NOTAS DEL AUTOR:


¡Hola Minna-san! ¡Quizá no me quieran leer por la demora pero la verdad lo siento! ¡No tenía inspiración hasta hoy! ¡Bueno amigos, a la historia!

¡No olviden dejar reviews! Voy a dejar el chantaje de lado; de todas formas era solo una broma. Solo espero que me dejen muchos comentarios y me animen, de esta forma, a escribir un capítulo más pronto. ¡¡¡Denme sus reviews como regalo de Navidad!!! Yo hice este capítulo antes de navidad como regalo. Sí ya sé que es un regalo feo pero no tenía nada mejor que hacer. ¡No olviden leer mis notas finales por favor!

DEDICATORIA:


El fic está dedicado a Mei-chan. ¡¡¡ Gracias por los ánimos nee-chan!!! y... sigo esperando al menos otro review... -

DISCLAIMER:


Lamentablemente Rurouni Kenshin no me pertenece al igual que los derechos de este maravilloso anime - que por supuesto no implica que no lo desee -. Cualquier otro personaje ajeno debe ser considerado de mi propiedad. Si es que desean usar alguno mío solo avísenme y siéntanse libres de hacerlo.


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PRUEBA DE FUEGO


Capítulo Siete:



Kaoru s0alió corriendo del dojo. Su kimono estaba roto a la altura de las rodillas y las mangas, su rostro estaba empapado con nuevas lágrimas producto del mismo problema de siempre que llevaba por nombre Kenshin Himura.

Frustración

Sí; eso era lo que en verdad sentía. Ella se vio incapacitada de hacer algo para defenderse de Kenshin. Nunca pensó que llegaría el día en que ella se viera forzada a temerle al ser al cual amaba y al que estaba decidida a olvidar de una vez por todas; pero el día llegó y más pronto de lo que creía. Su decisión era inquebrantable. ¿Era esa su forma de vengarse por lo que ella le dijo en la mañana? Nada justificaba su comportamiento, absolutamente nada.

Él había herido su orgullo

La había tratado como a una niña débil y se lo había demostrado besándola de esa forma tan tan sucia. Sus manos se dirigieron a su boca, por un momento sus dedos recorrieron sus irritados labios siguiendo la senda que la boca de Kenshin había recorrido hace tan solo unos breves momentos. Un sentimiento extraño la invadió, ¿qué sentía? ¿Acaso no era esto lo que siempre quiso? Siempre lo quiso así, mirándola a los ojos de esa forma, fijándose solo en ella aunque fuera en esas condiciones, tomándola contra sí, demostrándole que le importaba, diciéndole sin palabras que la quería, aunque no de la forma que ella lo hacía, pero al menos existía el indicio de que él real

¡Mentiras!

**¡Dios!** ¿Qué le ocurría? No podía estar pensando en eso. No podía creer que ** ¡No! ** Empezó a restregarse los labios con fuerza, queriendo sacarse la sensación, el sabor y hasta el sentimiento

Ahora se daba asco ella misma

Tan solo contemplar la baja posibilidad de que él le prestara atención, aunque fuera de esa forma, era subestimarse, era era hacer lo mismo que él le había hecho. Despreciarla. Besarla de esa forma no era otra cosa más que demostrarle que él podía hacer lo que quería con ella. Y Kaoru creía que él la quería como a una hermana o a una hija él no la quería de ninguna forma, solo se había acostumbrado a que ella le hiciera caso en todo, que lo siguiera a todos lados rogándole que se quedara con ella, que la hiciera feliz aunque sea con su presencia, que la dejara ser parte de su vida, que mendigara su atención, que... en fin, que jugara el papel de la niña que se desvivía por su cuidado, rogándole migajas de un amor que jamás tendría.


Había dejado ver aquella subestimación muy claro pero ella no estaba dispuesta a permitirlo una vez más. Nunca más admitiría. Era cierto lo que le dijo hace unos minutos, no le admitiría jugar con sus emociones y no confiaría en él nunca más.


**Por más que odie reconocerlo sé que el siempre me vio como a una niña a la que le puede poner orden como se le antoje. Le demostraré que no lo soy. Que soy perfectamente capaz de no perdonarlo. De olvidarme, tal como lo hizo él ahora, de todo y tratarlo como se me de la gana, como se merece; ¡y si se larga que lo haga! Nunca más le pediré que se quede, no dejaré mi vida a la deriva porque él se va de mi lado. Al fin de al cabo lo odio... no quiero verlo**

Mientras seguía avanzando enceguecida por la cólera, pensamientos de este tipo seguían rondando su cabeza y cercenando su tranquilidad. Su corazón se le retorcía con cada idea de ese tipo y comprobaba que ella estaba muy lejos de odiar a Kenshin Himura pero, al mismo tiempo, estaba muy cerca de albergar un sentimiento nuevo por otro hombre, uno al que le sería imposible de olvidar y no por lo que significaba ahora sino por lo que significaría después.

-------------- En el Akabeko ---------------


- Pues entonces ¿le molestaría acompañarme un momento? Es que me gustaría preguntarle algo muy importante para mí.

- ¿Preguntarme a mí?- preguntó incrédula Tae

- Sí Tae-san, precisamente a usted. Siéntese por favor- dijo él con una sonrisa y señalándole con el dedo anular de una de sus manos un lugar frente a él en la mesa.

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- No le tomará más que unos segundos Tae-san. Se lo agradecería.- insistió él lanzándole una sonrisa pícara.

- Está bien- respondió la mujer aún confundida por la petición el joven y ruborizada porque el apuesto muchacho le sonreía de esa forma. El silencio reinó por un momento. Matsue pensaba en la forma correcta de formular la pregunta. Luego de unos minutos dijo,

- Tae-san. Yo, uhmm, usted verá, yo estoy eenamorado de, de Kaoru.- dijo él sin una pizca de rubor en su rostro. Es más, estaba muy serio. En cambio Tae había abierto los ojos muy grandes en señal de sorpresa. ** ¿Enamorado? **

- Ya veo- respondió la mujer bajando la vista y ruborizada por la penetrante y a la vez fascinante mirada de Matsue. Él la contemplaba y estudiaba su reacción. Ella estaba sorprendida por la confesión y era totalmente comprensible. Aquel hombre tenía un poder especial para poner nerviosa a cualquier persona solo con una mirada, un gesto y hasta una sonrisa.

- Tae-san, veo que le parece extraño y la comprendo. No es fácil decirlo así, abiertamente. Usted es la primera persona a la cual le comentó mis sentimientos porque de uno u otra forma sé que puedo confiar en usted ya que si es amiga de Kaoru usted debe ser una persona confiable...

- Oh Arigato Terada-san.- respondió ella con más rubor en el rostro. Esto pasó desapercibido por Matsue que estaba ocupado ordenando sus ideas una vez más. Debía ser cuidadoso al hablar con esta mujer si quería lograr de ella lo que esperaba.

- Todo esto viene a colación de una duda que tengo. Usted debe encontrar difícil que alguien se enamore de otra persona así de fácil. Pues hasta hace un tiempo yo creía lo mismo, es más hasta hace una hora. Sé que no es común hablar de amor con tanta libertad, como si fuera un tema como cualquier otro. Soy conciente de ello Tae-san, créame que es difícil aceptar que se ha sucumbido a un sentimiento en tan poco tiempo, pero al conocer a Kaoru todo fue distinto. Créame que no es solo atracción Tae-san, es que, déjeme asegurarle que casi cualquier hombre cambiaría muchas formas de pensar con tan solo estar al lado de Kaoru media hora.- expresó él de corrido sin gastar un respiro de más. Aunque no lo parecía le era sumamente difícil hablar del tema.

- Kaoru es encantadora. No me sorprende en demasía lo que usted me dice, Terada-san- dijo Tae levantando la vista y sonriendo ampliamente. Cuando hizo contacto visual con Matsue volvió a bajar la vista.

- Así es Tae-san y es precisamente en este punto de sus servicios. Me explico; me gustaría saber más de ella Tae-san. Sé que ella quedó huérfana de madre de muy niña y que su padre murió poco después. Ella se quedó sola manejando su dojo sometiéndose a los prejuicios con los que crecemos todos y viviendo muchos más problemas. Sé que es una mujer inteligente e independiente; tengo otras impresiones muy personales de Kaoru que realzan más la imagen que tengo de ella pero todo eso es subjetivo en este momento. Quisiera saber, si es posible Tae-san, más acerca de ella. Kaoru está pasando por un momento que al parecer es muy difícil y quisiera ayudarla; es por eso que recurro a usted. Me gustaría saber más de su forma de ser, aunque no sea por su boca, quisiera saber cuál es la historia de su vida, por supuesto que hasta donde usted crea conveniente poder contarme. El no conocerla crea una barrera que me impide comprenderla perfectamente y aunque sé que sé que ella debería ser la que me cuente todo esto, algo me dice que ella no lo hará, al menos no por ahora... es por eso... - dijo mirando a Tae con un fulgor en los ojos que no portaba hace unos momentos- es por eso que le pido me ayude. - Él hizo una reverencia y continuó hablando en esa posición- Sé que de repente le es difícil confiar en mí pero yo le asegu

- - cortó Tae de súbito para sorpresa del joven- ¿Usted en verdad ama a Kaoru-chan?- preguntó viéndolo a los ojos. Buscando la verdad en aquellas espectaculares turquesas.

- - dijo sinceramente Matsue luego de unos segundos acompañando su respuesta con una reverencia reafirmante. - Yo la amo - dijo suavemente y, ahora sí, con un adorable rubor en las mejillas. Parecía mucho más tímido y joven de lo que era realmente con esa expresión.

- Eso es suficiente para mí Terada-san. Solo espéreme un momento. Iré a avisar a mis empleados para que se encarguen del restaurante mientras hablo con usted. Esta conversación no va a ser precisamente corta. - Tae se paró y seriamente se dirigió hacia el shoji del apartado. Volteándose, más o menos a la altura del marco, le dijo: Voy a confiar en usted Terada-san, solo espero no estar equivocándome, no me lo perdonaría nunca... ni se lo perdonaría a usted, de eso puede estar seguro- agregó viendo al doctor desafiante, con una mirada que muy pocas personas habían visto antes. Suavizó su expresión con una sonrisa y prosiguió: Espéreme un momento, ya vuelvo.

- - respondió Matsue sorprendido. Era la segunda mujer con una decisión de acero que conocía en menos de veinticuatro horas. Por ahora todo podía esperar. La carta de su padre para el doctor Genzai y la búsqueda de una prima suya que fue la única sobreviviente de un incendio ocurrido en un pueblo algo lejano al suyo. Su prioridad era Kaoru. Nadie más que ella.

-------- Dojo Kamiya --------

Kenshin estaba en el umbral que aquella figura inerte había pasado hace un momento. Estaba confundido. La pelea de la mañana con Kaoru, sus palabras y las de ella, aquella estúpida pelea, sus ganas de llorar, su frustración, el impulso de desaparecer a Terada, el deseo de retroceder el tiempo, buscar a Kaoru y abrazarla junto a él deseando asegurarle que nada había pasado, que todo estaba bien, que él estaría junto a ella siempre

La aparición de alguien por quien tanto tiempo atrás rogó por ver tan solo una vez más para salvar su alma del haberno en que se había convertido la soledad que lo envolvía y ahora, después de que el tiempo se había encargado de cicatrizar aquella herida y de mostrarle aquella luz al final del túnel oscuro que era su vida encarnándola en otra mujer, se presentaba ante él nuevamente.

Tomoe

¡Cuántos recuerdos que aún dolían traía ese nombre consigo! Había reaparecido y con ella los recuerdos que reabrían aquella herida en su corazón, con la misma calidez llamada paz que siempre la rodeaba y con la gratitud de un hombre que le debía a aquel ser el resurgimiento de las cenizas de su alma. Aún podía sentir cómo el sentimiento que trató de ocultarse a sí mismo aún seguía vivo dentro de él pero de una manera distinta.

No era más aquel amor del muchacho de quince años golpeado por las guerras en las que vivía envuelto y que no tenía nada más a qué o a quién aferrarse que a aquella mujer; ni el amor del joven que con ella había madurado en un brevísimo tiempo, aquel que reaccionó de aquel trance en el que se desenvolvía y que con su ayuda había visto nuevamente el color de la esperanza en los ojos de aquella mujer.

"Déjame protegerte, déjame proteger tu felicidad"

Le había pedido él mientras la abrazaba muy cerca a él en un intento por hacer aquel contacto más íntimo, más real, más suyo. No. No era nada de eso. Era un amor distinto. Quizá el de un hombre de casi cuarenta años de edad que agradecía la ayuda de esa mujer y que valoraba aquellos recuerdos como parte de su vida que ya no volvería jamás pero que guardaría en su memoria y corazón por siempre.

A Tomoe le debía prácticamente todo. Una nueva vida, la posibilidad de conocer a otra mujer la cual lo cautivó con aquel vigor que en él no residía más. Le regaló también la oportunidad de volver a vivir: dejar de ser Battousai el destajador para pasar a ser lo que en realidad siempre debió ser, no Shinta, no el aprendiz de Hiko Seijuro, no Battousai, sino Kenshin Himura. Un hombre con un pasado lleno de amarguras, un presente con nuevas oportunidades y un futuro un futuro que estuvo a punto de destruir por los fantasmas de un pretérito que parecía renuente a olvidar.

Y ahora ella aparecía nuevamente cuando estaba a punto de cometer el mismo error de antes: rehuir a sus problemas y esconderse bajo la sombra de sus errores, de su ser indigno, de sus manos bañadas de sangre inocente. Vino y con suaves palabras pudo hacerle ver que lo único que hacía ocultando sus sentimientos era maltratarse a sí mismo además de herir a la persona que más amaba en el mundo. Lo único que lograba era lastimarla y alejarla cada vez más de él. Lo que hoy había sucedido, se dio cuenta por fin, era nada más que su inconsciente que había emergido de las profundidades de sus tribulaciones para salvaguardar lo que era suyo, lo que él, muy dentro de sí, clamaba como suyo.


- Solo vine a prevenirte, Kenshin. Estás muy cerca de perder lo que más amas en esta vida y una vez que lo hagas no habrá marcha atrás, no habrá lugar a pesares ni de arrepentimientos. Es hora de que recuperes la felicidad que mereces. Recuérdalo Kenshin. No dejes que la felicidad se te escurra como arena entre los dedos; no te conviertas en el verdugo de tu propio destino al dejar a la deriva tu vida. No eres más Battousai, no aquel muchacho que yo amé, no más un rurouni, solo tú, Kenshin Himura. Recuérdalo. Adiós y sigue adelante.

Cuánta sabiduría en sus palabras

Era hora de que él despertara. Una nueva oportunidad estaba en su puerta y no era aprovechada. Esa era la respuesta que tanto había ansiado encontrar en los diez años que vagó por todo Japón buscando en su constante ayuda a los más necesitados la paz interior que ansiaba, pero que por más que trataba de hallar no lo lograba. Y después de una discusión inusual con Kaoru él había escuchado, una vez más, por los labios de Tomoe, la verdad que necesitaba. Si antes vivía bajo una lluvia de sangre y ella fue capaz de decírselo sin siquiera conocerlo, ahora que hasta hace unos momentos vivía en una niebla inacabable fruto de sus temores y frustraciones, ella le había vuelto a abrir los ojos.

Esperanza

Por primera vez en mucho tiempo sentía la ilusión crecer en su interior. Sabía que Tomoe estuvo de alguna manera siempre junto a él y también sabía que no era tan tarde como para empezar a ser feliz con Kaoru. Que el pasado debía pertenecer como tal, doloroso mas no preponderante en su conducta.

¿Sería demasiado tarde? Solo el tiempo lo decidiría, pero el primer paso ya estaba dado-

------------ Tokio -----------


Megumi estaba sentada en un banco que daba hacia la calle viendo a la gente pasar de un lado a otro. No había pacientes en el consultorio, cosa rara para la agenda agitada que ella estaba acostumbrada a llevar a diario. El doctor Genzai había salido a hacer sus rondas habituales a las casas de los pacientes más delicados y ella se había quedado, una vez más, a cargo de las niñas y el recinto. Ayame y Suzume dormían el sueño de los justos después de tanto de jugar y haber tomado un vaso de leche cada una. El calor era bochornoso y ella no tuvo otra opción que sentarse en la sombra esperando que el viento casi inexistente de aquella tarde le trajera al menos algo de relevo.

Era en momentos como estos que pensaba que era totalmente injusto que las mujeres tuvieran que vestir kimonos pesados que parecían más un horno que una ropa normal y los hombres usaran un gi y una hakama que eran millas más cómodos que el traje tradicional femenino japonés.

Siguió observando la calle y distinguió la figura de Tae en la distancia. Aguzó más la vista y comprobó que era ella la que se acercaba al parecer al consultorio, pero no iba sola como cada vez que llegaba a visitarla por a o b motivos. A su lado estaba un hombre joven y casi tan alto como el tori atama. Era raro encontrar hombres de esa talla en Japón y eso capturó su atención. Cuando estaban más cerca pudo ver las sonrisas de aquellos dos mientras discutían de lo que a leguas se veía una plática placentera. ¿Acaso Tae habrá conseguido novio?- se preguntó ella con una sonrisa. Ahora que se podía distinguir el rostro del joven y su excelente complexión ella no pudo evitar pensar: ** ¡Kami! ¡Qué novio!**

Aquel hombre tenía los ojos más bellos que había visto jamás. Eran color turquesa y parecían brillar con cada sonrisa que le ofrecía a Tae, a quien por primera vez ella había visto ruborizarse tanto con la compañía de alguien. Una sonrisa maliciosa se hizo lugar en el rostro de la onna, ya tendría cómo molestar a Tae en lo sucesivo. Si alguien veía de cerca podía distinguir que las orejas de zorro se empezaban a colocar en su cabeza seguida de su inigualable carcajada característica. En eso Tae se adelantó un poco y saludó con la misma cortesía de siempre a Megumi.

- Kon ban wa Megumi-san- dijo con una reverencia

- Kon ban wa Tae-san ¿cómo ha estado?- preguntó con una pequeña reverencia acompañada de una sonrisa que aseguraba que suponía que ella no podía estar mejor. Tae se ruborizó nuevamente.

- Megumi-san. Yo, yo...yo quería saber si Genzai-sensei se encuentra, es que...

- Kon ban wa- interrumpió el joven de ojos tan o más espeluznantes que los de su Ken-san - Soy Matsue Terada y busco al doctor Genzai. Disculpe la descortesía, ¿con quién tengo el gusto?- preguntó él mirando a los ojos a la bella mujer que tenía en frente. **Es muy bella pero no se compara a Kaoru**

- Takani, Takani Megumi- respondió Megumi sin poder dejar de observarlo.

- Ella trabaja en el consultorio con el doctor Genzai, Matsue-san - agregó Tae- Ella también es doctor al igual que usted

- Oh ya veo. Un infinito placer el conocerla. Parece que Tokio está plagado de mujeres inteligentes como ustedes- Megumi se ruborizó y por primera vez en su vida se quedó sin respuesta frente a un halago. Tae estaba en iguales condiciones.

- ¿Así que usted es médico Terada-san?- preguntó Megumi sorprendiéndose descubriendo que volvía a tener voz y juicio para, al menos, preguntar algo y no quedar en ridículo frente al apuesto joven.

- Así es Takani-san. Disculpe pero, ¿de casualidad el doctor Genzai se encuentra?- preguntó él esbozando una sonrisa que comenzaba a hacer sentir nerviosa a Megumi. **Kami- sama ¿qué me sucede?**- se preguntó ella mientras trataba de mantener una fachada impávida.

- Oh Gomen. Olvidé decirles que él no se encuentra. Fue a hacer su ronda por las casas de los pacientes- Matsue rompió aquella bella sonrisa una vez que ella le informó el paradero del doctor.

- Ya veo, es que necesitaba ver al doctor cuanto antes

- Pero ya debe estar por volver- la sonrisa apareció de nuevo en el rostro de Matsue- Pueden quedarse y esperarlo si es que así lo desean

- Oh Megumi-san arigato pero me temo que debo volver al Akabeko cuanto antes. Ya invertí la mañana en asuntos muy importantes y ahora debo volver a organizar lo que falte. De todas maneras solo vine para saludarla Megumi- san y para acompañar a Matsue-san- Tae le sonrió a Matsue con una sonrisa de complicidad.

- Arigato gozaimasu- contestó el joven doctor sonriendo y algo ruborizado. Era el colmo. Debía de una vez por todas aprender a guiarse, si seguía así terminaría perdido por completo uno de estos días.

Tae después de un momento se retiró y dejó a los dos doctores en silencio, sentados en unos bancos que daban a la calle. Después de todo no se conocían mucho y no tenían de qué hablar. Ambos cruzaron algunas veces las miradas y al momento desviaron el rumbo de sus ojos.

Megumi se ruborizó pero Matsue no se dio cuenta debido a que su mente divagaba recordando todo lo que Tae le había contado. Si él estaba ya de por sí enamorado de Kaoru ahora podía decir que no tenía duda alguna de ese sentimiento. Sus suposiciones de que Kaoru era una mujer extraordinaria eran ciertas y estaban rotundamente confirmadas por las dificultades que había pasado cuando niña víctima de los prejuicios y malos tratos de un grupo de gente que la desestimada por ser mujer.

Luego se asombró al descubrir cómo es que había aceptado a Yahiko después de salvarlo de un grupo de ladrones que lo hacían robar como pago por una deuda que él no logró comprender muy bien. Casi lo mismo fue con Kenshin. Nada más y nada menos que aceptar al temido Hitokiri Battousai en su casa cuando estaba sola en el mundo era tentar a su suerte. Y lo hizo sin titubear. Según Tae, Kenshin era un modelo de persona. Siempre ayudando a todos y defendiendo a Kaoru aun a costa de su vida. Pero, a su parecer, Tae había dejado, como la astuta mujer que era, de lado una posible relación romántica entre ellos o al menos el indicio de la existencia de la misma.

Aún así, sacar conclusiones a estas alturas sería precipitado y hasta peligroso. A la primera insinuación podría desencadenar una serie de malentendidos que no estaba dispuesto a pasar. A pesar de que conocía más a Kaoru o, mejor dicho, que conocía más de la vida de Kaoru, su verdadera personalidad, no la a veces violenta instructora de Kendo sino su esencia, aún le era desconocida. Sentía ganas de profundizarse en el alma de Kaoru y descubrir sus más grandes secretos, tenía la sensación de querer ser el dueño de sus pensamientos y emociones.

Quería que ella fuera solo para él. En cuerpo, corazón y alma. Toda ella. Ante esto el joven doctor se ruborizó. Después de todo era hombre y aunque era doctor y casi nada le sorprendía ya que lo había visto casi todo de una mujer en su carrera profesional y en ciertas ocasiones que por el momento él preferiría olvidar, también pensaba en estos asuntos. Y empezaba a descubrir que era Kaoru la que plagaba ese tipo de pensamientos.

Mejor cambiar de tema. Ella menos que nadie se merece que siquiera se piense de esa forma sobre ella, al menos no antes del matrimonio. ¡Kami! ya estaba pensando en matrimonio. Si solo Hajime lo escuchara se reiría de él en ese instante hasta que no le quedara un solo átomo de oxígeno en el cuerpo.

Matrimonio

Después de todo es lo lógico ¿no? Dos personas se enamoran y se casan, tienen hijos y son felices hasta que se mueren de viejos. **Muy mal, muy mal Matsue Terada** Ahora volvía a sus pensamientos típicos de médico; solo le faltaba repetir la misma tonada de siempre: todos los seres humanos nacen, se reproducen y mueren. Sea como sea, la sola idea de tener a Kaoru junto a él para siempre lo hacía sonreír, pero primero debía asegurarse que ella le tuviera confianza, luego enamorarla no sería tan difícil a menos que ya lo estuviera; pero ella no lo estaba ¿o sí? Recién se dio cuenta que Tae lo había dejado en una encrucijada más grande que al principio. Hablaba maravillas de Kenshin, como si fuera la pareja perfecta para Kaoru, pero no tocaba asuntos comprometedores. Lo suficiente como para dejarlo con la sensación de que ellos tenían un fuerte lazo que era irrompible pero sin afirmarlo tampoco. Ahora debía descubrir qué relación había entre ella y Battousai. Eso era prioritario.

Megumi observaba con atención cómo una serie de emociones cruzaban por el rostro de Terada. Primero muy pensativo, luego sonriente, ruborizado, después frunciendo el ceño y al final con un gesto de decisión en el rostro acompañado de otro hecho con uno de sus puños levantados.

Muchas mujeres muy bien ataviadas habían pasado cerca a la baranda que separaba la calle de la casa de Genzai viendo al joven doctor y tratando de llamar su atención. Él estaba tan absorto en sus pensamientos que las mujeres se cansaban y seguían su camino. Ella no podía criticar a aquellas mujeres ya que tenían toda la razón al querer ganar su favor. El hombre era guapo por no decir casi perfecto. La apariencia de un guerrero y el rostro de un ángel. Un par de ojos hipnotizantes y a la vez exóticos, y cabello color del azabache más intenso. Cejas ligeramente recargadas y labios ni muy carnosos ni tan delgados. Una nariz romana que combinaba perfectamente con las proporciones de su rostro y un cuello bastante largo que otorgaba a su belleza cierto grado de altanería. Tenía garbo y era tan educado como Ken- san al dirigirse a la personas, aunque no tan exagerado. Su sonrisa era contagiosa y sobre todo era genuina. En realidad no se podía pedir más en un hombre. Claro, aunque ella prefería la pedantería, la malcriadez y el desparpajo de Sanosuke. **Alto ¿De dónde diablos salió eso?**- Ella se preguntó ruborizada.

Sacó de sus pensamientos la apariencia del doctor y después de un momento se preguntó qué cosa querría el "novio de Tae" con el doctor Genzai. Era médico, de repente quería un puesto en el consultorio, cosa que no sería tan malo porque los pacientes se hacían cada vez más frecuentes y ella estaba a punto de un ataque de histeria. Todos los días venían a toda hora para pedir ayuda sin dar oportunidad para un relax como el de hoy. Qué cosa tan rara. **Esta tranquilidad debe significar algo**

Algo dentro de ella la llamaba a conocerlo. **Oh no Megumi. No puede empezar a gustarte un desconocido, ¡no es posible! Además Tae y él al parecer son novios y no puedes hacerle eso a ella quien ha sido siempre muy amable contigo**

- ... el doctor Genzai.- terminó de decir el joven doctor quien hace un momento había decidido empezar una conversación con la doctora. Había ordenado sus pensamientos y el silencio lo ponía nervioso.

- - dijo Megumi- ¿qué me decía Terada-san?

- Nada importante- respondió- Nada importante Takani-san. Solo ponderaba si el doctor Genzai regresaría pronto

- Siento no haberlo escuchado antes. Bueno, supongo que sí. Nunca se demora mucho a menos que haya una emergencia. Pero de todas maneras sería conveniente que lo esperara Terada-san... pero qué descortés mi comportamiento. Olvidé ofrecerle al menos un vaso de té

- No se preocupe Takani-san, estoy perfectamente bien. Tuve la oportunidad de comer en el Akabeko con Tae-san...

- Ya veo. Así que ustedes dos son novios ¿verdad?- **de dónde salió esa pregunta Megumi**- se dijo la doctora a sí misma avergonzada por su inoportuna pregunta.

-

- Oh gomen Terada-san, yo no pensaba pre...

- No, no. Usted malinterpretó Takani-san. Nosotros somos solo amigos.- contestó el doctor mostrando muchas tonalidades de rojo en el rostro.

- Oh gomen una vez más yo...

- Kon ban wa Megumi-chan- dijo el doctor Genzai desde la puerta salvándola del apuro. Al parecer no había sido visto por ellos mientras entraba. Matsue se levantó rápidamente y se presentó sin dar lugar a introducciones.

- - dijo con una voz llena de esperanza en la voz y con una reverencia.

- Kon ban wa joven ¿Acaso... - Iba a decir "¿lo conozco?" cuando vio los ojos de Matsue. Él reconocería aquellas turquesas en todas partes.

- Tú... tú... eres familiar de Nadesiko ¿verdad?- preguntó el anciano mirándolo fijamente y con voz muy suave. Una de sus manos en su pecho.

- Así es Genzai-sensei. Yo soy su hijo. -dijo el joven sorprendido- ¿Cómo lo supo?

- Tus ojos - dijo señalándolo- son iguales a los de ella.- dijo Genzai con la mirada gacha ahora- con que eres su hijo

- Hai. Doctor Genzai gusto en conocerlo. Mi padre siempre me habló muy bien de usted al igual que mi madre, especialmente ella...

- ¿Cómo está ella?- preguntó el anciano con una mirada de preocupación y cierta tristeza en los ojos.

- - respondió Matsue- Mi padre también...

- Lo siento en verdad- dijo Genzai bajando la vista. A leguas se veía que algo malo le sucedía.

- Mi padre pidió que le entregara algo. Fue su último deseo, doctor y es por eso que estoy aquí. No lo pude hacer antes pero

- - comandó el doctor con ecuación, levantando los ojos para verlo directamente.

Matsue sacó de su camiseta negra al estilo occidental, larga, holgada y con mangas bastante anchas, un sobre que a la vista era muy antiguo. El papel estaba muy desgastado y se veía algo sucio. Genzai lo tomó de las manos del joven y abrió lentamente el paquete. Para cuando terminó de leer la carta sus ojos se abrieron profusamente. Levantó la vista para ver a Matsue, quien no sabía qué pasaba ni el porqué de la reacción de aquel hombre. El anciano dejó caer el papel y sentía cómo el aire dejaba de suministrar el oxígeno necesario a sus pulmones. Lentamente todo se volvió negro. Megumi se acercó al viejo doctor para auxiliarlo y Matsue levantó la nota y leyó sin poder contener la curiosidad. Algo malo debía haber en ella para que el anciano se hubiese puesto así. Su corazón lo llamaba a hacerlo. No sabía qué era lo que estaba haciendo. Levantó la carta y leyó.

Todo pasaba rápidamente por su mente cual ráfagas. De repente las voces de su familia, de su padre y de los que conoció como amigos. Salió del lugar corriendo, huyendo de las voces, de la verdad, de todo. La gente veía con curiosidad y hasta con desconcierto a aquel joven corriendo a gran velocidad haciéndose paso entre las calles repletas de gente. No veía ni entendía ya nada. Se tapó los oídos pero el ruido no era externo provenía del infierno interior que experimentaba. Siguió corriendo hasta que chocó con alguien. Para este momento las lágrimas corrían libremente por sus mejillas. No le importaba ocultar su estado. Ni siquiera estaba consciente de qué sucedía a su alrededor. La presión emocional era demasiado grande.

Levantó la vista y vio a una mujer de ojos azules que estaban opacados por las lágrimas. No se levantó, no podía hacerlo. Ella lo vio y lo reconoció en el acto. Estaba sentado en el piso llorando como un niño que había perdido a su madre. Ella como siempre olvidándose de sus problemas y anteponiendo los de los demás, se levantó y caminó hasta él. Se arrodilló a su lado y con una de sus manos comenzó a acariciar el cabello del joven. Mucha gente estaba alrededor de ellos viéndolos con caras llena de preocupación y empezaba a oírse los susurros. Más gente se hacía paso para ver la escena. Kaoru levantó los ojos y desafiante dijo a los espectadores:

- ¿No tienen algo mejor que hacer? ¡Lárguense y ocúpense de sus vidas!

La gente no dudó en hacer lo que la mujer pedía ya que la miraba que les lanzaba despedía fuego. Ella volvió su vista hacia el doctor quien ahora recostaba su cabeza en su regazo y seguía llorando desconsoladamente. Sintió su corazón comprimirse y levantó el rostro de Matsue para verlo. En ese estado él podría haberle partido el corazón a cualquiera. Se veía terror, lamento, miedo, soledad y otros sentimientos indescifrables para ella en sus ojos. No estaba aquella seguridad que la animó momentos antes; perdida aquella valentía que impartía con solo una mirada.

- Matsue. ¿Qué ha sucedido? No es el lugar para esto. Por favor levántate, tenemos que irnos.

Matsue movió negativamente la cabeza. No quería moverse, no quería hacer nada.

- Matsue. Iremos juntos al mismo lugar de la mañana. Onegai Matsue ayúdame a hacer esto menos difícil para ti. Ayúdame a ayudarte.- Ante esto Matsue levantó la mirada y la vio directamente los ojos. Tomó una de sus manos entre las suyas y le preguntó con una mirada de desolación absoluta:


- ¿En verdad me ayudarás, Kaoru? ¿Lo harás?

Kaoru solo lo miró sin decir nada por unos segundos. Era la segunda vez que ellos se cruzaban de esta manera y la primera vez él la había ayudado sin pensarlo dos veces y lo había hecho otra vez esta mañana.

Kaoru lo abrazó fuertemente delante de todos los que transeúntes que veían la escena con curiosidad desde lejos y él correspondió el abrazo. A ella le importó un bledo lo que la gente comenzaría a murmurar después de esto. Nunca le importó el qué dirán y no empezaría a hacerlo ahora. Con una voz suave pero lo más reconfortante que pudo le respondió sinceramente:


-


Fue lo único que necesitó Matsue para incorporarse y empezar a caminar junto a ella. No hubo conversación ni hubo palabras entre ellos. Solo se oía a la gente detrás de ellos murmurando acerca de lo que había acontecido y comentando acerca de la relación de aquellas dos personas. Ninguno de los dos le dio importancia al asunto.

Kaoru se alejó con Matsue lentamente para tener una de las conversaciones más importantes de su vida. Ella caminaba a paso firma y ligero al lado del doctor sin saber que en el consultorio del doctor Genzai yacía, aún en el suelo, una carta vieja portadora de la verdad más dolorosa que Matsue había experimentado jamás. Esta decía:


Genzai,


Nadesiko nunca logró olvidarse de ti y me hizo jurarle que te haría saber de esto momentos antes de morir. Matsue es realmente tu hijo y aunque fui yo quien lo crié como si fuera mío, es hora que sepas la verdad. Te privé del derecho de ver a tu hijo crecer al hacerlo pasar como mío. No sabes cuán doloroso fue verlo crecer y con él desarrollando tus rasgos. Pero mi odio hacia ti fue mayor que mi desagrado hacia aquel bastardo. Ya cumplí. Ahora sufre lo que sufrí yo todos estos años sabiendo que mi mujer me había engañado con mi mejor amigo. Aunque no creo que vivas lo suficiente para vivir el infierno que yo viví deseo que sufras al menos una parte de lo que yo lo hice. Consideraré esa mi venganza.

Shinishi Terada.

Continuará...

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Notas finales de la autora:

¡¡¡Minna-san!!! ¿Qué les pareció? Pobre Matsue. ¡¡¡ Déjenme un review por favor y háganme saber sus opiniones!!! ¡¡¡Las necesito mucho!!! Personalmente yo no odio a Tomoe y creo que ella fue el puente necesario entre la conmoción y la paz dentro de Kenshin. Por eso me gusta su personaje pero creo, como le dije a algunos de ustedes que me enviaron un mail preguntándome qué creía al respecto, que la única persona que puede hacer feliz a Kenshin es Kaoru-chan y viceversa!!! ¡¡¡Así que no me maten por incluir a Tomoe aquí!!!

Antes de irme quería decirles esto:

Que esta navidad sea la ocasión propicia para que los lazos que nos unen con nuestros seres queridos se afiancen y para que aprendamos a perdonar y olvidar algunos pequeños cismas que podemos haber tenido con las personas a nuestro alrededor. Que el verdadero significado que trae la navidad, que es la alegría por el nacimiento de Aquel que nos vino a salvar, se vea engrandecida por nuestra firme convicción de cada día ser mejores además de que lo sea por la alegría propia de estar en familia, reunidos como el verdadero núcleo en el que convergen los más sublimes deseos de amor y de paz. Tengan también un excelente Año Nuevo. ¡Y que al poner al niño Jesús en el pesebre este veinticinco de Diciembre sientan la felicidad de saber que el milagro de Dios se renueva cada año! Mis mejores deseos para todos ustedes.

Con mucho cariño,

Shiomei

------------- Agradecimientos particulares -----------

Kayli el ángel diabólico-san: ¿Te gustó el capítulo pasado? ¡Qué bueno! ¿Querías más acción entre Battousai y Kaoru? Bueno, no tenía corazón para torturar más a Kaoru. Espero un review tuyo para este capítulo y tus comentarios. ¡Felices Fiestas!

Laie Himura de Fanel-san: ¡Hola! ¿Nueva reviewer? Gracias por dejarme tu comentario. ¡Eres muy amable! ¿Lloraste de verdad? No sabía que el otro chappie tuvo ese efecto. Personalmente a mí no me gustó mucho. En cambio este está más o menos, creo. ¡Espero otro review y Feliz Navidad y un excelente Año Nuevo!

Akire 777-san: ¡Hola! ¡¡¡Otra nueva reviewer!!! ¡¡¡Estoy muy feliz!!! Gracias por darme confianza para ese examen de aproximadamente un mes pasado. No puedo creer cuánto me demoré para escribir este capítulo. Lo importante es que ya está y es aquí donde realmente comienza a desentrañarse toda la historia. ¡Gracias por tu comentario! ¡¡¡Felices Fiestas!!!

Mer-san: ¡¡¡Gracias por tu review tan lleno de alegría como siempre!!! ¡¡¡Prometo actualizar más pronto ahora que estoy casi desocupada!!! ¡¡¡Chao!!! ¡¡¡Felices Fiestas!!!

Catty_Shenka-chan: Hola amiga ¿cómo estás? ¿Molesta porque no puse en otros fics que sí sabía que habías cambiado de nombre? ¡¡¡Créeme que siempre lo supe solo que me olvidaba notificarte!!! ¡¡¡Gomenasai!!! Te quiero mucho y espero me perdones. Oye, qué día nos ponemos de acuerdo para hablar por el messenger. Déjame decirte que me gustaría conocerte más, ¡¡¡Ya te considero una buena amiga!!! ¡¡¡Nos vemos!!! ¡¡¡Feliz Navidad y Excelente 2003!!!

Kaoru-dono: ¡Hola! No lamentablemente no es Enishi. Pero gracias por ser la única que me siguió la corriente con la adivinanza. Parece que nadie lee mis notas. No los culpo, son estúpidas. ¿Déjame un review sí? ¡¡¡Felices Fiestas!!!

Namida rurouni-san: ¿Otra vez diciéndome ídolo? ¡¡¡Haces que me sonroje!!! De todas maneras gracias por decir que mi fic es bueno; ¡Gracias de todo corazón! ¡¡¡Felices fiestas y déjame un review please!!!

Smcg2: ¡¡¡Gracias por tus buenos deseos!!! ¡¡¡Felices fiestas!!!

Hitokiri Lady-san: Sí comprendo tu situación. Aunque no tengo hermanitos menores ya que soy la menor en mi familia, la vida universitaria me agobia. Ahora estoy de vacaciones y ya no hay estrés. ¿Qué te pareció el capítulo??? ¡¡¡Espero un review!!! ¡¡¡Y los mejores deseos para Navidad y el próximo año!!!

Gaby-san: ¿Buenísimo? ¡¡¡No lo creo pero igual gracias por los ánimos!!! ¡¡¡Espero otro review!!! ¡¡¡ Feliz Navidad y el mejor de los años para el venidero!!!

Kary-san: ¡¡¡Sí sé que soy cruel!!! ¡¡¡ho ho ho!!! ¡¡¡Pero eso es lo que hace al menos algo intrigante este fic!!! Gracias por el review, ¡Espero otro Kary-san! ¡¡¡Felices Fiestas!!!

Mei-chan: ¡¡¡ESPERO QUE YA HAYAS LEIDO EL CAPÍTULO NEE-CHAN!!! TE VOY A MATAR SI NO ME DEJAS UN REVIEW!!! No te deseo Felices fiestas porque igual voy a llamarte a tu casa. Gracias por el apoyo.

Sakura-san: ¡Konichiwa de gozaru yo! ¡Qué bueno que te gustó el capítulo! ¡¡¡Espero que este también sea de tu agrado!!! ¡¡¡Espero tu review!!! ¡¡¡Felices Fiestas!!!

Kaoru_g-san: Esas escenas a las que haces referencia vendrán en los siguientes capítulos. Por el momento me centro en la relación de Kaoru y Matsue. ¡¡¡Gracias por el apoyo!!! ¡¡¡Me encantó tu review!!! Espero me dejes otro. ¡¡¡Felices Fiestas!!!

Tomoe Himura-san: ¡Hola! ¿Sabes? Me gustan tus fics, son profundos. Gracias por el review y me gusta el personaje de Tomoe. Solo que no concuerdo con la idea de que Kenshin debió quedarse con ella. ¡¡¡Espero otro review!!! ¡¡¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!!!

Angel-neon-san: ¡¡¡Ya está actualizado!!! ¡¡¡Gracias por esperar!!! ¡¡¡Espero un review tuyo!!! ¡¡¡Felices Fiestas!!!

Kiyu-san: ¡¡¡Por supuesto que pienso ponerme las pilas (así decimos en Perú ) con este fic!!! ¡¡¡Espero te haya gustado el capítulo!!! ¡¡¡Felices Fiestas!!!

MUCHAS GRACIAS TAMBIÉN A TODOS LOS QUE ESTAN LEYENDO ESTE FIC Y POR ALGUNA RAZÓN NO HAN DEJADO UN REVIEW. SI TIENEN TIEMPO, HÁGANME LLEGAR SUS COMENTARIOS, ¡¡¡LO APRECERIARÍA MUCHO!!! ¡¡¡DOMO ARIGATO DE GOZARU YO!!!

................. HASTA EL PROXIMO CAPITULO.................

"There is in the world none greater force than the force of a man determined to rise"


(Es un pensamiento que lo leí en la academia de inglés a la que voy. ¡No sé quién lo escribió pero me gustó mucho! )