Juego de Citas
Capítulo catorce: Escape Room (Parte 2)
—¡Miércoles de Tatsuo, el regreso triunfante de un galán arrepentido por un grave error! ¡¿Logrará recuperar terreno en este nuevo episodio, descúbranlo hoy en su programa favorito! —Así fue como Gen abrió el show ante las luces y los aplausos del público.
—Me preguntó quién aparecerá junto con Tatsuo… —se preguntó la señora Saionji, comiendo palomitas.
—¡Reciban a nuestra parejita del día! —Luego de que Kohaku entrara con el tercer galán, Gen presentó al que los acompañaría en esta ocasión—. ¡Y denle un fuerte aplauso para el invitado de hoy, Daisuke-chan!
El público enloqueció de emoción y ovacionaron de pie mientras Daisuke entraba tímidamente al escenario.
—Ow, yo quería a Sebastian, es el segundo que me gusta después de Hiroshi —se quejó Luna—. Senku, ¿a ti cual te gusta más para Kohaku? —le preguntó con curiosidad a su ex crush, que hoy cenó en la mansión Nanami por invitación de Ryusui y sorprendentemente se quedó a ver el programa también.
—Ninguno —masculló amargamente Senku, bebiendo un gran trago de una botella de vino.
—Dices eso, pero apuesto que ya tienes a la persona ideal para Kohaku en mente —clamó Ryusui, chasqueando los dedos mientras codeaba a su amigo.
—Genial, este será un episodio aburrido —murmuró el hijo pre-adolescente del matrimonio con cinco hijos.
—¡Claro que no! —Su tía le dio un zape.
—¡Ya saben las reglas, así que no perdamos tiempo y pasemos a la habitación del amor!~ —exclamó Gen con entusiasmo.
Kohaku y los galanes entraron a la nueva Escape Room, sorprendiéndose al ver que era un lugar lleno de serpientes enormes.
—¡¿Q-quieren matarnos o qué?! —exclamó Tatsuo, pegándose a la puerta.
Kohaku se puso en guardia, maldiciendo no haber traído sus cuchillos, aunque el primer día quiso hacerlo y Gen la regañó por eso.
—Tranquilos, todas estas serpientes son domésticas, muy inofensivas y deben estar entrenadas o no nos dejarían solos con ellas —aseguró Daisuke, subiendo y bajando las manos—. Ahora debemos buscar la forma de salir de aquí. Allá hay una puerta, pero no creo que sea tan fácil como simplemente atravesar las serpientes.
—La puerta no tiene manija —aseguró Kohaku, comenzando a mirar por todos lados—. Supongo que tenemos que encontrarla para avanzar.
—¡Genial, seguro que entre los tres podemos hacerlo! No me sabotearas, ¿verdad, niño-lobo? —preguntó Tatsuo al chico mucho más bajito que él.
—N-no, jamás haría algo así. No te preocupes. —Sonrió amablemente.
—¡Me caes bien, niño-lobo! —Le dio una palmada en la espalda que le quitó todo el aire de los pulmones y casi lo tira al suelo.
—¡Más cuidado con él, bastardo! —gritó la cuñada del matrimonio con cinco hijos, indignada.
Los tres empezaron a buscar alrededor de la habitación, teniendo mucho cuidado de no meterse con las serpientes por indicación de Daisuke.
—A pesar de que estén entrenadas y no sean lo suficientemente venenosas para afectarnos, siempre hay riesgo de que una serpiente te muerda —advirtió el segundo galán.
—¡Es tan inteligente! —gritó alguien en el público.
—¡Viva Daisuke!
—¡El mejor galán!
El suelo estaba cubierto de paja y hojas secas, aparte de las serpientes, y por más que buscaban no podían encontrar nada.
—Que miedo, por más que sean inofensivas yo no podría hacer eso —lloriqueó Luna, inclinándose en el sofá para intentar abrazarse a Senku que estaba en el sillón de al lado, hasta que recordó que ella era una chica tan capaz que lo superó y volvió a su sitio, alzando mucho la barbilla.
—¡Esto es ridículo! ¡No logró encontrar nada! —se quejó Kohaku, comenzando a perder la paciencia.
—¡Oye, niño-lobo! Intenta ver debajo de las serpientes, tú sabes cómo tratar con ellas, ¿no?
—Pu-pues lo intentaré. —Apretó los puños, juntando valor, y empezó a ver bajo las serpientes, tratándolas a todas con mucho cuidado y respeto—. Eh, quizás quieran ayudarme con algunas, hay varias que son muy pesadas. —Rio nerviosamente.
Kohaku y Tatsuo lo ayudaron sin problema y perdieron mucho tiempo en eso de revisar bajo las serpientes hasta que, revisando una gran serpiente amarilla, Kohaku se dio cuenta de algo raro.
—Los ojos de esta serpiente… —Sin miedo, alzó por completo a la gran serpiente, haciendo a Tatsuo y Daisuke estremecerse—. Estos ojos no reflejan la luz de la misma forma que los ojos de las demás, puedo verlo gracias a mi visión, esta serpiente… —De nuevo sin temor, le abrió la boca, haciendo a los galanes casi desmayarse, al igual que muchos en el público—. ¡Esta serpiente es falsa!
—Kohaku sí que es valiente… —murmuró Sai, impresionado a pesar de conocer a la guerrera por varios años.
—Por supuesto, una leona no le teme a nada. —Senku sonrió de forma ¿orgullosa?
Ayudada por Tatsuo, Kohaku logró cargar lo suficientemente alto a la serpiente falsa para que la manija que tenía en su interior saliera. Le pusieron la manija a la puerta y pasaron a la siguiente sala de escape.
La nueva habitación tenía grandes y peligrosos pinchos en dos paredes y en el techo y, apenas cerraron la puerta de la primera sala, las paredes con pinchos y el techo comenzaron a acercarse cada vez más y más a ellos, lentamente.
—¡¿Seguros que no quieren matarnos?! —volvió a gritar Tatsuo.
—Son de cartón —murmuró Kohaku, doblando uno de los pinchos con facilidad con una mano.
—¡Si los pinchos se cierran sobre ustedes perderán el desafío! —exclamó Gen desde un parlante.
—Bueno, allí está la puerta, y hay un código sobre ella —murmuró Daisuke nerviosamente—. Tenemos que buscar el código, aquí dice que son cinco números, pero no se me ocurre qué puede ser…
—Debe tener algo que ver con los pinchos —aseguró Kohaku, mirando al techo—. Hay algunos que son más largos que otros, pero son muchos, ¿cómo sacar cinco números de eso?
La cámara enfocó al techo luego de que los tres se pusieran a observarlo, mostrando que efectivamente había muchos pinchos alargados.
—Es por fila —dedujo Senku rápidamente después de echar un simple vistazo— En vertical hay cinco filas que presentan pinchos alargados. Cuatro pinchos en la primera fila, siete en la segunda, cinco en la tercera, nueve en la cuarta, ocho en la quinta. Qué fácil. —Volvió a beber de su botella.
—Hay treinta y tres en total —calculó Kohaku—. Y no hay en las paredes, solo en el techo.
—¡Maldición, las paredes están muy cerca! —Tatsuo empezó a entrar en pánico—. ¡Y creo que hasta se mueven más rápido!
—Es… ¡Oh, lo tengo! —Daisuke sonrió con emoción—. Son cinco filas, los números son cuatro, siete, cinco, nueve y ocho.
—Qué lento. —Senku rio entre dientes, rascando su oído con el meñique.
Kohaku introdujo los números rápidamente y la puerta se abrió, por lo que los tres lograron escapar justo cuando los pinchos se movieron más rápido para atraparlos, por lo que Tatsuo, siendo el más grande de ellos, apenas logró salir por poco.
Los tres suspiraron de alivio e intercambiaron sonrisas, pero entonces Kohaku y Daisuke se quedaron con las bocas abiertas al ver a Tatsuo.
—¿Qué? —preguntó el tercer galán, confundido.
—Tú eres… —Kohaku pestañeó lentamente—. ¿Titan?
La cámara enfocó a "Tatsuo", cuya mascarilla había sido enganchada por uno de los picos y tenía los lentes caídos, dejando la mayoría de su rostro a la vista.
—Oh… Diablos. —Se quitó los lentes y rio con nerviosismo.
—¿Titan? ¿De mi aldea? —Kohaku seguía boquiabierta—. ¿Qué haces tú aquí? —Estaba muy sorprendida.
—Diez billones de puntos para ella por finalmente ver lo obvio —masculló Senku por lo bajo, bebiendo más de su vino.
—Yo… Emm… —Frotó su nuca con una sonrisa nerviosa—. Bueno, desde que éramos niños siempre me pareciste la más bonita en la aldea, y al escuchar que querías una relación y una familia… decidí tomar la oportunidad. —Rio incómodamente.
—¿Por qué no me dijiste que eras tú? —Cruzó los brazos.
—Temí que me rechazarías si lo sabías. —Lloriqueó un poco.
—Ja, no lo hubiera hecho. —Finalmente, ella le sonrió—. Es bueno tener una cara conocida por aquí. Ahora entiendo por qué algunas cosas de ti se me hacían tan familiares.
—Así que de él si lo notas, ¿eh? —susurró Senku por lo bajo, tan bajo que nadie lo oyó, para luego tomar un gran sorbo de su botella de vino medio vacía.
—Por eso me gustas, Kohaku. —Titan sonrió felizmente y se acercó a ella, que no dejó de sonreírle. Al ver esa sonrisa mantenerse, lo tomó como una buena señal y de pronto intentó inclinarse más para intentar besarla en los labios… ganándose que Kohaku lo empujara hacia atrás bruscamente.
—Qué me alegre tenerte aquí no quiere decir que te permita ese tipo de cosas. —Lo miró con desagrado—. Tenemos que resolver el acertijo de esta sala, ya tardamos mucho en los anteriores, hay que darnos prisa.
—Bueno, he estado mirando y parece ser que lo primero es encontrar cuál es la puerta correcta entre todas estas —dijo Daisuke incómodamente por haber sido dejado de lado tanto tiempo por los dos aldeanos teniendo su momento privado.
Kohaku y Titan miraron alrededor de la habitación, viendo que estaba llena de montones de puertas en las cuatro paredes.
Empezaron a abrirlas, viendo que detrás de todas había un muro de ladrillos.
—Una de las paredes debe ser falsa, no pueden encerrarnos sin salida —murmuró Daisuke con una mueca mientras examinaba una puerta.
—¡Ja, entonces simplemente destrocémoslas! —Kohaku encajó una patada en el muro de una de las paredes, logrando romperlo un poco, viendo que detrás solo había concreto—. Ja, me alegra haber traído mis zapatos de la aldea hoy. —Sonrió orgullosa de sí misma.
—¡Buena idea! —Titan necesito de varias patadas para romper el muro tras una puerta, también hallando concreto.
—Umm, pero no creo que esta sea la forma de… —Kohaku y Titan ignoraron a Daisuke y siguieron rompiendo puertas, riendo, hasta que encontraron una que detrás tenía otra puerta con un tarro de caramelos y un código allí.
—Ay… —La cámara enfocó a Gen de pronto—. Se suponía que debían deslizar la pared de ladrillos falsa, ahora no podremos reutilizar esos ladrillos. —Lloriqueó por lo bajo.
La cámara volvió a Kohaku y los galanes, que no estaban seguros de qué hacer.
—Creo que es ese juego de adivinar cuántos caramelos hay en el tarro… —dijo Daisuke—. Aunque más que adivinar debo hacer un cálculo… Veamos, estos caramelos deben medir como dos centímetros cada uno, y este tarro… ¿Cincuenta centímetros?
—Cuarenta y ocho —corrigió Senku, desinteresado.
—Creo que son cuarenta y ocho —dijo Kohaku, sorprendiendo a muchos que no sabían de su gran capacidad de percepción—. Y doce centímetros de ancho.
—E-eres genial, Kohaku-chan. —Daisuke sonrió con el rostro enrojecido, ganándose una mala mirada de Titan—. Bueno… Hacer el cálculo mental es un poco molesto, así que mientras más datos tengamos mejor. Ahora deberíamos contar el número de caramelos en la parte inferior, luego contar las filas, eso me ayudará a tener una aproximación de…
—¡Agh! ¡No hay tiempo para toda esa ciencia complicada! —Titan perdió la paciencia y se acercó a la puerta—. Todo lo que tenemos que hacer es escapar, ¿no? Y esta puerta es de madera. —Sonrió astutamente—. ¡La voy a destrozar y punto! —Le encajó una buena patada, haciéndole un enorme agujero.
—¡Pe-pero…!
—¡JA! ¡Eso es más divertido! —Kohaku se paró al lado de Titan y juntos derribaron la puerta con sus poderosas patadas, dejando a Daisuke boquiabierto.
La cámara volvió al escenario, donde Gen aplaudió con una sonrisa la llegada de la parejita del día y el galán invitado.
—¡Felicidades! ¡Han perdido el desafío!
—¡¿QUÉ?! —Titan pareció muy decepcionado.
—¿Estaba prohibido romper la puerta? —preguntó Kohaku, con sudor frío bajando por su sien.
—De hecho, no… La única condición que tienen es escapar de las habitaciones, si no pueden hacer algo, se los diremos. El problema es que se les acabó el tiempo. Lo siento~.
—Ow… —Titan apretó los puños.
—Eso significa que el premio es para Daisuke-chan~. —Daisuke se sonrojó de inmediato—. ¿Qué elijes, Kohaku-chan? ¿Tendrán una cita o le darás un besito?~
—Creo que… —Kohaku se acercó a Daisuke y tomó sus hombros, haciendo que todo el público se llenara de ilusión, conteniendo el aliento.
Como tenían la misma altura, Kohaku hizo que Daisuke se inclinara para poder darle un beso en su frente cubierta por su flequillo castaño, justo por encima de su máscara de lobo.
—Tsk. —Senku acabó su botella de vino y se fue de la sala ante la mirada confundida de Sai y Luna y la risa de Ryusui.
Muchos en el público se decepcionaron de que no fuera en los labios, pero igual muchos aplaudieron y chillaron de emoción por el avance del segundo galán.
Gen se despidió del público, lanzó un beso y una lluvia de pétalos a la cámara y el episodio del miércoles llegó a su fin.
.
—¡Jueves de Hiroshi-chan! ¡Y como en toda esta semana, tendrá un galán invitado! —Después de que la pareja del día entrara, Gen anunció al segundo galán—. ¡Reciban con un aplauso a Sebastian-chan!
—¡WUUUUUUU! —El público aplaudió con emoción por tener a dos de los galanes más populares juntos una vez más.
—Sebastian, hola. —La sonrisa de Kohaku al ver al primer galán fue resplandeciente, y Hiroshi hizo una mueca de enfado.
—Hola, Kohaku —Sebastian la saludó sonando complacido.
—Mis dos galanes favoritos, ¡es mi día de suerte! —Luna miró a la pantalla con corazones en los ojos.
—Bueno, ya saben las reglas~. Y recuerda, Sebastian-chan, puedes sabotear a Hiroshi-chan, pero no lo harías, ¿o sí?~ —Sonrió pícaramente.
—Ja, no lo creo. —Kohaku miró con una ceja en alto al primer galán—. Él no es una escoria como Ark.
Sebastian se mantuvo en silencio.
—¡Pasemos a la habitación del amor para que empiecen con sus escapes maestros!~
La cámara cambió a la habitación del amor, mostrando que ahora estaba convertida en una especie de nave extraterrestre extraña con ventanales falsos que mostraban la tierra como si estuviera a kilómetros de distancia.
—Ja, esto no se compara en nada a cómo es ver la Tierra desde el espacio realmente —habló Kohaku más para sí misma—, aunque igual es bastante impresionante.
—Lo es —Sebastian estuvo de acuerdo—, incluso aunque las estrellas están colocadas de forma incorrecta.
—Qué cerebrito. —La cuñada del matrimonio con cinco hijos bufó—. ¿Tiene que corregir todo?
—Bueno, mejor no perder tiempo y empezar —dijo Hiroshi—. La puerta está allá y no tiene ningún tipo de manija ni código cerca, debemos buscar la forma. —Miró de reojo a Sebastian—. Como yo te ayudé, ¿puedo confiar en que no me sabotearas?
Sebastian se quedó en silencio un momento, antes de mirar a Kohaku y suspirar.
—Bien, ayudaré.
La vista de los tres de inmediato fue atraída por cuatro paneles divididos con muchos botones cuadrados con símbolos extraños "extraterrestres" dibujados en ellos.
—No hay nada más, esto tiene que ser la forma para pasar a la siguiente habitación —dedujo Hiroshi.
—¿Y qué hacemos con esto? —Sin pensarlo mucho, Kohaku presionó uno de los botones, siendo bañada de inmediato por una lluvia de plumas y brillantina. De inmediato comenzó a toser—. ¡Maldito murciélago! ¡Voy a matarlo!
La cámara no lo mostró, pero Gen se estremeció en el escenario.
—Debe haber un orden en particular para presionar los botones —murmuró Hiroshi—. ¿Pero cómo sacar ese orden? ¿De dónde? —Empezó a moverse por la habitación para buscar pistas.
Sebastian hizo lo mismo y Kohaku decidió seguir el ejemplo de los galanes también, aunque no tenía ni idea de qué podría ser lo que buscaban.
—No parece haber patrones —masculló Hiroshi luego de un rato, frustrado—. ¡Pero debe haber algo!
—¿Y estos símbolos no estarán en algún idioma extraño? —preguntó Kohaku—. Porque Suika me dijo que hay muchas formas de escritura.
—Hmm… Podrían significar algo… —Sebastian se acercó mucho a los botones, examinándolos—. Eso es —dijo de pronto—. Son constelaciones. Mal dibujadas, pero lo son.
—¿Constelaciones? —Hiroshi se paró junto a Sebastian.
—Tiene sentido. —Sebastian sonaba complacido consigo mismo—. ¿Recuerdan que dije que las estrellas estaban mal ubicadas en los ventanales? Es porque se veían muchas constelaciones muy juntas. Eso debe ser. Vamos a apretar los símbolos en orden de las que estén más cercanas a la Tierra. Primero… —Miró a los ventanales—. La constelación de Leo, por supuesto. —Soltó una breve risa mientras se acercaba a presionar el botón, que resultó ser correcto.
—¿Por qué te ríes? —A pesar de que era muy raro oírlo reír, Kohaku sintió el repentino impulso de mirarlo mal.
Sebastian la ignoró.
—Sigue la constelación de capricornio. —Sebastian presionó el siguiente botón.
—¡Luego Aries! —Notó Hiroshi, presionando el botón rápidamente.
No les fue difícil encontrar el resto de constelaciones y por fin la puerta se abrió y pudieron pasar a la siguiente sala de escape, que parecía una escena sacada de una película de acción, con rayos laser pasando a través de toda la habitación y un gran diamante al otro lado.
—¿Qué pasa si tocamos estos laceres? —preguntó Hiroshi, que era muy curioso, tanto que se quitó un zapato y tocó los laceres, a lo que de inmediato todo el suelo se abrió y vieron una piscina de lo que parecía ser gelatina de cebolla, porque a eso olía.
—Ugh. —Kohaku se apartó varios pasos, sosteniendo su nariz—. Que desagradable.
—Tendrás que tomar el riesgo —dijo Sebastian—. Yo no podría pasar por ahí ni aunque mi vida dependiera de ello, y sospecho que el… que Hiroshi tampoco.
—Y tienes mucha razón. —Hiroshi retrocedió varios pasos luego de ponerse otra vez su zapato.
—¡Ja, por supuesto que solo yo podría! ¡Nunca vi algo como esto, pero se nota que requiere de una gran agilidad y eso es algo que me sobra! Con mi visión, lograré marcar una ruta adecuada por la que pueda pasar. —Se sentó en el piso y comenzó a observar cuidadosamente los rayos laser.
Hiroshi se sentó a su lado, también observando las posibles rutas.
—Creo que tu cuerpo podría llegar lejos, eres muy delgada —dijo el cuarto galán, pensativo—. Aunque los primeros laceres parecen impasables a mí parecer, luego la cosa se pone fácil, pero ya pasando los seis o siete metros todo empieza a complicarse, no sé si podrás pasar… parece imposible.
—Ja, eso parece —Cerró los ojos de forma reflexiva, pensando por un momento—, pero no lo es. Ya lo tengo. Sé cómo voy a cruzar.
—¿Podrás? —Hiroshi parecía dudoso.
—Sí tú lo dices, confiaré en tu palabra. —Sebastian no parecía tener ni una duda.
Kohaku sonrió y tomó carrera antes de lanzarse directamente y sin miedo a los laceres, abrazándose a sí misma al pasar por un hueco increíblemente estrecho en el que apenas había espacio para sus hombros y sus caderas. Logró aterrizar en sus manos y se mantuvo recta entre varios laceres, acomodándose lentamente para volver a estar sobre sus dos pies.
—¡Wow! ¡Qué destreza! —El matrimonio y sus cinco hijos se quedaron boquiabiertos, hasta la cuñada.
—¡Ella también es genial! —exclamó el hijo pre-adolescente.
—Me sorprende que lograra pasar siendo tan voluptuosa… —murmuró el padre, ganándose un codazo de su esposa—. ¡Voluble, quise decir voluble! Ya sabes, eso fue muy impulsivo. —Tosió varias veces.
Kohaku siguió cruzando contorsionando todo su cuerpo, saltando con volteretas increíbles o bien arrastrándose por el suelo de ser necesario, dejando a gran parte de la audiencia impresionada y hasta llena de envidia por los galanes que podían verla de primera mano.
Hablando de los galanes, a Hiroshi se le notaba la boca abierta y los ojos fijos en Kohaku. Sebastian estaba totalmente cubierto, pero igual parecía no apartar la vista de la protagonista.
Kohaku llegó al diamante y rompió el domo de cristal que lo rodeaba de una patada con sus poderosas piernas, retirándolo del podio.
Los laceres se desactivaron, pero comenzó a sonar una alarma que los puso nerviosos de inmediato, más cuando el piso empezó a temblar.
—¡La puerta necesita llave! —gritó Kohaku al ver que seguían encerrados.
—Rompe el diamante —mandó Sebastian, antes de mirar a Hiroshi—. Será mejor correr.
Los dos se lanzaron disparados a atravesar el suelo que estaba comenzando a abrirse lentamente, temblando tanto que Sebastian casi se cae, pero Hiroshi lo salvó y lograron llegar con Kohaku, que estaba rompiendo el diamante a patadas.
—¡Aquí está la llave! —Rápidamente la usaron y lograron llegar a la tercera y última Escape Room.
La última sala de escape era un laberinto, otra vez, pero este tenía un enorme espejo en el techo para reflejar todo lo que había en la habitación, y Kohaku fue la primera en notar que al otro lado del cuarto los esperaba la puerta, junto a un rompecabezas al que le faltaban varias piezas.
Le dijo eso a los galanes, que dedujeron rápidamente que las piezas restantes debían estar regadas alrededor del laberinto.
—Quedan quince minutos antes de que se nos acabe el tiempo —calculo Sebastian, muy seguro de lo que decía—. Será mejor apresurarnos.
—En ese caso, es mejor dividirnos —propuso Hiroshi y los otros dos estuvieron de acuerdo, por lo que de inmediato tomaron caminos distintos en el laberinto y comenzaron a buscar en cada rincón piezas para el rompecabezas, levantando rocas y hojas secas repartidas por el suelo.
Kohaku no tardó en encontrar cuatro piezas y, utilizando el espejo, llegó hasta el final del laberinto y encajó las piezas en el mural junto a las otras, pronto llegó Hiroshi y siguió su ejemplo, él encontró tres piezas. Sebastian fue el último en llegar, con solo dos piezas en su poder.
—Sigue faltando una pieza —murmuró Hiroshi, sudando frío.
—Tú arma el rompecabezas —dijo Sebastian—. Kohaku, tú y yo vamos a buscar la pieza faltante.
—¡Y mientras están en eso!~ —La cámara de pronto volvió a Gen, que tenía una mano en la oreja en la que tenía el auricular para comunicarse con producción—. ¡Producción quiere que le enseñemos al público dónde está la pieza faltante!~ —Rio maliciosamente.
La enorme pantalla que estaba en el escenario para que el público presente pudiera ver dejó de mostrar lo que pasaba en vivo por un momento, retrocediendo el video para que todos pudieran ver lo que pasó unos minutos atrás.
La cámara enfocó a Sebastian, que encontró una pieza entre las hojas.
Disimuladamente, Sebastian tomó la pieza y la metió dentro de su gabardina, escondiéndola antes de comenzar a dirigirse a la puerta.
El público jadeo con sorpresa e indignación.
—¡No puede ser!
—¡Traición!
—¡Pensé que eras un caballero, bastardo!
—¡Es tan malo como ese Ark!
—¡Bueno, casi tan malo!
—¡No puedo creer que lo traicionara después de que lo ayudo tanto!
—¡A mí no me importa, Sebastian! ¡Aún te amo!
—¡Hizo bien! ¡Sebastian tiene que ganar!
La opinión del público se dividió, y mientras seguían discutiendo la cámara volvió a mostrar la transmisión en vivo, viendo que Sebastian no estaba disimulando mucho el estar buscando, mientras que Kohaku estaba revolviendo todo para intentar encontrar la pieza faltante.
—Eso si fue muy descarado de su parte. —Ryusui soltó una gran risotada, mientras que Luna declaró que Sebastian bajó muchos puntos en su lista de favoritos.
Finalmente, los dos acabaron volviendo con Hiroshi, que tenía el rompecabezas listo excepto por la pieza faltante.
—¡No la encuentro por ningún lado! —exclamó Kohaku con nerviosismo.
—Quedan tres minutos —dijo Sebastian.
—¡M-maldición, busquemos una vez más! ¡No tenemos nada que perder! —Esta vez los tres fueron al laberinto, intentando encontrar la pieza. Ahora Sebastian si estaba fingiendo buscar, pero siguió ocultando la pieza hasta que la puerta se abrió sola y Gen habló por el parlante para avisarles que el tiempo se les había terminado.
—Lo siento mucho, perdieron el desafío. Por favor, pasen al escenario.
Hiroshi pareció derrotado y caminó al escenario con los hombros caídos, con Sebastian y Kohaku siguiéndolo, ella mirándolo con pena.
—¡Ese desafío era imposible! —reclamó Kohaku apenas llegaron al escenario—. ¡¿Por qué escondieron tan bien una pieza tan importante?! ¡Eso fue injusto, Gen! —Cruzó los brazos con reproche.
—¡Fue Sebastian! —gritó alguien en el público.
—¡Traición, traición!
—¡Sebastian escondió la pieza!
—¡Apuñaló a Hiroshi por la espalda!
—¡Traidor, doble cara!
—¡No los escuches, Sebastian, te amamos!
—¡Sigues siendo el mejor!
Kohaku y Hiroshi escucharon los gritos del público con las bocas abiertas, antes de voltear a ver a Sebastian con incredulidad.
—Lo admito. —Sebastian sacó la pieza del rompecabezas de su gabardina—. Sabotee a Hiroshi intencionalmente. Y no me arrepiento.
—Tú… —Una vena se hinchó en la sien de Kohaku—. Ja, no me lo esperaba de ti. Eres escoria. —Negó con la cabeza.
—Tú… —Hiroshi se acercó a él y tomó el cuello de su gabardina, con una postura amenazante—. ¡Bastardo! ¡Yo te ayude a ganar a ti y así me pagas!
—No te engañes, Hiroshi. —Sorprendentemente, Sebastian soltó una pequeña risa malvada—. Estamos aquí por Kohaku, no para hacer amigos ni alianzas. No voy a dejarte el camino fácil. No pensé que fueras tan ingenuo.
—¡TÚ…! —Alzó un puño como si quisiera golpearlo, haciendo al público jadear con sorpresa.
—¡OYE! —Kohaku tomó el brazo de Hiroshi y lo alejó de Sebastian como si fuera un muñeco de trapo—. ¡Tampoco me gusta lo que hizo, pero si lo golpeas yo voy a golpearte a ti! —advirtió, ferozmente protectora del primer galán.
Hiroshi torció los labios, frotando su brazo.
—No iba a golpearlo… —Bajó la cabeza—. Lo siento, parece que soy demasiado amable para este programa, y para ti también, Kohaku. —Le dio la espalda y se marchó a paso rápido, abandonando el set sin esperar a que Gen cerrara el programa o sin siquiera despedirse.
Kohaku hizo una mueca, de repente sintiéndose mal por defender al que traicionó al otro. Es verdad que Hiroshi en ningún momento hizo amago de lanzar el puño hacia adelante, lo mantuvo quieto, pero entró en pánico e intervino de todas formas.
—Bueno, Kohaku-chan… —Gen habló con cautela ante el ambiente tan tenso (tanto que hasta el público estaba en silencio sepulcral)—. ¿Vas a darle a Sebastian-chan su premio por ganar? Una cita privada o un beso… ¿Piensas concederle algún premio? —preguntó solo por compromiso, sabiendo de antemano lo que ella iba a contestar.
—¡Ja! Claro que no. —Cruzó los brazos y apartó la mirada—. Esa no fue forma de ganar y él lo sabe —habló con reproche.
—Diría que lo siento, pero mentiría. —El tono de Sebastian era indescifrable—. No voy a darle a otros la oportunidad de estar con la mujer que amo —gruñó por lo bajo, antes de retirarse del escenario también sin despedirse.
Kohaku volteó a verlo de golpe, con los ojos muy abiertos y la boca desencajada, mientras que el público jadeó una vez más con suma sorpresa.
La protagonista se quedó mirando el sitio por el que Sebastian se fue, todavía sin salir del shock, con su rostro comenzando a enrojecer profundamente.
—Lamento decirlo, pero se nos acabó el tiempo~. —Gen se puso frente a la cámara con una sonrisa nerviosa—. ¡Tendrán que sintonizarnos mañana para ver cómo sigue esta historia! ¡No se pierdan el último día con la temática Escape Room! ¡Y no olviden que esta ya es de las últimas semanas de este amado y exitoso programa! ¡No se lo pierdan!
El episodio llegó a su fin, pero la conmoción no murió, las redes sociales estaban estalladas con debates acerca de si Sebastian merecía ser cancelado y rebajado en nivel de popularidad al nivel de la oveja negra Ark, otros decían lo mismo de Hiroshi por intentar golpear a Sebastian, al final las popularidades se mantuvieron casi en el mismo nivel ya que ambos galanes habían actuado mal, pero la tensión estaba muy elevada, muchos extremistas salieron a decir que nadie que no fuera su galán favorito merecía tener una oportunidad con Kohaku, en especial los fans de Daisuke que eran la mayoría.
Las cosas siguieron tensas y escalaron cada vez más y más, en especial en algunos grupos privados que hasta decían cosas como que desearían que Hiroshi hubiera golpeado a Sebastian y que Kohaku hubiera golpeado a Hiroshi y que acabaran sacando a los dos de la competencia y etc., etc. Gen se enteró de algunas cosas preocupantes, pero estaba demasiado ocupado preparando las cosas para el siguiente episodio, así que no hizo mucho caso.
De todos modos, solo eran absurdas discusiones de redes sociales.
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—¡Viernes de Ark! Y por descarte ya deben saber que también contamos con Tatsuo-chan como nuestro invitado de hoy~. —Después de saludar al público, Gen hizo pasar a la parejita del día y al galán del miércoles al escenario—. Y bueno, ya sabemos lo que Kohaku-chan opina de los galanes que sabotean a otros galanes, así que dime, Tatsuo… Bueno, Titan-chan, ¿qué pretendes hacer hoy?
Esta vez Titan no se molestó en venir con su mascarilla y los anteojos, vino sin nada para cubrir su rostro, pareciendo bastante cómodo.
—Pues supongo que ayudaré, ya metí bastante la pata con Kohaku-chan. —Rio nerviosamente.
—Honestamente, si alguien merece ser saboteado ese es Ark —murmuró Kohaku, con rostro en blanco.
—¡¿EEEEH?! ¿Entonces puedo sabotearlo? —Titan sonrió emocionado.
—Sin embargo —Kohaku siguió hablando—, siento que es mi deber ayudar a todos ustedes en sus respectivos días, y preferiría que no lo sabotees. Incluso aunque lo merece. —Miró mal a Ark, que solo pudo reír por lo bajo.
—Oh, está bien. —Titan encogió los hombros, sonriendo despreocupadamente.
—¡Bueno, no perdamos el tiempo y pasen a la habitación del amor!~ ¡Tendrán el honor de pasar por las últimas Escape Rooms! Ya saben las reglas~. ¡Diviértanse!~
La cámara cambió para mostrarles la primera de las últimas salas de escape, sorprendiendo a todo el público al ver una elaborada decoración hawaiana con antorchas, palmeras, máscaras extravagantes, un puesto donde servían licores, cocos y otras cosas y varios baúles de madera. La puerta también estaba hecha de madera y tenía un candado que necesitaba un código para abrirse.
—Muy bien, lo primero y más obvio es revisar los baúles. —Ark no perdió tiempo y fue a ver las cajas, sacando varios martillos de la primera caja.
—Mira, esas palmeras tienen cocos —señaló Kohaku— y los cocos tienen distintos números de agujeros, veo varios que tienen tres, cuatro, seis y cinco… ¿será para el código?
—Estas cajas tienen herramientas para partir los cocos —murmuró Ark, sacando una herramienta puntiaguda del segundo baúl—. Además, también hay hojas de cálculo y bolígrafos aquí —informó al revisar el tercer baúl—. Los cocos deben tener en su interior más números y seguramente debamos hacer algún cálculo para obtener el código.
—En eso dependeremos de ti, chico listo —dijo Titan sinceramente—. No sé nada de esas cosas.
—Para ser honesto, no quiero perder el tiempo en eso. —Ark sonrió de forma desquiciada, tomando un martillo y la herramienta puntiaguda—. Denme un segundo.
Se encaminó a la puerta y colocó la herramienta puntiaguda en el candado, golpeándola luego con el martillo, rompiendo el candado y abriendo la puerta como si nada.
Kohaku y Titan lo miraron con la boca abierta.
—Listo, habitación resuelta, pasemos a la siguiente. —Arrojó las herramientas despectivamente y se fue de allí.
La cámara de pronto enfocó a Gen, que también estaba con la boca abierta.
—A veces hasta a mí me cae mal… —susurró por lo bajo, aunque como tenía un micrófono todos lo oyeron—. ¡Ark-chan, intenta resolver los acertijos, por favor! —Su voz se oyó a través de parlantes en las salas de escape—. ¡Trabajamos mucho en esas habitaciones! ¡Además, si nos sobra demasiado tiempo haremos que contestes llamadas del público y si no contestas con sinceridad o de forma satisfactoria recibirás un castigo! —lo amenazó para que no se saliera del formato planeado.
—Sí, sí, lo que digas, ni que fuera tan difícil. —Ni pareció importarle.
Kohaku y Titan siguieron a Ark a la segunda Escape Room, que tenía la apariencia de una sala arcade con montones de máquinas de videojuegos de esas grandes, algunas encendidas y algunas apagadas, y aparte también pudieron ver algunos juegos de feria, por alguna extraña razón. La puerta no tenía manija ni candado, solo una ranura por la que solo cabrían monedas o algo parecido.
—Bueno, bueno, esto sí me emociona. —Ark sonrió con todos los dientes—. ¿Jugar videojuegos para ganar? Qué emocionante. —Rio como niño mientras corría a una de las máquinas encendidas.
—No olvides que tenemos que escapar de aquí. —Kohaku lo siguió con resignación.
—Resolví la primera habitación en dos minutos, creo que puedo permitirme distraerme un poco. —No dejó de sonreír mientras se sentaba a jugar un juego de un hombrecito con sombrero rojo—. ¿Tienen permiso para reinventar estos juegos? Que yo sepa Nintendo ya se está reconstruyendo, cuidado con las demandas.
—Ni lo menciones, nos costó bastante caro convencerlos… —murmuró Gen por lo bajo, para luego hacerle una seña a la cámara de dejar de grabarlo.
—¿Y nosotros qué hacemos o qué? —preguntó Titan, bostezando—. Yo no entiendo todas estas cosas modernas.
—Denme un momento, esto es pan comido. —Ark no dejó de sonreír mientras se pasaba el nivel del juego, para luego hacer una mueca al ganarlo y ver que salió una ficha y ya no lo dejaba jugar más—. Ok, claramente hay que jugar para conseguir fichas, y los juegos son muy cortos, para mi mala suerte. —Bufó—. Bien, me tomaré esto en serio, echémosle un vistazo a los juegos de feria.
Los juegos de feria eran los típicos de golpear algo con un martillo, dispararle a globos, embocar aros en una botella y cosas así, y Ark rápidamente le explicó todo lo que tenían que hacer a los aldeanos para que pudieran jugar a eso.
—Ustedes ganen todas las fichas que puedan aquí, yo jugaré un poco más. —Rápidamente corrió de regreso a los juegos arcade.
—Dice que no quiere dejarle el camino fácil a los demás y ahora prácticamente la empuja a una cita en una feria con Titan solo para jugar videojuegos. —La señora Saionji negó con la cabeza mientras veía el programa—. ¿Quién lo entiende?
Kohaku y Titan empezaron a jugar con entusiasmo, él logró llegar a lo más alto en el reto de golpear con la campana con un mazo, ella rompió el juego. Él logró embocar los aros alrededor de las botellas, ella se enfadó de no poder darle a los globos con la pistola y la rompió en sus manos. Luego jugaron una especie de mini juego de basquetbol, cosa en la que Kohaku fue más decente.
Ganaron varias fichas y Titan siguió jugando, pero Kohaku decidió ir a ver qué hacía Ark, llegando justo para verlo ganar un juego de una extraña bolita rosa con ojos que por alguna razón era muy adorable.
—Ah, leona, justo a tiempo. —Ark volteó a verla con una sonrisa—. El siguiente juego es mejor de a dos. ¿Me harías el honor? Tengo la impresión de que eres muy buena jugando.
—¡Ja, tienes razón! —Sonrió, aunque una parte de ella entristeció de pronto al recordar que fue Senku el que le enseñó a jugar.
Para colmo, Ark la llevó hasta una máquina que era un juego de disparar, lo que le recordó todavía más a los primeros juegos que jugó con Senku.
Mientras jugaba con él, sin embargo, dejó de lado esos recuerdos y se concentró en divertirse. Era bueno hacer algo entretenido en ese programa en vez de solo sentirse incómoda por ser la protagonista del programa romántico del momento y recibir la atención y afecto de cinco desconocidos… o bueno, cuatro desconocidos y Titan.
Siguió jugando con Ark hasta que él empezó a preocuparse por el tiempo que les quedaba.
—Muy bien, hora de juntar estas fichas. —Se reunieron con Titan y empezaron a examinar el botín ganado—. Las fichas tienen símbolos específicos, no creo que debamos echarlas todas, hay algo que debemos descifrar.
—Pues hazlo tú, tú eres el cerebrito. —Titan se recostó cómodamente contra una de las paredes.
—Iba a hacerlo sin que me lo dijeras, idiota número tres —masculló desinteresadamente Ark mientras revisaba las fichas—. Pff, solo son kanjis incompletos que pueden combinarse entre sí para formar las palabras "doce fichas". Qué fácil. Hasta un mocoso de primaria podría hacerlo.
—Qué presumido es, cómo lo detesto. —La cuñada del matrimonio con cinco hijos le lanzó palomitas de maíz a la televisión, malhumorada.
Introdujo las doce fichas con kanjis incompletos en la ranura y la puerta se abrió, dándoles paso a la última Escape Room de quizás todo el programa.
Una vez más tenían un laberinto, esta vez con rayos laser, escaleras colgando del techo, baldosas de ajedrez en el suelo, serpientes, hojas secas y con tres caminos diferentes, aparte de luces parpadeando y un espejo en el techo que mostraba que al otro lado también había un rompecabezas incompleto esperando para abrir la puerta.
—Parece que mezclaron un poco de todo para la última sala de escape. —Kohaku sintió varias gotitas cayendo por su sien—. Por suerte esta vez los láseres no parecen tan difíciles de cruzar.
—Yo soy muy grande para pasar por los láseres, pero creo que puedo colgarme de las escaleras para pasarlos. —Titan no dudó en dar un gran salto, enganchándose a una escalera y comenzando a treparla para pasar por encima de los láseres.
—Espera, idiota. —Ark lo miró con fastidio—. Las luces son código morse, están diciendo que hay trampas en las baldosas, hay que tener cuidado.
—¡¿Y dónde se supone que debo pisar, entonces?!
—Mmm… —El galán del viernes lo pensó un momento, examinando la sala—. Lo tengo. Las serpientes son la clave. Pisa donde están las serpientes.
—¡¿Estás loco?! ¡Me preocupan más las serpientes que las baldosas trampa! —le chilló.
—¿Qué no escuchaste al idiota número dos en tu día? Son inofensivas. Deja de perder el tiempo y hazlo —ordenó con fastidio, para luego mirar a Kohaku, que lo estaba mirando—. ¿Qué?
—Tenemos que encontrar las piezas para el rompecabezas, así que debes pasar también. ¿Llegas a la escalera o quieres que te cargue?
Ark hizo una mueca, luciendo como si estuviera peleando consigo mismo para tragarse su orgullo, antes de suspirar resignado.
—Bien, cárgame.
Kohaku se colgó de las escaleras y atrapó a Ark entre sus piernas, no sin antes hacer que se volteara, aun así, Ark parecía bastante cómodo estando entre los muslos de la chica.
—Esto no es nada desagradable, de hecho. —Rio entre dientes, provocando que Kohaku se sonrojara y lo dejara caer de cara donde estaban las serpientes. Afortunadamente, Titan atrapó a Ark.
—¡Cuidado! ¡Si las hacen enfadar seguro nos morderán!
—Exacto, ¿quieres matarnos o qué, leona?
—¡Ja, eso te pasa por pervertido! —Aterrizó junto a ellos—. Ahora será mejor seguir.
—Aquí hay piedras —notó Ark, tomando unas cuentas—. Las serpientes no están en todas partes, si tienen dudas sobre una casilla usen las piedras para hacer peso y ver si pueden pisarlas o no. Leona, ¿alcanzas a ver cuántas piezas del rompecabezas faltan?
—Son diez, igual que ayer.
—Bien, hay que dividirnos y buscar. Y ni se te ocurra sabotearme como Sebastian saboteó al idiota número cuatro, ¿oíste, idiota número tres? —Ark miró con una mueca a Titan.
—Tranquilo, ya vi como terminó él, y yo ya quedé lo suficientemente mal ante Kohaku en el reto de los bebés robots. —Lloriqueó con solo recordarlo.
Se separaron para buscar las piezas, teniendo que esquivar serpientes, tener cuidado con las baldosas y lidiar con la oscuridad recurrente de las luces parpadeando a veces por el código morse o a veces solo por molestarlos.
Finalmente, los tres llegaron al final de laberinto, con las diez piezas necesarias para armar el rompecabezas, cosa que Ark resolvió a los veinte segundos como si fuera juego de bebés.
El rompecabezas se levantó y detrás quedó una especie de crucigrama como el del primer día, solo que más corto.
—Agh, qué fastidio. —Ark empezó a resolverlo rápidamente como si fuera otro juego para bebés, antes de trabarse con la última pregunta—. Esta… no la sé.
—¿No la sabes? —Kohaku lo miró boquiabierta—. ¿Qué dice?
—¿Cuál es el juguete más vendido actualmente? —leyó, bufando—. ¿Cómo se supone que voy a saber eso?
—El juguete más… ¡Oh, mi sobrino me pidió un juguete hace unas semanas! ¡Dijo que todos sus amigos tenían uno! —recordó Kohaku—. Era… Era una especie de pato musculoso con capa…
—Ah, es verdad. —Ark sonrió entusiasmado—. Recuerdo que… que mi sobrino también tiene uno de esos. Se llama Comandante Duck. Bien hecho. —Introdujo el nombre y la puerta finalmente se abrió.
—¿Tienes un sobrino? —preguntó Kohaku.
—Ajá, te dije que tengo una hermana. En fin, vámonos, aunque estamos con varios minutos de sobra.
Pasaron por la última puerta, ganando así el desafío, siendo recibidos en el escenario por los aplausos sin ganas de muchos en el público y los chillidos enloquecidos de las porristas de Ark.
—¡Felicidades, felicidades, Ark-chan! ¡Ganaste la última Escape Room! Ahora Kohaku-chan puede darte una recompensa, si quiere, claro. —Miró a la protagonista—. ¿Y bien?~ ¿Esta vez sí le concederás un beso o una cita privada?
—Yo… —Dudó un poco, antes de suspirar—. Bien, aceptó tener una cita con él.
—¡¿EEEEEEH?! —Muchos en el público no pudieron creerlo, mientras que las porristas de Ark lloraron de envidia.
—Bueno, esto me sorprende. —Ark sonrió, genuinamente sorprendido.
—Ja, debo admitir que lo de tu sobrino llamó mi atención —se excusó ella—. Podríamos hablar de eso en la cita. ¿Dónde tenemos que ir?
—¡Donde ustedes quieran! —aseguró Gen—. Solo salgan por atrás y elijan alguna de las cafeterías privadas de nuestro estudio, solo hay empleados allí y no los molestaran. Y tranquilos, nadie los grabara, este es un momentito privado entre ustedes que Ark-chan se ha ganado y Kohaku-chan ha decidido concederle~. Disfrútenlo~.
—Lo haré, créeme. —Ark se veía muy complacido.
—¡Y eso es todo por el episodio de hoy! —Gen se paró frente a una cámara, lanzando pétalos de flores al techo—. Me alegra que Ark-chan resolviera todo tan rápido, así me da tiempo de anunciarles una triste y a la vez feliz noticia. ¡La próxima semana será la última semana de desafíos!
—¡¿QUÉ?! —gritó el público.
—¡¿Tan pronto?!
—¡No puede ser!
—¡¿Qué voy a ver ahora?!
—Pero no desesperen, tranquilos, tranquilos, mi hermoso público. —Gen guiñó un ojo a la cámara—. La próxima semana será la última semana de desafíos, la semana siguiente a esa tal vez el lunes o tal vez el martes Kohaku-chan elegirá a su galán ganador… o a nadie, si es que ninguno logró enamorarla.
—¡Que elija a Daisuke! —gritaron varios en el público.
—¡Que elija a Hiroshi, lo merece!
—¡DAISUKE, DAISUKE!
—¡Que elija a Sebastian o que me lo deje a mí!
—¡Cualquiera menos Ark!
—Tranquilos, tranquilos. —Gen levantó las manos con una sonrisa nerviosa—. La decisión es solo de Kohaku-chan, ella es la única que puede decidir. —Miró atrás hacia su amiga, que apartó la mirada, luciendo un poco cabizbaja de pronto—. En fin, luego de la elección de uno o el rechazo de los cinco seguirán uno o varios días de entrevista a los galanes y/o a nuestra protagonista, ¡y luego estaremos recibiendo a una nueva protagonista o bien nuevo protagonista para seguir uniendo corazones! ¡Todavía queda mucho de Juego de Citas mientras nuestro público nos siga apoyando!
Ante eso, la audiencia aplaudió con emoción, aunque muchos igual se sentían tristes de tener que despedirse de la primera protagonista y los primeros galanes.
—¡Muchas gracias por sintonizarnos y por acompañarnos a lo largo de estas divertidas y románticas semanas! ¡Los esperamos la próxima semana para que vean lo último de Kohaku-chan y sus cinco galanes! ¡Y claro, será la antesala de la elección final! ¡¿A quién elegirá nuestra codiciada Kohaku-chan?! ¡Descúbranlo en los próximos episodios de Juego de Citas!
Con un beso al aire y otra lluvia de flores, el episodio llegó a su fin.
Mientras las luces del escenario se apagaban, Ark tomó la muñeca de Kohaku, sorprendiéndola, y la arrastró fuera del set y fuera del estudio, sin dejar de sonreír complacido.
—Entonces, ¿finalmente admitirás que soy al que le darás la victoria? —le dijo mientras salían por la puerta hacia la noche fría—. Soy el único al que le has dado la cita, así que a este punto parece obvio.
—¡Ja! Ya te dije que me llamó la atención lo de tu sobrino, y también fue porque ni loca querría besarte. —Apartó la mirada, viendo que varias personas estaban rodeando el estudio, mirándolos con curiosidad, muchos con pancartas y camisetas de Daisuke, Sebastian y Hiroshi, aparte de las máscaras.
—Ese mentalista tiene que mejorar la seguridad de este sitio, a este paso esto de privado tendrá muy poco. —Bufó Ark, esta vez tomando la mano de Kohaku para arrastrarla lejos, haciéndola enfadarse por su descaro.
—¿Y a ti quién te dijo que podías tomarme la mano? —Lo apartó sin mucha delicadeza, solo haciéndolo reír más mientras le daba la espalda.
—Sí, sí, lo que digas. Vámonos antes de que empiecen a abuchearme más.
—Bien, tengo hambre. —Se le adelantó para ir a la cafetería más cercana, sabiendo que todas servían prácticamente lo mismo.
—Que apetito tan feroz, digno de una leona. —Rio.
—¡No me digas, leona! —Volteó a verlo molesta por el estúpido apodo robado, alcanzando a ver como un hombre con máscara de Daisuke se acercaba corriendo a Ark, con un cuchillo en la mano—. ¿Qué?... ¡ARK! —Corrió hasta él, pero fue tarde, Ark volteó hacia el hombre al escuchar sus pasos, justo mientras este le clavaba el cuchillo en las costillas, para luego salir corriendo.
Llena de ira, corrió hasta el atacante y lo alcanzó en dos segundos.
—¡JA, como si fuera a dejarte escapar! —Le encajó un rodillazo en plena cara, derribándolo y encajándole un último puñetazo para dejarlo inconsciente. Luego corrió hasta Ark.
—Mierda… —Él siseó, arrodillado en el suelo sosteniendo su herida—. Me han hecho cosas peores… pero duele. —Rio secamente, escupiendo un poco de sangre.
La gente a su alrededor estaba filmando y sacando fotografías, murmurando.
—¡¿QUÉ HACEN?! ¡Llamen a una ambulancia! ¡Llamen a la policía! —les gritó ella con enfado—. ¡GEEEN! —gritó luego por su amigo, esperando que él supiera qué hacer ahora.
Gen tardó unos segundos en llegar, jadeando, para luego gritar horrorizado.
—¡¿Pero qué diablos pasó?!
—¡Un idiota lo atacó con un cuchillo! ¡Está sangrando mucho! ¡¿Qué hacemos?!
—Primero, tranquilízate —mandó Ark, increíblemente serio, haciendo que hasta la pequeña multitud (que se había acercado más) guardara silencio—. Segundo, denme algo para hacer presión. —Gen se quitó su chaqueta de inmediato y Ark la usó para contener la sangre—. Tercero, hay una enfermería con todo lo necesario para primeros auxilios en el estudio, será más rápido que la ambulancia. Llévenme allí y déjenme descansar.
Kohaku lo cargó cuidadosamente, mirando a Gen con pánico contenido.
—¿Dónde está el sitio ese de primeros auxilios?
Gen se aseguró que seguridad contuviera al agresor y luego los guio hasta la enfermería y Kohaku dejó a Ark en una camilla, a lo que él le sonrió suavemente.
—Gracias, pero ahora por favor vete.
—¿Qué? —Lo miró incrédula—. ¡No voy a dejarte cuando estás herido, idiota!
—Odio tener este casco ahora, quiero quitármelo, y no quiero que veas mi cara…
—¡Ese motivo es absurdo! ¡Solo déjame ver tu maldito rostro, no me importara si eres feo, guapo o lo que sea! ¡No te dejaré ahora!
—Si quieres ver mi rostro, entonces elígeme a mí. —Sonrió dolorosamente—. No pienso dejar que me veas hasta ese entonces, así que ahora por favor vete.
—Pero… —Kohaku miró a Gen en busca de ayuda, viendo que justo cerraba su celular.
—Kohaku-chan, no le causes agobio a Ark-chan ahora, por favor vete.
—¡Me niego!
—Acabó de escribirle a Senku-chan —le dijo con firmeza—. Su laboratorio está cerca, vendrá aquí con Whyman-chan, sanarán a Ark-chan con la petrificación. Él estará bien.
Eso la hizo tensar la mandíbula con fuerza.
—Bien… Esperaré afuera de la habitación hasta que Senku venga y cuando sané a Ark quiero asegurarme de que realmente esté bien. —Cuando dijo eso, Gen y Ark intercambiaron miradas rápidamente.
Kohaku salió de un portazo y se sentó a un lado de la puerta, haciendo guardia como perro guardián.
Pasaron los minutos y varias personas entraron y salieron de la habitación, pero ninguna era Senku. Vio que la ambulancia llegó, pero les dijeron que se fueran porque iban a curar a Ark con la petrificación.
Pasó más y más tiempo, Kohaku miraba al reloj de su celular todo el tiempo y cuando pasó media hora estaba a punto de entrar a la enfermería tirando la puerta abajo, cuando de pronto Senku llegó, jadeando, con Whyman atado a su cintura.
—¡¿Por qué diablos tardaste tanto?! —le reclamó de inmediato—. ¡¿Quieres que muera o qué?!
Senku la miró con pura indiferencia.
—Lo que tus galanes hagan o dejen de hacer no me importa —dijo con frialdad, dejándola boquiabierta—. Vine solo porque Gen me llamó. —Entró a la habitación y cerró con llave, impidiéndole entrar, el muy bastardo sin sentimientos.
Volvió a sentarse, con los brazos cruzados y una mueca de profunda ira.
¿Desde cuándo Senku era tan frío con una persona que necesitaba su ayuda? ¡No podía creerlo de él!
Luego de unos minutos, Ark salió de la habitación, con una nueva camisa no ensangrentada y su sonrisa despreocupada de siempre.
—¡Ark! —De inmediato lo abrazó, sintiéndose aliviada de escucharlo reír de esa forma desagradable suya, porque eso significaba que realmente estaba bien—. Lamento no haber detenido a ese idiota. ¡Juró que no volveré a bajar la guardia! —le prometió.
—Despreocúpate. —Encogió los hombros—. El mentalista aumentara la seguridad.
—Ja, claro que lo hará, o de lo contrario tendrá que aceptar que traiga mis cuchillos al programa. —Intentó mirar dentro de la habitación, tratando de ver a Gen y a Senku, pero Ark cerró la puerta antes de que pudiera ver bien—. En fin, ¿me acompañas a tomar un taxi? Quiero ir a mi casa y dormir.
—¿Qué hay de la cita? —preguntó, pestañeando repetidamente.
—Estoy muy cansado… —Se llevó las manos a la cintura mientras suspiraba—. Tendrá que ser en otra ocasión.
—Muy bien…
Lo acompañó a tomar un taxi y luego volvió al estudio, corriendo a la enfermería. Vio a Gen allí, mandando mensajes frenéticamente, pero Senku no estaba.
—¿Y Senku?
—Ya se fue, obviamente —contestó Gen con una sonrisa algo rara—. Ya lo conoces, nunca quiere perder el tiempo en cosas innecesarias, y tiene mucho trabajo.
—Sí. —Frunció el ceño—. Ya lo conozco. —Se fue, cerrando de un portazo.
Kohaku se fue directo a casa, sabiendo que luego le esperaría un fin de semana infernal con todo el mundo sabiendo lo que había pasado en la "cita" con Ark y su propia culpa por no haberlo evitado.
Solo esperaba no tener que ver a Senku otra vez después de ese incómodo encuentro fuera de la enfermería.
Ja, aunque lo dudaba.
Él siempre tenía tiempo para su trabajo, pero nunca para cuando ella realmente lo necesitaba.
Continuará...
Holaaaaa :D
Aquí un nuevo cap de Juego de Citas!
Dedicado a mi querida Gaby :3
Ojala q les haya gustado!
Esto ya fue lo último de Escape Room y ahora pasaremos a la semana final de desafíos! Como dijo Gen xD
Quizás sean dos o tres capítulos más de esa última semana de desafíos, pero luego viene lo importante, se acerca el momento de la elección final de Kohaku... o.o
Ya imaginan a quién elegirá nuestra waifu? Siquiera elegirá a uno de los cinco? Y ya saben cuál es el giro? owo
Muchas preguntas, muchas preguntas~
Pero bueno, espero q estén disfrutando de esta historia q es lo más importante!
Gracias por todo su apoyo y no olviden que se les ama!~
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
