Este fic NO es mío. Este fic es de KayJuli. La podéis encontrar en FF.net.
La traducción viene a ser lo más fiel posible. Siempre que podáis leed el fic original.
~ * ~ * ~ * ~ * ~ El Poder De Dos Corazones ~ * ~ * ~ * ~ * ~
CAPÍTULO 5
Chunyan y Syaoran intercambian detalles de sus historias y Syaoran se enteró de que esta vez, no habría ningún juicio para Yamazaki, capturado por duodécima vez - hasta donde Syaoran podía recordar. En el pasado, él podría ser 'libre' (bajo la vigilancia apropiada, claro) después de prometerle al juez de nunca involucrarse de nuevo en ningún tipo de rebelión. Ahora era considerado un múltiple e impenitente delincuente y no habría ningún juicio. De la prisión al patíbulo. Syaoran no tenía idea de cómo salvarlo esta vez por lo que Chunyan le informó debería de haber por lo menos seis soldados vigilando a Yamazaki día y noche para evitar 'problemas'.
"Va a ser un gran evento." Chunyan estaba terminando su taza de té. "Aunque sea colgado por intentar ayudar a otros, no les importará. Nunca lo han hecho y nunca lo harán."
"No estés tan amarga, Chunyan." Syaoran frunció el entrecejo a la actitud deprimida. Verdad, no estaban viviendo buenos tiempos en los que uno simplemente no podría rendirse.
"Yo no sé, Syaoran..." Suspiró. "Clow Reed creó la Resistencia hace quinientos años. ¡Eso es mucho tiempo! Deberíamos de haber logrado algo hasta ahora. Nuestra familia ha estado coordinando cada paso desde el principio, siempre viviendo en las sombras. Cualquier acción que tomamos normalmente falla. Ahora los miembros importantes han sido encontrados y arrestados. ¿Cuánto queda para que cojan a los ancianos? ¿Hasta que te cojan? Quizá solo debamos... rendirnos."
"¡No digas eso, Chunyan! ¡No podemos! Es NUESTRA responsabilidad. Después de tantas dificultades y sufrimiento, eso sería insensato. Sí, está siendo lento, pero nunca hemos tenido tanto apoyo antes."
"¿Apoyo? ¿De las mismas personas que van a mirar el ahorcamiento el domingo? ¿Por qué simplemente no nos dejan? Syaoran, nuestra familia está desapareciendo. Tú sabes muy bien lo que pasará cuando mueras."
"Chunyan..." Intentó razonar con ella, pero ella no le dejaría.
"El nombre de Li perecerá. Tú eres el último. Nuestro padre, nuestros tíos... Mi marido que dio su vida por la Resistencia... Todos ellos se han ido. Ríndete, mientras todavía puedas."
Por un momento Syaoran solo la miró fijamente. Conocía las dificultades que ella había experimentado después de perder a su marido y tener que cuidar a Lusheng que en aquel momento tenía cuatro años. Su marido había sido el tercero en la jerarquía de la Resistencia y había sido traicionado por su mejor amigo.
"Siento que te sientas así, Chunyan. Realmente lo siento. Pero aun cuando quisiera... nunca podría... nunca me rendiría. Algún día triunfaremos. De verdad creo que los ancianos tienen razón. Es tiempo de un ataque masivo. Los Verborgen nunca antes han sido tan vulnerables y los rumores dicen que cada vez son más débiles, perdiendo su magia, por alguna razón. Eso es por lo qué ellos ya no están interfiriendo en las vidas de las personas como solían hacer. Sabemos con toda seguridad que el número de Verborgens está disminuyendo. Hay tantos 'esclavos' que no saben qué hacer con ellos. Por eso es por lo que han tenido que recluir a personas ordinarias. ¿Has observado el Ejército Imperial? Sólo auténticos Verborgen ocupan los altos puestos. La mayoría de los soldados, si no todos ellos, no tienen ningún tipo de poder en absoluto."
"Aun así, ellos gobiernan por encima de nosotros."
"Eso es porque muchas personas están magnetizadas y fascinadas por su poder pero los Verborgen están lentamente perdiendo y un día su gobierno acabará."
"¿Cuántos morirán antes de que esto pase?" preguntó Chunyan, sus ojos estaban empañados. "¿Quién, de aquéllos que amo, será el siguiente en morir? ¿May Yu? ¿Tú? ¿Mi hijo? Duele tanto..."
Syaoran se sentó al lado de ella, con la tristeza en su cara.
"Lo sé, Chunyan..." Su voz baja, su tono tranquilizador. "Pero estamos haciendo esto por nuestros niños, para que un día realmente puedan disfrutar la vida y no sean asustados por los guardias, soldados, generales, emperadores. ¿No quieres eso para Lusheng? ¿Por tus nietos?"
"Claro que lo quiero." Casi susurró, limpiando las lágrimas de sus ojos.
"Entonces no me pidas que me rinda." Syaoran le dio una de sus muy raras sonrisas, casi imperceptible. Chunyan le devolvió la sonrisa, con la cara un poco roja.
"Odio las reuniones lacrimógenas", dijo una voz y los hermanos levantaron la vista para ver a un Lusheng cansado mirándolos fijamente desde la puerta. La cara de Syaoran regresó a su expresión normal: un ceño.
"¿Qué has perdido esta vez?" preguntó Chunyan. Los ojos de Lusheng salieron disparados como dagas a Syaoran y cualquier forastero habría visto inmediatamente el inequívoco ceño de Li que traicionó su relación.
"No soy culpable." le dijo Syaoran. Lusheng parecía aceptar la palabra de Syaoran. Después de todo no había ninguna manera de que él le pudiera esconder algo a ella.
"¿Cómo lo supiste, madre?" Ella se levantó y despeinó su pelo, amorosamente.
"Nadie toma una hora y media para comprar unas cosas en la tienda que está a la vuelta de la esquina. ¿Qué y dónde?"
"Las llaves; entre las naranjas." Chunyan suspiró.
"No ha perdido la cabeza porque está atada a su cuello." dijo Syaoran serenamente.
"No tú también, Li."
"¿Por qué no puedes llamarlo 'tío'?" Chunyan tomó la bolsa de su hijo y lo puso en un mostrador al lado de la estufa.
"Tío es para bebés, mamá. Además, podríamos ser hermanos."
"¿Qué has dicho?" Chunyan se giró con cara muy enfadada.
"¡Eh - No, mamá! Quise decir, él sólo es cuatro años mayor que yo y-"
"¿Entonces quieres decir que soy vieja?" Chunyan estaba acercándose despacio.
"¡No! ¡Claro que no! ¡Te ves preciosa, mamá! ¡Tienes treinta y tres años, pero aparentas veinte! ¡De verdad! Solo intento decir que-... ¡Maldita sea! No recuerdo que es lo estaba intentando decir. ¡Pero seguro que no quería decir que eres vieja!"
"¿Piensas que aparento veinte?"
"¡Claro! ¡Definitivamente!"
"Eso es lo que quería oír." Chunyan sonrió. Supo muy bien lo que quiso decir, pero le gustó ver a su hijo confundido. Syaoran estaba sonriendo abiertamente. Lusheng volvió la atención a su tío.
"Has traído a una chica." Cruzó sus brazos.
"De hecho, lo hice."
"Ella dijo que era mi tía. ¿Por qué? Espero que no nos estés traicionando, Li."
"¿Traicionando? ¿Quién?"
"A nosotros. Los hombres Li."
"Tú no eres un Li." Chunyan se rió.
"Bueno, yo soy su sobrino. Eso me hace parte de la familia."
"¿Cómo podría yo traicionar a 'Los hombres Li'?" preguntó Syaoran, casi incapaz de esconder su diversión al esfuerzo vano de Lusheng por ser un adulto.
"Consiguiendo una novia."
"¡Eh, chico! ¿Qué estás diciendo?" Esta vez el tono de Chunyan era serio.
"¡Nosotros somos luchadores, mamá! No podemos tener chicas alrededor," dijo Lusheng. Syaoran y su hermana tornaron sus ojos. "¿Por qué Li permitió que mintiera diciendo que era mi tía?" exigió al jovenzuelo.
"Porque lo es." Chunyan contestó fríamente, seleccionando una manzana y dándosela. "La hemos adoptado y eso es lo que todos necesitan saber. ¿A propósito, como la vamos a llamar, Syaoran?"
" 'Chica' para mi está bien..."
Su hermana lo ignoró. "Mmm... Pienso que deberíamos llamarla Ying Fa. ¡Sí, ése será! ¡Ying Fa Li! ¿Y hablando de ella, qué está haciendo?"
"Durmiendo, apoyada contra la pared." Lusheng, ahora emperchado en un umbral de la ventana, contestó con su boca llena,
"¡¡¡Me olvidé totalmente de ella!!!" Chunyan empezó a dejar la cocina y Syaoran la siguió.
"¿Qué están escondiéndome?" quiso saber Lusheng.
"¿Qué te hace pensar que estamos escondiéndote algo?"
"Gee, no lo sé..." Puso su mano en su barbilla, pensativo. "¿Quizá el hecho de que he adquirido a una tiastra?"
"No sé de que me estás hablando." Syaoran dio golpecitos a su cabeza.
# * # * # * #
Estaban en el centro de la ciudad. La multitud de personas se apiñaban y vendedores gritaban para atraer a los compradores. Empujada de un lado a otro por las personas que tenían prisa, Sakura deseó un lugar dónde poder evitarlos. "Pensé que ayer hacia calor, pero me estaba equivocando," le dijo a Chunyan. Los vendedores callejeros gritaban los precios de su mercancía y los probables clientes devolvían los gritos, en una disputa interminable. Chunyan la acercó por detrás de ella.
"Tú quisiste venir, Ying Fa."
"Lo sé, pero pensé que sería más tranquilo. No puedo respirar. ¡Hace tanto calor!"
"Estamos casi listas para volver a casa. Solo tengo que comprar algunos hilos." Chunyan se rió.
"¿Qué?" preguntó Sakura, sin entender lo que era tan gracioso.
"Nunca has estado en el centro de un comercio antes, ¿verdad?"
"No tenía ni idea de como sería. Quiero decir, me imaginé que sería ruidoso, pero no tanto."
"Ve acostumbrándote a esto. Viajar con Syaoran es realmente una aventura. Oh, ahí está la tienda."
Entraron y una anciana detrás del mostrador saludó a Chunyan amablemente.
"¡Hola, Señora Ghil! ¿Las cosas que pedí han llegado?"
"Oh, sí." La mujer puso una caja mediana sobre el mostrador. "¿Y quién es esta joven?"
"Ella es Ying Fa, mi hermana." Chunyan atrajo a Sakura a su lado.
"Encantada de conocerla" Sakura sonrió.
"El placer es mío. Muy educada. Pero no se te parece, Chunyan."
"Somos hermanastras." Chunyan contestó casualmente, examinando el contenido de la caja.
"Ya veo. Oh, encanto, ¿qué has oído sobre Yamazaki?"
"Le colgarán mañana." contestó Chunyan, su sonrisa se marchitó.
"Pobre muchacho. ¿Quién podría imaginar que era un miembro de la Resistencia? Las personas dicen que ha sido arrestado otras muchas veces anteriormente pero hay alguien que siempre lo salvaba."
"Sí, es lo que dicen." contestó Chunyan, como si le fuera indiferente. Otro cliente entró en la tienda pero la Señora Ghil continuó:
"No sabía que iba a ser colgado mañana. ¿Qué pasó con el juicio?"
"No habrá ningún juicio, Señora Ghil." El extraño, un cotilla veterano, se unió a la conversación, diciendo jadeantemente: "Ésta es la decimotercera vez que ha sido arrestado."
La cuenta de Syaoran estaba equivocada por una. Pensó Chunyan.
"¿De verdad?"
"¡Sí!" Los ojos del extraño estaban encendidos con el placer de tener la información para restregarla. "Y va a ser un evento. Quieren mostrar que es lo que le pasa a los que se enfrentan al Emperador. Oí que todos tienen que ir al ahorcamiento y que Tsukishiro le preguntó a ese Kinomoto que estuviese allí. Saben que ellos son amigos, y Yamazaki escapó de Kinomoto muchas veces."
Sakura se puso pálida, sus ojos se llenaron de miedo. Tenía que salir inmediatamente. Ver a alguien siendo asesinado era demasiado, pero el riesgo de encontrarse con su hermano sería peor.
"¿Estás bien, Ying Fa?" Preguntó la Señora Ghil.
"¿Eh?" Parecía desconcertada.
"No te ves bien."
"Supongo que tiene razón, Señora Ghil. Dijo que le faltaba aire. Será mejor que la lleve a casa." Chunyan pagó a la anciana. "Gracias, Señora Ghil. Regresaré la semana que viene."
# * # * # * #
Syaoran estaba sentado en la sala, sosteniendo un plano del subsuelo de la prisión. Él ya sabía exactamente donde estaba retenido Yamazaki. No hay ninguna manera de que pueda sacarle sin ser descubierto. Oyó abrir la puerta, y después pasos. Por su aura supo que eran Chunyan y Sakura, así que simplemente continuó estudiando el plano.
Chunyan sentó a Sakura en un sofá delante de Syaoran y corrió a la cocina por agua.
"Ustedes dos han estado fuera durante mucho tiempo." Dijo Syaoran, notando el silencio de Sakura. Ella no dijo nada. "¿Se han divertido?" Preguntó indiferente, pero sin ninguna contestación. "¿Qué? ¿Te comió la lengua el gato?"
"¡Syaoran, para ya!" Chunyan regresó con un vaso de agua. "¡No está bien!"
Syaoran miró a Sakura. Estaba más blanca que una hoja de papel, sus ojos abiertos, sus labios púrpura y el temor dibujado por todo su rostro. Se puso de pie rápidamente y caminó hacia ella.
"¿Que ha pasado?" Sus labios se movieron ligeramente pero eran incapaces de entender sus palabras. Él se arrodilló al lado de ella y miró a Chunyan inquisitivo.
"Su hermano estará aquí mañana."
Syaoran podía ver ahora que aterrada estaba Sakura de regresar. Su reacción a la presencia de su hermano lo hizo evidente.
"Chica..." Perdió las palabras, pero de algún modo, por alguna razón, le dolió verla así.
"Por favor, Li." Ella encontró su voz finalmente. "¿Sé que estoy en tu camino y que soy una carga, pero por favor, podríamos irnos? No puedo quedarme aquí. Por favor." Ella pidió agarrando su camisa.
"Chica-"
"¡Por favor! Me debo ir hoy."
"No me puedo ir ahora. Tengo... algo muy importante que hacer."
"Pero él me encontrará. ¡Él me encontrará!" Lágrimas escaparon de sus ojos.
"Tranquilízate." Le dijo, pero sus palabras cayeron en oídos sordos. Cogió su cara, obligándola a mirarlo. "¡Sakura, tranquilízate! ¡Él no te encontrará!"
"¡No lo conoces!"
"Le conozco mejor de lo que tú piensas" Dijo bajo su respiración. "No voy a permitir que te coja, ¿vale? No lo permitiré." Aseguró.
Parecía que ella estaba tranquilizándose, pero no muy segura.
"¿Me lo prometes?" Preguntó suavemente.
"Lo hago. Te lo prometo." Ellos se soltaron. "Muchas personas estarán mirando la ejecución mañana" continuó Syaoran. "Le será imposible verte. Tengo que hacer algo y mañana nos vamos, ¿de acuerdo?" Sakura afirmó.
Se puso de pie y le dio un pañuelo, dirigiéndose hacia la puerta.
"Voy a hablar con los chicos, Chunyan. Tenemos que establecer algunas cosas."
Chunyan lo siguió medio camino a la puerta.
"Y..." Él dudó. "Cuida de ella."
"Lo haré." Chunyan sonrió. Él cerró la puerta. Me pregunto cual es su plan... Ella regresó junto a Sakura que estaba limpiando sus lágrimas con el pañuelo y recuperando su color de nuevo. El vaso todavía estaba en su mano. "Bebe el agua, Ying Fa. Después puedo enseñarte cómo hacer animales de peluche."
Sakura sonrió un poco y bebió el agua.
# * # * # * #
Domingo - 11:45a.m.
"¿Están listos?" Preguntó Syaoran surgiendo detrás de un grupo de cinco hombre, permaneciendo de pie un poco aparte de la muchedumbre que espera por el ahorcamiento. Ellos saltaron al sonido de su voz.
"¡¡No hagas eso, Li!!" Gritó uno de ellos. Syaoran sonrió con satisfacción.
"¿Estamos nerviosos?"
"¡Apuesta a que lo estamos!" Un hombre con un sombrero verde contestó. "Nunca hemos hecho este tipo de cosas antes."
"¡Claro que sí lo habéis hecho!"
"Nunca en la luz del sol, Li" Le contestó un hombre joven con camisa blanca, una cinta amarilla alrededor de su cabeza.
"¡Vamos! Simplemente relájense y háganlo."
"Sí, es muy fácil de decir para ti. Tú no vas a ser el que este al lado del patíbulo." Dijo el más joven de los cinco, de diecinueve años que llevaba gafas pesadas.
"Sabes que no puedo quedarme tan cerca. Y para hacer este trabajo, tengo que permanecer en el fondo."
"Veamos si funcionará..." dijo un hombre en una capa negra.
De repente, un guardia estaba detrás de ellos. "¿Eh, qué estáis haciendo aquí parados?" Los hombres temblaron, pero Syaoran se dio la vuelta serenamente.
"Hablando." contestó casualmente.
"Moveros hacia la plaza mayor. El gobernador pidió que todos estuvieran allí."
"Claro." Syaoran ya estaba de camino, seguido por los otros cinco.
"¿El gobernador también está aquí?" Susurró el muchacho con gafas.
"¿No lo sabías? Estaba en la ciudad y al enterarse del evento, decidió quedarse un día más," Le dijo el hombre del sombrero verde. Había otros alrededor de ellos también dirigiéndose hacia la plaza mayor. Syaoran reconoció a tres personas.
"Ocupad vuestros puestos," Les dijo a los cinco compañeros, mientras se dirigía hacia el medio de la muchedumbre dónde Sakura, Chunyan y Lusheng estaban. "Así que ya habéis llegado aquí."
Sakura y Chunyan saltaron de la sorpresa. Lusheng se rió.
"¡Syaoran! ¿Por qué tienes siempre que venir por detrás?" Chunyan estaba sobresaltada.
"Eres tú quién debería prestar más atención a tu alrededor" Contestó su hermano. "¿Estás bien, chica?"
Sakura asintió. Ella estaba un poco aprehensiva, pero parecía bien.
"Pronto nos marcharemos, ¿no es así?" Preguntó ella.
"Sí, no te preocupes. ¿Chunyan, todo está dispuesto?"
"Sí, Lusheng lo traerá." El treceañero sonrió orgullosamente, ansioso por demostrar su valentía a su tío. "Sólo preocúpate de no llevarlo lejos." Le dijo a su hijo.
"Puedes confiar en mí, Li. Sé lo que estoy haciendo." Dijo Lusheng.
El plan era que después de salvar a Yamazaki, Syaoran saldría de la ciudad y se escondería. Chunyan más tarde le entregaría a Sakura y ellos saldrían. Pero habían decidido que sería mejor guardarla en la oscuridad por su propio bien.
Lusheng estaba radiante. Su papel en el plan no podría ser maravilloso, pero él estaría contento sólo con llevar las bolsas, si fuera necesario.
Sakura estaba a punto de preguntar algo cuando oyeron los tambores. La muchedumbre dejó paso a los seis tamborileros.
"Ya empieza." Murmuró Syaoran. Él vio al muchacho con las gafas y los hombres con la cinta amarilla que estaban al lado del patíbulo, entre otras personas. Los otros tres estaban un poco lejos de ellos, esperando. Syaoran se marchó, pero Chunyan lo cogió.
"¿No podrías proponer un mejor plan?"
"¿Mejor que esto? No muy probablemente. No te preocupes. Resultará bien." Syaoran desapareció entre la muchedumbre.
# * # * # * #
"¿Y no tienes ninguna idea de su paradero?"
"Ninguna. Ella ha desaparecido en el aire. Es muy frustrante." Touya y Yukito estaban de pie en un corredor en el vestíbulo de la ciudad. La decoración era muy rica. Pinturas en las paredes, alfombras, y oro. Los pomos de las puertas y otros detalles eran todos hechos de oro. Touya y Yukito llevaban su uniforme rojo, las gorras bajo sus brazos.
"Quizá alguien la secuestró." Yukito estaba comiendo una manzana.
"Creo que no. Sería imposible. Ella se escapó, como siempre hace, pero esta vez tuvo éxito. Lleva fuera tres días."
"¿Y has dejado de buscarla?"
"No. El trabajo en la propiedad de mi padre se ha detenido para que todos los esclavos estén buscándola. Mi padre está muy angustiado."
"Lo puedo imaginar. Quizá simplemente está escondiéndose en una cueva o algo cercano. Cuando se canse, regresará."
"Ese es lo que yo le dije. Y cuando lo haga, le enseñaré una lección. Nunca volverá a pensar siquiera en escaparse."
Un joven soldado se acercó.
"El gobernador está viniendo."
"Gracias." Yukito le dio la manzana para tirarla y ponerse sus guantes y gorra. Touya hizo lo mismo. Yukito le dijo al guardia que abriera la puerta delante de donde ellos habían estado esperando, y qué llevaba a un balcón. Ellos salieron fuera al balcón y de allí los tambores pudieron abrir espacio hacia el patíbulo. "¡Silencio!" él ordenó. La multitud miró y el silencio se estableció gradualmente. Sakura tembló. ¡Allí estaba él, de pie en el balcón! Notando su miedo, Chunyan sostuvo su mano.
"No te preocupes, Ying Fa." Ella sonrió tranquilizadoramente.
Algunos esclavos pusieron sillones en el balcón. El gobernador, un hombre gordo en sus sesenta años, sonriendo perversamente, seguido por secretarias, esclavos, un general, y otras figuras. Los políticos se sentaban y los otros permanecían a la atención detrás de ellos. El general susurró felicitaciones a Yukito y se sentó al lado del gobernador.
"¡Traigan al convicto!" Seis soldados en dos columnas aparecieron y en medio estaba Yamazaki, sus manos atadas detrás de él. Él estaba charlando:
"¿Saben cómo se inventó el ahorcamiento? Hace mucho tiempo un hombre estaba..."
Es asombroso. Va a morirse y sigue diciendo mentiras. Syaoran estaba lo bastante cerca para oírlo, pero Yamazaki era inconsciente de su presencia.
"¿Es él?" Sakura apuntó.
"Sí, ése es Takashi Yamazaki."
"¿Lo conoces?"
"Sí." Chunyan contestó simplemente.
Yukito estaba sonriendo orgullosamente.
"Esta vez lo has hecho, Yukito." Touya le dijo. "Pero veamos quién cogerá al que le liberaba en el pasado."
"¿Es una apuesta?"
"Claro que lo es."
Los guardias llevaron a Yamazaki a los escalones del patíbulo en dónde un hombre con capucha negra lo esperaba. Entre tanto, Syaoran se puso una máscara, inadvertido por guardias cercanos que estaban más interesados en el colgamiento. Sólo se mostraban sus ojos y ellos estaban brillando. Su mano sostenía algo coloreado oscuro, un globo parecido a un colgante.
El hombre de la capucha negra ajustó el nudo alrededor de la garganta de Yamazaki.
"¿Cómodo?" Preguntó sarcásticamente.
"Oh, sí. Pero estaría mucho más cómodo sin esta cosa alrededor de mi cuello."
"Lo siento. No puedo hacer eso."
Los tambores empezaron a sonar. Las personas estaban hablando muy ruidosamente ahora. Los ojos de Sakura estaban fijos en su hermano, incapaz de creer que esa persona que amó pudiera ser parte de semejante horrible crimen. Él estaba sonriendo y hablando. ¿Cómo podía? Entonces de nuevo debió de haber visto este tipo de cosas muchas veces antes, comprendió ella. El hombre con la cinta amarilla y el muchacho con lentes llamaron la atención de Yamazaki y él los reconoció. ¡Iba a ser rescatado de nuevo! ¡Qué alivio! El verdugo estaba listo para abrir la trampilla. Entonces todo pasó de repente.
Los tambores se detuvieron, Yamazaki ya no sentía el suelo bajo él. Detrás de la muchedumbre, el colgante de Syaoran se había convertido en su mano en una brillante espada. Sacó un papel de su bolsillo y de repente se formó un fuerte vendaval que levantó polvo y suciedad de la tierra. Todos cubrieron sus narices y ojos. Antes de que Yamazaki pudiera sentir el lazo apretando alrededor de su cuello, el muchacho con gafas había subido con sus ojos protegidos por un tejido muy transparente y había cortado la soga con un cuchillo, permitiendo a Yamazaki caerse al suelo, jadeando. Otro hombre lo tiró a través de la muchedumbre a dónde los otros tres estaban esperando.
Así de repente, el gran viento cesó. Touya y Yukito frotaron sus ojos y miraron hacia abajo. ¿Dónde estaba Yamazaki?
"¡Maldición!" Maldijo Touya. Detrás de los espectadores agachados, podían ver a un hombre joven que permanecía derecho, con una espada en la mano. "No él de nuevo. ¡Guardias! ¡Arresten a ese hombre!"
Los guardias frotaron sus ojos abriéndolos y rápidamente se dirigieron hacia Syaoran.
"No... Syaoran." El corazón de Chunyan se aceleró, viendo que había por lo menos veinte hombres persiguiendo a su hermano.
"¡¿Syaoran?!" Preguntó Sakura desconcertada. Allí estaba él, permaneciendo en posición de batalla. La confusión empezó, causada por el hombre de la capa negra y el otro con el sombrero verde. El pandemónium se desató.
Un soldado estaba a punto de derrumbar su espada en la cabeza de Syaoran, pero él se apartó a un lado. Desde la esquina de su ojo, vio un puño que venía y lo esquivó de su camino. El puño derribó al otro soldado enseguida.
"Bien dado." Dijo Syaoran. Sakura y Chunyan estaban mirando desde lejos. Incluso con todo el caos de alrededor, ellas podían ver a Syaoran siendo atacado, aunque estaba apartándose de cada golpe.
"¡¿Que está pasando?!" Preguntó el general a Yukito, furioso por que su entretenimiento había sido cortado. Yukito maldijo algo y decidió que él mismo perseguiría al impertinente muchacho que había estropeado todo. Touya lo siguió.
"Hay muchos atacándolo, Chunyan." Dijo Sakura, observando a Syaoran. Cada vez aparecían más soldados y guardias. Sakura se desprendió de la mano de Chunyan y corrió hacia Syaoran.
"¡No! ¡Ying Fa! ¡Regresa aquí!" Chunyan intentó cogerla pero Sakura ya había desaparecido de su vista.
Entonces Syaoran intentó perderse en medio de la muchedumbre. Vio que Lusheng le traía un caballo. Las verjas estaban abiertas y él podría escapar fácilmente. Todavía estaba lejos del caballo cuando vio a Chunyan sola y supo que había perdido a Sakura. Él se detuvo, intentando sentir donde estaba ella, pero era imposible bajo esas condiciones. Personas empujando, gritando, corriendo. De repente oyó un grito que venía desde detrás de él y un porrazo fuerte. Se dio la vuelta para ver a un guardia gimiendo, frotando su cabeza, y Sakura estaba de pie allí, sosteniendo un tablón.
"He pensado que podrías necesitar un poco de ayuda." Dijo serenamente. Durante algunos segundos la miró fijamente sorprendido, pero entonces descubrió que Tsukishiro y Kinomoto venían por su camino. Su espalda estaba hacia ellos y por eso no pudieron ver su rostro.
"¿Ves a Lusheng allí?" Jadeó Syaoran. "Intenta llegar hasta él. Yo estaré detrás de ti."
"Pero yo quiero ayudar..."
"¡Ahora, Sakura!" Él la empujó y estuvo fuera de su vista en unos segundo. Se dio la vuelta y vio a Kinomoto que venía por su camino con una expresión muy enfadada.
"¡Tú de nuevo!"
"No es un placer verte de nuevo, Kinomoto, estoy seguro." Dijo sarcásticamente, sosteniendo su espada. Tsukishiro estaba detrás de su amigo, decidiendo si permitirle hacerse cargo del muchacho. Syaoran estaba listo para luchar contra él, pero casi al lado de él, vio a Lusheng con el caballo pero no a Sakura.
"Maldita sea. Se ha perdido." Syaoran decidió dejar la lucha para otro momento y corrió al caballo. Lusheng se marchó para que Kinomoto y Tsukishiro no lo vieran. Syaoran montó en el caballo y miró alrededor. ¿Dónde estaba ella? Las calles tenían más espacio ahora, pero tenía que tener cuidado y no correr debajo de nadie. Descubrió a Sakura a treinta yardas, buscando a Lusheng. "¡Chica!"
Ella se dio la vuelta y le vio venir rápidamente. Abrió sus brazos y él se agachó, pasando por ella y cogiéndola alrededor de la cintura, subiéndola en el semental. Sakura se giró para ver a Chunyan y Lunsheng despedirse. Ella también se despidió pero entonces se encontró con los ojos de su hermano cuando la miró fijamente con escepticismo. Ella intentó ocultarse contra el pecho de Syaoran pero su hermano ya la había visto.
"¡¡¡Sakura!!!" Gritó. "¡¿¡¿Qué estás haciendo?!?!"
Ella solo lo miró allí de pie, dejándolo atrás. Por un momento sintió remordimientos cuando vio su cara familiar. Ella se aferró a Syaoran por su vida como el caballo galopaba fuera de la ciudad.
Después de un tiempo, estaban montando a través de algunos árboles no lejos de la ciudad. "Él te vio," Dijo Syaoran. "¿No estás asustada?" Él estaba sorprendido de que ella no estuviera alucinando. Solo ayer había visto como había perdido todo el color de su cara al pensamiento de ser vista por él.
"Ya no."
"¿Por qué se debe eso?" Se quitó la máscara.
"Porque me prometiste que no le permitirías cogerme."
"Las promesas pueden romperse."
"No de un tipo que arriesga su vida para salvar a su amigo. ¿Cómo hiciste eso? ¿El vendaval?"
"¿Cómo sabes que era yo?"
"Yo sólo... Yo siento... Que eras tú."
"¿Tú sentiste?"
"Es extraño. Es algo que siempre siento cuando estoy alrededor de ti. Algo en un rincón de mi mente. Cada vez que estás cerca de mí... Lo siento. Es la misma cosa. Sentí que eras tú quién provocó ese viento pero no puede ser porque sólo losVerborgen poseen magia... Oh, olvídalo. Debo de estar perdiendo la razón."
¿Realmente puede sentir mi presencia? Esto sólo puede significar que posee más magia en ella que May Yu podía decir. Tengo que prestar más atención es ella.
"Mmm... ¿Li?" Ella interrumpió sus pensamientos. "¿Vamos a saltar ese precipicio? Pienso que es mejor rodearlo, ¿no crees?" Inmediatamente hizo que el caballo se detuviera muerto sobre sus huellas. Sakura se rió. "¿Qué estabas pensando para que no lo vieras?"
Él la miraba como si realmente fuera la primera vez que la veía. ¡Que sonrisa tan encantadora tenía! Sus grandes ojos esmeralda estaban centelleando de diversión.
"Sí. Definitivamente necesitas mi ayuda. ¿Sabes qué?"
"¿Qué?" Preguntó Syaoran.
"Creo que realmente voy a disfrutar este viaje después de todo."
"Chica, debes de saber ahora que no voy a la Ciudad de Glanz sólo porque decidí hacer un viaje."
"Lo sé. Estás en la Resistencia." Contestó ella. El caballo iba más lento ahora. Estaban pasando el precipicio que no era muy ancho pero que sería demasiado para el caballo.
"¿Por qué no estás asustada? Debes de haber oído hablar de la Resistencia antes, y nada muy loable."
"Tienes razón. Siempre he oído hablar cosas malas de ella, pero de nuevo, tenemos una cosa en común."
"¿Cuál es?"
"A los dos nos gusta volver loco a mi hermano." Sonrió ella.
"Oh, ¿quieres decir que esta no es la primera vez que la 'chica' se escapa de casa?"
"No, no lo es. Pero nunca he ido tan lejos hasta ahora."
"Puedo decir más que eso."
"Conocías a mi hermano, ¿no?"
"Oh, tenemos nuestras diferencias. A él le gusta arrestar personas inocentes y a mi me gusta liberarlas."
"Ganó algunas medallas por eso, arrestando personas. Desgraciadamente perdió todas ellas. No sabe donde están." Sakura sonrió con el recuerdo, pero Syaoran podía oír la risa en su voz.
"Siento que hay algo mal allí. ¿Qué pasó con las medallas?"
"¿Realmente lo quieres saber?"
"Realmente lo quiero saber."
"Hoy estás hablando mucho conmigo."
"Soy curioso. Eso es todo."
"Vale, entonces... primero pensé en solo tirarlos, pero alguien los podría encontrar. Entonces tuve una idea mejor."
"Esa fue..."
"Los enterré." Syaoran intentó lo mejor de sí pero estalló en una carcajada. Ella continuó. "Cada una está en un lugar diferente de la propiedad de mi padre."
"¿Sabes que, chica? Tienes razón. Creo que quizá podamos ser amigos."
"Estaría mucho más contenta si pararas de llamarme 'chica'."
"Perdón. De ninguna manera."
"Ah... A valido el esfuerzo." Suspiró ella, sonriendo contentamente. Syaoran estaba callado pero entonces ella oyó como se reía calladamente entre dientes.
"Los enterró..."
Continuará...
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KayJuli
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Kassy99
