El encuentro final
En un abrir y cerrar de ojos Abner apareció en lo que parecía ser el centro de un pueblo, la lluvia caía en su capa y el frío llegaba a sus huesos con un leve dolor, -estoy viejo para esto- pensó con una sonrisa
En ese momento sintió que lo observaban, cuando volteó, vio en las sombras de un pasillo entre dos casas, unos ojos rojos que brillaban, la figura avanzó y en cada paso chapoteaba los positos del piso con una gran pisada. La luz de las antorchas de la calle iluminó la gran criatura que pasaba de los dos metros de alto, con brazos largos casi hasta las rodillas, unas manos gruesas que parecían garras y solo el brazo derecho parecía recubierto por algo que no era su piel, bordes gruesos y partes diferentes lo hacían ver más grande que el otro, como de roca, su rostro era grotesco como un murciélago con sus grandes orejas, nariz abierta y achatada, todo su cuerpo era como la piel de los dragones, oscura casi negra, llena de pinchos, con una cresta pequeña de la cabeza al final de su espalda, el cual terminaba con una cola pequeña y todo él, relucía con la lluvia, solo una túnica sin mangas y corta hasta los muslos, traspasada por sus pinchos, cubría a medias su cuerpo, el extraño habló con una voz oscura y fría.
- Bien, has sido lo bastante valiente como para venir a tu muerte y ahorrarme el tedioso viaje hasta Hogwarts -el extraño sonrió mostrando sus afilados dientes y grandes colmillos.
- Si pero en el camino ibas a dejar muerte y terror ¿verdad tork-um? - dijo Abner como con insolencia.
- Por supuesto, hay que divertirse, y como ves, ya me estoy divirtiendo -alzando los brazos y mirando alrededor mostrando los alrededores.
Abner lo miro con furia, al ver los cuerpos de varios campesinos esparcidos en la plaza, casas sin puertas, con ventanas rotas, el fuego que apenas relucía y un desastre alrededor de Abner, como si hubieran atacado el pueblo con bombas.
- ¡¿Que has hecho?! -gritó
- Ha verdad que sientes algo por los muggles- dijo con sorna caminando hasta una carreta volcada y humeante, se acomodó la túnica y se sentó todavía sonriendo.
- Eres despreciable -volvió a rugir Abner- atacar un pueblo indefenso.
- Eso solo es el principio de un nuevo comienzo de terror y oscuridad para todos aquellos que no me sirvan y sean fieles con tork-um.
- Tu no tendrás otra era oscura, por que vine a acabar contigo de una vez y para siempre- dijo Abner mas calmado
- Jajaja- su risa hizo eco- con lo viejo y decrepito que estas, ¿crees que puedes ser obstáculo para el gran señor tenebroso?
- Ya no eres señor, por que no tienes esclavos -dijo Abner sonriendo
Tork-um se levantó y con odio en la cara gruñó
- Si, lo sé, cuando desperté y me vi inmovilizado, supe que me habías derrotado, tras cincuenta años de luchar con esta maldición con la cual me convertiste en estatua, vencí- observando su cuerpo y deteniéndose en su brazo, aun de roca- pero eso cambiara por que siempre habrá servidores con ansias de poder, a los cuales corromperé después de matarte. Mirando su brazo gritó, el cual exploto tirando pedacitos de rocas por todas partes, su brazo estaba ileso e igual al izquierdo, miró a Abner con triunfo- ya estoy en perfecto estado.
Abner lo miraba con extrañeza y asombro
- Sabia que la maldición no te contendría para siempre -dijo Abner abriéndose la túnica y poniéndosela en los hombros como una capa, tomo el bolso de su cinturón, sacó un cilindro hueco de color dorado como un mango de espada, lo sostuvo firmemente frente a él, de los extremos salieron chispas con forma de un par tubos luminosos que se alargaron y aplanaron hasta formar dos hojas de espada de fuego azul y plateado.
El monstruo estaba parado sin moverse.
- y como ya ves, te mataré - Abner se arrojó contra el mago oscuro, sostuvo la espada doble con una mano y la arrojó contra él, la espada salió volando dando vueltas como un disco, Tork-um salto en el ultimo momento volando hasta desaparecer en el cielo oscuro, la espada volvió con Abner como un bumerang y lo empuñó por el mango entre las dos hojas, miro a su alrededor, sabia que estaba cerca y que lo atacaría.
Dos bolas de fuego pasaron tan rápido y tan cerca que casi le dan en la cara, al mismo tiempo dos mas rozaron su capa, pero Abner se movía y esquivaba casi al mismo tiempo como venían, la plaza se ilumino por casi cinco minutos mientras duraba el ataque, Abner no sabia de donde saldría el próximo ataque pero todos eran lentos para él.
Silencio y calma total, salvo por la lluvia que arreciaba con mas fuerza.
Abner se limpió los pantalones y la camisa con un movimiento de la mano, estuvo quieto, oía cualquier cosa y atacaría a todo, no podía darse el gusto de seguir con el juego, ya no tenía tiempo y el poder de la piedra menguaba con cada exhalación, de pronto un ruido al final de la calle, pasos a galope, la criatura tenia algo en la mano. Como una lanza hizo atravesar el pararrayos del pueblo hacia Abner, pero lo esquivó a tiempo, fue en ese instante que notó la sombra a sus espaldas, luego el dolor indescriptible del cruciatus.
- te dije que no iba a durar mucho esta pelea, anciano -dijo con la mano puesta en su hombro, reía tan estridente que resonaba por encima de la lluvia.
Cuando Abner cayó al piso, sus piernas no le respondían, temblaba del dolor insoportable y el frío de la lluvia.
Tork-um puso su mano por encima del tembloroso Abner y lo hizo levitar hasta su rostro, movió la mano y Abner cambió de su posición horizontal a vertical, quedando sus caras una frente a la otra, todavía templaba, el horrible sujeto rió mas, mostrando sus dientes puntiagudos y su aliento asqueroso.
Volvió a mover el brazo y Abner fue despedido hasta chocar contra el muro de una casa.
Abner sintió que todos sus huesos se fracturaban, ya casi se sentía sin conciencia, el monstruo lo hizo chocar un par de veces mas y lo dejo caer con un ruido seco frente a él.
El ser se arrodilló y lo sujetó de su collar haciendo brillar tenuemente sus rostros.
Arranco de un tirón muy fuerte la piedra que lentamente perdía su luz, la cerró en su puño y la rompió haciendo que un destello como un relámpago resonara en el lugar iluminando todo por un instante. Abner ya era mortal otra vez, sus poderes se fueron con la luz y ya era libre de su obligación, ya podía reunirse con su amada. -Ahora acabare contigo y después con esos amigos tuyos, los verás en el infierno
La criatura reía hacia el cielo pensando en su victoria. Se acercó y tomando un trozo de madera con un movimiento rápido lo atravesó en su pecho incrustándolo hasta el fango.
Abner torció su cara con dolor dejando escapar un leve sonido de su garganta.
Tork-um sonrió maliciosamente una vez mas, se volteó y caminó hacia la entrada del pueblo dejando el cuerpo tras de sí.
Abner todavía estaba vivo pero no tenía fuerza, sentía la lluvia en su cara, el sabor a sangre en la boca, el dolor en todo el cuerpo, sus extremidades estaban entumecidas, aun más extraño, no sentía el trozo de madera en su pecho. juntó todas sus fuerzas y movió la mano hasta el bolsillo de su capa, sintió la pequeña esfera en su mano, la apretó con todas sus fuerzas y pensó en su amada una vez mas
El calor lo sintió en su mano, luego en su cuerpo y ya no pensaba mas, Abner se había extinguido de este mundo disolviéndose en una luz alrededor de su cuerpo.
La luz empezó a consumir todo silenciosamente y se detuvo hasta tener un radio de varios metros
Tork-um vio como una esfera luminosa a pocos metros de él, parecía tener curiosidad, la luz de pronto cambio de blanca a un azul oscuro, después a rojo, destelló varias veces, Tork-um ya no se podía mover y un rictus de terror estaba en su rostro congelado, la esfera roja se volvió negra y empezó a succionar todo, parecía un remolino y lentamente todo fue arrasado por el tornado dejando un terreno desolado, donde había un pueblo solo había un gran hoyo y después un silencio en la noche sin lluvia, como un presagio de la calma que comenzaba.
En un abrir y cerrar de ojos Abner apareció en lo que parecía ser el centro de un pueblo, la lluvia caía en su capa y el frío llegaba a sus huesos con un leve dolor, -estoy viejo para esto- pensó con una sonrisa
En ese momento sintió que lo observaban, cuando volteó, vio en las sombras de un pasillo entre dos casas, unos ojos rojos que brillaban, la figura avanzó y en cada paso chapoteaba los positos del piso con una gran pisada. La luz de las antorchas de la calle iluminó la gran criatura que pasaba de los dos metros de alto, con brazos largos casi hasta las rodillas, unas manos gruesas que parecían garras y solo el brazo derecho parecía recubierto por algo que no era su piel, bordes gruesos y partes diferentes lo hacían ver más grande que el otro, como de roca, su rostro era grotesco como un murciélago con sus grandes orejas, nariz abierta y achatada, todo su cuerpo era como la piel de los dragones, oscura casi negra, llena de pinchos, con una cresta pequeña de la cabeza al final de su espalda, el cual terminaba con una cola pequeña y todo él, relucía con la lluvia, solo una túnica sin mangas y corta hasta los muslos, traspasada por sus pinchos, cubría a medias su cuerpo, el extraño habló con una voz oscura y fría.
- Bien, has sido lo bastante valiente como para venir a tu muerte y ahorrarme el tedioso viaje hasta Hogwarts -el extraño sonrió mostrando sus afilados dientes y grandes colmillos.
- Si pero en el camino ibas a dejar muerte y terror ¿verdad tork-um? - dijo Abner como con insolencia.
- Por supuesto, hay que divertirse, y como ves, ya me estoy divirtiendo -alzando los brazos y mirando alrededor mostrando los alrededores.
Abner lo miro con furia, al ver los cuerpos de varios campesinos esparcidos en la plaza, casas sin puertas, con ventanas rotas, el fuego que apenas relucía y un desastre alrededor de Abner, como si hubieran atacado el pueblo con bombas.
- ¡¿Que has hecho?! -gritó
- Ha verdad que sientes algo por los muggles- dijo con sorna caminando hasta una carreta volcada y humeante, se acomodó la túnica y se sentó todavía sonriendo.
- Eres despreciable -volvió a rugir Abner- atacar un pueblo indefenso.
- Eso solo es el principio de un nuevo comienzo de terror y oscuridad para todos aquellos que no me sirvan y sean fieles con tork-um.
- Tu no tendrás otra era oscura, por que vine a acabar contigo de una vez y para siempre- dijo Abner mas calmado
- Jajaja- su risa hizo eco- con lo viejo y decrepito que estas, ¿crees que puedes ser obstáculo para el gran señor tenebroso?
- Ya no eres señor, por que no tienes esclavos -dijo Abner sonriendo
Tork-um se levantó y con odio en la cara gruñó
- Si, lo sé, cuando desperté y me vi inmovilizado, supe que me habías derrotado, tras cincuenta años de luchar con esta maldición con la cual me convertiste en estatua, vencí- observando su cuerpo y deteniéndose en su brazo, aun de roca- pero eso cambiara por que siempre habrá servidores con ansias de poder, a los cuales corromperé después de matarte. Mirando su brazo gritó, el cual exploto tirando pedacitos de rocas por todas partes, su brazo estaba ileso e igual al izquierdo, miró a Abner con triunfo- ya estoy en perfecto estado.
Abner lo miraba con extrañeza y asombro
- Sabia que la maldición no te contendría para siempre -dijo Abner abriéndose la túnica y poniéndosela en los hombros como una capa, tomo el bolso de su cinturón, sacó un cilindro hueco de color dorado como un mango de espada, lo sostuvo firmemente frente a él, de los extremos salieron chispas con forma de un par tubos luminosos que se alargaron y aplanaron hasta formar dos hojas de espada de fuego azul y plateado.
El monstruo estaba parado sin moverse.
- y como ya ves, te mataré - Abner se arrojó contra el mago oscuro, sostuvo la espada doble con una mano y la arrojó contra él, la espada salió volando dando vueltas como un disco, Tork-um salto en el ultimo momento volando hasta desaparecer en el cielo oscuro, la espada volvió con Abner como un bumerang y lo empuñó por el mango entre las dos hojas, miro a su alrededor, sabia que estaba cerca y que lo atacaría.
Dos bolas de fuego pasaron tan rápido y tan cerca que casi le dan en la cara, al mismo tiempo dos mas rozaron su capa, pero Abner se movía y esquivaba casi al mismo tiempo como venían, la plaza se ilumino por casi cinco minutos mientras duraba el ataque, Abner no sabia de donde saldría el próximo ataque pero todos eran lentos para él.
Silencio y calma total, salvo por la lluvia que arreciaba con mas fuerza.
Abner se limpió los pantalones y la camisa con un movimiento de la mano, estuvo quieto, oía cualquier cosa y atacaría a todo, no podía darse el gusto de seguir con el juego, ya no tenía tiempo y el poder de la piedra menguaba con cada exhalación, de pronto un ruido al final de la calle, pasos a galope, la criatura tenia algo en la mano. Como una lanza hizo atravesar el pararrayos del pueblo hacia Abner, pero lo esquivó a tiempo, fue en ese instante que notó la sombra a sus espaldas, luego el dolor indescriptible del cruciatus.
- te dije que no iba a durar mucho esta pelea, anciano -dijo con la mano puesta en su hombro, reía tan estridente que resonaba por encima de la lluvia.
Cuando Abner cayó al piso, sus piernas no le respondían, temblaba del dolor insoportable y el frío de la lluvia.
Tork-um puso su mano por encima del tembloroso Abner y lo hizo levitar hasta su rostro, movió la mano y Abner cambió de su posición horizontal a vertical, quedando sus caras una frente a la otra, todavía templaba, el horrible sujeto rió mas, mostrando sus dientes puntiagudos y su aliento asqueroso.
Volvió a mover el brazo y Abner fue despedido hasta chocar contra el muro de una casa.
Abner sintió que todos sus huesos se fracturaban, ya casi se sentía sin conciencia, el monstruo lo hizo chocar un par de veces mas y lo dejo caer con un ruido seco frente a él.
El ser se arrodilló y lo sujetó de su collar haciendo brillar tenuemente sus rostros.
Arranco de un tirón muy fuerte la piedra que lentamente perdía su luz, la cerró en su puño y la rompió haciendo que un destello como un relámpago resonara en el lugar iluminando todo por un instante. Abner ya era mortal otra vez, sus poderes se fueron con la luz y ya era libre de su obligación, ya podía reunirse con su amada. -Ahora acabare contigo y después con esos amigos tuyos, los verás en el infierno
La criatura reía hacia el cielo pensando en su victoria. Se acercó y tomando un trozo de madera con un movimiento rápido lo atravesó en su pecho incrustándolo hasta el fango.
Abner torció su cara con dolor dejando escapar un leve sonido de su garganta.
Tork-um sonrió maliciosamente una vez mas, se volteó y caminó hacia la entrada del pueblo dejando el cuerpo tras de sí.
Abner todavía estaba vivo pero no tenía fuerza, sentía la lluvia en su cara, el sabor a sangre en la boca, el dolor en todo el cuerpo, sus extremidades estaban entumecidas, aun más extraño, no sentía el trozo de madera en su pecho. juntó todas sus fuerzas y movió la mano hasta el bolsillo de su capa, sintió la pequeña esfera en su mano, la apretó con todas sus fuerzas y pensó en su amada una vez mas
El calor lo sintió en su mano, luego en su cuerpo y ya no pensaba mas, Abner se había extinguido de este mundo disolviéndose en una luz alrededor de su cuerpo.
La luz empezó a consumir todo silenciosamente y se detuvo hasta tener un radio de varios metros
Tork-um vio como una esfera luminosa a pocos metros de él, parecía tener curiosidad, la luz de pronto cambio de blanca a un azul oscuro, después a rojo, destelló varias veces, Tork-um ya no se podía mover y un rictus de terror estaba en su rostro congelado, la esfera roja se volvió negra y empezó a succionar todo, parecía un remolino y lentamente todo fue arrasado por el tornado dejando un terreno desolado, donde había un pueblo solo había un gran hoyo y después un silencio en la noche sin lluvia, como un presagio de la calma que comenzaba.
