¡Yah!

¡¡¡Sujétense!!! ¡Sí, es verdad! ¡Regresé en menos de un mes! ¡Como dije, los reviews me inspiran! ¡Sé que estoy tomando un tiempo largo para escribir esto, pero últimamente he estado estudiando como una loca y tengo muchas, muchas cosas que hacer por aquí… estoy escribiendo tan rápido como puedo!

¡Jurei-chan y Jerry-kun, son geniales! ¡Adoro leer sus reviews! Y estoy definitivamente de acuerdo con Jurei-chan: ¡¡nunca tendremos demasiado de S+S!! ^_~

¡Agradezco a todos por los reviews y e-mails! ¡Estoy recibiendo más amenazas de muerte que nunca! Estoy intentando escribir más rápido, pero… oh, bien… por al menos no ha sido un mes, como en el último capítulo, ¿eh? O DOS meses, como el capítulo 13…Me tomó dos semanas para escribir este. ^_^

Sé que Meiling está siendo muy mala en esta historia, pero estoy intentando seguir la línea de CCS (¿pueden creerlo? @_@). Cuando nos encontramos a Meiling por primera vez en CCS, era realmente molesta y muy posesiva de Syaoran (sé que no me gustó al principio). Solo estoy intentando imaginar cómo sería que si ella tuviera crecido así. ¿Cómo se sentirían si su novio desapareciera durante meses con alguna chica y cuándo los encuentran, él esto loco por ella? No muy bien, eso con seguridad (yo probablemente lo estrangularía @_@). Pero no se preocupen, fans de Meiling. Yo también amo a Meiling, y nunca escribiría cosas malas sobre ella. Por lo menos no la convertiré en uno de los villanos… ^_ ~ 

Mmm… la canción en este capítulo, tendrán que imaginar que suena de una manera acústica. ^_ ^ No olviden eso, o la canción va a parecer muy extraña…

Y aquí vamos de nuevo, un nuevo capítulo. 

¿Preguntas? ¿Comentarios? ¿Alabanzas? *glup * ¿Llamas…? Quiero leerlos (pero para decir la verdad, estaría más contenta sin las llamas…)

R+R 

Disclaimer: *Yamazaki* ¿Chicos, sabíais que KayJuli es dueña de Card Captor Sakura? Se la compró a las CLAMP, como es la chica más rica en todo el mundo. Es tan rica que ayer se compró su propio país que va a ser conocido como KayJuliLand. Probablemente lo hayan oído en la CNN. Y ella también- 

*Chiharu, estrangulando a Yamazaki* ¡¡¡Deja de mentir!!! 

*KayJuli* ^_^;;;; No me pertenece… 

* ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * El Poder de Dos Corazones * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ *

CAPÍTULO 15

Era el final del día. El sol se estaba poniendo en el horizonte, los colores del cielo eran azul, rosa, amarillo y naranja. Un viento caluroso estaba flotando alrededor y todos estaban agradecidos de que el día estuviera terminando. Ese había sido un día realmente caluroso. Dos días atrás habían entrado finalmente en la provincia de Haru localización de la Ciudad de Glanz. Haru era prácticamente un desierto inhabitado. Los pueblos estaban por todas partes, esparcidos a lo largo de la provincia, pero era un misterio por qué las personas todavía vivían allí. No había ningún patrón que servir y ninguna plantación en toda la provincia. Nada crecía allí. Durante dos días, el grupo había estado caminando a través del desierto y había hecho ahora una pausa en uno de estos pueblos sin nombre. 

"¿Así que…?" Yamazaki instó. 

"Tranquilízate. Todavía estoy contando el dinero," Syaoran le lanzó una mirada asesina. Yamazaki y Taeko le estaban mirando mientras contaba las monedas. "No, no podemos permitirnos ese lujo." 

"Pero, Li…" Yamazaki agasajó. "¡Tenemos hambre!" 

"Encontraremos algo bajo este camino, estoy seguro. Debe haber árboles frutales." 

"Mmm, aunque me gustaría estar de acuerdo contigo, Li," dijo Taeko. "Sabes que no vamos a encontrar eso. Esto está en medio del desierto. No hemos visto un árbol hace horas, ni un solo árbol frutal." 

"Pero todavía tenemos tres días hasta llegar. ¿Qué vamos a hacer sin dinero?" Les preguntó Syaoran, bajando su voz. Vio a las chicas venir hacia ellos después de detenerse en una tienda. Ellas habían visto algunas cosas interesantes en la ventana de una casa de empeños y no podían evitar sino pararse para mirar. 

"No sé, pero tampoco podemos morirnos de hambre," contestó Taeko. Estaban delante de una taberna en la que podían oír la música. Los hombres estaban pasando delante de ellos y entraban en la taberna. Parecían no notar que estos hombres los estaban mirando sospechosamente. Los pueblerinos nunca los habían visto allí antes - personas extrañas en el pueblo. 

"¡Vale, vale, me rindo!" exclamó Yamazaki. "¡Yo pagaré! ¡Tengo dinero!" Dos tipos que estaban pasando delante de ellos se miraron y sonrieron con satisfacción. 

"Oh, sí, eso es verdad. Has estado guardando tu dinero durante todo el viaje, eres un tacaño," dijo Taeko. "¿Qué ibas a hacer con él en todo caso? Y por favor, dinos la verdad y no la historia sobre el dragón, porque eso es ridículo." 

Yamazaki sacó un pequeña caja de su bolsa, la abrió y empezó a contar su dinero. 

"Iba a comprarle algo a Chiharu, pero supongo que comer y no pasar hambre hasta la muerte es más importante," dijo él. Los dos hombres sonrieron a sabiendas. 

"Blando," bromeó Taeko. "Pensando en tu novia aunque estés lejos de casa." 

"Sí, debo recordarla. La última vez que regresé a casa en meses, sin nada que darla, ¡me estranguló casi hasta la muerte!" Sus amigos se rieron. 

"¿No es eso dulce?" dijo Syaoran sarcásticamente. 

"Realmente te hace querer tener una novia," dijo Taeko de la misma manera. Ellos empezaron a reírse de nuevo en la cara de Yamazaki. Él parecía estar enfadado con ellos, pero también avergonzado. 

"¿Qué es tan gracioso?" Preguntó Meiling cuando finalmente las muchachas los alcanzaron. 

"Nada," contestaron los tres serenamente. Meiling frunció el entrecejo. Ella se volvió a Syaoran. 

"¿Vamos hoy a comer de una vez?" Ella sabía que no recibiría ninguna explicación de él acerca de por qué habían estado riéndose. 

"Sí. De hecho, Yamazaki va a pagar," contestó Syaoran. 

"¡¿Tú?!" Preguntaron las muchachas a la vez, sorprendidas. Sakura pestañeó, 

"¿Y qué hay sobre el huevo del dragón?" Preguntó ella. Yamazaki sonrió tímidamente. 

"Mmm… Eso era una mentira, Ying Fa," le dijo Taeko. 

"¿Lo era?" 

Todos asintieron. 

"Eres tan tonta," Dijo Meiling bajo su respiración. Ella miró a Sakura y habló más alto. "¿Cómo puedes caer en eso? ¡Los dragones no existen!" 

"¡Oh, sí, si que existen!" Sakura, Syaoran, Taeko y Yamazaki contestaron al unísono. 

"No me vuelvan ni a recordar eso," dijo Syaoran, empezando a entrar en la taberna. 

"Por favor…" agregó Sakura, siguiéndolo, subiendo su bolsa a su hombro. 

"Sólo en los cuentos de hadas," dijo Taeko, intentando mantenerse al ritmo de Sakura. 

"E incluso en los cuentos de hada tendré miedo de ellos," dijo Yamazaki, siguiendo a sus amigos y todavía contando su dinero. Tomoyo, Meiling y Kaho pestañearon. ¿Dijeron algo malo? 

Sakura calmadamente entró en la taberna. En el momento que ella lo hizo, llamó la atención de todos los presentes. Notó que había sólo hombres, muchos hombres, sentados alrededor de mesas redondas, bebiendo, hablando ruidosamente, comiendo, jugando a las cartas, fumando, no prestando atención a la música que estaban tocando tres hombres en una esquina oscura del cuarto. Ciertamente no era un buen lugar para visitar solo. Un tipo silbó, llamando su atención. Ella sonrió tímidamente y se movió más cerca de Syaoran, entrelazando su brazo con el suyo. Él miró hacia abajo, inquisitivo y sorprendido. Últimamente había estado ignorándolo, apartándose de él. Se había preguntado lo que había hecho o había dicho para hacerla tan evasiva. Poco sabía él que cada vez que Sakura pensaba en acercarse a él ella se encontraba con un par de encendidos y enfadados ojos, mirándola. Sin embargo, ahora no podía preocuparse menos de eso. Tenía más miedo de esos hombres que de Meiling. 

Ella no miraba a Syaoran pero él notó que tenía miedo de todos esos tipos que la miraban. 

"Sabes que ellos no van a intentar nada contigo," dijo él de manera que tan sólo ella podía escucharle. 

"¿Cómo puedes estar tan seguro?" preguntó ella de la misma manera.

"Porque estás conmigo," contestó él resueltamente. Solo entonces, ella le miró. Él la sonrió un poco, llevándola a una mesa vacía. Taeko estaba justo detrás de ellos, mirando amenazante a los hombres. Él había notado su inquietud cuando ella entró y había intentado alcanzarla, para que se quedase cerca de él, pero en el momento que lo hizo, ella ya estaba al lado de Syaoran dejando a un defraudado Taeko frunciendo el entrecejo y mordiéndose el labio. 

Bueno, es natural que ella corriera hacia su hermano, razonaba él. Taeko suspiró. Pero desearía que hubiera corrido hacia mi lado…

Cuando se sentaron, Sakura se quedó cerca de Syaoran, a pesar de la intensa y caliente mirada amenazante de Meiling en el momento que puso sus ojos en ellos. Tomoyo se sentó a la izquierda de Sakura, Kaho al lado de ella. Meiling estaba enfrente de Syaoran ya que Yamazaki ya había exigido el otro lado del Líder de la Resistencia. Taeko estaba al lado de Meiling, enfrente de Yamazaki. 

"Así que, Yamazaki," preguntó Syaoran. Yamazaki levantó la vista de su dinero. "¿Qué podemos pedir?" 

El muchacho miraba la lista de precios, colgada en la pared. Después de nombres y nombres de bebidas había… sopa. Todos pestañearon. No había nada más para comer, sólo sopa. 

"Supongo… sopa, ¿eh?" dijo él. 

"Sí…" se pusieron de acuerdo serenamente. Un muchacho vestido con un delantal blanco y manchado corría hacia ellos, llevando vasos usados de vuelta a la cocina. 

"¡Eh, chico!" Le llamó Yamazaki. Se detuvo al lado de la mesa. 

"¿S-sí, señor?" El joven camarero casi dejó caer uno de los vasos. 

"Queremos siete platos de… sopa," le dijo al muchacho, ayudándole a dejar los vasos de pie, mientras el muchacho estaba intentando apuntarlo. 

"¡Eh, chico!" una ruda voz llamó desde el otro lado del cuarto. "¡La cerveza! ¡La cerveza!" 

"¡Voy señor!" el acosado mozo contestó por encima de su hombro. Se volvió a Yamazaki. "Regreso en un segundo." 

"¡Vamos, chico, no hagas esperar a los clientes!" retumbaba un hombre gordo desde detrás de la barra, el dueño de la taberna, mientras llenaba los jarros y los empujaba a lo largo de la barra, a los clientes, alineándolos. Su acento tenía un sonido vibrante de viajante de mar. 

"¡Sí señor, sí señor!" El muchacho echó a correr pasándole y entró en la cocina. Un segundo después todos oyeron los vasos rompiéndose. 

"¡Mierda!" Oyeron desde la cocina. El hombre gordo rió. 

"¡Deducido de tu salario!" gritó en la dirección general de la puerta de la cocina. 

"Rompe los vasos todas las noches y siempre dices lo mismo," dijo alguien. 

"Lo sé. ¡De hecho, el niño me debe dos monedas de oro! Pronto seré un hombre rico de esta manera." Los clientes gritaron con risa.

"Li," estaba diciendo Taeko. "Tenemos otros tres días para llegar entonces." 

"Sí, sólo tres días." 

Había expresiones de alivio de los viajeros, sobre todo Meiling. 

"Nunca nos ha tomado tanto llegar a la Ciudad de Glanz," dijo Yamazaki. "Normalmente llegamos en un mes allí, como mucho." 

"Sí, Yamazaki, pero estamos llevando un peso extra," dijo Meiling con referencia obvia a Sakura. Syaoran inmediatamente impuso silencio a la muchacha con un ceño y Meiling serenamente miró a otro lado. Sin advertir el comentario de Meiling, Sakura estaba hablando con Kaho. 

"¿De verdad?" estaba preguntando ella, una chispa en sus ojos. "¿Podré ver todo eso?" 

"¡Claro! No puedes ir a Glanz sin visitar Ciudad Parque. Un lugar asombroso. Después está la Calle de los Comerciantes. Personas de todo el Imperio van allí a vender su mercancía," Estaba diciéndole Kaho. 

"He oído hablar de la Calle Jardín," dijo Tomoyo. 

"Yo no," Sakura se volvió a Tomoyo, su cara encendida con la maravilla y excitación. Tomoyo solo sonrió. 

"Oh, sí… La Calle Jardín. La calle más bonita en la ciudad. Es muy larga y hay edificios muy antiguos en ambos lados, y en cada ventana hay flores plantadas bajo ella. Altos árboles en línea con las aceras. Estoy segura de que te gustará." 

"Sí, es realmente asombroso," Entró Yamazaki en la conversación. "De hecho, Li, no es esa la calle dónde vive una cierta Lin Ya- ¡¡¡Ay!!! ¡Eso duele!" Yamazaki habría dicho más sí Syaoran no le hubiera dado un puntapié en su espinilla bajo la mesa. "¡¿Cuál es el problema contigo?!" 

"Oh, sí, eso es verdad," dijo Taeko, recordando. "Lin Yao…" 

"¿Lin Yao, Syaoran?" preguntó Meiling. Syaoran miró a Yamazaki y solo entonces Yamazaki comprendió que por qué se suponía que no tenía que decir eso. 

"Perdón, hombre…" masculló él. 

"No puedo creer que todavía estés viendo a esa-" Meiling empezó a gritar insegura ahora de quién debía tener celos - Sakura o Lin Yao. Syaoran la interrumpió. 

"¡Mira! Ahí está el chico con la comida. Hablaremos después, Meiling." El muchacho estaba escogiendo despacio su camino entre las mesas, llevando una bandeja grande con siete platos de sopa y dos vasos de cerveza que estaban increíblemente fijos en perfecto equilibrio. Los ojos pensativos de Sakura estaban en Syaoran. 

¿Lin Yao…?

"¿Ying Fa?" oyó Sakura, y ella se volvió a Tomoyo. 

"¿Eh? Oh, perdona. Estaba distraída," rió ella. "¿Sobre qué estábamos hablando de nuevo?" Tomoyo miró de su amiga a Syaoran. Tenía que descubrir quién era Lin Yao. "¡Oh, sí! Mizuki-san, estaba preguntándome ¿cómo una ciudad tan bonita como Glanz puede situarse en medio de un desierto?" 

"Bien, Ying Fa, Haru no siempre ha sido un desierto. Esta provincia se cubría con un bonito bosque llamado Haru. Por eso la provincia tiene el nombre de Haru." 

"¿Entonces que es lo que le pasó al bosque?" Preguntó Sakura. Kaho hizo una pausa, oscura tristeza en sus ojos. 

"Empezó a ser destruido hace casi quinientos años. Los Verborgens empezaron deshojando y quemándolo para encontrar a Maaya, Clow y sus familias que estaban escondidos en él." A la mención de los nombres de Maaya y Clow, Syaoran miró a Kaho. "Incluso después de ser encontrados, la devastación continuó porque la madera era de excelente calidad y hacía a muchas personas ricas. Hace doscientos año, tumbaron el último árbol…" 

Los ojos de Sakura se ensancharon a una memoria. 

#~Flashback ~#

 

"¿Te gusta este lugar?" El hombre se acercó a Sakura.

"Mucho." Sakura sonrió alegremente. Era la cosa más bonita que había visto nunca. 

"Esto es, o era, el bosque más grande en Wunder. Desgraciadamente, sólo lo podemos ver ahora en nuestros sueños." 

"Pero yo lo veo. ¿Sólo estoy soñando?" 

El hombre hizo una pausa durante mucho tiempo, entonces continuó: "Fue destruido. Dejó de existir hace ya dos siglos."

La cara de Sakura se puso triste. "¿Que pasó?" 

"Los Verborgen talaron todos los árboles. Todo lo que ves aquí se ha ido en realidad…" Él echó una mirada alrededor, nostálgico. Sakura miró fijamente sin fijarse a sus pies, una gran tristeza en su corazón. Clow notó su cara triste. "Pero algún día, crecerán de nuevo," dijo con una sonrisa esperanzadora. 

"¿Cómo?" Sus ojos estaban brillando con lágrimas. "Ellos están matando todo…" 

"Esto cambiará, Sakura." 

"¡Son poderosos! ¿Quién puede ir contra ellos?" 

"Dos corazones como uno…" 

 

#~Fin de Flashback~#

"Crecerán de nuevo," dijo Sakura en alto de una manera tan enfática y convincente que los otros la miraron. Kaho sonrió. Ella sabía de que estaba hablando la muchacha. 

"Claro que crecerán," dijo ella así como enfáticamente golpeaba levemente la mano de Sakura tranquilizantemente. Encima de los hombros de Sakura, Kaho podía ver a Syaoran estudiándola con los ojos entrecerrados. 

¡Ella sabe algo! Estaba pensando Syaoran. ¡Siento que ella sabe todo sobre nosotros! ¡Sé que ella lo sabe! Es peligrosa. No puedo dejar que Sakura esté cerca de ella. Ahora no había ninguna manera de que pudiera apartar a Sakura de la mujer. Estaban hablando alegremente y cualquier movimiento ahora levantaría sospechas entre sus amigos y le proporcionaría otra oportunidad a Meiling de ponerse desagradable. Para volver a poner todo en perspectiva, dijo él de repente, con carácter definitivo: 

"¡Sin embargo, no vamos a Glanz para ver las vistas!" 

Hubo un momento de silencio, cada uno ocupado con sus pensamientos, y entonces ellos empezaron a comer. La conversación era esporádica y en un tono más bajo. La proximidad de la realización de su misión pesó de repente sobre ellos y más de un corazón latió más rápido en anticipación. 

La bolsa de Sakura estaba en su regazo bajo la mesa. Kero casi estaba babeando en ella, sin poder comer. Sacó su cabeza fuera de la bolsa y miró a Sakura suplicante. Sakura casi chilló cuando lo vio. Tomoyo y Syaoran fueron los únicos que lo notaron, ya que estaban sentados al lado de ella. 

"Sakura, tengo hambre…" Susurró Kero. Sakura echó una mirada alrededor. Nadie lo vería. Bajó la cuchara llena y permitió a Kero comer. 

"Sería más fácil si simplemente bajaras tu plato entero," Le dijo Syaoran a Sakura. Tomoyo rió con una risita. Kero no lo oyó ni siquiera. Estaba demasiado ocupado. 

Quince minutos después, terminaron todos. 

"No estaba tan malo," dijo Taeko. 

"Yo todavía no puedo creer que Ying Fa comiera todo eso y tan rápido," dijo Yamazaki y Sakura sonrió tímidamente. 

"Vamos, Yamazaki," dijo Syaoran. "Paga y vayámonos. Todavía tenemos un largo camino que recorrer." 

"Vale, vale…" Yamazaki abrió su bolsa y empezó a buscar su dinero. Su cara se puso pálida y todos lo miraron. Yamazaki levantó la vista. "No-no está aquí…" dijo. 

"Oh, venga, Yamazaki, no empieces a mentir. ¡Paga!" Dijo Taeko. 

"¡Es verdad! ¡Me han robado! ¡¿Dónde está mi dinero?!" Yamazaki dijo ruidosamente, echando una mirada alrededor de él. Los otros clientes estaban sonriéndole maliciosamente. "¡Me han robado!" 

"No me importa si te han robado, muchacho," dijo al dueño de la taberna desde detrás del mostrador, habiendo oído a Yamazaki. "Me deben pagar las comidas." 

"Oh, genial…" murmuró Syaoran. 

"¿Qué hacemos ahora?" Preguntó Meiling preocupada. "Paga, Syaoran." 

"No puedo," dijo Syaoran. "El dinero se está gastando." 

"Yo ya no tengo más…" dijo Kaho. 

"¡Eh, hágales lavar los platos!" gritó alguien al dueño. 

"¡Qué limpien el suelo y las mesas!" Y más ideas vinieron de los clientes. 

"¡Que nos atiendan!" dijo un tipo, mirando a las chicas. "Atendednos aquí pilluelas." 

"¡Diversión!" 

"Me pagareis de una manera o de otra," dijo el dueño con una mirada sucia al grupo de amigos. Ellos estaban perdidos acerca de qué hacer. De repente Tomoyo se puso de pie y fue a hablar con el hombre. Sus amigos en la mesa se preguntaron lo que estaba haciendo. Vieron al hombre reír un poco, entonces él cabeceó. Él le preguntó algo y su contestación fue: 

"De ninguna manera. Sólo eso. Lo toma o lo deja." 

El hombre parecía estar considerando la proposición por un momento, entonces él la sonrió. 

"Bien, pero mejor que sea buena, o lavarán los platos y servirán a los clientes, también." 

"Será buena," dijo Tomoyo, caminando de vuelta a la mesa. "Vamos, Ying Fa. Meiling." Ella tiró de las muchachas. 

"¿Qué estás haciendo, Daidouji?" Preguntó Meiling. Sakura estaba simple y llanamente confundida. 

"Pagando nuestra cuenta. Algo que los hombres aquí parece que no pueden hacer." Con un despreciativo meneo de su cabeza desmentida por el centelleo en sus ojos, llevó a las muchachas a la plataforma dónde la banda de músicos de aspecto rudo estaba tocando. Con una orden imponente de su mano, trajo su estrépito a un alto.

Syaoran se movió inquietamente en su silla disgustado por la exposición del grupo ante toda la taberna.

Tomoyo dejó a Sakura y Meiling delante de todos, mientras ella iba a hablar con los hombres de los instrumentos. Una conversación rápida con ellos y regresó.

"Tomoyo," Susurró Sakura nerviosamente, sintiendo todos los ojos sobre ellas. "¿Qué estás haciendo?"

"No me gusta a donde está llevando esto," Murmuró Meiling. Asintió Sakura. 

"No os preocupéis, chicas. Todo está bajo control. ¡Será divertido después de todo!" Sakura y Meiling se miraron. Tomoyo se volvió a su público. "¡Bien, como lavar platos y servir no nos atrae y tenemos que pagar nuestra cuenta, yo y mis amigas aquí vamos a cantar!"

"¡¿¡¿¡¿Qué?!?!?!" Meiling, Sakura, Syaoran, Taeko, Yamazaki, Kaho e incluso Kero en su bolsa, exclamaron juntos.

"Podría estrangularla," Le dijo Meiling a Sakura.

"Sé lo que quieres decir." Ninguna notó que la vieja rivalidad había desaparecido - por unos segundo.

"¡Denle!" Dijo Tomoyo y los hombres empezaron a tocar, una pegadiza melodía familiar de hace muchos años atrás. Las otras dos muchachas sólo… permanecieron allí, paralizadas.

"Creo que está llevando esto demasiado lejos…" Dijo Sakura.

Wanna know you better
Wanna push you baby
But never too far

[Quiero conocerte mejor
Quiero empujarte nena
Pero nunca demasiado lejos]

(Tomoyo)

Tomoyo cantó y todos en la taberna se callaron, mirándola. Ella tiró de Meiling para cantar la siguiente parte. 

Wanna show you heaven
Wanna be like you
Just as strong as you are

[Quiero mostrarte el cielo
Quiero ser como tú
Así de fuerte como tú eres]

 (Meiling)

Las dos muchachas se guiñaron y empujaron a Sakura al medio. Tomoyo cantó el siguiente verso y pellizcó a Sakura para cantar su parte.

I wanna be daylight in your eyes
I wanna be sunlight, only warmer

[Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser la luz del sol, solamente más cálida]

 (Sakura)

Sakura estaba con la cara roja de la vergüenza. Su voz era baja y alguien gritó que debía cantar más alto. 

I wanna be daylight in your eyes
I wanna be love, only stronger
I wanna be daylight!

[Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser amor, solamente más fuerte
¡Yo quiero ser la luz del día!]

Los hombres en el cuarto las animaron, palmoteando sus rodillas, sus ojos en las tres bonitas extrañas. El dueño de la taberna miró la actuación con una pensativa y calculadora expresión. Estaba visualizando su taberna condensada con clientes apreciativos reuniéndose para escuchar a los tres ruiseñores. ¿Qué nombre comercial podría darles? ¿El Trío de Haru? No, demasiado seco. ¿Los pájaros cantores viajeros? No. No habría ninguna charla de su viaje a ninguna parte…

"¡No lo puedo creer!" Dijo Yamazaki.

"¡Ying Fa está más roja que un tomate!" Rió Taeko, todos los ojos eran para ella. Syaoran estaba mudo. Kaho estaba sonriendo.

Wanna live forever
Wanna touch your hand and explode like a star
Wanna stand beside you
Always be together wherever you are

[Quiero vivir para siempre
Quiero tocar tu mano y explotar como una estrella
Quiero estar a tú lado
Siempre estar juntos dondequiera que estés]

Sakura parecía un poco (comentario irónico) incómoda. Ella miró hacia la parte de atrás del cuarto y vio a sus amigas animarla. Sonrió, sintiéndose un poco mejor. 

I wanna be daylight in your eyes
I wanna be sunlight only warmer
I wanna be daylight in your eyes
I wanna be love
Only stronger
I wanna be daylight in your eyes
I wanna be sunlight only warmer
I wanna be daylight

[Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser la luz del sol solamente más cálido
Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser amor
Sólo más fuerte
Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser la luz del sol solamente más cálido
Yo quiero ser la luz del día]

"¡Eh, mocoso!" Llamó Kero a Syaoran. Sakura había dejado su bolsa en su silla. Los otros estaban demasiado absortos para notar al guardián amarillo de las Clow Cards.

"¿Qué?" Preguntó Syaoran, atrayendo su cabeza más cerca.

"Pienso que a Sakura le subió la temperatura. Mira su color."

Syaoran realmente se rió de Kero.

"No tiene fiebre. ¡Está avergonzada!"

Kero pestañeó. "¿Avergonzada? ¿Por qué?"

"¿No lo estarías si te obligaran a cantar delante de una muchedumbre?"

"Esa no es razón. Ella canta muy bien," Kero no podría creer a su señora.

"Sí. Lo hace, ¿no?" Dijo el joven líder de la Resistencia bajo su respiración.

Wanna know you better
Wanna push you baby but never too far
Wanna live forever
Wanna be like you just as weak as you are
Weak as you are

[Quiero conocerte mejor
Quiero empujarte nena pero nunca demasiado lejos
Quiero vivir para siempre
Quiero ser como tú así de débil como tú eres
Débil como tú eres]

Syaoran sonrió. Pensó que ella se veía muy graciosa cuando estaba ruborizándose así. 

I wanna be daylight in your eyes
I wanna
be sunlight only warmer
I wanna be daylight in your eyes
I wanna be love
Only stronger
I wanna be daylight in your eyes
I wanna be sunlight only warmer
I wanna be daylight

[Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser la luz del sol solo más cálida
Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser amor
Sólo más fuerte
Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser la luz del sol solo más cálida
Yo quiero ser la luz del día]

Desde la mesa, Kaho se divertía viendo que, así como las románticas palabras de la canción salían, Meiling y Sakura parecían estar viendo sólo a Syaoran en ese cuarto.

El sentimiento de tres amenazantes presencias golpeó los sentidos de Syaoran con un susto y levantó la vista para ver a Kaho mirándole advertiva. ¿Ella también había sentido algo? Miró a su alrededor rápidamente. ¡Tenían que estar fuera de allí - ahora!

Daylight
I see it in your eyes
Daylight
I wanna be
just you and me
Warmer than sunlight!

[La luz del día
Yo lo veo en tus ojos
La luz del día
Yo quiero ser
solos tu y yo
¡Más cálido que la luz del sol!]

"Canta muy bien, ¿eh?" Preguntó un hombre a otro.

"Sí."

Daylight in your eyes
In your eyes, in your eyes
I wanna be
Daylight in your eyes
I wanna be sunlight only warmer
I wanna be daylight in your eyes
I wanna be love
Only stronger
I wanna be daylight in your eyes
I wanna be sunlight only warmer
I wanna be daylight

[La luz del día en tus ojos
En tus ojos, en tus ojos,
Yo quiero ser
La luz del día en tus ojos
Yo quiero ser la luz del sol solo más cálido
Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser amor
Sólo más fuerte
Yo quiero ser la luz del día en tus ojos
Yo quiero ser la luz del sol solo más cálido
Yo quiero ser la luz del día]

Syaoran ya no prestaba atención. Reconoció las presencias. Los magos estaban llegando hacia ellos. Estaban algunas millas alejados, pero estaban llegando. ¡Tenían que salir!

Daylight… I see it in your eyes

[La luz del día… yo lo veo en tus ojos]

Sakura cantó el último verso y los hombres en la taberna vitorearon, aplaudieron y pidieron más. El dueño de la taberna gritó por encima de ellos: "¡Siete canciones para siete cuencos de sopa! ¡La cerveza va por la casa!"

Syaoran se puso de pie e hizo señas a las muchachas de que le siguieran. El dueño de la taberna, comprendiendo que su cebo musical estaba a punto de desaparecer, se dio prisa fuera de la parte de atrás de la barra e intentó prevenir que se marcharan.

"Yamazaki, Taeko, Mizuki-san… Vámonos. ¡Ahora!" Los dos muchachos estaban desconcertados pero Kaho lo obedeció inmediatamente. Ella salió deprisa para encontrar a su caballo y estar lista para partir en seguida.

"Pero… ¿que está pasando?" Preguntó Taeko.

"Debemos irnos," se dio la vuelta, viendo a las tres chicas justo detrás de él. Sakura estaba sonriendo alegremente, pero entonces en un parpadeo pareció ponerse seria. Miró hacia abajo, concentrándose. Entonces levantó la vista de nuevo hacia Syaoran, sus ojos abiertos. "Puedes sentirlo." Cabeceó ella sin palabras. Cogió su bolsa con Kero y corrió fuera de la taberna.

"Deuda pagada," Le dijo Tomoyo al protestante dueño de la taberna antes de correr detrás de sus amigos.

"Eh, ¿qué pasa?" Preguntó cuándo los alcanzó fuera. Kaho estaba corriendo hacia ellos, tirando al caballo detrás de ella.

"¿Cuán cerca crees que están?" Preguntó Sakura a Syaoran.

"¿Quién?" preguntó Meiling.

"A algunas millas de nosotros. Moviéndose deprisa. Ya nos deben haber sentido. Están llegando desde detrás y eso significa que nos deben de haber pasado hace un par de días, pero no nos sintieron y ni nosotros los sentimos."

"¡¿Sobre quién están hablando?!" Gritó Meiling pero no contestaron, sólo la miraron inexpresivamente.

"¿Q-qué hacemos?" Sakura estaba asustada.

"Empezaremos a andar. Y rápido. Tomemos otro camino. Quizá -"

"¡No!"Interrumpió Kaho y para sorpresa de Syaoran, empezó a decirles lo qué hacer. "No tenemos tiempo. Deben irse y ahora. Tomad el caballo, ustedes dos."

"¿Pero que hay de vosotros chicos?" Preguntó Sakura, mirando a sus amigos. Kaho estaba impaciente.

"Nosotros estaremos bien, Sakura. No es a nosotros quienes ellos quieren. Están detrás de ustedes dos. Si no se van y ahora mismo, los localizarán. En Glanz, será difícil seguir las huellas de sus poderes debido a todos los Verborgens que están allí y porque la ciudad es enorme. Los tres magos no tienen suficiente poder para distinguir vuestra aura de esas otras personas, pero los encontrarán aquí fácilmente. ¡Deben irse ahora!" Empujó a los dos adolescentes en la dirección del caballo.

Los ojos de Syaoran estaban extensamente abiertos con una mezcla de consternación y asombro. Kaho había llamado a Sakura por su nombre real. Era inequívoco. Ella sabía sobre los poderes de la muchacha. Sabía de los magos. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué más sabía ella? ¿Sabía sobre él y la razón por la que ellos iban a Glanz?

"¿Quién eres?"Le preguntó Syaoran a Kaho.

"Lo averiguarás bastante pronto, Nuevo Líder" vino la respuesta, "pero éste no es el momento. ¡Ahora váyanse!"

"Simplemente no puedo dejar atrás a todos. No dejo atrás a las personas," defendió él, mirando a su prima.

Meiling había estado escuchando, mirando los dos 'esperados', como había oído que los magos los llamaban todas esas semanas antes. Sakura parecía algo asustada y Syaoran estaba poco dispuesto. Su primo ya le había dicho la verdad sobre ellos así que sabía que Sakura era la Maestra de Cards. Detestaba tener a Sakura encima de Syaoran todo el tiempo, pero si la profecía realmente estuviera haciéndose realidad a través de ellos y si ellos estuvieran ahora en peligro, debían correr y rápido.

"Syaoran, vete," Le dijo Meiling. "Si lo que me dijiste es verdad, tu seguridad es más importante que la nuestra. Mizuki-san está en lo correcto. Ellos están detrás de vosotros, no de nosotros. Simplemente toma a la chica y vete. Nosotros te alcanzaremos."

Syaoran pestañeó. ¿Estaba esta celosa Meiling estaba diciéndole que tomara a Sakura y desapareciera? ¿Él… solo… con ella? Extraño… Ella notó su expresión. "¿Qué? No puede gustarme, pero no soy ningún monstruo. Sin embargo, ella se aferra a ti como una sanguijuela y es tu seguridad en la que estoy pensando." 

La vieja y buena Meiling, pensó él. Su básica buena personalidad todavía estaba allí. 

Syaoran todavía estuvo por un breve momento, mirando a Meiling. Ella tenía razón. Ella asintió, tranquilizándolo. Él estuvo encima del caballo en un destello. 

"Vamos," él llamó a Sakura. 

Sakura dudó, partida entre el frenético deseo de huir y la pesadez en su corazón cuando pensó en no ver el familiar rostro de Tomoyo a su lado. ¿Qué le pasaría a Tomoyo? Así como Syaoran sentía la presencia de los magos creciendo, Meiling suspiró exasperada y empujó a Sakura hacia el caballo. 

"¡Iros de aquí!" le gritó a Sakura. Syaoran levantó a Sakura sin una palabra. Sakura chilló en la sorpresa. Syaoran tiró una pequeña bolsa que tintineó con monedas a Taeko. 

"El dinero para que terminéis el viaje," explicó. 

"¿Qué hay de vosotros?" preguntó su amigo. 

"Encontraré una manera. No te preocupes. Yamazaki, sabes dónde buscarnos en Glanz." Él miró hacia abajo a Sakura. "Sujétate." Entonces se marcharon, montando tan rápido como el viento. 

"No vayas teniendo ninguna idea rara, ¡¿me oyes chica?!" Gritó Meiling detrás de ellos. 

Sus amigos miraron como Syaoran y Sakura desaparecieron alrededor de una curva en el camino. Kaho se dio la vuelta. Tomoyo y Meiling estaban mirándola sorprendidas porque ellas también habían oído llamar a Sakura por su nombre. Eso fue una gran revelación. Ella se arrepintió inmediatamente, y más aun cuando oyó a Taeko decir: 

"¿Por qué llamó a Ying Fa Sakura?" preguntó él. 

Kaho sonrió tímidamente. 

"Es su nombre en japonés. Me gusta ese nombre," ella dijo suavemente. "Bien, será mejor que nos vayamos también. Con mi caballo y si van rápido, pueden llegar a la ciudad para mañana en la tarde, pero nos tomará aproximadamente tres días a pie." 

#* #* #* #

Los tres magos, apoyándose encima de los cuellos de sus caballos, llegaron galopando a lo largo del camino que llevaba al pueblo que Syaoran y Sakura habían dejado un momento antes. 

"No están aquí…" agasajó Nakagawa. 

"Debemos encontrarlos," dijo Aoki. 

"Ya hemos estado bajo el camino tomando la ruta comercial, y ahora estamos tomando esta ruta corta, dónde estoy seguro no están." 

"¿Qué? ¿Preferís regresar a Glanz y decirle al Emperador que no los encontramos?" Preguntó Koizumi. 

"Claro que no, y no te pongas listo conmigo. Tú nos pusiste en esta situación de todas maneras." 

"¡¿Yo lo hice?!" 

"¡Sí! Te dije que teníamos que perseguirlos, matarlos con nuestras propias manos. Pero nooooooooo. Pensaste que eras el tipo inteligente, que ese veneno insignificante tuyo funcionaría en la Maestra de Cards como lo hizo en otros. ¡Deberías haber visto que no estamos tratando con personas ordinarias aquí! ¡Estos dos son los esperados, por el amor de Dios! ¡Ellos no bajarán tan fácilmente! ¡Los debíamos haber seguido cuando eran vulnerables y terminar con ellos!" Nakagawa estaba casi aterrado. ¿No había dicho el Emperador que morirían si fallaban de nuevo? 

"¿Qué pasa con el stress, Hidenao?" Dijo Aoki a Nakagawa con una risita. "Túmbate antes de que te hirieras." Koizumi se rió de él. 

"¡Gracioso!" Nakagawa gritó exasperado. "¡Estás bromeando con un tema serio! Realmente debería volver a Glanz y -" 

"¡Silencio!" la voz de Koizumi sonó clara. Sus amigos se quedaron callados. "Sentid la presencia." 

Se detuvieron, cerraron sus ojos, y se concentraron con cada fibra en su ser. 

"Están cerca…" dijo Aoki. 

"¿Sientes este aura?" Preguntó Nakagawa, los ojos extensamente abiertos como si asustados. "¡Son más fuertes que antes, pero una de las auras es más fuerte que la otra! ¿Cómo han podido desarrollar su fuerza así en tan poco tiempo?" 

"No lo sé," contestó Aoki. 

"Esto es sin duda muy extraño," dijo Koizumi. 

"Encontrémoslos," Nakagawa espoloneó su caballo. 

"Este vez, no se escaparán," declaró Koizumi, gravemente. 

"Los mataremos," agregó Aoki. 

#* #* #* #

"Están detrás de nosotros," declaró Kaho, sintiendo la presencia cerca y oyendo los patas de los caballos sonar claro. 

"¡Eh, tú!" Ellos oyeron de detrás de ellos. Se detuvieron y despacio se dieron la vuelta. Vieron a tres hombres sobre caballos. ¿Los magos los reconocerían? "¿Habéis visto a dos adolescentes, un chico y una chica, esta noche?" 

Sin vacilación, agitaron sus cabezas. 

"¿Estáis seguros?" Aoki estrechó sus ojos. 

"¿Si estamos seguros? Déjenme ver…" dijo Taeko. "Esta noche un hombre viejo nos ha pasado. Y luego estaba ese tipo vendiendo alguna clase de pastel." 

"Qué no deben comprar, a propósito, si se encuentran con él en el camino," agregó Yamazaki. Las muchachas se miraron, entendiendo lo que los dos estaban haciendo: dando a Syaoran y Sakura tiempo para llegar lo más lejos posible.

"Sí, tenía un sabor terrible," dijo Meiling. 

"Luego estaba la vieja pareja con su nieta,…" continuó enumerando Taeko. 

"Que niña tan inteligente. Sabía contar de uno a cien y tiene sólo cinco años," dijo Tomoyo. 

"Muy lista," agregó Meiling. 

"Y… quién más… esa chica que estaba volviendo a su casa en el próximo pueblo…" dijo Yamazaki. 

"Esa fue la chica más fea que he visto nunca," dijo Meiling. 

"¡¿Estás loca?! ¡Ella era prec-!" exclamó Yamazaki. 

"¡Callad!" gritó Aoki. "¿Visteis o no visteis pasar a un chico de cabello castaño con una chica de ojos verdes?" 

Los amigos se miraron y les contestaron al unísono: 

"No." Ellos agitaron sus cabezas convincentemente. 

Koizumi estrechó sus ojos de nuevo. 

"¿No te conozco?" preguntó. Los cuatro adolescentes temblaron, preguntándose si los había reconocido de todas esas semanas antes cuando los magos estaban a su caza. 

"Nos hemos encontrado antes," contestó Kaho y simplemente entonces, notaron que el mago había estado hablando con ella. 

"En el Palacio de Glanz," continuó Kaho. "Soy un amiga de Eriol." 

"¡Hiragizawa! Sí, te recuerdo," dijo Koizumi. "¿Qué está haciendo tan lejos de Glanz?" 

"Visitando a un amigo enfermo, y ahora estoy regresando a Glanz." 

"Ya veo…" dijo Koizumi después de una larga pausa. Se volvió a los otros dos. "Vamos. Estoy seguro de que no están lejos de aquí." 

"¿Conoces a Eriol Hiragizawa, el mago azul?" preguntó Taeko, descreído. Ella asintió. "¿Entonces… por qué ayudaste a Syaoran y Ying Fa?" 

"Es lo que se suponía que tenía que hacer." Los adolescentes solo siguieron mirándola fijamente pensando: Ésta no es una mujer ordinaria. Quizá Syaoran tenía buenas razones para fruncirle el entrecejo todo el tiempo. ¡Ahora ellos estaban atrapados con ella! 

#* #* #* #

"Deja a Kerberos salir de la bolsa."

Con algo de dificultad, Sakura abrió su bolsa, esforzándose para impedir que se cayese del galopante caballo. 

"¡Están cerca!" dijo Kero en cuanto estuvo fuera de la bolsa. Intentó volar a su lado, pero iban demasiado rápido. Así que asió la capucha de Syaoran. 

"¿Piensas que podemos librarnos de ellos?" Le preguntó Syaoran. 

"Pienso que no, Li. Seguramente están sintiendo vuestra aura ahora mismo. Nos alcanzarán." 

"¿Estás seguro? Quizá si vamos bastante rápido, conseguiremos estar lejos de ellos y no nos sentirán ya…" 

"No, eso no es posible, Syaoran. Algo te pasa. Eres más fuerte que antes. Ciertamente ellos pueden sentirte más fácilmente." 

"¿Somos más fuertes?" Sakura preguntó. 

"No, tú no. Sólo él," le contestó Kero. 

"¡¿Sólo yo?! ¿Por qué?" 

"¡Que me lleven!* Algo te pasó hace casi tres semanas. Tus poderes han aumentado casi en una noche. He estado pensando durante algún tiempo sobre esto y no tengo ninguna explicación. ¿No has notado nada diferente?" 

"Yo sí," Sakura miró arriba, a Syaoran. "Tu aura es diferente." 

"No lo pillo…" 

"¡Li, presta atención! ¡Estás reduciendo la velocidad! Nos ocuparemos de esta materia después. Ahora mismo debemos deducir lo que vamos a hacer sobre esos tres de detrás de nosotros." 

"Dijiste que no podemos escapar de ellos. No hay ningún lugar para esconderse en los alrededores. ¡Éste es un baldío! Apenas hay un lugar para esconderse. La única cosa que se puede hacer es enfrentarlos," dijo Syaoran relista. 

"No veo ninguna otra manera," Kero estaba de acuerdo. "Deben luchar, para que sus poderes se pongan más débiles y podáis llegar a Glanz. No los sentirán durante muchos días." 

"Mejor será que paremos y esperemos, entonces. El caballo está cansándose y lo necesitaremos para escapar," dijo Syaoran, tirando de las riendas. Miró delante a la luz de la plateada luna que convirtió las dunas en silenciosos y misteriosos montones de tierra. Tenía que tranquilizarse. No podría luchar si estaba nervioso. Sentía un extraño sentimiento de miedo. Ése no era su miedo, lo supo en seguida. Miró hacia abajo a Sakura. Su cara era una máscara de aprehensión y estaba asiendo firmemente la llave que colgaba de la cadena alrededor de su cuello. Syaoran pestañeó. Una vez más, él era el cauce para su miedo. No sabía cómo podía ser eso posible, pero estaba sintiéndolo. Solo sabía que estaba viniendo de ella. Saltó del caballo, dejándola en él. 

"Sakura, me quedaré aquí. Tú vete y -" 

"¡No!" le gritó ella, tirando del caballo alrededor antes de que pudiera salir corriendo. Su enojo era más fuerte que su miedo. "¡¿No aprendes de tus errores?! ¡Yo - no - voy - a - dejarte! Eres parte mula, ¡¿sabías eso?!" 

"¡Tu miedo te pondrá en desventaja, Sakura! ¡No quieres luchar contra ellos!" 

"¡¿Eso significa que no lo voy a hacer?!" Ella saltó del caballo. "¿Por qué no me tratas por una vez como a un adulto? ¡Estoy cansada! ¡Eso es todo lo que recibo de ti! 'Quédate aquí'. 'No vayas allí'. 'No hagas eso'. 'Me quedaré y tu puedes escapar como una gallina'. ¡Si quisiera a alguien para mandarme, Syaoran, me habría quedado en casa!" 

"Bien, si soy parte mula, como lo eres tú," Syaoran se rió entre dientes inesperadamente, asombrado de lo enfadada que estaba ella. 

"¡Así sea!" Ella permaneció al lado de él, enfrentando el camino ante ellos. "Si me dices de nuevo que te deje, Syaoran, te advierto, yo-" 

"Cálmate, Sakura," él la interrumpió. "Nunca haré de nuevo eso." 

"¿De verdad?" Él asintió. Ella agitó su cabeza como para aclararlo. "¿Por qué?" 

"Porque aprendo de mis errores, y sé que no hay manera de detenerte de hacer algo cuando realmente quieres." Ella pestañeó. ¿Qué le había pasado? Ella no tenía ninguna idea de que ahora Syaoran estaba encauzando sus emociones más fuertes, que él había sentido su miedo, su enojo y ahora, el valor que subía dentro de ella. 

Se quedaron callados. Durante algunos minutos, estaban de pie allí. Entonces, Sakura sacó la llave de la cadena. 

"Llave que guardas el poder de la oscuridad, muestra tus verdaderos poderes ante nosotros. Y ofrécemelos a mi, Sakura, que acepta esta misión. ¡Libérate!" El báculo apareció ante ella y lo agarró. Puso su mano encima de su bolsillo, sintiendo las Cards en él. Syaoran sacó el globo, formando su espada en su mano. 

"¿Estás lista?" Preguntó Syaoran así como el sonido del golpear de cascos alcanzó sus orejas. 

"Sí," contestó ella, asiendo el báculo más firmemente en su mano. "Ahora el factor sorpresa está de nuestro lado." 

"Sí, lo está," Syaoran dijo orgullosamente. 

"Ahora, recuerda Sakura. Tu error la última vez que luchaste contra ellos fue que estabas pensando. No quiero que pienses. Quiero que sientas," Le dijo Kero y ella asintió. 

"Tiene razón, Sakura. Permite que tú intuición te guíe," dijo Syaoran. 

"Lo haré," contestó ella resueltamente. Se quedaron callados cuando les oyeron acercarse. Los magos solo estaban al otro lado de la duna. Sakura sacó una Card de su bolsillo. 

"¡Shield!" ella llamó. El domo se formó sobre ellos e inmediatamente después de que una explosión roja golpease el domo. 

"¡Eso ha estado bien!" Le dijo Kero, asombrado de su velocidad. 

"Gracias," contestó ella seriamente. La bestia y el muchacho se miraron, asombrados. Entonces los magos estaban ante ellos, ceñudos. 

"Veo que están esperándonos," dijo Aoki, viendo a los dos adolescentes permaneciendo desafiantes delante de ellos. Sakura volvió a llamar el escudo. "¿Que es esa cosa?" apuntó a Kero. 

"¡Soy la bestia guardiana de las Clow Cards!" Kero con su más amenazadora voz. Los tres hombres se rieron. 

"¡No puedes hacer nada!" dijo Aoki. 

"No les permitiremos vivir esta vez," garantizó Nakagawa, una luz verde brillando en su mano. 

"¿Se rinden?" preguntó Koizumi. 

"¡Ese es tu deseo!" Syaoran sacó uno de sus papeles. "¡Señor del Trueno!" 

"¡No puedes golpearnos con eso! ¡Somos más rápidos que eso y lo sabes!" exclamó Nakagawa. 

"No puedo golpearos con él, pero puedo confundirlos," Sonrió satisfecho Syaoran. Miró a Sakura, ella asintió ligeramente. "¡Ven a mí!" 

Una fuerte llamarada de relámpago iluminó el cielo sobre ellos. Fue tan fuerte que los magos cerraron sus ojos. Y cuando los abrieron de nuevo: 

"¡¿Dónde están?!" gritó Koizumi. Los tres hombres echaron una mirada alrededor. No se veía a los adolescentes en ninguna parte. 

"Intentad mirando arriba," oyeron sobre ellos. Miraron arriba. Koizumi se cayó de su caballo cuando Syaoran lo dio una patada. Syaoran aterrizó delante de él. En cuanto a Sakura, ella golpeó a Aoki y Nakagawa con The Earthy. Ambos adolescentes actuaron al mismo tiempo. Cuando Syaoran aterrizó en el suelo, Sakura ya había tirado a los dos hombres al suelo y había vuelto a llamar la Card. 

El momento que Koizumi se cayó de su caballo, un tubo rodó fuera bajo su capa. Intentó alcanzarlo, pero Syaoran le dio una patada que lo lanzó lejos. El joven sabía que eso era para disparar dardos, como el que había envenenado hace semanas a Sakura. 

"Tengo un hueso atravesado contigo," Dijo Syaoran seriamente. Se volvió hacia Sakura. "¿Puedes manejar esto?" 

"Pan comido." Ella sacó una card de su bolsillo. Nakagawa intentó pegarla con una explosión de fuego, pero ella saltó fuera de la trayectoria. Nakagawa y Aoki sacaron sus espadas de debajo de sus capas. "Sabía que iban a hacer eso," dijo ella, mostrándoles la Card que había escogido. "¡Sword!" El báculo se transformó en una espada. Parecía frágil y fácilmente rompible, pero solo parecía así. Los dos hombres sintieron un súbito miedo, mirándola. No había ningún brillo de miedo o preocupación en sus ojos. No había ninguna manera de que ellos pudieran sentir su corazón latiendo fuerte, sin embargo. Ella estaba asustada, pero no les daría el placer de saberlo. "¿Van solo a estar allí toda la noche?" Les preguntó, a lo que ellos inmediatamente corrieron hacia ella, pero ella los bloqueó con su espada. Aoki intentó atacarla por la espalda, pero ella lo notó y con un movimiento veloz, se giró, su espada cortó la hoja de su espada y el cordón que sostenía su capa alrededor de su cuello. Su capa cayó sobre el polvo. 

"Atacando por la espalda. Tch, tch… Que patético," riñó la Maestra de Cards. 

Entretanto, Koizumi continuó lanzando explosiones de energía a Syaoran, pero el adolescente era más rápido que eso. Koizumi formó su báculo en su mano. Era un báculo grande, con la forma de una estrella en la cima. Pensó que ahora podría enviar algo más fuerte a Syaoran. Estaba equivocado. Tiró una bola de fuego a Syaoran. El muchacho saltó alto, y sacó una de sus ofudas con un "¡Dragón de agua!" Una explosión fuerte de agua extinguió el fuego antes de que pudiera alcanzar a Syaoran, y fue lo bastante fuerte para mojar a Koizumi de la cabeza a los pies. 

"¡Argh!" gruñó el hombre. Syaoran solo rió. 

Sakura estaba luchando con Nakagawa y ganando fácilmente. Aoki estaba detenido detrás de ella, mirando silenciosamente su espada arruinada. 

"Esto costó mucho dinero," dijo él, mirando la hoja, sosteniendo el puño dorado de la espada. Él estrechó sus ojos hacia Sakura. Formó un arco y flecha mágicos en sus manos y empezó a apuntarla. 

"¡Sakura!" gritó Kero. "¡Detrás de ti!" Sakura  miró a Aoki por la esquina de su ojo. ¿Qué hacer? Tenía que ser rápida. Todo se presentó en movimientos lentos a ella. Aoki permitió ir a la flecha, apuntando derecho a ella. Ella sacó una Card de su bolsillo, volviendo a llamar a la espada. Ella no sabía usar las dos al mismo tiempo. 

"¡Espejo!" sonó la voz de Sakura. El espejo apareció entre sus manos. Lo sostuvo delante de ella, notando que la flecha se dirigía directa a su corazón. Como era una flecha mágica, golpeó la superficie del espejo y retrocedió, regresando a Aoki. Todo pasó demasiado rápido para Aoki. Apenas sintió el momento que la flecha penetró en su hombro, de un lado de su cuerpo al otro. Cayó sobre la arena, retorciéndose de dolor. 

El valor de Sakura vaciló por un momento. ¡Había herido a alguien! Aun cuando él estaba allí para matarla, no había querido tener que herirlo, pero tuvo que hacerlo. Bajó su guardia momentáneamente y Nakagawa vio su oportunidad. Él habría atravesado su espada en ella si Syaoran no hubiera saltado sobre él y lo hubiera pegado abajo a la suciedad. Sakura se dio la vuelta, viendo a Syaoran mirándola con los ojos extensamente abiertos. 

"¡Presta atención, Sakura! ¡Ese tipo casi te tuvo!" 

"Syaoran, solo quiero terminar esto. ¡No quiero matar a nadie, o seremos como ellos!" 

"Están cansándose, Sakura. Espera un poco más." 

Koizumi y Nakagawa los atacaron juntos. Sakura y Syaoran sentían una pesadez en sus espaldas y ellos se cayeron en la arena. Se asieron a la tierra. Se intentaron mover pero era doloroso. Sus cuerpos se negaron a obedecer. Su deseo de moverse no era bastante. 

"¿Así que, qué van hacer ahora?" Koizumi sonrió con desprecio, andando alrededor de ellos. Los dos adolescentes eran incapaces de moverse. Koizumi pateó a Syaoran en el lado y entonces pisó su espalda. "¿'Un hueso atravesado conmigo'? Casi maté a esta pequeña una vez. Ahora tendré éxito," dijo él, dibujando su espada. 

"¡No!" exclamó Syaoran. ¡No permitiría que eso pasara! ¡No le importaba cuánto doliera, él no podría permitir a Koizumi que la tocase! Convocando toda su fuerza e ignorando el dolor, saltó y golpeó fuerte al mago, alejándolo de ellos. Sacó un papel, llamando al viento y un fuerte vendaval sopló enviando a los dos magos volando atrás. 

"Syaoran…" Sakura llamó dolorosamente. "No puedo moverme." Él fue a su lado y se arrodilló al lado de ella, levantándola. "No puedo moverme," repitió ella. 

"Puedes. Tienes que decírtelo a tí misma. Que puedes moverte, que quieres, que tienes y podrás," ella cerró sus ojos, intentando fuertemente. Sus brazos se movieron un poco y ella gritó de dolor. 

"¡Duele!" 

"¡Debes moverte, Sakura! ¡Están regresando! ¡Duele, pero debes intentarlo!" Ella cerró sus ojos de nuevo. Era como si su cuerpo no quisiera obedecer, como si ella estuviera atada con espinas. Ella se concentró. ¡Tenía que moverse! Ella clamó de dolor, sintiéndose como si estuviera desollándose viva. De repente se sintió librada, y cayó encima de Syaoran. El esfuerzo había tomado mucha de su energía. 

"No van a escapar tan fácilmente de nosotros," declaró Koizumi, formando en su mano su báculo una vez más. Nakagawa hizo lo mismo. Una luz anaranjada rodeó los dos báculos. Fuego. Fuerte y sumamente caliente fuego. Y los estaban apuntando. No había ninguna manera de que Syaoran pudiera contrarrestar eso con su agua. 

"Syaoran…" Sakura llamó letárgicamente. Syaoran miró hacia abajo, a ella. Ella le mostró una card. "Juntos…" 

"Juntos," él repitió, viendo la card. Él sacó un papel y los dos actuaron juntos. Syaoran llamó el agua y Sakura usó a Watery, pero entonces ella también sacó otra Card y usó The Windy al mismo tiempo, tirando a los magos y haciendo que mucha arena subiese del suelo. 

"¡Sakura, puedes usar dos cards al mismo tiempo, no en tu estado!" dijo Syaoran, y Kero también la gritó algo por usar dos cards al mismo tiempo, pero no los oyó. Ella sacó una card más. 

"¡Sand!" llamó ella. La arena alrededor de los magos se convirtió en arenas movedizas y empezaron a hundirse en ella. Llamó una card más. "¡Freeze!" Y la arena se volvió como la piedra alrededor de ellos. Sólo sus cabezas podían verse. 

"Eso los contendrá definitivamente durante algún tiempo," dijo ella, antes de derrumbarse en la arena. Syaoran la alzó. Estaba lánguida. Él sentía su aura: débil. No había estado lista para luchar tanto y tan rápido. 

"Todavía no sabe controlar sus poderes," dijo Kero, revoloteando sobre ellos. "Emplea demasiado de sí misma para tan poco." 

"Lo sé," Syaoran la levantó. Iba a estar bien, solo necesitaba tiempo para recobrar su energía. Levantó la vista. El caballo de Kaho aún estaba allí detenido, como si esperara por ellos. Los caballos de los magos habían escapado hace mucho tiempo. "Incluso su caballo es raro…" murmuró el líder de la Resistencia. 

Syaoran puso a Sakura en el caballo. Antes de montar, miró a Aoki así como estaba tumbado en la tierra. La flecha mágica se había desintegrado poco después de haberle pegado pero Nakagawa estaba sangrando. 

"Vivirás," dijo Syaoran. Era sólo su hombro. "Aunque no pienso que eso sea una cosa buena." 

"¡No puede dejarnos aquí!" gritó Koizumi, sin saber qué hacer, pegado allí. Syaoran sonrió con satisfacción. 

"Mira mi polvo, imbécil," dijo él. 

Syaoran montó el caballo. Subió a Sakura, más cerca de él. Un brazo la rodeó acercándola más contra él y sujetó las riendas con ambas manos. Se lo tomó despacio. Sabía que le tomaría a sus enemigos un largo tiempo escapar de su aprieto. Como si el viento quisiera ayudar, empezó a soplar fuertemente, no dejando las impresiones del caballo en la arena y acabando con la esperanza de los magos de seguir sus huellas. 

#* #* #* #

El Emperador Hirotada Ohira sentado en su trono real escuchaba las ideas propuestas por los planificadores para la celebración. Al contrario de su comportamiento normal, hoy estaba bastante interesado en todas las habladurías. Los hombres estaban mostrándole los bocetos de las cosas que tenían en mente: una fiesta para cada noche. 

"El aniversario es el domingo, 1. Las celebraciones empezarán el lunes, 26. Empezaremos con un desfile, en el centro de la ciudad, como su majestad pidió, con las fuerzas militares y un banquete en el Palacio," dijo uno de los hombres. 

"Eso es bueno," comentó el emperador. "No se olviden que deben enviar mensajes por todo el Imperio, invitando a todos los verdaderos Verborgens y sus familias y diciéndoles que no matarán a los miembros de la Resistencia, sino que los traigan a Glanz." 

"Eso ya está hecho, su majestad," contestó el hombre, contento al ver la sonrisa del emperador. 

"¿Y cuándo tendrán lugar las ejecuciones?" Preguntó el Emperador, un brillo malicioso en sus pequeños y brillantes ojos. 

"El domingo, 1." 

El Emperador sonrió con satisfacción. 

"Perfecto. El día de la conquista. El día que esos cerdos perdieron su libertad. Me gusta eso. Ahora, en cuanto a esta cosa del baile que estaba hablando sobre-" De repente alguien se movió en el cuarto, corriendo. Era Conejo. Prácticamente se tiró abajo, delante del Emperador, jadeando. 

"¡¿Qué es ahora, Conejo?! ¡¿No te dije que no interrumpieras esta reunión?!" 

"Es de la más gran importancia, Su Majestad," resopló al hombre, en medio del cuarto, sobre sus rodillas. "Fui a recibir los informes de los soldados de la Ciudad de las Paredes y vi… vi…" Estaba sin respiración. 

"¡¿Viste que, idiota?!" 

"¡Los vi cuando llegaron! ¡¡¡T-Touya Kinomoto y su tropa… con su mago, Eriol Hiragizawa!!!" 

"¡¿Regresaron?!" El Emperador estaba sobre sus pies en un segundo. "¡¡¡Bien, entonces, envíamelos inmediatamente!!!" 

"Su Majestad, no creo que estén en las condiciones apropiadas para estar de pie ante el Emperador-" Empezó Conejo, pero fue interrumpido. 

"¡¡¡No me importa!!!" gritó el Emperador. El planificador casi saltó fuera de su piel. "¡He esperado mucho tiempo para que regresaran! ¡Quiero verlos ahora! ¡Envíame a Hiragizawa y Kinomoto a mí ahora!" 

"Sí señor, Su Majestad. ¡En seguida!" Conejo se puso de pie y corrió a toda velocidad fuera del cuarto. El emperador Hirotada Ohira empezó a marchar de arriba abajo ante su trono. Encontrando muy poco espacio, bajó los escalones que llevaban a su trono. Todos los Verborgens y sirvientes en el cuarto dieron un paso atrás, posándose cerca de las paredes del gran salón del Trono. El Emperador anduvo de un lado a otro, manos detrás de su espalda, profundo en sus pensamientos: Esa piedra era su única oportunidad. Lo necesitaban para continuar su 'raza' y eliminar otras. Ohira se detuvo cuando oyó las puertas macizas abrirse. Levantó la vista esperanzadamente, esperando ver la cara de Hiragizawa. Para su desilusión, era una joven, de aproximadamente quince años, quién entró en el cuarto. De hecho era bonita. Vestía un vestido rosa sin mangas que llegaba hasta sus rodillas. Había un collar de oro alrededor de su hermoso cuello, pendientes de oro en pequeñas y delicadamente esculpidas orejas y un ornamento de pelo que relucía en la luz. Era fácil ver que el ornamento estaba incrustado con diamantes. Su pálido rostro se encendió con una pequeña pero encantadora sonrisa; sus ojos azules chispearon en la luz y su pelo rubio fluyó bellamente en cascadas bajo su espalda. Hubo un murmullo de admiración cuando ella entró en el cuarto. 

"¿Qué pasa ahora, Leiko?" preguntó el Emperador, nada movió por los encantos de la muchacha. La pequeña sonrisa desapareció al instante y fue reemplazada por una expresión de indiferencia. 

"Necesito hablar contigo," dijo ella. 

"¿Sobre que?" preguntó él, mirando como pasaba, hacia las puertas. Ella iba a abrir su boca para decir algo, pero él habló antes que ella. "Cualquier cosa que sea, habla con el Secretario del Tesoro. Él te dará el dinero quieras." 

"No es dinero. Solo quiero-" caminó más cerca de él, una súplica en sus ojos. Conejo abrió la puerta y corrió dentro. 

"Están llegando, su majestad," Se reverenció Conejo. 

"¡Ah!" El Emperador dijo en el deleite. Caminó atrás a su trono y se sentó. "Leiko, por favor, estate a mi lado. Estás a punto de ver un evento histórico. Esperemos." 

La muchacha ahora tenía una expresión resentida. ¡Solo quería preguntarle algo! Despacio, caminó las escaleras y se posó al lado del Emperador. 

El momento en que se volvió, vio a dos hombres caminando bajo el vestíbulo. Ella pestañeó, desconcertada. Nadie estaba autorizado a estar de pie delante del Emperador en las condiciones en que ellos estaban: Sus ropas estaban sucias, su pelo enredado, aunque habían intentado en vano hacer algo sobre ello. Casi tropezaban sobre sus propios pies con fatiga. Entraron en el cuarto. 

"¡Hiragizawa! ¡Has vuelto!" 

"Su Majestad," Se inclinó Eriol, como hizo Touya. Eriol levantó la vista. "Su Alteza," dijo él, enderezándose, sus ojos se movieron hacia Leiko. La muchacha solo le devolvió la mirada, extremadamente aburrida. Se preguntaba por qué el mago favorito del Emperador estaba allí pareciéndose a un vagabundo de los caminos. Ni siquiera había sido consciente de que él había estado ausente del palacio aunque, ahora, pensando en ello, no lo había visto últimamente. Estaba curiosa de saber donde había estado. 

"¿Entonces…?" Preguntó el Emperador. "¿Buenas noticias?" 

Touya y Eriol intercambiaron miradas. Eriol tenía una expresión desanimada. Touya dió un paso adelante. Metió la mano en el bolsillo de la capa y sacó una pequeña bolsa. Lo pasó a Hiragizawa quien, en la jerarquía de Verborgens, era la persona que hablaba directamente con el Emperador. Además, Eriol, a diferencia de Touya, era un verdadero Verborgen. 

Eriol renuentemente metió su mano derecha en la bolsa, sacó la piedra y la encerró en su mano. Leiko estrechó sus ojos. Podía ver luz azul en su mano. El Emperador abrió sus ojos, viendo la luz. Todos miró la mano de Eriol curiosamente. ¿Qué era eso? Muy pocos sabían por qué Eriol había viajado en primer lugar. 

"Su Majestad," Eriol extendió su brazo y despacio abrió sus dedos. La hermosa luz azul brilló en el cuarto. Todos, incluso, los soldados, abrieron la boca en admiración. "Este es Azure." 

El Emperador sonrió ampliamente. Se levantó de su trono y bajó los escalones, acercándose a Eriol. Eriol estaba a punto de inclinarse pero Ohira le hizo señas de que no. 

"¡Azure! ¡Y dijiste que no existía, Hiragizawa!" Rió el Emperador. "!'Caprichos de la gente' dijiste¡" Ohira puso su mano cerca de la piedra. "Puedo sentirlo… La fuerza, viniendo de él." la cara del Emperador, bañada por esa luz azul, parecía aún más malévola. Eriol miró hacia abajo, un peso sobre su corazón. 

Espero estar haciendo lo correcto. Espero que Sakura y Syaoran puedan derrotarlos. Por favor, Maaya, ten razón, pensó él. 

"¿Cómo funciona?" Eriol oyó la pregunta. A su lado, Leiko también estaba admirando la piedra, sus ojos centelleaban cuando contempló las numerosas sombras de luz azul que se arremolinaban en él. 

"Sí, Hiragizawa, muéstranoslo," Lo animó Ohira. Eriol suspiró. Echó una mirada alrededor por algo. Podía hacer cualquier cosa con esa piedra, cualquier cosa que él quisiera. Eriol cerró sus ojos e imaginó el cielo por la noche con su velo de estrellas. Oyó los jadeos sofocados, y cuando abrió sus ojos de nuevo, vio que el cuarto ya no era azul, y que las estrellas estaban brillando alrededor de ellos, flotando como en el universo. Leiko alcanzó una de las estrellas pero su mano la atravesó. Era solo una ilusión. 

"Esto es asombroso…" respiró ella. 

"Muy bien, Hiragizawa, pero ahora, muéstranos el valor práctico de la piedra," dijo Ohira. 

"Pero, Su Majestad…" Ohira tomó la piedra de la mano de Eriol e inmediatamente, tan repentinamente como habían aparecido las estrellas, desaparecieron. El cuarto estaba lleno con la luz azul de nuevo. 

"Permíteme intentarlo," dijo él. Echó una mirada alrededor del cuarto, buscando algo que hacer. Inconscientemente, todos dieron un paso atrás. El Emperador vio el momento en que una sirvienta entró en el cuarto, llevando una bandeja con frutas para poner al lado del trono, para el Emperador. Hirotada sonrió con satisfacción a la muchacha, pero ella no lo notó. Puso la bandeja al lado del trono sin subir los escalones, y se dio la vuelta para marcharse. Para su sorpresa, de repente se alzó sobre el suelo. Gritó con temor. Ohira rió encantado. Leiko entendió inmediatamente lo que el Emperador tenía en mente para esa piedra mágica. Su expresión se tornó indiferente de nuevo. Eriol miró hacia abajo, lamentando haber traído esa piedra al Emperador. Touya se maravilló del poder de la piedra pero también se sobresaltó por la perversa risa del Emperador. 

"¡Eso ha estado muy bien! ¡Eso ha estado realmente bien!" Dejó caer a la muchacha al suelo y ella se tumbó como un montón inmóvil en el suelo. "¡Felicitaciones, Hiragizawa! ¡Y Kinomoto, claro! ¡Hicieron un espléndido trabajo juntos! ¡Me han traído Azure, la piedra legendaria! ¡Conejo, ve a encontrar a mi Secretario del Tesoro!" Conejo corrió fuera del cuarto, sin aliento por la visión. 

"¡¿Pueden imaginar todo lo que podemos hacer con esta piedra?!" estaba celebrando el Emperador. "¡Finalmente haremos que los esclavos se inclinen ante nosotros como deben!" Ohira caminó en la dirección de la sirvienta. Ahora estaba incorporándose. Viéndole acercarse a ella, retrocedió lejos de él, contra la pared, sus ojos mostrando nada excepto miedo. El Emperador miró de soslayo. "¡Mis hermanos, Verborgens! ¡Están viendo nuestra salvación! ¡Esta piedra traerá de vuelta nuestros poderes!" 

Los Verborgens que estaban presentes en el cuarto se miraron, alegremente. Ohira se volvió a los planificadores. "El domingo, 1, quiero que todos los Verborgens se reúnan, todos ellos, y utilizaré la piedra para transferirles su poder." Los planificadores cabecearon. Ohira miró la piedra avariciosamente. "Finalmente podremos aplastar esa Resistencia que no ha sido nada para nosotros excepto un dolor." 

Touya miró a Eriol, una chispa de miedo en sus ojos. Recordó lo que Eriol le había dicho sobre Sakura. Ella estaba con el líder de la Resistencia, y si era cogida con él, recibiría el mismo castigo que él. 

"Hablando de eso…" El Emperador se volvió a Touya. "Oí que fuiste el que estuvo más cerca en capturar este… muchacho que está soltando a miembros de la Resistencia, aunque no ha estado haciendo eso últimamente. Me pregunto lo que ha pasado con él." 

"Todavía no los hemos encontrado, su majestad," contestó Touya. 

"Ya veo. Pero estoy seguro que pronto será encontrado." Ohira miró una vez más a la piedra. "Con esto, ni incluso los esperados pueden detenernos."

¿Los esperados? La pregunta atravesó las mentes de casi todos en el cuarto. ¿Estaba hablando sobre la profecía? Eriol estaba mirando sus pies con la mirada perdida. Aunque sabía que los poderes de Syaoran habían aumentado, todavía no era lo bastante fuerte, sin mencionar a Sakura. Tenían que reforzar sus poderes en cuanto pudieran. Conejo regresó con el Secretario. 

Ohira se volvió al hombre. "Den cien monedas de oro a Hiragizawa y a Kinomoto, y cincuenta a cada miembro de la tropa de Kinomoto. Merecen un premio." Se dio la vuelta, regresando a su trono, pero se encontró cara a cara con Leiko. "Ah, y dale a Leiko lo que quiere." 

La muchacha frunció el entrecejo visto ante todos y mentalmente estampó su pie. No quería dinero. Solo quería hablar, pero sabía que el Emperador no tenía tiempo para ella. 

"¿Cuánto quieres, Leiko? El secretario te lo dará," dijo Ohira, relajándose en su trono. Ella se volvió hacia él, una expresión snob en su rostro. 

"Doscientas monedas de oro," dijo sencillamente. Los otros en el cuarto se miraron. Eso era mucho dinero. 

"Lo tendrás," contestó el Emperador. "Puedes irte ahora." 

Ella se inclinó ligeramente. "Sí, padre." Dejó el cuarto, pisando con fuerza en su enojo. 

#* #* #* #

Kero abrió sus ojos ampliamente de repente. Alzó su cabeza y miró adelante, en la dirección de la Ciudad de Glanz. 

"¿Algún problema, pelota de algodón?" 

"Algo malo va a pasar, lo siento," declaró el adorable guardián. Syaoran estrechó sus ojos. 

"Lo sientes también." 

"No me gusta esto. Sé que el poder que estoy sintiendo no es malo, pero de algún modo sé que no va a ser usado para un propósito correcto." 

"¿Qué piensas que es?" Le preguntó Syaoran. 

"No tengo ninguna idea en absoluto," contestó Kero. Siguió concentrándose en el extraño sentimiento hasta que algo amaneció en él. "Espera un segundo. Me desperté por este sentimiento y tú lo estás sintiendo también. Sin embargo, Sakura aparentemente no. Todavía está dormida. Si pudiera sentirlo, ya se habría levantado." 

"Supongo que tienes razón," Syaoran miró hacia abajo a la muchacha durmiente en sus brazos. Estaba agarrando el frente de la camisa de Syaoran posesivamente. "Quizá es porque se agotó debido a la batalla."

"Quizás," Kero revoloteó sobre ellos. "No sé. ¿Por qué te has vuelto más fuerte que ella? Sé que ella no puede controlar sus poderes propiamente, pero aun así, al fin de cuentas, ella cayó inconsciente mientras tú no parecías cansado en absoluto y también gastaste mucha de tu energía." 

"Supongo que es uno de esos misterios," contestó Syaoran, subiendo a Sakura un poco más. Un recuerdo vino a la mente de Kero, de su antigua vida. 

#~Flashback~#

 

Kero estaba sentando en el escritorio, mirando como el hombre al lado de él hacía anotaciones en un libro. En el escritorio, había muchos libros y pergaminos por todas partes. En la cima de una montaña de libros, al lado del hombre, había un libro rojo, abierto, con cards en él. El hombre paró de escribir de repente y alzó sus ojos a Kero. 

"¿Hay algún problema, Kerberos?" Preguntó, soltando la pluma. "Has estado callado durante mucho tiempo." 

"Estaba preguntándome, amo… ¿Qué se supone que tengo que hacer cuándo encuentre a la Maestra de Cards en el futuro?" 

"Tendrás que enseñarla, Kerberos, la Maestra de Cards será muy inexperta cuando la encuentres. Necesitará toda tu ayuda y tendrás que enseñarla rápido. Mira, ella tiene un gran potencial, pero necesitará mucha ayuda para alcanzar todo lo que ella puede." 

"Y ése es mi trabajo: ayudarla a aumentar sus poderes." 

"No, Kerberos," alguien rió detrás de ellos. Se dieron la vuelta para ver a una muchacha de mirada esmeralda que entraba en la pequeña biblioteca. "Es imposible para ti ayudar a que ella aumente sus poderes. Sólo ella puede hacer eso. Sólo si su corazón encuentra la manera." 

"¿Su corazón?" Preguntó Kero desconcertado. 

"Permíteme explicarte algo, Kerberos," Clow se quitó sus gafas. "En unos siglos, los Verborgens empezarán a perder sus poderes." 

"Ya me ha dicho eso, amo." 

"¿Y sabes cómo va a pasar eso?" Kero agitó su cabeza. "Ellos son poderosos debido a los sentimientos que llevan en sus corazones. Debido al odio que durante años han estado nutriendo contra las personas normales, se han hecho fuertes. Por eso los Verborgens son poderosos. Debido a su codicia, odio y voluntad para ordenar el mundo." 

"Usted es un Verborgen, amo, y usted también," Kero se volvió a la muchacha que se había sentado en una silla al lado de Clow. "Pero sé que ustedes no llevan eso en su corazón." 

"Eso es verdad, Kerberos," reconoció Maaya. "Pero llevamos el amor por la humanidad y nuestras familias, junto con esperanza de que algún día el gobierno de los Verborgen sobre Wunder acabará, y tenemos la voluntad para hacer eso." 

"Entiendo ahora. La Maestra de Cards se volverá más fuerte si desarrolla el amor por la humanidad y por su familia…" 

"No, Kerberos," dijo Clow serenamente. 

"Entonces simplemente estoy desconcertado," dijo Kero. Maaya rió. 

"Kerberos, nuestros poderes pueden venir de ese origen, pero cada persona encuentra un origen diferente. Por casualidad, Clow-san y yo tenemos lo mismo. Y por otra coincidencia, la Maestra de Cards y los poderes del nuevo líder también vienen del mismo origen, pero con direcciones diferentes," le dijo ella. 

"Ellos llevan un profundo y fuerte amor en sus corazones, pero no para la humanidad o sus familias, aunque ellos los aman." 

"¿Entonces, qué aman tanto que eso les hace volverse más fuertes?" Preguntó Kero. Maaya y Clow intercambiaron miradas a sabiendas y miraron a Kero otra vez. 

"Tendrás el placer de resolver eso por ti mismo cuando llegues al futuro," contestó Maaya, cogiendo la pequeña nariz de la bestia guardiana.

Kero frunció el entrecejo. "Odio que me dejen en la oscuridad…" 

"Vamos, Kerberos. ¡Podemos saber el futuro, pero no creo que sería correcto decirte todo, o no sería divertido!" Exclamó Maaya. 

"Diversión para usted, ¿ne?" Preguntó Kero. 

"¡Exacto! Te ves tan mono cuando estás desconcertado," dijo Maaya. Clow se rió de la cara de Kero. 

"Los Verborgens perderán sus poderes, porque cuando se acostumbren a la idea de controlar el mundo, empezarán a perder su voluntad. El odio y la codicia no serán tan fuertes como antes, y no podrán alimentar sus poderes, como fue antes," explicó Clow. 

"Pero eso no le pasará a los esperados. Es imposible impedir que sus sentimientos lleguen a ellos, aunque intentarán negarlos. Es aun más imposible para sus sentimientos marchitarse como pasará en el caso de los Verborgens. Simplemente es demasiado fuerte para negarlo, demasiado fuerte para luchar y demasiado fuerte para esconder," dijo Maaya. 

"¡¿Pero cual es ese sentimiento?!" Kero gritó en la frustración. 

"Lo sabrás cuando el momento llegue, Kerberos. Lo sabrás," dijo Clow. 

#~Fin de Flashback~#

Los ojos de Kero se ensancharon ante recuerdo. Pestañeó, volviendo al futuro. Miró a Syaoran. El Líder de la Resistencia no estaba mirando el camino. Estaba mirando a Sakura así como dormía serenamente, con una expresión pacífica como si ella no tuviera una sola preocupación en el mundo. Syaoran tenía una pequeña sonrisa en sus labios. Kero notó que se podía ver la luz de las estrellas reflejadas en los ojos del muchacho. ¿Podía… podía ser? Tres semanas antes, Sakura casi moría de envenenamiento. No había ningún antídoto para eso. Kero sabía que ella había estado agonizando. La había sentido aceptar el sueño. Era su señora después de todo. Casi era como si pudiera sentir lo que ella estaba sintiendo. 

Se acordó de los hechos de esa noche. Syaoran había entrado en el cuarto, pareciendo miserable. Kero había visto la tristeza en los ojos del muchacho. Tomoyo lo puso en su bolsa, pero incluso allí, podía sentir que Sakura aceptaba el sueño, y muriendo, su presencia se volvía más débil. Kero había estado al borde del llanto, cuando de repente había sentido una voluntad fuerte que venía de su señora. Había abierto sus ojos extensamente. Algo había pasado. Ella había notado algo de repente. Un momento después había oído que ella se había despertado. Simplemente así. En un parpadeo. Sakura había aceptado el sueño hasta que Syaoran entró en el cuarto y se quedó solo con ella. 

Una vez más, Kero miró a Syaoran. Ahora que estaba pensando sobre ello, fue después de esa noche que Kero sintió los poderes de Syaoran volverse más fuertes. 

"Oh, Maaya, si estás mirando esto, estoy seguro que estás muy satisfecha con mi atónito rostro..." masculló Kero. 

"¿Has dicho algo?" Le preguntó Syaoran a Kero, que estaba volando al lado de su hombro derecho. 

"Sí. Estaba calculando y pensando y preguntándome… ¿Sabes lo que he notado? Tus poderes empezaron a aumentar la noche que Sakura despertó, ¿sabías eso?" Kero aterrizó en su hombro, a los dos no les importó la intimidad. 

"¿De verdad?" Syaoran estaba pensativo. 

"Sí. Así que, podrías decirme por favor, sólo para que pueda empezar a entender, ¿que pasó esa noche?" preguntó Kero. La cara de Syaoran se puso roja pero en la débil luz de la luna, y Kero lo vio. "Necesito saberlo," insistió el guardián. "Después de todo, era algo que pasó esa noche que hizo que esto pasase." 

Syaoran tosió cohibidamente. Kero era simplemente un peluche. Bien, él era el guardián de Sakura, ¿pero… debía decirle todo lo que había pasado esa noche? Fuera de cuestión. 

"Mmm… yo sólo… me senté allí, mirándola." 

Kero entrecerró sus ojos. Sospechaba que Syaoran estaba mintiendo porque el muchacho evitó mirarlo directamente. 

"¿Estás seguro?" insistió el guardián. Syaoran afirmó. "Lo encuentro muy difícil de creer." 

"¿Por qué piensas eso?" preguntó Syaoran, intentando no hacer contacto visual con la bestia que estaba volando ahora alrededor de su cabeza de lado a lado, intentando conseguir que él le mirase directo a la cara.

"Oh, no sé," dijo Kero. "Es solo eso, tú sabes, recordé algo que Clow me dijo hace mucho tiempo. ¿Sabes por qué los Verborgens están perdiendo sus poderes?" 

Syaoran asintió. Kero le relató lo que Clow le había dicho. 

"Ahora," acabó Kero, "Están incluso aceptando a No-Verborgens en altos puestos del ejército." 

"Supongo que tienes razón..." dijo Syaoran asombrado, entendiendo un misterio. "¿Pero qué tiene que ver eso conmigo?" 

"Bien, el mismo principio se aplica a ti. Ellos están perdiendo sus poderes porque están perdiendo sus sentimientos fuertes. Tú eres un descendiente de Verborgens. En el buen sentido," agregó apresuradamente. "Por consecuencia, estás aumentando tu nivel de energía porque estás ganando sentimientos fuertes, una emoción fuerte está construyéndose dentro de ti y eso te hace más fuerte." 

A estas alturas, Syaoran estaba tan blanco como una hoja de papel. Sabía exactamente donde estaba llevando la línea de razonamiento de Kero. Kero hizo una pausa, mirando a Syaoran con un aire superior. Ahora estaba volando hacia atrás, mirando a Syaoran. "Ahora. ¿Podrías decirme por favor lo que pasó esa noche? Tengo el derecho y el deber de saberlo. Recuerda todo los pequeños detalles, porque quiero conocerlos todos." 

"¿Los pequeños detalles?" 

"Sí." 

"¿Necesitas conocerlos todos, o puedo decirte lo que deseas oír?" 

"Oh, así que hiciste más que sólo sentarte y mírarla, ¿eh?" Kero cruzó sus... patas, delante de él. Syaoran pestañeó. ¡No podía decirle eso a la pelota de algodón! No le importaba si él era la bestia guardiana, o el rey, o cualquier cosa. ¡Syaoran no podía confiar en esa... cosa! Syaoran cambió su expresión nerviosa a una resuelta. 

"No voy a decírtelo." Kero voló delante de la cara de Syaoran. 

"Yo creo que si," sonrió Kero satisfactoriamente. "O le diré a ella cuales son mis sospechas sobre este… fenómeno."  "¡¿Chantaje?! ¡Eres un tramposo!" Syaoran notó que había gritado y miró hacia abajo a Sakura. Suspiró, aliviado. Todavía estaba durmiendo. "No puedes chantajearme. Te mataré primero." 

"No puedes hacer eso. Soy el único que puede ayudar a Sakura con las Clow Cards. Después de todo, soy la bestia guardiana. Pienso que ella notaría mi ausencia y le gustaría saber donde estoy. No creo que este muy contenta de descubrir que me mataste. Además, soy una criatura mágica. Muero difícilmente." Syaoran le dio su más amenazadora mirada asesina, pero eso no afectó a Kero. "Ahora, suéltalo." 

Syaoran miró al guardián, y luego de nuevo a Sakura, durmiendo en sus brazos. Suspiró, derrotado. 

"Esa noche yo… yo entendí que..." dejó de hablar. 

"Que…" Kero lo insistió amablemente, volando muy cerca de su cara. 

"Que... ¿podrías por favor solo retroceder un poco? ¡No puedo ver nada, sólo tu cara rara!" 

"¡Dilo!" 

"Que... la amo, ¡¿Vale?! ¿Feliz? ¡Lo dije!" 

Kero aterrizó triunfalmente en el hombro de Syaoran. 

"Por eso tus poderes han aumentado," dijo él. Notó la expresión aprehensiva de Syaoran. "No te preocupes, no se lo diré. ¡Aunque disfrutaría tanto!" Syaoran le miró asesinamente. "¡Tranquilízate! ¡Te lo digo! ¡No se lo diré!" 

"No sé por qué te dije esto…" 

"Yo ya lo sabía. Solo quería oírlo de ti." Kero dio golpecitos al hombro de Syaoran. "¡La manera de ir, chico! Por lo menos escogiste la elección correcta. Esa prima prometida tuya a veces da mucho miedo." Kero sonrió. "Pero no vayas pensando, sólo porque amas a mi señora, estaré en buenos términos contigo." 

"Lo mismo aquí, sólo porque lo sabes." 

Quedaron callados. 

#* #* #* #

Yukito estaba apoyado contra la pared, devorando un bocadillo. Estaba al lado de los guardias en la entrada principal del Palacio. Terminó el bocadillo y oyó a los guardias abrir las verjas de palacio. Touya salió. 

"Eh, Touya," dijo Yukito, caminando en la dirección de su amigo. "¿Estaba el Emperador complacido con nuestro pequeño descubrimiento?" 

"Mucho, Yukito. De hecho, me invitó a mi y a la tropa entera a…" 

"Eso me incluiría." 

"Sí. Que nos quedemos hasta las festividades del próximo mes." 

"Genial," empezaron a regresar al cuartel general de los soldados dónde se suponía que se quedarían. "¿Pero… que hay de tu hermana?" 

"¿Que hay de ella?" Preguntó Touya, pensando de repente que quizás Yukito sabía algo de ella. ¡Claro que él no lo sabía! Estoy volviéndome paranoico… 

"Bien, pensé que querías ir detrás de ella." 

"Ya no estoy seguro si debo." 

"¿De qué estás hablando? En las últimas semanas has estado pensando en ella, angustiado por ella, esperando al día en que volveríamos a la Ciudad de Glanz para que pudieras ir detrás de ella y ese muchacho."

"Lo sé, pero… estoy perdido ahora mismo. No sé si debo encontrarla, si éste es el momento adecuado." 

Yukito lo miró extrañamente.

"Touya, ella está con ese muchacho," le susurró, viendo a los guardias ir hacia ellos y pasando por ellos. 

"¡Lo sé!" Contestó Touya de la misma manera. "Pero Hiragizawa dijo algo y yo… yo no voy a buscarla ahora. Solo espero que esté bien. Enviaré un mensaje urgente a mi padre y le preguntaré si ya ha sido encontrada. Quizá lo haya sido. ¡Pero si todavía está con él… espero que el muchacho no sea cogido, o tendrá que vérselas conmigo!" 

#* #* #* #

Syaoran había calculado que localizarían Glanz en tres días, pero desde que Sakura y Syaoran tenían el caballo de Kaho, pudieron seguir con más rapidez. Syaoran nunca había usado ese camino en el que estaban antes, pero juzgó que realmente estaban cerca de la ciudad. Hacía mucho tiempo desde que habían visto el último pueblo y ahora los alrededores eran realmente un desierto. No había nada más que arena blanca. Era imposible ver el camino ahora. Estaba cubierto por arena. Syaoran estaba siguiendo sus instintos y usó el sol durante el día como su guía, y las estrellas, por la noche. Ahora creía que podrían llegar a la ciudad ese mismo día, un cálculo que hizo a Sakura muy feliz. Fue ayer cuando habían dejado a sus amigos. 

"¡Al fin!" había chillado ella. "¡Después de meses, finalmente estamos llegando allí!"

Eran las cuatro de la tarde. Sakura estaba sentada en el caballo, mientras Syaoran estaba llevando el animal a lo largo por las riendas. Se había cansado de sentarse, había dicho él. Kero estaba sentado en la cabeza del caballo y el animal (el caballo) no parecía importarle. Simplemente no reconoció la presencia del alado oso amarillo en su cabeza. El viento era moderado, así que no estaba volando arena en sus ojos. Sin embargo, estaban ahogándose de calor y no había sombra en ninguna parte. Ni un solo árbol crecía cerca de su ruta. Allí solo estaban ondulando dunas y nada más que dunas.

Sakura buscó intensamente a través de sus cosas y consiguió sacar su cantimplora. Estaba sedienta. Pensó que se satisfaría, pero sólo una gota salió de ella.

"Syaoran, mi cantimplora está vacía," dijo ella. 

"Prueba con la mía," él le pasó su cantimplora y ella notó que estaba bastante ligera cuando la agitó. No tenía mucha tampoco. 

"No hay mucha agua en ella. Toma," ella se la devolvió. "Intentaré aguantar un poco más." 

"No, puedes beber lo que hay ahora." 

"¿Qué hay contigo?" 

"Puedo esperar. No hace tanto calor," hizo una cara que desmentían sus palabras, "y estaremos llegando pronto a la Ciudad de Glanz." 

Kero rió. "No te preocupes, Sakura. Li aquí es parte camello..." Syaoran intentó cogerlo, pero Kero voló alto, cerca de Sakura. "Puede vivir sin agua durante un par de días. Después de todo, de lo que yo sé de la familia Li, entrenó mucho para tratar con este tipo de situación." 

Syaoran se encogió de hombros. La bestia había dicho la verdad. Solo odiaba haber sido llamado camello. La gente parecía estar comparándolo mucho con animales últimamente. 

"¿De verdad, Syaoran?" dijo Sakura. Syaoran solo asintió sin mirar atrás. "¿Por qué te entrenarías para no beber agua?" 

"Porque todos los futuros líderes de clan deben ser fuertes y resistentes. Hablando de eso, gaki..." Kero voló delante de él. "¿Cuándo vas a ser declarado líder oficialmente? ¿O ya has sido?" 

Syaoran entrecerró sus ojos. Estaba inclinado en no contestar pero entonces oyó a Sakura detrás de él. 

"Sí, dinos, Syaoran." 

"Cuando cumpla los dieciocho," contestó él. Miró a Kero. "¿Cómo sabes que se supone que voy a ser el líder?" 

"Muy simple. Si los ancianos del clan Li escogieron a semejante gaki como el Líder de la Resistencia eso significa que no tenían ninguna otra opción. Lo que significa que no tenían ninguna otra opción también para el líder del Clan." 

"¡Sólo espera hasta que ponga mis manos en ti, pelota de algodón!" Syaoran saltó en el aire intentando agarrar a Kero, pero la bestia volante voló aún más alto y sacó su lengua. 

"¡Eso no ha estado bien, Kero!" Sakura le lanzó una reprimenda. "Discúlpate ahora mismo." 

"Pero, Sakura…" gimoteó Kero. 

"Si no lo haces, puedes olvidarte de los dulces, incluso cuando lleguemos a Glanz." 

"¡Oh, no! ¡Cualquier cosa menos eso!" Kero puso sus patas juntas, rogando. "¡Lo siento, lo siento mucho, Sakura!" 

"No te disculpes ante mí. Discúlpate ante Syaoran." 

"¿Este gaki?" Preguntó Kero pareciendo desconcertado. Sakura le frunció el entrecejo. "¡Vale! ¡Perdón! Perdón, gaki." 

"¿Que? No te oí…" Dijo Syaoran, una sonrisa satisfecha en su rostro. 

"Lo siento, ¡¿vale?!" Gritó Kero. "¡Allí! ¡Lo tienes!" Él voló muy cerca de Syaoran y susurró en su oreja: "No te pongas tan feliz sólo porque ganaste esta. Todavía tenemos nuestro pequeño secreto." 

"Tramposo," siseó Syaoran. 

Kero sonrió. "Sí, lo soy y tú será mejor que tengas cuidado, o le diré a la pequeña flor de cerezo nuestro pequeño secreto." 

"Tú…" Kero levantó una ceja, esperando oír lo que Syaoran lo llamaría esta vez, pero el muchacho se controló antes de decir algo que haría al peluche soltarlo todo a Sakura. "Nunca te diré nada de nuevo. Ni siquiera el tiempo." 

"No tienes que decírmelo. Tengo mis maneras de descubrir lo que quiero." 

"¿Qué están susurrando los dos allí?" Preguntó Sakura con recelo. 

"El tiempo," contestó Syaoran rápidamente. "Espero que se ponga más fresco antes de que alcancemos Glanz." Kero le sonrió perversamente y, sin apartar la vista de la cara de Syaoran, dijo:

"Sí, estamos hablando sobre el tiempo, claro," dijo Kero, volando hacia Sakura. 

"No me gusta cuando ustedes dos están hablando solos. Me dijisteis que normalmente hablan sobre mí..." 

"Y no tienes ni idea de cuánto…" Dijo Kero bajo su respiración con un guiño a Syaoran. El muchacho pensó que era más sabio permanecer callado. 

Sakura oyó los cuchicheos, o lo que a ella le parecían cuchicheos. Por alguna razón, todo estaba oscuro.

"Aquí estamos," oyó la voz de Kero. 

"¿Puedes creerlo?" Era Syaoran. 

"Asombroso. ¡Y grande! Eso es enorme, ¡colosal!" 

"Lo es." 

"Entonces… ¿entraremos esta noche?" 

"Sí. Sólo tengo que coger mi capa, sólo para asegurarme y…" Allí había sonidos de crujidos así como Syaoran se ponía su capa. 

"Eh, ¿Li? ¿Has notado que no ha dicho una palabra hasta ahora?" 

"¿Eh? ¿Cómo puede si está dormida, sentada allí en el caballo?" Sakura no había entendido lo que estaban diciendo hasta ahora, sólo la última pregunta. Ella sintió como la bajaban. 

"¿Mmm?" 

"Eh, chica durmiente. Tiempo para despertar," dijo Kero. 

"Adivina dónde estamos," dijo Syaoran y solo entonces, ella abrió sus ojos, muy despacio. La primera cosa que vio fue la cara de Syaoran, sonriéndola. Llevaba la capa con la capucha subida. Pestañeó. Detrás de él vio el cielo. Ya era de noche y el cielo estaba claro, las estrellas resplandecían brillantemente. Bajó sus ojos y lo que vio se llevó su respiración. 

"¿Esto es…?" preguntó ella, poniéndose de pie sola. 

"Sí, lo es, Sakura," dijo Syaoran.

"La Ciudad de Glanz," declaró Kero, volando sobre ellos. 

Sakura vio sobresalientes y macizas paredes delante de ellos. Se estiraban hacia los lados y no podía decir donde acababan. Una verja maciza estaba delante de ellos. Podía ver las luces que venían de la ciudad, iluminando las partes superiores de las paredes. Guardias estaban caminando sobre las paredes, los centinelas. Vio a las personas entrando en la ciudad, atravesando la verja. Algunos de ellos estaban solos, otros en tortuosas caravanas. Vio que algunos de ellos eran hombres de negocios, trayendo el género para vender en la ciudad. Los guardias de las verjas estaban buscando intensamente a través de las posesiones de cualquiera que les parecía sospechoso.

"Syaoran, están investigándolos."  

"Ah, no te preocupes, Sakura. Sólo hacen eso con las personas que parecen peligrosas. Nunca me han investigado antes. No parezco peligroso, ¿o sí?" Él estiró sus brazos, una mueca juvenil en su cara. 

"Ciertamente no lo pareces," dijo Kero. Syaoran solo le miró. 

"¿Entonces...?" Syaoran llamó su atención poniendo su capa alrededor de sus hombros ya que ella todavía estaba absorta mirando las paredes de la ciudad. ¡Que fantástico lugar! Sakura lo miró. "¿Estás lista?" 

Sakura pareció aprehensiva por un momento. Entonces sonrió y afirmó. 

La Maestra de Cards y el líder de la Resistencia siguieron su camino a través de la arenosa luz de luna a las verjas. Kero había entrado en la bolsa para cuidar del libro. Sakura puso su mano en su bolsillo por un momento, confortada por la percepción tranquilizante de las Cards, y caminó a lo largo del camino al lado de Syaoran, mientras el joven llevaba el caballo por las riendas. 

Continuará...

& * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * & * ~ * ~ * ~ * ~ * ~ * &

¡Oh, dios! ¡¿Pueden creerlo?! ¡Terminaron su viaje! ¡No puedo creerlo! ¡Finalmente! ¡Estupendo! ¡No puedo creer que acabe de escribir eso! ¡¿Realmente alcanzaron Glanz?! Quiero decir, ¡eso es increíble! Yo- 

*Jenny * Ok, KayJuli, nos hacemos a la idea. Estás desconcertada que realmente llegaron a la ciudad… ¿Ahora podrías parar de balbucear sobre eso? 

Ok, imouto-chan, perdón. ^_^ 

Oh, y el nombre de la canción que usé es: "Daylight in your eyes (La luz del día en tus ojos)", por No Angels(Popstars). 

Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor ¡¡¡Review!!! 

¡Ah, y si quieren estar en mi mailing list (para que cuando actualice les informe), envíenme un e-mail o escríbanlo en su review!

^_~ 

…KayJuli (sunshine_kathie@yahoo.com)

N de la T: Siento el retraso T_T. Aquí está el segundo regalo de estas navidades, el regalo de fin de año ^^. FELIZ AÑO NUEVO!!!!!

Comentarios de la traductora sobre el fic:

*'Q me lleven'-- es 'q me lleven si lo sé', es una expresión que no he traducido literalmente pues 'beats me' sería 'pégame' y la expresión que he puesto más o menos concuerda con la situación.

Cualquier cosa a la traductora, yo, a eternal_phoenix_light@yahoo.es