¡Bien, después de poner la toda la historia de nuevo, he regresado, con un nuevo capítulo, como todos esperaban! Me tomó un largo tiempo escribirlo, me dio también muchos problemas. ¡He escrito casi o más de la mitad de este capítulo a mano *levanta sus manos vendadas*. ¡Así que realmente espero que lo disfruten! No tienen idea de lo que he pasado para escribirlo.

¡Antes de empezar debo agradecerle todos la comprensión y el apoyo que recibí (¡¡realmente me ayudaron mucho!! leí todos los e-mails y reviews y me encantó cada uno de ellos ^_ ~), aunque debo agradecer especialmente a BabySmurf (¡gracias por todos los e-mails que enviaste para animarme!) y mi amiga y editora de este fic, Renata, ¡que me ayudó a que consiguiera una buena visión en los sentimientos de 'alguien' y realmente me inspiró a escribir este capítulo! Con las ideas que me dio, borré todo lo que había escrito y volví a empezar de nuevo. En mi opinión, mereció la pena. ¡No estarían leyendo esto si ella no me hubiera ayudado! (¡¡¡Obrigada, obrigada, obrigada, obrigada!!! ¡Te devo uma (e algumas mais)!) Si os gusta Rurouni Kenshin, realmente deben leer su fic "Pretty bad sake", por Hana Himura. ^_ ~ ¡Y claro, tengo que agradecer a mi primo Benjamín que tan maravillosamente verificó mi gramática en este capítulo (y es la inspiración para un personaje que aparecerá en un capítulo futuro. jejejeje.)!

¡Así que vayamos al asunto!

¡¡¡¡R&R!!!!

Disclaimer: ¿Pensáis que estaría escribiendo un fanfic si lo poseyera?

* ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * El Poder de Dos Corazones * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ *

CAPÍTULO 13

Syaoran cerró la puerta detrás de él. No quería creerlo. ¡Se negaba a creerlo! Y aún así, sabía que era verdad. Sakura estaba muriendo. No podía evitar sino pensar:

Es todo culpa mía...

Se apoyó contra la pared. Su corazón golpeaba tan pesadamente en su pecho que casi era doloroso. Por pensar que Sakura realmente estaba muriendo… ¡No! ¡No quería ni siquiera pensar en eso! Hace solo unos días ella estaba sonriente, risueña, charlando, cantando…

"Hay otra cosa que este veneno hace. Normalmente cuando el sueño empieza, empieza a debilitar a la víctima. Poco a poco, día a día, ella se pondrá más débil… En unos días, su corazón… se detendrá." Syaoran oyó al doctor decir dentro del cuarto. Se enderezó como si repentinamente la pared estuviera caliente. Empezó a andar. A donde, no lo sabía. Puso sus manos en los bolsillos de sus pantalones. Ahí fue cuando sintió algo en su bolsillo derecho. Sacó el objeto. Era la llave de Sakura, la llave de Clow. Él lo había quitado cuidadosamente de alrededor de su cuello unos días antes, cuando la trajo al hospital.

Abruptamente tuvo el impulso de destruir esa llave. Si sólo Sakura no fuera la Maestra de Cards, si ella no poseyera poder mágico, o Clow Cards… ¡Eso no le habría pasado a ella! Pero entonces… Quizá él no la habría conocido también. Apretó la llave en sus manos hasta que le hiriera. Pronto averiguó que había caminado al cuarto de espera y se sentó al lado de la ventana, mirando fuera pero no viendo nada.

Unos momentos después notó a Meiling entrar en el cuarto, pero no la miró. Ella parecía mirarlo, intentando deducir lo que estaba pensando, lo que estaba sintiendo. Se acercó finalmente y se sentó al lado de él.

"¿Qué tienes allí?" le preguntó ella. Syaoran abrió sus manos despacio, permitiendo a Meiling ver el odioso objeto en su mano. "Así que ésta es la llave de Clow. Estás guardándolo para ella."

Syaoran cerró su mano una vez más.

Sí, la llave de Clow… La razón por la qué ahora Sakura está tumbada en esa cama, pensó amargamente.

"Nunca he oído hablar de esa planta antes… ¿Estás seguro de que no hay nada que se pueda hacer, Syaoran?" Vino la voz de Meiling de nuevo.

"No hay magia que pueda despertarla. No hay nada tan fuerte. La única manera de que ella pueda despertar es si ella quiere. Pero estoy seguro de que está teniendo los más bellos sueños. No querrá despertarse."

"¿Cómo puedes saber que sus sueños son así de buenos?"

"Debido a su personalidad. Debido a como de feliz y amable es ella." Syaoran podía ver, en la esquina de sus ojos, la sorpresa en la cara de Meiling. ¡Él se había sorprendido así mismo! No obstante, ésa era la verdad: El siempre estoico Syaoran Li se preocupaba de Sakura Kinomoto. No podía entender lo que estaba sintiendo y por qué. ¡Ella era la hermana de su enemigo, por amor de Dios! ¿Cómo podía preocuparse tanto de alguien, sobre todo ella?

"No soy una pequeña niña consentida y puedo cuidar de mí misma. ¡Voy a demostrarlo! ¡Voy a demostrar que estás equivocado!" Syaoran podía oír las palabras de Sakura en su mente.

"Sakura…" Susurró Syaoran, sintiendo una súbita desesperación que nunca había sentido antes. Estaba sintiendo algo apretarse alrededor de su corazón, hiriéndole. "Todo esto es por mi culpa…"

#* #* #* #

Un murmullo.

"Despierta…" Dice una voz dulce.

"¿Mmm…?"

"Vamos…" Repite ella.

Conozco esa voz. ¿Pero… de dónde?

"¿Ya te has olvidado de mí? Debo decir, Clow-san, estoy muy defraudada," se ríe ella. Los ojos de Eriol temblaban abiertos oyendo esa risita. Miró fijamente a la mujer que estaba delante de él como si no pudiera creer a sus ojos. "¿Por qué estás mirándome así?"

"¿M-Maaya?" Eriol preguntó, frotando sus ojos.

"¡Sí, claro que soy yo, Clow-san!" Eriol investigó sus alrededores rápidamente. Notó que estaba tumbado en una cama. Las almohadas y las mantas eran blancas. De hecho, todo alrededor de él era blanco. Notó que en medio del cuarto había una mesa. En ella, había un jarrón de cristal lleno de pequeñas flores blancas. Sus ojos regresaron a Maaya. Ella estaba vestida con un ligero vestido blanco, su pelo caía precioso por su espalda. Sus ojos esmeraldas centelleaban de goce. "No me digas que ya te has olvidado de tu alumna favorita."

Eriol se sentó y miró abajo a sí mismo. Estaba vestido pantalones blancos y camisa. Un espejo estaba colgado en la pared blanca al lado de él. Todo en ese cuarto era blanco. Sí, él era Eriol y no Clow Reed.

"P-pero, soy Eriol… Si esto es real… debo estar soñando." Comprendió él.

"Sí, Clow-san. De hecho, has estado durmiendo durante seis días hasta ahora." Maaya se puso de pie. Ella había estado sentada en el borde de la cama al lado de Eriol.

"¿¡¿¡¿Seis días?!?!?" Eriol estaba muy sorprendido. "¡¿Cómo pasó eso?!"

"Fuiste derribado por la piedra, ¿recuerdas? Intentaste destruirla, pero no pudiste. Su poder es mucho más fuerte que el tuyo". Eriol frotó su sien, intentando pensar claramente.

"Sí, recuerdo," dijo él. Levantó la vista hasta Maaya con un brillo culpable en sus ojos. "¿Piensas… Piensas que hice lo correcto cuándo los llevé derechos a la piedra?"

Maaya estaba callada. Ella parecía estar considerando qué decir. Después de una pausa muy incómoda, dijo finalmente:

"Sí." Eriol suspiró aliviado, oyendo su contestación. Necesitaba oír eso de alguien. Estrechó sus ojos con curiosidad.

"¿Por qué?" preguntó él.

"Bien, al principio pensé que habías perdido el juicio, pero entonces entendí que no tenías por donde escoger. Éste era el momento adecuado. Alguien la encontraría en el futuro. Creo que era lo mejor recuperar la piedra ahora."

"¿Estás segura?"

Maaya hizo una pausa.

"Lo estoy." Dijo ella tranquilizadora. De repente su sonrisa se marchitó, y una expresión preocupada tuvo lugar.

"¿Qué pasa, Maaya?" Eriol preguntó interesado con su súbito cambio.

"He estado de nuevo en el futuro," contestó ella.

"Oh, Dios mío. Maaya, ¿qué pasó?" Eriol se puso de pie y caminó a ella, por la ventana. ¡Ella estaba mirando fuera de la ventana a un campo cubierto con flores blancas, pero el cielo era increíblemente azul!

Maaya no le contestó hasta que Eriol finalmente alzó su barbilla con un dedo, haciendo que ella le mirara.

"¿Que pasó, mi niña?" preguntó de nuevo, este vez con una expresión paternal.

"Ellos los encontraron, Clow-san." Contestó Maaya. Él podía darse cuenta del miedo en su voz.

"¿Qué quieres decir? Estás hablando sobre - Oh, por favor, Maaya. Díme que no estás hablando sobre…"

" …Sakura y Syaoran." Maaya completó. Eriol hizo un gesto de dolor.

"¿Los encontraron? ¿Los buitres los encontraron?" Preguntó él rápidamente, intentando asegurarse de que entendió.

"Sí."

"¿Han sido arrestados? ¿Han sido llevados a Glanz?"

"No. No arrestados, pero Sakura… Ella fue envenenada." Eriol dejó ir a Maaya, suspirando y caminando hacia la cama. Se sentó.

"¿Con qué?"

Maaya lo miró, con tristeza en sus ojos. "El Sueño Oscuro…"

"Oh Dios, oh Dios, oh Dios…" Repitió Eriol, cubriendo su cara con sus manos y respirando profundamente. "¿Estás segura? ¿Estás muy segura de que era el Sueño Oscuro y no alguna otra planta?"

"Desgraciadamente, sí. Es verdad. Después de investigar, los doctores finalmente vinieron con los resultados ayer: El Sueño Oscuro. Ella ha estado en un profundo sueño desde hace seis días a ahora."

"Se suponía que esto no tenía que pasar. No ahora. ¡No ahora! ¡Todo… Todos nuestros planes, nuestro trabajo!"

"Lo sé…" Maaya vino y se sentó al lado de él. "Sakura está ahora entre la vida y muerte, y la opción es suya."

"Ella no querrá despertarse…" Eriol susurró para sí mismo.

"Eso es por lo qué debemos hacer algo. Clow-san, sé que odias cuando interferimos, pero debemos. Fui al futuro y… El futuro se ha dividido en dos universos paralelos debido a lo que está pasando."

"¿Universos paralelos?" Preguntó Eriol, entendiendo cuan serio se estaba poniendo esto.

"Sí. Sakura está justo en el medio; vivir o morir. Es extraño ver el futuro así. Uno de ellos muestra lo que pasará si Sakura vive. Todo resultará simplemente bien. Pero si ella muere, Clow-san…"

"Entonces el futuro del mundo queda ahora completamente en manos de Sakura…" Maaya cabeceó.

"Su opción cambiará el mundo." Ella hizo una pausa. "¡Debemos hacer algo!"

"¡Maaya, no podemos simplemente interferir! ¡Está mal! Sabes que no se supone que estemos haciendo todo esto en primer lugar. ¡Está contra… está contra la naturaleza!" Eriol se puso de pie.

"Entiendo eso, pero si no hacemos algo, ¡Wunder estará arruinado!" Maaya también se puso de pie. "Si Sakura muere, Ohira usará la piedra para dar a los Verborgens poderes de nuevo. Entonces el mundo estará perdido. ¡Dios mío, lo que vi en el futuro-! ¡No quiero volver a ver eso en la vida! ¡No quiero pensar que todo nuestro trabajo ha sido en vano!"

"Así que fue una mala idea recuperar la piedra…"

"No. Hiciste lo correcto. Seguramente un día alguien lo hubiera encontrado. Nosotros solo tenemos que… ¡no lo sé! No sé lo que podemos hacer, pero sé una cosa: ¡no podemos permitir que Sakura muera!"

"¡Tampoco podemos impedir siempre el futuro!"

"¿Entonces qué se supone que tenemos que hacer?" Preguntó Maaya.

Eriol se puso de pie de nuevo y se puso a caminar de arriba a abajo en el cuarto.

"Debemos esperar. No podemos cambiar el futuro simplemente cuando pase algo. Debemos poner nuestra confianza en Sakura y esperar que ella escogerá la opción correcta. Sólo interferiremos en el camino cuando no veamos ninguna otra opción. ¿Cuánto tiempo tenemos?" Se preguntó él. "Dijiste que fue envenenada hace seis días."

"Sí."

"Entonces en este momento, está teniendo muchos sueños. Uno detrás de otro. No recordará ninguno de ellos si se despierta. He visto a los buitres usando este veneno antes. El sueño más importante empezará en ocho días. En este sueño, se le dará una opción. Su decisión decidirá si vive o muere."

"Ocho días…" Murmuró Maaya. "Todo lo que ella halla deseado alguna vez… En un sueño."

"Sus más secretos deseos y anhelos, cosas que ni ella sabe de sí misma estarán en este sueño. La vida que siempre quiso…"

"¿Querrá ella despertarse?" Maaya y Eriol intercambiaron miradas.

"¿Maaya, no hagas nada, de acuerdo? Esperemos y veamos. Si es necesario, interferiremos, pero no ahora."

"Lo entiendo."

"¿Ya los ha encontrado Kaho?" Preguntó Eriol.

"No. Después del encuentro con los magos, Syaoran tomó otro camino. Perdieron sus caballos, así que Syaoran paró a un anciano. El hombre llevó a Syaoran a su pueblo dónde tienen un hospital muy bueno. Este pueblo está muy lejos de la ruta de comercio, por eso allí estarán más seguros. No creo que los magos piensen en buscarlos allí. De hecho, ya no están buscando a Sakura y Syaoran. Piensan que la muerte de Sakura es segura. Están regresando a Glanz ahora mismo."

"¿Cuán lejos está el pueblo de Glanz?"

"Creo que alrededor de unos diez días de viaje."

"Ya veo… entonces debo advertir a Kaho."

"No será útil ahora. La enviaste intentando impedirles que cogieran a nuestros descendientes, pero ya fueron encontrados."

"Lo sé…"

Un silencio largo se siguió.

"Te permitiré despertarte ahora," dijo Maaya finalmente. "Ya has recuperado la mayoría de tus poderes. Puedes despertarte."

"No hagas nada," dijo Eriol una vez más. "Interferir es nuestra última opción."

"Sí, Clow-san." Maaya asintió sumisamente.

Eriol empezó a sentirse vertiginoso. Estaba despertándose.

"Antes de que me vaya, Maaya," él llamó su atención. Ella lo miró. Una sonrisa estaba en su cara. "Sé que siempre estás mirando inadvertida, en el pasado. Después de centenares de años, ha sido muy bonito verte de nuevo."

Maaya sonrió.

"Sí, ha sido, Clow-san."

El vértigo se volvió aún más fuerte. Eriol cerró sus ojos y sintió como estuviera cayendo hacia delante.

"Mmm…" Gimió Eriol.

"¡Eh, señor!" Eriol abrió sus ojos inmediatamente oyendo la llamada. "¡El mago ha despertado!"

¿Dónde estoy? Eriol notó que estaba mirando el suelo. Pestañeó varias veces para entender que estaba sobre un caballo, tumbado por el animal, boca abajo. Sintió detenerse abruptamente. Observó que la tierra estaba cubierta con nieve. En la esquina de sus ojos, vio a alguien calzando botas negras viniendo hacia él. Esta persona se detuvo delante de él. Eriol fue inesperadamente tirado al suelo. La persona, que lo había tirado, le ayudó a que se enderezara. Solo entonces, Eriol vio que esta persona era…

"¡Kinomoto!"

"¡Hiragizawa! ¡Así que finalmente se ha levantado!" Touya le dio palmadas en la espalda. "¡Estábamos empezando a pensar que iba a morir! ¡Durmiendo durante seis días! ¡Eso es un récord!" Rió Touya.

¿Kinomoto riendo? Pensó Eriol sorprendido. Sabía que Touya no estaba acostumbrado a reír así. Echando una mirada alrededor, vio que todos los soldados tenían caras de júbilo.

"¿Dónde estoy?" preguntó.

"¡Estás de camino a casa!" Contestó Yukito alegremente, apareciendo al lado de Touya.

"Sí. ¡Gracias a ti, hemos encontrado la piedra y ahora estamos regresando a Glanz!" Dijo Touya.

"¡L-la p-piedra! ¡¿Dónde está la piedra?!"

"Tranquilízate, Hiragizawa. Está en un lugar seguro." Touya dio unos ligeros golpecitos a su bolsillo. "¡Casi te mata ese dragón! Estábamos corriendo por ese largo corredor en la cueva cuando vimos esa fuerte luz azul extendiéndose por el lugar y oímos un golpe. ¡Eras tú siendo lanzado contra la pared! A propósito, debes estar sintiendo dolor por todo el cuerpo, ¿eh?"

"Ahora que lo mencionaste…" Eriol se sentía cansado. Todo su cuerpo estaba dolorido, pero especialmente su espalda.

"¡Vamos, Hiragizawa! ¿Qué hay con esa cara sombría? ¡En veinte días finalmente regresaremos a casa y el emperador seguramente nos premiará!" Touya estaba sumamente contento. ¡Quizá una promoción estuviera en reserva de nuevo por tener éxito en tan peligrosa y difícil tarea! "¡Sube a tu caballo, Hiragizawa! ¡Tenemos un largo camino que ir!"

Touya caminó de vuelta a su caballo. Yukito estaba justo detrás de él.

"No puedo esperar a llegar a casa," dijo Yukito, montando su caballo.

"Yo tampoco," dijo Touya. Se detuvo por un momento. "Espero que mi hermana ya halla sido encontrada y halla regresado a casa, segura."

"Quizá lo está."

"Sí. Por mucho que ha conseguido enfadarme por escapar con el líder de la Resistencia, podría perdonarla. Solo espero que halla vuelto a sus sentidos y esté ahora en casa. No me gustaría regresar y averiguar que todavía está perdida."

Inadvertido por los dos amigos, Eriol estaba agitando su cabeza ligeramente, detrás de ellos. Si sólo Touya supiera por lo que su hermana estaba pasando ahora mismo…

#* #* #* #

Tres días después…

Eran las nueve de la mañana, una mañana pacífica. Los lugareños que trabajaron para el patrón de la región ya se habían ido para el trabajo dos horas antes. Sólo aquéllos que eran demasiado jóvenes, demasiado viejos o no necesitaran ese día, quedaban en el pueblo. El viento que atravesó el pueblo era frío y pesadas nubes estaban cubriendo el cielo. Una muchacha caminaba serenamente calle abajo, llevando una cesta llena de las cosas que había acabado de comprar para que su madre hiciera el almuerzo ese día. Al lado de ella, no había nadie en la calle. Todo estaba callado, salvo por el viento y pájaros que piaban perezosamente. Ella siguió caminando serenamente hasta que oyó un fuerte golpe procedente de la casa que estaba pasando delante en ese momento.

Dentro de la casa, un muchacho estaba sentado en el suelo de la sala, frotando su frente.

"¡Podrías llamarme por lo menos antes de tirar de las sábanas y tirarme al suelo!" Gritó él.

"Lo hice," contestó Taeko redundantemente. Ambos muchachos oyeron a alguien riendo. Se volvieron para mirar quién estaba riendo. Un viejo, gordo y bajo hombre estaba en la puerta, observándolos.

"¡Ustedes muchachos son graciosos! Todos los días lo mismo. ¡Es tan difícil despertarlo!"

"Sí, pero estoy considerando despertarme solo de hoy en adelante. Estoy empezando a cansarme de esto…" Dijo Yamazaki poniéndose de pie y tomando la manta del suelo, plegándola y colocándola muy bien en la cama.

"Entonces solo levántate y no esperes a que te llame."

El viejo se rió un poco más y entonces puso una gran bolsa en las manos de Taeko.

"Éste es el desayuno de tú amigo."

"Él ya está fuera, ¿no?" Preguntó Taeko, aceptando la bolsa.

"Le vi salir esta mañana a las cinco…" Dijo el hombre tristemente.

"¡¿Las cinco de la mañana?!" Bostezó Yamazaki. "¡Son las diez y deseo poder dormir más!"

"Son las nueve, Yamazaki," corrigió Taeko.

"Da igual. Todavía estoy cansado." Yamazaki fue a cambiarse de ropa.

"¡Rápido, Yamazaki!" Dijo Taeko.

"¿Por qué? ¡No es como si se fueran a ir a ninguna parte!" Contestó desde el baño.

"¡Yamazaki!"

"¡Vale! ¡Lo siento! ¡Ya voy!"

Taeko se volvió al hombre.

"Zemin-san, muchas gracias. Realmente no sé lo que haríamos sin su ayuda. Apreciamos lo que hace."

"Está bien, muchacho," Dijo Zemin.

"Pero hemos estado dándole problema…"

"Muchacho, no lo menciones. Realmente no me importa." Dijo él, mientras llevaba a Taeko a la puerta. "Estoy contento de poder ayudar."

"Oh, y estoy seguro de que Li también está agradecido, señor. Él le agradecería, pero-"

"No te preocupes. Lo entiendo. Él está angustiado por la pequeña flor. Los ayudaré de cualquier forma que pueda. Espero que ella mejore pronto."

Taeko sonrió complacido. Zemin-san era ciertamente muy hospitalario y un buen hombre. Tuvieron suerte de encontrar a alguien que estuviera tan dispuesto a ayudar. Yamazaki apareció detrás de ellos. No se había peinado el pelo y estaba todo erizado de manera muy divertida en su cabeza.

"Ahora váyanse muchachos," dijo el anciano, empujándolos fuera de la puerta. "Ellos necesitan su desayuno. Oh y decidle a la señorita Daidouji que necesita descansar un poco de vez en cuando. Realmente debe venir hoy y debe dormir un poco."

"¡Nosotros le diremos señor!" Dijo Yamazaki, siguiendo a Taeko.

"¡Eh! ¿Por qué estás andando tan rápido Taeko?" Yamazaki preguntó cuándo finalmente había alcanzado a su amigo.

"Me gustaría llegar al hospital antes de que empiece a llover."

Solamente entonces, Yamazaki admiró el cielo.

"¡Oh, sí, tienes razón!" Dijo Yamazaki, cerrando los botones superiores de su chaqueta. Corrió un poco para alcanzar a Taeko de nuevo. "No había notado que estaba nublado." Taeko rodó sus ojos. "Hablando sobre días nublados, sabias que en-"

"Yamazaki, no pienso que éste sea el momento apropiado para decir otro de tus historias." Taeko lo interrumpió. "En este mismo momento, Ying Fa está en el hospital y los doctores no nos están dando muchas esperanzas. Daidouji se niega a dejar su lado y Li desaparece todos los días cuando el día rompe y simplemente aparece de nuevo tarde, por la noche para dormir. Que hace todo el día, no tengo ni idea." Taeko suspiró. "No sé por qué está actuando tan extraño."

"Mierda, Taeko, yo tampoco lo sé… Quizás tiene algo que ver con su hermana muriéndose, ¿no crees?" Dijo Yamazaki sarcásticamente.

"No, lo que quiero decir es que… Yo estaba allí cuando su tío, el anterior líder de la Resistencia, murió. Todos sabíamos que no sobreviviría debido a su lesión, pero Li no estaba actuando así, aunque sé que su tío era como un padre para él, desde que el padre de Li murió cuando él era muy joven. No hizo nada excepto… callarse, como parece que está haciendo ahora. Pronto llevó la Resistencia, tomando toda la responsabilidad en sus hombros. Y sólo tenía quince años. Pero ahora… ¡Aparentemente olvidó todo sobre la Resistencia y el gran plan que tiene! ¡Habló sobre ello en la reunión en Nimbo pero no ha vuelto a decir nada sobre ello!"

"Ya veo…" Yamazaki puso sus manos en sus bolsillos. "Supongo que tienes razón. Por mucho que entiendo que este es un duro momento para Li, tengo que estar de acuerdo contigo. Simplemente no puede rendirse. No ahora."

"Estamos aquí." Dijo Taeko, apuntando al edificio delante de ellos. Era el hospital. Así como estaba caminando dentro, una enfermera los saludó. Ellos eran bien conocidos por el personal de todo el hospital. De hecho, todos en el pequeño pueblo sabían sobre la 'pobre muchacha agonizante' en el hospital, cuando se referían a Sakura, aunque nadie a excepción de los doctores y sus cinco amigos sabían exactamente lo que ella tenía.

Taeko y Yamazaki alcanzaron el último en el corredor. Se miraron tristemente, oyendo una melodiosa voz baja cantando una suave canción en el cuarto.

Heart's call

Heart's fall

Swallowed in the rain

Who knows

Life grows

Hollow and so vain

Taeko golpeó en la puerta, pero lo hizo calladamente porque no quiso interrumpir. Sin embargo, la que estaba cantando no se detuvo.

Wandering in the winter light

The wicked and the sane

Bear witness to salvation

And life starts over again

Ellos esperaron. Pronto una muy cansada Meiling abrió la puerta.

Now the clear sky is all around you

Ellos entraron. Sus ojos cayeron inmediatamente sobre Tomoyo, quien estaba cantando serenamente, sentada en una silla al lado de la cama de Sakura, sosteniendo su mano.

Love shadows will surround you

All through the night

Star glowing in the twilight

Tell me true

Hope whispers and I will follow

Till you

Love me

Too...

Meiling cerró la puerta despacio.

"¿Alguna mejora?" Susurró Taeko a Meiling.

"Ninguno en absoluto. Ningún movimiento y ningún sonido, a excepción de su respiración," le susurró también Meiling, depresiva.

"¿Y cómo está Daidouji?" Preguntó Yamazaki.

"Ella sigue hablando y cantando con esperanza de que Ying Fa escuchará pero… creo que ella sabe que eso no va a despertarla." Ellos se quedaron callados por un momento, mirando a Tomoyo. Sin apartar sus ojos de Tomoyo, Meiling preguntó: "¿Habéis visto a Syaoran?"

"No," Contestó Taeko.

"Vi a Li ayer, cuando estaba viniendo de vuelta después de pasar el día entero Dios-sabe-dónde. Pienso que eran alrededor de las once," Dijo Yamazaki. Meiling solo cabeceó, comprensivamente.

Now the clear sky is all around you

Love shadows will surround you

All through the night

Star glowing in the twilight

Tell me true

Hope whispers and I will follow

Till you

Love me

Too...

"Ésa era la canción que su abuela la cantaba cuando era pequeña," Dijo Tomoyo cuando la canción acabó. Ella no había notado a los dos hombres también en el cuarto. "Meiling, abre las cortinas. No le gustaría despertarse y ver todo tan cerrado. Ella odia eso."

Meiling no dijo nada. Ella sólo hizo lo que la dijo calladamente. Taeko estrechó sus ojos. Pensó que era bastante raro que Tomoyo estuviera explicando a Meiling qué canción era. Verdad que Meiling no estaba muy encariñada con Ying Fa por decir al menos, pero ellas pertenecían a la misma familia. ¿No se suponía que ella sabía por lo menos eso? ¿Entonces, cómo podía saber Tomoyo más sobre Ying Fa que su prima? Después de todo, ellas crecieron juntas. Eso era lo que Li le había dicho sobre su infancia. Él había dicho que sus hermanas y él habían crecido con su prima, y que desgraciadamente, él había prometido casarse con ella años atrás. Algo estaba mal allí. Estaba teniendo ese sentimiento ahora durante algún tiempo, pero él solo podía poner un dedo en lo que estaba mal.

Sin embargo, Yamazaki interrumpió sus pensamientos cuando él saludó a Tomoyo. La muchacha se dio la vuelta, revelando sus cansados ojos violeta.

"Ohayou…" contestó cansadamente. Yamazaki caminó compasivamente más cerca a ella, preguntando cómo estaba sintiéndose y dándole el desayuno que Zemin le había enviado. Justo ahora Taeko se estaba tomando tiempo para observar Sakura.

Ella estaba tumbada en la cama, su pecho subiendo y cayendo con su respiración. Una manta gris clara estaba cubriéndola, guardando su calidez. Mientras Tomoyo estaba sosteniendo una de sus manos, la otra estaba descansando al lado de ella. Su pelo estaba absolutamente aseado, gracias al cuidado de Tomoyo.

"Parece aun más pálida y débil hoy," Taeko se susurró a sí mismo, pero Meiling lo oyó.

"Lo sé…" dijo ella. Taeko se volvió a ella.

"¿Podría hablar contigo un segundo, fuera?" Meiling encontró eso muy extraño, pero estuvo de acuerdo.

"Claro," dijo ella. Antes de cerrar la puerta, Taeko miró a Yamazaki, silenciosamente poniéndolo al cargo de cuidar de ambas 'Ying Fa' y Tomoyo. Yamazaki cabeceó ligeramente, inadvertido por Tomoyo.

"Meiling," Taeko dijo inmediatamente después de cerrar la puerta. "Pienso que debes buscar a Li."

"¿Eh? ¿Por qué?"

"Porque vamos días tarde. Escucha, sé que este no es el momento adecuado para hablar sobre esto, pero se suponía que ya estábamos en la Ciudad de Glanz."

"Lo sé, pero-"

"Debes hablar con él. Entiendo a Li. Está angustiado por Ying Fa. Éste es un momento duro para él, pero simplemente no puede rendirse ahora. Tiene miles de vidas de hombres en sus manos. Tiene su confianza. No puede decepcionarlos." Taeko bajó su tono cuando una enfermera pasó por ellos. "Él es el líder. Él no puede abandonar. Tienes que hablar con él."

"¿Por qué yo? ¿Por qué no haces tú eso?" Preguntó en el mismo tono de voz.

"Él es tu primo y tu prometido. Él te escuchará."

"Obviamente no conoces muy bien a Li," dijo Meiling bajo su respiración. "Él no me escuchará."

"¡Tienes que intentarlo! ¡Tú eres la única que puede hablar con él! ¡Si decepciona a todos ahora, probablemente no creerán en la Resistencia nunca más, y esa es nuestra única oportunidad! Tienes que hacer esto, Meiling, porque-"

"¡Vale, vale! Lo intentaré, pero no prometp nada." Ella entró en el cuarto y regresó, poniéndose su capa.

"Él verá que tenemos razón. Solo tienes que hablar con él."

"Si él normalmente no me escucha, ¿por qué empezaría ahora?" Ella se quejó, ya caminando abajo el vestíbulo. "Solo estoy aceptando tan rápidamente porque no puedo soportar más los lloros de Daidouji…"

Li Syaoran estaba sentado en una rama alta de un árbol que estaba en la cima de la colina más alta que rodeaba al pequeño pueblo. De su posición sentada, podía ver a las personas caminando en las calles, ocupados con sus mandados.

Un fuerte viento sopló a través del árbol. Aunque era una agradable y pacífica mañana, los pensamientos de Syaoran eran cualquier cosa menos pacíficos. Durante días había estado sentado en esa rama todos los días, intentando tranquilizar su inestable espíritu, pero eso era imposible. Nada podría tranquilizarlo. No estaba oyendo las apaciguadoras palabras del viento, o el reconfortante cantar de los pájaros, ni incluso el pacífico cielo azul que podía verse en algunos huecos en las pesadas nubes que cubrían el cielo. No había nada que podría hacerlo sentirse mejor o que pudiera hacer que detuviera de culparse. Suspiró pesadamente, recordando la imagen de Sakura cuando la vio la última vez hace diez días, indefensamente tumbada en la cama del hospital. Cerró sus ojos. Todavía era duro creer que todo eso estaba pasando.

De repente Syaoran oyó algo: alguien estaba jadeando, agitándolo fuera de sus pensamientos. Miró hacia abajo. Había alguien apoyándose contra el tronco del árbol, intentando coger su respiración de nuevo. Syaoran tembló, su corazón empezó a latir más rápidamente, esperando lo peor.

"¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó él. Meiling levantó la cabeza rápidamente.

"¡¡¡Allí estás!!! ¡He estado buscándote por todos lados!" ella sonrió un poco, feliz. "¡Finalmente! Después de buscarte durante casi dos horas, estaba empezando a pensar que habías desaparecido o algo."

"¿Por qué estabas buscándome?" Preguntó sonando muy molesto.

"Yo… vine a hablar contigo," dijo ella, subiendo al árbol fácilmente y sentándose al lado de Syaoran en la rama. "Taeko me lo pidió."

"¿Qué es?"

"Mmmm… Taeko y… yo - nosotros pensamos que debemos ir yendo a Glanz."

"¿Qué?"

"Bueno, hemos estado aquí por más de una semana. Hemos perdido mucho tiempo aquí, y creo que para ir de la Ciudad de Glanz desde aquí, nos tomará diez días por lo menos. Eso si vamos rápidamente."

"¡Meiling, no puedo creer mis oídos! ¡¿Quieres que salgamos ahora?!" Syaoran la miró incrédulo.

"Creo que es lo mejor para hacer…" Ella miró hacia abajo mientras Syaoran abrió la boca por ella.

"¡¿Cómo puedes ser insensible, Meiling?! En este mismo momento, Sakura está-"

"Sé eso. Yo acabo de pasar la noche entera cuidando de ella con Tomoyo…"

" …muriendo!" Syaoran completó como si no hubiera escuchado a Meiling en su último comentario.

"¡Entiendo eso, Syaoran! ¡No obstante, tú simplemente no puedes rendirte ahora! De lo que oí de otros, porque tú nunca me dices nada, estás preparando un ataque masivo en la Ciudad de Glanz. ¡Syaoran, el quinto centésimo aniversario celebrando la conquista de Wunder por los Verborgens empieza dentro de un mes! ¡Diez días para llegar allí, veinte para preparar a los rebeldes... ¡Syaoran, no tenemos tiempo que perder!"

"¡Entonces ve tú, Meiling! ¡Te destinaré a ti o a Taeko para tomar mi lugar y poder iros!" dijo exasperado.

"¡Sabes muy bien que no puedes hacer eso! No tienes el poder para hacer eso. Fuiste escogido por los ancianos y sólo ellos pueden librarte de la responsabilidad."

"No iré," murmuró él, pero Meiling lo escuchó.

"¡Syaoran, no fue culpa tuya! ¡Debes entender eso! ¡No había nada que pudieras hacer!"

"No, Meiling. Ella se puso en peligro por mí, debido a las cosas que le dije."

"¡Syaoran-!"

"¡No hay nada que me puedas decir que pueda cambiar mi opinión." ¡Voy a demostrar que estás equivocado! Syaoran cerró sus ojos.

"¿Qué te está pasando, Syaoran? Nunca te he visto así antes," susurró Meiling. "Nunca te he visto actuar tan irresponsablemente."

"¡No estoy siendo irresponsable!" Syaoran terminó de golpe, saltando del árbol. "¡Es todo por mi culpa! ¡¿No lo ves, Meiling?! ¡Ella está muriendo y yo soy quien debe ser culpado! Ella quiso ayudarme, pero más importante, ella quiso demostrarme que puede cuidar de sí misma. ¡Si no fuera por mí, y las estúpidas cosas que dije, esto no estaría pasando! ¡No voy a dejarla ahora!"

Meiling también saltó del árbol. Ella frunció el entrecejo, cansada de esa discusión. "¡Mira, Syaoran! ¡Ella es la hermana de Kinomoto Touya! ¡Él es tu enemigo, Syaoran! ¡Es su culpa que nuestro tío muriese hace casi tres años! ¡Fue la culpa de Kinomoto! ¡Cómo puedes preocuparte tanto por su hermana?!"

"¡Yo solo lo hago, Meiling! ¡Y eso es todo lo que necesito saber!"

"Debo decir, Syaoran, que has cambiado mucho en éstos últimos tres meses desde que la conociste. ¡No le creería si alguien me dijera que Li Syaoran estaba protegiendo a la hermana de su enemigo! La respetas. Te preocupas por ella. ¡Una chica! ¡Una chica que conociste hace sólo tres meses! ¡¿Qué pasa contigo?! No me importa si piensas que ella es uno de los héroes de la profecía o cualquier cosa que dices que ella sea. ¡Ella sigue siendo una Kinomoto! ¡Y en ella no se puede confiarse todavía!" Le gritó ella y esperó por la contestación, pero Syaoran solo estaba de pie allí delante de ella.

"No dejaré a Sakura," dijo simplemente, apartándose de ella.

"Ya veo. Bien, Syaoran, creo que debes empezar a pensar en cuales son tus prioridades después de todo. ¿Qué es más importante: la Resistencia o Sakura Kinomoto?" Dijo ella antes de darse la vuelta y empezar a bajar la colina. ¡Qué frustrante podía ser Syaoran cuando quería!

Miró a Meiling bajar despacio la colina. La siguió con los ojos hasta que la perdió de vista. Solo entonces, se sentó de nuevo, apoyando su espalda contra el tronco del árbol.

"Mis prioridades…" susurró.

#* #* #* #

Los días fueron pasando, uno tras otro. Cada día era peor que el anterior. Cada hora era más insoportable. Cada minuto era una tortura. Mirar a Sakura cada día viendo debilitarse más, aun más pálida, aún más vulnerable, era tan profundamente doloroso. Los doctores entraban al cuarto para examinarla todos los días, y todos los días agitaban ligeramente sus cabezas al cerrar la puerta detrás de ellos. Ella era tan joven y bonita. ¿Por qué algo así tenía que pasarle a ella?

La gente del pueblo se había acostumbrado a ver todos los días a Yamazaki, Taeko y Meiling de arriba a abajo en la calle principal. De la casa de Zemin al hospital y de vuelta, cada uno de los días. De vez en cuando cogían vista de Tomoyo caminando por la calle miserablemente a la casa de Zemin para tomar un descanso cuando ya no podía aguantar más. Sin embargo, ella sólo haría eso después de que sus tres amigos la hubieran obligado. Se negaba a dejar a Sakura. Quería estar allí todo el tiempo, cuidar de ella, mirarla, intentar despertarla con sus canciones y hablando con ella. Nada estaba funcionando. Sakura no mostró ninguna señal de escuchar nada a su alrededor.

El pobre pequeño Kero, el guardián, tuvo que fingir ser un muñeco durante dos semanas. Siempre estaba al lado de Sakura. De vez en cuando, cuando Tomoyo no estaba mirando, él cogía algo de la comida que Zemin le había enviado a ella y comía muy deprisa antes de que pudiera verlo. Eso era muy difícil, ya que Tomoyo siempre estaba cerca. Ella empezaba a preguntarse cómo podía su comida desaparecer así, pero estaba demasiado cansada para pensar profundamente en el asunto. Kero estaba enfadado con Li. ¿Dónde estaba ese mocoso? ¡Él debería estar allí! Él debería estar allí, al lado de Sakura, cogiendo su mano como Tomoyo estaba haciendo. ¡Él debería estar hablando con ella, intentando mantenerla con ellos! ¡Ella estaba marchándose y ese gaki no estaba haciendo nada contra ello! Él nunca había odiado a Syaoran tanto como en los últimos días. Y más aun hoy, el decimocuarto día que Sakura estaba en coma. Kero había aprendido una cosa sobre este veneno de Clow Reed cientos de años antes de que eses pocas personas lo supieran. Li obviamente no. El Sueño Oscuro da muchos sueños a la persona. Si la persona sobrevive, no recordará ninguno de ellos. Pero hay un sueño que la persona puede recordar perfectamente, si sobrevive. Es el último sueño. Es el sueño que decidirá si la persona vivirá o morirá. Todo depende de una opción: ¿ella quiere quedarse… o no? ¿Ella prefiere el mundo del sueño o el mundo real? Syaoran no sabía eso. Él tampoco sabía que ese sueño probablemente empezaría a desplegarse ante los ojos de Sakura esa tarde, alrededor de la hora en que fue envenenada hace catorce días.

Kero apenas podía seguir quedándose solo tumbado al lado de Sakura pensando eso. No. ¡No podía acabar así! ¡Él tenía que hacer algo! Pero entonces de nuevo, no podía mover. Tomoyo estaba justo al lado de él, hablando con Sakura.

Si dejas que muera, Li Syaoran… pensó Kero. ¡Tendrás que vértelas conmigo! ¡¿Por qué no estás aquí?! ¡¿¡¿¡¿Qué estás haciendo que no puedes estar aquí?!?!?!

El guardián no sabía nada de lo que le estaba pasando al líder de la Resistencia. Nadie lo sabías. Desde la discusión que había tenido hace días con Meiling, le estaban viendo incluso menos que antes. Él podría aparecer muy raramente durante el día, normalmente sólo para preguntarles a los doctores por el estado de 'Ying Fa', siempre recibiendo la misma respuesta: ella estaba estable.

Poco sabía el cariñoso y amarillo guardián de cuánto Syaoran deseaba poder estar allí a su lado, cuánto deseaba poder solo deshacer todo lo que había hecho. Nunca había sentido tantos remordimientos en toda su vida. Estaba comiéndolo por dentro, despacio y dolorosamente. Intentó creer que no fue su culpa, pero fue en vano. Era imposible para él no culparse. Quería verla, pero no tenía el valor. Solo el pensamiento de verla tan desvalida, Tomoyo llorando por su amiga… no, él no podría aguantar eso. Lo enfermaba pensar qué cobarde era él realmente.

Como todos los días anteriores, Syaoran Li se despertó temprano esa mañana. Sobre las siete y treinta, estaba ya en la cima de la colina más alta, sentado bajo un árbol. Poco había dormido esa noche, o cualquiera de las noches en las últimas dos semanas. Estaba cansado y solo quería dormir, pero no quería estar donde Zemin cuando sus ruidosos amigos despertaran por la mañana. Él no quería oírlos, hablando sobre Sakura, hablando sobre él… Él quería estar solo.

Este era el decimocuarto día desde que Sakura fue envenenada. Era el fin del undécimo mes de los cuatrocientos noventa y nueve años desde que los Verborgens empezaron a gobernar sobre el mundo. Éste era un día muy importante. Dependiendo de lo que pasaría ese día, el Imperio de Verborgen se caería o se volvería aún más fuerte, en el futuro. Entonces nada, ni nadie los detendría. El futuro estaba en las manos de una joven mujer. Era su opción.

En ese día, Syaoran había decidido despertarse aun más temprano para ir a sentarse bajo el árbol. Había olvidado la importancia de ese día. Durante horas, solo se sentó allí, mirando fijamente a nada. El día estaba desplegándose ante sus ojos, pero no vio nada. Había pensado tanto sobre tantas cosas en los últimos días que estaba cansado de pensar. Él solo se sentó ahí sintiendo una pesadez en su corazón así como él solo estaba sosteniendo la llave de Sakura en su mano. Alrededor del principio de la tarde, él se durmió bajo el árbol, escuchando tronar en la distancia. Ese día llovería.

"¡Daidouji, no puedes dejar de comer simplemente!" Meiling estaba gritando en el cuarto. Ella estaba sosteniendo un plato con sopa y una cuchara en sus manos, mientras caminaba hacia Tomoyo. "¡Te diré algo, has estado actuando como una niña!"

"No tengo hambre, eso es todo," dijo Tomoyo.

"Escúchame muy cuidadosamente, Daidouji." Meiling puso el plato sobre la mesa, caminando más cerca de Tomoyo quien fue acorralada contra la pared. Ella realmente estaba intentando escapar de Meiling. "De verdad no me importa si no quieres dormir, si no quieres descansar, si no quieres salir del cuarto durante un minuto, si no quieres comer. Todo lo que sé es que harás todas esas cosas. ¡Dormirás, descansarás, saldrás, y seguramente comerás! O sino vas a terminar en otro cuarto de este hospital, y realmente no quiero cuidar de otra chica. La bella durmiente aquí ya está dándome muchos problemas."

"Pero yo-"

"No quiero oírlo. ¿Realmente piensas que tu amiga estaría contenta viéndote así? ¡Mírate! ¡Pareces miserable! ¿Puedes imaginar cómo se sentirá Kinomoto cuándo despierte y te ve así? Ella sentirá que te negaste a comer por ella." Últimamente Meiling había estado hablando con Tomoyo como si la muchacha tuviera cinco o seis años. Era la única manera.

Muy contra su voluntad, Tomoyo se sentó una vez más en su silla mientras Meiling sonreía un poco por su propia inteligencia, trayendo la sopa a Tomoyo. Las dos muchachas estuvieron durante mucho tiempo calladas, mientras Tomoyo estaba comiendo lentamente. Los ojos de Meiling cayeron una vez más sobre ese oso de peluche al lado de Sakura. Siempre estaba allí. Syaoran había pedido que no quitaran el oso amarillo, pero… ¿por qué? Ese oso de peluche se veía algo raro.

Kero casi estaba temblando de miedo, sintiendo la cálida y fiera mirada de Meiling en él. Él sabía que ella no podía sentirlo como un ser mágico, porque ella no poseía ninguna magia. Por lo que él había deducido hasta ahora. Pero aún así… daba miedo. Sobre todo cuando estaba mirándole así. Era sumamente incómodo.

Para alivio de Kero, alguien golpeó en la puerta y Meiling fue a ver. Eran de nuevo Taeko y Yamazaki.

"Vamos a tener un poco de lluvia," Dijo Yamazaki cuando entró en el cuarto.

"Sí. Una tormenta está viniendo. Las negras y pesadas nubes están viniendo hasta nosotros. Va a ser una muy fea," Dijo Taeko.

"Genial," Gimoteó Meiling. "Otra cosa por la que preocuparme. Este tejado gotea cada vez que llueve…"

"Bien, Meiling Li. Creo que ya puedes empezar a buscar los cubos entonces," Dijo Taeko festivamente. Tomoyo solo estaba mirándolos. Se puso de pie y vertió agua en un vaso.

"O algo más grande. Creo que llueve más dentro de este cuarto que fuera," Yamazaki se rió calladamente. Meiling estaba a punto de darles una buena respuesta, pero de repente ellos oyeron algo romperse. Ellos miraron a Tomoyo. Ella estaba de pie en medio del cuarto con una expresión aterrada. Su vaso estaba estrellado en el suelo y el agua empezó a resbalar siguiendo los pequeños huecos entre los tablones. Todos fueron callados.

"¿Daidouji? ¿Qué pasó?" Meiling preguntó, pero no hubo ninguna contestación. Ella caminó más cerca de Tomoyo. "¿Tomoyo…?"

Los labios de la muchacha se movieron pero ningún sonido vino de ellos. Yamazaki y Taeko se acercaron.

"¿Te sientes bien, Daidouji?" Preguntó Yamazaki.

"E-e-ella…" la mano de Tomoyo estaba temblando así como estaba apuntando a Sakura.

"¿Ying Fa? ¿Qué con ella?" Preguntó Taeko.

"Yo-yo v-vi e-e-lla… E-ella p-par-ó de r-res-pir-rar," Tartamudeó Tomoyo. Inmediatamente Meiling corrió más cerca de Sakura. Se apoyó sobre la chica intentando oírla respirar. Los dos hombres sostuvieron sus respiraciones cuando Meiling verificaba las señales vitales de Sakura. Ella los miró con los ojos desorbitados. Entendieron su mirada inmediatamente. Yamazaki corrió fuera del cuarto.

"¡Doctor! ¡Enfermera! ¡Necesitamos ayuda!"

"¡Syaoran! ¡Syaoran!" Li Syaoran abrió sus ojos perezosamente. Al principio todo estaba borroso así que pestañeó unas veces para ver bien. Había oído a alguien llamarle, pero no estaba viendo a nadie. Ahora estaba desconcertado. "¡Syaoran!" Alguien llamó. Serenamente se puso de pie y vio que Meiling estaba corriendo colina arriba.

"¿Qué quieres ahora Meiling?" Preguntó él. ¿Ella había venido a molestarlo una vez más? Él realmente no quería discutir con ella, no ahora. Ella no dijo nada, solo siguió corriendo hasta finalmente alcanzar la cima de la colina. "Escucha, Meiling, si vienes aquí a…" Syaoran perdió las palabras. Solo entonces vio la cara de Meiling. Tenía una expresión triste y su cara estaba húmeda. La miró fijamente durante un par de segundos antes de preguntar: "¿Q-qué pasó?"

"S-Syaoran…" Ella dejó de hablar. Algo malo había pasado.

"¿Qué Meiling?" preguntó él urgentemente.

"Es-es Ki-nomoto". Syaoran sintió al instante la sangre desaparecer de su cara, una sensación fría en su estómago… miedo.

"¿Qué? ¿Qué?" Preguntó él rápidamente. Meiling no contestó. Ella parecía asustada de responder. Syaoran cogió su cara, obligándola a que mirara directo en sus ojos. "¿Qué le pasó a Sakura, Meiling? ¡Dímelo, por favor!"

"Syaoran…" Meiling cerró sus ojos. Esto era lo más difícil que había tenido que hacer. "Lo siento…" susurró ella y fue en ese momento que lo supo… Él sabía que había…

"¿M-Meiling?"

"E-ella nos dejó…" Syaoran dejó ir a Meiling. "Ella se marchó." Por un momento Syaoran solo podía mirarla fijamente. Meiling solo lo miraba esperando ver su reacción. Él pestañeó. No. No podía ser. Eso no podía pasar. No podía ser verdad, simplemente no podía. Él solo siguió mirando fijamente a Meiling en completo estado de shock. Meiling se acercó a él y sostuvo su mano. "Vamos, Syaoran. V-ámonos. El doctor quiere hablar conti-go." Syaoran dejó que le guiara.

Cuando Meiling estaba guiando a Syaoran por el vestíbulo del hospital, él podía sentir los ojos de todos en él. Al verlo, las enfermeras detenían cualquier cosa que estaban haciendo y lo miraban compasivamente.

"Pobre muchacha…"

"Tan joven…"

"Mírenlo," ellos susurraban y agitaban sus cabezas ligeramente. Syaoran levantó la vista para ver a Taeko de pie delante de la puerta, tristeza en su rostro. El doctor estaba hablando con él.

"Allí está él," Dijo Taeko viendo a Syaoran y a Meiling viniendo hacia ellos. El doctor se dio la vuelta.

"Li," Dijo el doctor. Suspiró antes de hablar. "Lo siento. Hicimos todo lo que pudimos, pero ella no quiso quedarse. Su corazón solo se detuvo. No había nada que nadie pudiera hacer. Lo siento mucho por su hermana."

Syaoran oyó. Syaoran oyó cada palabra, pero no entendió nada. ¿Estaba realmente pasando eso? ¿Realmente Sakura había… muerto? El doctor todavía estaba hablando cuando Syaoran se apartó de él y abrió la puerta. Entró despacio; Taeko, el doctor y Meiling observándole.

Syaoran oyó sollozar inmediatamente después de abrir la puerta. Miró en el cuarto. Tomoyo estaba llorando en el hombro de Yamazaki. El muchacho estaba intentando tranquilizarla, pero era inútil. Ella no lo escuchaba, sólo podía llorar desesperadamente. Nada y nadie podría reconfortarla ahora.

Syaoran sostuvo su respiración así como volvía su atención a la muchacha tumbada en la cama. Tragó saliva. Podía ver una forma humana bajo la sábana blanca en la cama. Se detuvo por un momento. No podía ser… No podía ser Sakura tumbada allí. Caminó despacio a la cama, sin sentir todas las miradas en su espalda. ¿Qué iba a hacer?

Syaoran respiró profundamente antes de tirar la sábana de encima de la cara de la persona. Él la miraba sin realmente verla. Entonces ajustó sus ojos y realmente fijó su mirada en ella.

"No…" susurró.

Tumbada en la cama estaba Sakura Kinomoto. Con su temblorosa mano, Syaoran tocó su cara. Ella ya no estaba cálida y su piel era pálida. Sus labios estaban secos y lo más doloroso… sus ojos estaban cerrados, sin abrirse nunca más. Syaoran no podía creerlo. Nunca vería de nuevo esos grandes, preciosos y chispeantes ojos esmeraldas. Nunca oiría su dulce voz cantando o riendo otra vez. Nunca más sentiría la dulce esencia de su cabello. Y nunca sostendría su cálida mano por segunda vez. Esos pensamientos lo asustaron.

"Esto no puede estar pasando…" murmuró. Sus amigos lo miraban tristemente. "Esto no puede estar pasando," repitió más fuerte. "¡Esto no puede estar pasando!" Gritó, cerrando sus ojos. "¡¡¡Noooooo!!!"

Syaoran abrió sus ojos, asustado y respirando pesadamente. Echó una mirada alrededor. Estaba sentado bajo el árbol en la colina.

"¿Qué pasó…?" Se preguntó, por un momento confundido. Solo después de preguntarse a sí mismo, oyó un fuerte trueno y la lluvia empezó a verterse encima de él, fuertemente. En unos segundo él estaba completamente mojado. "Era… era un sueño. Gracias a Dios, sólo un sueño…" Syaoran entendió que había dormido toda la tarde. Era el fin del día y era aun más oscuro de lo que estaría en ese momento debido a las pesadas nubes de lluvia de encima.

Syaoran se puso de pie. La lluvia estaba volviéndose más pesada. Lo mejor para él era encontrar resguardo.

Ese sueño fue tan espantoso. Mi corazón está latiendo tan rápido que no puedo respirar. ¡He estado teniendo sueños así desde hace días y se sienten tan reales! Siento como si estuvieran pasando. Es tan terrible. Incluso cuando me despierto el sentimiento continúa. Estoy… asustado. Odio esto. Nunca sentí algo como esto antes. Syaoran continuó andando, enterrado en sus pensamientos. Ni siquiera sabía donde iba. Meiling dijo que he cambiado y supongo que tiene razón. Nunca me ha afectado así nadie. La mayoría de mis parientes murieron, muchos amigos míos… todos ellos murieron por la Resistencia. Y ninguna vez sentí lo que estoy sintiendo ahora. Es casi doloroso. Es doloroso. Quizá porque es todo mi culpa...

Después de algún tiempo Syaoran finalmente reconoció los alrededores. Estaba delante del hospital. Cómo había llegado allí, no lo sabía. Solo lo hizo.

También puedo entrar y preguntarles cómo está ella. Syaoran entró en el edificio. La enfermera en la recepción lo observó atentamente. El doctor de Sakura vio a Syaoran entrar en el hospital y fue a hablar con él. El joven hombre preguntó cómo estaba ella para solo recibir la misma respuesta: ella estaba estable. La lluvia continuaba cayendo fuerte fuera. Decidió simplemente ir a sentarse en el cuarto de espera. Él estaba calado hasta los huesos y ciertamente mojaría la silla en la que iba a sentarse, pero las enfermeras no lo molestarían. Los rumores en el hospital eran que su hermana no sobreviviría otro día. Era mejor dejarlo solo.

Entretanto, en el cuarto de Sakura, Tomoyo estaba tirando las mantas encima de su amiga y cerrando las cortinas. Estaba volviéndose frío debido a la lluvia. El cuarto estaba oscuro, pero ella encendió una vela para iluminarlo un poco. Tomoyo iba a sentarse de nuevo al lado de su amiga cuando ella vio que estaba empezando a gotear dentro del cuarto. Ella suspiró y fue a hablar con la enfermera en la recepción, desde que ella no vio a cualquier otra enfermera que pasa.

"Enfermera, voy a necesitar un cubo porque está lloviendo y…" Tomoyo perdió sus palabras al pasar por la sala de espera. Vio a Syaoran sentado allí con los ojos distantes. Lo miró compasivamente. Él también estaba sufriendo, como ella podía ver. Parecía cansado y triste. Ella caminó despacio hacia él y se sentó a su lado. Él pareció no notar que ella estaba allí pero entonces preguntó:

"¿Cómo está ella, Daidouji?" él ya le había preguntado al doctor, pero quiso tener noticias de ella.

"El mismo estado," contestó ella tristemente. Syaoran cabeceó. Tomoyo miró su cara, intentando discernir lo que estaba pensando. "¿Por qué no quieres verla, Li?" Syaoran no dijo nada. "Sé que estás culpándote, pero no puedes hacer eso. No es su culpa."

"¿Entonces por qué me siento así?"

"Porque ella te gusta," Tomoyo dijo. Syaoran la miró sorprendido.

"Claro que me gusta. Hemos estado pretendiendo ser hermano y hermana por más de tres meses y-"

"Verdad," interrumpió Tomoyo. "Pero no es porque estéis pretendiendo ser hermanos. Es más que eso."

"¿Qué quieres decir?"

"He estado mirándote, Li. La manera que actúas cerca de Sakura, la manera que sacas lo mejor de ti para complacerla. Simplemente no puedes decirle 'no' a ella. Solo haces eso cuando es peligroso y sabes que ella puede salir herida, pero si es inonfesivo, harías lo que fuera que ella te preguntara. No creo que la quieras como un hermano. O como amigo."

"No lo entiendo."

"Sí, lo entiendes. Solo que no quieres admitirlo, ni incluso a ti mismo. Pero profundamente en el fondo, en tu corazón, sabes que es la verdad." Tomoyo se puso de pie. "Voy a regresar. Espero que descubras tus sentimientos pronto, Li, antes de que sea demasiado tarde." Ella lo dejó solo para buscar a la enfermera para conseguir un cubo. Syaoran solo se sentó allí, pensando. Él sabía que ella tenía razón. Había algo más, algo que él sabía pero su mente no. Algo que él sólo podría saber con su corazón y tenía que averiguar lo que era.

¿Por qué Sakura era tan importante para él? Sí, él sabía que ella significaba mucho más que una amiga. Quizá esos extraños sentimientos que estaban alzándose dentro de él tenían algo que ver con la profecía. Sí, eso era. Ella era la Maestra de Cards y él era su compañero. Era imposible no unirse de algún modo con ella, no sentir nada para ella.

Sí. Eso es por lo qué estoy sintiéndome así. Me preocupo por ella debido a la profecía. Si ella muere, nosotros perderemos. El mundo perderá. Todo nuestro trabajo será en vano. Estoy angustiado por ella porque es la Maestra de Cards. Nada más…… ¿Es esa realmente la razón? No se siente como ello. ¡¿Por qué?! ¿Por qué es todo siempre tan difícil? ¿Por qué me pongo tan confuso cerca de Sakura? ¿Por qué duele tanto? ¿Por qué… ella… y no yo?

Syaoran sostuvo su cabeza. Nunca en su vida se había sentido tan confundido como ahora.

#* #* #* #

Nakagawa estaba corriendo por el largo corredor del palacio real en la Ciudad de Glanz. Pasó por algunos soldados que lo miraban extrañamente. Nunca habían visto al mago con tanta prisa. Parecía estar preocupado por algo. Nakagawa corrió abajo los escalones llegando a un oscuro y estrecho vestíbulo. Abrió la puerta del final con un fuerte golpe. Dos pares de ojos lo miraban. Nakagawa entró, cerrando la puerta detrás de él, mirando a los otros dos magos que estaban sentados en los sillones en medio de la pequeña biblioteca. Los dos estaban leyendo sus libros muy calladamente hasta que Nakagawa golpeó a través de la puerta.

"¿Cuál es el problema, mi amigo?" Aoki preguntó. "Parece apenado."

"¡Sí! ¡Estoy apenado!" empezó a ir de un lado a otro. "¡Y tú también debes!"

"¿Por qué?" preguntó Koizumi.

"¡¿'Por qué'?! ¡Yo te diré por qué! ¡Porque hoy es el decimocuarto día desde que envenenaste a la Maestra de Cards eso es todo!"

"¿Y...?" Koizumi apenas podía ver por qué su amigo estaba tan perturbado.

"¡¿Me estás bromeando?! Se supone que ella muere hoy, ¡¿lo olvidaste?! ¿Qué, si no lo hace? Ya le dijimos al emperador que habíamos terminado con ellos! ¡Deberíamos haber continuado buscándolos y cogerlos, para asegurarnos que estaban muertos! ¡Pero no! ¡Siempre tenemos que hacer las cosas a tu manera! ¡Si explotamos esta también, el emperador se enfadará con nosotros! ¡¡¡Quién sabe lo que podría hacernos!!!"

"Nakagawa, tranquilízate," dijo Aoki.

"Esa muchacha no va a sobrevivir" dijo Koizumi. "Hombres más grandes y más fuertes no sobrevivieron, ¿por qué lo habría ella? No tienes que preocuparte. Hoy la esperada Maestra de Cards morirá, y ya nada podrá detener a nuestra gente."

"¡Mejor que tengas razón, Koizumi!" dijo Nakagawa. "¡Porque son casi las seis en punto. El sueño está a punto de empezar!"

"Oh, sí, tienes razón," Aoki miró el reloj en la pared.

"Hoy es el día que el final se pondrá a esta estúpida profecía," sonrió perversamente Koizumi.

"Mejor que tengas razón," murmuró Nakagawa.

#* #* #* #

"Ha empezado," se susurró Eriol a sí mismo, siguiendo a Touya liderar la vuelta a Glanz. El futuro del mundo se decidirá ahora.

#* #* #* #

Un caballo estaba galopando en el camino. En él, una preciosa mujer con la larga y brillante cabellera castaño rojiza y un físico delgado. Un viento frío estaba soplando en su dirección.

Algo está pasando, podía sentirlo. La opción se hará y todavía estoy lejos del pueblo. No hay nada que pueda hacer. Espero que la joven Maestra de Cards escoja la opción correcta.

#* #* #* #

Tres amigos estaban de pie delante de la ventana, mirando la lluvia fluir.

"No podemos ir ahora al hospital. ¡Está lloviendo demasiado fuerte!" dijo Meiling.

"Sí…" Yamazaki solo dio la razón.

"Tendremos que dejar a Tomoyo sola allí esta noche. No hay ninguna manera de que podamos salir en esta lluvia," dijo Taeko.

"Sí…" una vez más Yamazaki solo dio la razón. Un silencio corto. "Eh, chicos sabíais que hace mucho tiempo-"

Taeko empujando un pañuelo en la boca de Yamazaki cortó su mentira. Meiling empezó a reír.

#* #* #* #

Tomoyo tomó lugar una vez más al lado de su mejor amiga. Podía oír la lluvia vertiéndose fuera, el trueno rugiendo, el fuerte viento soplar y el sonido de las gotas de agua que entraban en el cubo.

"Tú sabes, Sakura," ella empezó. "Solo vi a Li fuera. Está sentado en el cuarto de espera. Parece muy angustiado y triste. Deberías verlo. No parece el valeroso líder de la Resistencia que tanto oímos hablar. Él parece como… Syaoran." Tomoyo tiró las sábanas un poco más. "Él se preocupa mucho por ti. Intenta no mostrarlo, pero es imposible no verlo. Todos aquí en el hospital lo comentan. Dicen que él realmente te ama. Claro, ellos piensan que eres su hermana, pero eso no significa que estén equivocados."

Kero todavía estaba al lado de Sakura, oyendo a Tomoyo. Él había volado un poco alrededor del cuarto y comió los sobrantes que estaban en la bandeja cuando Tomoyo salió durante algún tiempo.

"Oí que Meiling y Taeko le pidieron que te dejase aquí porque se le requiere en Glanz. Él se negó. Está culpándose de todo esto. Sé que tú no aceptarías eso. Sé que no fue su culpa y tampoco tuya." Tomoyo miró atentamente la cara de su mejor amiga. "Sakura, tienes que despertar. No puedes morir, no ahora cuando finalmente encontraste a alguien que te entiende, quién está dispuesto a protegerte. Él haría lo que fuera por ti Sakura, lo sé. Tus sueños se harán realidad con el tiempo, estoy segura. He estado pidiéndote esto por días, por mí, pero no te despiertas. Entonces hazlo por Li, porque él te necesita. No puedes morir y dejarle que soporte el remordimiento para el resto de su vida. Despierta, Sakura," Tomoyo habló suavemente. Kero estaba teniendo un duro momento para quedarse inmóvil. El baka de Li simplemente estaba fuera y no entrando dentro.

¡Ese gaki tonto! ¡Tiene que venir aquí! ¡Tiene que hacer algo! ¡El tiempo se está acabando! ¡Está empezando! Pensó Kero urgentemente, sosteniéndose para no volar y coger a Li.

Espero que descubras pronto tus sentimientos, Li, antes de que sea demasiado tarde. Syaoran estaba sentado en una silla, mirando la tormenta fuera del hospital. Rayos estaban iluminando el cielo, así como el fuerte trueno los seguía. La lluvia continuaba cayendo pesadamente.

Mis sentimientos… antes de que sea demasiado tarde. ¿Qué siento por Sakura? Se puso de pie. Durante los últimos tres meses, hemos estado en este increíble viaje para librar al mundo. Parece tan irreal, pero es la verdad. Ella es la Maestra de Cards, la descendiente de Maaya. Parece frágil pero por dentro esconde gran poder que nunca había visto antes. Empezó a caminar despacio por el vestíbulo. Ella no es lo que esperarías de un Kinomoto. Ella es completamente diferente de su hermano, salvo la obstinación. En eso son iguales. Pero a diferencia de su hermano, ella se preocupa de los demás. Se preocupa auténticamente, prestando más atención a la seguridad de los demás que a la suya propia.

Un recuerdo vino a su mente.

Así como el caballo galopaba, Syaoran seguía sus ojos en el dragón volando alto en el cielo. Vio cuando el monstruo aterrizó en medio del pueblo y empezó atacando a las personas. Alcanzó el pueblo y saltó fuera del caballo, llamando a su espada. Escaló una pared y saltó a un tejado de una casa. El dragón vino más cerca a la casa dónde él estaba en la cima. El animal no lo vio. Syaoran estaba a punto de saltar sobre el monstruo cuando vio a una niña pequeña llorando ruidosamente en medio de la calle. Estaba llorando tan ruidosamente que estaba llamando la atención del dragón.

"Tengo que sacarla de allí," se dijo Shaoran, pero antes de que él pudiera hacer algo, otra persona corrió en medio de la calle y acunó a la muchacha en sus brazos. El dragón se enfadó y empezó a volar después de esa mujer. "¡Pero esa es… Ying Fa!"

El corazón de Syaoran dio un palpito y empezó a correr rápidamente en realización de que la persona que había acabado de salvar a la niña pequeña era Sakura y él empezó a correr detrás de ellos, saltando de tejado en tejado, siguiendo el paso de Sakura.

Oh, no… es un callejón sin salida, pensó Syaoran, alcanzando vista del final de la calle antes de que Sakura pudiera. Él empezó a correr más rápidamente. Pronto Sakura fue acorralada entre el dragón y una pared. El dragón estaba viniendo hacia ella y Sakura abrazó a la niña aún más cerca de ella. Syaoran saltó sobre la pared y tiró un papel.

"¡Señor del trueno! ¡Ven a mí!" La criatura voló lejos y Syaoran se dio la vuelta para ver a Sakura con la boca abierta a él.

"¡¡¡Syaoran!!!"

"¿En horribles aprietos de nuevo?" Preguntó él, aunque lo que él quiso hacer era gritarla, pero decidió no hacerlo. Sakura simplemente había salvado la vida de esa pequeña chica y ella estaba bien. Eso era lo que importaba.

Ella es tan pura y afectuosa. Ella es tan inocente. Nunca quiere pensar mal de las personas. Para ella, todos tenemos un lado bueno. Solo sentir cerca su presencia… es como una bendición. Syaoran se estremeció. No puedo sentir su presencia como hacía antes. Ella está débil… Y pensar que no sentiré esto nunca más… cuando ella muera. ¡¡¡No!!! ¡¿Por qué estoy pensando esto?! ¡Ella no va a morir! ¡No ahora! ¡No así! Yo- yo debo hacer algo. No sé que, pero no puedo permitir que Sakura muera. Debo hacer algo.

Syaoran empezó a correr por el vestíbulo. Un par de enfermeras lo miraron.

"¿Piensas que va a ver a su hermana?" Una murmuró.

"No lo sé… No la ha visto desde que le dijeron lo que tenía…" La otra contestó. Ellas continuaron mirándole, cuando Syaoran se detuvo delante de la puerta de Sakura. La miró fijamente durante un minuto entero. Pensó en simplemente darse la vuelta y regresar al cuarto de espera, pero decidió que no. No. Él no retrocedería esta vez. Estaba sorprendido por notar que su mano estaba temblando cuando la puso en el pomo de la puerta. Respiró profundamente y lentamente abrió la puerta.

El cuarto estaba oscuro, excepto por una sola vela que iluminaba en la mesa. El cuarto tenía un perfume dulce debido a las flores que estaban en un jarrón de la mesa, obviamente colocadas por Daidouji Tomoyo.

"¿Quién está ahí?" oyó Syaoran. Se volvió a mirar a Tomoyo. "¿Li?" Ella estaba sorprendida por verle de pie allí.

"Mmm, sí, soy yo". Syaoran entró en el cuarto. "¿Daidouji, por qué no sales para respirar un poco? Estoy seguro que has estado todo el día aquí."

Tomoyo estudió a Syaoran. Ella sonrió un poco, tristemente. Sabía que Syaoran quería estar solo en el cuarto. Finalmente había reunido el valor para venir a ver a Sakura. Así que, aunque no quisiera, Tomoyo estaba de acuerdo.

"Ok," dijo ella, poniéndose de pie. "Cuida de ella ahora. Iré a beber un poco de té y descansar un poco. Si necesitas algo, llámame." Syaoran cabeceó. Él caminó hacia la cama.

"Daidouji," le llamó él.

"¿Sí?" ella se dio la vuelta cuándo casi estaba fuera de la puerta.

"Toma esto contigo," Dijo Syaoran, tomando a Kero por su cola y tirándolo a Tomoyo. ¡La bestia guardiana quería tanto estrangular a Syaoran! Pero él se controló. Estaba contento de que finalmente Syaoran hubiera venido a ver a Sakura. Además, él simplemente no podía empezar a dar gritos y volar delante de Tomoyo. Para ella, él era simplemente un juguete y él pretendía dejarlo de esa manera. Tomoyo cabeceó y cerró la puerta detrás de ella.

Syaoran estaba de pie allí, mirando fijamente cerrarse la puerta. Despacio, se dio la vuelta y tomó lugar al lado de la cama. Solo entonces miró a Sakura, durmiendo en la cama.

"Oh, Dios mío…" Susurró él. Aunque el cuarto era oscuro, podía ver que ella estaba muy pálida. "Estás tan débil…" dijo él, sintiendo desaparecer su aura. La examinó durante mucho tiempo. Su pelo estaba perfectamente peinado, gracias a Tomoyo. Sus manos estaban descansando a sus lados. "Eres tan bonita," susurró. Sentía que su cara se ponía caliente. ¿Acababa de decir eso? Sí, lo había hecho. Era innegable.

Examinó su cara estrechamente. Era doloroso ver sus ojos cerrados así, la parte que más amaba de ella eran sus ojos, las esmeraldas más bonitas que jamás había visto. Ellos contenían tanta inocencia, testamento y fuerza que cualquiera fácilmente podría perderse en sus ojos. Él recordó sobre la apuesta de hace unas semanas. Durante largos minutos, habían estado mirándose fijamente a los ojos. Syaoran todavía podía tener ese sentimiento maravilloso que había sentido ese día. Era como si el mundo fuera perfecto, sin preocupaciones y sin pesadas responsabilidades. Syaoran recordó que ese fue el día que por primera vez en mucho tiempo, el único pensamiento en su mente no era la Resistencia. En esos minutos juntos, él había olvidado todo sobre la Resistencia. Nadie tuvo ese efecto en él. Nadie, excepto Sakura. Siguió mirando fijamente su rostro inanimado así como sus pensamientos continuaban perturbándolo.

Los pájaros están cantando alegremente así como el viento sopla a través de los árboles, trayendo al cuarto el aroma dulce de flores de cerezo. La muchacha en la cama se mueve. Eso se siente tan bien. Pero entonces se sienta rápidamente. Sostiene su cabeza, un poco mareada. Echa una mirada alrededor de ella sorprendida. No puede creer que esté de regreso en ese cuarto. Su cara muestra desilusión y tristeza. Se pone de pie y pasea pasando por la ventana, pero entonces se da la vuelta despacio y mira fuera. La escena es diferente. En lugar de una plantación, ve un campo grande cubierto con flores amarillas, rosas, blancas y azules.

Camina al espejo y se examina. Entonces nota: algo faltaba. Sus ojos se ensancharon pensando en lo que había desaparecido. Ella rápidamente se pone sus sandalias y corre fuera del cuarto.

No entiendo lo que me está pasando, pensaba Syaoran. ¿Cómo puedes enredarme tanto? ¿Por qué es tan doloroso verte así? Sigo intentando convencerme de que es debido a la profecía, o porque es todo culpa mía… pero la verdad es, que sé que ésa no es la única razón. Hay algo más. Daidouji me dijo que tengo que buscar la respuesta en mi corazón, que en lo profundo encontraré la respuesta. Solamente no quiero admitirlo. Llevó sus dedos a través de su suave pelo. ¿Tienes idea de lo que estoy pasando, Sakura? ¿Tienes idea de cuánto duele? Y lo que está volviéndome loco es el hecho de que no sé por qué estoy sintiéndome así.

La memoria de su sueño vino a su mente. De algún modo, él no podía imaginarse su vida sin Sakura. No podría ir bien. ¿No verla nunca de nuevo? ¿Nunca oír su risa y su cantar de nuevo en la vida? No. Él no podía tener eso.

Un trueno fuerte rugió cuando Syaoran finalmente empezó a entender. Finalmente estaba empezando a entender lo que estaba sintiendo.

Él había perdido a parientes y a amigos antes, pero lo que estaba sintiendo en ese momento no tenía nada que ver con lo que sintió cuando los perdió. Era algo diferente. Algo que no esperaba… Algo que en sus casi dieciocho años de vida nunca había sentido antes y parecía haberle pegado con todas sus fuerzas. Como una flecha en su espalda, entrando directamente en su corazón. ¡Eso era! ¡Ese dolor! El dolor que estaba sintiendo ahora, observando a la muchacha durmiendo delante de él. El dolor que había estado sintiendo desde la noche en que cometió el error más grande de su vida… el dolor que por días le impidieron entrar en ese cuarto. Era el dolor del miedo. ¿Pero miedo de qué? De… perderla, se contestó a sí mismo.

"¿Mi- mi madre?" La muchacha tartamudeó.

"La recuerdas. Ojos esmeraldas, pelo bajo la cintura…"

"Vamos, Sakura," llamó su amiga. Tomoyo cerró la puerta.

"¿Tomoyo, por qué me estás llamando por mi nombre delante de mi padre y especialmente de mi hermano?"

"Yo siempre te llamé por tu nombre delante de ellos… Estos sueños tuyos siempre consiguen confundirte todo."

"No, Tomoyo, no era un sueño. ¡Estoy segura que no era! ¡Era demasiado real para serlo! Pero todo es tan diferente. No sé… yo ya no sé…"

"Sakura, olvídate de eso. Tu madre quiere verte. Ella fue por ese camino. Dijo que estaría esperando bajo el gran árbol de flores de cerezo." Sakura bajó los escalones, pero antes de continuar, se dio la vuelta y preguntó:

"¿Era realmente sólo un sueño? ¿Realmente no estabas allí conmigo?"

"Sólo un sueño, Sakura…"

"¿S-Sakura?" Syaoran tartamudeó sintiendo el aura de Sakura volverse aun más débil. Ella estaba empezando a irse. "No te atrevas, Sakura Kinomoto. No ahora. Yo… yo estoy empezando a entender lo que siento por ti. ¡Sakura yo… lo siento tanto! Siento tanto las cosas que te dije. Sé que te herí, pero por favor perdóname. No quise decir una palabra de ello. Simplemente estaba asustado… como lo estoy ahora."

Se arrodilló al lado de la cama y tomó su mano, apretando lo más fuerte que se atrevía en su condición. Su piel era suave bajo sus dedos y frotó la mano de ella para calentar su mano fría.

No creo que tenga idea de lo que me hizo. Haría lo que fuera por estar en su lugar ahora mismo, por ser yo el que estuviera tumbado en esa cama en lugar de ella. Conozco a Sakura hace sólo tres meses, y pese a este corto periodo, no puedo imaginar mi vida sin ella nunca más. No puedo imaginar despertándome sabiendo que ella ya no estará cerca nunca más. No podría soportar eso. Nunca pensé que alguien me afectaría tanto. Daidouji dijo que no me preocupo por ella como con una hermana, tampoco como con una amiga. ¡Y finalmente ahora empiezo a comprender… finalmente sé lo que estoy sintiendo! ¡Finalmente lo comprendo!

Un relámpago golpeó un árbol al lado del hospital, enciendo un fuego. Todos corrieron a las ventanas a ver, todos excepto Syaoran. Él acarició la cara de Sakura mientras todavía sostenía su mano.

"Lo sé ahora, Sakura. Lo comprendí. Todo este tiempo lo supe, solamente no quise admitirlo. Sakura, lo que siento por ti es diferente de lo que siento por una hermana. Aunque hemos estado pretendiendo ser hermanos, nunca pensé en ti de esa manera. Al principio creí que me gustabas como amiga, pero eso ya no es verdad, lo que siento ahora es mucho más fuerte." Syaoran empezó a desesperarse. Podía sentir desaparecer la vida de su cuerpo. Ella estaba volviéndose más débil. Su pulso estaba reduciendo la velocidad. Estaba muriendo y Syaoran lo sabía. "S-Sakura…" dijo temblorosamente. "Sakura, por favor. No puedes hacerme esto. No ahora. Por favor. Te lo pido, no te rindas… te necesito. Nunca necesité a nadie. Nunca me permití sentir esto por nadie porque siempre acepté eso, como todos los anteriores líderes de la Resistencia, sólo viviría para la organización y para nuestro objetivo y estaba haciéndolo bien hasta que te conocí. Me mostraste todos los días con tu dulce pasión por la vida que puedo continuar luchando por mis propósitos sin perder el interés en la vida. Despertaste este sentimiento dentro de mí que ni siquiera sabía que existía, no tan fuerte. No puedo perderte, Sakura, no de esta manera. Aceptaría perderte por otro. Todo lo que quiero es tu felicidad, con o sin mí en tu vida. Yo sería feliz sabiendo que estás contenta, pero no aceptaré perderte por la muerte. ¡Despiértate, Sakura!" Él sostuvo su cabeza entre sus manos, sintiendo la desesperación tomar control de cada pensamiento coherente de su mente. "No sé lo que estás viendo delante de ti, Sakura, pero no es real. ¡Por favor, entiende eso! ¡No es real!"

"Te extrañé."

"¿T-tu lo hiciste?"

"Claro que lo hice. Dos semanas apartado de ti es como una eternidad." Sakura y Syaoran Li delante de ella, los ojos desorbitados. "Por eso es por lo qué regresé más temprano, sólo para sorprenderte."

"¿T-tú estuviste fuera…?" Preguntó ella, sin saber realmente qué decir.

"¡Ella ni notó ni siquiera mi ausencia! ¿Es esa toda la consideración que consigo por pensar en ti veinte cuatro horas al día, eh?"

"¡Lo siento! ¡Yo… claro que sabía que estabas fuera! ¡Simplemente estaba… bromeando! ¡Je, je, je!" Rió ella nerviosamente.

"Te perdonaré. Pero sólo esta vez." Syaoran sonríe y pasa sus dedos a través de su pelo, una mirada amorosa en su rostro. Sakura está empezando a creer. Ella busca y le devuelve la sonrisa. Está contenta, está satisfecha. Él sigue mirando profundo en sus ojos así como sus manos bajan por su cintura, empezando a tirarla más cerca de él, muy despacio. Sakura empieza a ruborizarse, notando cuán cerca estaban acercándose. Pero algo llama su atención, una llamada que ella puede oír susurrando en el viento.

"Sakura, por favor… No puedes hacer esto… No ahora… Por favor… te lo pido, no te rindas…" Esa voz era… familiar. Y llevaba tanta preocupación y amor que sentía un escalofrío atravesar su cuerpo.

"Has-" Ella quiso preguntarle a Syaoran si él también lo había escuchado, pero no pudo. Él la había tirado lo bastante cerca para asaltarla besándola. Sakura fue tomada completamente desprevenida, pero sus ojos se cerraron cuando ella empezó a devolverle el beso dulcemente. Su corazón estaba latiendo rápidamente y estaba volviéndose difícil respirar. Syaoran la abrazó fuertemente así como Sakura movía sus manos a sus brazos y su cuello, enterrando sus manos en su suave pelo. Estaba confusa a por qué estaba contestándole, pero la verdad era que… le gustaba. Se sentía tan bien. Se sentía tan… real…

"¿Por qué estás ruborizándote, Sakura?" Él susurró después de romper el beso. Sakura estaba respirando pesadamente, mirándolo. "Pensé que habíamos terminado eso."

"Tú has terminado eso. Yo todavía me ruborizo cada vez que actúas así, ¿recuerdas?" Sakura pestañeó. Los falsos recuerdos falsos empezaron a aparecer en su memoria, cosas que nunca pasaron pero se sentían real para ella. Ella empezó a creer.

"Oh, sí. Eso es verdad." Se rió suavemente. "Supongo que tendré que sacar esa vergüenza de ti."

La lluvia estaba empezando a cesar. Tomoyo, mirando a través de la ventana en el cuarto de espera, se sorprendió por ver que las nubes eran sopladas lejos rápidamente y el cielo aparecía, cubierto con centelleantes estrellas.

Syaoran trajo su cabeza más cerca a la de Sakura, una sola lágrima corrió bajo su cara. Él acarició sus mejillas con sus pulgares antes de susurrar en su oreja: "Te amo, Sakura. Más que nada y nadie. Más que a mi vida. Por favor, Sakura, no me dejes ahora. No podría continuar sin ti…" su voz se fue apagando así como la miraba fijamente. Ella era tan bonita… era imposible no enamorarse de ella. Realmente le hería ver sus ojos cerrados. Cuánto amaba esos ojos. Cuánto amaba todo de ella.

Agarrado por un sentimiento que no podía rechazar, por una necesidad que no podía negar, Syaoran despacio bajó su cabeza hacia la suya. Todavía estaba sosteniéndola, mirándola fijamente. Se detuvo al sentir su débil respiración en su cara. Su respiración era lenta y sus lánguidos labios rosas ligeramente apartados.

"Te amo…" susurró una vez más, antes de cerrar sus ojos y besar sus entreabiertos y complacientes labios. Un escalofrío atravesó su cuerpo cuando tocó sus suaves labios con los suyos. Un simple toque pero que significaba tanto. Para Syaoran, significó su derrota, porque durante años había negado a enamorarse y en tres meses se había quedado completamente prendado por ella. Una lágrima cayó de sus ojos cerrados y rodó bajo la mejilla de Sakura. Él sentía que ella estaba muriendo. Ella estaba empezando a aceptar el sueño como una realidad y el momento en el que estuviera segura de eso, su corazón se detendría.

Lo que Syaoran no sabía era que para Sakura, aquel beso podía significar su salvación.

De repente Sakura se apartó de Syaoran. Ella lo miró extrañada.

"¿Qué pasa?" Preguntó desconcertado.

"Algo no está bien," le dijo ella. Inmediatamente un fuerte viento sopló a través del jardín. Sakura cerró sus ojos debido al polvo levantado por el viento. Abriéndolos de nuevo después de un par de minutos, Sakura notó que ella no estaba más en su jardín.

"¿S-Syaoran…?" Ella echó una mirada alrededor. Estaba en alguna otra parte, caminando en un campo de flores rosas. El cielo era azul, el sol brillaba en toda su magnificencia. Delante de ella, al final del campo, Sakura vio un bosque. Mirándola en la sombra de los bosques, estaba una mujer con largo cabello melado. "¡Eh!" Llamó Sakura. La mujer empezó a correr al bosque y Sakura la persiguió. "¡Espera! ¡Quiero saber donde estoy!"

Sakura estaba descalza y tenía que levantar su largo vestido blanco para correr. Nunca en su vida Sakura se había sentido tan confundida. ¡Un par de minutos atrás estaba en la propiedad de su padre y ahora estaba… no sabía donde!

"Espera, por favor…" Llamó Sakura, empezando a cansarse. Ella se detuvo en algún punto, cansada de correr. Solo entonces notó que estaba perdida, que no tenía idea de dónde vino. Sakura buscaba. Los altos árboles estaban alrededor de ella y allí podía ver muy poco del cielo. Increíblemente rápido, el día empezó a marchitarse y el sol empezó a ponerse. Vio el momento cuando la primera estrella apareció en el rosa, naranja y azul cielo. Un fresco viento sopló y las hojas amarillas empezaron a caerse alrededor de ella.

May it be and evening star

Shines down upon you

Sakura oyó una suave voz.

May it be when darkness falls

Your heart will be true

Ella se dio la vuelta intentando discernir de dónde estaba viniendo la melodía.

You walk a lonely road

Oh! How far you are from home

Sakura salió de nuevo través de los árboles. Saltó encima de raíces y arroyos siguiendo la canción, pero parecía que la melodía estaba alrededor de ella.

Mornie utúlië (darkness has come)

Believe end you will find your way

Mornie alantië (darkness has fallen)

A promise lives within you now

Sakura sentía que le invadía la tristeza, oyendo las palabras de la canción. ¿Por qué eso sonaba tan triste? Quería decir algo. Algo muy importante.

May it be the shadow calls

will fly away

May it be your journey on

To light the day

When the night is overcome

You may rise to find the sun

"Un viaje… para iluminar el día," repitió ella.

"Aquí," ella oyó un susurro. Sakura se volvió a su derecha. ¡Allí!

Mornie utúlië (darkness has come)

Believe and you will find your way

Mornie alantië (darkness has fallen)

A promise lives whithin you now

Sakura se detuvo. Ella había alcanzado un claro en medio del bosque. Sentada en una piedra, estaba la mujer que había visto antes. La mujer estaba mirando el ocaso, cantando.

A promise lives whithin you now

La mujer se dio la vuelta y sonrió a Sakura. La adolescente se acercó y se sentó al lado de ella.

"Amo este momento del día…" susurró la mujer. "No es de día y no es de noche. Ves el sol, pero también la luna y las estrellas."

"¿Quién eres?" Preguntó Sakura.

"Sabes quién soy," la mujer contestó simplemente.

"¿No fue… no fue todo sólo… un sueño?" Preguntó Sakura pero no hubo ninguna contestación. "Por favor contéstame… estoy perdida…" Sakura cerró sus ojos, una lágrima corrió bajo su cara.

"Sakura, yo no puedo decirte qué hacer. No es mi lugar. Debes encontrar la respuesta por ti misma, pero por favor Sakura, escoge la opción correcta. Profundamente en ti sabes cual es la verdad."

"Pero estoy desconcertada…"

"Sakura…" ella tomó su mano. "Para de pensar y siéntelo, siéntelo con tu corazón. Recuerda tu propósito, Sakura. Cree en la verdad… y encontrarás tu camino."

"La canción…"

"Debes escoger, Sakura. Nadie puede hacerlo por ti. Estás atrapada entre dos realidades: una es falsa. Escoge."

"Quieres decir…"

"Debes escoger, Sakura. ¿Quién eres? ¿Kinomoto Sakura, la heredero de la rica propiedad de tu padre y la prometida de Li? ¿O eres Kinomoto Sakura, la Maestra de Cards y la amada del Nuevo Líder?"

"¿Quién?"

"Escoge, Sakura," insistió la mujer. "¿Cuál de estos dos mundos es la realidad?"

Sakura hizo una pausa y empezó a contestar.

"Claro que soy-"

"¡No!" La mujer la interrumpió. "No pienses. Siente."

Sakura miró a la mujer extrañamente, pero decidió obedecerla. Ella cerró sus ojos y se concentró. "Siente," susurró ella. Las palabras de la canción continuaron repitiéndose en su mente.

"Una promesa vive…"

"… dentro de… mi…" Sakura completó abriendo sus ojos. La mujer sonrió brillantemente.

"¿Quién eres, Sakura?"

"Yo soy la Maestra de Cards," ella contestó resueltamente. "Uno de los héroes en la profecía de Maaya… tu profecía."

"Eso es correcto," contestó Maaya. Inmediatamente un fuerte viento sopló y Sakura empezó a sentirse mareada. Estaba a punto de despertarse.

"Gracias, Maaya," Dijo Sakura antes de cerrar sus ojos.

"De nada… mi niña."

# * # * # * #

Syaoran sabía que ella estaba muriendo. Estaba sintiéndolo. Empezó a llorar calladamente y enterró su cara en el colchón, sosteniendo la mano de Sakura herméticamente. Estaba tan desesperado que no sintió la vuelta de sus poderes, vida entrando en su cuerpo, fuerza corriendo en sus venas.

Sakura abrió sus ojos. Todo era negro. Ella pestañeó varias veces antes de empezar a ver la luz débil de la vela en el cuarto. Empezó a distinguir formas, aunque su vista estaba bastante borrosa. Pestañeó un par de veces y pudo ver bien. Sakura echó una mirada alrededor del cuarto. No sabía donde estaba, pero se parecía al cuarto de un hospital.

Despacio empezó a sentarse. Syaoran alzó la cabeza con sorpresa. Sakura lo miró. Ella no lo había visto allí.

"¿Syaoran…?" Preguntó ella calladamente, con una cara cansada, pero estaba sonriendo. Syaoran la miró como si no pudiera creerlo. ¡Ella estaba… ella estaba viva! Él se sentó en la cama y la miró directa a sus ojos, intentando asegurarse de que no era un sueño. Era real. Sakura miró su mano sujetando la suya y ella frunció el entrecejo mirando a su cara. "¿Syaoran, estabas… llorando?"

Syaoran no la contestó. Tragando su orgullo, la tiró hacia él y la abrazó herméticamente. Sakura estaba completamente sorprendida, pero lo abrazó también. Syaoran enterró su cara en la curva de su cuello y respiró aliviado. Un escalofrío atravesó su espina sintiendo sus fuertes manos haciendo que se acercara más a él y su cálido respirar en su cuello.

"¿S-Syaoran?"

El joven la miró y le dio una de sus muy raras sonrisas. Una vez más, ella tembló. Su cara estaba alejada sólo unas pulgadas de la suya y la respiración de Sakura se estaba acelerando al mirar en sus ojos. Él acarició su cara.

"No te atrevas asustarme así de nuevo en la vida, ¿me oyes?" dijo él, y trayendo su cara un poco más cerca de la suya, él susurró: "Lo siento, Sakura. Por todas las cosas que te dije. No quise decir eso. Espero que puedas perdonarme. Por favor," suplicó él.

Sakura estaba sorprendida con sus acciones. Estaba ruborizándose como loca, mirándolo así como Syaoran continuaba mirándola fijamente, buscando una respuesta.

"Yo- yo te perdono, Syaoran," tartamudeó ella. Syaoran sonrió una vez más y la abrazó firmemente.

"Gracias," susurró él en su oreja. Sakura estaba temblando en sus brazos. Ésta era la realidad, estaba segura de ello, y nunca imaginaría que un día Li Syaoran actuaría así.

Syaoran puso su mano en su bolsillo, buscando algo. Él sacó dos cosas de él: la cadena con la llave de Clow y un pequeño paquete. Puso la cadena alrededor de su cuello. Entonces él tomó sus manos y puso el paquete en ellas. Entretanto, Sakura estaba ruborizándose tanto que estaba asombrada de que Syaoran no lo hubiera notado.

La puerta se abrió cuando sus ruidosos amigos estaban entrando en el cuarto.

"¡Te lo estoy diciendo! ¡Es la verdad!" Le estaba diciendo Yamazaki a Taeko.

"Eso es ridículo, Yamazaki. Esa fue la peor mentira que nos has contado," dijo Meiling.

"Pero es-" Yamazaki empezaba a decir pero fue interrumpido por el chillido de Tomoyo.

"¡¡¡Está despierta!!!" Todos miraron a la cama dónde Syaoran estaba sentado sosteniendo la mano de Sakura y ella estaba mirándolo. Los dos esperados miraron a sus amigos. "¡Realmente estás despierta!"

"Sí…" Sakura contestó despacio. Syaoran apretó su mano un poco antes de ponerse de pie y dejarla. Sus amigos solo lo observaron saliendo del cuarto. Meiling miró fijamente a su primo cuando él estaba pasando por ella. Parecía satisfecho. Parecía feliz. Estaba sonriendo. Ella volvió sus ojos a Sakura que todavía estaba mirando a Syaoran saliendo. Él cerró la puerta detrás de él como todos empezaron a hacerle muchas preguntas a Sakura. Tomoyo estaba inmediatamente al cargo de la situación y empujó a todos fuera del cuarto, diciéndoles que llamaran al doctor y que no la dispararan tantas preguntas.

"¡Estoy tan contenta de que estés despierta! Los doctores dijeron que ibas a morir. ¡Estaba tan asustada!" Tomoyo abrazó a su mejor amiga. Sakura le devolvió el abrazo.

"También estoy contenta de estar viva," Rió Sakura. "Pero me pregunto que es lo que pasó exactamente…"

"Oh, yo te lo diré. Fuiste envenenada por esto…" A Tomoyo se le fue apagando la voz, cogiendo vista del pequeño paquete en la mano de Sakura. "¿Que es eso?"

"¿Eh?" Sakura miró a sus manos. "Oh, Syaoran solo me dio esto."

"¿Y a qué estás esperando? ¡Ábrelo!" Sakura cabeceó y empezó a desenvolverlo. Se quedó boqueabierta y sus ojos centellearon cuando vio lo que era. Ella había visto el ornamento para el pelo hace semanas cuando Syaoran estaba comprando los comestibles para el resto del viaje. Era el ornamento de cristal en forma de una flor florida.

¿Cómo supo…? Pensó ella.

"Debes gustarle mucho." Sakura levantó la mirada hacia su amiga. Tomoyo estaba sonriendo a sabiendas. "Realmente debes."

Continuará...

& * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * & * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * &

¡No puedo creerlo! ¡¡¡¡¡¡Acabo de terminar el capítulo 13!!!!!!

¡Bien, en caso de que estén preguntándose (¡estoy segura de que lo están! ¡Ok, quizá no, pero sin embargo…), la canción cantada por Tomoyo es "Winter Light", por Linda Ronstadt de la película "The secret Garden"*. Y en cuanto a la segunda canción, cantada por Maaya, es de Enya "May it be", de la película "El Señor de Los Anillos - La Comunidad del Anillo". ¡¡¡Tengo las canciones!!!

¡Por favor díganme que les gustó este capítulo! Realmente pasé un duro momento escribiéndolo, pero gracias a una excelente corrección y pruebas de lectura resultó bien. ^_~

Estoy pensando en hacer una lista de envío… quién quiera ser advertido cuando suba, háganmelo saber en su review o me mandan un e-mail.

sunshine_kathie@yahoo.com

…KayJuli ^_~

*El título sería 'El jardín secreto' pero al no conocer esta película no sé realmente si sería el título correcto.

Ver mi BIO para más detalles. Notas para la traductora: eternal_phoenix_light@yahoo.es