Este fic NO es mío. Este fic es de KayJuli. La podéis encontrar en FF.net.

La traducción viene a ser lo más fiel posible. Siempre que podáis leed el fic original.

Disclaimer: No es mío.

* ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * El Poder de Dos Corazones * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ *

CAPÍTULO 10

"Sakura, Sakura, despierta," una suave voz la llamó, despertando a Sakura de su pacífico letargo. Ella abrió los ojos despacio. Estaba tumbada en la cima de una alta montaña; el azul de la media noche del cielo estaba siendo empujado por las primeras luces del alba y el sol estaba alzándose por el horizonte con toda su magnificencia. Era una vista que quitaba la respiración. Sakura lo supo en seguida: estaba soñando. "Sakura."

Ella miró a los lados. Maaya estaba sentada allí, una sonrisa tranquila en sus labios. Maaya se volvió a Sakura y se miraron fijamente, Sakura no sabía qué decir, y Maaya se absorbió en sus pensamientos sobre esta descendiente suya.

"Te has vuelto más fuerte desde la última vez que nos encontramos," Maaya declaró finalmente.

"¿Más fuerte? ¿De qué manera?"

"Mágicamente. Puedo sentirlo."

Sakura sonrió, encantada. "He estado entrenando. Kero me está enseñando."

"¿Kero? ¿Quién es Kero?"

"La bestia guardiana de las cards". Sakura estaba un poco desconcertada de que Maaya no supiera quién era Kero.

"¡Oh! ¿Quieres decir Kerberus? ¡Qué nombre más mono le has dado! ¿Y cómo está el pequeño juguete?"

"Está bien. No me dijo que te conociera."

"Yo estaba allí cuando Clow-san lo creó y le confió el deber de guardar las cards. También estaba allí cuando creó al otro guardián."

"Otro g-"

"Ésa es una historia para otro momento, Sakura". Maaya sonrió. "Resolvamos un problema en cada momento. No necesitas preocuparte por eso ahora. ¿Así que, qué ha estado enseñándote Kerberus?"

"Cómo usar las cards y cuando". Sus ojos centellearon. "¡Es tan fascinante! ¡Hay tanto que puedo hacer! Ya he probado todas las cards y - Oh, bueno, no todas ellas. Hay una que ni Kero ni Syaoran me permitirían intentar…"

"¿Qué card?"

"The Fly. Kero dice que no estoy lista y Syaoran dice que soy demasiado torpe. Que probablemente me caería…" Ella suspiró y Maaya se rió.

"Si ellos dicen que no estás lista, entonces espera. Yo creo que lo estás, pero Kerberus está al cargo de tu enseñanza. Permítele hacerlo a su manera. Él no podrá detenerte mucho más, de todas maneras". Sakura sonrió. Entonces de repente Maaya estaba seria y la otra muchacha notó eso.

"¿Hay algo que va mal?"

Por algunos momentos, no hubo ninguna contestación. Entonces Maaya contestó:

"Tenemos un problema que resolver. Algo que no se suponía que pasaría, ha pasado. Clow-san está intentando cuidar de ello, pero… estoy preocupada. Por primera vez desde que averigüé sobre ti, estoy preocupada por el futuro."

"¿Es tan malo?"

"Sí". Maaya hizo una ligera pausa y luego estaba sonriendo de nuevo. "Pero estoy segura de que todo resultará simplemente bien. Aun cuando él encuentre la piedra… Tú y Syaoran tenéis algo dentro de vosotros construyéndose, y va a ser tan fuerte que nada o nadie podrá ir contra vosotros."

"Tú y Clow Reed siempre decís cosas que me confunden…"

"¡Lo sé! ¿Te dije qué lo hacemos a propósito?" dijo Maaya, riéndose sinceramente. "Hay algunas cosas que tendrás que averiguar sola, aunque yo te diría todo alegremente, pero no puedo hacer eso. ¡O no sería divertido! ¡Hay tanto por ver, hacer y sentir! Sé que estás preocupada, y sé que yo también lo estaría, en tu posición. Después de todo, no le pasa a todos, tú sabes, ser parte de una profecía…"

"Seguro que no," Sakura le dio la razón. "Y tienes razón… estoy preocupada, pero creo que eso es parte de estar vivo."

"Lo es. Es una de las cosas que nos hacen humanos. Eso es lo que somos después de todo, todos nosotros. Yo solo deseo que ellos pudieran ver esto."

"Sí…"

"Un día lo harán. Yo lo creo; Sé que ellos quieren. Una tormenta está viniendo, pero después de ella, el sol brillará de nuevo. No voy a decirte que no te preocupes. Es imposible no estarlo. Pero voy a decirte una cosa: todos esto va a acabar como en un cuento de hadas."

"¿Un cuento de hadas?"

"Y ellos vivieron felices por siempre jamás". El viento sopló suavemente, jugando con su pelo así como la última estrella de la mañana se marchitaba a lo lejos en el cielo. "Ese es lo que te depara el futuro, Sakura. Felicidad."

Sakura sentía alzarse la confianza en su corazón, como el sol que estaba alzándose en ese momento. Un sentimiento cálido de seguridad y felicidad. Un alivio. Todo esará simplemente bien.

"Me gustan esta clase de sueños."

"A mi también."

Sakura empezó a sentirse ese adormecimiento de nuevo, el mismo que siempre sentía cuando estaba teniendo esos sueños y luego estaba a punto de despertarse.

"¡Adiós! Espero que nos veamos de nuevo."

"Nos veremos. Adiós, Sakura". la voz de Maaya parecía estar marchitándose lejos en la lejana distancia y su imagen estaba borrosa ante los ojos de Sakura. Ella los cerró y todo se volvió negro. Ella los abrió de nuevo, y ahora dos órbitas negras estaban mirándola fijamente.

"¡Buenos días!" Kero estaba justo sobre ella.

"¡Buenos días, Kero!" ella contestó así de alegre.

"¿Así que, estás lista para un poco de entrenamiento hoy? Estabas muy exhausta ayer."

"¡Estoy lista!" Ella se incorporó. "¡Vamos ahora!"

Estaba a punto de seguir a Kero al claro dónde sería 'seguro' entrenar desde que un pequeño 'incidente' que ellos habían tenido con The Firey, pero de repente una fruta apareció delante de su cara. Ella miró a la persona que lo sostenía.

"No vas a ninguna parte hasta que comas primero. ¿De qué sirve aprender a controlar todo esos poderes si estás tan débil que no puede usarlos?" Era Syaoran, ofreciéndola una preciosa manzana roja.

Sakura la tomó y sonrió en secreto al protectivo cuidado de Syaoran. Durante los últimos días había sido así y ella supuso que era porque él sabía que ella era la Maestra de Cards.

"Buenos días, Syaoran". Ella sonrió brillantemente.

"Buenas". Él se sentó en el césped, verificando su mapa, como siempre hacía cuando no sabía qué hacer. Sakura se puso ansiosa de repente.

"¿Estás enfermándote?"

"¿Enfermándome? ¿Por qué?" Preguntó ásperamente.

"Tu cara está roja. Quizá tienes fiebre. Noté que has estado así últimamente."

Syaoran se ruborizó más aun. "Estoy bien. Simplemente es… cálido hoy."

"¿Qué?" Ella inhaló el frío y fresco aire de la mañana. "Esta encantadora mañana…"

"Sakura, come rápida y ve a entrenar con el peluche". Cuando Syaoran estaba diciendo esto, un fuerte '¡Eh!' se oyó, pero él no prestó atención. "Vamos a un paso muy bueno. Creo que llegaremos a Nimbo más rápido de lo que pensé, pero no podemos perder tiempo."

"O.K." Ella se puso de pie y corrió hacia Kero. Digirió las instrucciones de Kero mientras comía. Cuando había terminado, convocó el báculo y tomó la card que Kero estaba sosteniendo. "¡Bubble!"

Burbujas como las burbujas de jabón estaban por todas partes. Uno flotó cerca de Syaoran, y él puso su dedo en ella, estallando.

¿Qué me está pasando? ¿Por qué me ruborizo cuándo habla conmigo, o incluso cuándo solo la veo?

Sakura estaba hablando con Kero y él le dijo para que podría usarse la card de las burbujas. Syaoran los miró desde lejos.

Estoy volviéndome loco…

# * # * # * #

El camino parecía interminable. Habían estado viajando a la provincia de Étoile durante una semana hasta ahora, desde que el Emperador Hirotada Ohira había enviado a Conejo detrás del soldado que quería para el trabajo. Bueno, ese soldado había sido promovido, para que pudiera estar al cargo de tan importante misión. El Capitán Touya Kinomoto montó orgullosamente en su caballo, aparentando no estar cansado, aunque no habían descansado mucho desde que partieron en la misión. Al lado de él estaba su amigo, Yukito Tsukishiro, quien estaba comiendo algo, serenamente. Detrás de ellos estaba el resto del grupo, doce soldados; cada uno de ellos escogido muy cuidadosamente por el mismo Emperador. No era una rara visión a ser vista, después de todo las tropas siempre podían verse de viaje a lo largo del Imperio, desde que Hirotada tuvo mucho cuidado para siempre mantener un ojo por todas partes, para prevenir insurrecciones. Sin embargo, lo que hacía a ese grupo diferente era un cierto muchacho que montaba detrás de todos esos hombres, un muchacho de diecisiete años, vistiendo un tipo de ropa Verborgen oficial. Eso mostró que era una persona muy importante, alguien que había estado ante el Emperador muchas veces antes, para tener el honor de tal fina ropa. Parecía estar bastante a gusto, pero dentro de sí estaba un poco nervioso. Tenía algunos planes para cómo estropear esa operación entera, pero todavía, estaba nervioso. Esa piedra no debe encontrarse.

Touya estaba muy orgulloso de haber sido escogido por Hirotada, pero estaba angustiado por su hermana que no había sido encontrada. Desde que él era el que estaba a cargo de la operación que estaba buscándola, el Emperador había detenido la operación completamente. Ya nadie estaba buscándolos. ¡Si Touya solo supiera que cerca estuvo de encontrarla! Un frío viento sopló a través de las piedras, sonando como aullidos. El cielo estaba nublado, oscuro con amenazantes nubes.

"Está volviéndose frío por el día cuando viajamos." Dijo Yukito.

"Bien. Significa que estamos yendo en la dirección correcta," Dijo Touya.

"¿Tienes alguna idea de lo que vamos a hacer cuándo lleguemos a Étoile?"

"Ese es el trabajo del mago". Touya se refirió a Eriol. "Pero sé una cosa, éste es el peor momento del año para ir a Étoile. Es invierno y las ventiscas serán peores."

"Seguramente. Sabes, nunca había oído hablar de esta Piedra Azure antes."

"Yo sí. A mi abuela le gustaba contarnos estas viejas historias, sobre antiguos reyes y reinas, leyendas y profecías."

"Ya veo. ¿Y… tú crees en ella?"

"¿Qué? ¿La Piedra?"

"Sí, la Piedra, la profecía… ¿Crees que pasará algún día?"

"Si el Emperador nos ha enviado a por la piedra, entonces seguramente existe. Yo no lo dudaría. Pero no creo en la profecía. Fue inventada para hacer a las personas ordinarias sentirse mejor. No va a hacerse realidad". Touya dejó de hablar. Simplemente había notado que Eriol no estaba más en la parte de atrás. Él estaba justo detrás de él, escuchándolo. Él frunció el ceño y se quedó callado.

Si sólo supiera él… pensó Eriol.

# * # * # * #

Dos Días Después… 3:37 a.m - Nimbo

Sakura se movió y se giró en la cama. Parecía que apenas podía encontrar la posición correcta. Miró al techo. En tres horas el día irrumpiría y allí estaba ella, inquieta. No entendía por qué, sin embargo. Era la primera noche en dos meses que estaba durmiendo en tan cómoda cama.

Fuera, una callada y pacífica lluvia estaba cayendo. Sakura podía oír ramas arrastrando sus torcidos dedos por la hoja de vidrio de la ventana.

¿Por qué no puedo dormir?, pensó, mirando a su compañero durmiendo al lado de suya en la cama. Sakura sonrió, mirándolo. Qué proteccionista era él de ella. Nunca quería dejar su lado, sólo para asegurarse que ella siempre estaba bien. Él había insistido en dormir al lado de ella y ella simplemente no había tenido corazón para decir No. Sakura agradeció silenciosamente a Clow que hubiera creado a un amigo tan bueno como Kero. Él había estado enseñándola cómo usar las cards para cuando ella tuviera que confrontar algo peligroso, estuviera lista. Sakura cerró sus ojos, rezando para que se pudiera dormir. Pero nada pasó. Algo está preocupándome. Eso es por lo qué no puedo dormir. ¿Pero qué?

Despacio, cuidadosa para no despertar a Kero, Sakura se levantó y caminó hacia la ventana, mirando las gotas azul grisáceas de lluvia. Se sentó en un sillón y durante algunos minutos solo se quedó allí, mirando fuera por la ventana. Entonces la abrió un poco, el viento barrió inmediatamente en el cuarto, la frialdad hizo que Sakura se estremeciese ligeramente. Respiró profundamente, oliendo las esencias de la lluvia. Puso su mano en el umbral de la ventana y apoyó su cabeza en su mano, observando ahora la calle. Nimbo era de verdad la ciudad más bonita que había visto nunca. La única ciudad en el mundo sin toque de queda, por eso era conocida como la capital de la diversión, con sus tiendas elegantes, espectáculos de música, teatros, restaurantes conocidos mundialmente, parques y bonita arquitectura. Llegaron a la ciudad algo pasadas las diez de la noche anterior. Sakura y Syaoran estaban exhaustos, así que habían ido directamente a la cama. Pero hoy Sakura quería pasear por el pueblo. Es decir, si por lo menos pudiera conseguir un poco de descanso para así poder ponerse de pie por la mañana.

¿Qué diría Papá si supiera dónde estuve? El pensamiento vino a su mente, desde ninguna parte e inmediatamente entendió por qué el sueño la había evadido. Ella extrañaba a su padre y sentía remordimientos porque sabía que seguramente estaba muy angustiado por ella. Nunca antes habían tenido que estar separados durante tanto tiempo. Probablemente está muy defraudado conmigo. Creo que sabe que estoy bien, desde que Touya me vio, pero debe estar triste… lo siento, Papá. Es solo algo que necesito hacer. Nada podría cambiar eso. Tenía que pasar, sé eso ahora. Regresaré lo más pronto posible y espero poder cumplir esta profecía. Espero que estés orgulloso de mí… ¡Y, oh, Dios! Tomoyo. Espero que nada malo te pasase cuando Touya no me encontró. Te extraño. Quiero hablar con alguien. No es como si no pudiera hablar con Kero… o Syaoran, supongo. Pero nosotras hemos sido las mejores amigas desde que éramos niñas. ¡Tanto ha pasado durante estos dos meses, chico, te sorprenderías! Sakura sonrió, imaginándose la manera que los ojos de su mejor amiga chispeaban siempre que ella le decía algo. A Tomoyo le gustaba siempre oír o ayudar a Sakura de cualquier forma que pudiera.

Sakura suspiró, su corazón pesado. La lluvia continuaba cayendo, algunas gotas se atrevían a tocarla, el viento frío en su cara, causando que se le pusiera la piel de gallina.

Me pregunto lo que Syaoran está haciendo. Ella pensó. La respuesta la siguió al instante: Baka, él está durmiendo claro. No perdería su noche de sueño por nada. Syaoran es tan calmado. Nunca parece preocuparse, o ponerse nervioso. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo puede estar tan seguro de sí mismo? Oh, bueno. Es el líder de la Resistencia. Seguramente ha estado en peores situaciones antes. … Es el líder de la Resistencia. … ¡Ésa es una gran responsabilidad! Quizá eso es lo que lo hace tan seguro, serio y genial. Tiene esta poderosa organización subterránea que coordinar. He oído hablar de las personas en la Resistencia que trabajan como agentes dobles. Él no puede confiar en nadie de verdad. ¿Cómo puede ser que confíe en mí? Bien, por lo menos pienso que lo hace…

Sakura estaba tan perdida en sus pensamientos que flotó a la tierra de los sueños sin incluso notarlo.

Estaba lloviendo pero ahora mucho más fuerte que antes. Las gotas estaban casi magullando su piel. Sakura se sentía completamente agotada. Sus ojos todavía estaban cerrados pero ella sentía que estaba tumbada en algo duro y frío. Abrió sus ojos muy despacio. Había algo delante de ella pero no podía entender lo que era y no tenía inclinación por moverse para ver mejor porque su cuerpo entero le dolía. Moviendo sus dedos, ella sintió su báculo en su mano derecha, pero ella estaba hacia la izquierda. Las relucientes saetas estaban golpeando en los lugares cerca de ella, ella lo sabía. La deslumbrante luz iluminó esa muy oscura noche. Una fuerte llamarada de repente iluminó todo alrededor de ella y vio que estaba tumbada en el implacable suelo.

Se sentía cansada y completamente agotada. No tenía fuerzas para levantar la mirada.

Una llamada a batalla fue oída, fuerte e incluso espantosa. Esta persona estaba furiosa. Una saeta relampagueante aun más fuerte y el fragor de trueno que siguió era casi ensordecedor. Entre la conciencia y el mundo de los sueños, Sakura abrió sus ojos. Ahora había alguien de pie ante ella, en una posición proteccionista.

"¿Es todo lo que tienes para ofrecer?" Una fuerte voz hizo eco en las paredes alrededor de ellos. La persona delante de ella daba vueltas alrededor como si intentara discernir de dónde estaba viniendo esa voz. Estaban en alguna clase de ruinas circular.

"¡Aparece, tú cobarde!" gritó él furiosamente.

"Lo haré," la voz se rió. De repente, una luz azul brilló. Los ojos de Sakura siguieron la luz. Un hombre apareció delante de ella y el muchacho cerca de ella. Fue rodeado por la luz azul y estaba levantando alguna clase de piedra. Los ojos de Sakura se ensancharon. Nunca había visto algo así. La piedra azul estaba irradiando esa increíble luz azul. Así como ella se asomaba más cerca del objeto Sakura notó muchas sombras azules girando alrededor en ella. "¿La quieres, Pequeño Lobo? Venga cógela," dijo la sucia voz.

El muchacho delante de Sakura dudó por un momento. Él la miró. Parecía aliviado de que sus ojos estuvieran abiertos y la miró fijamente por algunos momentos. El pelo húmedo que caía encima de sus ojos evitó que lo identificara. Él estaba a punto de arrodillarse al lado de ella cuando cogió vista de algo delante. Alguien estaba yendo hacia ellos. Dos personas. Ellos se detuvieron, mirando a Sakura y después al muchacho.

"Cuidad de ella". Instruyó, levantándose.

"Pero-" Uno de ellos intentó discutir.

"Sólo cogedla y protegedla con vuestra vida". Sakura sentía ser recogida y llevada lejos.

No, debo quedarme… Ella intentó esforzarse pero no tenía poder para hacer eso.

"No, no… Dejadme ir. Debo quedarme…"

"¡Eh, Sakura! ¡Despiértate!" Sakura abrió los ojos y se sentó recta rápidamente, golpeando a Kero. ¡Se había dormido al lado de la ventana!

"Era solo un sueño…" Masculló, aliviada. Entonces miró a su pequeño guardián. Tenía una expresión cómica, sosteniendo su cabeza dónde Sakura lo había golpeado. "¡Oh, lo siento mucho, Kero!"

"Está bien… supongo. ¡Oh, Sakura!" Dijo él, recuperándose rápidamente. "¡Levántate! ¡Rápido, rápido, rápido!" Kero la instó a que se levantara.

"¿Qué? ¡¿Por qué?!"

"¡Porque, en caso de que no lo hayas notado, son casi las nueve en punto. ¡Mira! El sol está brillando, los pájaros están cantando y las personas están tomando su desayuno. ¡Así que, ve a tomar tu desayuno y tráeme algo!"

"Pero estoy tan cansada…"

"¿Lo estás? ¿Y quieres dormir más?" Hizo una cara infantil.

"Sí…"

"Bien… supongo que puedo esperar a comer hasta que te levantes."

"Gracias, Kero," contestó ella, planeando dejarse caer en su cama y dormir por lo menos otra hora.

"No hay problema, Sakura". Él hizo una pausa, sabiendo exactamente qué decir para hacerla cambiar de idea. "Bien, el niño Li estará aliviado, con seguridad."

"¿Por qué?" Era lo que Kero quería que ella preguntara.

"Recuerda, ayer le hiciste prometer que él pasearía contigo hoy. No estaba muy de acuerdo con ello. Ahora estará contento."

"¡Oh, sí! ¡Tienes razón!" Ella sintió de repente todo el deseo de dormir desaparecer. "No le voy a permitir salir de esta tan fácilmente. ¡Hay tanto que quiero ver hoy!" Ella corrió para coger su bolsa. "Creo que empezaré con los parques. ¡Oí que son muy bonitos! ¿Oh, dónde está ese vestido que la Señora Arai me dio? ¿Ese rosa?"

"Está en el fondo." Contestó Kero. Sakura lo miró como si preguntando: ' Cómo lo sabes? ' y él continuó: "Empleo la mayoría de mi tiempo en esas cosas. ¿Qué esperabas?"

"Sí, supongo que tienes razón. ¡Oh! ¡Aquí está! ¿Qué piensas?" le preguntó a Kero, sosteniendo el vestido.

"Mmm…" Puso su mano en su barbilla, como si pensando, con una mirada 'fashion'. "Creo que te vas a ver muy bonita en él". Ella sonrió brillantemente y se escapó para cambiarse.

# * # * # * #

"¡Ja, ja, ja, ja, ja!" Syaoran apenas observó a la mujer delante de él. ¡Estaba riendo tanto! Su risa se extinguió y limpió unas lágrimas felices de sus ojos y dijo a Syaoran: "No, realmente. La verdad. No se lo voy a decir a nadie. Puedes confiar en mí."

"Esa es la verdad," Syaoran contestó sin darle importancia.

"Oh, venga, Syaoran. ¡Esa es la peor mentira que he oído nunca! Incluso ese amigo tuyo; ¿cómo era su nombre? ¡Oh sí! Yamazaki. ¡Incluso sus historias son más creíbles que eso! ¡Kinomoto… Ja! ¡No puedes engañarme Li Syaoran! ¡Ella es tu novia, estoy segura! Por eso es por lo qué no estás diciéndome quién ella de verdad."

"Bien. Piensa lo que quieras," dijo él serenamente, no creyendo que él estaba hablando tan serenamente en este asunto. "¿Podrías pasarme la mantequilla, por favor?"

"Estás bromeando, Syaoran". Dijo la mujer, pero ya no muy segura. Él estaba bastante serio.

"Nop."

"¡Eso no es posible!"

"La chica que duerme en el cuarto de huéspedes demuestra lo contrario. Puedes preguntar a May Yu y Ma-Ma, desde que vas a visitarlas la próxima semana."

"Oh. Dios. Mío". Dijo ella, comprendiendo finalmente que no estaba bromeando en absoluto. "Pero parece ser tan buena chica. Bueno, pero no hablé mucho con ella ayer. Vosotros estabais tan cansados y…"

"Ella es una buena chica, Inna. Ella no es como su hermano."

"¿Cómo puedes estar tan seguro?"

"He estado viajando con ella durante los últimos dos meses. Lo sé. Ella es la persona más amable que he conocido nunca."

Inna estaba sorprendida pero no lo mostró.

"Guau. Ella realmente debe tener algo". Dijo ella calladamente, poniendo azúcar en su té.

"¿Por qué dices eso?"

"Para sacar semejante cumplido de ti… recuerdo que en mi boda tuve que amenazarte para que dijeras 'Te ves bien'."

"Tenías el peor caso de pies fríos. Era lo mínimo que podía hacer". Casi se rió al recuerdo.

"Ahora estoy esperando a conseguir conocerla mejor. ¡Li Syaoran dice un cumplido como llovido del cielo! ¡El fin del mundo está cerca!"

"Muy gracioso". Se callados por unos momentos entonces Syaoran notó que Inna tenía una sonrisa maliciosa. "¿Qué pasa?"

"¿Eh? Oh, nada… simplemente estaba pensando."

"Puedo decir más que eso…"

"Estaba preguntándome cómo habría reaccionado Meiling, tú sabes, con su devoción por ti y siendo tan celosa de ti". Ella se rió. "¡Ella probablemente te estrangularía! ¡Te has pasado dos meses solo con otra chica! ¡Se habría vuelto completamente loca!"

"Meiling sobre reacciona."

"Tú hiciste esa estúpida promesa, Syaoran. Ella solo está asegurándose de que tú la cumples. No debiste haberle prometido nada."

"¡Tenía cinco años! ¡No sabía ni siquiera que significaba 'casarse'! ¡No tenía idea que estaba prometiendo algo que haría atarme a ella para el resto de mi vida!" Él hizo una pausa. "Oh, Dios…"

"¿Qué pasa, Syaoran?"

"No me debiste haberme recordado eso. Ahora estoy deprimido…"

"¡Qué malo eres, Syaoran! ¡Meiling no es así de mala!"

"No, ella no es así de mala. ¡Ella es peor! ¡Sabes cómo se siente tener a alguien agarrándose a ti todo el tiempo, hablando sin parar sobre bodas… ¡Argh! Es muy irritante."

"Eso es por lo qué estoy tan curiosa. Realmente quiero saber lo que Meiling diría sabiendo lo de…" Ella intentó recordar el nombre que Syaoran le había dicho que usara.

"Ying Fa," completó él.

"Exacto."

"Seguramente diría algo muy molesto". Syaoran oyó que su hermana se reía. Estaba a punto de agregar algo cuando sintió esa presencia detrás de él, esa agradable presencia a la que ahora estaba acostumbrado.

"¡Buenos días, Ying Fa!" Saludó Inna alegremente, viendo a la muchacha de pie detrás de Syaoran. "Ven a desayunar."

Sakura sonrió. "¡Ohayou!" ella contestó alegremente y se sentó al lado de Inna, mirando a Syaoran al otro lado de la mesa. "Ohayou, Syaoran."

"Hola," era todo lo que él contestó. Inna lo miró extrañada. ¿Estaba su cara solo un poco más roja de lo normal? Ella concentró su atención en la muchacha.

"Así que, Ying Fa, he oído que mi hermano te llevará alrededor del pueblo. ¿Cómo lo convenciste?"

"¡No fue fácil! Tuve que molestarle mucho y…"

Syaoran finalmente miró a Sakura mientras ella estaba hablando con Inna. Estaba muy entusiasmada por salir ese día. Bueno, ella siempre se emocionaba por algo, pero no tanto como hoy. Quizá Syaoran podría disfrutar un poco hoy también. A cualquiera que los mirara le habría parecido que él estaba escuchando su conversación pero realmente no tenía ni idea sobre lo que ellas estaban hablando, tan aturdido estaba él. Apenas notó que Sakura estaba hablando con él.

"¿Syaoran?" Ella movió su mano delante de sus ojos y él pestañeó.

Las dos mujeres estallaron en risa.

"¿En qué usted estabas pensando que no me oíste, Syaoran?" preguntó Sakura.

"Más probablemente en quien estaba él pensando," dijo Inna astutamente.

"¿Estabas hablando conmigo?"

"¡Claro que lo estaba! Estaba preguntándote cuando íbamos a salir". Sakura contestó festivamente.

"Cuando quieras," contestó serenamente, bebiendo a sorbos su té.

"¡Genial! ¡Entonces vamos ahora!"

"¡¿Qué?!"

"¡Sí, venga!" Ella tiró de su mano, instándole a que se pusiera de pie. "Piensa de esta manera, cuando más pronto salgamos, más pronto regresaremos."

"La chica tiene su punto," Dijo Inna.

"Bien, de acuerdo…"

"Entonces vamos…" Ella se dirigió hacia la puerta, Inna al lado de ella y Syaoran detrás de ellas. "Quiero ir primero al parque. Y luego quiero ir a las tiendas. Los vestidos más bonitos están hechos aquí y…" de repente ella dejó de hablar y caminar.

"¿Qué pasa?"

"Mmm… yo… olvidé mi peluche. Creo que debo llevarlo conmigo…" Sakura caminó hacia el cuarto y este vez era Syaoran quien tiró de su brazo.

"¡Nah, Ying Fa! Es solo un peluche". Él hizo un movimiento con su cabeza, diciéndole a Inna que abriera la puerta. "¿Qué puede pasar? No es como si él fuera a estar esperando furiosamente a que tú regresaras y alimentaras su gran agujero negro como estómago". Syaoran sonrió con satisfacción al pensamiento. "Inna, regresaremos por la hora del almuerzo."

"Bien". Y ellos se marcharon. Inna cerró la puerta y al instante oyó el lamento de un bebé, seguido por otro. "¡Los gemelos se despertaron!" Ella corrió al cuarto de los bebés. Entretanto, Kero que había estado escuchando toda la conversación detrás de la puerta, se dijo:

"Voy a cogerte por esto."

# * # * # * #

Tres Días Después… Martes - 9:48p.m.

Una muchacha llevó a Syaoran a la sala. Allí, dos hombres esperaban por él. La muchacha sonrió a Syaoran y se arqueó respetuosamente y entonces los dejó, cerrando la puerta de madera detrás de ella. Syaoran se quedó donde él estaba, mirando fijamente a los hombres.

"No estabas esperando que termináramos nuestra tarea en menos de un mes, ¿verdad?"

"Yo me atrevería a decir más, Taeko. Creo que él pensaba que no terminaríamos nuestra tarea". Taeko y Yamazaki estaban sonriendo orgullosamente.

"Felicitaciones". Syaoran se sentó delante de ellos. "Lo hicisteis."

"Claro que lo hicimos." Dijo Taeko.

"¿Cómo?" Era la oportunidad de Syaoran para sonreír. Él sabía que era imposible para los dos haber informado a todos los treinta jefes sobre la reunión ellos solos.

"Mmm… Bueno…" Empezó Taeko.

"Apuesto que no tuvisteis muchos problemas haciendo eso. ¿Quién ayudó?"

"El primer jefe de cabeza que nos encontramos… envió veinte de sus hombres para avisar a los otros…" dijo Yamazaki. "Pero el resultado es lo más importante. Todos los jefes dejaron cualquier cosa que estaban haciendo y se apresuraron a Nimbo."

"Cuando llamas a una reunión, Li, todos escuchamos. Eso es por lo qué todos ellos están aquí antes de la fecha," Dijo Taeko.

"Incluso tú estás aquí más temprano de lo que nos dijiste que estarías."

"Sí… Llegamos aquí temprano," Syaoran le dijo a Yamazaki.

"¿Llegamos? ¿Tú hermana todavía está contigo?" Taeko estaba sorprendido. Taeko sabía que Syaoran detestaba viajar con otros, para nunca detenerse para descansar.

"Sí."

"Bueno, Taeko, debes recordar que Ying Fa es la hermana de Syaoran después de todo, y yo he pasado algún tiempo con ella. Ella consigue lo que quiere cuando realmente lo quiere. Y si ella quiso venir con él, nada la detendría."

"Sí, tienes razón… La sangre Li". Ellos se rieron.

La sangre Li… Si ellos supieran. No tiene absolutamente nada que ver con la sangre Li. Ella es obstinada, a veces. Syaoran se puso de pie y caminó hacia la ventana. Era una fría noche en Nimbo, pero había muchas personas en las calles. "¿Así que, por qué estamos esperando?"

"Los últimos están llegando. Kato nos dirá cuando todo esté listo. Está preparando una gran entrada para ti; después de todo tu escogiste su territorio para celebrar esta reunión," contestó Taeko.

"Eso me recuerda," Yamazaki se unió. "¿Por qué Nimbo, Li?"

"La única ciudad sin toque de queda, Yamazaki, claro," contestó a Syaoran. "Siempre hay personas entrando y saliendo todo el tiempo. Nadie notaría a treinta hombres diferentes en la ciudad. Es el lugar más seguro para nosotros."

"Ah…" Taeko golpeó la parte de atrás de la cabeza de Yamazaki. "¡Ay! ¿Por qué hiciste eso?"

"Era bastante evidente, ¿no crees?"

Syaoran suspiró. Que amigos tenía… por lo menos eran dignos de confianza. Es decir, cuando Yamazaki no estaba contando una de sus historias. Cuando Syaoran le conoció él todavía era un poco ingenuo (aunque algunos dirían que era un poco más que ingenuo…) y creía en cada palabra de Yamazaki. Pero, al tiempo, él empezó a diferenciar entre sus mentiras y la verdad. Hoy día, él sabía exactamente cuando Yamazaki estaba mintiendo o incluso cuando estaba pensando en decir una mentira. Syaoran se apoyó en el marco de la ventana y miró a la calle. Inadvertido por él, dos figuras encapuchadas golpearon en la puerta del primer piso.

# * # * # * #

"¿Estás segura que debemos estar haciendo esto, Inna?" Preguntó nerviosamente Sakura, mirando detenidamente a su amiga desde la oscura profundidad de su capucha. "Syaoran nos dijo que…"

"Quedaros". La imitación de Inna de la voz de Syaoran ganó una risita de Sakura. "Siempre dice eso. Nosotras nunca le escuchamos. Sé que está aquí. Si lo que dices es correcto, la reunión tomará lugar aquí esta noche, lo sé. Hoy vi a dos jefes de la organización en la ciudad. Solo los reconocí entre un grupo de cinco, pero son de territorios muy alejados de aquí. Y hoy Syaoran estaba actuando raro."

"Parecía aprehensivo," Sakura estaba de acuerdo, agregando:

"Cuando entré en su cuarto esta mañana para preguntarle algo, casi me tiró. Tenía sus mapas esparcidos por el suelo y estaba sentado entre ellos."

"Está escondiendo cosas de nuevo."

"Le gusta esconder todo…" Sakura dejó de hablar. La muchacha que había llevado a Syaoran a la sala abrió la puerta y las miraba inquisitivamente, sus ojos sospechosos.

"Estamos aquí por la reunión," Dijo Inna fuertemente.

"¿Reunión?" Hizo eco la muchacha, fingiendo ignorancia. Ella sabía que casi todos los que se suponía que tenían que estar allí ya habían llegado y que ninguna mujer era esperada.

"El que se llama Syaoran". Ahora la muchacha parecía verdaderamente confundida.

"¿Su primer nombre es Syaoran?" Los ojos de la muchacha chispearon por un breve momento entonces preguntó: "¿Cómo sabe eso?"

"Yo soy su hermana". Contestó Inna serenamente. Sakura apenas escuchaba la conversación.

"¿Y quién es ella?" La muchacha sacudió la cabeza en la dirección de Sakura.

"Mi hermano me pidió específicamente que la trajera," era todo lo que Inna contestó. La joven parecía indecisa acerca de qué hacer pero los dos pares de ojos que brillaban debajo de las capuchas parecían bastante inocentes y, después de todo, ellas no estarían tan bien informadas si no habían sido invitadas. Abrió más la puerta y las muchachas se deslizaron dentro.

Inna lanzó una sonrisa triunfante a Sakura.

"Syaoran va a matarnos," Susurro Sakura.

"Absurdo. Lo peor que puede hacer es darnos un sermón," Le devolvió el susurro Inna.

"Hoe…"

"Por favor, síganme," dijo la muchacha, marchándose rápidamente y ellas la siguieron dos pasos por detrás. Abrió una puerta que llevaba a un sótano. Cuando bajaron los escalones, ya podrían ver las luces y podían oír ruidosas conversaciones. Había muchas personas allí abajo. "Es aquí."

Inna agradeció a la muchacha que rápidamente volvió por el camino por el que habían venido. Había por lo menos ochenta personas en el sótano oscuramente iluminado. Hasta donde ellas podían ver, todos eran los hombres. Algunos estaban sentados alrededor de una gran mesa ovalada. Inna hizo una rápida cuenta mental: treinta hombres. El lugar de honor todavía estaba libre. Tan concentrados estaban en sus conversaciones que ninguno de ellos notó a las dos muchachas. Sakura tiró de Inna.

"Mejor sería que nos quedáramos detrás de todos estos hombres. Quizá no nos notarán." Ella susurró. Buena cosa que tenían sus capuchas puestas. Ellas se apoyaron contra la pared, en un lugar oscuro.

"Uy…"

"¿Qué pasa?" Preguntó Sakura.

"No, solo espero que las muchachas no se despierten mientras estamos fuera. Ya fue difícil de persuadir a Bing para no decirle a Syaoran que nosotras teníamos algo planeado. Si ellas se despiertan…"

"Ellas estaban muy exhaustas, Inna. No creo que se vayan a despertar. Mmm… Inna, ¿puedo preguntar algo?" Ellas sabían que nadie estaba prestándolas atención.

"Claro."

"¿Syaoran tiene algo contra tu marido? Quiero decir, noté que actúa raro cuando él está cerca. Lo mira… Casi enojado."

"Nunca perdonará a Bing por lo que hizo."

"¿Y qué hizo?"

"Se enamoró de mí," sonrió Inna. "Syaoran es muy sobreprotector. Desde que fui la última en casarse, él era lo bastante mayor para poner a Bing en algunas dificultades."

"Lo imagino. Syaoran nunca cedería sin una buena lucha."

"Y que lucha. Mi marido puede decir orgullosamente que es uno de los pocos que ha derrotado a mi pequeño hermanito. Solo espero que la chica con la que caiga perdidamente enamorado sea tan terca como lo es él. Eso sería simplemente genial."

"Ohhhh… una pequeña venganza…"

"No nos matará". Inna hizo una pausa. "Escucha, Fa de Ying… ¿Tu hermano tiene este loco ataque cuándo se trata sobre ti?"

"No tienes ni idea. Todavía tengo que ver a alguien como él. El día que cumplí dieciséis, al parecer algo chasqueó en su mente y ahora todo lo que piensa es conseguir que me case. Pero no simplemente con cualquiera. Con alguien que él confíe, uno de sus amigos. No importa el amor."

"El hecho de que él quiera escoger a tu marido demuestra que se preocupa por ti."

"Lo hace," Sakura susurró, tristemente. "Sé que cualquier cosa que hace piensa que está haciendo lo correcto. Él cree de verdad que tiene razón. Pero lo hace sin considerar mis sentimientos."

"¿Este es uno de los motivos por el qué te escapaste?"

"Supongo que es la verdadera razón. Mi hermano tiene un buen corazón y una voluntad fuerte. Solo que no apuntan en el camino correcto."

"¿Así que, él es sobreprotector?"

"¡Mucho! Una vez cuando tenía catorce años, uno de sus amigos empezó a mirarme demasiado. Noté que Touya estaba enfadándose mucho con su amigo. No sé lo que hizo, pero un día ese amigo dejó de mirarme. Completamente. Yo entraba en el cuarto y él se callaba, fijando su mirada en su té o algo. Nunca me habló de nuevo. Creo que Touya tuvo algo que ver con eso."

"Bien," Inna sonrió maliciosamente.

"¿Por qué?" Sakura estaba sorprendida al comentario de Inna sabiendo que ella también había sufrido lo mismo en manos de Syaoran. Sin embargo, antes de que Inna pudiera contestar, un sonido se oyó en los escalones y ellas podían ver unas botas pesadas descendiendo. Un hombre en sus cincuenta fue el primero en ser visto. Taeko y Yamazaki lo siguieron. Después de ellos, vino Syaoran. Todos en el cuarto se callaron. Muchos de ellos nunca habían conocido al joven líder de la Resistencia cara a cara pero todos ellos lo respetaban por Sus bien conocidas hazañas a lo largo del Imperio. La mayoría de ellos estaban muy sorprendidos cuando Syaoran tomó su lugar en el asiento de honor en la mesa. El cuchicheo se levantó entre las personas.

"¿Él es nuestro líder?"

"Solo es un muchacho."

"Pero merece ser confiado."

Todos se reunieron alrededor de la mesa. Taeko y Yamazaki permanecieron de pie detrás de Syaoran. Sakura e Inna se miraron, los mismos pensamientos atravesaron sus mentes:

¡Mirad cómo lo trataban! Le temen pero solo miradnos a nosostras, desobedeciéndolo como si él fuera meramente un muchacho y no el líder de la Resistencia. Las dos mujeres se encogieron detrás de dos hombres altos. Estos dos hombres realmente eran muy altos y corpulentos. Nadie podría verlas.

"Soy Li," declaró Syaoran. Cualquiera que todavía tuviera dudas estaba ahora seguro que él era su líder. Lo respetaban como a una leyenda viviente; después de todo, todos ellos sabían que los Lis eran los descendientes de Clow Reed. "Sé el nombre de cada jefe, pero no puedo reconocerlos a todos porque no me he encontrado con todos personalmente." Uno por uno, los hombres se sentaron alrededor de la mesa, dijeron su nombre y los nombres de la provincia que estaban protegiendo.

En cuanto Syaoran les agradeció que hubieran venido un jefe fue directo al punto:

"Oímos que tiene un gran plan, Li," dijo él.

"Sí," le contestó Syaoran. "Todos ustedes estarán seguramente de acuerdo que hemos tenido bastante del imperio Verborgen sobre nosotros. Hemos encontrado traidores entre nosotros, personas que quizá se metieron en la Resistencia, creyendo en ella, pero quiénes después decidieron venderse. Estos traidores han traído la ruina a más de quinientos de nuestros hombres. La mitad de ellos han sido ejecutados, un cuarto está esperando por la ejecución en la prisión, mientras el otro cuarto se ha rendido y ahora son traidores potenciales. Durante casi quinientos años, nuestras familias han estado viviendo así, en el miedo. ¡Es tiempo de detener esto! ¡Es tiempo que nosotros hagamos algo sobre esto!"

"¿Qué está planeando, Li?" preguntó un hombre.

"Lanzaremos un ataque a gran escala contra el Imperio."

"¡¿Qué?!" Los hombres empezaron a hablar ruidosamente ahora, todos ellos desconcertados, con duda en sus ojos.

"¿Sabías sobre esto, Ying Fa?" Inna se volvió a Sakura, perpleja, notando que ella no estaba en absoluto sorprendida. Sakura solo cabeceó. Inna supo que su hermano tenía algunos planes grandes pero no ese tipo de planes. "¿Por qué no me dijiste?"

"Pensé que lo sabías…"

"¡Silencio!" Una fuerte voz sonó e hizo eco a lo largo del sótano. Uno de los jefes había ordenado. Era el jefe más viejo en la Resistencia. Hiromu Miyazawa de la provincia de Étoile. Todos lo respetaban y él conocía a Syaoran desde que este tenía seis años. Él ahora parecía muy viejo, con su larga barba blanca y su pelo blanco, pero era un gigante manejando una espada cuando era necesario y tan inmediato silencio cayó sobre el grupo.

"Lo siento, Li, pero…" Uno de los hombres que estaban de pie delante de Sakura e Inna dijo: "¿Eso no sería demasiado arriesgado? La Resistencia nunca ha hecho algo tan drástico."

"Quizá eso es por lo qué todavía estamos en esta situación," contestó Syaoran, estrechando sus ojos al hombre quien sintió como si los ojos del líder penetraran su cuerpo. "Y sí, es peligroso, pero todos ustedes sabían que estaban entrando en asuntos peligrosos cuando se metieron en la Resistencia. ¿No están cansados de correr y esconderse? ¿Temiendo que algún día ellos los encontrarán? ¿Qué pasará con su familia? ¿No les está comiendo por dentro no saber si estarán vivos mañana, o lo que puede pasarles a su familia, sus niños? Están en la Resistencia, pero quieren que su hijo esté en peligro por estar en ella, ¿cómo ustedes?" A cada una de sus preguntas, había un pequeño murmullo de rechazos. Algunos de ellos agitaron sus cabezas ligeramente.

"Es un líder nato, ¿no lo es?" Susurró Sakura, sus ojos agrandados con orgullo.

"Ése es el pequeño hermanito. Siempre sabe persuadir a las personas. Pero nosotras somos un caso diferente, Ying Fa. Nosotras conocemos a Syaoran. Quizá mejor de lo que él se conoce porque nosotras sabemos persuadirlo. Somos inmunes a su hablar". Sakura entornó sus ojos, como si diciendo 'sí, verdad'. "Bien, por lo menos no caemos fácilmente."

"Eso es por lo qué no veo otra escapatoria, excepto atacar abiertamente," Syaoran todavía estaba hablando.

"¿Y cuál es su plan?" alguien preguntó. Syaoran se puso de pie.

"En dos meses de tiempo, será la celebración del Cinco Centésimo aniversario de la superación de Wunder. Los Verborgens seguramente tendrán una gran conmemoración en la Ciudad de Glanz, porque empezaron a gobernar sobre el mundo oficialmente cuando Glanz fue conquistado. Seguro que todos los Verborgens en el mundo estarán allí, sólo guardias comunes y soldados no importantes y capitanes se quedarán detrás custodiando las ciudades. Ahí es cuando debemos atacar."

"Oh, entiendo," otro uno dijo. "Atacaremos estas ciudades malamente defendidas."

"Mal," Syaoran sonrió satisfactorio. Eso era exactamente lo que cualquiera esperaría pero su idea era diferente. Todo lo que los Ancianos le habían dicho a Syaoran que hiciera era atacar Glanz junto con el grupo de la Resistencia ocultándose fuera en la Ciudad de Glanz. No obstante, desde que Syaoran no había tenido ningún contacto con los Ancianos desde que dejó el Pueblo de Orion, no pudieron reprenderle sobre querer atacar la ciudad con el todo el ejército de la Resistencia, y decirle que hiciera algo diferente. "Atacaremos la Ciudad de Glanz."

Había asombro en la cara de cada líder en el cuarto con la excepción de cuatro personas: Taeko, Yamazaki, Sakura (quién estaba temblando detrás de los hombres con Inna), y una cuarta figura. Esta cuarta persona tenía una sonrisa satisfecha pero era imposible de ver su expresión desde que la capucha estaba cubriendo su cara y estaba de pie calladamente entre los otros, sin llamar la atención sobre él.

Finalmente alguien tuvo el valor para decir:

"¡Pero-pero dijo que todos los Verborgens del mundo van a estar allí!"

"Precisamente. Todos se reunirán juntos en un lugar."

"Li…" dijo Kato, el dueño de la casa que ellos estaban y jefe de esa provincia. "Ellos son poderosos y ninguno de nosotros, excepto tú, tiene ningún poder…"

"Si no lo han notado, los Verborgens están perdiendo sus poderes," Los penetrantes ojos y voz de Syaoran le cortaron. "No tengo ninguna idea de por qué pero lo están. De hecho, los Verborgens más peligrosos ahora sólo son el mismo Emperador, porque es descendiente directo del primer Emperador, Todashi Ohira, y la magia es fuerte en su línea sucesoria; y sus cuatro magos. Los otros… No tienen casi poder. He estado estudiando esto. Eso es por lo qué creo de verdad que podemos dar la vuelta esta situación en nuestro favor."

Los hombres se miraban dudosamente e Inna estaba demasiado sorprendida para susurrarle algo a Sakura.

"Él tiene razón," uno de los hombres en la mesa dijo finalmente. "¿Quién sabe lo que Hirotada Ohira está planeando para nosotros? Los rumores realmente dicen que está angustiado por el debilitamiento de los poderes de los Verborgen."

"Y él está haciendo movimientos sospechosos," Miyazawa, el jefe en Étoile, dijo.

"¿Qué sabe?" Syaoran exigió.

"Él hizo a uno de sus mejores soldados del Ejército Imperial capitán y lo envió a Étoile. No han alcanzado todavía nuestra provincia, pero otros aquí pueden confirmar esto, porque atravesaron sus provincias". Dos hombres cabecearon inmediatamente. "Están detrás de algo, y los rumores en el Palacio de Glanz dicen que tiene algo que ver con este problema."

"¿Quién es el soldado que es ahora capitán?" Preguntó Syaoran.

"Kinomoto Touya". Sakura llevó una mano a su boca ahogando un fuerte grito sofocado. Inna la miró preocupada.

"Esto es raro". Syaoran dijo, pensativo. "Étoile está en el camino norte, la región gélida del mundo. ¿Por qué haría algo así?"

"Y se dice que con él están veinte de los mejores soldados, Yukito Tsukishiro y el mago más poderoso del Emperador, Eriol Hiragizawa" dijo al jefe de la provincia de Haru en la cual Ciudad de Glanz estaba localizada.

"¿Cómo reuniste esta información?"

"Un informador en el palacio". El hombre miró la figura que todavía tenía su capucha. La persona tiró de la capucha. Hubo un audible grito sofocado.

"¡¿Una mujer?!"

"Ésta es Nakuru Akizuki, una de nuestros colaboradores más fieles". Ella sonrió a sabiendas y arqueó respetuosamente.

"¿Cuál es su nivel de influencia en el Palacio, Akizuki?" Preguntó Syaoran.

"Soy la ayudante de Hiragizawa."

"¿Y confirma sus palabras?" Syaoran cabeceó en la dirección de Miyazawa.

"Sí," la muchacha respondió. "El Emperador envió a estos hombres a Étoile en busca de algo que les devolverá sus poderes."

"¿Sabes que están buscando?"

"Una piedra."

"¿Una piedra? ¿Qué tipo de piedra?" Nakuru agitó su cabeza, permitiéndoles pensar que ella no sabía cuándo de hecho Eriol le había dicho que dijera sólo que ellos estaban detrás de una piedra y no que era la Piedra Azure. Eriol quería que Syaoran descubriera eso por sí mismo.

"¿Saben exactamente dónde está esta 'piedra'?"

"No. Ellos solo saben que está en alguna parte en Étoile. Eso es por lo qué el Emperador Ohira envió al mago; para ayudarlos a encontrarlo tan rápido como pudieran."

"Una razón más por qué debemos poner mi plan en acción," sostuvo Syaoran en una voz tensa. "Si ellos realmente encuentran una manera de recuperar sus poderes, estaremos condenados. A la conmemoración, ellos no notarán a mil hombres más desde que la ciudad estará condensada". Syaoran desenrolló un gran mapa en la mesa. Estaba lleno de notas, por él. Mostró los lugares más vulnerables de Ciudad de Glanz. De hecho, era un mapa muy detallado de la ciudad y sus afueras. Los treinta hombres se levantaron, los otros detrás de ellos se inclinaron por encima, intentando ver el mapa y leer lo que estaba escrito en él. En un esfuerzo por conseguir una buena vista, Taeko empujó Yamazaki que casi se cayó encima de Syaoran.

"Está planeando atacar los lugares más defendidos de la ciudad," dijo otro jefe. "El Cuarto Principal del Ejército Imperial Rojo…" Él apuntó a un círculo que Syaoran había hecho en el papel. "La prisión, el Cuarto Principal de Guardias…" Hizo una pausa, apuntando al último círculo. "El Palacio."

Inna y Sakura solo estaban escuchando, atentamente. El corazón de Inna golpeó pesadamente. Ella sabía que su hermano pequeño había estado planeando algo, pero no había tenido idea de la magnitud de su plan. Ahora estaba muy, muy angustiada. Siempre estaba angustiada por él, pero lo que había sentido alguna vez en el pasado no era nada comparado con lo que estaba sintiendo ahora. En cuanto a Sakura, ella había estado esperando algo así de Syaoran y no estaba en absoluto sorprendida, sin embargo, ahora que sus sospechas habían sido confirmadas, estaba muy preocupada por su futuro, porque ella había decidido hace algún tiempo que no importara que, no dejaría a Syaoran.

"No está bromeando, Li." Alguien aventuró.

"Nunca bromeo," él contestó seriamente. "Ésta puede ser nuestra última oportunidad. Ya he pensado en todo, como pueden ver. El ataque más masivo será contra el Palacio. Así es cómo los Verborgen conquistaron Glanz hace quinientos años, y así es cómo nosotros también lo haremos."

"¿Por qué sólo Glanz?" Preguntó Yamazaki de repente. Todos lo miraron. "¿Qué? ¿Dije algo malo?"

"Porque, una vez que derrumbemos al Emperador, las otras ciudades serán fáciles de derrotar. Los Verborgens no son nada sin su Emperador. Ellos estarán perdidos. Dejarán de recibir todas las noticias oficiales. Podremos confundirlos. Después de un poco de tiempo, estarán tan perdidos, que nos será fácil derrotarlos." Contestó Syaoran.

"Oh." Dijo Yamazaki, entendiendo finalmente.

"Hay solo un problema allí, Li," dijo un jefe.

"¿Cuál es?"

"Está hablando sobre derrotar al Emperador y todo… ¿Pero no está olvidándose de la profecía?" Inmediatamente, alguien empezó a recitar:

"En el futuro, dos héroes se alzarán, varón y hembra, descendientes de dos poderosas familias. Juntos ellos lucharán, juntos ellos sufrirán, juntos ellos llorarán. Y juntos, dos corazones como uno, salvarán el mundo. ¿Está diciendo que usted, como un Li, no cree en la profecía? Todos dicen que desciende de Clow Reed."

Syaoran sonrió un poco, pensando en Sakura. Su sonrisa sorprendió a los hombres alrededor de ellos y sobre todo Taeko y Yamazaki que lo conocían desde un tiempo más largo. ¡¿Li Syaoran sonriendo?! Ellos no habían tenido ni idea de que él era capaz de eso.

"Creo en la profecía". Él hizo una pausa. ¿Debía decirles? Ellos confiaban en él, pero todavía necesitaba algo que guardar. Durante siglos, esa profecía había sido toda la esperanza que ellos tenían. Realmente creían que el mundo cambiaría con su cumplimiento. Además, tenían razón, Syaoran lo sabía. "Y ésa es la última razón por lo qué creo que tenemos una oportunidad real este vez."

"¿Por qué?" preguntó Nakuru, aunque ella ya sabía su respuesta.

"El cumplimiento de la profecía ha empezado," él anunció solemnemente.

"¡¿Qué?!"

"¿Está seguro?"

"¿Cómo lo sabe?"

"No puedo creer esto…" Expresiones de escepticismo y esperanza llenaron el aire en el sótano y la reacción de Inna a esto estaba más allá de las palabras. Ella simplemente estaba allí, escuchando… Completamente inmóvil. Entretanto, Sakura sabía que Syaoran no diría algo de lo que no estaba seguro y ella manoseaba nerviosamente la llave que colgaba en la cadena bajo su camisa.

"¿Cómo puede estar tan seguro?" Alguien preguntó, más alto que los otros quienes cayeron en un silencio expectante.

"Sé quiénes son los esperados". Syaoran sonrió de nuevo. Él sabía que él y Sakura eran los esperados pero él guardaría ese conocimiento para sí.

"¿Y quién son ellos?"

"Eso no lo puedo decir. Es mejor para ellos que todavía estén en el incógnito."

Los hombres se miraron. Siempre habían confiado en el líder Li de la Resistencia. ¿Empezarían dudando ahora? No. Ni una vez los habían decepcionado y Syaoran era desde hace mucho el mejor líder que habían tenido nunca. Si él dijera que sabía quiénes eran los esperados… Lo creerían. Algunos sonrieron. Esperanza. La más grande esperanza que habían sentido nunca. Estaba subiendo en sus corazones, brillando en sus ojos, escrito en sus caras. Ellos creyeron. Ellos confiaron. ¡Estaban preparados!

"¿Y qué quiere que hagamos?"

En su esquina oscura, Inna se volvió a Sakura: "¿Sabías sobre esto?" Sakura cabeceó. "¿Es verdad? ¿El cumplimiento ha empezado?"

"Sí."

"¿Y tienes alguna idea de quiénes son ellos son?" Sakura permanecía callada. "¿Sabes quiénes son ellos son, no es así?" Inna susurró acusadora y Sakura cabeceó débilmente. "Pero… La persona más fuerte en nuestra familia es Syaoran y - Oh, Dios mío… Ying Fa, ¿tú… tú desciendes de…?" Inna era incapaz de terminar su frase. Estaba demasiado sorprendida. Pero Sakura supo lo que quería preguntar, incluso antes de que formara las palabras y así ella cabeceó, aunque todavía no podía creérselo realmente ni ella misma. Era algo muy irreal para Sakura, ser un héroe legendario. Inna la creyó y su asombro no podía ser más grande. "¡No puedo creer que Syaoran me ocultara esto! No puedo…"

"Inna, baja tu voz, o nos oirán."

"¡Oh! ¿Cómo pudiste ocultarme esto y por qué?" Susurró ella.

"No sabía si Syaoran me dejaría decírtelo. Lo siento. Te habría dicho, pero si él quisiera que tú supieras, te habría revelado todo antes."

Ellas se quedaron un poco más, escuchando sus planes sobre cómo ellos entrarían en la prisión, el palacio, cuántos hombres serían necesarios para esta operación… Entonces Sakura bostezó.

"Está haciéndose muy tarde, Ying Fa. Quizá debemos regresar ahora a casa. Después de tantas revelaciones, necesito descansar."

"Bien…" Sakura estaba de acuerdo de buena gana. Estaba soñolienta. Intentando no llamar la atención, Inna caminó hacia los escalones, Sakura justo detrás de ella. Sakura había puesto su pie en el segundo escalón cuando sintió que alguien tomó su mano. Ella se heló, no atreviéndose a mirar detrás de ella. Un escalofrío atravesó su espina. "Inna…" susurró temblorosamente.

"Sshhh, o nos oirán". Inna susurró, no mirando detrás de ella. "Ven."

"Pero no puedo…" Sakura continuó susurrando aunque no tenía idea por qué; después de todo alguien la había cogido… Inadvertida de lo que estaba pasando Inna volvió deprisa del sótano. Sakura comprendió que el cuarto estaba en completo silencio. La persona que sostuvo su mano no estaba hiriéndola, no estaba apretándola. Ella se dio la vuelta muy despacio, sonriendo tímidamente.

"Es demasiado tarde para volver a casa sola". Syaoran le dijo en una voz muy tranquila. Todos los hombres detrás de él estaban mirándolos. "Ya estamos acabando. Espera y regresaremos juntos". En este momento, Inna volvió, después de haber notado la ausencia de Sakura. Syaoran miró arriba a ella y ella entendió. Bajó los escalones. Syaoran llevó a Sakura a la mesa.

"¿Estás enfadado conmigo?" susurró ella.

"No."

"¿Eh? ¿Por qué no?"

"Sabía que vosotras dos probablemente haríais algo así. Además, puedo sentir tu presencia en cualquier parte. ¡Y qué buen puñado de rebeldes seríamos si no notáramos a dos personas extras en una reunión confidencial!"

"¿Sabías que estábamos aquí desde el principio?"

"Si. Desde el momento que entrasteis en la casa."

"Eso fue injusto," dijo Inna. Ella estaba siguiéndolos y había escuchado la última declaración.

"Permitidme tener mi diversión". Syaoran sentó a Sakura en su silla desde que ella estaba muy cansada. Los hombres lo miraron inquisitivo. "Mis hermanas."

Los hombres arquearon respetuosamente. Nakuru sonrió. Era la primera vez que estaba viéndolos juntos delante de ella.

Yamazaki las saludó y ellas contestaron.

Sakura se sentó y prestó atención a lo que estaba pasando ante ella.

"¿No sería mejor ir por este camino?"

"Quizá podríamos…"

Syaoran estaba al lado de ella, contestando serenamente las preguntas y explicando todos los detalles.

"Pareces muy cansada". Al sonido de la voz de su lado, Sakura volvió su cabeza para ver a Taeko doblándose bajo su nivel, mirándola. "Puedo llevarte a casa."

"No, gracias… esperaré a Syaoran". Ella bostezó adorablemente y Taeko sonrió, ofreciendo una vez más sus servicios, diciendo que no sería ningún problema. Sakura se negó educada pero firmemente.

Inna estaba ahora justo al lado de Syaoran y estaba entre aquéllos que le preguntaban. Sakura se sentía rara. Efectivamente, era un poco tarde, ¿pero por qué estaba tan cansada? El deseo de dormir llegó abruptamente y ella cruzó sus brazos en la mesa, descansando su cabeza en ellos, escuchando y mirando a los otros con ojos que crecían más pesados a cada minuto. Despacio sus párpados se cerraron y ella se durmió.

Estoy teniendo el sueño de nuevo… pensó Sakura. El mismo sueño que había estado teniendo durante los últimos tres días desplegados ante sus ojos cerrados. Sin embargo, esta vez estaba poniéndose de pie extrañamente, asiendo su báculo. Puso su mano encima de su bolsillo. Las cards estaban allí. Un flash de relámpago y ella vio que había alguien de pie algunas yardas adelante. Ella corrió detrás de él.

"¿No te dije que no me siguieras?" gritó él.

"¡No me importa! ¡Estoy cansada de quedarme detrás!" Le gritó Sakura, aunque ella no sabía por qué.

"¡Ja, ja, ja!" Alguien estaba riéndose malévolamente. "Bueno, bueno, bueno… Si no es la dulce Maestra de Cards dulce de las Clow Cards. Supongo que tendré que derrotarlos a los dos entonces". Una llamarada de luz azul encendió el cielo y las áreas circundantes.

"¡Corre!" El muchacho empujó a Sakura lejos y corrió en la dirección opuesta. Ella hizo como dijo. Justo en ese preciso momento, una explosión de energía golpe la mancha dónde habían estado de pie. La lluvia se puso peor. Ya no era más una simple ducha sino una verdadera, rabiosa tormenta.

"¡Podéis correr pero no podéis esconderos!" gritó, sobre el viento, ¿esa diabólica voz de donde venía? Ella no podía apuntarlo con precisión. Entonces pasó. La bola de energía azul pegó a Sakura en la espalda. Todo fue negro y ella cayó adelante, su brazos agitándose. La última cosa que oyó era una confusión del sonido de la lluvia, el fuerte vendaval, alguien riéndose perversamente y alguien más gritando:

"¡¡¡Sakura!!!"

Los ojos de Sakura volaron abiertos cuando volvió a la conciencia, abriendo la boca para respirar. La cara de Inna estaba cerca de la suya. La muchacha mayor estaba intentando agitarla para despertarla.

"Ying Fa, ¿va algo mal?" preguntó Inna, notando la expresión de Sakura. Sus ojos estaban extensamente abiertos, su cara una máscara de terror. Sakura comprendió entonces que había sido sino un sueño. Su expresión creció más relajada gradualmente, una mezcla de cansancio y alivio.

"N-nada malo," dijo ella, pero Inna sabía que no era la verdad. Había tenido una pesadilla, por lo menos. ¿Por qué se despertaría tan abruptamente y asustada? Sakura echó una mirada alrededor. Todos los hombres ya estaban saliendo, recibiendo el permiso de Syaoran y preparándose para la larga jornada que tenían ante ellos. "¿Nos vamos ahora a casa?"

"Sí… Por eso es por lo qué estaba intentando despertarte durante los últimos cinco minutos, pero no te despertabas."

"Supongo que estoy más cansada de lo que pensaba". Sakura se puso de pie, frotando sus ojos.

"¿Estás bien?" preguntó Inna, preocupada.

"¿Eh? Sí. No te preocupes. Estoy simplemente bien," ella contestó. "¿Entonces, nos vamos?" Inna cabeceó, siguiéndola arriba, dónde esperarían por Syaoran. Todo este tiempo Taeko había prestado cercana atención a ellas.

Syaoran que estaba hablando con Miyazawa miró a Inna y Sakura cuando se pusieron en marcha a los escalones. Sospechó que algo extraño había pasado. ¿Qué está pasando con esa chica de nuevo?

Nakuru solo observó el incidente desde lejos, deseando que Eriol pudiera estar mirando todo eso también. Le hubiera gustado eso.

# * # * # * #

Syaoran estaba empezando a preocuparse. Eran las once y quince y Sakura no se había levantado todavía. No sabiendo ya qué hacer, se apoyó contra la pared en el otro lado del corredor.

"Algo va mal," dijo, dándose cuenta del acercamiento de Inna.

"Sí," su hermana estaba de acuerdo. "Parece estar muy cansada últimamente." Ella se detuvo al lado de él, sosteniendo a una de sus hijas en sus brazos mientras la otra muchacha estaba de pie al lado de ella. Las gemelas tenían dos años. La muchacha que estaba de pie al lado de su madre tiró del vestido de Inna.

"Mami…"

"Sí, Zhang. Les daré su almuerzo."

"Bien…"

Ella llevó las muchachas a la cocina. Syaoran cruzó el corredor y golpeó en la puerta.

"Sakura. ¿Estás despierta?" No hubo ninguna contestación. "Peluche, sé que estás despierto. Abre la puerta."

"¡No quiero, gaki!"

"Bien. Tu tampoco comerás". Casi al instante, la puerta se abrió una rendija y la pequeña cabeza de Kero aparecía cercana el tirador de la puerta.

"¿Dónde está la comida? ¿Dónde está la comida?" preguntó ansiosamente. Syaoran estiró su brazo, mostrándole un manojo de uvas. Kero intentó agarrarlo, pero Syaoran lo tiró atrás.

"¿Qué pasa con Sakura?"

Kero parecía un poco triste por un momento. "No sé… Todavía está durmiendo."

"¿Está bien?" Preguntó Syaoran, intentando ver a través del hueco en la puerta, pero Kero no le permitiría.

"Sí, supongo que está bien. Ella solo está muy, muy cansada. Sólo consiguió caer dormida hace cinco horas."

"¿Qué? Pero ayer estaba muy cansada."

"Bueno, durmió un poco, pero entonces tuvo una pesadilla, creo, porque se despertó de repente y ya no durmió. Le pregunté que estaba mal, pero ella dijo que nada estaba mal. Creo que ella no quería preocuparme… Pero ya lo estoy."

"Ya veo…" Syaoran le dio las uvas a Kero. "¿No nos dirá nada, verdad?"

"Seguramente no." Contestó Kero con su boca llena.

"Quizá pueda retrasar nuestra salida para mañana," dijo Syaoran.

"Podrías hacer eso, pero no creo que representaría una gran diferencia. Ella no ha dormido bien durante casi una semana hasta ahora."

"¡¿Una semana?!"

"Está teniendo perturbadoras pesadillas, pero no me lo dice. Intenté coger su diario, pero lo está escondiendo bien guardado. Está bajo su almohada y lo lleva con ella dondequiera que va."

"Oh…" Entonces pegó Syaoran. "¡No sabía que tuviera un diario!"

"Lo tiene, pero lo guarda tan bien escondido que solo lo descubrí hace cinco días."

"¿Y crees que ella escribió sobre lo que está pasando en el diario?"

"Para eso es para lo que son los diarios," dijo Kero sarcásticamente. "Las chicas son todas iguales. Sí, seguramente ha hecho eso". Syaoran estaba pensativo. "¿Por qué? ¿Qué estás planeando?"

"No quiero invadir su intimidad…" Kero entendió inmediatamente. Voló cerca de la cara de Syaoran.

"Pero esto es importante. Mi señora está actuando muy raro y estoy angustiado por ella. Así como tú lo estás."

"Estamos pensando en su propio bien…"

"Sí…"

Syaoran miró a Kero directo a los ojos. Entonces agitó la cabeza.

"No. No haremos eso. Eso es lo último que debemos pensar hacer. Yo haré… yo intentaré hacerle hablar. No está bien leer lo que escribe en su diario."

"Supongo que no…" Kero suspiró, sólo un poco defraudado.

"Cuando se despierte, avísame."

"Sí…" Syaoran empezó a irse. "Mmm… ¿Li?" Él se dio la vuelta. "¿Podrías traerme algo más para comer? Todavía tengo hambre…"

Syaoran parecía masticar la demanda por un momento. "Supongo…" Él fue a la cocina.

"Bueno, quizá no es así de malo, después de todo," se dijo Kero.

"¿Todavía no está levantada?" Preguntó Inna cuando vio a Syaoran entrar en la cocina. Estaba intentando alimentar a sus hijas que insistían que la comida era para jugar. La ayuda estaba terminando de lavar los platos.

"No…" Contestó Syaoran, tomando una manzana del cuenco de fruta en un movimiento casual que significaba mostrar a su hermana que nada estaba mal. Él salió.

¿Ahora Syaoran está alejándose con una fruta? Inna le dijo a la sirvienta que terminara de alimentar a las niñas y siguió a Syaoran silenciosamente. Él estaba golpeando calladamente en la puerta de Sakura. Al asombro de Inna, se abrió ligeramente.

"Aquí", dijo su hermano a alguien dentro. "Pero eso es todo lo que vas a tener hasta el almuerzo." Solo podría ser Sakura, pensaba Inna. ¿Por qué estaba hablando con ella así?

"Pero mi hambre es más grande que eso," dijo una voz poco familiar.

"Aguanta con eso." Syaoran tiró la manzana a través de la apertura en la puerta.

"Gaki."

"Peluche."

¿Qué está pasando? ¿Con quién está hablando? Pensó Inna. Entonces oyó un golpe en la puerta delantera. Corrió para abrirla antes de que Syaoran pudiera ver que lo había seguido.

"¡¡¡Meiling!!!" exclamó ella. "¡¿¡¿Qué estás haciendo aquí?!?!"

"¡Sorpresa!" cantó la voz de Meiling. "Sólo una pequeña visita desde que estábamos en el barrio…"

"Entra, Meiling." ¿Cómo supo que Syaoran estaba aquí?

"Esta es Tomoyo Daidouji. Daidouji, esta es mi prima, Inna Bing."

"¡Hola! Encantada de conocerte," dijo Tomoyo dulcemente.

"El placer es todo mío." Inna estuvo inmóvil por un momento. "Oh, vamos al salón. ¿Qué os trae a Nimbo?"

"Oímos que tu hermano va a la Ciudad de Glanz. Estamos detrás de él." Contestó Meiling, sentándose en el sofá.

"¿De verdad?" Así que ella no sabe que ellos están aquí. Seguro que hace un escándalo. "¿Por qué estás buscando a mi hermano?" Le preguntó Inna a Tomoyo.

"Debido a que mi amiga está viajando con él," dijo Tomoyo.

"¿Ying Fa?"

"¡Así que han estado aquí!" Meiling se puso de pie. "¿Cuándo se marcharon? ¡Quizás podemos alcanzarlos si salimos en seguida!"

"Meiling, tranquilízate. Relájate."

"No entiendes, Inna. ¡Quiero alcanzar a mi querido Syaoran en cuanto pueda!" Tenía una soñadora, perdida mirada en sus ojos, y entonces frunció el entrecejo. "Y mira aquí, ¿quién es esa Ying Fa que todos están hablando?"

"No estás enfadado debido a eso… ¿Lo estás?" Inna miró a su prima. Meiling estaba humeando con solo pensar que Syaoran estaba pasando tiempo con otra chica. Si sólo supiera ella… Inna ya sospechaba que Syaoran estaba empezando a gustarle Sakura. Se preocupaba mucho por ella. Tanto había observado Inna durante los días que ellos habían pasado allí. Lo que Inna había visto podría hacer que Meiling tuviera un ataque cardíaco si lo descubría. Y aún no se había encontrado a la muchacha todavía.

Tomoyo cabeceó. Sí, Meiling estaba enfadada. Todo el tiempo en que los dos de ellos habían estado viajando, Meiling había hecho muchas amenazas al hecho que si esa criatura Ying Fa había tocado a Syaoran, la tendría a ella, Meiling, con quien enfrentarse. Había dicho otras muchas cosas horribles por el camino y Tomoyo se acobardó.

Inna, notando que Meiling estaba poniéndose más enfadada a cada segundo, intentado cambiar el tema, preguntando por su familia, su madre, cómo habían sido todos cuando Meiling dejó el Pueblo de Orion, y gradualmente Meiling se tranquilizó, informando a su prima que todos estaban bien. Ellas estuvieron treinta minutos hablando, hasta que oyeron una voz que vino de la dirección de las habitaciones.

"¿Sabes que? Estoy cansado de solo quedarme aquí. ¿Vas a salir de ese cuarto o no?"

"No…" Una deliciosamente fresca y lánguida voz contestó calladamente.

"Bueno… no tengo nada que hacer el resto de la tarde… supongo que daré un paseo," continuó la primera voz. Meiling se levantó, intentando reconocer la voz, desde que estaba un poco lejana.

"¡¿Qué?!" Un fuerte porrazo se hizo eco abajo en el corredor.

"¿Estás bien?"

"Sí, solo tropecé… "dijo la segunda voz en tonos sordos. "¡Ey! ¡Espera ahí donde estás!" Sakura estaba saltando alrededor en el cuarto, intentando ponerse sus sandalias. Ya se había cambiado de ropa.

¡Bien, eso funcionó! pensó Syaoran. "¿Por qué debería?" él continuó en su más exasperante voz, alejándose ya. "No vas a salir de ese cuarto. Yo me voy de aquí."

"Oh, no, no lo vas a hacer. ¡Tú solo te quedas allí!" Sakura golpeó la puerta y corrió detrás de él, todavía intentando ponerse una sandalia. Syaoran casi estaba en la puerta de la sala. Sakura agarró su manga pero él no detuvo la andadura. "No vas a ninguna parte sin mí," dijo ella resueltamente.

"¿Es así entonces?" vino la contestación juguetona. "¿Por qué?"

"Porque yo digo que es así" Ella tropezó porque no se había puesto sus sandalias apropiadamente y casi se cayó. Syaoran la cogió antes.

"Eres muy torpe, ¿sabías eso, Sakura?" preguntó él mirando directo a su cara.

"Tú pequeño-"

"¡¿¡¿Syaoran?!?!" Los dos adolescentes miraron en la sala, su atención desviada por la voz horrorizada de Meiling. Era el turno de Syaoran para tropezar.

"¡¿Meiling?!" Las palabras no podían describir la mezcla de sorpresa, consternación y culpa (?) que Inna oyó en la voz del valeroso joven líder de la Resistencia.

Sakura frotó sus ojos y sonrió como no había sonreído hacía mucho tiempo.

"¡¡¡Tomoyo!!!" chilló alegremente, empujando lejos a Syaoran y corriendo hacia su amiga. Ellas se abrazaron. En cuanto a Meiling, ella parecía no haber notado a Sakura y había saltado sobre Syaoran.

"¡Syaoran, Syaoran! ¡Te extrañé tanto!" ella dijo una y otra vez, apretándolo como un vicio. Él intentó desembarazarse de su abrazo pero ella parecía tener cuatro brazos y ellos estaban todos sobre él.

"Meiling… Estás sofocándome…"

"Ouh". Ella soltó su asimiento solo un poco. "Perdón."

"¿Qué estás haciendo aquí?" le preguntó a Syaoran.

"Los Ancianos me enviaron detrás de ti y-"

"¿Quién es la chica que trajiste contigo?"

"Ella es amiga de Ying Fa," contestó Inna. Había estado mirando la escena con diversión, esperando por el encuentro Meiling-Ying Fa.

"Ya veo…" Él miró a las dos muchachas. Sakura estaba sonriendo, riéndose y saltando de arriba abajo.

"¡¡¡Hay tanto que necesito decirle, Tomoyo!!! ¡Hay tanto que no lo creerás! ¡Estoy tan contenta que estés aquí!"

"También han pasado muchas cosas en Orion". Tomoyo dijo así de alegre.

"¿Cómo supiste que estaba aquí?"

"Tu padre tenía una pista de con quien estabas, así que me envió."

"¡¿Mi padre?! ¿Cómo lo supo?"

"Una larga historia que puedo contarte después. Pero déjame mirarte." Tomoyo miró a su amiga. Sakura estaba llevando un vestido verde. "¡¡¡Ese vestido se ve tan kawaii en ti!!! ¡Deseo que tuviera mi libro de dibujo aquí mismo y ahora!" Fue entonces cuando la atención de Meiling se centró en Sakura.

"¡¡¡¡¡¡¡Syaoran!!!!!!!" gritó ella. "¿Por qué estás con esa chica?"

"¿Eh? Yo…" Su explicación fue cortada por el dedo de Meiling que estaba señalándole ante su nariz.

"¡Será mejor que tengas una muy buena excusa porque pudiste dejarla atrás en alguna parte hace mucho tiempo!" Inna estaba riéndose a la expresión problemática de su hermano pequeño. Syaoran frunció le el entrecejo, pero eso solo le hizo que se ríese más. "¡Estoy esperando, Syaoran! ¿Y por qué estabas abrazándola?"

"¡Ella tropezó y cayó encima mía!"

"¡Sí, claro! Qué bueno que tú estabas ahí para cogerla, ¿eh? ¿eh? ¡Syaoran!"

Ahora era el turno de Tomoyo y Sakura se volvieron a observar a los dos primos.

"¿Es ella siempre así?" preguntó Sakura, la cara de la inocencia.

"Sí…"

"¿Por qué está tan enfadada?"

"Porque está celosa…"

"¿Celosa? ¿De Syaoran? ¿Por qué?"

"Bueno, ella es su prometida…" Por un momento, Sakura estuvo callada así como sus ojos descansaban en la cara de Syaoran.

"¿No sabías eso?" le preguntó a Tomoyo.

"¡No!" Ella los miró. "No tenía ninguna idea. Él no me dijo…"

"Uups…" murmuró Inna.

"Yo- yo…" Syaoran intentó contestar las preguntas enfadadas de Meiling, pero falló miserablemente. Alguien golpeó en la puerta y la sirvienta de Inna fue a contestarlo. "Bien, es porque… mmm…" Todos se detuvieron para escuchar su respuesta.

"¡Eh, Li!" Era Taeko.

Salvado por la campana.

Syaoran se desenredó de Meiling cuyos ojos estaban tirando dagas a Sakura. Él se apresuró sobre el recién llegado.

"Taeko… gracias a Dios… quiero decir, hola."

"Señora Bing. Ying Fa." Taeko sonrió a la última.

"Hola, Arai," Inna saludó. "¿Conoces a mi prima, Meiling Li?"

"No. Un placer conocerte. ¿Eres la prometida de Li es, verdad?"

"Sí." Meiling sonrió satisfechamente, agarrando posesivamente el brazo de Syaoran.

"He oído hablar mucho de ti."

"¿Ha pasado algo, Taeko?" preguntó Syaoran, intentando librarse de Meiling.

"No. Todo listo para que salgamos esta noche, Li. Yo solo pensé dejarme caer un rato." Él miró a Sakura. "Parecías muy agotada anoche, Ying Fa."

"Estoy bien. Gracias por preocuparte". Sakura dijo dulcemente. El ceño de Syaoran no fue inadvertido por Inna y Tomoyo. "¡Oh! ¡Pero dejadme que os presente chicos! Esta es mi mejor amiga Tomoyo Daidouji. Tomoyo, este es Taeko Arai, un amigo nuestro."

"Encantada de conocerte." Dijo Taeko y Tomoyo le contestó educadamente. "Escucha, Ying Fa, estaba preguntándome… ¿Quieres dar un paseo por la ciudad, desde que vamos a salir esta noche?" preguntó Taeko, volviéndose en una interesante sombra de rojo.

"¡Seguro! ¿Quieres ir, Tomoyo? Presumo que no has visto mucho de la ciudad." Tomoyo aceptó para desilusión de Taeko. Él había estado saboreando la idea de un paseo solo con Sakura todo el camino a la casa.

"¿Podemos llevarla con nosotros, verdad, Taeko?" preguntó Sakura, ya uniendo su brazo con el de Tomoyo.

"Sí. Sí. ¿Por qué no…?"

"¡Entonces vamos!" Sakura barrió pasando a Inna, Syaoran y Meiling sin más que una mirada en su dirección.

"¡Sa- Ying Fa!" Syaoran llamó detrás de ella.

"No te preocupes Syaoran, regresaremos en…" ella miró a sus compañeros. " ¡…algunas horas! ¡Adiós!"

"Pero-" él los habría seguido si Meiling no lo hubiera detenido.

"Ahora podemos tener nuestra pequeña charla, Syaoran," dijo ella. Syaoran gimió en la frustración.

# * # * # * #

11:35 p. m.

Todavía había personas en las calles, como siempre. Esa ciudad nunca durmía. Taeko y Yamazaki esperaron. Ellos estaban hablando con el marido de Inna.

"¿De verdad?" Yamazaki se rió. "¿Li puso perros detrás de ti?"

"Realmente tenía algo cuando era más joven," Bing se rió. "Él hizo todo lo que pudo para separar a su hermana de mí."

"Nunca supe que Li pudiera hacer algo tan infantil." Taeko dijo.

"Sí… Quizá fue una buena cosa que no tuviera mucho tiempo para pasar en casa esta semana. Quién sabe lo que podría hacer." Los tres hombres se rieron. Al lado de ellos estaban los cinco caballos que estaban cuidando.

"Estoy cansada… quiero dormir". Ellos oyeron, y dándose la vuelta vieron a Sakura viniendo por su camino, bostezando en la oscuridad, Tomoyo justo al lado de ella.

"Supongo que tendrás que quedarte despierta un poco más, Ying Fa." Dijo Tomoyo. Toda esta cosa de Ying Fa era muy extraño pero tenía que mantener las apariencias. "Vamos a irnos ahora."

"Syaoran y sus ideas…"

"¿De qué estás quejándote?" Preguntó Syaoran, también saliendo de la casa.

"De que estoy cansada y quiero dormir. ¿No podemos salir mañana por la mañana?"

Syaoran parecía estar considerando su pregunta por un momento, pero entonces Meiling apareció.

"¡No!" dijo ella abruptamente. "Nos vamos ahora. Sube a tu caballo, chica."

"Ella está muy enfadada conmigo, ¿no es así?" Sakura murmuró a Tomoyo.

"No tienes ni idea cuánto."

"Hoe…"

"¡Eh Bing!" llamó Syaoran. "¿Cuida muy bueno de mi hermana y mis sobrinas, entendiste?"

"¡Sí, señor!" dijo Bing traviesamente.

"Maldición. Estoy caminando de nuevo," dijo Yamazaki. Todos los otros montaron los caballos… salvo Sakura, quien se había apoyado en su caballo, cerrando sus ojos.

"Ying Fa. Ying Fa." llamó Tomoyo. Meiling suspiró con molestia y tomó una pequeña piedra que por alguna rara razón tenía en su bolsillo, y la tiró a Sakura.

"¡Despierta chica! ¡Nos vamos!" gritó Meiling.

"¿Quieres un poco de ayuda?" ofreció Taeko, viendo qué difícil era para Sakura subir sobre el caballo, tan cansada estaba ella.

"No, gracias". Ella siguió. "Estoy lista". Ella bostezó.

"Entonces, vamos. Adiós, Inna. Bing," dijo Syaoran.

"¡Adiós!" Dijeron al unísono.

Cabalgaron calle abajo, Yamazaki corriendo para alcanzarlos.

"¿Tomoyo?" Sakura llamó. "Si me ves empezando a caerme, despiértame."

Tomoyo sonrió. "Claro."

Inna y Bing los vieron desaparecer en la oscura distancia.

"Maldita sea" dijo ella, mirándolos.

"¿Qué pasa?"

"¿Viste la cara de Syaoran cuándo Taeko se ofreció a ayudar a Ying Fa?"

"Él parecía un poco fuera de lugar," dijo Bing, prosaico.

"¡Ahora que las cosas estaban empezando a ponerse interesantes, ellos tenían que marcharse! ¡¡¡Deseo que nosotros también pudiéramos ir, sólo para mirarlos!!!"

Bing se rió y resbaló su brazo alrededor de su cintura.

"Estás desesperado."

"Y Ying Fa me dijo algo muy interesante."

"¿De verdad?"

"Ella también tiene un hermano muy sobreprotector". Ellos se miraron y se rieron. "Oh, bueno… por lo menos tendré el placer de decir todo esto a Mama, May Yu y Chunyan."

"¿Chunyan?"

"¿Sí? ¿No te lo dije? Vamos a Ciudad del Valle para recogerla a ella y Lusheng para venir con nosotros al Pueblo de Orion. Ella también quiere visitar Mama. ¿No te importa, o si?"

"No…" Bing besó su frente. Ellos vieron el grupo de viajeros desaparecer al final de la calle. Ellos se miraron y se rieron.

"Piensas que tu hermano pequeño está…"

"Oh, sí," sonrió Inna.

Continuará…

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^_^

...KayJuli

sunshine_kathie@yahoo.com

N. de la T.: Da Jia Ni Hao!!!!!! Como me han alegrado la noche, dado q es noche de Reyes en España y que estoy de buen humor aquí subo el capítulo 10 de El Poder de Dos Corazones. Ahora me pasaré el resto de mañana amargada por no haber terminado los deberes que pensaba hacer hoy... pero bueno.... ahora estoy contenta y eso es lo q cuenta.

Comentarios, dudas, aclaraciones e insultos y amenazas (esto último ahórrenselo porque es gastar e-mail XD) a eternal_phoenix_light@yahoo.es

Zai Jian