Reviews: (un montón, que emoción)
Maika Yugi: yo tengo también varias expansiones, da para mucho.
Miyu WG: Que prisas, todo se andará, tranquila.
Kami-chan: ¿Hijo de Draco? Bueno, no exactamente.
Minue: Gracias : )
Wilbur: No te preocupes, yo tengo un lío ahora, tengo los sims instalados con diferentes expansiones en dos ordenadores : S
Ginny132002: Bueno, eso ya se verá. De todas maneras, el rubio y el moreno también da pelirrojo :P que mala soy.
CurisofGold: Sí, Flora es hija de Neville, claro. Y todos los Weasley han seguido el camino de los padres.
Kmila: : $ Pobre hermano tuyo, ahora me va a odiar. Pero me alegro que te guste.
Agatha L: Pues aquí llegó.
Aiko_87: Wenas, ya sé que no te he escrito : ( perdón. Lo haré en breve y te cuento lo que te puedo mandar, ok?.
Un gran giratiempo
Capítulo 3: En el gran comedor.
(Si quieres ver un dibujo que hice sobre el hijo de Harry en el momento del viaje, pon este link en la barra: http://galeon.com/jara_a4/JPotter1.jpg, sí, ya está, es que la otra vez no lo había subido : P, la verdad es que no quedaron muy allá escaneados, pero a mí me gustan. ¡Ah! Puse también lo de los otros hijos, igual pero en vez de Jpotter1.jpg, tienes que poner LPotter1.jpg, Kpotter1.jpg y JoPotter1.jpg, ten en cuenta que son dibujos basados en cuando son mayores, y que sólo están en parte coloreados.)
Llegaron poco después al comedor. Como bajaron tan tarde ya estaba lleno cuando llegaron. La expectación que Harry levantaba normalmente cuando entraba en algún lugar nuevo, no era nada comparado con lo que les esperaba al pasar la puerta. Ni tan siquiera Harry hubiera supuesto que todo Hogwarts se hubiese vuelto de tal manera a verles entrar. Incluyendo profesores, que indudablemente habían sido ya avisados por Dumbledore. Se quedaron por un momento en la puerta, los cuatro Gryffindors y los cuatro nuevos Potters, sin saber muy bien qué debían hacer.
Harry tosió un poco llamando la atención de sus amigos y se fue a sentar a la mesa de Gryffindor, seguido por sus tres amigos. Él ya estaba acostumbrado a que lo mirasen y tenía hambre, parecía que por fin había recuperado un poco la calma. Cuando llegaron a la mesa de Gryffindor, los recién llegados comenzaron a avanzar hacia la mesa de los profesores, con las niñas aún en brazos. James en ese momento comenzó a ponerse rojo, y decidió no mirar nada más que al frente, evitando las miradas de los demás.
- Buenos días, director - dijo cuando llegó hasta Dumbledore - Buenos días, profesores.
- Buenos días, señor Potter - Contestó amablemente Dumbledore - ¿Qué tal han dormido?
- Bien, gracias - Contestó Flora - Si no es mucha molestia quisiéramos comer algo, más que nada por los niños.
- Sí, claro. Ahora mismo traeremos más sillas, - dijo mientras miraba elocuentemente a McGonagall - se sentarán con nosotros si no hay problema.
James miró a su alrededor. Lo único que les faltaba a su recién adquirida fama era desayunar en la mesa de profesores delante de todo el mundo. Flora pareció leerle el pensamiento.
- Disculpe, - dijo ésta llamando la atención de todos - pero... preferiríamos comer en las cocinas.
Dumbledore la miró y asintió sonriendo - Claro, aguarden un momento mientras llamo a alguien para que les guíe - dijo mientras comenzaba a levantarse.
- No hace falta, - argumentó James mientras bajaba a la pequeña Katheleen al suelo y cogía su mano y la de su mujer - ya sabemos el camino. Vamos, Flora. - Todo el camino de vuelta hacia la puerta, lo hicieron con el mismo número y el mismo estilo de miradas sobre ellos.
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Al ser fin de semana, lo normal hubiera sido que, en cuanto hubieran acabado de desayunar, un tropel de niños y adolescente hubiera invadido los terrenos de Hogwarts, sobre todo teniendo en cuenta el buen tiempo que hacía fuera. Sin embargo, desde ayer por la noche, Hogwarts no parecía el mismo colegio de siempre. De echo, si alguien hubiera entrado en el comedor en ese mismo momento, hubiera pensado que era hora de comer de nuevo. Nadie, desde que acabaran el desayuno, se movió de su asiento. En todo el desayuno, apenas se oían comentarios curiosos y en la mesa de Gryffindor muchos preguntando a Harry, Ginny, Hermione y Ron. Ellos no hablaban mucho, sin embargo. Sólo cuando Neville, que estaba sentado cerca de Harry, les preguntó quienes eran exactamente, pareció reaccionar Harry. Éste llamó la atención a los otros tres y le dijo a Neville que esperase.
- Voy a hacerlo, chicos, - dijo bastante bajo.
- ¿Qué vas a hacer qué? - preguntó Ginny, que estaba sentada justo a su lado.
- Voy a hablar con Neville, él también necesita saberlo.
- Harry... no creo... - Hermione comenzó a hablar, pero Ron no la dejó continuar.
- Si Harry cree que es lo correcto..., al fin y al cabo Neville también tiene que ver en esto. - Harry afirmó con la cabeza y lo miró sonriente y complacido.
- Sólo... - comenzó Ginny, pero se paró.
- ¿Qué, Ginny? - Preguntó Harry, pero la chica no parecía dispuesta a continuar, sólo miraba su plato. Harry apoyó la mano en su espalda, como dándola ánimos. - Ginny. - Con la mano en esa posición, Harry notó cómo la chica cogía aire antes de contestar.
- Sólo ten cuidado - Harry se sorprendió un poco cuando Ginny levantó la cabeza y lo miró, estaba roja pero tenía los ojos llenos de convicción. - Neville es muy sensible. No se lo va a tomar como tú. Y alguien podría oír, no es bueno hablar ahora. Habla con él si estás convencido, pero después. No es buen momento.
Harry la miraba con la misma expresión convencida. Se acercó un poco a ella y le dijo - Gracias -. Se acercó un poco más y le dio un beso en la mejilla. Luego marchó al lado de Neville para hablar con él. Mientras podía oír como Ron y Hermione comenzaban una pelea por lo que él acababa de hacer, aunque no oyó que Ginny se quejara para nada.
Se acercó a Neville, que aún lo miraba. - Neville, - le dijo acerándose a su oído - luego tenemos que hablar.
Neville afirmó con la cabeza y Harry volvió a su sitio. Poco después, James, Flora y las niñas volvían a entrar al comedor, pero esta vez no parecieron amedrentarse por las miradas y se dirigieron hacia la mesa de los profesores rápidamente. James habló un rato con Dumbledore y éste afirmó con la cabeza, luego se levantó y pidió silencio en el comedor, cosa que no hubiera hecho falta, ya que el silencio era casi total.
- Por favor, silencio. Cómo todos sabéis, estamos sufriendo desde ayer una situación un tanto especial, que, no dudo, os llenará de expectación a muchos, y de preocupación a otros. Sin embargo, a pesar de lo extraño y peculiar de esta situación, tanto profesores, como visitantes cómo yo mismo, estamos de acuerdo en que no se os debe ocultar nada. Como todos sabemos, estos son tiempos difíciles, y la ignorancia, en este caso, no da la felicidad. - Llegados a este punto, Dumbledore hizo una pausa y miró a todos los alumnos. - Sabemos que los viajes en el tiempo existen, no sólo que existen sino que son posibles con pequeños utensilios no al alcance de la mano de todo el mundo. Por eso ésta es una visita especial. He de reconocer que, aun hoy, no comprendo los objetivos finales de este viaje, pero estaré encantado en descubrirlo con todos ustedes. Sin embargo, quiero que tengan en cuenta también que todo lo que vean u oigan con respecto a este tema es relativo, todo puede cambiar, o seguir igual. Todo es factible de cambio, y todo es factible de permanencia. No den nada por sabido, por favor. - Dumbledore volvió a pararse. Se irguió aún más y señaló con la mano a James y las demás. - Os presento a James y a su mujer Flora. Adelante James, todos tuyos.
- Gracias, - dijo éste mientras se giraba para ver a los alumnos. Flora a su lado mantenía agarradas las manos de las dos niñas. - Como ya ha dicho Dumbledore, me llamo James, y ésta es mi esposa, Flora. Estas dos niñas son mis hijas, Kathleen y Rose. Algunos se sorprendieron ayer en el pasillo con nuestra entrada. He de decir que nosotros también lo hicimos. - Lo único que se oía en ese momento era a la profesora Trelawney, que, sentada en la mesa de profesores, no dejaba de susurrar algo como "a mí no". - No sabemos exactamente por qué estamos aquí, ni para qué. Mi madre fue la que nos envió, dándonos unas series de pautas que son las que vamos a seguir. No puedo, ni quiero, contestar a todas las preguntas. Cómo ha dicho Dumbledore, el futuro es relativo, y no creo que sea bueno saber demasiado. - James inspiró profundamente antes de volver a hablar, acumulando fuerzas para lo que se le avecinaba. Observó en ese momento la mesa de Gryffindor, en un extremo, y vio allí a Harry, Ginny, Ron y Hermione que lo miraban expectantes, pero también reconoció más caras, en las que hasta ahora no había prestado atención. Vio a Neville cerca de su padre con cara expectante. Cerca también encontró a Parvati y Lavander, le pareció curioso el aspecto que tenían. A Dean, a Seamus. Mucha gente de esa casa le sonaba. Amigos de sus padres. Luego pasó a Hufflepuff, trató de reconocer a alguien, pero costó más, finalmente diferenció al final de la mesa a Hannah Abbot y Susan Bones. Luego, en Ravenclaw, vio a Cho Chang. Y más allá, en Slytherin, vio lo que preferiría no haber visto, a Draco Malfoy, Pansy, Crabbe, Goyle y Milicent.
- James - Flora le tiraba de la manga en ese momento - habla ya o se aburrirán.
Se dio cuenta en ese momento de que llevaba un rato callado. - Sí, lo siento. Bueno, hemos retrocedido mucho en el tiempo, así que no sé muy bien como van las cosas aquí, pero supongo que parecidas, cuatro casas, sombrero seleccionador... - algunos de los alumnos asintieron, James parecía estar recordando viejos tiempos. - Me llamo James, James Potter. - Ante ese comentario, un rumor surgió en toda la sala. James decidió seguir hablando. - Mi padre, como ya habréis supuesto, es Harry Potter. - En ese momento muchas sillas se giraron hacia donde se encontraba Harry, pero este no dejó de mirar a James. - No soy su único hijo. Ésta, como ya he dicho, es mi esposa, Flora. Su padre y su madre, están presentes en esta habitación, pero por deseo de ella no diremos quienes son. - Todo el mundo en ese momento parecía buscar a dos personas con algún parecido con Flora. - Las dos pequeñas son nuestras hijas, con lo que se entiende que son nietas de Harry, por lo que podéis suponer de cuanto tiempo adelante venimos, y no son sus nietas más mayores. Podría ahora deciros una lista de mis amigos y compañeros, ya que de seguro muchos son hijos vuestros, pero no voy a hacerlo. Aunque apellidos como Chang, Weasley, Abbot, Thomas, Longbottom, Finnigan o incluso Malfoy, pudieran deciros algo, seguro que no apreciaríais saber demasiado. - Después de la retahíla de apellidos, todo Hogwarts parecía alterado. - No sé que deciros, porque no sé hasta dónde deberíais saber. Puedo deciros que los nuestros son tiempos pacíficos. Que no tenemos ningún problema con Voldemort gracias a muchos de los presentes. Que el trabajo de auror es ahora uno de los más aburridos, aunque siempre hay pequeños temas que tratar. Los mortífagos hace años que desaparecieron, los dementores ya no controlan Azkaban, existe un Ministerio de Magia internacional efectivo y las criaturas mágicas peligrosas están controladas desde hace años. Claro que también tenemos nuestras cosas malas, como el excesivo uso de objetos muggles o las rebeliones de duendes, pero ninguno como por lo que vais a tener que pasar. - James paró. No sabía que decir realmente. Esperaba que alguien lo cortara y le preguntara algo, aunque tampoco sabría que contestar. - Er..., ¿alguien quiere saber algo?
Algunas manos se levantaron tímidas. James señaló una de Ravenclaw.
- Ho... hola, yo... yo quisiera saber... bueno, e... esto es casi una guerra, con... El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado y todo eso que empezó el año pasado y...
James la ayudó - ¿Quieres saber cómo acabó todo eso? - La chica asintió. - Bueno, empezamos por lo difícil. No creo que pueda contestar. Bueno, yo no estaba. Y creo que no sería bueno que os lo contara. ¿Algo más?
- ¿Por qué no dices nada concreto? - dijo una chica de Ravenclaw - sólo sabemos seguro que eres hijo de Harry Potter, pero apenas nada más. - Hubo muchos murmullos de aprobación a la pregunta.
- Bueno, eso tampoco lo sabríais sino hubiera sido un bocazas. Es que no quiero deciros nada concreto, no quiero que nada os condicione. Si hace años alguien hubiera venido a decirme que me casaría con Flora, tendría hijos, un trabajo como el que tengo y que iba a tener que ver con el fin del levantamiento de los duendes de hace unos años..., bueno, no lo hubiera asimilado bien, creo. - La gente pareció comprender, pero en ese momento se oyó una risa que James odiaba y que hizo temer a Flora lo peor.
- ¡Oh, vamos Potter! No seas exagerado - Draco Malfoy se levantó de su asiento dando mayor teatralidad a lo que decía - todo el mundo quiere saber su futuro, sobre todo si es bueno. No se lo cree nadie que no puedas hablar por asustarnos. - Algunos Slytherins rieron.
- Señor Malfoy... - Snape parecía dispuesto a reñirle en ese momento, pero James lo paró con un gesto de la mano.
- Déjenle hablar.
- Eso. Pues te digo, Potter, que todos queremos saber. De seguro a tú papá - dijo con mucha sorna - le habrás contado más cosas que a nosotros. Y eso no es justo.
- ¡Je! Mira quien fue a hablar de justicia. - Dijo irónicamente James.
- James, por favor. - Flora trataba de calmar las aguas, pero no parecía conseguirlo.
- Eso, hazle caso a tu mujer y deja de decir tonterías, queremos saber. Quiero saber. - La mirada de los dos asustó en ese momento incluso Harry.
- Señor Malfoy, no creo... - Dumbledore fue detenido por el mismo gesto que hacía unos momentos había detenido a Snape.
- Por favor, déjenle acabar.
- Nos lo debes Potter. Por haber aparecido de golpe. No puedes aparecer por las buenas y dejarnos a medias. ¡A quien le importa la guerra!. Queremos saber de nosotros. Habla.
- ¿Es una orden? - preguntó James serio.
- Puede - contestó Draco serio.
James bajó de donde se encontraba la mesa de los profesores mientras que su mujer trataba de pararlo, parecía saber exactamente dónde iba.
- ¡No, James, por favor!
- ¡Déjame, Flora, él quiere saber, pues va a saber! - La chica lo soltó definitivamente y James marchó a toda prisa hacia la mesa de Gryffindor. Cogió a Ron de la túnica, lo levantó del asiento sin decir palabra y se dirigió con él hacia la mesa de Slytherin. Cuando estaba enfrente de Draco que aún permanecía de píe, habló - ¡¿Quieres saber tú futuro?!¡Te presento tu futuro!. ¡Te presento al futuro padre de la futura mujer de tu futuro hijo!. ¡Te presento al abuelo de tus nietos!. ¡Te presento tu futuro, una Weasley en la familia!. - Con esto tiró a Ron casi sobre Draco y salió corriendo del comedor, seguido por su mujer con sus hijos. Las caras de todos los presentes no eran nada comparadas con las de Ron y Draco en ese momento.
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Gracias por los review, por cierto.
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