JaNy: no muerte, no seas exagerada... tortura lenta y dolorosa a mi no tan querido tocayo... gracias por tu Review;)

Merodeadora_Chii: me encanta que te encante... y más me vale que haga bien los songfics, sino me equivoco este es mi tercer songfic... los otros dos están abandonadísimos, pro supuesto(creo que uno la última vez que lo actualicé fue en enero del 2002...) a mi también me gusta mucho Arjona... de hecho, es mas o menos el primero en mi lista de amores platónicos. ¡Espero que te guste este capítulo!

Lil Granger: bah, tu sabes cómo es uno... ¿conoces la falsa modestia? Bueno, un 60% de la mía es así... yo tampoco me creo tanto eso que sea una mierda(aunque ya en serio, tampoco me parece la última Coca-Cola del desierto)... no, no me gusta Arjona, lo amo... hay una diferencia... y sí, el resto del Fic va a ser en songfic con sus canciones. ¿Sabes? Me caes bien... bastante difícil es eso de conseguir gente que le guste Arjona y sea capaz de subirle a uno la autoestima(aunque yo personalmente la tengo como 300 o 400 Km. más alta de lo necesario)... tienes MSN?

Sora-Yagami: no me subas el ego, de verdad que no es saludable... jaja mentira... gracias por leerlo, y espero que también te guste éste capt...^_^

Capítulo tres, Cuándo.

Cuándo fue la última vez que viste las estrellas

con los ojos cerrados

y te aferraste como un náufrago a la orilla

de la espalda de alguien.

No podía más. Llevaba un buen rato caminando sin rumbo, con las lágrimas escociéndole los ojos. Sólo sabía que había dicho la contraseña en algún momento, esperaba que al retrato de la señora gorda. Se pasó las manos por los ojos, y unos lagrimones gigantescos cayeron al suelo. Se fijó: era alfombra. Definitivamente estaba en la sala común.

Miró alrededor, dándose cuenta de que no tenía en quién apoyarse. Las únicas dos personas que podían consolarla, sus dos mejores amigos, estaban los dos relativamente lejos en cuestión de distancia real... pero uno parecía haberse alejado kilómetros en distancia ideológica.

Cuándo te ganó el orgullo

y escogiste el llanto

por no perdonarme.

Estaba sola. Nunca antes lo había estado, pero ahora no tenía a quién acudir. Y probablemente eso era solo el principio del resto de su vida... porque de repente lo veía todo con claridad: estaría sola hasta que se la llevara la muerte. Dependía demasiado de las pequeñas cosas, por eso su mejor amiga de ahora en adelante sería, con toda seguridad, la soledad.

Se dejó caer en un sillón. Luego hundió la cabeza entre las manos y rompió en un llanto ahogado, llorando todo lo que llevaba tiempo volviéndola loca. Llorando por Cedric Diggory, llorando por todo un año de locura y miedo, llorando por Sirius... llorando por Ron.

Cuándo fue la última vez

que te sentiste sola

y llegaste a odiarme

¿Quién era aquella chica? Nunca la había visto... ni en el colegio, ni en el callejón Diagon, ni en Hogsmeade, ¡ni en ninguna parte! ¿Y se podía saber por qué demonios estaba abrazando a Ron?

O, una pregunta aún mejor. ¿Por qué Ron no la abrazaba a ella? ¡Era su mejor amiga, no era totalmente imposible!

Eso era. Quizá Hermione no estuviera condenada a la soledad eterna. Era Ron. Ron, que parecía negarse a considerarla como una mínima parte de su vida. Ron, que no hacía más que pelear con ella.

"Es Ron. ¡Maldita sea, es Ron! Todo es su culpa. No me deja pensar en nada que no sea él. ¡Lo detesto, lo detesto, lo detesto...!" pensaba Hermione, mientras fruncía el ceño.

- ¡Lo detesto! – dijo en voz alta. Se recostó en el sillón, cruzando los brazos, todavía con los rastros de las lágrimas en su cara, en un gesto que recordaba a una niñita malcriada.

Se limpió las lágrimas con el dorso de las manos y de repente recordó algo. Había visto que Harry tenía una carta a su lado, y por lo que pudo apreciar era la letra de Viktor.

Se levantó, ya completamente compuesta, y volvió al Gran Comedor para estar con sus amigos. Bueno... de repente el plural le sonaba a exageración.

- Hola Hermione... – dijo Ron, pero ella lo ignoró. El frunció el ceño, aunque no hizo más comentario.

Cuándo llegó a convencerte,

el maldito despecho,

que un clavo saca a otro

- Mione, llegó esto para ti... – dijo Harry, pasándole la carta.

- Gracias Harry – dijo ella sonriendo, mientras agarraba la carta y se sentaba. La abrió, mientras empezaba a servirse.

Sin leer la carta, ya sabía que decía. Otro de los intentos de Viktor para, primero, practicar inglés, y, de paso para invitarla a Bulgaria... por vez número quién sabe cuál. Le había dado mil excusas... pero de repente la idea le parecía realmente tentadora. Un día, por mera curiosidad, le había preguntado a sus padres si podía ir... y no les molestaba.

Dicho y hecho. Nada más leyó la carta notó que el inglés de Viktor había mejorado considerablemente, y la invitación a Bulgaria no se hizo esperar. Y las vacaciones de navidad serían a la semana siguiente...

- ¿Tienes una pluma? – le preguntó a Harry, notando que todavía cargaba con el bulto. Harry asintió ligeramente, tomó un sorbo de jugo y le pasó una pluma -. Gracias...

En el reverso escribió una nota relativamente larga, saludándolo y diciéndole que sí iría. Luego terminó de comer, hablando tranquilamente con Harry.

Echó un vistazo rápido a Ron antes de ir a la lechucería y mandar la carta en una lechuza del colegio. Acto seguido fue a su dormitorio, cansada después de una semana larga.

Nada más entró, notó que había aparecido una cama nueva. Frunció el ceño, extrañada... ¿había una alumna nueva en sexto de Gryffindor?

Su pregunta se respondió segundos después, cuando vio a una chica de pelo castaño claro y ojos grises salir del baño. Se miraron y sólo bastó un momento para que Hermione la reconociera: era la que había abrazado  a Ron en la cena. Y estaba a punto de darle la espalda cuando la chica sonrió, acercándosele.

- Tú debes ser Hermione Granger... – dijo en tono cordial. Hermione asintió ligeramente -. He oído muchísimo de ti... soy Catherine Pole.

- ¿Has oído mucho de mi? – preguntó, extrañada -. ¿Dónde has oído mucho de mi?

- Por Ron – dijo Catherine -. Lo conocí hace tres años, cuando fue a Egipto, mi país... no hacía más que hablar de sus amigos – terminó, su sonrisa creciendo.

- Ah... – murmuró Hermione con desagrado -. El colegio de magia egipcio no es muy bueno...

- Dímelo a mi... – dijo Catherine negando con la cabeza con mueca de desagrado -. Es una porquería. Aunque, claro, la comparación es dura, considerando que Hogwarts es la mejor escuela de magia del mundo...

Hermione sintió una punzada repentina de simpatía hacia la chica, que se desvaneció al instante cuando la imagen de Catherine y Ron abrazándose regresó a su cabeza... y mantuvo la sangre fría.

- Mira, eh, ya que son tan amigos... – dijo Catherine de repente, pareciendo avergonzada -. Por casualidad sabrás si... bueno...

¿Si Ron tiene novia?, pensó Hermione con amargura. No hizo un solo gesto para ayudar a Catherine a hacer la pregunta.

- ¿... si Harry está saliendo con alguien? – terminó Catherine. Los ojos de Hermione se abrieron como platos.

- ¿... Harry? ¿Te gusta Harry? – preguntó.

- Nadie dijo que me gustara – se apresuró a responder Catherine -. Sólo pregunté... ¡además, tampoco es que sea tan difícil!

- ¡Pensé que te gustaba Ron! – soltó Hermione, ignorándola. Estaba al borde de la histeria -. ¡Lo abrazaste a la hora de la cena!.

- Bueno... tenía tres años que no lo veía – dijo Catherine, encogiéndose de hombros -. ¿... pero Harry...?

- No, no está saliendo con nadie. Nos vemos mañana – dijo Hermione en tono seco, y se acostó en su cama, cerrando la cortina de dosel.

"Soy una imbécil. No sólo una imbécil... una imbécil precipitada", pensó.  "¿Quién demonios me dijo que los abrazos son exclusivamente de enamorados? ¿Y POR QUÉ DEMONIOS ME IMPORTA?"

Y le había dicho a Krum... ¡iba la semana siguiente a casa de Viktor! Y por nada. Por despecho. Por despecho que, para empezar, era por algo ficticio... y, para terminar ¡no le correspondía estar despechada!

Suspiró. "Soy una imbécil", pensó de nuevo, esta vez a punto de llorar.

Si se sanó tu herida

borra también la cicatriz

y si un día nos vemos

haz el favor de contestar.