Este fic NO es mío. Este fic es de KayJuli. La podéis encontrar en FF.net.
La traducción viene a ser lo más fiel posible. Siempre que podáis leed el fic original.
* ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * El Poder de Dos Corazones * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ *
CAPÍTULO 11
Era el principio de un nuevo día y apenas podían ver el camino que se alargaba ante ellos y desaparecía en la cayente nieve. Todo era blanco. Allí parecía no haber nada alrededor de ellos excepto copos de blanca nieve que flotaban perezosa y silenciosamente desde el cielo. Hacía frío, un terrible frío. Los soldados estaban temblando ligeramente bajo sus espesas chaquetas. Touya insistió a su caballo adelante, aparentando que no le importaba toda esa nieve. Sabía que al final tendrían que enfrentarse con eso. Yukito observó a su amigo. Touya estaba realmente determinado a encontrar la piedra lo más pronto posible. Sin embargo, Yukito estaba inseguro de la motivación de su amigo. ¿Era porque Hirotada lo había escogido para la misión? ¿O había algo molestándole? Quizá los dos.
"¡Touya!" Llamó Yukito, desde que los otros estaban un poco apartados de su campo de oído.
"¿Eh?" Contestó Touya, sus ojos ajustándose delante de él.
"Estás preocupado por tu hermana, ¿no es así?"
"Claro que lo estoy." Había estado pensando en ella en ese mismo momento. Era como si Yukito hubiera leído sus pensamientos. "No sé dónde está ella, si estará bien…"
"Te entiendo. ¿Esto es por lo qué quieres terminar esta tarea pronto?" Touya cabeceó en contestación.
"La encontraré a ella y a ese muchacho. Hemos estado durante mucho tiempo detrás de él, pero ahora ha ido demasiado lejos. No hay salvación para él. Él tendrá que tratar conmigo. Ahora es personal."
"Puedo ver por qué estás enfadado, Touya, pero por lo que vimos ese día, él no la obligó a que fuera con él. Ella lo hizo de muy buena gana."
"No digas eso, Yukito. Él la debe de haber forzado. Si él es encontrado y arrestado y Sakura con él… no quiero ni pensar sobre lo que podría pasarla. Ella seguramente también sería arrestada, juzgada por cooperar y… no, Sakura no pudo haber hecho eso."
"Bueno, en cuanto a encontrarlo… Sabemos perfectamente bien qué difícil es cogerlo. ¡Nunca hemos incluso visto su cara! ¡No sabemos que aspecto tiene! ¡Mucho menos su nombre! No creo que sea encontrado mientras estamos detrás de la piedra porque los mejores soldados se han apuntado a nuestra misión e incluso ninguno de ellos ha estado lo bastante cerca como para cogerlo. Él no será encontrado por ahora, puedes estar seguro de ello."
"Eso espero," dijo Touya. "Si lo es, Sakura estará en un grave problema y quiero cogerla yo primero.
"Y si él es tan bueno escondiéndose y tu hermana está con él, nadie la encontrará tampoco."
"Quizá, pero será mejor que empiece a rezar, porque cuando volvamos, lo cogeré. Solo espero que Sakura está bien." Se quedaron callados durante algunos minutos y entonces Yukito habló de nuevo.
"¿Touya, no piensas que el chico es simplemente demasiado inteligente? Hemos intentado tantas veces agarrarle, pero siempre ha fallado todo. No sé, pero estoy empezando a pensar… no, no empezando. Estoy casi seguro y esto ha estado molestándome durante algún tiempo a ahora. Estoy casi seguro que él es más que sólo un miembro de la Resistencia."
"Sé lo que quieres decir. Me he dado cuenta de eso también. Cada vez que aparece…"
"Cosas extrañas pasan," Yukito completó. "El vendaval en ciudad del Valle, el relámpago que golpeó ese árbol delante de nosotros esa vez, bloqueando nuestro camino…"
"Un fuego que estalló fácilmente en la prisión mejor guardada en la provincia… No. Él no es ningún chico ordinario."
"Imposible," el otro le dio la razón. "Tú…" Yukito parecía un poco aprehensivo. Touya miró finalmente a su amigo que terminó: "¿Piensas que él causó eso?"
"No veo ninguna otra explicación para todo esto."
"Pero sabes lo que los rebeldes dicen- que la organización es gobernada por los descendientes de Clow Reed. Sólo ellos podrían poseer poderes."
"Lo sé. Eso sólo puede significar que nuestro pequeño amigo es uno de sus descendientes. He estado masticando todo esto una y otra vez, muchas veces antes. ¡Y pensar que Sakura escogió ir con él en lugar de… ¡Ah! ¡Eso es lo que realmente me hace enfadar!" Touya levantó su voz y esto llamó la atención de los funcionarios detrás de él. Yukito notó esto y le señaló con sus ojos, mostrando que los soldados estaban ahora escuchando. Touya se tranquilizó inmediatamente. Poco sabía él que los finos oídos de Eriol habían cogido toda la conversación y estaba dándole vueltas en su mente. Tenía que hacer algo. Echó una mirada a los alrededores. El camino estaba enrollando por un camino a través de un bosque de árboles cubiertos de nieve desde donde grupos de nieve caían así como las pesadas ramas ondeaban despacio en el viento helado. Eriol sabía que si alguien caminaba fuera a el desierto blanco pronto desaparecería de vista. Tomó un gran respiro:
"¿Podríamos parar un rato?" preguntó Eriol. Touya volvió su cabeza.
"¿Para?"
"Si nos detuviéramos un poco, quizá podría concentrarme y podría encontrar la dirección que debemos tomar. Quizá pueda localizarlo."
"¿Y cómo vas a hacer eso?"
"La piedra seguramente tiene una fuerte presencia mágica. Podría intentar sentirla, para saber si estamos cerca o no," explicó serenamente Eriol. Touya estaba deseoso de ayudar de cualquier forma que pudiera, así que estuvo de acuerdo.
Eriol se apeó y se encabezó a los bosques.
"Eh, ¿dónde vas?" Touya llamó agudamente detrás de él.
"No puedo concentrarme con todos ustedes alrededor." Eriol lanzó las palabras por encima de sus hombros, caminando rápidamente y desapareciendo detrás de los árboles. "Esperad allí. Regresaré en unos minutos." Su voz se marchitó a lo lejos.
Touya y Yukito se miraron así como lo hicieron los otros soldados. ¡Qué excéntrico mago era Hiragizawa!
Eriol caminó rápidamente durante unos minutos hasta que llegó a un claro y se detuvo antes de un lago un poco helado.
"Veamos cómo lo estás haciendo, querida Sakura." Tomó una llave de forma de sol de su bolsillo y dijo unas extrañas palabras que hicieron que su báculo de sol apareciera. Lo apuntó en la dirección del helado, como un espejo lago e inmediatamente una imagen apareció. Sonrió contento. "Sakura…"
# * # * # * #
Sakura montaba su caballo detrás de los otros. Al lado de ella, Tomoyo estaba echándola un ojo, sólo para asegurarse de que no se caería. Los párpados de Sakura se caían de vez en cuando, pero casi inmediatamente los abría. ¡Qué cansada estaba! Simplemente no entendía por qué estaba tan cansada. Durante los últimos días, había estado inquieta, incapaz de dormir. Durmiendo en una cama, algo que no había hecho durante dos meses- y había perdido su oportunidad! Ahora estaba botando de arriba a abajo en un caballo que anhelando esa confortable cama de Nimbo. Sakura sabía que tendría que esperar mucho hasta poder conseguir un descanso decente. Syaoran no se detendría por nada. Él los había mantenido a un paso firme toda la noche y nadie se había quejado. Nadie se atrevió.
El día estaba amaneciendo, anunciando lo que prometía ser una mañana fría. Una densa niebla se arremolinó alrededor de ellos y ellos apenas podían ver una más allá de una yarda. Solo siguieron a Syaoran, temiendo que si no lo hacían le perderían de vista.
Meiling montaba al lado de Syaoran, a veces mirando atrás para asegurarse de que Sakura no estaba en ninguna parte cercana. ¡Estaba tan furiosa! Lo que la enfureció más fue no poder gritar a Sakura y averiguar cada detalle sobre lo que su rival y Syaoran habían hecho los últimos dos meses porque él le había dicho que ni soñara con hacer algo parecido. Él no quería que Taeko y Yamazaki descubrieran la identidad real de Sakura. Meiling lo habría ignorado sino hubiera sido amenazada con ser enviada empaquetada a los ancianos si iba contra sus órdenes. No obstante, había decidido firmemente, que mantendría un ojo sobre ellos todo el tiempo.
Detrás de los dos primos montaba Taeko y luego venía el pobre Yamazaki, caminando. Él se había negado a comprar un caballo y ahora ya no podía sentir sus pies. Cuando preguntaron por qué no cogió un caballo él había contestado que su dinero era para algo que había deseado durante mucho tiempo. Qué era ese algo, nadie tenía idea. Él había murmurado algo sobre el huevo de un dragón pero nadie lo creyó, claro. ¡Ejém! Es decir, nadie excepto Sakura quien, cayó como un pequeño pato, molestándole para averiguar exactamente donde había en venta huevos de dragón.
Detrás de todos ellos venían las dos muchachas, Sakura agarrándose soñolientamente a su caballo y Tomoyo que cantaba suavemente. Eso no ayudó mucho a Sakura porque su canción era como un arrullo…
"Yoru no sora ni kagayaku, Tooi gin no tsuki…" Cantaba Tomoyo.
Ahora sé de donde sacó Sakura el hábito de tararear tanto… Pensó Syaoran, escuchando a Tomoyo. Canta muy bien.
Todos permanecían callados, esperando a que Tomoyo terminara su canción, reacios a interrumpir esa melodiosa voz que cantaba sobre una noche bonita y los sueños de un amante. Al final, Yamazaki comentó:
"Una melodía tan conmovedora es para cantarla bajo un cielo con luz de luna en las alas de una brisa no en esta niebla espesa que hace difícil ver."
Taeko estaba sorprendido de tales palabras poéticas viniendo de Yamazaki pero simplemente dijo: "¡Li! Espera o te perderemos." Entonces él se volvió a Tomoyo con un indiferente: "Oh, y a propósito… bonita canción."
Tomoyo sonrió dulcemente y le agradeció.
Meiling notó toda la atención que Tomoyo estaba consiguiendo pero dijo de mala gana: "Sí, ella canta bien, de acuerdo. Pero," miró a Syaoran significativamente, "debéis oírme a mi cantar." Sin embargo, falló en su oferta por la atención. La cara de Syaoran estaba fija así como él continuaba escogiendo su camino a través de la niebla.
Kero sacó su pequeña cabeza de la bolsa por solo un momento, estremeciéndose ligeramente, porque dentro de ella era muy cálido. Él estaba un poco aliviado ahora que Sakura había aparentemente dormido de nuevo, pero estaba un poco intranquilo. Algo estaba mal. Podía sentirlo. Syaoran obviamente podía sentirlo también de repente, sin ninguna advertencia o señal, el joven se detuvo muerto sobre sus huellas. Algo había chasqueado en su mente, despertando sus sentidos.
"¡Eh, Li!" Gritó Taeko, justo detrás de Syaoran. "¡Avísanos antes de pararte!" Syaoran lo ignoró. Estaba echando una mirada alrededor, investigando los alrededores.
"¿Qué pasa, Syaoran?" preguntó Meiling, notando su expresión muy seria.
"Algo no está bien," contestó él, mirando a través de la llovizna.
"¿Qué quieres decir?" Preguntó Yamazaki pero no hubo ninguna respuesta. Syaoran estaba concentrándose. ¿De dónde está viniendo este sentimiento? pensó.
"¿Algo va mal?" oyó preguntar a Tomoyo y la respuesta de la voz de Sakura:
"No… Nada." Dijo ella, pero sin mucha convicción. Una extraña sensación la había despertado y ahora, extrañamente, parecía como si la niebla estuviese poniéndose aun más espesa de lo que ya era. Syaoran saltó de su caballo.
"¡¿Dónde vas?!" preguntó Meiling, sobresaltada por verle caminar adelante.
"Debo ir a ver algo."
"Entonces yo también voy." Dijo Meiling, ya yendo para seguirle.
"No. Tú te quedas Meiling," se dio la vuelta para decir.
"Pero-"
"Sin peros," interrumpió. "Todos se quedan justo aquí. Regresaré en un minuto." Entonces desapareció en la niebla que parecía estar poniéndose más espesa y más blanca a cada segundo.
Sakura miró a Tomoyo. Desde que estaban muy cerca, todavía podían verse. Sakura estaba deslizándose de su caballo, un dedo en sus labios le dijeron a Tomoyo que no dijera nada.
"¿Dónde vas?" Tomoyo susurró a Sakura.
"A seguir a Syaoran."
"Pero si siquiera puedes verlo. Ni siquiera podemos ver a los chicos delante de nosotras."
"Sé donde fue." Sakura estaba segura que Syaoran había seguido esa presencia. Por consiguiente, ella solo tenía que hacer lo mismo para encontrarlo. Cruzó el camino para que los otros no la vieran cuando pasó por ellos. Kero miró a Sakura desaparecer incapaz de seguirla consciente que si volaba fuera de la bolsa Tomoyo seguramente lo vería. Así, de muy mala gana y esperando que nada malo pasara, se quedó atrás.
Sakura pasó por los otros tres compañeros del camino que cautamente se habían agrupado juntos.
"¿Qué está pasando?" Ella oyó decir a Taeko.
"No tengo ni idea," contestó Yamazaki.
"Dijo que regresaría en un segundo," estaba diciendo Meiling. "¡Ya ha estado lejos mucho más que eso!"
Sakura sabía que rápido caminaba Syaoran así que, en cuanto ella los hubiera pasado, empezó a correr, arrastrada hacia él por ese sentimiento. La niebla seguramente no era normal. Seguía poniéndose más espesa y espesa y parecía estar aferrándose a ella cuando corría. Su respiración se volvió fatigosa como si el aire estuviera agotándose poco a poco. Ella corrió que hasta que tropezó con la espalda de Syaoran.
"¿Qué estás haciendo aquí?" Preguntó él, no demostrando mucha sorpresa por verla allí. Sakura estaba jadeando por aire.
"Pensé que podrías necesitar un poco la ayuda," ella jadeó. "Esta niebla es demasiado rara."
"Realmente lo es," contestó Syaoran, continuando caminando, Sakura en sus talones.
"¿Syaoran, es sólo una impresión o esta niebla está sofocándonos? Está volviéndose difícil respirar."
"Creo que tienes razón. Debemos averiguar de dónde está viniendo antes de que nos asfixie." Él estaba corriendo ahora, oyendo los pasos de Sakura y respirando fuerte detrás de él. Así como corrían, intentaron discernir el origen de esa presencia y Syaoran estaba concentrado que el sonido de los pasos de Sakura empezó a marchitarse y ni siquiera lo notó. Él llegó a un estado de alerta, mirando alrededor.
"Creo que ahora estamos más cerca. Es más fuerte aquí. Quizá cerca del río, ¿no crees?" Allí no hubo ninguna respuesta a su pregunta y se giró alrededor. "¿Sakura?" ¡No estaba en ninguna parte donde la pudiera ver! Se volvió en todas direcciones, jadeando, buscando en la manta blanca que se arremolinó alrededor de él, cegando sus ojos. ¿Dónde estaba ella?
"¿Sakura dónde estás? ¡Sakura!"
"A-aquí…" Contestó ella débilmente. Él se encaminó hacia el sonido de su voz. "Yo - yo no puedo respirar…"
"Aguanta. ¡Ya voy!" Estaba perdido. ¿Dónde debía ir? "¡Habla conmigo para que pueda encontrarte!"
"No puedo…"
"¡Vamos! ¡Habla!" Él mismo estaba quedándose sin aire, pero tenía que encontrarla. "¿Sakura?"
"¿Qué q-quieres que diga?" preguntó esa voz débil, las palabras fueron arrojadas cerca por el viento.
"¡No importa que! Simplemente sigue hablando. ¡Siempre tienes algo que decir!"
No hubo ninguna respuesta.
"¡Canta!" Llamó en la desesperación. "¡Tararea, como siempre haces! ¡Cualquier cosa!" Ella estaba callada. "¿Sakura?" ¿Se había desmayado?
Entonces él la oyó tararear, nunca tan suavemente y se tambaleó hacia el sonido, buscando a tientas alrededor y abajo de repente, casi tropezó encima de su agachada forma. Syaoran bajó sobre sus rodillas ante ella.
"¿Estás bien?" Sakura levantó la vista, aliviada. Ella cabeceó y agarró su manga para no perderse de nuevo. Ella tenía una mano delante de su nariz y boca, intentando respirar. Syaoran se puso de pie. "Está cerca, cualquier cosa que sea."
Empezaron a andar de nuevo. Bajo él, Syaoran podía sentir que la tierra era más suave. Habían dejado el camino y estaban caminando en el césped, bajando una pendiente.
La mano de Sakura todavía agarraba su manga pero no estaba bien. Cada respiración que ella tomaba era una tortura y estaba empezando a sentir la cabeza ligera por la falta de aire. Ella se detuvo de nuevo y la segunda vez que lo hizo así que, Syaoran se volvió a ella.
"Vamos, Sakura." Él intentó tirarla.
"No…" Ella no podía moverse y Syaoran sabía que no la dejaría atrás. Él sacó uno de sus papeles de su bolsillo.
"¡Señor del viento! ¡Ven a mí!" El viento provocado por Syaoran ayudó a dispersar la niebla un poco y pudieron abrir la boca para tomar unas bocanadas de aire antes de que rápidamente empezara a regresar, aun más profunda que antes. Syaoran tuvo una idea. "Escucha, Sakura. Si combinamos nuestros poderes, quizá podríamos disipar la niebla el suficiente tiempo para ver de donde está viniendo porque siento que está muy cerca."
"Bien." Ella arrancó la llave de su camisa. "Llave que guardas el poder de la oscuridad, revélame la naturaleza de tu verdadero poder. Y ofrécemelos a mí, Sakura, quien acepta esta misión. ¡Libérate!" Ella tomó una card de su bolsillo. ¡Buena cosa que Kero le había dicho que siempre los tuviera cerca de ella!
Ellos se miraron y al mismo tiempo llamaron a los poderes del viento. La ráfaga que ellos crearon empujó la niebla atrás durante algún tiempo y pudieron finalmente ver lo que habían estado buscando.
"¡Allí!" Apuntó Syaoran. En la cercana orilla del río estaba una blanca mediana… ¡¿Caja?! ¡Toda esa niebla estaba viniendo de ella! Estaban desconcertados pero no tenían tiempo para preguntas. Tenían que encontrar una manera de detenerlo. Olas de niebla vertían de la caja y empezaron a correr hacia ella.
Era ahora aún más difícil para Sakura. Ella había permitido ir la manga de Syaoran para que pudiera correr y estaba empezando a sentirse soñolienta. Su visión se puso borrosa y aunque estaba rodeada por la blancura, empezó a ver todo oscurecerse. Syaoran había desaparecido en la niebla. Ella hizo un último esfuerzo por continuar y entonces se derrumbó sobre el húmedo césped.
De algún modo, Syaoran sintió el momento que ella lo hizo.
"¿Sakura?" Él llamó, pero sabía que se había desmayado. Se detuvo por un momento, considerando rápidamente lo que debía hacer primero: ¿ayudar a Sakura o intentar detener esa caja? Algo le estaba diciendo que necesitaría su ayuda. Decidió encontrar a Sakura primero. Era inútil llamarla así que causó un poco más viento para que se levantara pero no era lo bastante fuerte. ¿Cómo la encontraría?
Intentando guardar la calma, Syaoran cerró sus ojos, bloqueando la presencia de quienquiera que estuviera causando todo eso, intentando sentir sólo a Sakura. Abrió sus ojos rápidamente. Sentía su presencia detrás de él. Cuidadosamente, para evitar caminar sobre ella, desanduvo sus pasos y la encontró tumbada sobre el suelo.
"¡Despierta, Sakura!" él llamó, agitándola. Sus párpados jamás se movieron tan despacio. Ella estaba volviendo a la conciencia pero el propio Syaoran no sabía si él mismo podía seguir consciente mucho más tiempo. Se sentía listo para desmayarse en cualquier momento. Él la agitó urgentemente y sus ojos volaron abiertos.
"Yo… tengo una idea…" Ella dijo letárgicamente. Tomó una card de su bolsillo y todavía tumbada en el suelo, lo tiró arriba, tocándolo con la punta de su báculo. "Erase card…borra esta…caja," ella jadeó.
La forma visible de la card apareció y cabeceó obedientemente. Voló encima de la caja y lo envolvió con sus túnicas y en una llamarada desapareció. Cuando la card había terminado su tarea, volvió a su forma de carta y voló a la mano de Sakura.
"Funcionó…" dijo Sakura asombrada, no creyendo que había tenido éxito.
"Buen trabajo." Dijo Syaoran, tomando un profundo respiro. Él estaba tumbado al lado de ella. Un fuerte viento natural sopló, empezando a disipar la niebla completamente. Los dos tumbados allí en el césped durante unos buenos cinco minutos, cogiendo su respiración, recientes eventos jugando en sus mentes. Cosas que pasaron tan rápido pero para ellos, habían durado una eternidad. "He estado pensando…" dijo Syaoran.
"¿Sobre?" preguntó ella, mirando el cielo azul que había empezado a aparecer sobre ellos.
"Quizá te permita usar la card de vuelo uno de estos días," dijo serenamente. Sakura sonrió.
"Te recordaré eso."
"¿Puedo preguntarte algo? Tengo curiosidad."
"Claro."
"¿Cómo sabes siempre qué card coger? Después de todo, tienes 52 cards en ese bolsillo. ¿Cómo puede ser que cojas la card correcta cuando quieres?"
"No sé," ella contestó verídicamente. "Yo solo pienso que necesito una card específica para un propósito específico y cuando tomo una card de mi bolsillo, es la que yo quería."
"Eso es conveniente, yo lo concedo. Sería un problema si cada vez que necesitaras usar una rápidamente tuvieras que examinar todas ellas."
Sakura se imaginó enfrentando un montañoso problema y allí estaba ella lanzando las cards en el aire intentando encontrar la correcta. ¡Una pesadilla! Inesperadamente, ella se rió.
"¡Ciertamente lo sería!"
# * # * # * #
Millas más lejos, Eriol sonrió cuando vio las imágenes de los dos 'esperados', tumbados en la ladera herbosa. Estaba solo cerca del pequeño lago helado.
"Muy bien, Sakura. Tienes la habilidad de Maaya. Debe estar muy orgullosa de ti." Se enderezó e hizo que su báculo volviera a su forma de llave. La imagen en el lago desapareció, y todo lo que Eriol vio alrededor de él era de nuevo la blancura. Empezó a andar serenamente de vuelta al camino. La nieve continuó cayendo.
Cuando alcanzó el camino, notó que Yukito tenía un viejo pergamino en su mano que estaba leyendo a Touya. Al parecer, Yukito sabía como traducir el pergamino. Eriol estaba impresionado. Fue escrito en un antiguo idioma que muy pocas personas aún sabían.
"…y allí la tierra se encuentra con el cielo. Pero el único camino para entrar es a través del espejo. El creador de fuego duerme en las profundidades-"
"¡Basta!" Dijo Touya, irritado. "Cómo se supone que encontraré dónde 'la tierra se encuentra con el cielo'? ¡Y es imposible pasar a través de un espejo!"
"Nada es imposible," dijo Eriol y los otros se volvieron a él.
"Oh, así que finalmente ha decidido regresar. ¿Encontró algo?" preguntó Touya.
"No," contestó Eriol y Touya rodó sus ojos en exasperación. "Está muy estresado, Kinomoto" continuó Eriol. "Déjeme ver ese pergamino, Tsukishiro."
Yukito le dio el documento a Eriol. Era el pergamino original que Hirotada les había dado para ayudarles a encontrar la piedra. Aparentemente era una guía de la situación de la piedra pero su idioma era muy confuso. Afortunadamente, Eriol sabía lo que eso significaba. Las palabras eran un enigma que tenía que ser resuelto antes de que Azure pudiera ser encontrado. Eriol sabía lo que las palabras significaban pero ahora mismo tenía que decidir si ayudar al grupo con su búsqueda o no. Touya seguramente se negaría a volver sin la piedra y eso significaba que tendrían que encontrar a Azure y regresar o morir intentándolo.
Eriol quería pensar un poco más sobre su dilema. Enrolló el pergamino.
"Déjeme guardar esto. Voy a estudiarlo." El viento de repente se volvió más gélido y fuerte. Miraron al cielo. Una tormenta estaba amenazándoles.
"Será mejor que encontremos un refugio," dijo Yukito.
"¡Vamos!" Touya ordenó a los hombres. "Cuando esa tormenta rompa será mejor que no estemos en el camino."
Galoparon a través del bosque hasta que llegaron a una caverna, y allí se detuvieron. Se apresuraron hacia dentro y Eriol pronto encontró un rincón para él. Se sentó, su espalda contra una piedra, y empezó la lectura del pergamino. Los otros encendieron las antorchas para que pudiera ver lo que estaba escrito.
Humanos con poderes, otros sin ninguno. La guerra ha empezado. El mundo dividido en dos y Azure inseguro de qué hacer. Creó a un fiero guardián que voló lejos, tomando a Azure con él. Buscando un lugar para esconderse, alcanzó una estrella, y allí se quedaron. En una región abandonada, vive el guardián.
Bajo la blancura, se esconde, y allí la tierra se encuentra con el cielo. Pero la única manera de entrar es a través del espejo. El creador de fuego duerme en las profundidades de la tierra, protegiendo la piedra de zafiro.
Dejadlo solo. No intentéis llevarla a vuestro hogar, a causa de que la piedra está maldita. Eje de guerras y muertes. Dejadlo donde está para que Wunder pueda ser un lugar mejor.
Esto es tan fácil de comprender. Pensó Eriol. Todos los elementos están allí. Cualquiera con un mapa de Étoile y un poco de perspectiva puede entender lo que esto significa. Miró a Touya que simplemente se había sentado al lado de él. No va a dejar de buscar esto. Maaya probablemente pensará que estoy loco… no veo ninguna otra salida. Si no es encontrada ahora, será algún día. No puedo creer que vaya a hacer esto, pero… les ayudaré a encontrarlo. Entonces, cuando lo hagamos así, voy a destruir a Azure. De una vez por todas.
"Eres un chico muy extraño." Dijo Touya de repente. Eriol sonrió.
"Es lo que ellos dicen."
"También dicen que no crees que vayamos a encontrar esta piedra. ¿Crees que no existe?"
"Ése no es realmente el punto, mira, Kinomoto. Deseo poder creer que no existe. El problema es que sé que existe."
"No creo que te entienda," dijo Kinomoto despacio.
"Claro que no. ¿Cómo podrías? Todavía eres joven y no has visto la verdad aún."
"¿De qué estás hablando? ¡Soy mayor que tú!"
"Simplemente digamos, Kinomoto, que he sido testigo de algunos de los peores actos de crueldad. Algunas de las personas que vi haciendo esas cosas, eran simples personas al principio, eran buenas personas. Pero el poder… el poder los cambió. Consiguió poseerlos de tal manera que no se preocupan de los otros. No ven a los otros como sus iguales, sino como una raza inferior. Vi a buenas personas cambiar en guerreros sin corazón. Y esa piedra… contiene tanto poder que cualquiera puede cambiar con solo tenerla y un peor infortunio puede pasar a Wunder."
"¿No confías en nuestro emperador, Hiragizawa?"
"Sé de lo que él es capaz. Y eso es lo que me asusta más." Dijo Eriol casi tristemente, sus ojos se pararon en el pergamino de nuevo. Touya solo lo observó. "Pero encontraremos esta piedra. Estoy seguro de ello." Sus ojos centellearon debido al plan que tenía en su mente.
"¿Realmente piensas que sí? Mira las 'direcciones'. ¿Quién puede entender eso?"
"Yo puedo," la sonrisa de Eriol era casi diabólica.
"No estoy hablando sobre las palabras. Estoy hablando sobre lo que ellas quieren decir."
"Eso es muy fácil, Kinomoto. ¿Verdad?" Desplegó un mapa de la provincia. "Empecemos con lo que sabemos. La primera parte dice: Buscando un lugar para esconderse, llegó a una estrella, y allí ellos se quedaron. En una región abandonada, vive el guardián... Así es cómo los científicos descubrieron que estaba hablando sobre la provincia de Étoile. Como sabes, Étoile quiere decir 'estrella'. Y cuando esto fue escrito, era una provincia abandonada. Casi incluso hoy lo es, excepto para algunos aventureros."
"Eso ya lo sé."
"Entonces sigamos con lo que no sabes. La otra parte dice: Bajo la blancura, se esconde, y allí la tierra se encuentra con el cielo. Veamos si hiciste tus deberes en la Escuela de Reclutas. ¿Cuál es la montaña más grande en Étoile?"
"La montaña Terra."
"Precisamente. ¿Sabes lo qué significa 'terra'?" Su conversación estaba empezando a llamar la atención de los otros. Yukito ya se había sentado delante de ellos para escuchar más atentamente. Touya agitó su cabeza. Eriol miró a Yukito. "¿Qué hay de ti, Tsukishiro? Pareces saber mucho sobre los antiguos idiomas. ¿Sabes lo que significa 'terra'?"
Tsukishiro agitó su cabeza de una manera que mostraba que estaba muy curioso por saber. Los otros soldados se miraban unos a otros y todos agitaron sus cabezas.
"'Terra', mis amigos, es una palabra de un idioma de origen latino. Y significa 'tierra'."
"¿Pero por qué el pergamino dice 'la tierra se encuentra con el cielo'?" preguntó Yukito.
"Cuando esto fue escrito, las personas creían de verdad que una vez que estabas en la cima de una montaña alta, podrías tocar el cielo. Terra no sólo es la montaña más alta en Étoile, sino la más alta en todo el planeta."
"De modo que ellos creían que el cielo podía tocarse de la cima de Terra." Dijo Touya mientras la comprensión finalmente amaneció en él. Entonces recordó algo. "Pero también dice que bajo la blancura se esconde. ¿Qué se supone que significa eso?"
"En una región como esta, ¿qué habría en una montaña alta?"
"Nieve." Contestó un soldado. "Habría nieve."
"Y la nieve es…" Dijo Eriol.
"¡Blanca!" Completó Yukito. "¡Lo entiendo ahora! ¡El guardián debe estar en la montaña, en una cueva!"
"Precisamente."
"¿Qué hay sobre el espejo?" Preguntó Touya.
"Eso lo entenderemos cuando lleguemos allí, no por ahora, por lo menos sabemos qué dirección tomar." Touya se puso de pie, mirando el clima.
"En cuanto esta tormenta pase, nos iremos." Se dio la vuelta. "A la Montaña Terra."
# * # * # * #
Eran las cuatro de la tarde. Los viajeros apretaron adelante. La última vez que se habían detenido había sido cuatro horas antes y querían descansar de nuevo.
"Parar, parar, parar. ¿Es eso todo lo que hay en vuestro vocabulario?" Se quejó Syaoran.
"Bueno, Li, somos, de hecho, personas normales, tu sabes. Nos cansamos algunas veces," Dijo Taeko sarcástico. Syaoran pretendió no oírle.
Sakura bajó de su caballo y miró hacia el otro lado del camino. Había una gran plantación de árboles frutales que obviamente pertenecía a un patrón del pueblo que llegarían en un par de horas. Era una propiedad de proporciones gigantescas. La plantación se extendía directo al horizonte. Los árboles estaban listos para la cosecha. Sakura sentía el súbito impulso de saltar ese cerco y coger algunas de esas deliciosas frutas. De detrás de ella, oyó:
"Ni siquiera pienses en ello." Ella se dio la vuelta. Syaoran estaba mirándola seriamente. Ella empezó a protestar pero él la cortó con un breve: "¡Sólo no lo hagas!"
"¿Cómo sabes lo que estoy pensando? ¿Eres un lector de mentes, también?"
"No se necesita ser un lector de mentes. Juzgando la manera usted en la que estás mirando esos árboles con ojos soñadores, simplemente lo presumí."
Ella caminó más cerca. "Oh, venga. ¿Solo uno? Ni siquiera lo notarán. ¿Pooooorfi? ¿Por favor?"
"¿Que pasó con esa tonelada de dulces que me hiciste comprar hace solo algunas horas?"
"Desapareció y se marchó." Ella miró a su bolsa casi enojadamente. Syaoran ahogó una risita y murmuró:
"No se suponía que dejaras al ovillo de algodón hacerse con todos." Habló para que sólo ella pudiera oírle pero desde que ella tenía la bolsa en su mano, una pequeña cabeza amarilla salió de la bolsa en cuanto sus palabras se extinguieron y gritó:
"¡Tú, gaki! Yo te-"
"¡Kero-chan!" Sakura puso su mano encima de su boca. Syaoran le sonrió con satisfacción y con un dedo lo empujó en la bolsa de nuevo. Levantando la vista, encontraron a sus amigos observándolos.
"¿Quién dijo eso?" Preguntó Tomoyo.
"¿Quién dijo que?" Preguntó Sakura nerviosamente.
"Estoy seguro de que alguien grito 'gaki'." Dijo Yamazaki.
"Yo no oí nada. ¿Tú oíste algo, Ying Fa?" Dijo Syaoran.
"¡N-no! ¡Claro que no!"
"¿Veis? Debéis de estar imaginando cosas." Dijo serenamente, y entonces le dijo a Sakura: "No vayas a caminar lejos de nosotros." Con la cantimplora en la mano, Syaoran caminó al río que fluía al lado del camino. Meiling estaba bebiendo la última gota de agua de su cantimplora.
"Bueno, llenaré la mía también," dijo ella, siguiendo a Syaoran y disparando dagas a Sakura, en una silenciosa advertencia que claramente la prohibía que estuviera en cualquier parte cerca de ella y Syaoran. Sakura tembló bajo su mirada. Taeko y Yamazaki también siguieron a los primos.
"¿Sakura?" Llamó Tomoyo. Los otros estaban fuera de oído. "¿Que pasa? Estás actuando extraño." Tomoyo estaba preocupada.
"¿Extraño? ¿Yo? Ja, ja, ja, ja..." Rió Sakura tensamente. La preocupación de Tomoyo aumentó más aun con la respuesta de Sakura.
"Cuéntame, Sakura. Sé que estás escondiendo algo." Sakura miró al suelo. "¿No confías en mí ya?"
"No es eso, Tomoyo… simplemente es…" Sakura levantó la vista, con ojos culpables pero con su mayor esfuerzo sonrió a su amiga. "Es solo que nada está mal. Eso es todo."
Tomoyo ahora parecía defraudada. Sakura no podía engañarla. Ella siempre supo cuando algo estaba mal con su mejor amiga.
"Ya veo… Bueno, por lo menos sabes que puedes contarme lo que sea, ¿verdad?"
"Lo sé, Tomoyo."
"Entonces, voy a llenar mi cantimplora."
"Tomoyo, espera. ¿Podrías llenar la mía también? Creo que Meiling no me quiere cerca de ellos, por la mirada que ella me dio."
"Claro. ¿Está en tu bolsa?" Tomoyo fue a alcanzar la bolsa de Sakura pero Sakura lo giró fuera de su alcance en un rápido movimiento. "No, está aquí." Sakura le dio el objeto. Tomoyo pronto entendió que lo Sakura estaba escondiendo, tenía algo que ver con lo que tenía en su bolsa.
"Bien." Tomoyo tomó la cantimplora y caminó hacia los otros.
"Eso estuvo cerca," vino la voz sorda de Kero.
"Lo estuvo," Le susurró Sakura. "Debes tener más cuidado, Kero."
"Lo tendré, lo tendré. Perdón por eso, pero ese niño me pone de los nervios." Kero atisbó fuera, bajo el ala flexible de la bolsa. Sus ojos cogieron vista de los abrumadores árboles frutales inmediatamente. "Mira eso…" Dijo, con la boca hecha agua.
"Lo sé, pero Syaoran me dijo que no…"
"Bueno, él no lo notará si vas rápido allí como una llamarada, agarras un mango o dos y corres aquí de vuelta." Sakura parecía pensativa pero vacilante por un momento.
"Vamos, Sakura," insistió Kero. "Él siempre está diciéndote que no hagas algo. Y tengo hambre. Regresaremos en un segundo." Ella parecía considerarlo por un momento.
"¿Sabes? Tienes razón. Él no lo notará."
"¡Entonces vamos rápidamente!
Sakura miró atrás a los otros. Nadie estaba prestando atención sobre ella. Sakura cruzó el camino silenciosamente, mirando a veces atrás. Alcanzó el cerco que rodeaba la propiedad, saltó encima de él, echando una mirada alrededor preocupada. No había nadie alrededor. "Sólo dos y me voy de aquí." Ella inspeccionó algunos árboles y pronto tuvo dos frutas en la bolsa.
"¡Delicioso!" chilló Kero. "Eh, Sakura. Como ya estamos aquí, ¿por qué no tomas unos cuantos más?"
"Pero Kero, ¿que si alguien nos coge?"
"¡Vamos! ¡Echa una mirada alrededor! No hay nadie aquí. ¿Cual es son las posibilidades de que alguien nos encuentre en tan gran plantación?" Sakura miró alrededor. No sólo había allí árboles de mango, sino también árboles de manzana y árboles de naranja. "¿Bien?"
"Supongo…"
"¡Sip! ¡Empecemos allí con esas naranjas!"
# * # * # * #
"¡Sí, ya han descansado mucho!" dijo Li, poniéndose de pie.
"¡Oh, no! ¡Otros quince minutos!" suplicó Yamazaki.
"No. Eso es bastante. O no nos detendremos de nuevo hasta mañana."
Todos se pusieron de pie rápidamente. Sabían que Syaoran no estaba bromeando. Taeko y Yamazaki murmuraron quejas en voces muy bajas, mientras Meiling dijo que ellos simplemente eran demasiado suaves. En cuanto a Tomoyo, ella había acabado de darse cuenta de que algo, o más bien, alguien estaba perdido.
"¿Li?" Ella llamó. Syaoran miraba su inquisitivo. "Hemos perdido algo."
Él parecía un poco confundido al principio, pero pensando en ello, sí, sintió como que algo habían perdido y al instante supo que.
"La dije que no se separara de nosotros." Rápidamente miró alrededor. Ella no estaba en ninguna parte vista. "Esto es simplemente perfecto. ¿Por qué tiene que ser tan testaruda?" Él supo exactamente dónde mirar. Caminó resueltamente por el camino.
"¿Dónde va?" Preguntó Meiling.
"Ying Fa ha desaparecido," contestó Tomoyo.
"¿Qué quieres decir con que ha 'desaparecido'? Ella estaba aquí hace sólo un minuto," dijo Taeko.
"Sí, bueno. Obviamente ella ya no está aquí." Yamazaki sugirió entonces: "Ayudemos a Li. Como está mirando por ahí, iré con Tomoyo al camino y Taeko y Meiling bajo el camino. Ella no ha cruzado el río, eso es seguro. La habríamos visto."
"A veces tienes buenas ideas." Dijo Taeko, asombrado.
"Yo siempre tengo buenas ideas. Ahora, vamos." Ellos empezaron a marcharse pero entonces Taeko se detuvo, sin volverse.
"¿No vienes?" preguntó por encima de su hombro.
"No," contestó Meiling fríamente, plegando sus brazos en una pose desafiante.
"¿Por qué no quieres ayudar?" Él la miró.
"Ella está desesperada. No voy a ayudar a encontrarla."
"Ella es tu prima."
"Eso es lo que tu piensas…" murmuró ella.
"¿Qué dijiste?"
"No voy a ir."
"Bien… Pero creo que Li estará muy defraudado contigo…" Él empezó a andar de nuevo. Unos momentos después, Meiling estaba a su lado.
"Yo solo vengo porque no quiero que Syaoran esté enfadado conmigo. Pero no estoy haciendo esto por ella, ¿entendiste?"
"Claro."
Entretanto, Syaoran estaba caminando al lado del cerco.
"No puedo creer que halla entrado. Ella no sería tan-" Dejó de hablar consigo mismo cuando cogió vista de algunos dibujos de pisadas en la suciedad. "Si lo sería." Él saltó el cerco, ya sintiendo su presencia. Estaba lejana, pero podía sentirla. "Vamos a tener una pequeña charla cuando te encuentre, Sakura."
# * # * # * #
"¿Kero, no crees que eso ya es bastante?"
"Bien, bien… ¡Estoy lleno!" Estaba en el hombro de Sakura, frotando su pequeña barriga.
"Creo que tu peso ha doblado." Se rió ella. "¿Entonces, volvemos?"
"Claro. ¿Qué has cogido para ti?"
"Un mango."
"¡¿Solo uno?!"
"Es bastante para mí, y es uno grande. No sé si lo comeré todo."
"Bueno, siempre puedes compartirlo conmigo."
"Pensaba que estabas lleno."
"Todavía tengo un poco de espacio. Así que volvamos, Sakura."
"Kero, yo… no sé donde estamos…" Árboles y árboles, alrededor. ¿Qué camino debían ir?
"Oh-oh. Tenemos un problema. No te preocupes, Sakura. Todo lo que tengo que hacer es volar un poco alto y ver por donde vinimos." Dijo él, empezando a volar, pero él parecía estar un poco demasiado pesado.
"¿Estás seguro que puedes volar?" Ella se rió y Kero frunció el entrecejo.
"Claro que puedo. Espera justo allí." Kero voló alto y Sakura le perdió de vista. Un viento frío vertió abajo a través de los árboles. Sakura tembló, sintiéndose de repente indefensa y sola. Era un sentimiento tan terrible. Había algo mal.
"¿Que es este sentimiento?" Ella se dio cuenta de una presencia y de algún modo supo que no era una buena. Ahora se estaba asustando. Todo lo que podía oír era el viento en los árboles. Ni incluso el piar de un pájaro. Ella recordó algo que Syaoran le había dicho una vez sobre los pájaros. De algún modo, instintivamente, sabían cuando había Verborgens o soldados alrededor. De algún modo los pájaros sabían reconocerlos. "Eso no puede ser bueno. ¿Dónde está Kero? ¡Oh! Pero creo que recuerdo por dónde vinimos. ¿Creo que era este-" Ella miró a su alrededor y se encontró cara a cara con… ¿un caballo? "¿Qué?"
"¿Qué estás haciendo aquí?" Siseó el hombre sobre el caballo. Sakura saltó atrás, sorprendida.
"Yo-yo estaba s-sólo-"
"¡Responde y deja de tartamudear!" Gritó él. "¿Qué estás haciendo en mi plantación? ¿Robando?"
"¡Oh, no señor! Yo simplemente estaba -"
"¿Entonces que es eso en tu mano?" Sakura miró su mano. La fruta que había escogido para ella. "¿Entonces, no estabas robando, eh? Sígueme."
"Señor, yo-"
"¡¡¡Ahora!!!" Él ondeó una mano y Sakura sintió como si hubiera algo asiendo sus muñecas y pies. Cualquier esfuerzo por huir no la llevaría lejos. Era como si pesos pesados la tiraran abajo. Sus ojos se ensancharon con miedo. ¡Un Verborgen! ¿Oh, por qué había desobedecido a Syaoran? Con cada paso un esfuerzo, ella empezó a seguirlo en silencio y llena de remordimientos. El hombre continuó hablando alto pero como si fuera a sí mismo: "¡Estos esclavos están siendo cada vez más atrevidos por el día! Una buena lección es lo que necesitan. Vamos al pueblo, muchacha descarada, dónde pasarás un buen tiempo en la cárcel. Nunca robarás de nuevo." Sakura tembló. ¿Ahora que? El Verborgen estaba quejándose y gritándola, obligándola a que caminara más rápidamente dándola codazos con el caballo.
¿Por qué tuve que escuchar a Kero? ¿Por qué no simplemente obedecí a Syaoran? No era difícil. Estaba pensando ella. En ese momento exacto alzó la vista al cielo y por un breve momento vio a Kero volando sobre ellos. Él entendió inmediatamente lo que estaba pasando y sonrió un poco a Sakura para decir que todo saldría simplemente bien y entonces voló lejos.
Kero voló a dónde habían estado antes y echó una mirada alrededor.
"¿Dónde está ese gaki cuándo lo necesitas?" gritó, esperando que Syaoran le oyera, pero no hubo ninguna contestación. Vio a dos personas viniendo hacia él. Kero se escondió detrás de un árbol.
"¿Dónde podría haber ido?" Le preguntó Tomoyo a Yamazaki, muy preocupada ahora. "No tiene ninguna razón para escaparse."
"¿Ha hecho esto antes?"
"¿Eh? Oh, no. Simplemente es que... yo solo estoy diciendo que no pudo escaparse. Debe estar cerca."
"Al parecer ella no lo está. ¡Y mira! Allí vienen Taeko y Meiling. Ellos tampoco la han encontrado."
"Espero que Li tuviera más suerte que nosotros y ya la haya encontrado." Dijo Tomoyo.
"¿Por qué camino fue?"
"Cruzó el camino y entró en la propiedad."
"¿Piensas que eso fue lo qué hizo Ying Fa?"
"Oh, no. Ella no podría estar así de loca. Por lo menos no espero. Ella sabe lo que le pasa a las personas que entran ilegalmente. No, ella no haría eso."
Así que, el gaki entró por la dirección correcta. Voy a perseguirlo. Kero voló rápidamente de vuelta, buscando a Syaoran. No tenía tiempo para ser cauto. Empezó a llamarle entre los árboles.
"¡Li! ¡Li!" Gritó un par de veces. "¡Li!" aun más alto. "¡Vamos! Ella necesita ayuda." Él se detuvo en medio del aire, investigando los alrededores. "¿Dónde está ese baka?"
Un tirón fuerte en su cola lo derrumbó al nivel del suelo.
"¡¿Dónde estabas?!" gritó enojadamente, viendo que lo había tirado.
"¿Dónde está Sakura?" Exigió Syaoran. "Encontré su bolsa tirada allí atrás y- ."
"Ése es el problema. Ha sido cogida por un Verborgen, el patrón."
"¡¿Qué?!" Syaoran fue pálido. "¡Mierda! ¿Por qué no hiciste algo?"
Temblando bajo la ceñuda expresión de Syaoran, Kero protestó que él había aconsejado a Sakura en contra de entrar en la plantación pero que ella había sido demasiado cabezota. Los ojos estrechados de Syaoran le dijeron que el líder de la Resistencia dudaba de su historia.
"¡No tenemos tiempo para tus explicaciones! ¿Sabes dónde la llevó?"
"A la prisión, en el pueblo. Piensa que es una esclava."
"¡Perfecto!" Syaoran dijo con exasperación. "¡Justo lo que necesitamos! Obviamente no podemos pasar por la propiedad aunque debe haber un atajo allí. También podríamos ser vistos. Tendremos que seguir el camino al pueblo. Tomará un par de horas llegar allí porque la carretera hace todo el camino alrededor de esta propiedad."
Syaoran regresaba ya enérgico a través de los árboles, tomó el cerco en un salto, corrió por el camino como un loco y saltó sobre su caballo.
"¡Li! ¡Li! ¡¿Dónde vas?!" Llamó Taeko detrás de él cuando salió galopando.
"Algo malo ha pasado," dijo Meiling, corriendo hacia su caballo.
"¡Saku--!" Tomoyo tapó su mano sobre su boca para pararse antes de decir el nombre entero. Pronto estuvieron todos sobre sus caballos cuando Syaoran estaba desapareciendo en una nube de polvo.
"Eh, ¿chicos habéis visto algo amarillo detrás de Syaoran, allí cerca de los árboles?" Gritó Yamazaki, estando de pie solo.
"¡No tenemos tiempo para tus imaginaciones, Yamazaki! ¡Algo le pasó a Ying Fa!" Contestó Taeko. Yamazaki empezó a protestar pero la carrera era alcanzar a Shaoran y nadie lo consideró.
"¡Bien, bien!" Murmuró. "Pero estoy seguro de que vi algo amarillo detrás de Syaoran." Entonces notó que todos estaban partiendo y que iba a ser abandonado detrás. "¡Eh! Eh! ¡Esperad!"
"¡Salta!" Meiling se detuvo al lado de él y él saltó detrás de ella. La muchacha estaba hablando consigo misma: "¿Por qué Syaoran se preocupan tanto por esta chica?" Yamazaki pensó que sus palabras eran raras. Después de todo, Ying Fa era la hermana de Syaoran, ¿verdad?
En ese momento, Kero alcanzó a Syaoran, agarrándose a su manga porque era incapaz de volar tan rápido. No se dijeron nada, empeñados en llegar al pueblo tan rápidamente como les fuera posible. Syaoran sabía que incluso al caballo más rápido le tomaría más de una hora.
# * # * # * #
Una exhausta Sakura, caminaba a lo largo bajo el efecto mágico que el patrón había lanzado sobre ella, alcanzó el pueblo. Había llevado dos buenas horas y sus pies estaban doloridos, sus brazos arañados por las zarzas que había tenido que revolver a través para seguir al hacendado.
Los guardias que estaban de pie delante de la cárcel del pueblo se pusieron de pie rectos cuando alcanzaron vista de su patrón. El Verborgen bajó de su caballo y arrastró a Sakura dentro del pueblo.
"Tendrás el tiempo suficiente para descansar," sonrió satisfactoriamente. Ella vio sus labios moverse pero sus palabras no tuvieron ningún sentido para su mente desconcertada. Ella estaba consciente de las cosas que pasan a su alrededor pero no prestó atención. El patrón habló con alguien importante y pronto un guardia estaba empujándola delante de él hacia un destino desconocido. El guardia risueñamente le lanzó preguntas pero era como si ella estuviera en un estupor y sus palabras cayeron en oídos sordos. Ellos alcanzaron un edificio bajo.
"¿Qué? ¿Eres sorda o muda?" Preguntó mientras buscaba la llave de la celda en la que iba a poner a Sakura. Ella echó una mirada alrededor y vio que había por lo menos diez celdas a cada lateral de un estrecho corredor. En cada celda había al menos cinco personas, todos ellos la miraron desalentadamente. El guardia abrió la puerta de la última celda. "Entra." Ésa fue la única frase que Sakura entendió e hizo como le dijo. El hombre cerró de golpe la puerta detrás de ella.
Tan pronto el guardia salió, Sakura oyó una voz preguntarla:
"¿Qué hiciste?" En una esquina de la celda medio oscura, había alguien sentado, una muchacha.
"Algo estúpido." Sakura se oyó contestar. "Coger una fruta de la plantación del patrón." Ella se hundió abajo en una cama estrecha.
"Eso fue muy estúpido," dijo la muchacha. En ese momento, el patrón dejó el edificio e inmediatamente Sakura sintió el peso desaparecer. Ella frotó sus muñecas. Estaban rojas. "Veo que fuiste cogida por el mismo patrón." La chica caminó adelante y así como ella venía hacia la débil luz que se vertía a través de una pequeña ventana, Sakura notó que tenía aproximadamente doce o trece años a lo sumo. La muchacha se sentó al lado de Sakura y tomó sus muñecas en su propia mano. Mirando alrededor furtivamente, la chica tomó un pequeño recipiente de un bolsillo, vertió algún líquido de él sobre un pañuelo, y frotó las muñecas de Sakura. "Esto aliviará el dolor, pero probablemente herirá durante algún tiempo."
"Gracias." Dijo Sakura agradecidamente.
"Yo soy Zhang Chen," la sonrisa de la muchacha iluminó por otra parte la delgada y triste cara.
"Ying Fa Li. Puedo preguntarte por qué estás aquí. Eres muy joven."
"Los guardias sospechan que mi padre es un miembro de la Resistencia. No lo cogieron, pero me arrestaron a mi. Están esperando a que mi padre aparezca para así poder cogerlo y poder hacerle hablar sobre el movimiento."
"¿Él es realmente un miembro?"
"No lo sé." Entonces Zhang Chen bajó su voz. "Pero no me sorprendería si él lo fuera. Estaría muy orgullosa de él. ¿Ves a los otros tipos en las celdas? Ellos también son sospechosos de ser miembros de la Resistencia. Algunos de ellos quizá lo sea. Nadie ha dicho nada hasta ahora."
"¿Crees que todos estos hombres están en la Resistencia?"
"Todos ellos. Los Verborgens parecen tener miedo de algo y están arrestando gente a la más ligera sospecha, sin formular preguntas."
"¿Cuánto tiempo has estado aquí?"
"Una semana ahora." Ella tomó la otra muñeca de Sakura. "Y quién sabe cuánto tiempo vamos a quedarnos aquí."
"Él va a matarme si alguna vez salgo de aquí…" Murmuró Sakura a ella misma. A la inquisitiva mirada de la otra muchacha, ella agregó: "Mi hermano. Él estará tan enfadado cuando lo descubra. Probablemente ya lo sabe." ¿Qué va hacer para liberarme? Ella pensó en las cards en su bolsillo pero su compañera de celda estaba segura de ver alguna acción en su parte. Ella dejó la idea de usar las cards… por el momento.
"¿Por qué estaría enfadado? Solo pasó."
"No habría pasado si lo hubiera escuchado."
"Créeme, seguramente no está enfadado contigo. Debe estar muy angustiado."
"¡Eh!" Un guardia gritó desde el extremo del corredor. "¡Dejad del hablar ahora mismo!"
# * # * # * #
Entretanto, al otro lado de la calle a poca distancia de la cárcel, Syaoran estaba sentado en el bordillo pretendiendo ser alguien que no tenía nada mejor que hacer que sentarse allí y mirar las horas pasar. Estaba sosteniendo la bolsa de Sakura y serenamente estaba mirando fijamente al cielo. Pronto descubrió una pelota amarilla que venía hacia él. Abrió la bolsa y Kero vino volando rápido, deslizándose hacia dentro.
"¿Ves esas ventanas con las barras en el primer suelo?" Preguntó Kero agitadamente. "La vi a través de la última ventana."
"¿Hablaste con ella?"
"No, está allí con otra muchacha."
"Pero está bien, ¿verdad?"
"Sí, parece estar bien." Syaoran suspiró, visiblemente aliviado.
"Ahora debemos encontrar una forma de sacarla de allí. Es casi de noche. Tendremos que esperar hasta que sea bastante oscuro."
Kero estaba a punto de decir algo pero justo entonces Taeko se sentó al lado de Syaoran. Los otros estaban acercándose en la lejana distancia. "¿Que pasa contigo?" exigió Taeko. "Saliste corriendo como si hubiera un enjambre de abejas detrás de ti y ahora aquí estás, solo mirando fijamente a nada y mascullando a tí mismo."
"Ha sido cogida por un Verborgen. Está allí en la cárcel."
"Oh, chico…" Taeko también miró el edificio. "¿Cómo conseguiremos sacarla?"
"Escucha, saca a Meiling y Daidouji del pueblo, en alguna parte segura dónde puedan esperarnos. Entonces regresa con Yamazaki. Necesitaré crear un poco de distracción."
"Quieres decir 'cebos vivos'."
"Podrías llamarlo así…"
# * # * # * #
8:52 p.m.
"¿Por qué esperamos tanto, Li? ¡Son casi las nueve! ¿No estás olvidándote de algo? ¿Como el toque de queda?" Preguntó Yamazaki. Junto con Taeko y Syaoran, él estaba en la cima de una casa baja al lado del edificio dónde los guardias tenían sus alojamientos.
"La idea es esperar hasta las nueve, Yamazaki," dijo Syaoran. "Viéndote a ti y a Taeko rompiendo el toque de queda delante de ellos, la mayoría de los guardias saldrán detrás de vosotros. Alguno se quedará," Explicó Syaoran.
"Sí. Ahora sé cómo se siente la presa antes de la caza. Tú sabes cómo amo ser cazado…"
"Yamazaki, nosotros estamos intentando sacarla de allí," dijo Taeko severamente.
"Sí, ¿pero por qué debo ser la diversión?"
"Corrección. Tú y yo. ¿Tienes poderes como Li para liberarla?" Yamazaki permanecía callado. "Ya está hecho. ¡Eh, eh! ¡Mira eso!" Taeko apuntó a un hombre que, al otro lado del camino, estaba moviéndose con determinada forma hacia algunos guardias que estaban de pie delante de su edificio, mirando a los transeuntes cuando echaron a correr alrededor para conseguir estar dentro antes del toque de queda. El hombre tenía una espada en su mano derecha e incluso en la luz oscura de la calle podían ver la expresión fija en su cara. Estaba llegando rápido detrás de los guardias.
"¿Está loco? ¡Parece que piensa atacarlos!" Dijo Yamazaki.
"Conseguirá que le maten," Taeko completó en un fuera de mano, de hecho por el tipo de forma.
"Cortadle el camino." Ordenó Syaoran y Taeko saltó inmediatamente fuera de la casa y corrió por el camino detrás del hombre.
"Eh. ¿Dónde va con esa espada?" Preguntó cuando lo alcanzó.
"A sacar a mi hija. Esos cobardes arrestaron a mi hija de doce años." El hombre contestó seriamente, sin volver su cabeza y sin detenerse. Taeko se dio prisa para mantenerse rápidamente con él.
"¿De verdad? ¿Y piensa que van a permitirle simplemente caminar dentro y escoltarla fuera? Será uno contra muchos."
"Será mejor que lo hagan," dijo el hombre obstinadamente. Taeko lo agarró antes de que los guardias pudieran volverse en su dirección.
"Perdón, compañero, pero no puedo permitirle hacer eso." Él lo empujó en una callejuela segundos antes de que miraran los guardias en su dirección.
"¡No te entrometas en mi camino!" El hombre levantó su arma amenazantemente, su voz horrible. "Debo sacarla antes de que ellos la hagan algo. Solo es una niña." El hombre avanzó como si se preparara para atacar a Taeko pero el último, examinando el hombro de su adversario, no mostró ninguna señal de miedo. "Sal de mi camino!" Ordenó el aturrullado hombre.
"¿Por qué fue arrestada?" La voz callada detrás de él hizo que el extraño girara alrededor. Syaoran estaba allí y la fuerza y calma en su voz hicieron que el hombre bajara lentamente su espada.
"¿Quién eres?" él preguntó pero Syaoran no dio ninguna respuesta. El hombre suspiró, mirando el suelo. "Ellos sospechan que soy un miembro de la Resistencia. Eran incapaces de encontrarme así que consiguieron cogerla para hacerme entrar."
"Y eso era lo que estaba a punto de hacer- yendo a ellos así," dijo Taeko. "Probablemente habría conseguido matarse en el proceso. Que bien le habría hecho a su hija."
"¿Es un miembro?" la voz de Syaoran era penetrante.
El hombre hizo una pausa por un largo rato y los miró a través de la oscuridad. De repente, parecía alcanzar una decisión. Enderezó sus hombros y miró a Syaoran directo a los ojos. "Lo soy."
Syaoran cabeceó ligeramente.
"Únase a nosotros," declaró. "Tenemos un interés en esto, también. Estamos a punto de librar a otra persona también."
"¡¿Qué?!" El hombre estaba muy sorprendido. ¿Por qué cualquiera arriesgaría su vida para salvar a un completo extraño?
"Ya estamos sacando a uno, ¿por qué no dos?" Taeko sonrió al hombre.
"¿O quizá todos ellos?" Yamazaki se rió. "No gastemos los cebos vivos, ¿verdad Li?"
"¿Li?" el hombre hizo eco, volviéndose a Syaoran que se puso su capucha.
"Esperad aquí," el líder de la Resistencia dijo seriamente. "Nueve en punto."
Taeko y Yamazaki cabecearon y se marcharon fuera en la calle.
El hombre era incrédulo. "¿Están locos? ¡Van a llamar la atención de todos los guardias!"
No tomó mucho tiempo. Oyeron a Yamazaki y Taeko, que estaban pretendiendo estar bebidos, usando un lenguaje no muy educado para llamar la atención de los guardias. Después en ningún tiempo los dos hombres estaban corriendo calle abajo con unos buenos treinta hombres detrás de ellos.
"¡Están chiflados!" El hombre levantó sus manos con desesperación.
"¿No iba a hacer lo mismo?" Syaoran le preguntó. Él formó su espada en su mano y el hombre abrió la boca.
"T-Tú eres un Li del clan Li!"
Syaoran cabeceó. "¿Cuál es el nombre de su hija?" preguntó urgentemente.
"Z-Zhang Chen."
"La sacaré para usted." Syaoran corrió a la estación.
"No puedo creer esto…" El hombre respiró, asomándose detrás del muchacho. "No podía ser él… ¿Podía ser?"
En ese momento, los infelices prisioneros estaban estirando sus cuellos para espiar a través de las diminutas ventanas de las celdas para ver cual era la conmoción en la calle.
"¡Los guardias están cazando a unos pobres diablos!" aquéllos que podían ver informaban a los otros.
"¿Que está pasando?" Zhang le preguntó a Sakura al estar esta última levantada de puntillas, asiendo las barras de la ventana y mirando fuera en la noche.
"Hay muchos guardias corriendo detrás de dos tipos," contestó Sakura.
Un prisionero masculino al otro lado del corredor llamó: "¿Pensáis que están todos detrás de ellos? Se han callado aquí de repente."
"No. ¡Todavía estoy aquí!" Del extremo del corredor, el guardia que había traído a Sakura rugió en su más convincente voz. "¡Moveos fuera de las ventanas! ¡Todos vosotros! ¡Si sabéis lo que es mejor para vosotros!"
Sakura estaba a punto de dejarla cuando sintió la barra en su mano derecha suelta. Miró a Zhang que también lo había visto moverse. El guardia se estaba moviendo por el corredor hacia su dirección, gritando a los otros y golpeando su porra en las barras de las celdas causando mucho ruido y haciendo a los asustados prisioneros agacharse en las esquinas. Zhang corrió al frente de la celda y apretó su cara contra las barras, intentando coger vista de él. Ella levantó el dedo pulgar a Sakura diciéndola que todavía estaba lejos. Sakura agitó la barra y una pequeña parte del cemento alrededor de la barra se rompió y cayó al suelo. Ella raspó frenéticamente alrededor de la barra con sus dedos.
"¡Está viniendo!" Zhang susurró insistentemente. El guardia se detuvo delante de una celda, gritando a alguien. De repente Sakura tuvo una idea.
"Sigue mirando," le dijo a Zhang, tomando su llave. Viendo la resplandeciente luz, Zhang miró por encima de sus hombros a Sakura cuyo báculo estaba ahora en su mano junto con una card. "¡Power!" Su voz era baja pero clara. Una luz rosa brilló alrededor de ella y, con un tirón rápido, ella arrancó la barra. Entonces ella transformó el báculo de nuevo en llave y puso la card apresuradamente en su bolsillo.
"¿C-cómo…?" Zhang estaba tartamudeando.
"Estaba esperando que no lo vieras," dijo Sakura, sus ojos le estaban contando a su nueva amiga que no mencionara nada sobre lo que había dado testimonio. "¡Aquí viene! ¡Estate lista!" Sakura ocultó la barra detrás de su espalda y permaneció cerca de la puerta. El guardia se detuvo delante de ella.
"¿Qué están haciendo?"
"Absolutamente nada," contestó ella. Los ojos del guardia fueron inmediatamente a la ventana.
"¡Hay una barra desaparecida allí!" Él abrió la celda, haciendo señas a las dos muchachas hacia sus literas. Caminó hacia la ventana. "¿Dónde puede estar?" preguntó el pensativo.
"¡Aquí!" le contestó Sakura y lo derrumbó en su cabeza con toda la fuerza que tenía. El confiado guardia cayó sobre el suelo, inconsciente. Las muchachas lo miraron, demasiado asustadas para moverse.
"No está muerto,… ¿lo está?" preguntó Zhang. Sakura se agachó al lado del hombre, su corazón latiendo agitadamente, esperando que él saltara en cualquier momento.
"No. Pero puede recobrarse en cualquier momento. ¡No puedo creer que funcionara!" Sakura cogió las llaves de dónde se habían caído de la mano del hombre. Los prisioneros por los corredores ya estaban llamándolas para que los liberasen. Los otros oyeron y pronto comprendieron que su libertad estaba cercana. Pronto había una charla de voces frenéticas.
"¿Dónde están las otras llaves?" dijo Sakura.
"Él guarda las llaves allí en su bolsillo," Zhang apuntó. Sakura detestaba la idea de tener que tocar al hombre. El hombre al otro lado del corredor llamó. "Dejadme salir. ¡Yo conseguiré las otras llaves!"
Después de probar unas llaves, Sakura encontró la correcta y el hombre y sus compañeros de celda inmediatamente corrieron fuera hacia la puerta delantera. Desde otras celdas, los brazos llamaban a las muchachas cuando estaban de pie en el corredor boqueabiertas detrás de ellos. Sakura gruñó enojadamente al engaño del hombre.
"Vamos, Ying Fa." Zhang la tiró. "¡Vayámonos también!"
"No. Debo liberar a los otros," dijo Sakura. Corrió hacia el guardia y cautelosamente tiró de su ropa hasta que encontró un gran anillo de llaves donde muchas llaves se balanceaban en el aire. El hombre ya estaba empezando a moverse.
"Puedes marcharte. ¡Márchate!" Sakura empujó a la muchacha. Zhang se quedó quieta por un momento pero entonces ella también decidió salir.
"¡No tardes mucho!" ella echó encima de sus hombros a Sakura. Sakura solo la saludó urgentemente y continuó abriendo las puertas. Los prisioneros salieron fuera, sólo unos pocos la agradecieron.
Entretanto, Zhang se perdió por un momento en el laberinto de corredores, pero entonces vio las escaleras y bajó rápidamente. Descubrió la puerta delantera y estaba a punto de atravesarla cuando tropezó con una figura encapuchada. Ella gritó con miedo y sorpresa.
"¡Está bien! ¿Eres Zhang Chen?" un muchacho preguntó y ella cabeceó.
"Tu padre está fuera. ¿Dónde está la chica que estaba contigo, con ojos verdes?"
Zhang apuntó: "Arriba."
Syaoran subió los escalones de dos en un momento. Los hombres corrieron pasándole hacia la libertad.
"¿Dónde está ella?" preguntó Kero. Él estaba volando al lado de Syaoran.
"¡Alguien va a verte!"
"¡Nah! Están más preocupados por salir de aquí. ¿Ahora dónde está ella?"
"Probablemente de donde todas estas personas están viniendo." Corrió en esa dirección. Sakura estaba abriendo la última celda.
"Gracias, jovencita." Un hombre, alrededor de sus sesentaitantos, dijo antes de correr.
"¡No hay de que!." Sakura se dio la vuelta para correr también cuando… "¡Syaoran! ¡Kero!"
Lleno de alivio, Syaoran agarró la mano de Sakura. "¡Corramos por nuestras vidas, también!" él gritó. Sus pasos golpearon a lo largo de los corredores. "¡Más rápido! No sé cuánto tiempo les tomará hasta que los guardias noten que fueron engañados."
"Syaoran, yo lo, lo, sien-" Syaoran cortó cualquier disculpa que Sakura estaba a punto de hacer. Estaba prácticamente arrastrándola a lo largo.
"Déjalo para después, Sakura. Lo necesitarás." Estaban ahora en la calle. Los guardias ya regresaban y con toda rapidez. De una barra cercana, un hombre salió, claramente un poco alto, y gritó:
"¡Mirad lo que habéis dejado que pase, vosotros panda de inútiles idiotas!"
"¡Oh, no! ¿Qué está haciendo aquí?" Exclamó Sakura, reconociendo al hombre. "¡Es el patrón!"
"Genial. La diversión está completa…" Murmuró Syaoran. El primero en localizarlos fueron Yamazaki y Taeko.
"Nosotros hemos estado (bocanada) corriendo de ellos (bocanada) todo este tiempo. Ahora haz algo, Li," dijo Yamazaki.
"Vosotros chicos corred y escondeos. ¡Yo los contendré hasta que encuentren alguna parte para esconderse!"
Yamazaki fue a esconderse en la oscuridad. Taeko ya había tomado a Sakura con él. Syaoran, piernas separadas, sólo miró a los aproximados guardias.
"Buena suerte," dijo Kero, antes de ir a esconderse también.
"¡No! No! ¡No podemos dejarlo solo! ¿Por qué no se esconde también?" Sakura gritó a Taeko mientras él se negaba a permitirla irse de su mano.
"¡Ying Fa! ¡Él sabe lo que está haciendo! Creo. ¡Él no va a querer tenerte cerca!"
"¡No me preocupo de lo que él quiere o le gusta! No podemos dejarlo solo con todos esos guardias y un Verborgen!"
"Yo no vi a nin-" Yamazaki estaba corriendo al lado de ellos.
"¡El patrón! ¡Él es solo uno! ¡Debemos ayudar a Syaoran!"
"Lo siento, Ying Fa, pero no voy a permitirte hacer esto." Ellos se agacharon detrás de algunos cubos de basura dónde pudieron mirar a Syaoran. En cuanto a Kero, él estaba volando encima de los edificios.
"Vamos, mocoso. Sal de allí," dijo calladamente.
En la calle, estaban solo los guardias y Syaoran ahora. Los otros ya habían desaparecido, tan rápidamente como una llamarada.
El Verborgen gritó: "¡Cogedle!" y todos los guardias atacaron en seguida a Syaoran. Syaoran los evadió diestramente. Ellos no podían ni siquiera tocarlo, pero aun así, era muy difícil para Syaoran.
"¡Oh, Syaoran!" alguien detrás de Taeko, Yamazaki y Sakura clamó. Los dos hombres saltaron y vieron a Meiling y Tomoyo de pie justo detrás de ellos.
"¡No hagan de nuevo eso en la vida!" Siseó Yamazaki. Tomoyo fue inmediatamente al lado de Sakura. Los ojos de la joven no habían dejado a Syaoran ni un segundo. Había simplemente tantos guardias que era difícil escapar, incluso para él.
"Si algo le pasa a mi Syaoran…" Meiling advirtió a Sakura, pero esta última significativamente la ignoró. Sakura apenas miró, sintiéndose culpable, sabiendo que ella había causado todo el enredo.
Syaoran intentó evadirse entre dos hombres, pero ellos no le permitirían. El patrón estaba justo detrás de ellos, gritándoles que cogieran al muchacho. Estaba amenazándolos y ellos estaban poniendo todo su esfuerzo en agarrar a Syaoran sólo para ya no tener que escuchar al Verborgen más. Syaoran estaba cansándose. Uno contra treinta es de cobardía. Algunos sólo retrocedían y miraban. Finalmente, dos hombres lo agarraron y un tercero agarró la espada de su mano. Él intentó forcejear, pero no pudo. Fue sostenido rápidamente.
"¡Finalmente!" gritó el patrón. "Tírenlo en la cárcel y mañana decidiré qué hacer con él."
"¡No!" Sakura salió de su escondite.
"¡Ying Fa!" Taeko intentó sostenerla y Tomoyo llamó detrás de ella, pero ella no prestó atención. Ella lo había causado, ella lo resolvería.
"Llave que guardas el poder de oscuridad…" Ella recitaba como corría. Los amigos que se habían quedado detrás sólo podían abrir la boca, sobre todo Tomoyo. ¿Qué es ese símbolo que estaba brillando bajo los pies de Sakura? El báculo apareció en su mano.
"¡Sakura!" Kero voló a ella. "¿Qué estás haciendo?"
"No tengo ni idea." Ella contestó, entrando a una parada en medio de la calle asegurándose que todos la podrían ver.
"¡Tú!" El patrón rugió. "¡No sólo eres tonta sino también loca! ¡Cogedla!" Él gritó a los otros guardias y fueron tras de ella. Sakura miró a Syaoran que todavía estaba cogido por dos hombres. Ella no podía ver su cara debido a la capucha pero de algún modo captó una vislumbre de sus ojos y había miedo en ellos. Temor, no por él, sino por ella. ¿Realmente le importaba?
"¡Sakura, muévete!" gritó Kero. Ella corrió en zigzag más allá de los guardias, evitándolos fácilmente. Ella intentó alcanzar a Syaoran pero ellos estaban bloqueando su camino. "¡Usa una card, Sakura!" llamó Kero.
"¿Cuál?"
"¡No sé!" Kero estaba empezando a desesperarse. "¡Piensa!"
¿Qué card? ¿Qué card? Se preguntaba a sí misma, casi como una canción, mientras regateaba ágilmente entre los guardias que estaban empeñados en no permitir que una simple chica les pusiera en ridículo. Estoy cansada de correr.
De repente, se detuvo sobre sus huellas. Todos los hombres parecían desconcertados. Allí estaba ella inmóvil delante de ellos y no parecía que fuera a escapar.
"Vamos. ¿A qué están esperando?" El Verborgen les dijo a los hombres. "¡Sólo cogedla!"
Syaoran estaba intentando deducir lo que pretendía. Ella estaba mirando abajo al suelo, su pelo caía encima de sus ojos. Como si esperaran una señal, todos se quedaron solo observándola. Escondidos, Yamazaki, Taeko, Tomoyo e incluso Meiling ahora, estaban preocupados por ella. Dos hombres caminaron en su dirección. Levantó su cabeza rápidamente y su expresión les hizo temblar. La cara de esa pequeña muchacha frágil brilló con una confianza ante ellos que nunca habían visto. Estaba sonriendo como si supiera algo que ellos no sabían. Kero estaba volando al lado de ella.
Ellos frotaron sus ojos. ¿Qué era esa cosa amarilla volante? Kero llevada dibujada la misma sonrisa segura. Si Sakura tenía algo planeado, ¿por qué debería asustarse?
¿A qué están esperando? se preguntó Syaoran, mirando a la Maestra de Cards y la bestia enfrentándose a todos esos hombres insolentemente. En las casas las personas estaban mirando furtivamente a través de los huecos de las ventanas y puertas.
Sakura sostuvo una card.
"¿Qué? ¡¿Estáis asustados de esa muchacha?!" El patrón estaba cansado de ellos, y ellos estaban cansados de él. ¿Quién era él para seguir gritándoles como si todo fuera tan fácil?
"¿Tú no lo estás?" Le preguntó Sakura. "Ellos son inteligentes." Ella estrechó sus ojos a los guardias. "¿Os gustan los perros?"
Ellos intercambiaron miradas sorprendidas. Sakura casi los miró con lascivia. Sin esperar una contestación, ella tiró la card en el aire con un grito resonante:
"¡Thunder!" La materialización de la card apareció. Era un perro grande y parecía estar hecho de electricidad que golpeó el temor en todos los espectadores. Sakura le ordenó como si fuera un simple animal. "¡Cógelos, chico!"
Los guardias no se quedaron cerca para ver lo que pasaría: inmediatamente dejaron todo lo que estaban sosteniendo: espadas, palos, antorchas y Syaoran. Entonces, salieron corriendo en la noche, gritando y chillando desesperadamente.
"¡Buen tiro, Sakura!" se rió Kero así como el sobre natural perro saltó a la persecución de los treinta grandes y feos hombres, no deteniéndose hasta que se hubieran ido fuera de la ciudad. Sakura, por otro lado, miró como Syaoran recuperaba su espada. La miró de tal modo que la hizo tropezar. Se veía tan enfadado con ella que su mirada casi hería.
"Así que, sabes un poco de magia," el Verborgen dijo con una sonrisa de desprecio. Sakura se había olvidado totalmente de él. "Igual que yo."
Sakura giró alrededor. Él estaba formando alguna clase de bola de energía en su mano y apuntándola a ella. Ella saltó fuera de su camino y en menos de un segundo, el fuego alcanzó la mancha dónde ella había estado de pie. El fuego se extinguió y un agujero negro aparecía en el sucio suelo. "¡Fallé este, pero no fallaré el próximo!"
Sakura estuvo inmóvil por un momento. Estaba decidiendo qué hacer, dónde correr… Entonces oyó:
"Ya he tenido bastante… ¡Señor del Viento, ven a mí!" El viento llamado por Syaoran era tan fuerte que tiró al hombre contra una pared, dejándolo inconsciente. El dueño del bar sacó su cabeza fuera de la puerta. Al igual que todas las personas en las casas quienes estaban abriendo las puertas y ventanas, él miró alrededor sospechoso y entonces se quedó mirando fijamente a los adolescentes. Kero desapareció. Sakura echó una mirada alrededor, pero él no estaba en ninguna parte vista.
Zhang se acercó a Sakura, su padre al lado de ella.
"Gracias, Ying Fa," dijo la muchacha, sus ojos bien abiertos con admiración, y Sakura sonrió, feliz de ver que ella había encontrado a su padre. Él también la agradeció y entonces fue a hablar con Syaoran.
"¡Realmente es el líder!" dijo con gran excitación. "¿Es verdad…? ¿Sobre el plan en la Ciudad de Glanz?"
"Lo es," contestó Syaoran simplemente.
"Puede contar con nosotros." Chen, el padre de Zhang, sonrió, y así hicieron los otros hombres que estaban de pie detrás de él. Algunos de ellos eran los que fueron arrestados pero liberados por Sakura. Ellos le estaban agradeciendo a ella también. Syaoran tiró su capucha atrás. "Estaremos allí."
"Entonces quizá podría hacerme un favor." Syaoran tomó una muy aplastada carta de su bolsillo y lo puso en las manos del hombre. "Lleve esto al Pueblo de Orion. Busque a May Yu y dele esto a ella. Sea tan rápido como pueda. Si no puede hacerlo, halle a alguien que pueda llevar esto allí realmente rápido. Lo apreciaré."
"Cuidaré de esto yo mismo," dijo el hombre orgullosamente. Su hija miraba la carta en la mano de su padre con curiosidad. "No se preocupe. No lo defraudaré." Syaoran le agradeció y en ese momento, vieron que el Verborgen estaba empezando a recobrar la conciencia.
"Nos debemos ir ahora." Syaoran dijo urgentemente. "Ustedes también deben irse. Cuando los guardias consigan el valor para volver, investigarán arriba y abajo por todos ustedes." Él se refirió a los anteriores prisioneros.
"Tiene razón. ¡Completaré mi misión y regresaré a tiempo!" Chen dijo adiós y corrió hacia los otros. Tendrían que dejar el pueblo en seguida. Syaoran estaba callado. Se dio la vuelta, empezando a marcharse. Sakura volvió a llamar a Thunder y fue a seguirlo. Ella no tenía el valor para caminar más cerca que cuatro pasos detrás de él.
"Taeko, empaca todo. Nos vamos." Dijo Syaoran cuando localizaron a sus amigos. Los cuatro solo estaban mirando fijamente a Sakura. Ellos ya sabían sobre Syaoran y su magia, pero no habían tenido ni idea de Sakura. Sin embargo, ella estaba abstraída de las fijas miradas. Montaron en sus caballos y salieron tan rápido como pudieron, sin una palabra. Tomoyo observó a su amiga. ¡Sabía magia! ¿Cómo podía ser? ¿Qué había pasado durante el tiempo que Tomoyo no había estado con ella? Entretanto, Sakura se sentía horrible. Sabía que Tomoyo quería respuestas y ahora. Se sentía culpable por haber guardado a Tomoyo en la oscuridad y también sobre el problema que había causado ese día. Sobre encima de todo, se sentía avergonzada de sí misma.
Syaoran estaba callado, luchando sobre algo, ellos lo sabían. Durante veinte minutos, continuaron de esta manera. Finalmente, Syaoran se detuvo y bajó de su caballo. Tenía su espalda hacia ellos. El pueblo estaba perdido detrás de una curva en el camino y delante de ellos, el camino desaparecía en la noche.
"¿Podrían excusarnos?" preguntó sin dar la cara , pero todos sabían con quien quería hablar.
"Te has condenado." Sakura oyó que Meiling se reía calladamente entre dientes. Los otros la miraban compasivamente cuando caminaron lejos de ellos.
"Ven aquí." Syaoran llamó fríamente, su espalda a la muchacha. Sakura se apeó y vino más cerca, pero solo un poco. No se atrevió a mirarle. Kero se emperchó en una rama del árbol dónde ellos no lo verían. Él había estado siguiéndolos todo este tiempo.
Sakura esperó. Todavía no estaba mirándola, profundo en sus pensamientos. Cuando se dio la vuelta finalmente, Sakura tembló. Syaoran tenía una de las peores intensas miradas que le había visto alguna vez, sobre todo con ella. En seguida, deseó simplemente poder escapar y esconderse. Se preparó para todo un manojo de quehaceres. Se preparó para que le gritara. Estaba lista para todo; salvo para lo que estaba a punto de oír.
"Estoy muy defraudado contigo, Sakura," Dijo serenamente pero serio, casi tristemente. "Nunca pensé que pudieras ser tan irresponsable."
"Syaoran…" Ella estaba perdida en las palabras pero tenía que intentar decir que lo sentía. Él apartó su disculpa.
"No quiero oírlo, Sakura. Solo escucha ahora, muy cuidadosamente. Pensé… yo realmente pensé que podía confiar en ti, Sakura. Sin embargo, hoy, me has demostrado que no. Te pedí que hicieras algo muy simple y solo fingiste como si no hubiera dicho nada. Todavía no puedo creer que hicieras eso. Me pregunto si tienes alguna idea de lo que podría haberte pasado. No sólo fuiste irresponsable con tu propia vida, también pusiste a otros en peligro."
"¡No pretendía hacerlo! Yo-"
"Sakura, solo puse a Yamazaki y a Taeko para llamar la atención de una tropa entera de guardias, sólo para sacarte a ti de allí. ¡Una tropa entera! ¿Qué clase de persona soy, poniendo a mis amigos en peligro para salvar a alguien que solo está buscando problemas? Cualquiera podría haber muerto esta noche, o más. Nosotros no jugamos a juegos con estas personas. ¡Ellos son peligrosos! ¿No lo puedes entender? Probablemente no sabes cómo son estas personas, tú has vivido toda tu vida en una casa cómoda, con todo lo que necesitas. Por consiguiente, te explicaré cómo funciona el mundo real. Cuando dicen que es cruel, no están bromeando. La crueldad, realmente, es su especialidad. Soy tan mayor como lo eres tú, pero he visto tantas cosas que no puedes imaginar. Tú tuviste suerte. Yo vi a personas morirse debido al mismo error que cometiste. También tienes suerte porque no te quedaste mucho tiempo allí."
Ella abrió su boca para hablar pero Syaoran continuó, caminando ahora de un lado a otro y negándose a escucharla.
"Nosotros no estamos viviendo buenos tiempos. Durante los últimos quinientos años, las personas han estado bajo el gobierno de los Verborgen. Probablemente no entiendas por qué eso es tan malo porque siempre has estado bajo su protección. Los Verborgen son personas implacables por naturaleza. No se preocupan de nadie excepto de ellos. Ellos ven a los demás sólo como animales, o aun peor. No tratan a los animales tan mal como tratan a los humanos. No cuidan si tienes hambre o eres ciego, o si no tienes hogar. Si estás en su camino, ellos te exterminan. Sus auxiliadores son igual de crueles. Tenemos suerte de que no son tan fuertes como lo solían ser. Eso es por lo qué la vida hoy día es un poco más fácil. 'Fácil' en una manera de hablar. Ellos están trabajando para ganar de nuevo sus poderes, y entonces nada ni nadie podrá detenerlos. ¿Entiendes, Sakura? ¿Entiendes contra lo que estamos luchando?"
"Lo entiendo pero-"
"Pero a ti no te importa. Siempre quieres que las cosas sean a tu manera. Ignoras órdenes y peticiones. ¿Es esta la actitud correcta que dede adoptar la Maestra de Cards? Esta no es la primera vez que has hecho esto, Sakura. ¿Recuerdas la noche de la reunión? Cuando te recordé, te pedí específicamente que te quedaras en casa. ¿Me escuchaste? No. Cuando liberamos a Yamazaki, te pedí que te quedaras con Chunyan. ¿Me escuchaste? No. Recuerdas el dragón en la Ciudad de Destello. Te pedí que te quedaras y entonces otra vez igual. ¿Me escuchaste? No."
"Lo siento mucho, Syaoran."
"Como lo siento yo, Sakura. A veces me arrepiento de tener alrededor a semejante persona consentida." Eso la hirió tanto que Sakura casi sentía un golpe físico en su pecho, más específicamente en su corazón. Ella dejó caer su cabeza, incapaz de pronunciar palabra. Sus palabras continuaban pegándola como apuñaladas de espada. ¿Había imaginado ella esos momentos cuándo había tenido la impresión de que le gustaba, solo un poco? "No te preocupas por los demás, sólo de ti misma. ¿Por qué escapaste de casa, Sakura? ¿Quizá tu padre no te compró un pony?… Pensé que eras diferente, pero supongo que estaba muy equivocado. Todavía no has crecido."
Por fin se detuvo. Pocas palabras pero tan bien escogidas que hirieron a Sakura más de lo que un cuchillo afilado podría hacer. Syaoran había parado de andar y estaba mirándola, esperando ver alguna reacción pero ella no se movió, y no podía ver su rostro porque estaba mirando a sus pies y su flequillo estaba cubriendo sus ojos. No se atrevía a mirarle. Su vista estaba borrosa.
"Tienes razón, Li," Dijo finalmente, miserablemente, en una voz pequeña que habría vuelto al corazón más duro en agua. "Realmente soy una inútil y nada más que una carga. No te preocupes. No voy a interponerme en tu camino nunca más, es una promesa."
"Lo dudo querida." Dijo él bajo su respiración pero fue lo suficiente alto para que Sakura lo escuchase.
"Entonces supongo que eso es todo. Voy a llamar a los otros." Sakura corrió de él y desapareció.
"¡Eh, espera!" Estaba a punto de seguirla pero decidió que no. Se sentó en una piedra y puso su cara en sus manos. ¿Por qué tenía que ser tan difícil? Había tenido que ser duro con ella para conseguir que dejase de ponerse en peligro. No había ninguna otra opción.
Sakura siguió corriendo durante por lo menos cinco minutos antes de que finalmente llegase a una parada. Se apoyó contra un árbol, llorando, deseando estar en cualquier otra parte excepto allí. Kero voló a su lado, no sabiendo qué decir.
"Y él tiene razón, ¿sabes?" Dijo, entre sollozos. "Solo causo problemas."
"No digas eso, Sakura."
"¡Pero es verdad, Kero! ¡No hago nada bien! ¡Solo soy una estúpida! ¡Qué gran Maestra de Cards soy! ¡Soy una desilusión para todos!"
"¡Él no quiso decir eso, Sakura! ¡Realmente, estoy seguro de que no!"
"Sí quiso. Una vez más, estaba en su camino. Lo retuve de nuevo… pienso que quizá simplemente deba… volver a casa."
"¡¿Qué?! ¡De ninguna manera! ¡Tienes una misión aquí!"
"¿Y cuál es esa? ¿Meterme en más problemas?"
"¡Salvar el mundo, Sakura, tú lo sabes! ¡Cumplir la profecía!"
"¡No voy a cumplir ninguna profecía!" Ella estampó su pie.
"¡No puedes decir eso! Maaya y Clow te vieron. Tú eres ella, la escogida."
"No lo soy. Es todo sólo un gran error. No voy a cambiar el mundo, no soy ninguna de los escogidos. Ellos me han mezclado con la auténtica Maestra de Cards. Soy simplemente una custodiadora, como lo era mi abuela. No tengo ningún derecho para usar las cards."
"Sakura, por favor… he estado esperando por ti en ese libro hace tanto. Demasiado tiempo, Sakura. No digas eso."
"Pensé que esto era lo que el futuro había estado sosteniendo para mí, pero estaba equivocada, como siempre lo estoy. Quizá mi hermano tenía razón después de todo. No tengo ningún 'sentido en mi corta cabeza'."
"¡Sakura, no puedo permitirte que digas estas cosas de ti misma!"
"Es la verdad y sólo la verdad." Sakura resbaló a la tierra, llorando.
Espero que el mocoso Li esté ahora contento, por hacerla tan miserable. Pensó Kero cuando cubrió con sus alas encima de ella. ¿Cómo pudiste hablarla así? Ella es tan frágil como aquellas flores de cerezo.
# * # * # * #
Decidiendo que la conversación debía haber terminado, Meiling, Tomoyo, Yamazaki y Taeko decidieron volver. Volvieron en silencio y encontraron a Syaoran todavía sentado en la piedra. Ellos se miraron y después alrededor.
"Eh, Li, ¿dónde está Ying Fa?" Preguntó Tomoyo.
"Fue a llamarlos." Contestó él, con tristeza en su voz. Ellos estaban callados. "¿Qué pasa?"
"Ella no vino a llamarnos." Contestó Yamazaki.
La cabeza de Syaoran se alzó. Realmente no estaba allí. Se puso de pie, preparado para perseguirla.
"De nuevo." Murmuró, pero antes de que él pudiera dar un más paso, Sakura apareció, sosteniendo a Kero que estaba pretendiendo ser un simple peluche. Ella caminó más allá de todos ellos sin más que una ojeada. Todos la miraron fijamente silenciosos. Ella puso a Kero en la bolsa, subió a su caballo y empezó a marcharse. Tomoyo la siguió.
"¿Que ha pasado?" Taeko le preguntó a Syaoran, pero él no contestó. Se marchó para su caballo también.
"¿Viste los cardenales en sus muñecas?" Yamazaki le preguntó a Meiling.
"Sí. Eso debe de haberle pasado cuando fue cogida," dijo ella.
Syaoran se detuvo un momento. Él no los había visto, pero ahora en la distancia pensó que podía verla frotar una de sus muñecas dolorosamente.
"Sakura…" Empezó Tomoyo.
"Por favor, Tomoyo, no me preguntes nada. No ahora." Interrumpió ella.
"Pero pareces tan triste. Has estado llorando. ¿Te gritó?"
"No quiero hablar de ello." Contestó Sakura y Tomoyo no dijo nada más.
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Los tres magos vinieron corriendo a lo largo del corredor. Los soldados abrieron la puerta inmediatamente para ellos y corrieron dentro. El emperador estaba sentado en una mesa cerca de su trono, jugando a un tipo de juego de estrategia de guerra. ¡Hirotada estaba furioso! Sabían que se suponía que debían perturbarlo.
"¡¿Qué os he dicho muchas veces antes?!" él gritó. "¡No me interrumpan!"
"Pero su majestad, ¡tenemos noticias!" dijo uno de ellos.
"Malas noticias," otro completó.
"¿Qué pasa ahora? ¿Otra rebelión? ¡Simplemente exterminadlos y dejadme terminar mi juego!"
"No, su majestad. Esto es muy malo." El emperador se enderezó, finalmente notando las caras aprehensivas de los hombres.
"¿Es tan malo?" preguntó.
"Peor."
"Durante algún tiempo a ahora, su majestad, hemos estado sintiendo que algo estaba mal. Algo grande está a punto de pasar. No supimos lo que era, eso es por lo qué nosotros no dijimos nada. Sin embargo, anoche decidimos averiguar lo que estaba mal. Combinamos nuestros poderes y una imagen apareció delante de nosotros. Algo con lo que nunca soñamos ver."
"¿Qué?" Preguntó Hirotada.
"Algo que pensamos que nunca pasaría y -"
"¡¿Podríais cortar el suspense y decirlo ya?!" Gritó el emperador.
"¡La profecía de Maaya! ¡Está pasando!"
"Tienen que estar bromeando," dijo Hirotada. "Si esto es alguna clase de chiste…"
"No es un chiste, su majestad. Vimos como una chica y un chico derrotaron una tropa entera de guardias y un Verborgen."
"¡¿Qué?! ¿Usando magia?"
"Sí, su majestad. El chico es el que Kinomoto y Tsukishiro han estado buscando ahora durante meses."
"¿Cómo puede estar tan seguro de que esos dos son los dos?" Hirotada preguntó.
"Porque la muchacha tenía las Cards de Clow Reed," uno de ellos contestó tristemente.
"No. Esto no puede ser, no ahora. ¡Debemos hacer algo! ¡Encuéntrenlos! ¿Dónde están ellos?"
"No lo sabemos."
"¡¿Cómo puede ser que no lo sepan?! ¡Los vieron ayer!"
"Usamos mucho poder para hacer la magia, señor y nos hemos agotado. No somos capaces de hacerlo más de una vez al mes y dura sólo unos minutos. No sabemos donde están ellos."
"Si sólo Hiragizawa estuviera aquí…" A los tres magos no les gustó el comentario pero enmascararon su disgusto. "¡Bien, debemos hacer algo sobre ello! ¡No podemos manejarlos ahora! ¡No tenemos la piedra todavía!"
"No son muy fuertes… hasta ahora. Pero están aumentando su nivel de poder."
"¿Qué están diciendo?"
"Nosotros sabemos en que camino estaban. Pudimos reconocer un pueblo y no teniendo bastantes poderes…"
"Podemos cogerlos," otro complementó.
"¿Cómo van a hacer eso?" preguntó Hirotada.
"Por favor, envíenos con los mejores verdaderos Verborgens, y los derrotaremos fácilmente."
"¿Están seguros? Quizá podamos esperar por Hiragizawa y- "
"¡No!" Uno de los magos gritó enojadamente. El emperador lo miró con sorpresa y el mago cambió su tono enfadado a uno más suave y más tranquilo. "No, Su Majestad. No tenemos tiempo para esperar por Hiragizawa. La chica y el chico están volviéndose más fuertes cada día. Si esperamos demasiado, podrían volverse tan fuertes que no podríamos derrotarlos y eso no sería bueno. Necesitamos ir ahora si vamos a encontrarlos."
"Inmediatamente," otro completó. Hirotada parecía considerar eso por un momento. ¿Debía enviar a los tres? Ellos sabían y él sabía que ellos no eran rivales para la fuerza de Hiragizawa. Pero si ellos esperaban… La profecía decía que la muchacha y el muchacho serían invencibles y ahora mismo ellos no tenían ninguna manera para protegerse de ellos. Quizás si los cogieran antes de que pudieran alcanzar la cresta de su poder sería más fácil. Serían fácilmente derrotados y la tan largamente conocida y esperada amenaza al Imperio se habría ido.
"Bien. Haced eso." Ellos arquearon y volvieron a salir. ¡Esa era su oportunidad! Mostrarían al Emperador finalmente que eran absolutamente capaces de hacer algo sin Eriol Hiragizawa. Ellos no podrían fastidiarla esta vez. Los tres magos estaban a punto de cruzar la puerta cuando ellos oyeron que Hirotada hablaba de nuevo.
"Y…" Ellos se detuvieron, dándose la vuelta. Hirotada estaba jugando su juego una vez más. "No toméis prisioneros," dijo, mientras hacia desaparecer completamente al enemigo en el juego de estrategia. "Los quiero muertos."
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Nakuru Akizuki caminó a lo largo del largo corredor dirigiéndose hacia su cuarto. Estaba cansada. Después de la reunión en Nimbo había tenido que apresurarse de vuelta al palacio en Glanz antes de que nadie notara su ausencia. Ella se detuvo delante de la puerta de su cuarto. Algo estaba llamándola, llamándola a ese cuarto al final del corredor. Los cuartos de Eriol.
De él para llamarme desde tan lejos… Algo está pasando. Pensó, caminando a la puerta de Eriol y abriendo la puerta con el duplicado de la llave que Eriol le había dado. En cuanto ella cerró la puerta detrás de ella, oyó:
"Nakuru, necesito que me hagas un favor." Ella se dio la vuelta. La imagen de Eriol estaba en su espejo. Se veía muy cansado y frío. Alrededor de él, todo era blanco.
"Ehh. Eso debe ser muy frío," dijo ella, apuntando a la nieve cayendo en su cabeza. "Estás más blanco de lo normal."
"No tengo tiempo para charlar, Nakuru. Algo malo pasará, a menos que hagamos algo." Eriol tenía un tono urgente y la preocupación estaba reflejada en sus ojos. Eriol no era una persona que se preocupara fácilmente. Nakuru inmediatamente dejó caer su actitud feliz y preguntó seriamente:
"¿Que pasó?"
"Los tres buitres han descubierto sobre la Maestra de Cards y el Nuevo Líder."
"Supuse que sentirían su energía en algún punto," dijo Nakuru, no entendiendo lo importante que era. Después de todo, sentir que estaban cerca era una cosa, y saber donde estaban era otra.
"Lo sé, pero ellos los vieron." Eso la agitó fuera de su complacencia.
"¡¿Qué?! ¿Cómo?"
"Combinaron sus fuerzas para guiar su tercera vista a la fuente de su energía, que está volviéndose más fuerte cada día. Desgraciadamente, pudieron localizarlos. No exactamente donde, pero saben en que dirección mirar. El Emperador solo les dio permiso para cazar y matar. ¡Tienes que advertirlos, Nakuru! ¡Tienes que sacarlos de la ruta, algo!"
"¡Eriol, apenas acabo de llegar! No han notado que he estado perdida, pero… no sé… si desaparezco de nuevo…" Ella se sentó en su silla, mirando su expresión angustiada en el espejo.
"Lo sé." Él hizo una pausa. "Entonces envía a Mizuki. No sé cómo los ayudará y no puedo decir mucho ahora. Puedo oír a Kinomoto maldiciendo, buscándome. Pero, Nakuru, dile que consiga ponerlos fuera de ese camino y devolverlos a la Ciudad de Glanz, porque esos tres están fuera para matarlos. No son lo bastante fuertes todavía y no puedo eliminar el riesgo de conseguir todo en lo que hemos estado trabajando durante siglos destruidos."
"Pon siglos en eso." Agregó Nakuru bajo su respiración. "No te preocupes, Eriol. Cuidaré de eso."
"Gracias…" Contestó Eriol, más tranquilo. Entonces él la miró curiosamente. "Nakuru, ¿cómo volviste de la Ciudad de Glanz tan rápido?"
"Volé," contestó ella simplemente.
"¡Nakuru! ¡¿Qué si alguien te viera?!"
"Oh, venga. Lo hago todo el tiempo y nadie me ha visto nunca. ¿Cuáles son las desavenencias? Probablemente pensarían que estaban alucinando o algo…"
Eriol agitó su cabeza.
"Ten cuidado, Nakuru. ¿Y cómo está Spinel?"
"¿Supi-chan? no sé. No lo he visto todavía. Se supone que está en mi cuarto. Ahí es donde lo dejé."
"Espero que le hayas dejado comida allí."
"Lo hice. Pero él no se preocupa mucho de la comida. Lo dejé con una tonelada de libros. Eso puede satisfacerlo…"
"¡Maldición, Hiragizawa! ¡¿Dónde estás?!" vino una nueva voz a través del espejo y Eriol examinaba sobre sus hombros.
"Se está acercando. Me debo ir, Nakuru. Pero envía a Kaho inmediatamente."
"Lo haré, Eriol. No te preocupes."
Y con eso, su imagen en el espejo desapareció.
"Ahora…" dijo Nakuru a ella. "Probablemente pueda encontrar a la señorita Mizuki en la Escuela Fundamental de Enseñanza, en el centro de la ciudad…"
Continuará…
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Bueno, para aquéllos que están leyendo esto por primera vez, voy a agregar el avance del capítulo 12. ^_^
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Avance del Capítulo 12
¡Muy cerca! ¡Muy cerca! ¡Demasiado cerca! Va a be- Espera un segundo. ¡Estoy… oyendo una voz…!
"Sakura, por favor… No puedes hacer esto… No ahora… Por favor… te lo suplico, no te rindas…" El sonido es tan bajo que parece que alguien que está realmente lejos de mí está diciendo estas palabras, y están siendo llevadas por el viento a mí y sólo a mí. Pero todavía, su presencia está cercana. Muy cercana. Miro al hombre que está ante mí, todavía sosteniéndome.
"Has oí-" Iba a preguntarle si lo había oído, pero no puedo. Cortó mis palabras. ¡Está besándome! ¡¡Oh, Dios mío!! ¡¡Syaoran está besándome!!!
# * # * # * #
Espero que hayan disfrutado este capítulo y todavía estoy escribiendo el capítulo 13. Realmente está dándome muchos problemas para escribirlo.
¡¡¡¡Review!!!!
...KayJuli
sunshine_kathie@yahoo.com
N. de T: A partir de ahora mis notas veánlas en el bio :). Dentro de dos semanas tengo 7 exámenes así que sean más pacientes T_T.
Comentarios, quejas o denuncias a eternal_phoenix_light@yahoo.es
MSN: kasiopea_milenia99@hotmail.com
Zai Jian
