Aquél día se fueron a dormir muy cansados. Sobre todo Lindsey, que aunque debería estar nerviosa por las pruebas durmió más a gusto que nunca. Estaba agotada de toda una semana de duro entrenamiento.
Acababa de salir de una reunión de prefectos. Desde luego aquello lo hacía por sus padres. Estaba aburrido de reuniones y trabajos, él no quería pasarse el día estudiando. Pero tampoco quería defraudar, a su padre sobre todo. Como había pasado ya el curso anterior. Al salir escogido para el torneo como uno de los tres (cuatro mejor dicho), de los participantes sus padres se emocionaron. Al dejar a Harry ganarlo, sus padres simulaban que no pasaba nada, pero él sabía que aún no le habían perdonado. En todas las pruebas había estado genial. Recordó aquellos días, en que las chicas le seguían a montones (aunque, ahora pasaba lo mismo, por lo menos no le pedían autógrafos). Andaba pensando en sus cosas, recordó que se había salvado por los pelos, cuando de repente, chocó contra algo, alguien mejor dicho. Y los dos cayeron al suelo.
-¡Au!!!! -gimió la chica, que estaba de rodillas.
-¡Lo siento, de verdad! -se diculpo él- estaba pensando en mis cosas y...
-No hace falta que me lo jures -dijo ella, sonriendo pero acariciándose la cabeza donde se había dado el golpe- oh, mira! ¡Mis apuntes de Pociones!
Señaló el suelo, con todos los apuntes y el guión del trabajo que le había dado Snape. Ahora ya no sonreía.
El chico la ayudó a recoger los papeles esparcidos por el suelo.
-Mm... lo siento no te enfades... -miró el reloj y se dio cuenta de que pasaba casi un cuarto de hora desde que debería haber empezado la clase de la chica- Te has perdido.
-¡Ja! ¡No hace falta que me lo recuerdes! Aunque si quieres puedes poner un cartel que lo anuncie, quizá así Snape puede bajar más puntos a Gryffindor -el chico se puso a reír- ¿Y sabes? No se si te voy a poder perdonar... deberías...
-Vale, vale, te acompaño a la clase.
La chica se lo quedó mirando, se acaban de levantar los dos del suelo y tenía los apuntes ya en la mano. ¡Jo! ¡Pero que guapo era ese tío! Mientras se lo quedó observando medio boquiabierta él volvió a hablar.
-Qué, ¿vamos?
La chica asintió con la cabeza.
-Gracias.
Le preguntó que clase le tocaba, y empezaron a andar. Llevaban un buen rato andando ya casi estaban, la verdad es que donde se habían encontrado estaba un poco lejos de la clase, esa chica era muy despistada, o quizás....
-¡Ah! Tu eres la nueva, ¿no?
-Lindsey Reaver, sí.
Lindsey esperó una respuesta, un nombre, pero él habló para decir:
-Esta es tu clase. -Y señaló una puerta cerrada.
-¿Cómo te...?
La puerta de la clase se abrió antes de que Lindsey pudiera acabar la clase. Allí estaba, ella en la puerta, con un chico sin nombre detrás y una profesora enfadada delante. Cerró la puerta rápidamente antes de que los rumores de los que estaban dentro se convirtieran en gritos. Murmuró un "gracias" justo antes de cerrar la puerta. Un "gracias" que no obtuvo respuesta, o que si la obtuvo, fue dicha cuando la puerta ya estaba cerrada.
Lindsey le dijo a Mc Gonagall que se había perdido y fue corriendo a sentarse al lado de Hermione. Esa la miraba entre preocupada y un poco enfadada.
Esa clase fue mucho mejor que la anterior, pero más que nada porque poco caso hizo a su profesora. Tampoco habló con Harry y Ron. Simplemente estaba en las nubes.
OooooooO
Cuando se terminaron las clases de la mañana y fueron al Gran Salón a comer, se sintió liberada. Por allí podía gritar, hablar y reír, metiéndose con Snape y Draco todo lo que quisiera. Aunque olvidó que ellos también se encontraban en el comedor. En cambio al chico guapo pareció no verlo.
Le encantaba el comedor, comía y comía y salía más comida. Se dio cuenta de que Hermione la miraba con mala cara. Ella con la boca llena dijo:
-¿Ché paza Hegmion?
Ron y Harry rieron, y después le dieron la explicación.
-Es que Hermione tiene un grupo a favor de los elfos domésticos -dijo Ron.
-No entiendo -Lindsey se había vaciado la boca ya.
-Los que hacen esa comida son los elfos domésticos, se pasan el día cocinando, trabajan duro,... ¡Imgínate! preparar comida para tanta gente, y encima hay algunos que repiten- Lindsey miró hacia abajo- Queríamos dejarlos libres, o que cobraran algo, pero ellos son feliz así. -Harry se explicó.
-Ah... -Lindsey dejó de comer. -En Fra... mi país -si decía el nombre de su país sabrían donde estaba su antigua escuela, y eso intentaba ser un secreto. Aunque con su acento francés, se podrían dar cuenta igual- los cocineros son chefs especializados. No digo que esa comida no este buena, además hay más cantidad. Pero allí es exquisitaaaaa.
Todos rieron, ¡esa chica estaba loca por la comida! Mientras se volvía a llenar la boca pasó por ahí su gran "enemigo": Malfoy.
-Mira la chica de las pociones, ¡te has tomado la que has hecho y te a convertido en cerdo? -Sus amigos, (ahora ya sabía que se llamaban Goyle y Crabbe) rieron su gracia aunque estaba segura de que no lo habían entendido.
-Malfoy vete a molestar a otro que tenga la autoestima más baja. No necesito dietas para estar como tu, parece que estés sorbiendo algo eternamente, -dijo eso sin mirarlo y después mirando a sus amigos dijo- como el anuncio de Trina ¿sabéis?.
Todos rieron con ganas (aunque no entendiereon la última frase, sobre todo Ron), y Malfoy se fue callado. Esta chica le ponía de los nervios. Le contestaba al igual que habían hecho Harry, Ron y Hermione anteriormente, pero esta chica lo hacía mejor. Le tocaba el orgullo.
Las clases de la tarde fueron mucho más tranquilas. Y después se fueron a la Sala Común para hacer los deberes. Allí solo había Gryffindor, era mucho mejor. Aunque se dio cuenta de que algunos la miraban con mala cara. El rumor de que había hecho perder veinte puntos a Gryffindor ya estaba corriendo.
Cuando estaban en la mesa y un chico que no conocía se lo recordó se sintió mal. Entonces vinieron dos gemelos, parecidos también a Ron y Ginny.
-¡Hola! - saludaron a la vez a los que estaban allí.
Se quedaron mirando a Lindsey que estaba con cara triste, y uno de los dos dijo: -¿Tu eres esa nueva exótica belleza que ha llegado al quinto curso? -Lindsey los miró extrañada mientras decía "¿exótica belleza?".
-Sí, es mismo, esos ojos y ohh la la, ese acento, no son precisamente ingleses. Yo soy Fred, el es George -señaló a un chico igual que él.- Y no te preocupes, ganaremos los veinte puntos en el próximo partido de Quidditch, ¿verdad Harry?
Harry asintió:
- No te preocupes por los veinte puntos, nosotros también hemos hecho perder puntos a la casa muchas veces.
- Aunque después hemos ganado el doble -dijo Ron, y Harry y Hermione le hicieron callar.
- ¡Los ganaremos ya verás! -Dijo George. Sabía cual era cual por donde estaban situados, cuando cambiaran de lugar, ya no sabría distinguirlos, y cuando se cambiaran la ropa aún peor.
Lindsey les sonrió. Mientras una idea flotaba en su cabeza. Quidditch.
Los gemelos se despidieron y desaparecieron del mapa, quedaban ellos haciendo los deberes. Lindsey habló:
-Harry, llévame ante el capitán o entrenador de tu equipo.
- ¿De mi equipo de Quidditch? No se quién será el capitán ese año. Pero si quieres puedo llevarte a la entrenadora -Así que era una mujer, mejor.- ¿Porqué quieres ir?
- Tu acompáñame -Harry la miró extrañado -Por favorrr -sonrió con cara de angelito y Harry aceptó.
Se levantaron y fueron hacia el cuadro para salir de la Sala, mientras se oía de fondo a Hermione gritando:
- ¡Lindsey deberías empezar a preparar tu trabajo de Pociones...!
Y se cerró el cuadro dejando al otro bando a Harry y Lindsey.
Lindsey estaba contenta, con los partidos de Quidditch podría ganar puntos para Gryffindor y ya nadie la miraría mal. Había hablado con la señora Hooch y cuando se enteró que Lindsey solo había utilizado las escobas para volar y dar paseos, y que nunca había jugado un partido, le dijo que lo veía crudo. La mañana siguiente empezaría el entrenamiento con Harry, la semana siguiente había las pruebas como cada principio de curso, para ver que gente nueva ingresaba en el equipo. Debía entrenar duro si quería superarlas.
El resto de días de la semana no fueron tan graves como el primero. Por lo menos no hizo bajar puntos a Gryffindor. Eso ya era algo. Además solo llegó tarde a un par de clases. Un récord. Y los entrenamientos de Quidditch con Harry iban genial. Le dijo que era buena volando, que con un poco de suerte la eligirían buscadora. Se ve que así podría ganar muchos puntos. Harry lo había sido los otros años. Pero ese año no se sabía aún, ¡¡el lunes serían las pruebas!!
Era viernes y había topado con Malfoy miles de veces, cada vez se molestaba menos por lo que le decía y repondía más irónicamente. Cosa que hacía que Draco estuviera cada día más enfadado con ella.
A quién no había visto otra vez era al chico moreno. Quizá se había ido, o estaba enfermo, o tenía muchos deberes y se pasaba el día en su Sala Común, porque de Gryffindor seguro que no era. Le había aparecido ver el escudo de Hufflepuff pero tampoco lo juraba, Slytherin no, más le valia.
Malfoy pasó por su lado con una sonrisa de superioridad. Y se paró al lado de Lindsey que empezaba a hacer le trabajo de Pociones y los deberes de Historia de la Magia.
- Me han dicho que quieres entrar en el equipo, Reaver -dijo con tono de burla.
- Te han informado bien ¿eh? ¿Cuánto les has pagado? -Cuando terminó la frase se lo quedó mirando y sonrió de la manera más falsa que pudo.
- Bueno, espero que no lo hagas tan mal como para bajar más puntos en Gryffindor. No querría ganar el partido así.
- No lo ganarás. -Jo, Malfoy también estaba en el equipo ¡Qué mal!
Él se giró para irse mientras decía.
- Yo no estaría tan segura.
Y cuando se fue Lindsey gritó :
- ¡Adiós!
- Bueno ¡en algo has mejorado, hija! -era Hermione
- A mi me gustaba más cuando se ponía roja de rabia y la teníais que sujetar para que no lo pegara -Comentó Ron riendo.
Lindsey le sacó la lengua y los otros rieron más. Se había cansado de hacer deberes, quería ir a entrenar.
- Bueno Harry, ¿vamos?
Él asintió. Recogieron las cosas y se fueron al patio. Y allí había algo que no se esperaba.
Se fue a coger la escoba y de repente oyó a alguien hablar detrás suyo. Y no era Harry:
- Cuanto tiempo ¿eh?
Se giró de golpe y se encontró al chico guapo. O al chico sin nombre, como prefiráis.
- Wa!! -hizo una gran sonrisa y continuó- ¿donde te has metido esos cuatro días?!! -como si fuera una eternidad.
- ¿Me vas a castigar? -Se hacía el duro pero después rió. Y ella también.
Entonces una chica morena, con los ojos almendrados apareció detrás de él y lo cogió del brazo.
- Venga vamos Ced. -después miró a Lindsey y dijo- ¿Eres la nueva?
Lindsey estaba un poco cortada. Asintió.
- Encantada, yo soy Cho -Volvió a sonreír, la verdad es que era guapísima, y se notaba que ella lo sabía.
- Vaya, ya se donde has estado estos días -dijo Lindsey, bajito y mirando al suelo, no estaba segura de que el chico la hubiera oído.- demasiado ocupado. -tampoco estaba segura de querer que la oyera.
Harry apareció al lado de Lindsey y saludó al chico y a la chica morenos. Lindsey notó que al mirar a la chica se ponía rojo. ¡Ya se la podían quedar!
- Vamos a entrenar Harry -lo cogió a la fuerza y se lo llevó.
- ¡¡¡Adiós Lindsey!!! ¡Ya nos veremos! -era el chico.
Lindsey no contestó y siguió andando cogiendo a Harry. Qué carácter. Cuando estaban más lejos Lindsey lo dejó.
- No lo puedo creer Lindsey, ¡No le has respondido el saludo! ¡Una chica que no sucumbe a los encantos de Diggory!
Wo oh. Ahora lo entendía, era Cedric Diggory, el chico del que le había hablado Parvati. Seguro que se estaba riendo de ella. Debe de tener medio colegio loco por él. Y ella que pensaba que la trataba especial... Y aquella chica, Cho, seguro que era su novia, o quizás una fan, que rabia, que rabia. Todo eso lo pensó en dos segundos, los justos para tener tiempo aún de responder a Harry y que surgiera efecto.
- Pero veo que tu si que has sucumbido a los encantos de la Cho esa. -dijo el nombre de la chica con rabia, pero sonrió mirando a Harry que se puso rojo y no contestó nada.
- Venga, ¿empezamos a entrenar o no? -tardó unos segundos en reaccionar.
Empezaron los entrenamientos, el primer día hicieron solo clase de vuelo, pero ahora ya había practicado a encestar el aro con la quafle, a intentar cazar la snitch y finalmente dar con la especie de bate a las bludgers, a las que hoy daba con mucha rabia. Harry estaba impresionado, era una chica ágil, y aunque a veces en tierra pareciera un poco patosa allí era todo lo contrario. Y lo que se le daba mejor era cazar la snitch. Harry lo sabía y no se lo había dicho, sabía que era muy buena pero tampoco se lo decía. No quería que se le subieran los humos a la cabeza y no quisiera entrenar más. Estaba casi seguro de que pasaría la prueba.
A Lindsey lo que le gustaba más era hacer de buscadora, aunque eso de las bludgers tampoco no le desagradaba... pero para eso ya estaban los gemelos. Esperaba pasar la prueba. Aunque ahora ya no lo hacía solo por los veinte puntos perdidos, en realidad ya se había olvidado de eso, lo hacía por orgullo, para demostrarles a Draco y Cedric lo buena que era. Y de paso a la Cho esa.
Y por eso se entrenó, y duramente. Harry estuvo tentado de decirle que ya no hacía falta entrenar más, y se lo dijo. Y miles de veces. Pero ella siguió. Y más. Se pasó todo el fin de semana entrenándose. Sin Harry por que ya estaba cansado. Iba por la mañana y no salía de allí hasta la hora de comer, y después seguía hasta que se hacía de noche. Vió a Cedric un par de veces, pero lo esquivó. Estaba callada y ya ni contestaba las burlas de Malfoy, quién desistió. Hermione también estaba de los nervios. ¡¡En todo el fin de semana Lindsey no había hecho nada de deberes!!
La noche del domingo al lunes no durmió casi nada. Digamos que fue accidental. Entrenó hasta muy tarde y cuando quiso hacer los deberes en la Sala Común se durmió. La despertó Hermione y la ayudó con los deberes. Hoy Lindsey estaba distinta, ya no se la veía nerviosa, estaba contenta como los otros días, y eso que hoy era la prueba. Quizás estaba tan segura de pasarla que... no seguro que no, Hermione diría que más bien es que estaba orgullosa de si misma pero no porque pasaría la prueba seguro, si no porque había trabajado duro para conseguir lo que quería.
En las clases de la mañana estuvo bastante atenta, cogió los apuntes y intentó no pensar en la prueba que era después de comer.
A la hora de comer algunos (Harry y Hermione por ejemplo) llegaron a pensar que Lindsey no comería. Pero se equivocaron. Comió, y más que nunca. Fue a la habitación a coger la escoba con Hermione, Ginny, Ron y Harry. Todos le desearon suerte, los gemelos también. E incluso Draco. Bueno no exactamente pero más o menos... cuando se dirigían al patio se lo encontró:
- Suerte Reaver. La vas a necesitar. -lo dijo sarcásticamente, pretendía burlarse de ella.
- ¡Gracias Malfoy! -dijo Lindsey y le dio un abrazo.
Después siguió andando con sus amigos que se habían quedado atónitos. (No tanto como Malfoy que los ojos le salían de las orbitas). Y llegaron al patio.
Estaba lleno de gente que iba a hacer las pruebas y gente que iba a mirar. Estaba Cedric. No vio a Cho. Lindsey sonrió por dentro. Sus amigos no paraban de animarla y ella preguntó:
- Y tu Harry, ¿cuándo hiciste las pruebas? ¿Eran muy difíciles?
Harry se sonrojó y respondió:
- No hice las pruebas.
- Mc Gonagall lo pilló volando de maravilla e ingresó en el equipo en primero -explicó Ron.
Lindsey empezaba a estar nerviosa. Muy nerviosa. La prueba estaba a punto de empezar y entraron en el estadio. Sus amigos le desearon suerte por vigésima vez consecutiva y se separaron de ella. Notó una mano en el hombro. Se giró.
- Que tengas suerte Lindsey. Te he visto entrenar y la verdad es que no la necesitas.
Lindsey olvidó que estaba un poco mosca con Cedric, además, todas esas horas practicando con la escoba había estado pensando en eso, y se dio cuenta de que no tenía ningún motivo para enfadarse con él. Y aunque lo estuviera, viniendo de aquella carita, lo habría olvidado. Solo supo asentir y vigilar que las babas no se vieran demasiado. Aquello le dio un poco de fuerzas y cuando salió al estadio a hacer la prueba estaba segura de que la superaría. Dos segundos más tarde estaba convencida totalmente de lo contrario. Oh no. Mucha gente. Que venía a mirar y que iba a hacer la prueba. Estuvo a punto de irse corriendo, y ver a Cedric hablando con Cho en las gradas no la ayudó demasiado.
Iban por orden de lista, por lo tanto era de las ultimas. La verdad es que la prueba era difícil, pero muchos de los que habían salido no lo hacían ni la mitad de bien que ella. Todo el mundo estaba mirando. Lo que antes le parecía bueno, porque así demostraría lo que había aprendido, ahora le parecía un inconveniente. No. Socorro. Quick, Johan. Después iba ella.
- Reaver, Lindsey.
Se adelantó con paso seguro. Le dieron las instrucciones. Subió a la escoba. ¡¡Wooooo!! ¡¡Aquello era mucho mejor!! Perdió toda la inseguridad esquivó todo lo que se le puso delante e hizo las mejores piruetas. Cogió la snitch un par de veces más rápido que cualquier otro. En algún momento miró hacia las gradas y la satisfizo ver que Cedric la miraba ÚNICAMENTE a ella. Cuando terminó algunos aplaudieron (no Malfoy precisamente, que seguía con su cara de superioridad).
Salió y no esperó a quedarse a ver los que faltaban, fue corriendo hacia sus amigos muy contenta y ellos la esperaban igual.
- ¡Has estado genial! -dijo Ginny entusiasmada.
- ¡Más que eso! -Ron estaba flipando- ¡Hacías cosas geniales! ¡¡¡Podrías ser una jugadora profesional!!! Has hecho un trabajo perfecto Harry.
Lindsey reía, se pasaban un poco con los halagos pero eso era bueno en aquél momento. Los halagos nunca estan de más.
- Que va. El primer día que empezó ya lo hacía casi así de bien -respondió Harry contento.
- Valió la pena hacer los deberes hoy por la mañana ¿eh? -recordó Hermione sonriendo.
Lindsey le sacó la lengua y después rieron. Ya podían irse a hablar, estudiar o lo que fuera. Solo tenían que esperar que mañana dijeran los equipos. Todos la animaban tanto que si ahora no la cogían en el equipo le cogería una depresión. Más valía eso que la cara de Malfoy riéndose de ella y Cedric mirándola con compasión cogiendo a Cho de la cintura. Superaría la prueba. Tenía que superarla.
Se fueron a la biblioteca a hacer los deberes de Transformación y Herbología. Aún no había acabado el trabajo de Snape, en realidad no lo había empezado. Había estado media hora con el guión delante pero no había hecho nada. Bueno, era para el viernes y estaban a lunes. No daba tiempo. Da igual.
Los echaron de la biblioteca, hablaban demasiado, así que cogieron los libros que necesitaban con permiso y subieron a la Sala Común. Lindsey se cruzó con Draco varias veces, y en ninguna ocasión le dijo nada ni le dedicó una mirada de las suyas. No sabía si aún le duraba la alucinación de cuando lo abrazó o de cuando hizo la prueba. Lindsey se dio cuenta, pero Hermione también.
- ¿Has visto? Draco no te dice nada. Está tan impresionado por lo bien que has hecho la prueba que...
- Espera, espera Hermione -Ron la cortó- ¿Crees que está impresionado por la prueba? ¿Realmente crees que vió la prueba? Yo diría que aun está flipando por el abrazo que le dio.
Empezaron a reír. La verdad es que todos se habían sorprendido. Ella también. Pero es que en aquél momento estaba tan nerviosa que ni se dio cuenta de que era Malfoy con sus burlas.
- Ahora me tiene miedo -rió Lindsey, y los otros la imitaron.
- Yo diría que se ha enamorado -dijo Ron de broma. Todos rieron aún más. Pero Hermione dijo:
- Yo no lo vería tan raro.
- Déjalo, prefiero pensar que me tiene miedo -sonrió Lindsey. Y ahora Hermione también rió.
Aquél día se fueron a dormir muy cansados. Sobre todo Lindsey, que aunque debería estar nerviosa por las pruebas durmió más a gusto que nunca. Estaba agotada de toda una semana de duro entrenamiento.
