Este fic NO es mío. Este fic es de KayJuli. La podéis encontrar en FF.net.

La traducción viene a ser lo más fiel posible. Siempre que podáis leed el fic original.

* ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * El Poder de Dos Corazones * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ *

CAPÍTULO 9

"¿Conoces cada una de estas cards?" Preguntó Sakura divertida al ver como Syaoran examinaba las cards.

"Todas las cincuenta y dos, una por una." Dijo él, sentado al lado de ella. La ruta a la que Syaoran les había llevado era muy difícil de seguir, llena de piedras en el camino, agujeros, pero era muy pacífico y con el paisaje más bonito de la provincia que casi estaban atravesando ahora. Eran casi las cinco de la tarde y estaban descansando después del largo día de caminata sin haber parado.

Syaoran había decidido que, si Sakura era la Maestra de Cards, entonces la ayudaría. Los dos estaban ahora sin ninguna idea de lo que pasaría luego, pero Syaoran supo que deberían estar listos para cualquier cosa. Seleccionó una card y la volvió para enseñársela:

"Mira, esta card se usa para..." empezó él pero ella estaba mirando fijamente al horizonte, perdida en agradables pensamientos. "¿Estás escuchándome?"

"¿Mm? ¡Oh! ¡Lo siento! Es solo que este lugar es muy bonito..." Y realmente lo era. Alrededor de ellos estaban las montañas y colinas, y a sus pies, una ladera suavemente inclinada que era una alfombra de alegres flores amarillas que crecían por todo el camino abajo en un oscuro valle verde. Syaoran suspiró.

"Ying Fa, te estoy intentando enseñar algo aquí. ¿Podrías prestar atención?" Sakura se rió. "¿Qué?"

"Acabo de notar algo. Me llamas por mi nombre cuando estás intentando conseguir mi atención, pero normalmente me llamas por el nombre que Chunyan me dio."

"¿Y?..."

"Hagamos un trato: de hoy en adelante me llamas por mi nombre real. Ying Fa sólo cuando sea necesario."

"¿Por qué?" Parecía confundido.

"¿Te gustaría si empezase a llamarte por otro nombre que no sea el tuyo?" Él estaba callado. "Es Sakura. Ése es el nombre que mi madre me dio."

"Te gusta que sean las cosas tu manera."

"Igual que tú. Ambos somos tercos y tú lo sabes." Allí está riéndose de nuevo, pensó él, intentando estar serio.

"Yo no soy terco. Soy práctico." Señaló él.

"Por qué, pequeño..." Sakura se volvió rápidamente a Syaoran, intentando mostrar su punto de vista, mientras él solo se negaba a ceder y siempre tenía una réplica mordaz en la punta de la lengua. Entretanto, el libro tumbado al lado de Syaoran quien todavía sostenía la card en su mano. Entonces inconscientemente, volvió a poner la card en el libro, dejando el libro dónde estaba, abierto y olvidado.

Empezando con la obstinación señalaron cada característica que el otro tenía y aun si no era lo bastante molesto, lo señalarían de todas maneras, por falta de ideas.

"¡Siempre eres tan serio!" Dijo Sakura.

"¡¿Es eso una cosa mala?! Simplemente tienes celos porque tú, por otro lado..." Se movió más cerca, tocó su nariz con un dedo, pero con una sonrisa jugando alrededor de las esquinas de sus labios. "... ¡no puedes poner una cara seria! ¡Siempre sonriendo! ¡No creo que puedas poner una cara seria durante por lo menos cinco minutos! Las personas no pueden estar siempre riéndose todo el tiempo tú sabes."

"¡Eh! ¡Eso no es verdad!" Ella intentó fingir enojo, pero falló miserablemente. Ese brillo feliz en sus ojos apenas le permitió enfadarse con él. Nunca había visto a Syaoran hablar con ella, o con cualquiera, de esa forma. Y tenía que admitir, él tenía una hermosa sonrisa. Nunca había notado antes porque... Ella nunca le había visto sonreír tanto antes.

"Entonces piensas que puedes quedarte seria durante cinco minutos." Él cruzó sus brazos, sin creerlo.

"¡Seguro que puedo!" Ella se rió. Él estaba pensativo por un momento, mirando fija y profundamente en sus felices ojos esmeraldas. ¿Por qué estaba actuando de esta manera? Era completamente ajeno a su naturaleza pero... había algo en ella... esos ojos risueños, las llamaradas rápidas de su luminosa sonrisa, su compañía... Algo en ella le hacía sentirse a gusto alrededor de ella. No sentía la necesidad de mantener su austera faz con ella, y más ahora que estaban solos, solos en el mundo entero, eso parecía. Era un pensamiento agradable. Muy pocas personas podían tener ese tipo de efecto en él. Nombrando a, su madre, Chunyan y May Yu, sus hermanas más cercanas. Pero incluso ellas apenas le reconocerían ahora.

Debes admitirlo, Syaoran. Ella tiene los ojos más extraordinarios...

"¿Es una apuesta?" Preguntó festivamente.

"¡Lo es!" Contestó ella.

"Si yo gano, caminarás toda el camino hasta el próximo pueblo. Estoy cansado de caminar. Yo conseguiría el caballo."

"¿Me vas a hacer a MI caminar? ¡Qué caballero eres!"

"Yo no soy un caballero, deberías saber eso ahora. ¡Un blando, como son aquéllos 'caballeros', de ninguna manera! De vez en cuando, amable y de buen corazón de acuerdo. Pero un caballero, no gracias."

" ¿'Amable y de buen corazón'? ¡Que modestia, que modestia! ¡Tsh! ¡Tsh!"

"Si no fuera por eso, seguro que tú no estarías aquí. ¡Podría haberte dejado con tu hermano en la Ciudad del Valle, o incluso venderte en el primer lugar!" Ella estaba callada. "¿Ves? Punto de vista hecho. Ahora, la apuesta"

"Sí." Sakura sonrió malévolamente. "Si yo gano, qué haré..."

"Eso lo veremos."

"¡Tú, Li Syaoran, besarás mis pies!" Sus condiciones se anunciaron en voz solemne. Él fingió desesperación

"¡Oh, no! ¡Por favor, Sakura! ¡Ése es un destino peor que la muerte y no dije ' una lucha hasta la muerte', sólo una apuesta!" Ella golpeó su brazo bastante fuerte pero no le afectó. "Eso no pasará porque yo ganaré."

"Ni en tus sueños más salvajes." Estaban sentados lado a lado, pero entonces Syaoran se volvió a ella, obligándola a verle.

"Como quitarle un caramelo a un bebé..." Dijo él bajo su respiración. "Ahora, señorita Sakura, todos lo que necesitas hacer es mirarme a los ojos y no sonreír durante cinco minutos."

"¿Oh, eso es todo? De acuerdo." Contestó alegremente.

"Todavía estás sonriendo."

"Oh, espera un segundo." Ella apartó la vista, al horizonte, e hizo un gran esfuerzo por estar seria. Lo hizo pero sólo sin mirarlo otra vez a él. Ella sabía que si lo miraba, estallaría en risa.

"¿Lista?"

"Lista."

Nada más fue dicho. La cara de Syaoran era muy seria ahora, aunque ese brillo juguetón todavía acechaba en sus ojos, como Sakura pudo ver. Aunque a veces él no era lo que se podría describir como humilde, supo que tenía razón - realmente era amable. Podía verse en sus ojos. Le gustaba actuar frío cerca de las personas pero a veces esos oscuros ojos castaños podían revelar cuánto se preocupaba pero que solo no quería mostrar. Sakura no podía creer lo que la estaba pasando. Hace solo algunas semanas que se había sentido completamente defraudada con la vida, y ahora... estaba en medio de una apuesta con el joven líder de la Resistencia que justamente tuvo que ser la persona con mayor corazón y una persona fiel, ¡aunque se atrevió a decirlo por sí mismo! que jamás había conocido. ¡Ella admitió eso, por lo menos a sí misma, aunque no se atrevería a decírselo a él! Sólo podía reírse de su situación. ¡Oh, no! ¡Ninguna risa! ¡Ninguna sonrisa! ¡Contente, Sakura!

Syaoran estaba empezando a creer que esta vez podría perder. Ella estaba mirándolo tan seria, concentrándose profundamente. ¡Qué determinada era cuando quería algo! Eso le recordó sus anteriores palabras. No, ella no era terca. Era determinada y él la admiraba por eso, aunque no se lo diría.

En esa pacífica tarde, ellos estaban perdidos en los ojos del otro con los pájaros cantando su interminable melodía alrededor de ellos y el suave viento levantándose desde el valle trayendo con él el débil olor del césped y flores... Syaoran podía sentir algo también. La calurosa fragancia del pelo de Sakura cuando el viento volaba delante de su cara, a veces cepillando el de él. Uno podía perderse en esos ojos esmeralda. La poesía no venía fácilmente a él y se sentía un poco tonto y avergonzado de sí mismo.

Ella es simplemente tan bonita, pensó y esta vez no se detuvo. Él ni siquiera recordaría en lo que estaba pensando porque en ese mismo momento las esquinas de los labios de ella empezaron a encorvarse.

"¡Estás sonriendo!" Se regodeó. "¡Has perdido!"

"No, No. Simplemente me distraje. ¡Una oportunidad más!" rogó ella.

Syaoran agitó su cabeza. "Nop. Has perdido. Caminarás hasta el próximo pueblo."

"¡Eres demasiado malo, Syaoran!"

"¡¿Malo?! ¡ aceptaste las condiciones! Es tu culpa. Te dije que no podrías aguantar con una cara seria."

"¿Y qué hay de ti?" Le apuntó un dedo acusador. "¡Estarás frunciendo el entrecejo para siempre! Ahora, no es eso-"

Fue cortada por Syaoran que estaba cogiendo su dedo en su fuerte mano y apretándolo firmemente hacia abajo. Por un momento, Sakura fue pillada totalmente desprevenida y Syaoran podía verlo perfectamente. De repente él había sentido un fuerte impulso por contener esa pequeña mano en la suya y no iba a disculparse porque no lo sentía.

"No me gusta cuando las personas señalan mi cara con su dedo," dijo, aunque comprendió que esa no era la razón por la qué él había cogido su mano. Al mismo tiempo, Sakura sentía una sensación poco familiar en su estómago, como mariposas, y entonces su corazón empezó a latir a saltos, corriendo, así como ella se quedaba allí, sintiendo su fuerza. Su mirada parecía penetrar directa a su corazón. Ella no tenía ninguna idea de que Syaoran estaba sintiendo lo mismo mientras la miraba. Atrapados en ese tumulto de emociones extrañas y excitantes, ninguno de ellos notó que el libro detrás de Syaoran había empezado a brillar débilmente y que algo estaba surgiendo de él.

"Todavía estás cogiendo mi mano." Dijo Sakura después de un rato y su voz era ligeramente insegura. Como respuesta, los dedos de él se apretaron inconscientemente alrededor de su mano, reacio a permitir que se fuese, y Sakura sentía una ola de calidez fluyendo desde su cuello hasta su cara. ¿Qué estaba pasando? Syaoran no pensaba. Se negó a pensar. Permitiría que la situación siguiera su curso. Observándola, notó que incluso su expresión desconcertada era encantadora. Sonrió un poco, tomando su otra mano, y despacio empezó a tirarla aún más cerca de él y ella no se resistió a su acción.

De repente, algo detrás de él cogió la atención de Sakura y ella chilló, rompiendo el hechizo en el que ellos parecían estar. Syaoran pestañeó rápidamente como si hubiese regresado a la realidad.

"¿Qué pasa?" preguntó él y ella apuntó. Syaoran se dio la vuelta para encontrarse cara a cara con lo que parecía ser un pequeño oso amarillo flotando en el aire y frotando sus ojos como si hubiera acabado de despertarse. Los dos jóvenes y la cosa se miraron durante un segundo antes de que los tres abrieran la boca del susto. Syaoran saltó sobre sus pies, tirando a Sakura, mientras la pequeña criatura voló rápidamente al otro lado hasta que se chocó con un árbol y se paró.

"¿Quién eres tú?" Tartamudeó Sakura mirando sobre el hombro de Syaoran.

"¿QUÉ eres tú?" Preguntó Syaoran. La criatura miraba a los dos adolescentes y parecía que conectó inmediatamente con la chica pero el chico... bueno, quizá después... La criatura sonrió.

"¡Yo soy la famosa, maravillosa y única bestia guardiana de las Clow Cards, claro!" Anunció. Sakura y Syaoran solo lo miraron boqueabiertos.

"Tienes que estar bromeando." Dijo Syaoran después de un rato.

"¡¿Por qué dices eso?!" La pequeña criatura frunció el entrecejo.

"¿Tú? ¿El guardián más poderoso de ojos dorados, llamado Kerberos? ¡Tú solo eres un peluche!"

"¿Ah sí, mocoso?" Kerberos voló adelante y se detuvo a unas pulgadas de la cara de Syaoran, confrontándolo, sus pequeños puños se enrollaron y se preparó para luchar. El muchacho permanecía completamente inmóvil y después de un momento, Kerberos perdió su posición de 'lucha'. La chica le dio unos golpecitos en su hombro.

"¿Tu nombre es Kerberos?" Preguntó ella de manera amistosa. Él cabeceó y ella continuó: "¡¡¡Oh, eres tan... Kawai!!!" Ella extendió los brazos y lo abrazó herméticamente. "¡Mira, Syaoran! ¡Es Kerberos! ¡Clow Reed dijo que me ayudaría!"

"A mi me parece un peluche," el muchacho lo dijo de manera que sonaba como: '¿Qué ayuda podría dar esa cosa? '

"¡YO - NO - SOY - UN - PELUCHEEEEEEE!!!"

"Oh, se bueno, Syaoran." Dijo Sakura, sin querer herir a ese adorable pequeño animal, pero Syaoran se negó a ser bueno. Después de todo, esa pelota de algodón apareció un minuto antes de interrumpir lo que había prometido ser un momento precioso. ¿Había sido lo mejor o no? Syaoran no lo sabía pero sabía una cosa: no le gustó la criatura. Periodo. Sakura estaba todavía excitada:

"¿Puedo llamarte Kero?" Preguntó ella y Kerberos levantó una ceja. "¡Te queda mejor!" explicó. Kerberos dio su permiso para el cambio de nombre.

"Yo soy Kinomoto Sakura y éste es Li Syaoran." Ella apuntó a Syaoran que se había vuelto de espaldas a ellos. Kero sonrió a Sakura pero miró furioso a Syaoran.

"¡Por favor dime que eres la Maestra Cards!" Dijo Kero.

"¡Lo soy!" Dijo ella orgullosamente y la sonrisa de Kero se ensanchó.

"¡¡¡Genial!!! ¡Entonces trabajaremos juntos! Te enseñaré todo lo que necesitas saber sobre las Cards. En primer lugar..." Él voló hacia el libro. "Nunca, en la vida, lo dejes abierto así. No querrías que el viento volase las Cards. Sería un enredo volver a recuperarlas." Cerró el libro.

"Syaoran ya me ha enseñado mucho. Estaba diciéndome cómo trabajan las Cards y lo que hacen, hace unos minutos." Dijo Sakura.

Kero entornó sus ojos al muchacho.

"Bien, no necesitarás más sus rudimentarias clases. Ahora yo estoy aquí."

"¿Y dónde estabas cuándo ella abrió el libro, Kerberos?" Syaoran preguntó sin mirar al diminuto guardián.

"Yo... eh... como... que me quedé dormido."

Syaoran se rió y Kerberos continuó: "¡Eh! ¡¿Por qué no te pasas casi cinco siglos guardando algo?! ¡No sabes lo que es! ¡Es aburrido y frustrante! Oh, y eso me recuerda."

"¿Qué?" Preguntó Sakura.

"Tengo hambre."

"Tienes suerte." Sakura buscó su bolsa. "Encontramos arándanos hace una hora. ¿Quieres algunos?" Ella sacó un saco de papel de su bolsa.

"Déjame ver esto." Kero tomó el saco y atrancó su pequeña cabeza en él. No había muchos arándanos en él y parecía no haber notado que Sakura había ofrecido 'algunos' y no ' todos ellos' porque se lo comió todo de un trago.

"¡Eh, peluche! ¡Eso era todo lo que teníamos para comer!" Syaoran intentó agarrar a Kero, pero él voló hasta Sakura, agachándose en sus brazos.

"Vamos, Syaoran. Tenía hambre, pobrecillo."

"Todavía lo estoy," dijo la apagada voz de Kero.

"¿Lo ves? Nosotros podemos encontrar más después, estoy segura." Kero sacó su pequeña lengua a Syaoran, pero Sakura no lo vio. Syaoran solo apartó la vista, furioso.

"¿Cómo terminaste con ese 'gaki' de todas formas?" Murmuró Kero.

"Él no es ningún gaki, Kero, pero así es cómo acabamos juntos..." Kero se estableció atrevidamente en su regazo. "Todo empezó hace algunas semanas..."

* # * # * # * # * # * # *

"¿No es eso precioso?" Dijo Nakuru. Ella estaba de pie al lado de Eriol que estaba reclinado en su sillón así como Spinel Sun flotó alrededor al lado de él. Todos ellos estaban mirando una pared que de algún modo mostró imágenes perfectas de lo que estaba pasando en ese momento con Sakura, Kero y Syaoran. Ellos habían estado siguiendo durante algún tiempo hasta ahora del relato de Sakura en su aventura, interrumpida con varias preguntas de Kero. Ellos también podían ver la determinada falta de interés de Syaoran.

"Increíble historia," comentó Spinel Sun.

"Tienes razón, Spinel." Eriol sonrió. "Los hemos encontrado, pero esta chica todavía es muy débil. Tendrá que aprender mucho."

"¿Qué estás planeando, Eriol?" preguntó Nakuru.

"Hacerles las cosas un poco más difíciles para ellos. Quizá mi forma de darles un poco de problemas les enseñará algunas lecciones. Como 'vigila siempre tu espalda'." El báculo de Eriol brilló con anticipación.

En este preciso momento el capitán a cargo de la tropa enviada por el general, a la petición de Touya, para traer a Sakura y su 'secuestrador' se detuvo cuando entraron en una bifurcación en el camino. Su mente le dijo que buscara el camino más sencillo, pero de repente algo chasqueó en su cerebro y sintió que debía ir hacia la otra dirección.

"¿Hay algún problema, señor?" preguntó un soldado cerca de él.

"No... ninguno." Después de una pausa, dijo: "Tomemos este camino." Él tomó el camino paralelo, y los soldados se miraron como si él se hubiera vuelto loco. Por qué estaba escogiendo uno tan difícil, apenas usado, ¿si había sido utilizado? Sin embargo, una buena sensación les dijo que simplemente lo siguieran.

Montaron a un paso ligero hasta que el capitán se adelantó y apuntando al casco del caballo y huellas que eran claramente visibles en el sucio camino.

"Alguien ha estado aquí mismo recientemente," dijo el capitán. "Al parecer esta persona se detuvo durante algún tiempo y luego regresó al camino." Él sentía efectivamente que esta pequeña pista era lo que habían estado buscando durante días. Empezaron a seguir las huellas a un paso más rápido.

Entretanto, dos millas más adelante, Syaoran estaba obligando al caballo a caminar más despacio de lo normal para no meter prisa a Sakura que estaba mostrando señales de cansancio. Kero estaba en su hombro. Syaoran estaba sorprendido de que estuviera tan cansada.

"¡Oh, venga! ¡No puede estar tan agotada!" Dijo.

"Bien, lo estoy. No estoy acostumbrada a caminar tanto."

"Sakura, no hemos caminado ni siquiera tres millas, estoy seguro." Ella solo le miró, su cara roja del ejercicio, y abriendo la boca. "Por favor, detén esto. Estás haciéndome sentir mal."

"Deberías." Sakura quiso reírse pero se mantuvo en jaque. Estaba haciéndolo a propósito. Quería que se sintiera culpable. ¡Ella en realidad era bastante capaz de andar un buen número de millas! Kero pilló su idea.

"Sabes, mocoso," Le dijo a Syaoran. "Al principio pensé que no eras muy de fiar, pero ahora veo que eres peor que eso. Imagina hacer andar a la Maestra de las Cards debido a una estúpida apuesta..." así como Kero habló, Syaoran sintió aproximarse el peligro. Él miró atrás.

"Sshh..."

"No, solo estás diciéndome que me calle porque sabes que yo-" Esta vez Syaoran cogió a Kero y puso una mano encima de su boca.

"Cállate, peluche. Algo está pasando." Sakura oyó la urgencia en su voz.

"¿Qué pasa?" Sakura miró los rasgos austeros de Syaoran mientras él todavía estaba sentado en el caballo.

"¿No lo has notado?"

"¿Qué?"

"Los pájaros. Se han callado." Era verdad. Ningún sonido podía oírse a excepción del viento. "Durante años he tenido que aprender que esto sólo pasa cuando..." Su voz se fue apagando. No quiso asustar a Sakura, pero ahora estaba curiosa.

"¿Cuándo...?" ella insistió.

"Cuando Verborgens o soldados están cerca." Sakura pestañeó con miedo.

"¡Déjame ir! ¡Déjame... ir!" La apagada voz de Kero recordó a Syaoran que casi estaba sofocando al animal y lo dejó caer.

"Tranquilízate, Sakura." Él se apeó del caballo. "Pensaremos en algo."

Kero voló un poco alto y miró por el camino por el que habían viajado.

"Tienes razón, mocoso," informó. "Puedo verlos. No hay ninguna manera de que no nos vean."

Sí, tú pelota de algodón. Justo lo qué necesitaba oír Sakura. Ella estaba pálida. No había ninguna duda de que los soldados estaban buscándolos y no tenían tiempo para correr. De repente, Syaoran empujó a Sakura detrás de unos matorrales y debajo donde había un profundo hueco, entonces él tomó a Kero por su cola y lo tiró detrás de ella. El guardián se quejó en un no muy cortés lenguaje pero Syaoran lo ignoró.

"¿Syaoran, que estás haciendo?" Le gesticuló Sakura para que también se escondiera pero él agitó su cabeza, diciendo:

"¿Dónde voy a esconder el caballo? Si lo ven empezarán a mirar alrededor y nos encontrarán." Él dejó de lado sus protestas y la hizo señas para que se agachase lo más bajo posible. Mientras empezaba tirando del caballo fuera de los arbustos podía oír los golpes de los cascos de caballos aproximándose. Continuó llevando el caballo lejos en un indiferente camino, aunque su corazón estaba palpitando.

"¡Eh, tú!" El capitán le llamó detrás de él así como sus perseguidores venían aplastantes por una curva en el camino. Syaoran se detuvo

"¿Qué está haciendo?" Sakura susurró cuando ella y Kero se agacharon en los arbustos.

"Siendo inteligente, Sakura. Sólo estate callada." Le dijo Kero.

Syaoran miraba a los soldados respetuosamente con la expresión muda que ellos esperaban de las personas y permaneció callado. El grupo de soldados cabalgó alrededor de él.

"Estamos buscando a una muchacha secuestrada. Pelo castaño y ojos verdes. ¿Has visto a alguien que encaje con esta descripción? Su nombre es Kinomoto Sakura."

Esa es una descripción muy ruda de Sakura. Su pelo no es simplemente castaño... Pensó Syaoran.

"Perdón señor, no he visto a nadie." Cómo le irritó llamar a ese hombre 'señor' pero ése era el protocolo y si le tenía que engañar, tendría que seguir eso.

"¿Estás seguro?" El capitán lo miró algo sospechoso. "Hay una muy buena recompensa para la persona que nos de cualquier pista que nos lleve a dónde esté ella."

"¿Cuánto?" Preguntó Syaoran, asegurándose de que los soldados vieran un brillo de codicia en sus ojos.

"¿Qué está haciendo?" Susurró nerviosamente Sakura a Kero.

"Observa..." que el guardián susurró atrás, pensativamente.

"Seis libras de oro" le contestó un soldado.

"Bien, abriré bien mis ojos de hoy en adelante con un dinero así, señor." Syaoran sonrió abiertamente. El capitán gruñó con frustración - otro callejón sin salida. Pero entonces, uno de los soldados dijo inesperadamente:

"¿Por qué estás en este camino?"

"Voy al pueblo, señor. Vivo allí."

"¿Por qué tomas este camino si la ruta de comercio es más fácil y más corta?" El soldado sobresalió sobre su gran semental negro. "¿Y por qué no estás montando el caballo?"

¡Oh! ¡Error!

Syaoran intentó estar lo más frío posible. "Estaba trabajando en un rancho cerca de aquí y desde dónde estaba, este es un atajo. Y también mi caballo ha estado trabajando mucho y ha estado un poco cojo. Quería prescindir de él porque mañana tenemos que trabajar de nuevo"

Hubo una pausa momentánea cuando ellos digirieron su explicación. Entonces: "¿Qué tienes en esas bolsas?" gritó el capitán, más agresivo ahora.

En los arbustos, el corazón de Sakura se hundió. "¡Oh, Dios mío! ¡Kero! Dejé el libro allí y sólo tengo cinco cards conmigo."

"Eso no es bueno. Debemos conseguir apartar su atención del mocoso."

"¿Qué debo hacer?"

"¿Qué cards tienes?"

Pensando rápidamente, Syaoran estaba a punto de decir que estaba tomando unos dibujos a casa para su hermana pequeña cuando sintió una presencia, una que nunca había sentido antes. Miró arriba y vio una especie de hada vestida de azul que volaba sobre las cabezas de los soldados, y dejando caer un polvo brillante sobre ellos. Una por una, sus cabezas empezaron a inclinarse y se dejaron caer de sus sillas de montar. Incluso los caballos empezaron a cerrar sus ojos. ¡Todos se habían dormido! Syaoran los miró fijamente boquiabierto.

"¡¡¡Eso ha estado genial!!!" Chilló Sakura con deleite, poniéndose de pie en los arbustos. "¿Has visto eso, Syaoran? ¡Lo hice todo sola! ¡Estupendo!" Ella caminó cautamente alrededor de los hombres durmientes.

Kero vino, volando hacia él, lanzando esta manera y eso.

"Hemos salvado tu cuello, mocoso. Ahora estás en deuda con nosotros y Sakura ya no caminará al pueblo. ¿Lo pillas?"

"Usaste una card," Dijo Syaoran, admiración en su voz, ayudando a Sakura a montar el caballo. "Espero que ronquen bastante tiempo como para que salgamos de aquí." Ella todavía estaba asombrado de lo que había hecho. ¡Veinte de esos pesados, malos soldados se habían dormido bajo un hechizo que ella había lanzado! Syaoran también montó el caballo. "Pero no quiero estar aquí cuando se despierten porque si tienen algo de inteligencia querrán saber lo que pasó. ¡Así que vámonos!"

Con Kero arrastrando detrás, Syaoran volvió otra vez a la ruta de comercio para encontrar la seguridad en cualquier grupo de personas que viajan a lo largo de él. Tomó un atajo atravesando un bosque y cruzando un río. Estaba ávido por conseguir llegar lo más lejos posible de esos tipos.

Sakura todavía estaba burbujeando de excitación. "Sabes, Syaoran, hay esta card llamada Dash..."

"Sakura, deja esto para después. Ahora mismo, tenemos que cubrir varias millas de distancia."

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"Eso era demasiado fácil, Eriol." Le dijo Nakuru.

"Lo sé... Solo estaba teniendo un poco de diversión. Pero las cosas empezarán a ponerse muy difícil de hoy en adelante..." Él sonrió. Spinel Sun estaba callado, sospechando que su amo tenía un plan. ¡Oh, bien!

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¡Nock! ¡Nock!

En Ciudad del Valle, Chunyan estaba cosiendo uno de sus peluches y se sobresaltó por el golpe en la puerta. Miró por el cuarto a Lusheng que estaba haciendo su tarea, olvidado de todo. Se levantó y caminó hacia la puerta. ¿Quién podría ser? No estaba esperando a nadie...

¡Cuando abrió la puerta vio a una encantadora muchacha que no reconoció y a su lado estaba su... "¡Prima!" Chunyan saludó. "¡Qué sorpresa tan agradable!"

"¿Sabes dónde está tu hermano, Chunyan?" su prima preguntó abruptamente. Tomoyo se asustó por tal conducta tan maleducada.

"Hola," dijo ella, sonriendo. "Yo soy Daidouji Tomoyo."

"Chunyan Wang. ¡Encantada de conocerte! Lo siento, pero a veces los modales de mi prima les falta pulirlos. Entrad." Abrió la puerta y las dos entraron. Las llevó a la sala y envió a Lusheng fuera a preparar un poco de té. "Ahora, ¿por qué estás buscando a Syaoran?" preguntó. Tomoyo fue la primera en contestar:

"Porque una amiga mía está con él y creo que necesita mi ayuda. Estoy angustiada por ella."

"¡Oh, eres amiga de Ying Fa!"

"¿Ying Fa?" preguntó Tomoyo, con confusión.

"Sí. Ése es el nombre que le dimos desde que no pudimos llamarla por su nombre real, tu sabes..." Entonces Chunyan miró a su prima. "Entiendo por qué ella está buscando a mi hermano, ¿pero que pasa contigo, prima?"

"Sólo dime donde está él, Chunyan."

Chunyan era firme. "Lo siento, pero no te voy a decir nada hasta que me prometas que no intentarás nada."

"¡¿Qué te hace pensar que voy a intentar algo?!"

"Ehh, no lo sé Meiling... Quizá porque pareces tan enfadada y sabes que Syaoran está con una chica..."

Meiling gruñó amenazadoramente. "¡Le cogeré por eso!" Prometió Meiling.

* # * # * # * # * # *

"¿Qué vamos a hacer?" Sakura susurró a Syaoran. Finalmente habían alcanzado la ruta de comercio y había muchas personas en el camino. Kero estaba ahora escondiéndose en la bolsa de Sakura.

"No lo sé..." Contestó Syaoran. "Pero ahora sabemos que están cerca. Tomar el camino secundario ha resultado ser muy peligroso, por eso estaba abandonado y pudieron rastrearnos fácilmente. Debería haber pensado en eso."

"¿Alguna idea?"

"Yo tengo una. No muy buena, pero es la única que tengo. Nos hará tardar un poco, pero por lo menos los soldados estarán delante de nosotros y no detrás... Nos detendremos durante la noche en el próximo hostal y les permitiremos pasar."

"¡Ohhh! ¡Qué plan!" vino la apagada, burlona voz de Kero desde la bolsa.

"¡¿Tienes alguna idea mejor, peluche?!"

"Yo no soy un -" Sakura apretó la bolsa más firme contra ella, no dejando que Syaoran entrara en ello.

"Estará callado ahora," ella le dijo a Syaoran.

"Este animal está alterando mis nervios..." Syaoran empezó y Sakura se rió nerviosamente. Ella tendría que observar a esos dos, o se matarían.

Hora y media después, encontraron un hostal para quedarse durante la noche. Era uno muy lleno. Al parecer, era la 'parada de infierno' para los viajeros en ese distrito. Sakura había estado con Syaoran durante tres semanas hasta ahora (aunque ella juraría que había sido más de eso...), pero nunca había estado en un hostal antes y no había tenido ninguna idea de qué esperar. Lo que vio era completamente diferente de lo que había imaginado y Syaoran casi se rió de su sorprendido rostro. ¡Ella estaba... estática! El lugar estaba lleno de hombres, fumando, bebiendo, riéndose y hablando ruidosamente. Algunos de ellos estaban jugando a las cartas y luchando, acusando el otro de tramposo. Sakura nunca se había sentido tan aliviada, hasta donde ella podía recordar, cuando Syaoran le pidió un cuarto al dueño del establecimiento. ¡Por lo menos no tendría que estar entre esos camorristas!

"¡Tienes suerte, muchacho!" Dijo el hombre, volviéndose a un muchacho al lado de él: "¡Pez! ¡Dales sus cervezas a esos tipos! ¡Han estado esperando diez minutos!" Él regresó. "Lo siento, pero estamos muy ocupados hoy. Como estaba diciendo, sólo tenemos un cuarto libre, pero creo que eso servirá."

"Ciertamente," Syaoran contestó serenamente.

"Esta es la llave." El posadero quitó una llave de un llavero que tenía otras veinte llaves por lo menos que se balanceaban en el aire. "Os llevaría allí personalmente, pero ahora mismo no puedo. Es el cuarto al final del corredor en la siguiente planta. El baño esta allí." Él apuntó a una puerta en una lejana, oscura esquina cerrada en ese momento por un hombre que estaba muy tambaleante en sus pies.

El corazón de Sakura se hundió. No usaré ese... ese horrible lugar aun cuando mi vida dependa de ello, pensó ella horrorizada.

"Que tengan una buena estancia," el posadero ya estaba gritando a 'Pez' para que hiciera algo más.

"Esto va a ser muy difícil..." Sakura murmuró bajo su respiración.

"Mejor que nada," Syaoran dijo con los labios firmes. "Muévete." Él empujó a la renuente muchacha a los escalones.

En ese exacto momento, más personas estaban llegando al hostal. A la vista de ellos, aproximadamente veinte en total, las otras personas que ya estaban allí se quedaron calladas. Los recién llegados parecían cansados y desconcertados. Sus uniformes rojos ahora se parecían más a unos castaños. El dueño del hostal detuvo todo lo que estaba haciendo para atenderlos.

"¿Les puedo ayudar?" le preguntó al capitán.

"Mmm... Solo queremos algo de beber..." el aún aturdido capitán dijo despacio y el posadero pestañeó. Ese capitán parecía estar muy desconcertado por algo. Pero inmediatamente hizo a algunos hombres dejar sus mesas para acomodar a los soldados. Ellos se sentaron, todos silenciosos. Entonces uno de ellos le preguntó al capitán.

"Señor... ¿Qué nos ha pasado?"

"No tengo ni idea," el hombre contestó despacio. Él y sus hombres no vieron el par de piernas que simplemente desaparecen por los escalones.

"¡De ninguna manera! ¡De ninguna manera! ¡¿Este es el cuarto que ha dejado?!" Sakura se había plantado en la puerta de una pequeña alcoba. Syaoran entró, tiró sus cosas en una esquina, y se tiró en la cama. La cama deshecha, Sakura notó en seguida. "¡Debes de estar bromeando!"

"Sakura, sólo para de gritar y cierra la puerta, ¿puedes?" Syaoran dijo con sus ojos cerrados.

"¡¡¡Syaoran, no sé si lo has notado, pero... este lugar es un asco!!!"

"Estás exagerando. Los he visto peores."

"Me pregunto donde has podido estar para haber visto algo peor que esto. Dios sabe cuánto tiempo esa cama en la que estás tumbado ha estado sin hacerse..." Ella pensó en su limpia y aseada alcoba de su casa, con sirvientes alrededor para hacer el trabajo.

"Deja de ser tan melindrosa y descansa un poco. Tú eras la que estaba cansada, ¿recuerdas? Hay una silla allí." Sakura, de muy mala gana, arrancó la silla de la esquina y pasó un dedo sobre el asiento. Polvo. Sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió la silla. Entonces tiró el pañuelo a través de la ventana, se sentó calladamente. Syaoran estaba mirándola. "¿Por qué has hecho eso?"

"Después de limpiar esto, no podría usarlo nunca más." Syaoran rodó sus ojos en exagerada exasperación y entonces los cerró de nuevo. Todo estaba callado por un momento. Demasiado silencioso. Syaoran serenamente abrió sus ojos.

"¿Sakura, dónde está ese peluche?"

"¿Huh? ¡Hoeeeeee!" Sakura se apresuró encima de dónde él había tirado las bolsas y tiró la suya fuera de debajo de la de él. Ella la abrió para encontrar a un Kero casi sin aire.

"Sa... Ku... Ra..."

"¡Lo siento mucho, Kero! ¡Me olvidé totalmente de ti!"

"Sí, lo... noté..." Él voló fuera de la bolsa, cogiendo respiración.

"Sabes, peluche, te ves genial cuando estás azul," Dijo Syaoran. Kero voló inmediatamente sobre él, gritando en tono amenazante mientras el muchacho lo miró directo a los ojos.

* # * # * # * # * # *

"Realmente no se llevan bien..." dijo Spinel, un poco descorazonado. Nakuru estaba riéndose, mirando la escena que tiene lugar en la pared. Eriol se puso de pie y con un movimiento hizo desaparecer la imagen.

"¿Por qué has hecho eso, Eriol? Era divertido," protestó Nakuru.

"Alguien está viniendo," contestó serenamente. Un golpe suave pero rápido fue oído. "Entra."

Conejo abrió la puerta.

"El Emperador desea verlo."

"¿Tan pronto?"

"Sí. Está discutiendo el problema con los científicos y está muy disgustado de que no hallan encontrado una solución para él. Pero uno de ellos recordó una vieja leyenda y el Emperador desea saber si lo que él dice es correcto. Quiere hablar con usted."

"Ya voy." El hombre gordo cerró la puerta y corrió al Cuarto del Trono. Eriol tiró su capa encima de sus hombros y lo siguió serenamente.

Conejo era el mensajero oficial del Emperador. Estaba envejeciendo pero todavía podían verle corriendo a lo largo de los largos corredores de Palacio en sus mandados. Conejo no era su nombre. Era el apodo que le había dado el padre del presente Emperador, cuando él era el Emperador. Hoy día nadie recordaba el nombre real de Conejo y él se había acostumbrado a él, aunque todos en el Palacio se mofaban de él.

"¡Allí va el conejo!" un soldado se rió cuando el bajo, hombre gordo le pasó correteando. Los que están de pie delante de las puertas del Cuarto del Trono las abrieron para él.

"Ya viene, su majestad," jadeó Conejo.

"Bueno. Ahora..." El Emperador Hirotada Ohira se volvió a uno de los cinco científicos delante de él. "Permítame aclarar esto. Esta piedra sobre la que usted está hablando está siendo guardada en alguna parte por un dragón o algo. ¿Es eso?"

"Dicen, su majestad," un científico empezó, "que la piedra Azure fue creada cuando las personas normales y Verborgen todavía vivían juntos en paz, hace más de dos mil años. Nadie sabe exactamente quién lo creó, pero se suponía que representaba... algo." El hombre se quedó callado. "Su majestad, no lo recuerdo bien," dijo nerviosamente.

"¡Entonces por qué hizo...!" Hirotada cogió vista del nuevo asistente, "Bueno, Hiragizawa. Estás aquí. Necesitamos un poco de información."

"¿Sí, su majestad?" Eriol arqueó respetuosamente.

"¿Qué sabes sobre la piedra Azure?" La voz del emperador mostraba que él esperaba una respuesta completa. Por primera vez Eriol sintió un escalofrío de miedo.

¡Oh, no! ¡Quieren la piedra!

"¿La piedra azure? Es sólo parte de la imaginación de las personas," dijo en una voz tranquilizante. "Sólo una leyenda, su majestad."

"No es lo que ellos dicen." El emperador apuntó a los científicos, lo mejor en el Imperio.

"Tenemos evidencias de que la piedra realmente existe," dijo uno de ellos firmemente.

"Una mera leyenda," Eriol insistió en su mejor voz autoritaria.

"¡Hiragizawa! ¡Simplemente cuéntanos la historia, detalle por el detalle!" La voz del emperador también era autoritaria y Eriol suspiró, derrotado. Él comprendió que si no les decía, alguien más lo haría de todas maneras. Era mejor 'cooperar' de momento. Todavía era demasiado temprano para permitirles empezar a sospechar de él.

"Según el rumor, leyenda," él dijo, "la Piedra Azure fue creada por una persona desconocida hace mucho tiempo. Nadie sabe exactamente quién lo creó, pero se dice que al principio, todas las personas en Wunder tenían poderes, como nosotros. Pero algo pasó en el pasado, haciéndoles creer que debían tener algo que protegerlos. Así que la mitad de la población del mundo de esos días dejó sus poderes individuales, reuniendo todos ellos para formar la Piedra Azure. Se dice que la Piedra está llena de los poderes y deseos de esas personas. Pero así como pasaba el tiempo, las personas empezaron a separarse más aun sin rumbo, para estar distantes entre ellos y la piedra creó a un guardián para ella y este guardián que la tomó y la escondió, guardándola hasta el momento. Esa es la leyenda."

"Espera un segundo. Dijiste que la piedra creó a un guardián para sí mismo."

"Sí, su majestad. La leyenda dice que está lleno de los deseos de esas personas que le dieron sus poderes. Sus deseos eran seguramente paz y seguridad para el mundo. Sin embargo, si la piedra cayese en las manos de la persona equivocada, puede haber un desastre porque esta persona puede usar todo ese poder para un mal propósito. Así que, si realmente existe, entonces debe quedarse donde está."

"Bien, quizá existe entonces. Nosotros lo averiguaremos."

"¿Qué quiere decir, su majestad?"

"Hiragizawa, debemos encontrar esa piedra, para que no perezcamos. Recuerda una vez que dijiste que estábamos perdiendo nuestros poderes debido a la falta de profundos sentimientos. Bueno, yo creo que esta piedra azure puede proporcionar los poderes que necesitamos para no perecer."

"Pero... ¿cómo puedo encontrar algo que no existe?"

"Ningún 'pero'. Ya he escogido a una persona capaz para hacer este trabajo. Lo enviaré mañana."

"¿Envíar dónde?" Preguntó Eriol. Hirotada miraba a los científicos. Uno de ellos caminó adelante.

"Encontramos algunos viejos pergaminosen una excavaciónhace algún tiempo mostrándonos la situación de la piedra. No hemos traducido todo todavía, pero para lo que hemos leído hasta ahora, la Piedra está en alguna parte en la provincia de Etoile."

"Ese es el camino norte."

"Sí, lo es, Hiragizawa." Hirotada sonrió con una idea. "Y para asegurarse que todo ocurre de la manera que queremos, te enviaré con el equipo. Estarás saliendo en tres días. Enviaré a Conejo para encontrar a la persona que pondré a cargo de la misión. Necesitamos esa piedra y rápido."

Eriol se detuvo por un momento, considerando sus opciones. No tenía muchas pero estando cerca cuando la piedra fuese encontrada sería una buena cosa. O aun mejor, podría sabotearlo todo, para que así no la encontrasen nunca. Esa piedra en las manos del Emperador sería un gran desastre y él tenía que evitarlo. Ahora que finalmente estaba viendo levantarse la esperanza de nuevo, Hirotada había recordado la Piedra. Ni incluso todos los poderes que la profecía dio a los descendientes serían rival para esa clase de poder. Eriol tenía que hacer algo. Era el único que podía.

"Sí, su majestad," dijo en obediente voz.

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"Eso es persecución," masculló Syaoran. Había pagado al dueño del hostal y ahora estaban saliendo, temprano por la mañana. Pero no supieron que la tropa que había estado detrás de ellos había acampado cerca del hostal durante la noche porque habían estado demasiado confundidos para irse aquella noche.

"Déjame adivinar. ¿Coge al animal y vámonos rápidamente?" Preguntó Sakura mirando el campamento.

"Correcto. Espera aquí." Él fue al establo para coger al caballo. Sakura se quedó, esperando. Era una mañana nublada y un poco fría. Entonces de repente, ella sentió una mano en su hombro. Ella se puso tiesa.

"Hoeee..." se dio la vuelta para ver a un soldado que la miraba.

"¿Puedo preguntar que está haciendo aquí una chica tan encantadora como tú tan temprano por la mañana?"

"Eh... yo... yo estoy esperando a mi hermano, señor," contestó ella nerviosamente.

"¿De verdad? Y..." Él miró alrededor. "¿Dónde está él?"

"Cogiendo el caballo."

"Él no debería dejarte aquí sola mientras hace eso. Es peligroso. ¿Cuál es tu nombre?"

"Ying Fa."

"Es un nombre precioso."

"G-gracias." Sakura miró a su derecha y vio a Syaoran viniendo hacia ella. El soldado no podía verlo y era mejor de esta manera. Podría reconocerlo. Sakura sonrió aliviada. "¡Ahí está mi hermano! Debo de irme ahora. Adiós." Dijo ella, ya llevando todo y corriendo en la dirección de Syaoran.

"¿No quieres que te ayude a llevar eso?"

"¡No, gracias! ¡Yo puedo hacerlo!" Syaoran estaba en el caballo y ella también montó. Ella murmuró: "¡Vámonos! ¡Vámonos! Y no mires detrás de ti."

"¿Por qué?"

"¡Adiós, Ying Fa!" el hombre gritó detrás de ellos. "Espero que nos encontremos de nuevo."

Syaoran frunció el entrecejo y miró a Sakura.

"No es tiempo para explicaciones, Syaoran. Sólo muévete." Sakura miró atrás, saludó para que el soldado no sospechara y ellos se marcharon. Cuando estuvieron fuera de vista, Kero voló fuera de la bolsa.

"Eso estuvo cerca, Sakura," dijo él.

"Sí..."

"¿Que pasó exactamente?" preguntó Syaoran.

"Ese soldado empezó ha hablar conmigo. Pensé que me reconocería. Afortunadamente no."

"Con la descripción que les dieron, no te reconocerían ni en un millón de años."

"Pero eso estuvo realmente cerca, muy cerca." Ella respiró profundamente. "Ahora... ¿Cuál es nuestra próxima parada?"

"En alguna parte millas y millas delante de nosotros."

"Eso es lo que pensaba..." suspiró resignada.

Continuará...

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^_^

Kayjuli

sunshine_kathie@yahoo.com

N de la T: Siglos sin saber de este fic ¿eh?... No voy a decir nada más, aún tengo que hacer deberes y leer dos libros para finales de vacaciones de navidad, el invierno es mi estación favorita pero no me gustan mucho las navidades así que mi humor es bastante imprevisible en estos momentos T_T. Solo he sabido de 3 personas que hayan leído este fic en inglés, algo que me deprime bastante. Solo pulsen el botón de abajo y dejen un simple comentario, una frase o un simple saludo T_T, no pido mucho, este fic también está en portugués y con menos capítulos el fic tiene más reviews...

Comentarios a la traductora a... eternal_phoenix_light@yahoo.es

Solo para acabar... la autora de este fic a sacado otro, si a alguien quiere leerlo se llama Kokoro no Hon.

Kassy99