TIEMPO PARA SOÑAR
CAPITULO XI
BEFORE DARKNESS
Las horas transcurrían lenta y monótonamente. La oscuridad había descendido como un manto que cubre el espacio infinito. La espera se hacia cada vez más larga y tediosa, así como la preocupación asediaba lentamente los corazones. La búsqueda realizada había resultado vana, el resultado era siempre el mismo, nada, parecía que su desaparición había pasado a formar parte de uno de los tantos misterios que encerraba el bosque.
A pesar de la lluvia y el frió, que parecía filtrarse entre los huesos, Aoshi permanecía esperando en la penumbra, estoico, intentando divisar más allá de los limites permisibles de la densa lluvia. Al enterarse de la desaparición de Kenshin y Kaoru, su actitud había sido la de siempre, fría y calculadora. Tal vez eso era lo mejor, pensó Misao, porque si él perdía el control o se mostraba inquieto, la desesperación irrumpiría en el espíritu de todos.
Misao volvió su mirada hacia el lugar en el que se encontraba. A pesar de todo, en su mirada había una pizca de preocupación e incertidumbre, imperceptible para muchos, pero no para sus ojos. Eso demostraba que si tenia sentimientos, pero ocultos tras una fría e imperturbable máscara que él había decidido utilizar durante todos los días de su vida, las razones, continuaban siendo un misterio.
Se acerco lentamente hacia él, con una sonrisa, le extendió un pedazo de chocolate que tenia guardado en uno de los bolsillos de su chaqueta. – Hace mucho frío.........., espero que te guste, es mi favorito- dijo mientras se disponía a comer el suyo.
-Vas a mojarte- respondió Aoshi, recorriéndose para que Misao pudiese sentarse y protegerse de la lluvia. Misao, contenta, ocupo el lugar que Aoshi le había ofrecido.
Pasaron unos cuantos segundos antes de que algún sonido se volviese a escuchar en la oscuridad de la noche. –Deberías estar descansando, fue un día muy pesado- exclamo secamente Aoshi.
-La verdad, no podía dormir- exclamo Misao, mientras sus ojos se cubrían por un manto de tristeza que no pasó desapercibido ante los ojos de Aoshi.
-Estas preocupada por tu amiga, ¿verdad?-. Misao afirmo positivamente. –¿La conoces hace mucho tiempo?- preguntó Aoshi mientras observaba a las gotas de lluvia haciendo contacto con el suelo.
-Conozco a Kaoru desde hace aproximadamente un mes atrás. Tras la muerte de sus padres, ella vino a vivir con sus tíos a esta ciudad. Fue en la escuela donde nos conocimos. Recuerdo claramente la primera vez que la vi, estaba siendo reprendida por uno de los maestros, al parecer, como llegue a enterarme después, no pudo encontrar el salón de clases y le llevo un buen tiempo llegar al lugar indicado. Ese mismo día, te conocí en la práctica del club de Kendo- pronuncio Misao, mientras recordaba la primera vez que había visto a Aoshi.
-Ella se encuentra bien, no debes preocuparte- articulo Aoshi, mientras suavizaba su voz para la muchacha. –Ahora, porque no te vas a dormir. Apenas calme la lluvia saldremos a buscarlos, debes descansar un poco-.
Misao se paro, disponiéndose a marchar, apenas avanzo unos pasos cuando la voz de Aoshi rompió nuevamente el silencio: -Misao, muchas gracias por el chocolate- pudo escuchar, mientras todo su espíritu se llenaba de felicidad.
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Los primeros rayos de luz comenzaron a divisarse en el horizonte, algunos traviesos hilillos de luz se colaban a través de las paredes de la caverna iluminándola levemente. Kaoru perezosamente, trataba de evadirlos ocultando la mirada, estaba cansada, deseaba poder continuar durmiendo por unos cuantos minutos más. Podía escuchar una suave voz pronunciando su nombre, intentando despertarla. Murmuro algo inentendible, mientras se acomodaba, para poder continuar durmiendo.
Lentamente, abrió los ojos, manteniendo la cabeza recostada sobre el torso de una persona, no le tomo mucho tiempo darse cuenta que se encontraba recostada sobre Kenshin. El primer pensamiento que surco su mente era el de levantarse rápidamente y pedir disculpas, pero pensándolo mejor, podía parecer una ofensa levantarse de esa manera tan brusca. Le gustaba estar así, a su lado, estaba completamente enamorada de él y ella ya lo sabía hace un tiempo. Continuó con los ojos cerrados, fingiendo estar dormida, disfrutando aquel momento tan especial para ella. Al final, nadie podía culparla por disfrutar aquellos instantes, estaba perdidamente enamorada y ese tipo de cosas escapa al control de cualquiera.
Iluminado por la tenue luz del amanecer, observaba su rostro. Había intentado vanamente despertarla. Quería que el tiempo se detuviese en ese preciso instante y en ese exacto momento, para poder pasar aún mas tiempo de esa manera, junto a ella.
Me muero por
suplicarte, que no te vayas mi vida,
me muero por escucharte, decir las cosas que nunca digas,
mas me callo y te marchas, mantengo la esperanza
de ser capaz algún día, de no esconder las heridas que me duelen al pensar
que te voy queriendo cada día un poco mas…
¿cuánto tiempo vamos a esperar?
Ella estaba a su lado, junto a él. Sentía su pausada respiración mientras dormía y los latidos de su corazón.
Me
muero por abrazarte, y que me abraces tan fuerte,
me muero por divertirte, y que me beses cuando despierte,
acomodado en tu pecho, hasta que el sol aparezca,
me voy perdiendo en tu aroma, me voy perdiendo en tus labios que se acercan
susurrando palabras que llegan a este pobre corazón…
voy sintiendo el fuego en mi interior.
Deseaba fervientemente poder borrar todo su pasado, poder borrar todo lo sucedido y tener la oportunidad de disfrutar de un nuevo regalo que el destino le estaba brindando. La sombra cayo como un velo sobre su mirada.
Me
muero por explicarte, lo que pasa por mi mente,
me muero por intrigarte, y seguir siendo capaz de sorprenderte,
sentir cada día ese flechazo al verte.
¿Qué más dará lo que digan? ¿Qué más dará lo que piensen?
Si estoy loco es cosa mía. Y ahora vuelvo a mirar,
el mundo a mi favor, vuelvo a ver brillar la luz del sol.
Las palabras no eran suficientes para expresar sus sentimientos, ahora comprendía perfectamente lo que significaba amar a una persona con todo su ser.
Me
muero por conocerte, saber que es lo que piensas, abrir todas tus puertas,
y vencer esas tormentas que nos quieran abatir.
Centrar en tus ojos mi mirada, cantar contigo al alba,
besarnos hasta desgastarnos nuestros labios.
Y ver en tu rostro cada día, crecer esa semilla, crear, soñar,
dejar todo surgir, aparcando el miedo a sufrir **.
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-Y, me quede recostada sobre él, sin darme cuenta- se escuchaba pronunciar a una muchacha en una de las carpas.
-No sabia que tenias ese tipo de habilidades, Kaoru- pronuncio Misao, mientras sonreía maliciosamente.
-Misao, ya te dije que no pasó nada- sentenció la muchacha mientras negaba con la cabeza.
-Aja, seguro............ Pero dime, ¿qué hiciste cuando te diste cuenta que estabas recostada sobre él?- exclamo Misao, con una típica curiosidad femenina.
-Me quede ahí- exclamo simplemente la muchacha. Misao se quedo anonadada ante la simple y sencilla respuesta de su amiga, mientras sonreía confundida. –Lo más terrible fue al momento de pararme. No te imaginas lo avergonzada que me sentí- agrego Kaoru mientras recordaba lo sucedido en la cueva y sus mejillas se teñían de un suave color carmesí.
Misao sonrió. –Pero, ¿qué fue lo que le dijiste en ese momento?-.
-No recuerdo muy bien. Creo que murmure algo como unos buenos días y que cómo había dormido. Además, recordando la forma en la que me porte la noche anterior me sentía un tanto avergonzada-.
-¿Un tanto?- interrumpió Misao.
-Está bien…… bastante avergonzada- comento resignada Kaoru.
-Kaoru, vanos, continua…….- suplico Misao.
-Pues el resto de la historia ya la conoces. Salimos de la cueva y caminamos por los alrededores tratando de encontrar el campamento o por lo menos, acercarnos un poco más. Kenshin tiene un excelente sentido de orientación, lástima que yo no lo sabia antes- comento Kaoru. –Después de unas cuantas horas, los encontramos a ustedes o ustedes nos encontraron a nosotros, la verdad no estoy muy segura-.
-Si relatas los hechos de esa manera tornas a toda una travesía en un simple paseo por el campo- exclamo un tanto enfadada Misao, al tiempo que observaba el rostro de su amiga sumido en la densa oscuridad de la noche.
-Misao………. Lo siento. Pero tengo demasiado sueño, tanto, que siento que los párpados me pesan una tonelada y me es imposible mantenerlos abiertos unos minutos más- murmullo Kaoru, cerrando los ojos y acomodándose para dormir en su sleeping.
-Está bien- exclamo resignada Misao. –Pero prométeme que me contarás mañana todo lo sucedido, hasta el más minúsculo detalle. ¿Lo prometes?-.
-Te lo prometo- murmullo Kaoru, más dormida que despierta. –Buenas noches, Misao-.
-Buenas noches, amiga. Me alegra que no te haya sucedido nada malo- respondió tiernamente la muchacha, transportándose rápidamente al mundo donde cualquier fantasía de nuestros corazones puedes hacerse realidad.
El silencio reinaba en el campamento. La mayoría yacía en sus respectivas tiendas durmiendo, después de haber superado un momento de gran tensión sin contratiempo alguno. Pero en la oscuridad de la noche, se divisaban dos sombras moviéndose cuidadosamente a través de la maleza, evitando realizar cualquier sonido que quebrase el sueño de los presentes.
-¿Lo tienes?- preguntó una voz masculina.
-Si. ¿Pero, cómo abriremos la carpa sin que se den cuenta?- inquirió la segunda voz.
-Están muy cansadas por lo sucedido la noche anterior. Es nuestra oportunidad, no podemos desecharla-.
Tratando de realizar el menor ruido posible, corrieron lentamente el cierre de la carpa. –Shhhh- murmullo uno de ellos mientras señalaba a una de las muchachas.
La otra persona entendió la señal claramente, sacando algo de su bolsillo y vaciándolo sobre la cabeza de ambas muchachas, profundamente dormidas, mientras que sus rostros denotaban el enorme esfuerzo que realizaban para evitar reírse y quebrar el silencio de la noche. Cuando finalizaron esta operación, ambas sombras se desvanecieron en la oscuridad de la noche de la misma manera en la que habían llegado.
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Kaoru despertó al sentir la calidez del sol que hacía contacto con su piel. Por unos cuantos minutos se mantuvo en esa posición, intentando conciliar el sueño nuevamente. Pero por más que lo intentase no podía lograrlo, un pensamiento aguijoneaba su mente, o más exactamente, alguien ocupaba el espacio de sus pensamientos y le robaba horas de sueño.
Se reprendió a sí misma, nunca le gusto nada de las cursilerías que trae consigo el hecho de estar enamorada, pero nunca antes se había enamorado de una persona. Por más extraño que parezca, sentía un intenso olor a menta envolviéndola, lo que estaba comenzando a producirle un intenso dolor de cabeza. Tratando de percibir de donde provenía aquel olor, se levantó de su bolsa de dormir y paso una de sus manos por su hermosa cabellera.
Misao se despertó sobresaltada por el grito de Kaoru. Inmediatamente se torno hacia ella para poder conocer la razón de su angustia. -¿Qué es lo que te sucedió?- pregunto Misao sorprendida por lo que veía. Kaoru simplemente le señalo su cabeza. Instintivamente, Misao toco su cabellera, la inquietud se reflejaba en su rostro, tenía todo el cabello embadurnado de pasta dental, al igual que el cabello de Kaoru.
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Las estruendosas risas de ambos muchachos se escuchaban en el silencio del bosque.
-Seguro que las pobres se están muriendo de la pena- exclamó Sanosuke mientras tomaba un poco de aire después de tanta risa.
-Se lo tenían merecido. Después de lo del repelente y la bromita que nos jugaron- exclamo Enishi, recordando las penurias por las que tuvieron que pasar gracias al sentido del humor que tenían las muchachas.
-Shhh, pueden oírnos- exclamo Sano, tapándole la boca a Enishi. –Están saliendo de la tienda-.
-Parece que se dirigen al río. Su cabello debe estar hecho un asco, no quiero perdérmelo. Vamos, sigámoslas-. Ambos partieron detrás de las muchachas para poder ver los resultados del paseo que habían tenido la noche anterior.
Lo que ninguno de los dos pudo notar fue la cercanía de otras personas, cuyos oídos lograron captar algunas de las palabras transportadas por la suave brisa.
-Creo que tienen algo entre manos- murmuro Kenshin.
-Será mejor que los sigamos y descubramos que es. Aquellos dos juntos son capaces de cualquier cosa- contestó tranquilamente Soujiro.
Lo único que Aoshi logro ver eran las figuras de ambos muchachos dirigiéndose en la dirección en la que se encontraba el río. No le quedaba más remedio, esta vez él tendría que preparar el desayuno en vista que todo habían decidido ir nadar al río.
-Finalmente llegamos- exclamo Sano agitado después de la carrera que habían emprendido buscando a las muchachas.
-Te dije que estarían por estos alrededores- afirmó Enishi, señalando en la dirección en la que se encontraban las muchachas, para luego quedarse con la expresión de embobado en el rostro. Sano, sin entender la razón de su actitud, dirigió su mirada hacia el lugar en el que se encontraban Misao y Kaoru para quedarse con la misma expresión que Enishi tenía desde hace unos instantes.
Apenas Soujiro y Kenshin arribaron al lugar, se encontraron con un par de muchachos ensimismados en observar algo detrás de los arbustos. En cuanto Sano y Enishi se dieron cuenta que había alguien detrás de ellos, se giraron rápidamente para descubrir quien se encontraba detrás de ellos, para encontrarse con nada menos que Kenshin y Soujiro.
Mientras Kenshin trataba de averiguar que era lo que hacían en ese lugar, obteniendo respuestas monosilábicas e incompresibles, Soujiro decidió investigar por sí mismo que era lo que había logrado captar su atención. Soujiro nunca imaginó lo que estaba a punto de observar. La faltaron las palabras. Aún sorprendido por lo que había logrado observar se giró hacia Kenshin, jalándolo de una de las mangas de su polera, dirigiendo su mirado hacia el lugar en el que se encontraban las muchachas.
Sintió que la respiración se le detuvo, ahí se encontraba Kaoru tomando un baño, sin ropa alguna. El rió no permitía ver su silueta completamente, pero revelaba las delicadas formas de su cuerpo, dejando el resto a la imaginación. Sin pensarlo dos veces se giró nuevamente, esa imagen era demasiado sagrada para ser observada por alguien, inclusive él mismo.
Le costo mucho trabajo, pero logro que finalmente Sano y Enishi se marchasen del lugar y dejaran de observar a las muchachas. Tanto Soujiro como él decidieron quedarse para asegurarse que ninguno de los dos regresase para fisgonear ni Kaoru o a Misao. De repente, escucharon una rama quebrándose. Ambos se dirigieron hacia el lugar donde hace unos instantes estuvieron escondidos Sano y Enishi, buscando con la mirada a las muchachas desde ese lugar.
-¿Buscaban algo?- escucho Kenshin pronunciar detrás de él. No podía equivocarse, esa era la voz de Kaoru y sonaba a que se encontraba muy enfadada. Dio media vuelta, con una sonrisa nerviosa en el rostro, tenía que pensar en una muy buena explicación para encontrarse en ese lugar y en ese instante…………
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-Odio cocinar, odio cocinar, odio cocinar- murmuraba Kaoru entre dientes al mismo tiempo que rebanaba unas zanahorias y también sus dedos.
-Yo no creo que sea tan malo- contestó Kenshin ante el comentario. Una mirada gélida fue la única respuesta por parte de la muchacha.
-¿Aún estas molesta?- pregunto Kenshin mientras trataba de que su rostro adquiriese la expresión más inocente que tenía. –Si ya te lo explique todo-.
-Aja, y tú crees que me voy a creer ese tipo de explicaciones?- exclamo la muchacha mientras agitaba, amenazadoramente, el cuchillo que había estado utilizando para picar las zanahorias.
-Kaoru, créeme, nunca haría algo como eso- murmuro Kenshin.
Kaoru lo miro directamente a los ojos, como buscando algo que revelase su culpabilidad en ellos. Pero no encontró absolutamente nada, solo se perdió en la mirada de esos hermosos ojos violeta. –Creo que no me queda nada más que creer tu versión de la historia- repitió resignada, era imposible molestarse con una persona como Kenshin.
Kenshin sonrió. No le gustaba que la gente estuviese molesto con él, menos Kaoru. Kaoru le contesto con una de sus bellas sonrisas antes de tener un repentino interés en picar zanahorias y concentrar toda su atención en esa tarea. Kenshin también pensó que lo mejor sería terminar de preparar el almuerzo. Esta tarde volverían a la ciudad, el campamento estaba llegando a su fin. De pronto, los lamentos de Kaoru se escucharon. Kenshin se dirigió hacia ella con otra bandita, esta era la tercera vez que se cortaba intentando picar dos zanahorias.
Después de unos cuantos contratiempos, como el que Kaoru había quemado por segunda vez el arroz, el almuerzo estaba dispuesto. En realidad todo se veía delicioso gracias a las habilidades de Kenshin en la cocina.
-No puedo creerlo. ¡Soy malísima en la cocina!- comento irritada Kaoru.
-Vamos Kaoru, no fue tan malo- exclamo Kenshin mientras observaba la extraña mezcolanza que Kaoru había decidido llamar arroz depositada en una bolsa para basura.
-Pero, no lo entiendo. ¿Cómo es qué eres tan buen cocinero?- pregunto la muchacha intrigada por la curiosidad.
-Una de mis tareas es hacerme cargo de mi casa, eso incluye la cocina- dijo Kenshin mientras preparaba los últimos detalles del almuerzo. La imagen de un Kenshin-ciento vino a su mente. Una sonrisa se dibujo en su rostro ante la ocurrencia que había tenido. Kenshin sonrió confundido.
-¡¡COMIDA!!- se escucho el grito unísono de Misao y Sano, al mismo tiempo que ambos tomaban sus respectivos platos devorando sus concernientes raciones.
Aoshi asintió satisfecho. Su objetivo había sido cumplido. A pesar de todos los contratiempos y peleas que surgían entre los jóvenes, todos habían aprendido a llevarse por lo menos, civilizadamente.
-Aoshi, acabo de rescatar su almuerzo del pozo sin fondo que es Sano- exclamo Misao lo suficientemente fuerte como para que Sano la escuchase entregándole su ración a Aoshi, preparándose para una nueva pelea con Sano.
Él no entendía la actitud de la muchacha, a pesar de su extrema frialdad, parecía que ella, inclusive, podía disfrutar de su compañía. Era verdad que a pesar de la barrera que siempre había construido para todos, Misao era una especie de espectro que podía atravesar ese muro y descubrir aspectos en él ignorados hasta ese instante. Notaba la ternura y calidez que el espíritu de Misao irradiaba, pero no estaba seguro si era correcto que él fuera la persona que debía recibir esa clase de atenciones………
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El bosque se iba quedando cada vez más atrás. El hermoso paisaje del que habían disfrutado durante los últimos tres días en la reserva forestal no era más que un vivo recuerdo en la mente de todos. Pero en la mente del pelirrojo no rondaban simplemente paisajes, sino la viva imagen de una muchacha recostada sobre él empapada por la lluvia en la oscuridad de una cueva. Observo a la muchacha charlando animadamente con Misao y Soujiro. No podía ignorar lo que sentía por ella, era un sentimiento que crecía con el paso de los días. Nuevamente volvió la mirada hacia ella, ella simplemente le sonrió tiernamente, aquella sonrisa que le daba era capaz de transformar toda su aflicción en esperanza. Solo ella era capaz de lograr crear ese sentimiento en el fondo de su ser, todo se tornaba diferente si ella estaba a su lado.
-Debes decírselo- comento Sano mordisqueando una manzana. Kenshin lo miro confundido. –No te hagas al tonto, te conozco hace mucho tiempo. La quieres, ¿verdad?-. Kenshin solo pudo asentir afirmativamente. –Entonces debes decírselo lo antes posible- afirmo Sano.
-Pero……….- exclamo Kenshin sin terminar su frase.
-No es justo para ella y tú lo sabes. Debes ser honesto con ella y explicarle la situación, estoy seguro que te entenderá-. El silencio fue la única respuesta, Kenshin observo a través de la ventanilla. ¿Tendría el valor para enfrentar a Sayuri?, no estaba muy seguro de cómo tomaría las cosas, pero lo mínimo que ella se merecía era saber la verdad.
-Si tienes la oportunidad de ser feliz debes aprovecharla- exclamo Aoshi con su típico mutis tomando parte de la conversación.
Él volvió la vista nuevamente hacia Kaoru. No estaba seguro cuáles eran los sentimientos de ella hacia su persona, pero de algo estaba seguro, no podía continuar engañándose. No importaba lo que sucediese, él tenía la oportunidad de ser feliz, después de todo. Ella había venido como un regalo del cielo y él no podía desaprovechar una oportunidad cómo esta, a pesar de las enormes dudas que se cernían ante él.
Estaba decidido, iba hacer algo que debía haber realizado hace mucho tiempo, dejar el pasado en el pasado …………
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Finalmente, después de unas horas de viaje, arribaron a la ciudad. La paz y la tranquilidad que habían experimentado en el bosque se veían contrarrestadas por el enorme movimiento que existía en la ciudad. Misao observó a través de la ventanilla del autobús. Podía observar a muchos padres esperando el arribo de sus hijos, inclusive en ese lugar se encontraba el tío de Kaoru en su típica pose, con cigarrillo en mano recostado sobre una de las paredes. Deseaba con todas sus fuerzas que sus padres también se encontrasen ahí esperándola, pero resultaría inútil malgastar su tiempo en ese tipo de deseos; sus padres se encontraban en uno de sus tantos viajes de negocios.
Desde que había tenido memoria, siempre era lo mismo, eran escasos los momentos grabados en su mente en los que ella había podido disfrutar en compañía de sus padres. Cuando aún era una niña, pensó que sus padres habían deseado no tener hijos, recordaba cómo se lamentaba día tras día por haber hecho infelices a aquellas personas que ella tanto quería. Con el paso de los años, pudo finalmente entender que sus padres realizaban todo su trabajo para que ella pudiese gozar de todo lo que a ellos sus padres no les habían podido brindar. Esa era la manera en la que sus padres manifestaban su enorme amor por su única hija, tal vez no era el más apropiado, pero era la viva manifestación de su afecto. Misao, entregaba a su padre el alma y a su madre, el corazón; pero a pesar de eso, existían días en los que la soledad nublaba su corazón.
Sumida en lo profundo de sus recuerdos, Misao no se percato de que Aoshi estaba delante de ella esperando que tomase su equipaje para poder bajar el autobús, hasta que se encontró cara a cara con él y su interrogante mirada. La expresión en el rostro de Aoshi presentaba la típica frialdad de siempre. Era verdad que él era unos cuantos años mayor que ella. Tal vez lo veía como un sustituto de su padre debido a la soledad de la que había sido presa en su niñez, pensó. No, el sentimiento era muy diferente, no se trataba de cariño o admiración, ni tampoco atracción, se trataba de algo mucho más profundo.
Misao fue la última en descender del autobús. La pesada mochila que había llevado no le había sido de mucha ayuda, ni en el momento de descender. Apenas sus pies hicieron contacto con el suelo, se encontró delante de ella con una imagen que estaba desgarrando por completo su ser. Frente a ella se encontraba Aoshi, a su lado, sujeta de uno de sus brazos, se encontraba una hermosa mujer.
-Quiero presentarles a mi prometida, Sakamoto Mai- escuchó la voz de Aoshi pronunciando esas palabras. Palabras que había traspasado su corazón como filosas espadas, deshaciéndolo en mil pedazos.......................
CONTINUARA........
Notas de la autora:
Finalmente esta listo un nuevo capítulo. Intenté realizarlo lo más pronto posible, pero la inestable situación por la que está atravesando mi país no era una de las mejores fuentes de inspiración. Espero que este capítulo sea de su agrado, a pesar de que es un capítulo de transición, puse lo mejor de mi parte para hacerlo lo más interesante posible y que complemente los sucesos de la historia.
** La letra de esta canción pertenece a Alex Ubago y lleva por título "Sin miedo a nada". Me pareció que expresaba muchísimo mejor la letra de esta canción todas las emociones de Kenshin en ese preciso instante. Espero que les haya gustado esta idea......
Quiero agradecer a todas esas personitas tan valiosas para mí que se toman el trabajo de leer esta historia y dejarme un review, principalmente a:
Miyuki Kobayakawa: Hola amiguita!!!. Jejeje, me alegra un montón que te agradase las escenas de Kenshin y Kaoru, la verdad, yo también me divertí escribiéndolas. Espero que disfrutes de este capítulo, lamento la enorme espera, pero mi país atravesaba una difícil situación. Muchísimas gracias por todo tu apoyo, te lo agradezco desde lo más profundo de mi corazón.........
Mer1: Me dio mucha alegría volver a escuchar noticias tuyas. Espero que este capítulo sea de tu agrado. Muchas gracias por todo tu apoyo!!. Espero recibir noticias tuyas prontito.....
Madam Spooky: Amiguita, no sabes lo agradecida que estoy por tus comentarios. Es un honor que te agrade la manera en la que escribo, considerando la gran escritora que eres. Espero no desilusionarte con la escenita de la cueva, pero, después de muchas revisiones, decidí que esa era la manera en la que se debía desarrollar la historia. Lamentablemente, por más que el capítulo estuvo listo mucho antes, no tenía muchos ánimos debido a difícil situación que vivía mi país. De todas maneras, espero que te agrade este capítulo. Muchísimas gracias, desde lo más profundo de mi ser. Espero recibir noticias tuyas prontito......
Naoko Lizi Kinomoto: Itashimatte!! Es todo un gusto conocerte. Te agradezco un montón por tus comentarios, en realidad, me alientan a continuar escribiendo. Te pido mil disculpas por la enorme demora, pero espero que la espera haya valido la pena y que disfrutes de este capítulo. Muchísimas gracias por tu apoyo!!!!
Michere-Meinu: Jejeje, pues como veras aún tengo mis planes para lo que es Misao, Soujiro y Aoshi, espero que no me mates por lo que sucede en este capítulo, pero créeme, esto tornará a la historia mucho más interesante. Esta vez no hay muchas escenas de K/K, pero prometo que intentare satisfacer tus deseos en los siguientes capítulos. Mil gracias por tu apoyo!!!!!
Keiko: Me alegra un montonzote al enterarme que disfrutaste de la escena de K/K, que ya llevaba bastante tiempo rondándome la cabeza. Lamento la enorme demora en la actualización pero espero que haya valido la pena. Agradezco de todo corazón tu apoyo.....
Alina: Pues que te puedo decir, finalmente tuve el valor de mostrarte el trabajo que me robaba horas de estudio ñ_ñ. Me alegra que lo hayas disfrutado. No me quedó más remedio que rendirme ante tus exigencias y ponerme a escribir este capítulo lo antes posible. Muchas gracias por tus ánimos e ideas, TQUM!!!!! Sabes que cuentas conmigo siempre, ok??
MUCHÍSIMAS GRACIAS MINNA-SAN!!!!
Próximo capitulo: DOMINO DANCING......
Me siento honrada al saber que dispones de un poco de tu tiempo para leer esta historia. Por favor, te ruego que te animes a darme a conocer tus opiniones, criticas o comentarios dejándome un review. Tus opiniones son muy valiosas para mí, así que review onegaishimasu!!
Atentamente;
Moonlight
"La esperanza es un árbol en flor que se balancea
dulcemente al soplo de las ilusiones"
Catalina Severo
