Disclaimer: Esta historia está basada en los personajes y situaciones creados por J.K. Rowling, y que aparecen en los libros de Ed. Salamandra, Bloomsbury Books, Scholastic Books and Raincoast Books, entre otros, y propiedad de Warner Bros., Inc. Ni se pretende conseguir dinero ni se intenta infringir ningún copyright u otro tipo de derecho de propiedad intelectual.
Lo que importa y lo que no (Epílogo)
San Mungo. El último sitio donde me gustaría tener un ser querido y tengo dos: Ron y Harry. Recorro los pasillos desesperada buscando la habitación, maldiciendo una y otra vez a los burócratas del Ministerio que me han retenido 5 horas prestando declaración. Ginny ha tenido más suerte y consiguió irse pronto a ver a su hermano.
Voldemort había lanzado la maldición a Harry, pero Ron, habituado a lanzarse a por el Quaffle, había derribado a Harry lo justo para recibir él la peor parte. Ginny y yo, los cebos, habíamos presenciado la escena desde una burbuja verde, en la que poco a poco el aire se volvía irrespirable, hasta que me desmayé.
Por fin veo una multitud de cabezas pelirrojas en una habitación. La señora Weasley es la primera que me ve y se abraza a mí.
"¡Hermione!"Me abrazo a ella intentando ver que tal están los enfermos pero mis lágrimas no me permiten ver nada.
***
Cuando llegamos al Callejón Diagón, Ginny nos estaba esperando: Todavía no había vuelto Ron de la ronda intensiva a la que le había enviado su hermana.
Solté la mano de Harry instintivamente nada más sentir que mis pies tocaban el suelo y no miré en su dirección. Sabía que no podía mirarle sin fijar mis ojos en los suyos e irlos bajando hasta sus labios. Y como llevaba diciéndome a mi misma desde hacía unas cuantas horas, había cosas más importantes.
"¿Podéis iros a mirar si hay alguna modelo nuevo de escoba?", hablé mirando fijamente a Ginny y pensando en un Ron que todavía no había llegado. Ella asintió pero Harry entró en mi campo de visión.
"¿Qué vas a hacer?"
"Voy a hablar con Ron. Tengo que decirle lo que ha pasado." Medité un momento antes de continuar, "Se que no te gustaría ocultarle algo así. No sabes mentir." Y me avergoncé de desear que me dijera que sería un secreto, que no hacía falta que le dijéramos nada a Ron.
"No. Tenemos que hablar con él."
"Harry, no…" Me interrumpí, porque en ese momento vi aparecer a Ron.
"Todo está en orden." Me dirigió una sonrisa y dijo, "¿Qué le estás prohibiendo a Harry?" El tono era mitad serio, mitad broma.
"Ir a la tienda de objetos de Quidditch, quería ir conmigo", Ginny fue más rápida contestando que yo, que balbucee alguna palabra que corroboraba su versión, mientras que deseaba que Harry comprendiera que era yo sola la que tenía que hacer esto.
"Por favor," susurré a Harry mientras le empujaba hacia Ginny.
.Ron le dio unas palmaditas en la espalda y le guiñó un ojo mientras le decía, "Recuerda que eres mejor jugador de Quidditch que Dean Thomas."
'Muy sutil, Ron', pensé. Y me di cuenta de que estaba celosa, pese a lo que me había ayudado Ginny. "Vamos a tomar una Butterbeer," fue lo que le dije al final.
****
Fred y George me informan porque su madre es incapaz de hacerlo en estos momentos. Sólo puede llorar abrazada a su marido.
Al parecer Ron es el más grave de los dos, aunque ahora mismo ambos estén igual de inmóviles en sus camas. Están bajo un sueño inducido. Harry tiene una seria quemadura en el hombro y Ron la tiene en el pecho. Son heridas quemaduras mágicas que tienden a extenderse si no se tratan adecuadamente. Pero primero han tenido que hacerles una preparación para que su cuerpo resista el tratamiento. Los sanadores están haciendo todo lo posible para que la de Ron no llegue a su corazón y lo calcine, pero no prometen nada.
Le cojo la mano a Ginny, ninguna podemos dejar de mirar a los pacientes.
***
Sentada frente a las botellas de Butterbeer que Ron había insistido en pagar, tomé aire, le miré a los ojos y me lancé: "Ron, hay algo que debes saber. Es muy importante."
Echó un vistazo a los clientes del Caldero Chorreante, desconfiado y susurró, "¿Tiene que ver con Harry o con… la profecía?"
"En cierto modo sí, con su importancia en nuestras vidas… Pero principalmente tiene que ver con nosotros."
Esto le pilló claramente por sorpresa. "¿Nosotros? ¿Qué…?"
"Necesito que escuches lo que te voy a contar y que no me interrumpas." No sabía como iba a hacer aquello, pero entendía que había que hacerlo con mucho cuidado. La cara de Ron mostraba una creciente preocupación.
"De acuerdo, ¿qué ocurre?"
"Ayer… Yo…" Era realmente complicado empezar. "Quiero que entiendas que lo que te voy a decir es verdad." Entonces tuve una idea absurda. "Prométeme que te quedarás hasta que te haya contado todo."
Ron asintió. Su expresión mostraba que tenía la certeza de que algo iba mal, muy mal.
"Harry me contó ayer lo de la profecía." Paré un momento necesitaba coger aire de nuevo, sentía que se me escapaba, que me ahogaba, que no era capaz de hablar. Y Ron me miraba expectante. "Estaba muy mal." Por alguna razón no le dije que había estado llorando, me pareció que hubiera sido traicionar la confianza de Harry. "Le abracé…Y bueno…" Paré de nuevo para respirar.
"¿Bueno qué?" Ron empezaba a sospechar que parte de la historia tenía que ver con "nosotros".
"Le besé." Su cara se había ensombrecido como cuando pensó que Harry le había mentido y se había apuntado al Torneo. "Fue culpa mía. El ni siquiera sabía que estábamos saliendo."
"¿Me puedo ir ya?" Ni me miró al preguntarlo.
"Todavía no he terminado. Ron, sólo te pido que entiendas que él no tuvo ninguna culpa." Leí la duda en sus ojos pero continué hablando, "Luego, cuando me di cuenta de lo que había hecho…"
"Luego…", me interrumpió. No podía culparle.
"Le lancé un Obliviate."
Me miró horrorizado. "¿El qué? ¿Por qué?"
"Porque él no sabía que salíamos, y porque cuando tu te enterases dejarías de hablarle. Y te necesita. Después de la profecía, necesita toda la ayuda que podamos darle, en vez de preocuparse por que no le hablaras."
"¿Y no sabe nada?" Me seguía mirando con aversión, pero por lo menos estaba hablando conmigo.
"Sí, el hechizo no funcionó del todo bien porque ha estado practicando Oclumancia y me ha obligado a deshacerlo… Quería contártelo conmigo, pero la culpa ha sido mía, y creo que soy la única que debe pagar por ello." Me mantuve entera, tenía que dejarle claro que Harry le necesitaba, era lo único que importaba.
"¿Le estás defendiendo?"
"Se que es lo que parece. Pero Ron, mírame," me miró con desgana, "¿De verdad crees que te habría traicionado así, a su mejor amigo?"
Desvió la mirada y se concentró en su botella de Butterbeer. Al cabo de un rato dijo, "nunca pensé que hicieras algo así."
No tenía respuesta. No creo tenerla ahora.
"No seas injusto con él, por favor, la profecía…" Me interrumpió con un gesto de la mano mientras se levantaba de la silla. Y se fue sin mirarme, agarrando con fuerza la botella.
***
Entra una bruja con una túnica color lima y se dirige a Ron.
"Pueden quedarse en la habitación durante la cura, pero ¿les importaría dejar sus varitas fuera de la habitación? Pueden interferir con el tratamiento."
Todos salimos y se las dejamos a un Elfo doméstico que está en el pasillo con una bandeja de plata.
Lo primero que veo al volver a la habitación es un rayo de hielo saliendo de la varita de la sanadora. Cuando llega al pecho de Ron se extiende por la superficie de la quemadura y de pronto es absorbido por la piel mientras surgen unas ligeras volutas de vapor.
***
Di unas cuantas vueltas por las tiendas del callejón evitando a propósito la tienda de objetos de Quidditch y cualquiera a la que sospechase que Ron podría haber entrado. Al cabo de vagar por tiendas en las que la gente susurraba y hablaba de Voldemort, de ver a gente asustada, de ver a agentes del ministerio claramente patrullando en extremo de alerta, decidí que no quería estar sola. Y fui a la tienda de objetos de Quidditch.
Desde el escaparate vi a Ginny mirando unos palos de cazador, y a Ron y a Harry bromeando ligeramente con una bludger bajo la desaprobatoria mirada del vendedor. '¿Cuánto tiempo llevaban en la tienda?' Pero Harry y Ron sonreían, y eso me quitó un tremendo peso de encima, y me dio fuerzas para unirme a ellos.
Ginny me contó después lo que había ocurrido. Al parecer Harry, al ver a Ron, le había preguntado que si había hablado conmigo, y qué tal estaba. Ron, para sorpresa de su hermana, le había quitado hierro al asunto, y dijo que realmente no llevábamos tanto tiempo viéndonos y que yo había sido una tonta por hechizar a Harry, que por eso sí estaba enfadado conmigo.
Debió de ser una actuación memorable, porque Harry tardó un par de semanas en descubrir que Ron no me hablaba.
***
Han estado dos horas aplicando el hielo a Ron y la quemadura ha disminuido considerablemente. Poco después de venir la de Ron, vino otra sanadora a tratar a Harry, cuya quemadura estaba avanzando hacia el cuello. Hace cinco minutos se han ido ambas, asegurándonos que los pacientes van a estar bien, pero que es necesario que pare de aplicarse la cura cada cierto tiempo o podrían congelar los tejidos. Sobre sus heridas han conjurado una neblina azul para prevenir que siga avanzando la maldición y mantener su temperatura baja. Ambos están conscientes ahora, pero claramente muy débiles.
"¿Voldemort?", pregunta Ron. Hay un respingo generalizado en la habitación.
"Acabé con él,"musita Harry, girando la cabeza hacia su amigo y sorprendiéndose de la quemadura de Ron, ahora la mitad de lo que era. "Gracias, Ron."
Ron sonríe débilmente y nos mira a Ginny y a mí. "¿Estáis bien?"
Nosotras asentimos. La mirada de Harry se ha dirigido hacia la ventana y se ha perdido en sus propios pensamientos. Su expresión es muy triste.
"Tenías que hacerlo. No había otro medio." No puedo evitar contestar a lo que imagino que le está preocupando.
"Sí," musita, "claro."
"Hermione," dice Ron débilmente, "creo que el chico se merece un premio."
Mientras me vuelvo hacia Ron sorprendida, segura de que he empalidecido, oigo a Harry hacer lo mismo.
"Venga," comenta Ron con más fuerzas, "llevo dos años observando como os miráis. Dejadlo ya de una vez. Ya no me importa, de verdad."
Miro a Harry preocupada ¿y si sus sentimientos han cambiado? Me sonríe y dice, "Gracias Ron, por todo."
Ahora sólo importa una cosa. Sonrío y me olvido de que la habitación está llena de Weasleys, para mí sólo estamos él y yo. Me acerco a él, arrodillo en el suelo a su lado. Rozo sus labios congelados con los míos mientras noto que está tiritando ligeramente.
"Estoy bien," me asegura. Y pone su palma en mi cara, acariciando mi mejilla con su pulgar. Me atrae hacia él con más fuerza de la que podría esperar y me besa.
Cuando nos separamos advierto que mis labios también están congelados y oigo risas procedentes de los gemelos. "Hermione, así no conseguirás que mantenga el frío"
-fin-
Notas: Gracias a Ph0enixxxx ha sido una beta genial, sin su ayuda esto sería un desastre. Para Lord_Jac.
