Hola de nuevo! Por fin conseguí transcribir el tercer capítulo. Quizás es un poco corto, pero no he conseguido alargarlo más. El próximo será más extenso ( o intentaré que lo sea) ^^.
Este capítulo tiene un slash muy leve, se centra más en las pesadillas de Remus.
Bueno, lo de siempre, los derechos son de J.K. Rowling, yo sólo le robo los personajes para hacerles sufrir un poco, jjajaajjaaja.
Por cierto... el otro día descubrí que "gracias" a mi catastrófico inglés, había escogido la opción de no dejar escribir reviews a gente no registrada. Menos mal que me di cuenta, ya está arreglado. Ahora, TODO EL MUNDO puede dejar reviews si quiere, la verdad es que me hacen mucha ilusión.
Mil perdones, soy un desastre ^^
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Capítulo 3. Reflexiones a la luz de la luna.
El cruciatus laceró cada centímetro de su piel hasta hacerle gritar de dolor. Era una sensación terrible, como si cientos de hierros candentes quemaran cada célula de su cuerpo maldito. Aparte del dolor que le provocaba la maldición, estaba aquel engarrotamiento general. Le dolía cada articulación de su cuerpo, llevaba horas arrodillado en el suelo de aquella fría celda.
Pero lo peor no era el dolor. Era otro tipo de tortura la que más temía. Aquel sonido le paralizaba de terror. Prefería escuchar sus propios gritos antes que volver a oír aquella risa helada, pues quería decir que el causante de todos los sufrimientos que padecían aquellos a los que amaba estaba indudablemente cerca.
Algo le agarró del pelo y le tiró la cabeza hacia atrás, dejando expuesto su blanco y terso cuello a merced de cualquier ataque. Y aunque de aquella manera se sentía más vulnerable, el gesto le permitió tener una perspectiva diferente de la mazmorra en la que se encontraba, pues hasta entonces, la continua sucesión de cruciatus no le habían dejado ni alzar la cabeza.
Remus observó atentamente cada rincón de la húmeda estancia en la que se encontraba. Era pequeña y rectangular, con grilletes encastados en las paredes. En un lado había un manto raído y pútrido, todo un detalle viniendo de parte de sus anfitriones. A lo alto de la pared del fondo había una pequeña ventana de no más de un palmo de amplitud . Evidentemente estaba enrejada con barrotes, pero no de acero, sino de algo más reluciente, algo que le recordaba a ... la plata. Por ahí sería imposible escapar.
Tampoco lo podría hacer por la puerta, pues estaba flanqueada por un par de dementores sedientos de alegría y recuerdos agradables, si intentara huir por ahí, estaba seguro que le darían un besito de despedida antes de cruzar el umbral.
En el fondo del calabozo, debajo de la escuálida ventana había un grupo de trolls de aspecto nauseabundo. Sin duda el lord no se había andado por las ramas... en poco tiempo ya tenía a su merced todo tipo de criaturas oscuras, estúpidas y peligrosas. Sobretodo aquellas que le rodeaban a él, formando un estrecho circulo. Un número indeterminado de mortifagos le observaban desde las alturas, con muecas que intentaban ser sonrisas de desprecio brillando en sus cetrinas caras.
Voldemort se encontraba delante suyo, mirándole con un aire insoportable de superioridad. El mago tenebroso estaba disfrutando del momento, pues por todos era bien sabido que la tortura era a él como el aire al resto de los seres vivos: la necesitaba para vivir.
El hombre lobo notó como daba vueltas a su alrededor, meditando su próxima jugada. Era parte de su forma de proceder. Primero atemorizaba a sus presas, luego les sacaba la máxima información posible y para terminar, las mataba. Si no se equivocaba, este era el momento de la intimidación. Y no se equivocaba.
- Lobito, lobito, lobito....¿ que tal te sientes en esta acogedora morada?
Remus no respondió, se limitó a esperar, cosa que no gustó mucho al jefe de los mortifagos.
- Vaya con nuestro invitado... que desagradecido que es. Yo que creía haber dispuesto todo al gusto de la criatura oscura que llevas dentro... Espera, creo haber descuidado un pequeño detalle...- el rostro de Voldemort estaba tomado totalmente por el odio.- ¡Mc Millan! Trae a nuestro amiguito aquellas pulseras tan hermosas que mandamos haces especialmente para él...
El verdugo del ministerio, ya sin aquella ridícula capucha que cubría su rostro durante el breve encuentro con Harry, trajo consigo y ató a las muñecas de Remus unas esposas hechas de la más pura plata. Realmente se han gastado una fortuna en mi - pensó el ex profesor amargamente.
Gritó al notar el frío contacto de aquel bello metal contra su piel maldita. No era una sensación abrasante, sino mucho peor. Era como si cientos de cuchillos perforaran su piel continuamente. Era terrible, aunque no insoportable. Después de tantos cruciatus, empezaba a presentar tolerancia al dolor, un dolor que hubiera hecho desmayar a cualquiera.
- Bueno, después de este... " pequeño obsequio" supongo que estarás más dispuesto a cooperar conmigo, aunque sólo sea como muestra de mi agradecimiento.
Silencio.
- ¡Escúchame bien de una vez por todas! - escupió Voldemort -¡ Cuando tu señor te habla debes contestarle y mostrarle tus respetos!
- ¡Tú no eres mi señor! No ejerces ningún tipo de control sobre mi - Remus sabía que le estaba dando lo que él quería, pero no podía evitarlo, le estaba atacando donde más dolía.
- ¡Claro que tengo influencia sobre ti maldito licántropo!- dijo recuperando la compostura y dándole la espalda.- La tengo sobre todos los seres oscuros ávidos de sangre que habitan en tierra, mar y aire, en cualquier isla o continente... Incluso sobre los hombres lobo domesticados como tú.
- ¡Mientes!
- No miento.- dijo con vehemencia - ¿ Quieres que te lo demuestre?¿ Quieres ver como la criatura perversa que llevas dentro me trae aquel con el que tengo un asunto pendiente?
- Nunca lo haré, ¡lo sabes!- gritó con rabia. - Soy incapaz de hacer daño a Harry. Sólo dices esto para asustarme. ¡ Yo controlo al lobo, no él a mi!
- Eso está por ver, querido Lupin. Ya va siendo hora de seguir el camino de los otros dos Merodeadores... Ha llegado el momento de que traiciones a lo que queda de los Potter....
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Remus se despertó jadeando. Un sudor frío cubría todo su cuerpo, se notaba exhausto, cansado. La noche anterior no había llegado a despertar, pero recordaba nítidamente aquella pesadilla, igual que la que acababa de tener.
Hacía ya un par de semanas que aquellos macabros sueños acudían a él a turbar la paz de la noche. Pero hasta el día anterior no había aparecido Voldemort. Al principio solo eran persecuciones, ataques.... nada demasiado preocupante. En un intento por justificarlas pensó que debían ser imágenes de su juventud, cuando él y los demás luchaban contra los esbirros del mago tenebroso. Pronto se dio cuenta de que no era así. En esos sueños no aparecía ni Lily, ni James, ni la rata traidora de Peter, y tanto él como Sirius tenían su aspecto actual.
Y entonces cometió otro de sus grandes errores: se lo comentó a Padfoot. Jamás pensó la importancia que daría el animago a cuatro estúpidos sueños. Insistió en que se los explicara uno por uno, e incluso propuso ir a ver a Dumbledore para comentárselos.
Por supuesto, toda aquella preocupación por sus pesadillas le pareció excesiva. Consiguió hacer desistir a Sirius en cuanto a lo referente de acudir a Hogwarts, pero lo que no pudo evitar fue que le trasladara a su habitación, donde conjuró una fantástica cama de matrimonio, ancha y elegante, no muy alejada de la suya.
Y aunque antes le pareció absurdo darle importancia a aquellos sueños vagos, y mucho menos para tener que dormir acompañado, se replanteó la naturaleza del que acababa de tener. ¿ Realmente eso había sido producto de su imaginación?
El último sueño había sido aterrador. Parecía como si realmente lo hubiera vivido, como si en vez de despertar, hubiera llegado a su cama mediante la aparición. Es más, notaba un dolor conocido en sus muñecas. Un dolor que acababa de experimentar no hacía mucho, sólo que esta vez más tenuemente. El hombre lobo se incorporó. Lentamente, casi con temor, descubrió sus muñecas, apartando suavemente las mangas del pijama.
Su rostro se puso lívido. La luz de la luna creciente revelaba unas marcas rojizas y profundas, con llagas supurantes. Es imposible- pensó el hombre lobo asustado - No puedo despertar con unas quemaduras producidas en un sueño... ¿o si? Quizás me las he hecho sin darme cuenta, o he comido algo que me ha sentado mal, incluso podría tener más marcas como aquellas en el resto del cuerpo...
Remus se dio cuenta de que estaba buscando justificaciones estúpidas a aquellas heridas. ¿ A quien pretendía engañar? ¿ A sí mismo? Sólo la plata en estado puro, como aquella con la que acababa de soñar, podía causarle tales quemaduras. Entonces... ¿ que querían decir aquellas pesadillas? Quizás no era más que una maldición... No lo sabía, pero el dolor de sus muñecas era cada vez más fuerte.
Lupin salió de su cama y se dirigió hacia el cuarto de baño. No tenía la poción para curar aquellas heridas, pero sí poseía un ungüento calmante para adormecerlas el tiempo suficiente hasta que la encontrara. Es decir, no más de cuarenta y ocho horas. Ahora sólo notaría un leve cosquilleo, como si tuviera la zona un poco irritada, pero nada parecido al dolor experimentado en el sueño.
Sin hacer ruido volvió a su cama. No quería despertar a Sirius, que dormía placidamente, como el angelito inocente que nunca había sido. Recordaba la vergüenza que pasó cuando le obligó a instalarse en su misma habitación.
- Es por tu seguridad- le había dicho seriamente.
Al principio el licántropo renegó un poco, por un lado no quería alterar la vida de su amigo de ninguna manera, no quería que se preocupara por él. Aunque por otra parte, encontraba aquella idea muy atrayente. Demasiado quizás.
Temía que su "instinto animal" le jugara alguna mala pasada, como por ejemplo, equivocarse de cama en mitad de la noche y violar a Sirius hasta quedar exhaustos.... ¡ Un momento! ¡¿ Eso había pensado él ?! Ahhh... la proximidad de la luna llena se hacía cada vez más latente. Sólo quedaban seis días para el plenilunio, los peores del mes.
Durante aquella semana sus instintos y sentidos se agudizaban al máximo. Era como si nada le saciara. Comía y bebía sin parar, pero no podía mitigar la sed y el hambre. Y después estaba aquella otra... necesidad. Sobretodo después del abrazo del jardín, había sido incapaz de reprimir aquel contacto. Por eso aquellos estúpidos, aunque apremiantes, pensamientos acudían a su mente. Por eso estaba tan trastornado.
Pero técnicamente aun era pronto. Si bien durante la semana precedente a la luna llena su carácter cambiaba, gracias a la poción matalobos, realmente no era hasta dos días antes de la luna llena que la situación podía escaparse de su control, cosa que raramente ocurría. La mayor parte de la semana conseguía reprimirse y seguir siendo el amable Lupin que todos conocían.
Estaba cansado, harto de aquella situación. Llevaba toda su vida intentando llevar correctamente su licantropía, y cada vez se le hacía más difícil. ¿Cual sería la esperanza de vida de un lobo domesticado como el? Aquellos animales no solían sobrevivir a los veinte años, y aun exageraba. Todo aquello le cansaba tanto....
Necesitaba dormir. Que bien le hubiera ido en aquel momento la poción que la señora Pomfrey le administraba después de sus transformaciones cuando aun estaba en Hogwarts. La que le hacía dormir sin soñar, sin volver a experimentar aquel dolor desgarrador una y otra vez.
Necesitaba evadirse de la realidad, pero no tenía poción, así que se resignó a volver a soñar. Al fin y al cabo ¿que más daba? Sólo eran sueños, nada más que eso. Y así, dándose la vuelta en la cama y acurrucándose entre las sabanas se sumió en un profundo estopor, para su suerte, libre de mortifagos y criaturas oscuras, como por ejemplo, hombres lobo.
Continuará.
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Reviews:
Dadaiiro: tranquila, a mi también me encantan esos dos. Si a mi mente enferma y caprichosa no le da un jamacuco, los dos acabaran juntos, eso si, seguirán "ciegos" durante algún tiempo. Así de mala soy ^^.
Ya, Sirius se siente fatal, pero ya veras como soluciona sus ganas de dar afecto con otra persona jajaja!!!
Harry tardará en aparecer ( si es que consigo hacer durar el fanfic hasta que vuelva del campamento)... pero ya veras que pasa!!
Muchas gracias por tu review, me ha hecho mucha ilusión! ^.~
Natasha Riddle: de nada mujer. Me encanta escribir, aunke no lo haga de maravilla, pero lo ke mas me gusta es ke lo lea la gente. Jajajajaja. Sin los reviews al final acabaria por abandonar. Trankila, intentaré no machacarles mucho, ni en sueños querría encontrarme con tu padre XDXDXDD. Me alegro ke te guste la história, gracias por tu review.
Lantra: jajajja lo siento pero es que de verdad ke me encantan tus fanfics, siempre te lo digo. Por fin tengo corrector y puedo pasármelos al formato adecuado. Muchas gracias por todo. Haber si te encuentro algun dia por el mesenger. Espero que te guste este capítulo, creo ke no te lo pasé. Si, me gusta como se comportan, pero es ke kería hacerlo durar. Y entre ke si y ke no, ninguno de los dos sabe de los entimientos del otro, hasta ke empiecen a dudar, claro. Jajajaja, soy mu mala. Muchos recuerdos y gracias por el review!
Amazona verde: muchas gracias. Son muy pastelosas, lo se, pero es ke kedan tan bien asi , juntitos... no lo puedo evitar, se me cae la baba, jajajjaj. Trankila, seguiran asi, ya versa komo sigue...
