¡¡¡Hola!!!! Mil disculpas otra vez.. esta vez si que he tardado en actualizar, tanto que si alguien se quiere enterar algo tendrá que hacer marcha atrás.... hasta yo lo he tenido que hacer para acordarme de mi propia trama!!! Que triste... T_T

Bueno, advierto: este capítulo tiene una rallada filosófica-moral bastante aburrida, pero necesitaba hacer ver un par de cosas a Sirius. En los fics Sakuratsukamori S.L. no hay cabida para clichés, tópicos y generalizaciones. Vivamos todos en paz y harmonía!!!! XD Es que estoy muy navideña últimamente....

Muchas gracias a aquellos que desperdicias vuestro tiempo en leer esto

Disclaimer: Como siempre, los derechos son de J.K.Rowling, yo no gano dinero ni nada apropiándome por unas líneas de sus fantásticos y perfectos personajes.

¡¡Atención!!: esto es un SLASH, es decir, una relación chico- chico. A quién no le gusten este tipo de historias y su contenido, que no lo lea. Nadie está obligado a hacerlo ( excepto mis mejores amigas ja ja ja!!!! ^^) Así que si eres homofóbico o no te gusta esta pareja... da media vuelta!!!

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Capítulo 6. Ya sabes que nunca te negaría nada.

- ¿Te lo pruebas tú o tengo que entrar a ponerte la ropa?- preguntó Black socarrón.

- ¡Claro que no! Tú solo pásame lo que tengas a mano...

Sirius sonrió para sí mismo. Le encantaba sacar de quicio a su lobito. El animago le dio una túnica beige con capucha, larga hasta los pies y con unas pinzas en la cintura que estilizaban mucho su, ya de por si, delgada figura. Tenía un par de bolsillos ribeteados con hilo plateado, prácticos y funcionales; ciertamente, le venía como anillo al dedo.

La verdad es que Sirius siempre había tenido muy buen gusto para la ropa, desde que no era más que un adolescente que volvía locas a las muchachas. En los bailes y en las fiestas de Hogwarts deslumbraba tanto por su belleza como por su elegancia.

Remus se puso la prenda y salió del probador para enseñárselo a su acompañante.

- ¿Qué tal?

- ¡Genial! Así te ves perfecto. El beige te queda perfectamente, siempre te lo he dicho. Anda, entra  y pruébate lo demás.

Sirius le hizo probarse de todo: túnicas de todos los colores, capas de todos los materiales... incluso ropas muggles, que Remus no acostumbraba a usar.

- Pero Sirius, la verdad es que a mi esta ropa me resulta un tanto incomoda. No me siento a gusto...

- Pues ya va siendo hora de empezar a acostumbrarte, ¿no crees? Toma, ponte estos vaqueros y esta camiseta de manga corta, y si con esto no te sientes cómodo, me trago mi varita.

Remus le hizo caso. ¿ Para qué discutir? Sabía que igualmente saldría perdiendo, siempre era así con Black.

Pero cuando se los puso, se dio cuenta de que eran bastante cómodos. No, si al final el perrito malo tendría razón... No le costaría mucho acostumbrarse a ese tipo de ropa, pero nunca en la vida renunciaría a sus túnicas.

- ¿Que tal estoy?- preguntó Remus abriendo la cortina del probador.

Sirius le miró de arriba abajo. Iba a dar su aprobación y a felicitarse a si mismo por vestir a su lobito de forma tan sexy , cuando sus ojos azul cobalto fueron a dar en las muñecas de Remus. Más bien dicho, en unas marcas rojas completamente llagadas que hacían pensar lo peor.

- ¿Como demonios te has hecho esto?- preguntó Sirius tomándole delicadamente de las manos.

- ¿Esto? – preguntó el otro recordando súbitamente las heridas, que el potente ungüento y aquel día maravilloso le habían hecho olvidar.- Me... me lo hice cocinando.

- ¿Cocinando? – preguntó incrédulo el animago – No me lo creo.

Remus bajó la vista al suelo. No podía afrontar la mirada pura de Black. Pero Sirius no estaba dispuesto a que aquello aumentara más la distancia que los había separado durante tanto tiempo. Dejó las manos del licántropo y las posó en su triste rostro, subiendo su barbilla y encarándole.

- Moony.... te conozco perfectamente, tanto a ti como a tu enfermedad. Estas marcas sólo te las puede hacer la plata. Por favor.. ¿no habíamos quedado en que ibas a confiar en mí? ¿En que nos íbamos a cuidar mutuamente?

- No es lo que piensas, no te estaba ocultando nada. Creo que el hecho de mentirte ha sido un acto reflejo. Estoy tan acostumbrado....

Remus apartó las manos de Sirius de su cara. Si seguía así empezaría a temblar de la emoción, y no quería que su amigo se diera cuenta.

- La verdad es que ya ni me acordaba de estas heridas.

- ¿Como que no? ¡Pero si tienen una pinta horrible!

- Ya lo se – dijo sonriendo, cosa que tranquilizó un poco a Sirius- pero no me duelen. Solo noto un leve cosquilleo en la zona.

- ¿De verdad? – preguntó acercando de nuevo la mano a sus muñecas.

- De verdad.- respondió tendiéndoselas.

El animago pasó las yemas de los dedos por la piel herida de su Moony con mucha delicadeza.

- ¿Y como te las hiciste? ¿Como llegó la plata a tus muñecas?- preguntó con voz preocupada.

- Eso es lo más extraño – dijo Remus pensativo, recuperando la posesión de sus muñecas y sentándose en la banqueta del probador – simplemente me desperté con ellas.

- ¿Después de una pesadilla?

- Exacto.

- Esas pesadillas no me parecen muy normales Remus... ya no es cosa de tu imaginación.

- No lo sé Padfoot. Quiero revisar mis apuntes de adivinación, a ver si encuentro algo relacionado con ellos. No se si realmente hay de que preocuparse. Quizás tan solo es una maldición bien acertada.

- Creo que tendríamos que ir a decírselo a Dumbledore- insistió Sirius categórico – quizás él conoce el porqué.

- No. –negó rotundamente el hombre lobo – Imposible. El director ya está suficientemente ocupado con todos los problemas que tenemos para que ahora le venga yo con nimiedades.

- Tu salud no es una nimiedad Remus – claudicó seriamente Sirius.

El hombre lobo suspiró imperceptiblemente. Aquello era demasiado perfecto para ser real.  No se podía creer que un ser como aquel estuviera tan preocupado por él. Su cara denotaba seriedad y angustia. Su gesto tenso revelaba la intención de querer abrazarle para protegerle. Solo adoptaba aquella misma actitud cuando estaba con alguien más, cuando estaba con Harry. Quizás le consideraba como un ahijado más al que proteger. Como alguien frágil al quien cuidar para siempre.

Ese pensamiento le causó una mezcla de felicidad y pena, una amarga contradicción. Por un lado, se alegraba de que Sirius se preocupara por él, pues eso le indicaba que le apreciaba mucho. Pero él no era, ni mucho menos, un ser indefenso y vulnerable. Podía cuidar de si mismo, llevaba trece años haciéndolo y, después de todo, no le había ido tan mal. Por otro lado, no quería ser un "ahijado" para el ex convicto, sino mucho más.

- Bueno... no te piensas probar tu ropa?- preguntó Remus de repente.

- No me cambies de tema Remus... las cosas no se....

- Si te cambio de tema. Llevamos tres horas en la tienda, tengo hambre y estoy harto de ver ropa. No pienso explicarle mis pesadillas a Dumbledore, pero si vamos a un lugar tranquilo, si que te las explicaré a ti. Bueno, las que me quedan por explicarte....

El tono de Remus no admitía réplica, así que a Sirius no le quedó más remedio que aceptar.

- Pero si van a más, júrame que iremos a Hogwarts.

- Jurado. Ahora....¿ te pruebas la ropa o no?

La verdad es que Remus se moría de ganas por verle con aquellas prendas tan sexys que había cogido.

- No – respondió para decepción del ex profesor y con una sonrisa de suficiencia bailándole en la comisura de los labios – seguro que me va todo bien. Nunca he tenido problemas con la ropa, mi cuerpo escultural no necesita comprobar que todo le va como un guante...

- ¡¡Sirius!! ¿Como puedes tener tanto morro? – exclamó Remus con una gran sonrisa .

- Por dios Remus, me ofendes – rió con gesto melodramático –¿acaso niegas mi absoluta belleza?

Pero antes de que el hombre lobo pudiera contestar, Sirius ya había ido a pagar.

Si tu supieras... – pensó el hombre de ojos dorados mientras recorría el cuerpo de Sirius con una mirada lujuriosa – si tu supieras lo que he llegado a desear esa perfecta belleza....

Pero como siempre, no dijo nada, ni siquiera lo demostró mínimamente. Llevaba demasiados años disimulando, disimulando aquellos sentimientos desgarradores contra los que ya casi era imposible luchar. Ahora no iba a ser diferente.

Sirius, ajeno a los pensamientos del otro, pidió que le aplicaran un reductio a sus compras y dio una buena propina a las dos muchachas.

- ¿Quiere que se las enviemos a casa? – le recomendó una de ellas.

- Gracias, pero no es necesario, quizás las utilicemos. No os preocupéis, así nos arreglamos.

Después de despedirse, se fueron hacia el restaurante, donde Remus le explicó detalle por detalle, las dos últimas pesadillas que le habían asaltado por la noche, y también como se despertó con las muñecas ardiendo.

Eso si, se guardó muy bien de explicar la parte que implicaba a Harry. Si aquello llegaba a oídos del sobreprotector padrino, el pobre muchacho se vería en menos que canta un gallo de vuelta a su hogar, y entre algodones durante el resto de su adolescencia. Parecía como si, después de la conversación que mantuvieron en el jardín, Sirius se tomara mucho más en serio la seguridad de Harry.

Quizás había herido el frágil su orgullo de padrino, insinuándole que no protegía a su ahijado debidamente, aunque aquello era lo último que había pretendido.

La comida transcurrió tranquilamente, entre risas y anécdotas, hasta que Remus recordó algo que no iba a entusiasmar mucho al otro comensal.

- Por cierto Padfoot – dijo Remus cogiendo otra enorme cucharada de helado de chocolate – se me había olvidado comentarte que...

- ¿ Que ocurre Moony? – preguntó Sirius despreocupadamente mientras tomaba un sorbo de su leche manchada.

- Pues... que he quedado dentro de un rato con Severus...

El café con leche salió disparado en todas direcciones.

- ¿QUE? ¡SNAPE! ¿Porqué? ¿Cuando?¿Como?¡Quién te obliga! ¿El imperius sigue siendo una d las maldiciones imperdonables verdad????

Los ojos desorbitados de Sirius mostraban aquello que había temido el hombre lobo: seguían odiándose a muerte. Nunca se habían tragado. Sobretodo después de la "bromita" que Black había gastado al moreno de pelo grasiento, y en la que, muy a su pesar, Remus también se había visto involucrado. Pero Snape nunca culpó al lobo de aquello. No se odiaban más que por el simple hecho de pertenecer a casas rivales. A parte, el numerito que montó el profesor de pociones en la casa de los gritos no había ayudado mucho a una reconciliación.

Después, durante el año en el que Remus estuvo trabajando en Hogwarts, los dos profesores fuero tratándose más, hasta que consiguiera soportar su mutua presencia. En cambio, con Sirius eso nunca ocurriría. Su carácter desconfiado y orgulloso le impedía acercarse voluntariamente a una serpiente como Snape. Y aun menos con su turbulento pasado.

- Tranquilízate Padfoot, no es una visita que me llene de alegría, te lo puedo asegurar. Simplemente, necesito la ayuda de Severus.

- Que yo recuerde, el Wolfbane no se toma hasta el día anterior a la luna llena – replicó Sirius con desconfianza

- Si, tienes razón, pero no le necesito para el Wolfbane , o al menos no ahora. Es la única persona de confianza a quién puedo pedir lo que necesito para estas heridas.

- ¿Persona de confianza? Remus por favor.. querrás decir "serpiente traicionera" . ¿Estás seguro de que es de fiar?

- Paddie... dejaría mi vida en las manos de Snape... es más, llevo un par de años dejándola en sus manos cada mes, y desde entonces me encuentro mejor que nunca. Si Severus quisiera acabar conmigo, podría haberlo hecho hace mucho tiempo... la Wolfbane, no es una poción fácil de hacer... el mínimo descuido puede ser fatal.

- ¿¿¿Y Poppy??? Ella es la más indicada para curarte, lo hizo durante los siete años que estuviste en Hogwarts.

- Sirius... – dijo Remus pacientemente – no te digo que Poppy no sea la más indicada, es solo que no tiene la única poción que necesito.

- ¿Y en el hospital? – preguntó Sirius como último recurso.

- Piensa un poco lo que estás diciendo. ¿Pretendes que vaya a san Mungo? ¿Yo? ¿Un licántropo? Padfoot por dios, abre los ojos... Severus es mi única opción.

- ¿ Severus? ¿Desde cuando le llamas por su patético nombre?

Remus ya empezaba a cansarse de esa conversación tan estúpida. La enemistad con Snape siempre había estado patente en Black, pero el hombre lobo esperaba que con el paso de los años olvidara las chiquilladas. Pero ahora se daba cuenta de que estaba equivocado. La cosa no residía solo en Snape, sino que iba más allá. Y ya iba siendo hora de descubrir el fondo de la cuestión, así que decidió seguirle el juego.

- Pues realmente no lo recuerdo.... ¿te molesta mucho que le llame por su nombre?

- Si. Mucho. Me irrita.

- ¿Y puedo preguntar la razón tan absurdo comportamiento?

- Por favor Remus... no me hagas sentir como uno de tus alumnos adolescentes.... Simplemente me irrita, ya sabes que la serpiente me ha irritado toda la vida.

- Ahhhh... entiendo. Debe de ser algún tipo de trauma emocional – Remus empezaba a mostrarse un tanto ácido. La única manera de sacar algo a Sirius era atentando contra su ego, de forma que se pusiera muy nervioso y soltara el meollo de la cuestión – Acaso... ¿tienes algún complejo de inferioridad relacionado con Snape?

- ¿Inferioridad? ¿De Snape?¿Yo? ¿¡El gran Sirius Black!? ¿Te has vuelto loco?

- Entonces no lo comprendo... – dijo Remus meneando la cabeza.

- Escúchame atentamente. La única razón por la que odio a Snape es porque es un Slytherin. Una asquerosa y oscura serpiente. Los Slyth, por norma general no son de fiar. Son seres ambiciosos y traicioneros, manipuladores y falsos. La mayor parte de mortifagos fueron Slytherins, y sus hijos también lo son. ¡El mismo Snape, en el que tanto confías fue uno de ellos!

Así que era eso... por fin Black había mostrado sus verdaderos pensamientos. Remus esperó pacientemente a que su exaltado interlocutor acabara de exponer sus opiniones. Realmente quedó sorprendido. No le gustaba nada aquella actitud, no era la correcta. Le recordaba demasiado a la que tenían los seguidores del Lord Oscuro en relación a los " sangre sucia". Había demasiados prejuicios en sus palabras, demasiada intolerancia. Sirius hablaba de los defectos de los Slytherin, como los mortifagos lo hacían de la inferioridad de los muggles.

Sabía perfectamente que no se podía comparar un odio con el otro, aunque en el fondo, no era más que una estúpida generalización.

Tanto el echo de que los seleccionados para la casa de la serpiente pensaran que los muggles eran seres inferiores, como el resentimiento que destilaban los profundos ojos de su mejor amigo al asegurar que todos los Slytherin eran malos, eran burdas equivocaciones. El problema residía en la palabra "todos".

Era cierto que existían muchos muggles despreciables por el mundo, pero eso no quería decir que todos lo fueran a la fuerza. Lo mismo ocurría con los Slytherin. Aunque fuera la casa que más mortifagos dio, no quería decir que todos sus alumnos siguieran el mismo camino. Ni que las personas del resto de las casas fueran inmunes a las ansias de poder que les prometía el Señor Oscuro. La prueba latiente de ello residía en aquel pobre y desgraciado muchacho, a quién Remus Lupin consideró parte de su manada. Así como en el otro extremo de la balanza estaba el mortifago redimido y convertido en un valiosísimo espía.

Todo era relativo.

- Te equivocas Sirius – afirmó Remus con seguridad – No todas las serpientes son como tu dices.

- Remus.... lo son, créeme.

- No, créeme tu a mí. Estás generalizando. Te basas en un tópico preestablecido por una sociedad que para sentar sus bases ideológicas de una manera fuerte y segura, decidió poner barreras que delimitaran las posibilidades de sus habitantes. Si seguimos esos tópicos que nos encasillan dentro de determinados valores, vemos que la gran mayoría no cuadran. Por ejemplo: "los Gryffindor somos valientes" . Tópico que te has cansado de oír durante toda tu infancia. Entonces dime: ¿ Que hace Neville Longbottom vestido de rojo y dorado? Acaso no recuerdas lo asustado que estaba cuando descubrió que por su culpa Sirius Black había entrado en la habitación de sus compañeros?

Sirius bajó la cabeza un tanto avergonzado. Realmente no había querido causar problemas al pobre Neville. Podía haber sido cualquiera, pero el pobre muchacho tubo mala suerte. Ahora se sentía fatal por el mal rato que hizo pasar al hijo de su amigo Frank.

- Oh! Y también está este otro – continuó Remus sin dejar que su amigo se hundiera más en la culpa – que todos los Ravenclaw son inteligentes. Si hubieras visto los trabajos que he tenido que corregir no dirías lo mismo..... O que los Hufflepuff son trabajadores....claro, lo son los que no se quedan dormidos en la mitad de las clases. Y finalmente – dijo suavizando el tono, pues lo que iba a decir podía afectar bastante a su amigo – que los Gryffindor somos.....leales. Tú lo sabes mejor que nadie. Uno de ellos, uno de los nuestros nos traicionó, y esa traición condicionó nuestra vida para siempre. La tuya, la mía la de James, la de Lily y... la de Harry.

- ¡Pero eso son excepciones!

- ¿Y no vale la pena desenterrar esos tópicos por esas excepciones!?- gritó Remus exasperado – ¿no vale la pena luchar para que aquellos que parecen nobles se les caiga la máscara, o por aquellos que son injustamente juzgados tengan una oportunidad?

- ¡No!- gritó Sirius como si fuero lo más obvio del mundo. - ¡Eso desestabilizaría el orden de las cosas!

De repente Remus se dio cuenta de que estaban montando un espectáculo. La verdad es que los dos llevaban un rato discutiendo acaloradamente. Incluso se habían puesto de pie en el discreto restaurante en el que estaban acabando de comer, cosa que propinó algunas miradas nerviosas. Incluso algunos de los otros comensales se fueron al darse cuenta de quienes eran. Al parecer, su fama se había  extendido más de lo que Sirius Black nunca llegó imaginar.

Pero la verdad es que no les importó demasiado. Aunque no lo pareciera, no lo hacían con malas intenciones, no era su intención asustar a medio Hogsmeade. Simplemente esa era su forma de ser. Durante su juventud en Hogwarts, cuando el frío cortante del invierno les impedía salir a disfrutar de los terrenos de la escuela, Sirius y Remus se sentaban en una butacas de la sala común a discutir sobre cualquier cosa. Tanto podían estar dos horas hablando sobre la sutileza de la poesía Shakesperiana , como del último partido de los Chuddley Cannons. La cuestión era hablar y disfrutar de su mutua compañía.

Porque aquellas "apasionantes" discusiones las mantenían los dos solos. James prefería pasar el rato con Lily que estar filosofeando delante de un molesto y agobiante fuego. Peter por su parte, casi nunca tenía tiempo que malgastar. Los trabajos extras que debía entregar para compensar sus bajas notas le absorbían la mayor parte de su tiempo de ocio.

Cuando les dejaban solos, cuando Sirius y Remus se reunían en su rincón favorito de la sala común, era cuando sus verdaderas personalidades salían a relucir. Los ojos del siempre amable y paciente Lupin, centellaban con fuerza acompañando sus apasionadas palabras al rebatir alguna de las opiniones de Sirius. Su rostro perdía todo asomo de debilidad y cansancio. Sus mejillas ardían, acompañando la elocuencia de sus gestos. En esos instantes mostraba la fuerza del lobo, el poder del ser con el que estaba obligado a compartir su existencia.

Pero Remus no era el único que cambiaba.

Sirius también lo hacía. En esos momentos su prepotencia y chulería desaparecían. Ya no necesitaba aparentar nada, podía retirar su faceta de líder rebelde. Sirius defendía sus ideales a capa y espada No importaba si fueran conservadoras o innovadoras, solía aferrarse a esas ideas de forma asombrosa. No importaba lo contrarias que fueran las unas de las otras. No necesitaba fingir, no ante aquellos ojos dorados.

En esos momentos fue cuando nació todo. La comprensión mutua, la compenetración y la confianza.

Y ahora estaban en la misma situación, discutiendo acaloradamente como chiquillos, enzarzados en una pelea de razonamientos y palabras llenas de significado. Solo que en aquel momento no era poesía y quiddich, sino prejuicios e intolerancia.

El animago debía comprender. Remus necesitaba aquella comprensión.

- Entonces....- dijo Remus bajando la voz hasta convertirla en un susurro- entonces... ¿eso quiere decir que yo no merezco una oportunidad porque podría desestabilizar el orden del mundo en el que vives? ¿Acaso no existe el tópico de que los hombres lobos son seres oscuros y sanguinarios sin corazón ni sentimientos? ¿Eso es lo que soy para ti? ¿Un animal peligroso que no merece la oportunidad que tu mismo niegas?

Los ojos dorados de su amigo le miraban implorantes, levemente enrojecidos y brillantes por las lágrimas que luchaban por acariciar sus suaves mejillas. Sus labios rosáceos curvados en un rictus de dolor. Su gesto en tensión. Su cuerpo temblando levemente.

Entonces Sirius lo comprendió todo. ¡Dios! ¿Como podía haber estado tan ciego? En aquel instante en que sus miradas se posaron en los ojos del otro, vio con insultante claridad aquello que su Moony intentaba hacerle comprender. La única razón por la que defendía a Snape era porque comprendía sus sentimientos, porque él también se sentía así: repudiado y apartado del mundo, odiado por una naturaleza que él nunca escogió, que le que fue impuesta. Al igual que el profesor de pociones, quién nunca pidió entrar en Slytherin, quién se equivocó y luego rectificó.

Sirius comprendió que le debía una disculpa a la persona que más amaba en el mundo.

- Nunca.... yo nunca te he negado esa oportunidad, yo nunca te negaría nada. – dijo rodeando la mesa y acercándose al licántropo hasta que sus cuerpos estuvieron separados por poco más de unos centímetros – Pero comprendo lo que estás intentando decirme. Si se la he negado a Snape. Lo siento....¡lo siento tanto! He estado demasiado cegado por el rencor y el odio. Y lo peor es que con ello no me daba cuenta de que también te dañaba a ti.

La distancia que los separaba en aquellos momentos era tan corta que los dos hombres podían sentir sus mutuos alientos. Sirius se empezó a poner nervioso... tener a Remus tan cerca, tan alcanzable, le hacía perder la razón. Si no hacía algo acabaría por hacer lo que llevaba tanto tiempo deseando, lo que fue interrumpido en el jardín: probar a que sabían los cremosos labios de su lobito particular.

Sus rostros se fueron acercando, haciendo que el molesto espacio que les separaba se fuera reduciendo lentamente. Pero cuando Black pensaba que por fin su sueño se iba a convertir en realidad, el rostro de Remus pasó de largo y se enterró profundamente en su pecho. El animago empezó a notar una humedad allí donde el licántropo se había apoyado. Su Remsie estaba llorando.

- ¿Te ocurre algo Moony?¿ He dicho algo que te haya incomodado? No se si me he expresado bien... Yo....

Aun con lágrimas en los ojos, Remus se separó del animago, y esbozó una gran sonrisa.

- No Sirius...  solo quería darte las gracias. Gracias por comprender. Significa mucho para mi.

El hombre lobo solo recibió una sonrisa tierna por respuesta, el gesto más apropiado cuando ya sobraban las palabras. Después, Sirius volvió a abrazar a Remus, ignorando las miradas del resto de los comensales, ignorando los murmullos y las exclamaciones, centrándose solo en la calidez de su.... mejor amigo y en sus propios sentimientos, que le gritaban desesperados, una solución para aquel increíble dolor.

Continuará....

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Bueno... por fin he conseguido acabar este capítulo. Deseo que os haya gustado. Como siempre espero con ganas los reviews con críticas constructivas! Y ahora... a contestar los que me escribisteis en el último capítulo, aunque supongo que después de tanto tiempo ni os acordáis.....^^U

Usagi: a que son una cucada! Así es como yo también me los imagino... ains.. dios bendiga a Rowling... Ya has visto la escena del probador. Se que se podía sacar más partido a la situación pero... opté por dejarlo para más tarde, con un poco más de intimidad ^o^. Pues la verdad es que me imaginé a Rosmerta como una cotilla empedernida. Al final Remus se contuvo y no la mató despiadadamente. Todo un logro teniendo en cuenta el lobo... XD. Bueno, gracias por leerlo. Hasta pronto!

Legolas3: uoooo!!! Alguien ha pillado la indirecta!!!! Cuanto me alegro!!!! Pues si, a Remus le encanta el negro, el negro de largos cabellos y mirada perfecta * Sakuratsukamori babeando encima del teclado...^o^* Mujer... tampoco lo tiene de esclavo... es solo que a Remus le gusta tenerlo todo ordenadito, y Sirius es un desastre ^^.

Ealnr Vingil: ^_^ A mi también me gustan más cuando están en Hogwarts, pero así, los dos creciditos... también tiene su encanto no?? Así pueden hacer más cosas malas.. jajjajajaaj!!!! Esto... la indirecta no era tan profunda... simplemente quería decir que a Remus le gustaba el negro=black. Si, muy atonta ya lo se.... Pero mi mente no da para más^^U

Moony Girl2: siii!!!!!! A mi también me gustaría trabajar en esa tienda ¡!!!! Pues no estaría mal tener un negocio así.. XD Creo que disfrutaría bastante trabajando Sip!! Remus es genial, tienes toda la razón del mundo. Y Lestat también es el mejor, pero a mi me gusta más Louis. Si te paras ha hacer comparaciones, el se parece más a Moony, los dos melancólicos y sosegados.....Ains... Lestat me recuerda más a Sirius, tan seguros de si mismos... Que te voy a contar, tanto Rice como Rowling son unas diosas! Por cierto... hasta que libro te has leído de la saga??? A mi también me chiflan^o^

Mina-Moon: Nooooo aléjate de la ventana!!!! Eso no es bueno!!!! XD Aquí tienes la actualización, aunque... un poco tarde ^^U. Jo.... ya no te he vuelto a ver más por el mesenger... aunque la verdad es que tampoco me conecto demasiado...^^U Me quedé con las ganas de hablar un rato más. Malditas obligaciones navideñas....¬¬

Uo!!!! Es que solo imaginar a Sirius vertido de Armani, me entra un... XD ~~~

Y Remus... y el pastel de chocolate.... ains..... a mi me gustaría ser el helado que se come Remus en este capítulo... ains..... ( siiiii, yo también estoy un poco loca!!!!) Y por cierto!!! Ahora te toca actualizar a ti, que me tienes en ascuas!!!! Porque vas a continuar un fanfic tan fantástico verdad????? VERDAD!!!!!!! ^____^

Baby Kotori: hola!!!! Pues akí tienes la continuación. Espero que te siga gustando. Gracias por los ánimos!!! Siempre van bien ^.^

Por cierto... tu nik no saldrá de X Clamp verdad????Me encanta encontrar más otakus que leen cosas de HP. Hasta pronto!

Lily E. Black: hola!!!!!!! Ke tal va todo??? Bueno, ya se que desde este review hemos hablado mucho, pero bueno, te contesto lo de siempre: nooooooo!!!!!!! Aquí no sale el 5to hasta el 21 de febrero!!! Snif..... a partir del 23 ( que ya me lo habré acabado) hablamos de lo que quieras! ^o^  Si... los dos son un sueño... ya sabes: Sirius para ti y Remus para mi, y así todas tan contentas ( aunque no se que opinarán de ello el resto de fans...)

La verdad es que era muy tentador ver a Sirius escogiendo trapitos para Remus, un encanto, vamos. Si chica.... el instituto es una pesadilla, pero la falta de inspiración lo es más. Ahhh.. que vida más dura ... XD. Bueno chica... a ver si saco un poco de tiempo de las salidas navideñas y te respondo el mail ( es que no paro de un lado a otro¬¬) Ah!!! A ver si nos deleitas ya con un capítulo más de tu historia!!!! Me muero por saber que pasará!!!!!

Hasta pronto!!!!!

Yita moony: pues claro que si!!!!!!!! A ver si en el próximo capítulo consigo que se den un bechito... ^^U es que la verdad, me cuesta bastante pasar a la acción, la excursión a Hogsmeade solo iba a durar un par de capítulos y mira como se me ha alargado..... Y si, Voldy es lo peor, pero no dejaré que le haga nada a mis dos estrellas, aunque no te aseguro que cierto chico huérfano salga indemne.... ^^ ( ya lo se... soy mu mala!!)

Son of twilight: emm...... pues la verdad es que no me apetece morir de una forma extraña... la verdad es que yo tenía planeado ( a ser posible) morir de vieja... así que... creo que si continuaré este fanfic! XD .Igualmente lo pensaba continuar, nunca dejará a uno de mis "niños" sin final... Esto... tampoco tenía planeado hacerles sufrir demasiado, pero si tanto te empeñas.... veremos lo que mi mente maquiavélica puede hacer ^^

My Last Breath: Gracias por los ánimos!!! Que ilusión que ya te hubieras leído mi historia.... siempre resulta gratificante saber que hay fantásticas escritoras que se leen tu trabajo.... Gracias a ti por el review, me hizo mucha ilusión. Me alegro que ya te sepas manejar bien por el fanficton, sobretodo, porque así escribes más ff!!!

Ánimo!!!!!!

Bueno, feliz año nuevo a todas!!!!!! Espero que este año os vaya todo de maravilla, y sobretodo, que siempre tengamos un rato libre para poder dejar volar nuestra imaginación!!! Sed felices.

Sakuratsukamori, miembro de la orden Siriusana, devota del gran Dios Sirius Black y de sus apóstoles San James y San Remus. Muerte a la rata traidora!!!!