Este fic NO es mío. Este fic es de KayJuli. La podéis encontrar en FF.net.

La traducción viene a ser lo más fiel posible. Siempre que podáis leed el fic original.

Disclaimer: Es un capítulo largo, así que hagámoslo corto - No es mío. Es de ellas.

* ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * El Poder de Dos Corazones * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ *

CAPÍTULO 12

"Cuando decía 'bajo la blancura ', no estaba bromeando," dijo alguien en el grupo, cuando miraron fijamente la colosal montaña ante ellos. Todos los hombres la miraron fijamente con temor, mirando a Terra completamente cubierto de la nieve más blanca que habían visto nunca. Era una vista asombrosa la que se veía desde la montaña. Se levantaba sólidamente contra un fondo de correr de nubes blancas que estaban barriendo los cielos brillantemente azules, instados por un fuerte y frío viento. Tan sobresaliente era Terra que parecía realmente tocar el cielo y los espectadores fueron reducidos al estremecimiento, insignificantes hormigas ante ella. Algunos de los soldados se sonrieron abiertamente con satisfacción. ¡Finalmente! ¡Finalmente habían llegado aquí y pronto irían a casa!

Alrededor de ellos, árboles cubiertos con nieve y ante ellos, un gran lago que reflejaba el cielo increíblemente azul de ese día. Touya se apeó, seguido por los otros.

"Estamos aquí, Hiragizawa," dijo él. Yukito estaba justo detrás de él. "Ahora empecemos los negocios."

Eriol fue más cerca. Estaba deseoso de ayudar solo para salir lo más pronto posible de allí. Ese lugar tenía la presencia mágica más fuerte que había sentido nunca, incluso cuando era Clow. No podía determinar si el aura era mala o buena, pero se sentía tan increíblemente fuerte que era perturbadora, casi irritando sus sentidos profundos. Touya notó el cambio en la cara de Eriol - de una expresión tranquila a una aprehensiva. Se preguntó por ese súbito cambio.

La presencia que estaba sintiendo últimamente… está viniendo de aquí. Era la piedra. ¡Se siente tan poderosa! ¡Es casi dolorosa! Pensó Eriol, cuando sus ojos investigaron el lugar por una pista acerca de cual debía ser su próximo paso. La voz de Yukito irrumpió en sus pensamientos.

"Pero la única manera de entrar es a través del espejo. El creador de fuego duerme en las profundidades de la tierra, protegiendo la piedra de zafiro." Yukito citó las siguientes palabras del pergamino. Todos miraron a Eriol silenciosamente, esperando su decisión. Las palabras dichas por Yukito continuaron haciendo eco en la mente de Eriol cuando él todavía tentó para la respuesta a la única parte del enigma sin resolver. Estaban tan callados que era posible oír el sonido del ondeante agua que fluyendo mansas, casi imperceptibles, sobrepuestas en la línea de la costa. A pesar del viento, la superficie del agua era lisa. ¡Eso era!

"¿Cómo puede ser esto?" Murmuró Eriol, caminando al borde del lago. Él lo miró. A esa temperatura, debería de haberse helado pero no se había helado y eso era muy, muy raro. Los otros cansados viajeros, en su deseo de terminar la misión, al parecer no habían notado esto. Eriol se arrodilló cerca del agua y cautelosamente pegó un dedo en él. Una sonrisa salió en su cara. Los otros lo observaron curiosamente.

"¿Qué es, Hiragizawa?" preguntó Touya, caminando cerca de Eriol. Este último levantó su cabeza para mirar fijamente por el lago.

"¿No crees que este lago debería estar helado?" preguntó.

"Bien pensado… debería estarlo," contestó Touya.

"Pero siente su temperatura."

Touya se arrodilló al lado de Eriol y puso un dedo en el agua. Lo tiró de vuelta como si tuviera miedo de él. Eriol sonrió más aún. Touya no dijo nada más. Él solo miró fijamente los ojos desorbitados de Eriol.

"¿Qué pasa?" Yukito preguntó, así como él y los otros se acercaron más.

"No está frío," contestó Eriol. "Al contrario. Está caliente". Los soldados se miraron fijamente con estupefacción entre ellos y luego, uno por uno, también zambulleron sus manos en el agua.

Eriol se enderezó. "Ya tengo la respuesta. ¡La única manera de entrar es a través de un espejo! Bien, solo mirad el lago. ¡Veis el modo en que refleja la montaña y el cielo en sus aguas! ¡Es un espejo! Y el agua es cálida. Es posible que allí, al otro lado del lago, esté un pasaje bajo el agua para conseguir entrar en la montaña. Obviamente no vamos a encontrar un pasaje que lleve directamente a la montaña. La nieve está cubriendo todo."

"Entonces lo que está diciendo es que debemos meternos en el agua y debemos nadar allí y buscar un pasaje," Touya dijo en una voz baja que decía que eso era exactamente lo que él sabía que ellos estaban a punto de hacer.

Eriol cabeceó. Por un par de segundo el silencio reinó entre ellos. Entonces de repente Touya empezó a desabotonar su chaqueta, mostrando, por primera vez en días, el uniforme rojo del Ejército Imperial.

"Hagámoslo," dijo con imponente voz que tembló ligeramente en el aire frío cuando le dio su chaqueta a un soldado cercano. Inspeccionó a los involuntarios hombres ante él. "Tú, tú y tú venid conmigo". Apuntó a Yukito y otros dos soldados. Entonces sonrió con satisfacción. "Y claro, usted también, Hiragizawa. ¿Piensa que le permitiría esperar aquí mientras nosotros arriesgamos nuestros cuellos?"

"Claro que no." Eriol empezó a quitarse su chaqueta, cuando Touya ordenó a los otros meterse en el agua. "Pronto dejarán de estremecerse," él los tranquilizó.

"Tú," dijo Touya, refiriéndose a los que se quedarían. "Esperadnos aquí, no importa cuánto tiempo tome". Entonces, él y Eriol se metieron al mismo tiempo en el agua.

Los cinco hombres nadaron durante por lo menos quince minutos antes de alcanzar el otro lado del lago. Allí, hicieron una pausa justo cerca a una pequeña y delgada línea de playa, recuperando su energías y preparándose para empezar a buscar el pasaje.

"Como debe ser, creo que Hiragizawa debe tener el honor de bajar primero," dijo Touya.

Eriol miró a la sonrisa satisfactoria de la cara de Touya y se zambulló dentro sin una palabra. Estaba cansado, pero más que nunca, quería salir de allí. Haría lo que fuera para volver lo más rápidamente posible. El aura indefinida de la piedra era muy perturbadora y él quería terminar rápidamente.

Bajo el agua, la visibilidad era buena y él se asomó a través de las formas cambiantes de luz, volviéndose de un lado a otro para cualquier cosa que pudiera ser una apertura, una entrada. Él apareció para tomar aire y entonces bajó de nuevo. De repente, pensó en Sakura y Syaoran. Estaba angustiado por ellos y más específicamente por Sakura. Él sabía que Syaoran estaba bien entrenado y tenía la capacidad de defenderse. Pero Sakura… Ah, ella era todo inocencia. La podrían engañar fácilmente, con palabras y acciones. Ella estaba volviéndose más fuerte cada día con las enseñanzas de Kero. Kerberus estaba haciendo un muy buen trabajo, Eriol tenía que admitirlo. Al principio Eriol había estado temeroso de dejar toda la responsabilidad de instrucción sobre los hombros de Kerberus, pero ahora vio que había hecho una buena opción. Kerberus le había enseñado bien cómo usar las cards. Sin embargo, eso no era bastante. Incluso sabiendo como usarlas, Sakura no sabía como luchar. Ella nunca había estado en una lucha real. Todavía necesitaba a Syaoran para enseñarla y protegerla todo el tiempo. Él realmente no estaba de acuerdo con los métodos de enseñanza de Syaoran, porque había visto lo que había pasado cuando Sakura fue arrestada unos días antes, pero sabía que Syaoran estaba intentando lo mejor de sí mismo y que, más adelante ella aprendería a como defenderse. Eriol solo esperaba que los dos regresaran en una caminata amistosa y que Mizuki los hubiera encontrado antes de que 'los tres buitres', como a Eriol le gustaba llamar a los tres magos que el Emperador Hirotada había enviado detrás de los dos jóvenes.

Todos estos pensamientos se produjeron en él en una llamarada así como sus ojos buscaban el pasaje. Entonces algo asaltó sus sentidos de un modo que casi le hizo desmayarse. Él se dio la vuelta y cogió vista de una entrada oscura. Una cueva. Eriol nadó a través de un corto túnel tan rápido como pudo, sus pulmones estallaban, y esperó poder respirar dentro de la cueva. Entró, nadando rápidamente. Sus pulmones ya estaban rogando por oxígeno. Fue entonces cuando vio el brillo de la superficie. Nadó desesperadamente hacia él, saliendo a la superficie con una áspera bocanada por aire. Cerró sus ojos, cogiendo su respiración. Cuando su respiración volvió a la normal, abrió sus ojos, y lo que él vio causó que lo mirara fijamente, boquiabierto.

Las paredes alrededor y sobre él estaban cubiertas con pinturas. Antorchas encendidas posicionadas en las paredes iluminaban la cueva. ¡¿Cómo?! Era la única palabra que su mente pudo formar en ese entonces. Salió fuera del agua y echó una mirada alrededor. Estaba dentro de una cueva redonda y podía ver un corredor largo delante de él, todo iluminado con antorchas, y también podía ver pinturas en las paredes del corredor. Se acercó a una de las pinturas. Sus ojos ensanchados por su ahora entendimiento. ¡Estaba todo allí! La historia de Wunder desde su principio. Su historia y sus leyendas para siempre marcadas con hierro en las paredes de esta caverna debajo del agua.

"¡Esto es asombroso!" respiró. Olvidándose de todo sobre Touya esperando fuera por él, Eriol empezó a vagar de lado a lado en el largo túnel, mirando las pinturas. ¡Ellas explicaban todo! Por qué la población del mundo muchos siglos antes había decidido crear Azure. Por qué los Verborgens se habían separado del resto del mundo. Su mandato cruel sobre todo. ¡Estaba todo allí! Se estremeció, preguntándose quién podría pintar todo eso tan perfectamente. Eriol bajó el corredor, respirando con maravilla a cada paso que daba. Entonces de repente, grabado en la pared, estaba una cara que conocía demasiado bien… "Maaya…" Sonrió, viendo la cara de su antigua alumna. Miró fijamente su cuadro amorosamente, un brillo paternal en sus ojos. Empezó a seguir las pinturas sobre su vida. Se detuvo delante de la que la mostraba la última vez viva. "El día que murió…" Dijo con un doloroso suspiro. Ahí estaba Maaya en un calabozo, encadenada. Ante ella estaba nada menos que Todashi Ohira, el primer Emperador de Verborgen. Detrás de él estaban sus consejeros y dos esclavos con pergaminos en sus manos, ambos escribiendo todo lo que estaba diciéndose.

Aunque simplemente era un pintor, Eriol podía ver perfectamente el desafío en los ojos de Maaya cuando miraba al Emperador. Era exactamente cómo él la recordaba ese día. Había palabras bajo la pintura:

Tristeza hoy

Dolor es lo que vino

Pero el futuro no será el mismo

Su mirada fue más bajo y él abrió la boca. "¡¿¡¿Qué?!?! ¡Esto no puede ser! ¡Muy pocas personas habían puesto sus manos en este pergamino! ¡El acontecimiento entero está aquí!" Sus ojos se ensancharon. "La profecía entera…"

Yo, Maaya, declaro que esto no durará. Declaro que cambiará. Los años que vienen, la gente común sufrirá enormemente. Los Verborgens controlarán el mundo entero. Harán cuanto ellos deseen. Aniquilarán y destruirán cualquier cosa o persona que se cruce en su camino. Sin embargo, el día vendrá cuando su suerte escape.

"¡Está aquí!" exclamó Eriol. "¡Las últimas palabras de Maaya, exactamente como ella las dijo!" Siguió leyendo. "Aquí. Ésta es la única parte de la profecía que el otro escritor de mano corta pudo notar en su confusión."

Vuestros días están ahora contados. Recordad mis palabras. Aunque todavía esté lejano, pasará. Lo juro. Siempre recordad: en el futuro, dos héroes aparecerán, hombre y mujer, descendientes de dos poderosas familias. Juntos lucharán, juntos sufrirán, y juntos llorarán. Juntos, dos corazones latiendo como uno, ellos salvarán el mundo.

Siguió leyendo. Palabra tras palabra. Frase tras frase. Eriol casi podía oír su voz diciéndolas de nuevo. "Y aquí está el final…"

Después de pronunciar estas palabras, Maaya Mori, la hija mayor de Hideko Arai, fue sentenciada a muerte por el Emperador Todashi Ohira. La sentencia fue ejecutada inmediatamente.

"Eso es por lo qué tuvimos que librarnos del pergamino. El otro escritor de mano corta hizo un buen trabajo, transcribiendo exactamente lo que ella dijo. Quienquiera que hizo esto, sabía sobre el otro pergamino. Muy pocos lo saben. De hecho, sólo cuatro personas a parte de mí…" Desanduvo sus pasos hacia el agua pero continuaba buscando, deteniéndose de nuevo ante otra pintura. "¡Esto es… increíble! ¿Quién ha estado haciendo esto?" Él tocó la pintura ligeramente. "Sakura…"

"¿Qué has dicho?" preguntó alguien. Sobresaltado fuera de sus meditaciones, Eriol se dio la vuelta para encontrar a Touya subiendo fuera del agua, seguido por Yukito y los otros dos soldados. "¡Hiragizawa! ¿Por qué no regresó a llamarnos?" Ladró Touya. "¡Pensamos que se había ahogado!"

"Discúlpenme. Estaba un poco ensimismado". Eriol se separó de la pintura y empezó a alejarse.

"Que-" Uno de los soldados dijo cuando notaron las pinturas.

"¡Vamos!" llamó Eriol, llamando la atención fuera de las paredes. "Pensaba que querían encontrar esta piedra rápidamente."

"Y lo queremos," dijo Touya, así como siguió a Eriol. Las pinturas de la pared no lo interesaron mucho aunque en la parte de atrás de su mente, se preguntaba cómo podían esas cosas estar allí. "En cuanto encontremos a Azure, iremos a casa."

Empezaron a moverse rápidamente, conducidos por el pensamiento del cálido fuego del hogar. Ellos corrieron bajo el túnel a un paso rápido y Eriol guardó las miradas, temeroso de que miraran las paredes. Llegó al punto dónde su curiosa conducta causó que Yukito le preguntase lo que le pasaba. Poco se le ocurrió a él que tenía algo que ver con los dibujos y escribiendo en las paredes.

"Simplemente estoy un poco aprehensivo, supongo," respondió Eriol, incrementando el paso y causando la protesta de los otros. De repente, el corredor se acabó y se separó en dos túneles que se marchitaban en la oscuridad de derecha e izquierda. Instintivamente tomó la bifurcación de la derecha. Ahora, a cada paso, estaba consciente del aumento del poder de Azure alrededor de él. Era como si estuviera inspeccionándolo; la sensación más extraña que había tenido nunca. Él se volvió a Touya.

"¿Lo siente?" preguntó él. Es el hermano de Sakura. Debe tener algo de magia en él.

"¿Sentir qué?" jadeó Touya.

Supongo que no…

"Nada. Nada en absoluto." Ellos alcanzaron el extremo del corredor, cara a cara con una pared de piedra sólida.

"¿Ahora que?" Touya le preguntó a Eriol. De repente la piedra delante de ellos se abrió con un sonido retumbante, como si alguien hubiera abierto una puerta. Todos ellos saltaron atrás sorprendidos. Uno de ellos incluso gañó y alcanzó por su espada, olvidándose de que todos ellos habían dejado sus armas fuera, en la playa. Entonces, lentamente, empezaron a atravesar la puerta en un grupo apretado, como polillas atraídas a la luminosa luz podrían ver el más allá.

En el otro lado, Eriol apenas creía a sus ojos. La boca de Touya colgaba abierta, muy parecida a la de Yukito. Estaban en un enorme espacio que era cualquier cosa menos una cueva. Era un gran cuarto, el tejado estaba sostenido por pilares macizos de piedra azul. En medio del cuarto, había un jardín bañado en una luz azul-oro. En él creció las más extraordinarias plantas verdes y árboles que habían visto nunca. Flores azules cubrían la tierra.

"Fuera de este mundo…" uno de los soldados respiró. Los otros sólo podían cabecear, incluso Eriol. Nunca había visto algo como eso. Levantó la vista. Pintado en el domo del cuarto estaba la imagen de un gran y espantoso dragón azul. Era casi aterrador. Las paredes alrededor de ellos también estaban rodeadas con pinturas. Eriol deseó poder tener tiempo y poder estar allí solo estudiándolas. ¡Qué maravillas podrían mostrar! Solamente entonces comprendió algo. Estaban viendo todo eso, pero no había ninguna antorcha en las paredes. Caminó más allá en el cuarto, pasando entre dos columnas macizas. Fue entonces cuando él lo vio.

En medio del jardín, en un pedestal y bajo un domo de vidrio, estaba Azure, su luz era tan fuerte y brillante que iluminó el cuarto entero. Eriol se sentía mareado cuando él lo miró fijamente. Azure irradió una luz azul increíble, pero cuando la luz alcanzó el vidrio del domo y lo atravesó, se puso blanca, iluminando alrededor.

Touya sonrió orgullosamente. ¡Allí estaba Azure! ¡Finalmente lo conseguiría! Sin pensarlo dos veces, corrió al pedestal en medio del cuarto. Eriol todavía estaba deslumbrado, pero cuando finalmente notó que Touya estaba intentando en conseguir a Azure, miró al domo.

"¡Kinomoto, no!" gritó, pero Touya ya había puesto sus manos en el domo de vidrio.

"¡¿Qué?!" se dio la vuelta, preguntando desconcertado. Los ojos de los cuatro hombres siguieron la mirada aterrada de Eriol. El cuarto se agitó ligeramente y los hombres temblaron.

"¡M-mirad! ¡E-el drag-gon!" Yukito tartamudeó. La pintura del dragón estaba volviendo a la viva. Su cola se fue de la pintura. Con un gruñido el monstruo se arrancó completamente de la pintura. Con los corazones temblorosos, los hombres miraban magnetizados como él volaba abajo a la tierra y ponía una de sus grandes patas de forma proteccionista encima del domo de vidrio. Touya corrió de vuelta con los otros.

"Ése es 'el creador de fuego' que 'duerme en las profundidades de la tierra, protegiendo la piedra de zafiro'." Citó Eriol, increíblemente sin tartamudear y hablando en tonos bajos, no queriendo llamar la atención del dragón a dónde ellos se agruparon detrás de los pilares.

El dragón miró furiosamente en su dirección, fuego y oscuro revuelto humo venía de sus orificios nasales.

"Una s-señal muy mala…" Yukito dijo.

"¿Qué quieren con la piedra?" la voz de trueno del dragón sonó fuera en el cuarto.

"H-h-habla…" era la única palabra que un soldado podía tartamudear.

"De nuevo, ¿por qué quieren la piedra?" Rugió el dragón, pero cuatro de los hombres no pudieron entender, aunque sabían que él estaba hablando porque podían ver su boca moverse.

"¿Qué d-dijo?" Preguntó Touya. Eriol tomó uno paso adelante. Él conocía ese idioma.

"Un emperador nos envió para que la encontráramos."

El dragón estrechó sus ojos, azotando con su cola en un gesto de advertencia.

"Hirotada Ohira, el Verborgen." El dragón dijo en su idioma, pero el nombre de su emperador eran las únicas palabras que los soldados entendieron.

"¿Qué está diciendo sobre el Emperador?" Touya le preguntó a Eriol.

El último apartó a un lado sus palabras con impaciencia y entonces volvió al dragón. "Sí."

"Tienes magia buena," dijo al monstruo con un brillo en sus ojos. "¿Por qué lo ayudas, si sabes que él usará la piedra para causar desastres?"

"No pienso ayudarlos sino a destruir la piedra." El dragón estrechó sus ojos aun más.

"Eres Clow." Eriol cabeceó. "Siempre supe que algún día alguien vendría aquí para conquistar Azure. Sé que sería mejor si Azure fuera destruido, pero no puedo permitir que lo hagas. Mi deber es protegerlo de todo y todos. Nunca se lo daré a nadie voluntariamente."

"Así que, esto significa…"

"¡Tendrás que derrotarme primero!" Con eso, el dragón echó fuego en su dirección.

"¡¿Qué le dijiste para enfadarlo tanto?!" Touya gritó a Eriol.

"Le dije que nuestro Emperador quería la piedra y no le gustó la idea ni un poco," Contestó Eriol, cuando ellos se dispersaron. Desde que el cuarto era muy grande, el dragón podía volar fácilmente detrás de ellos. Los dos soldados se escondieron detrás de los pilares. Yukito corrió al medio del cuarto y se agachó cerca del pedestal, mientras el dragón continuó siguiendo a Touya alrededor del cuarto, escupiendo fuego en su dirección.

"Llave que guardas los poderes de la oscuridad, muéstrame tus verdaderos poderes. Y ofrécemelos a mi, Eriol, que acepta esta misión. ¡Libérate!" (Nota: Él dice eso en la versión brasileña…) el báculo del sol de Eriol aparecía en su mano, él lo apuntó al dragón. Una explosión roja de poder fue a su dirección pero el dragón lo esquivó.

"No será tan fácil cogerme," dijo el dragón. Apuntó más fuego a Eriol. Se agachó fuera del camino, corriendo lo más rápido que podía. Entretanto, Touya también corrió al pedestal, agachándose allí con Yukito.

"Cúbreme," gritó a Yukito. Touya tiró el domo de vidrio y la luz del azul llenó el cuarto. Eriol se dejó caer al suelo, deslumbrado. La luz lo había pegado tan fuertemente que perdió su equilibrio. Los otros no sentían el efecto, pero Eriol sí. El dragón se volvió en la furia a Touya que estaba buscando la piedra.

"¡No!" el dragón rugió en una voz poderosa. "¡No puedes tenerlo!"

Rápidamente como el relámpago, Touya agarró la piedra, corrió, se agachó, rodó y se agachó detrás de cualquier escondite que pudo encontrar, pero el dragón continuó siguiéndolo, disparando bolas de fuego que hizo que las flores azules y los árboles estallaron en llamas. De repente, Touya exhausto tropezó en medio del jardín, cayendo. Miró detrás de él. El dragón volaba rápido en su dirección. Delante de él estaba Eriol preguntándose frenéticamente qué hacer. Sin pensar, Touya tiró la piedra en el aire. Cada alma viviente en el cuarto, bestia y humano, abrió la boca. Eriol corrió unos pasos, sus brazos extendidos y lo cogió en medio del aire.

"¡¿Kinomoto?!" gritó él. "¡¿Está chiflado como para hacer algo así?!"

"¡Corre, Hiragizawa!" Touya le devolvió el grito, viendo que el dragón había cambiado su blanco. Sin pensarlo dos veces, Eriol corrió a toda velocidad fuera del cuarto y bajo el corredor. El dragón apretó su cuerpo grande a través de la puerta y pronto estaba volando furiosamente detrás de Eriol. Eriol evitó cada explosión de fuego enviada detrás de él.

¿Cómo voy a conseguir quitármelo de la espalda? Pensó él y de repente le pegó una idea. Corrió lo bastante lejos del dragón, deteniéndose ante el pequeño lago por donde habían salido. Se dio la vuelta, concentrando cada fibra en su cuerpo. Pensó usar el poder de la piedra contra su propio guardián. Una luz azul empezó a brillar alrededor de Eriol y su báculo brilló azul también. Entonces, en un rápido movimiento, Eriol alzó su báculo del sol, y una explosión de energía azul voló de él hacia el dragón. Lo golpeó fuerte en el estómago y la bestia chocó contra el suelo.

En el momento que Eriol usó el báculo, se sintió culpable. El dragón estaba haciendo sólo su deber. Él estaba intentando proteger la piedra y mientras lo hacía, estaba intentando proteger el mundo. Eriol bajó el báculo, caminando despacio hacia el agonizante dragón.

"No p-puedo creer que me hallas derrotado… tan fácilmente…" dijo el dragón.

"Lo siento," Eriol dijo sinceramente.

El dragón sonrió débilmente. "Desgraciadamente, Clow, no puedes destruir a Azure."

"¿Qué quieres decir?" preguntó Eriol, repentinamente asustado.

"No eres lo bastante fuerte. Desearía que lo fueras, para entonces acabar todo esto. Pero no lo eres."

"¡No! ¡No puede ser! ¡Debo destruirlo!"

"Hiragizawa, Eriol, no te preocupes." El dragón dijo de repente. "Mira la luz que irradia la piedra."

"¿Qué pasa con ella?"

"Está diciendo que no debemos temer al futuro. Cambiará. Quizá no de la manera que esperas, pero lo hará. Cree en ellos. Cree en los esperados por la salvación queda en sus manos, no en las tuyas." Y el dragón empezó a desintegrar en arena del azul que estaba absorto por la piedra en las manos de Eriol.

"¿Qué?" Eriol murmuró. "No me importa que dijo, debo intentarlo." Eriol puso la piedra en la tierra y apuntó su báculo hacia ella. Concentró todo sus poderes en ella pero nada pasó. Cada esfuerzo que hacia para destruir la piedra falló. De repente, la piedra extendió una luz azul aun más fuerte que envió a Eriol volando contra la pared. "Debo…" Siguió repitiendo, pero el golpe que había recibido había sido demasiado fuerte. La última cosa que recordó fue estar viendo la piedra volar a sus manos y entonces su mundo desapareció ante sus ojos. Eriol se derrumbó.

#* #* #* #

"¡¡¡Cinco días!!!" Yamazaki chilló en deleite. "¡Cinco días y estaremos en Glanz! ¡¿Puedes creerlo?!"

"Más alto, Yamazaki. No creo que te hayan oído al otro lado del pueblo." Siseó Taeko al muchacho. Con un ceño, Syaoran ordenó silenciosamente que Yamazaki cerrara su boca.

"Lo siento, pero estoy contento. ¡Simplemente no puedo pretender no oír nada!" dijo Yamazaki. "¡Después de todo, tu no eres el que está caminando!"

"Tú fuiste…" Empezó Meiling.

"Quién se negó a comprar…" Taeko continuó.

"Un caballo," Terminó Tomoyo. Ellos sabían exactamente qué decir a Yamazaki porque él se quejaba periódicamente de tener que caminar. Su charla continuaba así como seguían a Syaoran calle abajo cuando negociaba con comerciantes por los suministros para el resto del viaje. Había anunciado esa mañana que en cinco días alcanzarían Glanz.

Todavía estaban en la provincia de Kaze, pero a finales del día, cruzarían el Río Carmesí, la frontera entre la provincia de Kaze y la provincia de Haru, su destino. Su felicidad era sino natural después de meses de un largo viaje. Por esta razón, Syaoran había decidido comprar todo lo que necesitaban para no tener que detenerse durante mucho tiempo en cualquier parte hasta que llegaran a Glanz. Así llegarían a la ciudad en cinco días, quizá incluso en menos. Es más, el dinero que los ancianos habían dado a Syaoran estaba gastándose y tenía que economizar.

Detrás de todos ellos, caminaba una hundida Sakura. Desde el incidente de hace diez días, su conducta había sido extraña. Siempre estaba callada, nunca cantando, y los mejores esfuerzos de Tomoyo por animarla habían sido todos en vano. Tomoyo había probado casi todo, pero nada hacia a Sakura charlar. Tomoyo todavía se preguntaba sobre los poderes mágicos de su amiga pero no dijo nada. Tomoyo supo que Taeko y Yamazaki esperaban eso de ella, desde que para ellos, Sakura era un Li. Sin embargo, Tomoyo revocó que Meiling no había mostrado ninguna sorpresa al despliegue de la magia de Sakura, y lo mismo fue por Syaoran. Tomoyo se dio cuenta de una conspiración. Ellos sabían algo. Li obviamente no se le diría. Tomoyo intentó hacer hablar a Meiling, pero los últimos labios también se sellaron por Syaoran que había advertido a su prima que si decía más de una sola palabra sobre Sakura la enviaría de vuelta a Orion.

Tomoyo echó una larga mirada a Sakura. Estaba caminando - el mismísimo cuadro de depresión - detrás de ellos. Raramente levantaba sus grandes ojos verdes. Tomoyo entonces miró enojadamente a la espalda de Syaoran. Cualquier cosa que él le había dicho a su amiga, la había hecho tan triste como estaba antes de escapar de casa. Esa era la última cosa que Tomoyo quería ver de nuevo.

En los últimos días, Sakura había deseado muchas veces poder deshacer su estúpida acción. Se asombró de la pesadez que sentía en su corazón, el sentimiento de haber sido abandonada. Había sido gritada antes. Había perdido la cuenta de las veces que su hermano se había enfurecido y había delirado a ella. Había oído palabras más ásperas antes, pero nunca se había preocupado de ellas antes. Si Touya le hubiera dicho esas cosas, ellas no la habrían herido mucho pero viniendo de Syaoran, habían sido como las puñaladas de una espada que se clavó en su corazón y mente. Seguía oyendo las palabras de Syaoran, una y otra vez, y cada vez la herían mucho más. Quizá era verdad lo que algunas personas habían estado diciendo durante años: ella era un fracaso y nada más que un problema. ¿Por qué seguir luchando? Se le había ocurrido que debería abandonar el grupo pero nunca hizo nada para ello. Estaba más allá de su comprensión por qué ella todavía seguía a Syaoran, así como un cachorro sigue a su amo para ganar su aprobación de nuevo.

Envuelto en su silenciosa melancolía, Sakura no tenía ninguna sospecha sobre los sentimientos de Syaoran. El joven líder estaba dándose de puntapiés por haberla hecho tan triste. Le dolía verla la sombría cara cada vez que la miraba en secreto. Se arrepentía profundamente de sus acciones pero las palabras "lo siento" se pegaban en su garganta cada vez que intentaba decirlas. Que guerrero, había pensado amargamente. Valor para ir cara a cara con soldados yo solo, tengo. Valor para llevar una rebelión, tengo. ¡Para gritar y herir a una chica, tengo! Ahora, para caminar hacia ella y pedir su perdón, no tengo ninguno. Que baka… El hombre con quien Syaoran estaba hablando estaba buscando algo entre su género. Syaoran miraba detrás de sus amigos a Sakura. Un vendedor llamó su atención y ella se acercó educadamente. Le mostró entonces un sombrero que rechazó con una sonrisa, pero entonces, fuera de ninguna parte, sacó un ornamento de pelo que inmediatamente captó los ojos de Sakura. Parecía hipnotizada por su delicada belleza. El ornamento estaba hecho de cristal en la forma de una flor florida. A Sakura le encantó, pero tenía que negarse. Lo volvió a poner en las manos del hombre sonriendo tristemente. No podía comprarlo, y Syaoran sabía exactamente por qué.

~ * Flashback * ~

Semanas antes, en Nimbo

Sakura caminaba alegremente a lo largo de la calle, mirando todo alrededor de ella. ¡La ciudad simplemente le fascinó! Los parques la habían dejado en éxtasis y ahora que estaban en el centro comercial de la ciudad, ella siguió tirando del brazo de Syaoran para mostrarle algo.

"¡Mira esas flores!" diría ella. O: "¡Mira! ¡Qué juguete tan suave y mono!" Syaoran caminaba detrás de ella, solo observándola cuando le preguntaba al vendedor por los precios y colores cuando devolvía objeto tras objeto en sus manos. De repente, se detuvo delante de una tienda, sus ojos captados por algo en la ventana. Syaoran se movió más cerca y ella apuntó a la caja de música que tocaba una serena canción.

"¿No es bonito?" respiró.

"Está bien," era todo lo que él dijo aunque se admitió a sí mismo que era bastante bonito. Caminando con Sakura alrededor de las tiendas era como caminar a lo largo del trasero de sus hermanas cuando era más joven. Les tomaba horas y montañas de "oohs" y "aahs" para examinar todo en cada tienda.

"Si sólo pudiera comprarlo…" dijo la mitad para sí misma.

"¿Por qué no puedes? Después de todo, nunca te he visto compra nada. Estoy seguro que tienes algún dinero para gastar." Él la notó su rubor avergonzado. "¿Qué?"

"Nada." Ella agitó su cabeza.

"¿No, no es 'nada '. ¿Qué?"

Ella rasgó sus ojos fuera del objeto y miró a Syaoran. Ella sonrió avergonzadamente.

"¡Sólo no te burles de mí!"

"¿Por qué haría eso? Venga, dime. ¿Qué es?"

"Es que… no tengo dinero."

Él la miró incrédulamente.

"¿No tienes dinero?" Ella cabeceó. "¿Te escapas de casa sin tomar ningún dinero contigo? ¿Solo decidiste irte, tiraste algunas cosas en una bolsa y saltaste fuera de la ventana?"

"Eso era bastante pero cuando lo dices así, parece tan ridículo y prometiste no burlarte de mí. " Syaoran no podía esconder la mueca en su cara. "Piensas que soy muy estúpida, ¿no?"

"Estúpida, no. Sino que eres tontita, eso es lo que eres." Ella hizo una cara enfadada cuando él tocó su nariz.

~ * Fin de Flashback * ~

Syaoran fue devuelto al presente cuando alguien lo llamó. El vendedor que finalmente había encontrado lo que había estado buscando entre el enredo que llamaba su "mercancía". Syaoran se ruborizó ligeramente cuando comprendió que había estado soñando despierto. Tomoyo frunció el entrecejo. Ella había visto la reacción de Syaoran. Ella volvió su cabeza, buscando lo que había cogido la atención de Syaoran tan completamente que no había oído la llamada del hombre diez veces. Ella vio a Sakura así como la chica que continuaba mirando los productos desplegados en las aceras. Los ojos de Tomoyo se estrecharon sospechosamente. ¿Por qué estaba mirando a Sakura y por qué se ruborizó? ¿Él no era quién había dicho cosas crueles a la chica, enviándola en estos tristes sentimientos?

"¿Qué están mirando las dos?" llamó Taeko. Tomoyo se volvió abruptamente y se vio cara a cara con una furiosa Meiling que obviamente había estado mirando a la misma persona que Tomoyo. Meiling siguió mirando a Sakura, cuando la chica venía despacio. Eso no es bueno. Ella también vio cuando Li se ruborizó… Tomoyo pensó aprehensivamente, conociendo muy bien cada una de las amenazas que Meiling había jurado llevar a cabo si Sakura se acercaba a Syaoran. Esa mirada en los ojos de Meiling estaba poniéndose más frecuente con cada día que pasaba. Desconocido para Tomoyo, Meiling había cogido a Syaoran observando a Sakura aunque nadie lo había visto. No obstante, desde que Meiling siempre tenía un ojo en él, había visto cada una de las veces que Syaoran se perdía mirándola, cada una de las veces que suspiraba pesadamente recordando un cierto incidente.

Cuando las dos muchachas estaban perdidas en sus pensamientos, Taeko y Yamazaki solo las miraron fijamente desconcertados, ¡no sabiendo lo que estaba pasando y encontrando todo el silencio muy frustrante!

# * # * # * #

"¡Sólo cinco días más caminando!" Dijo Yamazaki, así como los otros montaban en los caballos, preparados para dejar la ciudad. Syaoran había comprado todo lo que necesitaban para continuar el viaje.

"¿Dónde está Syaoran?" Meiling se preguntó en alto, mirando atrás a la ciudad. "Dijo que ya había comprado todo…"

De repente cogieron vista de Syaoran galopando hacia ellos.

"Vamos," Dijo cuando los localizó.

"¿Algún problema, Li?" preguntó Taeko.

"No, no…" Syaoran dijo rápidamente, enrojeciéndose débilmente a la pregunta, y esta vez, Taeko, e incluso Yamazaki, notaron eso. La única abstraída era Sakura que calladamente estaba poniendo el pan en su bolsa. Syaoran tomó un paquete pequeño de su bolsillo y cuidadosamente lo puso en su bolsa en un lugar dónde no se rompería. Tomoyo, Meiling, Taeko y Yamazaki simplemente lo miraron porque parecía un poco avergonzado.

Entonces salieron con Syaoran llevando el camino, Meiling al lado de él, Taeko y Yamazaki detrás de ellos y detrás Tomoyo y Sakura. Después de que habían estado viajando por aproximadamente una hora, un viento fuerte de repente empezó a volar viniendo detrás de ellos. Era muy raro, porque no era un día ventoso. En cuanto empezó, Syaoran empezó a sentir una presencia terrible. Él lo supo al instante: algo muy malo pasaría ese día. Se dio la vuelta. Sakura también estaba sintiéndolo, él podía decir: había inquietud en sus ojos. Sakura supo que lo que fuera, les daría muchos problemas. Los dos comprendieron que el peligro venía detrás de ellos.

El grupo había acabado de pasar una curva y los árboles obstruyeron su vista pero podían oír cascos golpeando detrás de ellos. Syaoran calculó diez caballos.

Taeko, Yamazaki y Tomoyo observaron a los dos adolescentes con confusión. Parecían perturbados por algo. Meiling, de la manera en que Syaoran estaba escrutando el área, supo que algo andaba muy mal y también empezó a buscar algo raro.

Syaoran se dio la vuelta, pasando por su prima, los dos hombres y Tomoyo. Se detuvo al lado de Sakura.

"Puedes sentirlo, ¿no?" Ella cabeceó brevemente.

"¿Sentir qué?" Preguntó Taeko, habiéndolo oído, pero ni siquiera lo miraron de nuevo. Entonces vieron la cabeza de un caballo girando la curva. Sakura sostuvo su respiración esperando. El jinete era un hombre que los miraba con una sonrisa satisfecha. Casi al lado de ellos estaban otros dos hombres. Detrás de los tres vinieron otros ocho hombres montando caballos. Todos ellos parecían ser personas muy importantes. Los hombres tiraron a delante de ellos.

"¡Bien, finalmente nos conocemos!" Dijo el primer hombre. Syaoran inmediatamente le dio una mirada a sus amigos diciendo: no hagan o digan nada hasta que yo lo diga.

"¿Quiénes sois?" Syaoran preguntó con un ceño en su cara y fuerza en su voz.

"Ya veo… Saltando ya a la defensiva. Eres muy inteligente, joven," Dijo otro. Syaoran no hizo ningún comentario, esperando por su respuesta. "Si quieres saberlo, mi nombre es Yohei Aoki". Este hombre vestía de rojo.

"Yo soy Keizo Koizumi," dijo el hombre que vestía de amarillo.

"Hidenao Nakagawa," dijo el primer hombre que había hablado, vistiendo de verde.

"Los magos del Emperador," declaró Syaoran, sin cambiar su tono de voz o demostrar cualquier sorpresa, pero estaba muy sorprendido. Si estaban allí, entonces seguramente sabían que la profecía estaba cumpliéndose. Syaoran miró a los hombres que permanecían detrás de los tres magos. Syaoran podía sentir que tenían magia, aunque muy pequeña.

"Vosotros, Verborgens, y vuestros lamentables poderes," dijo insolentemente. Sus amigos solo lo observaron con la mirada ancha. "¿Realmente piensan que pueden detenernos con esos pequeños poderes? No sé por qué su raza está perdiéndolos, pero debe haber una muy buena razón."

"¡Estás muy seguro de ti mismo!" Koizumi dijo divertido.

"¿Por qué debo esconder lo que ya saben? Nos encontraron, saben quiénes somos."

"Claro," Aoki dijo. "Vinimos aquí detrás de ustedes dos."

"Si se rinden inmediatamente, la sentencia podrá ser más suave. Incluso salvaremos a vuestros amigos," Nakagawa ofreció en un tono superior.

"¿Realmente piensan que caeremos con eso? Piensan matarnos."

"Ésa es su respuesta. Demasiado malo… Y que hay sobre ti…" Koizumi sonrió perversamente mirando a la muchacha que estaba de pie al lado de Syaoran. " ¿ … Maestra de Cards?"

Sakura se estremeció bajo esas crueles miradas. Todos ellos tenían la iniquidad en sus ojos. Sin embargo, los tres magos eran peores. Sus presencias eran perturbadoras. Exudaban maldad y, en cambio, ellos podían sentir su buena aura convirtiéndose más fuerte cada día. Todos la observaron, esperando por su respuesta. Syaoran se volvió a ella, también esperando. Ella estaba renuente a meter a sus amigos en problemas, pero aún siendo ingenua como era, ella sabía que nunca dejarían escapar tan fácilmente a sus amigos así.

"Sabemos cuales son sus intenciones," dijo un poco temblorosa.

"Sí… no esperábamos que los dos esperados iban a rendirse tan fácilmente". Aoki empezó a acercarse. Syaoran se puso delante de Sakura.

"¿Los esperados…?" Tomoyo, Taeko y Yamazaki dijeron, casi al unísono.

"Creo que tendremos que capturarlos entonces". Aoki continuó hablando. "Pero será más fácil si solo se rinden. Nosotros os atraparemos de todas maneras."

"Corred," Syaoran casi dijo en un cuchicheo. Sakura no entendió sus palabras y él se volvió para mirar directamente en sus ojos. "¡Corred!" Él la empujó. Sus amigos no lo pensaron dos veces: insistieron a sus caballos al galope. Taeko subió a Yamazaki para ir con él. Los Verborgens vinieron detrás de ellos corriendo rápidamente.

Los hombres con los tres magos nada podían hacer. Incluso siendo Verborgens no tenían mucha fuerza, poderes o entrenamiento para hacer algo. Solo podían seguir a los magos ayudando con lo que podían. Syaoran no los temía, pero los tres magos eran peligrosos.

Sus caballos corrieron tan rápido como pudieron, los Verborgens justo detrás de ellos. Los hombres detrás de los magos siguieron intentando pegarlos con explosiones de energía para tirarlos, pero sus débiles poderes apenas podían alcanzarlos. Nakagawa apuntó delante del grupo y un gran árbol se desplomó en medio del camino, impidiéndoles pasar.

"¡Ese camino!" Apuntó Syaoran y ellos empezaron a correr en los árboles.

"¡No podéis escapar de nosotros!" Gritó Aoki detrás de ellos. Formó un arco y flecha mágicos en sus manos y apuntó hacia Syaoran. Lanzó el tiro. No había apuntado bien y la flecha pasó a Syaoran, aunque no antes de raspar el brazo derecho de Syaoran, hiriéndolo. Syaoran inmediatamente sintió el dolor en su brazo, pero no prestó mucha atención a ello.

Era un bosque denso. Por suerte, Syaoran conocía esa parte del bosque. Una vez tuvo que deshacerse de algunos soldados allí.

Hay un pasaje delgado delante en medio de la montaña. Es bastante largo, pero creo que puedo retrasarlos…

"¡Allí!" Dijo a los otros.

"¡Li, no podemos ir allí! Es demasiado peligroso. ¡Nos rodearán!" Dijo Taeko así como galopaba delante de todos ellos.

"¡Sólo haced lo que digo!" Gritó Syaoran y ellos obedecieron inmediatamente. Entraron corriendo. Syaoran se detuvo. Notando su súbita parada, Sakura también se detuvo, preguntándose lo que había planeado. Syaoran formó la espada en su mano. "Dos pueden jugar este juego…" Dijo así como sostenía la espada ante él, los Verborgens llegaron rápidamente hacia su camino. "¡Señor del Trueno, ven a mí!" Llamó él y el relámpago pegó un enorme árbol delante del pasaje, tirándolo. El árbol cayó delante del pasaje y un fuego comenzó. Él se dio la vuelta. "¿Qué estás haciendo todavía aquí?" Él preguntó urgentemente a Sakura, pero ella no contestó. Simplemente empezaron a correr de nuevo cuando vio que Syaoran estaba justo detrás de ella. Cuando estaban alcanzando el extremo del pasaje vieron los otros caballos, pero sus amigos no estaban en ninguna parte vista. No pudieron pasar con los animales por el crujido al final del pasaje y simplemente los dejaron, llevando lo que pudieron.

Syaoran saltó de su caballo, también llevando lo que pudo. Corrió hacia Sakura que estaba delante de él, abriendo su bolsa para que Kero pudiera salir de ella.

"¿Que está pasando? ¿Qué está pasando?" Preguntó Kero desconcertado por que había sido despertado por todo el correr y gritar. Nadie le contestó. Syaoran agarró a Sakura por la cintura, tirándola rápidamente abajo. Entonces tomó su mano y empezó a correr, tirándola detrás de él. Sakura corría tan rápida como podía para mantenerse al ritmo de él. Cruzaron el crujido en la piedra e inmediatamente vieron a sus amigos corriendo delante de ellos. Se detuvieron delante de un gran precipicio. La única forma de cruzarlo era un delgado e incierto puente hecho con sogas y tablones. Taeko se dio la vuelta, viendo a los 'dos esperados', como dijo el mago, corriendo hacia ellos.

"¿Qué hacemos ahora?" Preguntó él. Estaban todos abriendo la boca y recuperando su respiración. Kero estaba escondiéndose de sus amigos, sentado en una rama cercana.

"Pronto estarán aquí. Solo los retrasamos, pero estarán aquí. Vosotros…" Dijo Syaoran, tirando su bolsa en las manos de Taeko. " …cruzad el puente y continuad corriendo. Yo los detendré durante algún tiempo y cuando sea capaz, os seguiré."

"Pero-" Meiling intentó discutir, pero Syaoran no la permitiría.

"¡Sólo id!" Y él los empujó lejos, empujando a Sakura con ellos. Ella estaba deseosa de obedecer todo lo que él dijo, pero cuando en medio del puente sintió su mano mojada. Ella la miró.

"¡¿Sangre?!" Exclamó ella sorprendida. Se detuvo, retrocediendo a mirar a Syaoran.

"¡Sakura! ¡Has oído al mocoso! ¡Corre!" Gritó Kero urgentemente.

"Pero él está herido Kero…" Dijo Sakura, mirando a Syaoran que estaba de pie allí esperando a que los Verborgen vinieran, su sangre corría bajo su brazo. Y de repente entendió qué plan tenía en mente y esta vez era uno muy estúpido. "¡Él no puede luchar con ellos solo!"

"Él te dijo que -"

"¡No me importa lo que dijo! ¡No voy a dejarlo atrás!" ella lo interrumpió.

"¡Ying Fa!" Sus amigos ya habían cruzado el puente y habían estado esperando por ella. "¡Vamos!" Taeko hizo señas urgentemente para que ella los siguiera. Miró a Syaoran, entonces a ellos. Tomó la bolsa de su hombro y la tiró en la dirección de Tomoyo. La muchacha la cogió, mirando a Sakura con miedo. Tomoyo conocía esa determinada mirada en los ojos de Sakura.

"¡Iros!" Sakura les dijo, corriendo de nuevo hacia Syaoran.

"Pero- ¡Ying Fa regresa aquí!" Gritó Taeko.

"¿Estas loca?" Incluso Meiling la llamó. "¡Él te dijo que vinieras con nosotros!"

Sakura nada más dijo. Alcanzó el otro lado del largo puente.

"Llave que guarda los poderes de la oscuridad…" Ella formó el báculo en sus manos y llamó una card. "¡Sword!"

"¿Qué está haciendo?" Yamazaki se preguntó en alto.

"No hagas eso, Sakura…" Susurró Tomoyo, ya sabiendo lo que Sakura tenía en mente.

En un movimiento veloz, Sakura volvió la espada a las sogas del puente, haciéndolo caerse ruidosamente. Sólo Syaoran no lo escuchó. Estaba demasiado ocupado concentrándose en el sentimiento de los magos que se acercaban. Los cuatro amigos miraban hacia abajo. Era un precipicio profundo. Podían ver un río fluyendo allí abajo, al fondo de él.

"¿Por qué hiciste eso?" Preguntó Tomoyo asustada.

"¡Salid de aquí! ¡Ahora!" Dijo Sakura, dándose la vuelta y corriendo hacia Syaoran. Taeko tiró a Tomoyo detrás de él.

"No hay ninguna razón para que nos quedemos aquí. Escondámonos y miremos desde lejos," dijo él. Tomoyo intentó discutir pero era inútil.

Los soldados estaban acercándose, podía sentirlo. Syaoran echó una mirada encima de su hombro para asegurarse de que los otros no fueran vistos en ninguna parte, pero ahí estaba Sakura, viniendo hacia él.

"¡¿Qué estás haciendo aquí?!" Gritó. "¡Ellos están detrás de ti!"

"¡Ellos están detrás de nosotros, Syaoran! ¡Entiende eso! ¡Yo no voy a dejarte atrás! No voy a escapar. ¡No soy una cobarde!"

"¡Sakura, no me importa lo que pienses, no vas a quedarte aquí! ¡Ve ahora con los otros! ¡Te lo estoy ordenando!"

"¡No puedes ordenarme! Y aun cuando quisiese, corté las sogas del puente". Él se dio la vuelta, sus ojos posándose dónde el puente había estado. "Sabía que probablemente lo harías, de todas maneras…"

Syaoran vio que a los soldados les tomaría por lo menos un minuto más en alcanzarlos.

"¿Por qué, Sakura? ¿Por qué tienes siempre que ser tan difícil de tratar? ¡Estoy intentando protegerte pero siempre estás poniéndote en la línea!"

Ella se detuvo delante de él, sus caras sólo a unas pulgadas separadas una de la otra. Ella miró directa a sus ojos, resueltamente.

"Pasa que no soy consentida. Me preocupo de lo que les pueda pasar a los otros. Es por eso por lo qué corté las sogas, para que no pudieran perseguir a nuestros amigos". Ella hizo una pausa rápida. "¡Me preocupo por ti!" Declaró de repente. Sus ojos se ensancharon a eso. "¡No voy a permitir que luches solo! No soy una pequeña niña consentida y puedo cuidar de mí. ¡Voy a demostrar eso! ¡Voy a demostrar que estás equivocado!" Ellos siguieron mirándose fijamente, así como sus corazones estaban latiendo rápida y difícilmente, sintiendo el aura malvada del mago llegando más y más cerca. "¿Por qué nunca me dejas ayudar? ¿Por qué siempre debo esconderme y esperar?" Preguntó Sakura casi como un cuchicheo.

"Porque no quiero que te hieran…" Syaoran le contestó calladamente. Sakura pestañeó. ¿Era eso culpa lo que estaba oyendo en su voz y viendo en sus ojos? "Porque yo también me preocupo por ti". Sakura tembló con su contestación.

¿É-él realmente se preocupa… por mí…?

Mientras ella todavía estaba sorprendida con su contestación, Syaoran buscaba en alguna parte alrededor para esconderla, pero no había ningún lugar para eso. Eso fue cuando los Verborgens finalmente los alcanzaron. Ellos habían de alguna manera conseguido seguirlos a través del pasaje y dejar sus animales donde Syaoran y los otros habían dejado los suyos.

"¡Allí están!" Gritó Aoki. Syaoran frunció el entrecejo amenazadoramente y Sakura agradecía que el ceño no fuera dirigido a ella. Syaoran tiró a Sakura detrás de él, abriendo sus brazos como si intentara impedirles que la cogieran, su espada en la mano lista para ser usada. Ellos se detuvieron. La Maestra de Cards y el Líder de la Resistencia estaban de pie delante de ellos, sin mostrar ni un mínimo de miedo. Estaban de pie allí desafiantes. El báculo de Sakura listo para ser usado, Syaoran delante de ella, de forma proteccionista, al parecer sin dar una maldición sobre la sangre que resbalaba bajo su brazo. Kero se mantuvo vigilando desde su posición escondida. No había nada que él pudiera hacer. Tendría que moverse rápidamente y cogerlos, porque sabían que los dos eran muy fuertes, aun cuando en el momento, no eran lo fuertes como pudieran llegar a ser. Y ésa era su única ventaja.

"Seamos rápidos, ¿de acuerdo?" Dijo Koizumi e inmediatamente Aoki formó su arco en su mano, y una flecha mágica en el otro. Apuntó de nuevo a Syaoran, esta vez siendo cuidadoso de apuntar bien. En el momento que tiró la flecha, Syaoran salió de su camino, tirando a Sakura con él. "Quizá algo más rudimentario". Koizumi sacó su espada y así hicieron los otros.

"Oh-oh…" Susurró Sakura.

"Nos libraremos de esta Sakura. Solo quédate cerca de mí". Syaoran sostuvo su espada en su mano derecha, haciendo una mueca de dolor casi imperceptiblemente. 'Casi' porque Sakura lo notó. Y los hombres los atacaron.

Incluso herido, Syaoran estaba intentando evitar cada uno de los golpes y ataques que estaba recibiendo, y protegiendo a Sakura al mismo tiempo. Él la dejó cerca de él, siempre guardando un ojo para ver si alguno de ellos estuviera intentando atacarla, pero de momento, él era su blanco principal. Los Verborgens incluso intentaron usar algo de su magia, pero aunque sus poderes fueran algo fuertes, no tenían bastante entrenamiento, y Syaoran podía evitar todos sus esfuerzos por quemarlo, helarlo, mojarlo…

"¿Sólo tienen poderes primarios? ¡Qué patético!" Dijo Syaoran, mientras un hombre estaba intentando cortarle con su espada, pero Syaoran salió de su camino y puso su espada delante del hombre. Las hojas se cruzaron y Syaoran torció su espada, haciendo que el otro hombre cayera de cara al suelo en la tierra. "Oí que estaban perdiendo sus poderes pero esto es ridículo". Otro intentó pegarlo, pero él simplemente lo evitó.

"Es rápido…" Declaró Nakagawa. Los tres magos estaban de pie un poco lejos, simplemente mirando como su grupo intentaba coger a Syaoran.

"La muchacha no ha hecho nada todavía. Esperemos," dijo Aoki.

Syaoran continuó luchando con el hombre, manteniendo a Sakura cerca de él. Sakura, queriendo ayudar, decidió contribuir.

"¡Sleep!" Ella llamó e inmediatamente los hombres alrededor de ella y Syaoran se cayeron al suelo. Syaoran se volvió a ella, un poco sorprendido. "Más fácil, ¿no es así?"

"Podrías heber hecho eso antes. Venga. Marchémonos de aquí."

"No, tan rápido," dijo Koizumi y los dos adolescentes se volvieron a los magos. Se habían olvidado totalmente de ellos. "Puede que los hayáis derrotado. Debo decir que eran un poco fáciles derrotar. Pero eso no funcionará con nosotros, Maestra de Cards."

"Tengamos una batalla real." Aoki formó su arco en su mano, e inmediatamente lanzó una flecha, pero esta vez no estaba apuntando a Syaoran. Estaba dirigiéndola a Sakura. Sakura, no sabiendo qué hacer, paralizada por un breve momento, tuvo que ser arrancada del camino por Syaoran. La flecha pasó por ellos. Un segundo más, y la habría herido. Ahora Syaoran estaba muy enfadado.

"¡Señor del trueno! ¡Ven a mí!" Un golpe del relámpago del cielo, alcanzó el lugar donde el mago había estado.

"Nosotros también somos rápidos." Rió Aoki, mirando a los dos adolescentes buscándolos con los ojos abiertos. ¡No les habían visto moverse! ¡Solo desaparecieron! Dándose la vuelta, Syaoran y Sakura encontraron a los magos mirándolos divertidos.

Nakagawa abrió sus manos delante de él. Una luz verde apareció en sus manos y lo tiró sobre ellos. Sakura, esta vez, reaccionó al instante. "¡Shield!" La bola mágica alcanzó el escudo y explotó tan fuertemente que Sakura y Syaoran se estrellaron dentro del domo de la card. "¡Realmente están intentando matarnos!" Dijo Sakura, asustada.

"No podemos quedarnos aquí demasiado. No estás lista para luchar con ellos ahora. ¡Vete, Sakura! Usa The Fly. Yo me quedaré."

"¡No! ¡Tu brazo está sangrando! ¡No puedes luchar!"

"Sakura, estoy diciéndote que-" Syaoran estaba intentando convencerla, pero esta vez, era inútil. Ella de repente agarró el frente de su camisa, obligándole a que mirara directo en sus determinados ojos.

"¡Sólo me iré si vienes conmigo!" Prácticamente ordenó que él viniera con ella. En ese momento, todo lo que Syaoran podía hacer era regresarla la mirada fija.

Los magos miraron a los dos adolescentes un poco lejos. No tenían ninguna idea de qué estaba pasando entre ellos, pero supieron que ahora los dos hechiceros tenían un plan.

Los dos no dijeron nada más. De algún modo, sólo mirándose, supieron exactamente qué hacer. Syaoran cabeceó ligeramente y Sakura suspiró lentamente, aliviada. Dejó su camisa. Los dos esperados se volvieron para observar a los magos. Los tres hombres de fuera estaban preguntándose silenciosamente cual era su plan.

Sakura volvió a llamar el escudo. Al instante, ella vio que Nakagawa iba a enviar otra explosión mágica a ella. Syaoran y Sakura se miraron. Sakura cabeceó brevemente. Syaoran desapareció y Sakura llamó una card. "¡Jump!" cuando el ataque de Nakagawa fue lanzado, los dos adolescentes ya no eran vistos en ninguna parte.

"¡¿Qué?!" Nakagawa gritó. Los tres magos echaron una mirada alrededor desesperadamente. No podían permitirles escapar.

"¡Fly!" Oyeron. Lo próximo que vieron era a Sakura en su báculo. El báculo tenía alas y ella extendía su mano a Syaoran. Él sostuvo el báculo y empezaron a volar por el precipicio: Sakura sentada en el báculo y Syaoran agarrado a él.

"¡No! ¡No hay ningún lugar para cruzar este precipicio en millas! ¡No podemos dejarles escapar!" Aoki dijo. Eso fue cuando Koizumi sacó un tubo de sus túnicas. Tomó un pequeño dardo de la bolsa que tenía colgado en su hombro y lo puso en el tubo. Koizumi respiró hondo y entonces sopló con toda su fuerza. "¡Vamos! ¡Haz algo! ¡Ellos no pueden escapar!" Le gritó Aoki.

"Ya lo hice," Koizumi contestó serenamente.

"¡Entonces no funcionó!" Nakagawa también gritó.

"Tranquilícense mis amigos. Funcionará. La profecía no puede ocurrir si uno de los esperados está muerto". Él sonrió maliciosamente. "Y muy pocos sobrevivieron a eso."

Al alcanzar el otro lado del precipicio, Sakura y Syaoran empezaron a correr. Corrieron hasta que ya no pudieron más. Syaoran se detuvo. Sabía que no había nadie tras ellos. Se apoyó contra un árbol cogiendo su respiración, mientras Sakura se sentaba en una piedra, respirando pesadamente también.

"¿Cómo nos encontraron?" Syaoran se preguntó a sí mismo en alto, mientras todavía cogía respiración.

"No lo sé…" Sakura le contestó calladamente. Ella estaba jadeando ligeramente, ajustó sus ojos en alguna parte en el suelo. Syaoran se enderezó. Sakura probablemente había simplemente salvado su vida. Él no estaba listo para luchar contra esos tres. Nunca se había encontrado con nadie con fuerte magia como los tres magos. Él se había entrenado cómo con los ancianos, pero eso fue hace años y nunca tuvo que usar lo que aprendió. Sus adversarios eran normalmente débiles como los Verborgens que los magos tenían con ellos, o no tenía poderes en absoluto. Aunque Sakura una vez más le había desobedecido, él la estaba agradecido. Realmente estaba a punto de hacer una estupidez en contra de esos magos sin preparación.

Ésta era su oportunidad. Meiling y los otros no estaban cerca. Tenía que disculparse ahora con ella, o perdería el valor de nuevo.

"Sakura," él la llamó, pero ella no le miró. Todavía estaba mirando el suelo. Syaoran caminó hacia ella y sostuvo sus hombros, levantándola, obligándola a mirarlo. Ahí fue cuando lo notó. Su cara estaba roja, sus ojos cansados y la piel que tocaban las yemas de sus dedos era más caliente de lo usual. De algún modo supo que eso no era sólo de haber corrido. "¿Sakura que pasa?"

"Estoy mareada…" Dijo ella, agarrando sus brazos que todavía sostenían los hombros de ella, como si intentara prevenir que se cayera. "Mi cabeza…"

"¿Ha acabado de comenzar ahora?" Preguntó él, de repente un sentimiento de miedo creció dentro de él. Ella no contestó a su pregunta.

"Syaoran," dijo ella asustada. "Yo-Yo no te estoy v-viendo."

"¡¿Qué?!" Sus ojos se abrieron. ¿Por qué no estaba viendo? Syaoran cogió su cara, mirando directo a sus ojos abiertos. "¿No estás viéndome?"

"No. ¿Qué está pasando, Syaoran? Estoy asustada." Ella apretó su asimiento en sus brazos y descansó su cabeza en su hombro. Estaba más caliente que antes. Estaba quemándose en la fiebre. Syaoran la abrazó más cerca de él. No sabía lo que estaba pasando.

"Está bien, Sakura. Pensaré en algo". Aunque sus palabras eran tranquilizantes, él no estaba seguro de nada. Tenía el miedo escrito en su cara. ¿Qué le estaba pasando tan de repente? Él puso una de sus manos detrás de su cuello y sintió algo. Syaoran apartó su pelo a un lado, mirando detrás de su cuello. Había algo en su piel. Él lo arrancó. "¿Un dardo?" Sólo mirándolo, Syaoran supo en seguida: Ha sido gravemente envenenada. "Oh, Dios mío…"

"Syaoran…" Sakura murmuró cayendo en sus brazos.

"¡Sakura. Sakura!" Syaoran llamó, pero no había ninguna contestación. "Oh, no. ¡No te atrevas, Sakura Kinomoto! Despiértate!" Nada. "¡Sakura!"

Syaoran la agitó, la llamó, pero nada funcionó. Él la recostó, apoyándola con su brazo, mirando sus rasgos.

"¡Eh, Gaki!" Kero gritó desde detrás de Syaoran, pero al localizar a los dos adolescentes, se detuvo. "¿Qué está pasando?"

Syaoran lo ignoró completamente. Él verificó los signos vitales de Sakura. Estaba respirando. Tenía pulso. Estaba viva. ¿Por qué no estaba despertándose?

"Por favor, Sakura. ¿Estás escuchándome? ¡Despiértate!"

"¿Ella es-está muerta?" Kero preguntó, temeroso.

"No, Kerberos, pero fue envenenada". Syaoran le dio el dardo a Kero. "Guarda eso. Lo necesitaremos para saber lo que vamos a usar como antídoto". Kero lo examinó. El dardo tenía un olor fuerte de alguna substancia desconocida. "Tenemos que encontrar a Meiling." Dijo Syaoran, levantando a Sakura en sus brazos y corriendo con ella lejos a través del bosque. Kero enrolló el dardo en una hoja grande para que él no se envenenara también y siguió a Syaoran.

# * # * # * #

Estoy oyendo el sonido de pájaros cantar. El viento está atravesando los árboles. Oigo el susurrar de las hojas. Es tan pacífico. También puedo oír las cortinas que fluyen en el viento. Cómo amo estos sonidos. Me recuerda a… casa. Otou-san, abuela… e incluso Touya, aunque no sé por qué lo extraño. Pero él es mi hermano, después de todo.

Este olor… Flores de Cerezo. ¡Esta cama es tan cómoda! Es como si ya la conociera. Espera. Creo que lo hago ahora. Abro mis ojos, y echo una mirada alrededor. ¡No! ¡No puede ser! ¡Éste es mi cuarto! ¡¿Cómo conseguí llegar aquí?! me senté rápidamente. Quizá demasiado rápido. Mi cabeza está dando vueltas y lo sostengo firme de nuevo. Syaoran me trajo de vuelta… no pensé que estuviera tan enfadado conmigo. … Aún cuando extrañara mucho mi casa, ¡no quería regresar! Me sentía como si fuera a llorar. ¡No! ¡No quiero! ¡Debo ser fuerte! Fuerte para enfrentar a Otou-san… y onii-chan. Debe estar enfadado conmigo…

Me siento en la cama. No recuerdo haber regresado a casa. No recuerdo nada después del encuentro con esos magos. Recuerdo… recuerdo sentirme mal. Y recuerdo a… Syaoran. ¿Por qué tuviste que traerme de vuelta?

Me levanto y paseo pasando la ventana. Espero un minuto. Regreso a la ventana. ¡Donde las plantaciones estaban… Ahora hay sólo un campo grande cubierto con flores! ¡Flores amarillas, rosas, blancas y azules que desaparecen en la distancia! ¡Nunca he visto algo tan bonito en toda mi vida! ¡Mira cómo el viento corre a través de ellas, cómo oscilan bellamente! Los árbolesde cerezo alrededor de la casa están en completa flor. ¿Qué pasó aquí? Todo parece tan callado. Ahora noto que no estoy escuchando los pasos de los esclavos, los empleados gritándoles. No oigo eso. ¿Dónde están? Incluso el aura aquí… Es más ligero. Está reconfortante. Estoy desconcertada.

Camino al espejo. Mi ropa… estoy vistiendo un largo vestido azul celestial. Sus mangas están hechas de un tejido azul transparente que va a mis codos y está atado en mi brazo con una cinta azul. Se siente raro. No llevo ropa cara hacia meses. Toco mis labios. Guau. Tampoco llevaba maquillaje hacia mucho tiempo. Me examino. Tengo una pulsera en mi muñeca izquierda, un anillo dorado en mi dedo y una cadena alrededor de mi cuello, pero… ¡¿¡¿dónde está la llave?!?! ¡Oh, Dios mío, perdí la llave! Todo lo que está colgando de la cadena es un pequeño corazón hecho de cristal. ¡Debo encontrar mi llave!

Me pongo mis sandalias y corro a la puerta. Debo encontrar la llave. ¡Y las Cards! ¡¿Dónde pueden estar las Cards?! ¿Dónde está Kero, cuándo lo necesitamos? Abro la puerta y salgo fuera, silenciosamente cerrándola de nuevo detrás de mí. Camino por el corredor. ¿Dónde buscaré la llave? No tengo ninguna idea. Pero estoy segura que en mi cuarto no está. Cuando camino noto que las cosas son diferentes. La casa parece… más luminosa. La decoración y el olor son algo diferentes. Hay flores en los jarrones. Las puertas están abiertas, permitiendo al viento atravesar la casa. El aroma es de lozanías de cereza. Obviamente de los árboles floridos fuera. Camino calladamente por el corredor, insoportable alrededor de mí. Debo encontrar a mi padre. Estoy empezando a asustarme.

Casi estoy en la puerta de mi padre. Voy a abrirla, pero cuando lo voy a hacer, la puerta se abre.

"¡Sakura, he estado buscándote por todos lados! ¿Dónde estabas?" Tomoyo está delante de mí, sonriendo brillantemente. ¿Ella me acaba de llamar por mi nombre? ¡¿En mi casa?! Si Touya oye eso, él va a-

"Estaba obviamente durmiendo de nuevo…" El sonido de esa voz me hizo temblar de miedo. Es la triste verdad, debo temer a mi hermano. Pero algo en su voz es diferente. Miro dentro de la oficina de mi padre, y hay está mi hermano, sentándose en un sillón, una mueca en su cara mirando curiosamente en mi dirección. Al parecer está esperando por una respuesta. "¿No lo estabas…Kaijuu?"

"¡¡¡Yo no soy un kaijuu!!! ¡¿Cuántas veces tendré para repetir eso?!" Grito enojadamente. ¡¿Por qué no puede dejar eso?! ¡Es fastidioso! Entonces me detengo. Siento los músculos de mi cara relajarse. Touya parece tan… calmado. Soltado. Tan diferente de su usual 'postura de soldado'. No está vistiendo ese calloso uniforme rojo, ya veo. "¿Qué te ha pasado?" pregunto. Creo que mi voz parece un poco desconcertada.

"¿Qué quieres decir?" me pregunta.

"Pareces diferente," digo yo.

"Entonces quizá necesitas gafas, kaijuu." Sé que es bastante infantil, pero no podía controlarlo ya. Caminé hacia él y le di una patada en su pie. Fuerte. Le oí intentar ahogarse un lamento de dolor.

"No. Soy. Un. Kaijuu." Digo serenamente mirando su cara. Sonrío triunfalmente, cuando él se frota su pie con su mano.

"¿Qué están ustedes dos haciendo de nuevo?" Oigo la voz de mi padre. Simplemente entonces me vuelvo a mirar al escritorio. Mi padre está allí sentado, un libro en sus manos. Me sonríe. "¿Touya estaba perturbándote de nuevo?"

"Ya hemos arreglado eso," Contesto sonriendo abiertamente a mi onii-chan. Oigo a otou-san intentando no reírse. No le gusta cuando yo y Touya tenemos discusiones, pero siento como si él realmente se divirtiera mirándonos a veces.

"Debes de parar de molestar a tu hermana, Touya, antes de que te quedes sin pies," Oigo a alguien detrás de mí hablar. Aunque Tomoyo está todavía en la puerta, ella no fue la que dijo eso. Conozco esa voz, pero no puede ser. No puede…

"¡¿¡¿Obaa-san?!?!" ¡Mi abuela está aquí! ¡Está delante de mí, sonriéndome! ¡Pero ella había fallecido hace meses! ¿Cómo puede ser esto? ¡¿Qué está pasando aquí?!

"¿Qué pasa, cariño?" Me pregunta serenamente. Ella está sentándose en el sofá al otro lado del cuarto. Está sonriendo. ¡Cuánto extrañaba esa sonrisa! Siempre hizo sentirme mejor. Cuando mi mundo se sentía como si se estuviera cayendo en pedazos, ella siempre me sonreía y yo siempre me sentía mejor. ¡Estoy tan contenta! Corro a ella y la abrazo firme. Sé que mi obaa-san está sorprendida, pero me está devolviendo el abrazo.

"Te extrañé, obaa-san," digo, intentando no llorar.

"¿Me extrañaste? Pero no me fui a ninguna parte," me contesta dulcemente.

"Finalmente está demente…" oigo mascullar a Touya, pero no me preocupo mucho de él. Mi abuela tira un poco fuera de mí para mirar mi cara.

"¿Has estado teniendo sueños vívidos?" Pregunta ella. ¿Sueños vívidos? Bien, tengo uno en particular, pero nunca se lo dije a nadie. ¿Cómo lo puede saber ella? "¿Es ese de nuevo?"

"¿Cuál?" ¿Tengo más de uno?

"Ese en que tú eres un héroe y debes salvar el mundo," contesta. Me levanto. ¿Un sueño? No, no era un sueño. Estoy segura de que no lo era. Tengo la cicatriz de doce puntos que recibí después de escapar de c- ¿Eh? Pasé mi mano encima de mi cintura y… no siento ese pequeño dolor que no se marchó completamente ya. No está aquí. Algo pasa.

"¿Qué está pasando aquí? ¿Dónde están los sirvientes y los esclavos?" pregunto, a lo qué oigo a todos en el cuarto reír un poco.

"Sí. Has tenido ese sueño de nuevo," mi padre sonríe.

"Quizá debemos empezar a buscar una casa de locos…" Se rió Touya. ¡No! ¡No era un sueño! ¡No podía ser sólo un sueño! ¡Era real! ¿… verdad?

"Sakura," Me llama Tomoyo. Ella camina hacia mí y me tira por mi mano. Conozco ese brillo en los ojos de Tomoyo. Está planeando algo. Miro a mi obaa-san y tou-san. También tienen sonrisas astutas en sus caras. Oigo que Touya se queja de algo muy calladamente, pero no entendí que. Aunque vi a mi padre lanzarle una mirada enfadada a él por eso. "Como estaba diciendo, estaba buscándote por todas partes. Tu madre me pidió que te llevara a los jardines."

"¿Mi- mi madre?" tartamudeé. ¡Estoy tan desconcertada! ¡¿Qué está pasando aquí?! ¿Mi madre? ¡Pero ella murió cuando tenía tres años! ¡Ni siquiera la recuerdo bien! Sólo sé cómo es debido a la pintura que mi padre tiene encima del hogar. Él tiene tonos de pinturas de ella y todas las semanas él pone una nueva. ¿Mi madre?

"La recuerdas. Ojos esmeraldas, pelo hasta bajo la cintura…" Dijo Touya sarcásticamente. Le miré frunciendo el ceño.

"Vamos, Sakura." Tomoyo me arranca del cuarto. Ella dice antes de cerrar la puerta detrás de nosotros: "Excúsennos."

"¿Tomoyo, por qué estás llamándome por mi nombre delante de mi padre y especialmente mi hermano?" pregunto, mientras estamos caminando por el vestíbulo, encabezando hacia la puerta principal.

"Siempre te he llamado por tu nombre delante de ellos…" Dice ella. "Estos sueños tuyos siempre consiguen confundirte todo."

"No, Tomoyo, no era un sueño," digo, mientras ella está abriendo la puerta delantera y está empujándome fuera de la casa. "¡Estoy segura que no lo era! ¡Era demasiado real para serlo! Pero todo es tan diferente. Yo no sé… yo ya no sé…"

"Sakura, olvídate de eso. Tu madre quiere verte. Fue por ese camino. Ella dijo que estará esperando bajo el gran árbol de cerezos." Tomoyo apuntó el camino y yo obedecí. Bajo los escalones; pero antes de continuar, me detengo y me doy la vuelta.

"¿De verdad era sólo un sueño? ¿Realmente no estabas allí conmigo?"

"Sólo un sueño, Sakura…"

Me doy la vuelta y continúo la andadura. ¿Por qué esto no se siente lo correcto? Siento los ojos de Tomoyo en mí hasta que desaparezco detrás de un árbol. Entonces oigo la puerta que se cierra. Ahora debo encontrar a mi madre. ¿De verdad está ella aquí? Camino al gran árbol que Tomoyo me dijo que fuera. Desde aquí veo a una mujer, sentada bajo el árbol, apoyándose contra el tronco del árbol. No puede ser… Solamente no puede…

" ¿Okaa-san?" Ella se vuelve a mí. ¡Oh, Dios! ¡Es ella! ¡Realmente es ella!

"Hola, cariño," ella dice, haciéndome señas para sentarme al lado de ella. La miro fijamente silenciosamente. "¿Pasa algo?" pregunta ella, obviamente notando mi cara sorprendida. Pestañeo un par de veces para asegurarme que estaba viendo bien. Entonces camino a ella y me siento al lado de ella.

"N-nada…" mascullo.

"Ya veo." Ella me sonríe. "Cada vez que él viaja por alguna razón tú tienes un día un poco soñador. Debes estar extrañándolo mucho."

"¿Huh? ¿Extrañando a quién?" ¿Debo estar extrañando a alguien?

"Muy graciosa." Ella me da un golpecito ligeramente. "Como si no supiera que piensas en él todo el tiempo. Así es cómo se siente cuando estás enamorada. Pero claro, tú ya sabes eso."

"¿Estar… enamorada?" Miro fijamente a mi madre. Tiene una voz tan bonita. La manera que el viento atraviesa su pelo. Es tan bonita. Y está aquí. ¡Ella está viva!

"Sé cómo debes estar sintiéndote. Él dijo que regresaría solo en un mes. La espera puede matar. Bueno," ella se pone de pie. Yo también me pongo de pie. No quiero que se vaya. ¡Quiero hablar con ella! "Tengo una sorpresa para ti. Espera aquí." Ella empieza a marcharse. No puedo permitírselo. Agarro su mano.

"No, por favor, okaa-san, no te marches."

"Pero yo no voy a ninguna parte. Sólo voy a traerte tu sorpresa."

"Pero yo- yo quiero hablar contigo…"

"Podemos hablar después. No voy a ninguna parte. Ahora, espera aquí." Ella me sonríe y me deja de pie allí. "No mires atrás." Dice ella festivamente. Yo obedezco. Un largo silencio. Entonces la oigo susurrar: "Ella es todo tuya."

¿Eh? Oigo sus pasos marchitarse lejos. Está alejándose. Pero me pidió que esperara, y lo haré.

¿Realmente era todo un sueño? Estoy tan desconcertada. ¿Qué está pasando aquí? ¡Primero obaa-san, ahora okaa-san. Todo es tan diferente!

¿Debo estar contenta, no es así? Después de todo, fue todo un sueño. ¡Toda la opresión, los tristeza…¡Eso nunca pasó! ¡Realmente debo estar contenta! Pero no lo estoy. ¿Por qué? No lo entiendo. Me siento como, en lo más profundo, todo es verdad, pero todavía… ¡argh! Puedo sentir uno de esos rajantes dolores de cabeza empezar.

"Sakura." Oigo una voz llamarme suavemente y me doy la vuelta. Suspiro, aliviada. ¡Él está aquí! Espera un minuto allí… ¡¿ÉL ESTÁ AQUÍ?!

"¡Mi hermano va a matarte!" grito, asustada, pero él solo se ríe de mí.

"Verdad que no le gusto mucho, pero matar… Eso es demasiado, Sakura." Dice él, mirándome. Se está paseando hacia mi y acercándose. Oh chico, de una manera demasiado cercana. Se detiene. Su cara está sólo a dos pulgadas de la mía. Hoeeee… "¿Tienes fiebre o algo?"

"¿Yo? No, ¿por qué habría yo?" intento preguntar. ¿Estoy nerviosa, pero por qué?

"Tus mejillas están rojas." Él pone su mano en mi frente. Siento la sangre apresurándose en mi cara. "Pero tu temperatura está normal… ¿Has estado fuera en el sol demasiado largo?"

"¡Sí! ¡Eso es!" ¡Buena cosa que él pensara en eso! "Pero no cambies el asunto. ¡¿Qué estás haciendo aquí?!"

"Vine a visitarte, pero si quieres que me vaya…" Él se da la vuelta, ya dejándome atrás.

"¡Eh!" Corro detrás de él y agarro su mano. "¡No te pedí que te marcharas! Yo simplemente estaba preguntándome…" Examino su mano. Ellas no están callosas como recuerdo que eran…

"¡¿Si te permitiría pintar mis uñas?!" Él se ríe.

"¡Claro que no!"

"¿Entonces por qué estás mirando tanto mi mano?" Pregunta él, tomando mi mano en la suya. Debo estar ahora del color de un tomate, y supongo que él está deduciendo el por qué. Puedo verlo por su mirada.

"Porque son diferentes, eso es todo. ¿Paraste de estrenar?"

"¿Entrenar?" Él parece confundido.

"¡Entrenar, tú sabes! Entrenas tanto que-" Dejo de hablar. La mitad de mis recuerdos dice que él nunca entrenó nada antes. Sin embargo, mi otra mitad dice lo contrario. ¡¡¡Estoy tan desconcertada!!! ¡Qué me está pasando! ¡Estoy tan desconcertada que hiere! ¡Recuerdos! ¡Ellos están aquí, pero no podía recordarlos! ¡¿Por qué?!

"¡Sakura! ¿Qué pasa?" Él sostiene mi cabeza, obligándome a enfrentarlo. Veo la preocupación en sus ojos.

"Nada." Digo, poniendo la mejor sonrisa que puedo, pero todavía atrapada en este torbellino de confusión. Supongo que no lo nota. Está sonriéndome. Está sonriendo mucho hoy. No hace ese normalmente. Y tiene una preciosa sonrisa.

"Tontita." Dice, mirándome tiernamente. Noto ahora de nuevo cómo de cerca el uno del otro estamos, y solo parece que nos estamos acercando. "Te extrañé."

¿Qué dijo?

"¿T-tú lo hiciste?"

"Claro que lo hice. ¡Dos semanas apartado de ti es como una eternidad." ¡Solo pude abrir la boca! ¡¿Qué resto yo puedo hacer?! "Eso es por lo qué regresé más temprano, sólo para sorprenderte."

"¿T-tú estabas fuera…?" Frunce el entrecejo.

"¿Es esa toda la consideración que consigo por pensar en ti veinte cuatro horas a la semana, eh?"

"¡Lo siento! ¡Yo… claro que sabía que estabas fuera! ¡Simplemente estaba… Bromeando! ¡Ja, ja, ja!" Me río nerviosamente.

"Te perdonaré. Pero sólo esta vez." Dice él, pasando sus dedos a través de mi pelo. Ahora, esto se siente real. Reconfortante. Siento… paz… felicidad… era un sueño. Está viviendo la cosa real ahora, Sakura. No lo gastes. Sonrío, mirándole. ¿Cómo podría pensar que un sueño era real? Él no ha dejado ir a mi cara todavía y está mirándome fijamente. ¡Quiero decir, realmente mirándome fijamente! Puedo sentir su cálida respiración en mi cara.

¡Muy cerca! ¡Muy cerca! ¡Demasiado cerca! Va a b- Espera un segundo. ¡Estoy… oyendo una voz…!

"Sakura, por favor… No puedes hacer esto… No ahora… Por favor… te lo pido, no te rindas…" El sonido es tan bajo que realmente suena como alguien lejos de mí estuviera diciendo estas palabras, y que ellas están siendo llevadas por el viento a mí y sólo mí. Pero todavía, su presencia está cercana. Muy cercana. Miro al hombre que está ante mí, todavía sosteniéndome.

"Has o-" Iba a preguntarle si él había escuchado, pero no puedo. Él cortó mis palabras. ¡Él está besándome! ¡Oh, Dios mío! ¡¡¡Syaoran está besándome!!!

¿Ahora qué hago? Intento mover fuera de él, pero no puedo. Él me tiene atrapada. No puedo apartarme… … … … ¿De todas maneras lo quiero? … … … … ¿Ahora de dónde vino ese pensamiento?

¡No estaba esperando eso! ¡Nunca pensé que él haría eso!

Ya no puedo respirar. Mi corazón está palpitando tan rápido que casi estoy temblando. Creo que estoy temblando. Syaoran me sostiene cerca de él y me encuentro pasando mis dedos a través de su pelo. ¡Estoy respondiéndole! ¡¿Pero por qué, por amor de Dios?! ¿Por qué… se siente tan bien? Ni siquiera puedo pensar claro ya…

Finalmente él rompe el beso y me mira fijo amorosamente. Nunca me ha mirado de esa manera antes. Yo solo le devuelvo la mirada, aprendiendo a respirar de nuevo.

"¿Por qué estás ruborizándote, Sakura?" Susurra él. "Pensé que habíamos terminado eso."

"Tú has terminado eso. Yo todavía me ruborizo cada vez que actúas así, ¿recuerdas?" Contesto en el mismo tono. De repente recuerdo todas estas cosas. Estos recuerdos que parecían estar enterrados en mí, pero ahora los recuerdo. ¿Cómo pude olvidarme? Crecí con mi madre y abuela cercas. Mi hermano trabaja con mi padre. Tomoyo es mi prima y vive con nosotros. Y yo… yo miro el anillo en mi dedo… ¡Estoy comprometida con Syaoran! Él estaba fuera en un viaje comercial. Dijo que regresaría por sólo un mes, pero está aquí dos semanas antes. … ¿Cómo pude pensar que un sueño era verdad?

"Oh, sí. Eso es correcto." Se ríe suavemente. "Supongo que tendré que sacar esa turbación tuya, entonces." Y antes de que pudiera preguntarle lo que quiso decir con eso, siento sus labios una vez más en la míos. Realmente no quiero pensar en ello nunca más…

#* #* #* #

"¡Todavía no puedo creer que ella está simplemente tumbada allí!" Exclamó Tomoyo, apartando algunas lágrimas de su cara. Meiling se sentó al lado de ella, compasiva. Desde que Sakura había caído en este profundo sueño, Tomoyo ha estado a su lado todo el tiempo. Habló con ella, intentó despertarla, pero nada funcionó.

Tumbada en la cama delante de las dos muchachas estaba Sakura. Vestida de blanco, la ropa del hospital. Su piel estaba pálida. La puesta de sol que entró a través de la ventana le dio una luz que parecía un ángel durmiendo. El único movimiento y sonido que venían de ella eran la subida y bajada de su pecho y el sonido de su respiración. A parte de eso, nada más fue visto u oído.

"Tranquilízate, Daidouji…" Meiling dijo, poniendo una mano reconfortante en el hombro de la muchacha.

"¡Pero no puedo tranquilizarme! ¡Ella ha estado así durante los últimos cinco días y el doctor no sabe lo que la envenenó ni siquiera para que pueda preparar un antídoto!"

"Él lo encontrará, Daidouji. Todavía está examinando el dardo. Encontrará el antídoto pronto y en un par de días ella estará importunándonos de nuevo."

"¿Realmente piensas que sí?" Tomoyo secó una lágrima de su cara.

"Estoy segura de ello."

"Mmm… ¿Meiling? ¿Estaba preguntándome por qué Li corrió a ti en primer lugar?" Preguntó Tomoyo, recordando cómo Syaoran los había localizado, llevando Sakura y buscando Meiling.

"Porque entiendo sobre plantas, venenos, antídotos, etc. Los ancianos nos enseñaron, pero yo recuerdo las lecciones mejor que Syaoran, aunque no puedo recordar el nombre de un veneno que pueda estar causando todo esto…" Contestó Meiling.

Las muchachas se quedaron calladas, oyendo la respiración firme de Sakura. Entonces Tomoyo oyó que Meiling se preguntaba:

"Me pregunto por qué Syaoran insiste en guardar ese peluche al lado de ella…" Kero estaba tumbado al lado de Sakura, teniendo un duro tiempo pretendiendo ser simplemente un muñeco, era difícil guardarse firme durante tan largo tiempo. Él solo estaba esperando a que dejaran el cuarto, para poder relajarse y poder cuidar de su señora. Pero tendría que esperar un poco más. Oyeron el sonido de pasos que venían por ese camino. Las muchachas se miraron. Se pusieron de pie. El doctor estaba viniendo, solo sabían eso.

La puerta se abrió y el doctor entró. Al lado de él, una enfermera joven. Los dos verificaron sus signos, colocaron la manta y la almohada, la examinaron una vez más… La enfermera caminó a la ventana y la cerró, tirando las cortina cerradas. Entonces dejó el cuarto. En el momento que ella salió, Syaoran entró, Yamazaki y Taeko justo detrás de él. El doctor observó a la muchacha por unos momentos.

"No creo que la fiebre regrese, pero debemos guardar nuestros ojos abiertos por eso," dijo él. Se dio la vuelta, encontrándose cinco pares de ojos inquisitorios. Él tomó una respiración profunda. "Tengo miedo de no tener buenas noticias para darles." Syaoran hizo una mueca de dolor frustrado.

"¿No ha encontrado lo que la envenenó?" Preguntó Taeko.

"Al contrario. Lo encontramos. El veneno fue hecho con una planta muy rara normalmente conocida como 'el sueño oscuro'." Al sonido de ese nombre Syaoran se dio la vuelta y golpeó la pared enojadamente, intentando contenerse. Eso era exactamente lo que estaba temiendo. Esa era exactamente la planta que él estaba rezando que no fuera.

"¡Maldición!" Masculló. Se dio la vuelta y en ese momento todos en el cuarto podían ver simplemente cómo estaba Syaoran de preocupado. "¿Doctor, está seguro de lo que está diciendo?"

"Lo estoy," contestó el doctor tristemente. Syaoran descansó sus ojos en Sakura. Ella estaba durmiendo tan serenamente, apaciblemente. Parecía que iba a despertarse en cualquier momento, pero no lo haría. ¿Por qué tenía que pasarle a ella? No soportándolo más, Syaoran abrió la puerta del cuarto, y salió fuera, dejando a sus amigos allí, evidentemente confundidos.

"Ahora, doctor," Meiling llamó la atención del hombre más viejo que ella. "Explíquenos sobre este 'sueño oscuro'."

"El sueño oscuro es una planta tan rara que todos piensan que tenía que estar extinguida. El sueño oscuro funciona haciendo a la persona caer en un profundo sueño, un coma. Durante algunos días la persona sólo duerme, pero entonces ella empieza a soñar. No cualquier sueño, ningún sueño simple. Los más profundos deseos y anhelos de la persona están siempre en estos sueños. Son tan reales, que la persona pierde su sentido del realismo, y acepta el sueño como la realidad. Desde que el sueño es tan bueno, la persona no desea despertarse". Explicó el doctor.

"Ya veo… ¿Y cuál es el antídoto?" Preguntó Taeko. El doctor no le contestó en seguida. Hizo una pausa.

"No hay ningún antídoto." Ellos abrieron la boca sorprendidos.

"P-pero doctor, ¿cómo va ella a salir de eso?" Preguntó Tomoyo.

"La única manera para ella de despertarse es si ella lo desea."

"Usted acaba de decir que éstos son tan buenos que ella no querrá despertarse," Apuntó Yamazaki. El doctor cabeceó ligeramente. "¿Quiere decir esto que ella va a dormir para siempre?"

"No…" Ellos podían oír la tristeza en la voz del doctor. "Hay otra cosa que este veneno hace. Normalmente cuando el sueño empieza, empieza a debilitarla. Poco a poco, día a día, ella se pone más débil… En unos días, su corazón se detendrá."

"¿Entonces lo q-qué nos está d-diciendo e-es que e-ella v-va a morir?" Tartamudeó Tomoyo.

"Lo siento. No hay nada que podamos hacer. Sólo podemos esperar ahora". No había ninguna manera de intentar detener a Tomoyo de llorar ahora. Ella se desmoronó en la silla al lado de la cama y empezó a llorar tan fuerte que dolía. Taeko se arrodilló al lado de ella, intentando reconfortarla, pero era inútil. Yamazaki guardó silencio, estando de pie al lado de los dos; mientras Meiling salió sigilosamente del cuarto.

Ella cerró la puerta, esperando ver a Syaoran en el corredor pero él no estaba allí. Paseó de arriba abajo por el corredor, sin encontrarlo. Finalmente encontró a dos enfermeras y les preguntó por un muchacho tan alto, con los ojos de ese color, pelo así… Ellas apuntaron al cuarto de espera.

Entró en el cuarto, y allí estaba él, sentado silenciosamente. Ella no supo qué decirle realmente. Meiling solo se sentó al lado de él.

Miró a su primo calladamente. Podría ver preocupación escrita por su cara. Sus ojos estaban fijos en alguna parte del suelo, una de sus manos abrazaba algo dentro.

"¿Qué es eso?" Preguntó ella, apuntando a su mano. Él dudó, entonces lo abrió ligeramente. "Así que ésta es la llave de Clow. Estás guardándola para ella."

Syaoran no dijo nada. Él simplemente cerró su mano de nuevo, de forma proteccionista, alrededor de la cadena con la llave.

"¿Estás seguro de qué no hay nada que puedas hacer, Syaoran?" Le preguntó. ¡Cuánto se preocupaba por esa muchacha!

"No hay magia que pueda despertarla. No hay nada tan fuerte. La única manera para que ella despertase es si ella quiere. Pero estoy seguro de que ella está teniendo los sueños más bonitos. Ella no querrá despertarse."

"¿Cómo puedes saber que sus sueños son así de buenos?"

"Debido a su personalidad. Debido a como de feliz y amable es ella," dijo Syaoran. Meiling tembló con eso. Ella nunca había oído a Syaoran halagar a alguien tan sinceramente. Ella notó apretar el objeto más aun en su mano. Meiling no tenía ninguna idea de que Sakura tuviera tan fuerte efecto en Syaoran. Nunca lo había visto así de preocupado antes. ¡Nunca!

"Sakura…" Syaoran firmó pesadamente. "Ésto es todo culpa mía…"

Continuará…

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¡Os hablo en el próximo capítulo!

…KayJuli

sunshine_kathie@yahoo.com

N. de T: Aquí les traigo el cap 12, no esperen que actualice tan seguido el siguiente capítulo ^^UUU. Y un gran aplauso a este fic q ha alcanzado en su versión original (en inglés) ya casi los 1700 reviews, sip, casi. Y hablando de este fic... ya tiene 25 caps y la autora piensa terminarlo en 2 o 3 caps más, q pena me da pensar q se termina este fic U_U. Más información solo contacten conmigo ^_^ o la autora si se les da bien el inglés.

Ah! Por alguna extraña razón los textos que deberían estar centrados no aparecen así, no sé lo que pasa, si alguien lo sabe que me lo diga, gracias.

Comentarios, quejas o denuncias a eternal_phoenix_light@yahoo.es

MSN: kasiopea_milenia99@hotmail.com

Zai Jian