Advertencia: El siguiente capítulo tiene contenido sexual y lenguaje no apto para menores.


Su mirada se desvió del libro que estaba sosteniendo a su kamineko, la joven se encontraba dándole la espalda alejada a unos cuantos centímetros de él, respiró hondo, el tiempo que había permanecido en el castillo le había enseñado a conocerla bastante bien, tanto que sabía perfectamente que en ese momento se encontraba muy enojada.

—Oye, no has cantado para mi -Lo dijo suavecito, tratando de al menos ablandar la situación con su Loxar. Ella inmediatamente reaccionó, sabía que no iba a dejarlo sin la canción, no permitiría que él tuviera pesadillas, pero...

—Pídeselo a ella. -No solía contestarle así, ella generalmente era tan dulce y tierna con él, sin embargo, en ese instante no quería hablar, solo quería esperar que su enojo saliera de su cuerpo para posterior poder dirigirse a él con más calma.

Automáticamente el Fullbuster puso sus ojos en blanco, dejó el libro encima de su mesa de noche para acercarse a ella y posar sus brazos desde la espalda de la joven para abrazarla, acariciarla, para con sus acciones consentirla.

—No te pongas celosa. -Le pidió, ella se volteó ligeramente para verlo al rostro.

—No estoy celosa. -Quitó esas manos de su cuerpo y volvió a voltearse para correrse un poco hacia su lado de la cama y evitar hacer contacto con el cuerpo de Gray.

—Menos mal, en serio pensé que estabas celosa y que por ende te habías enojado. -Habló con un ligero toque de sarcasmo, sabiendo que Juvia iba a responderle en cualquier momento y estaba en lo correcto, con un sutil, veloz y sensual movimiento la joven lo sorprendió sentándose encima de él, las cobijas que los cubrían las había apartado muy rápido y recargó sus manos en el pecho del joven.

Gray tomó una bocanada de aire para sentir como se le cortaba la respiración, sus uñas clavadas ligeramente en su piel, la forma en la que estaba imponiendo su dominio, amaba cuando Juvia hacía eso y es que se veía terriblemente sexy así encima de él.

—¿Celos? ¿Por qué debería sentir celos? ¿Ya me viste? -Estaba más que claro, esos ojos grises no tenían la capacidad de dejar de mirar a esa kamineko, claro que la estaba observando y detenidamente.

—Soy la reina de Nekov, poderosa, fuerte… -No lo dudaba, esa kamineko en esa posición, con el cabello suelto y con ese pequeño vestido rosa de satin hacían que se viera como una diosa y el un simple mortal. — Sexy -aportó Gray a la lista de la peli azul y es que se sentía dominado y más por esos pechos, se veían totalmente hermosos. La joven asintió sabiendo que era muy atractiva, la posición, se encontraba tan segura de sí misma.

—Hermosa -Indicó la Loxar. —Preciosa -Agregó Gray. Qué pasó saliva al ver como la chica se subía el vestido por su cabeza y se lo quitaba quedando completamente desnuda ante él. Respiró profundo, tratando de controlarse, su sangre circulaba en su sistema con fuerza, si, sabía que Juvia estaba dominándolo completamente.

—Deliciosa -Ella afirmó con su cabeza mientras apartaba la mano de Gray de su cuerpo, pues el joven sintió unas ganas incontrolables de apretarle los pechos, de tocarla, de sentirla. Le capturó sus manos poniéndolos encima de su cabeza con las de ella, sometiendolo, no podía tocar en ese momento.

—Mi pueblo me ama, soy buena, la kamineko más importante de todo el universo… -Amaba cuando Juvia mostraba esa seguridad, claro que era especial, era importante, para él era la única en todos los universos existentes.

—Mi reina, la más buena de todas. -Pronunció con doble sentido mientras veía como con extremada sensualidad le ataba las muñecas con el vestido de pijama que se había quitado prendiéndolo de maneras alarmantes.

—Mira mi cuerpo, soy jodidamente hermosa y muy sexy. -Ese vientre plano, sus ojos, sus enormes pechos, la cintura, su cadera, sus hermosas piernas, la forma en que sus vellos azules adornaban su zona íntima, Juvia tenía toda la razón.

—Nadie te lo va a hacer como yo. -Se agachó para quedar muy cerca de su oído, diciéndole todas esas cosas, si, no lo dudaba, Juvia se lo hacía como si fuera una diosa.—Nadie. -Apoyó la afirmación de la Loxar mientras escuchaba esos ligeros sonidos que su boca hacía y que hacían sucumbir a su cerebro, rindiéndose por completo.

—¿Crees que estaría celosa de esa gata? -Él negó mientras sentía que Juvia le aprisionaba sus piernas con las de ella. —No tengo motivos para estar celosa de esa buscona, pero si me encuentro molesta. -lamió el cuello de Gray haciendo que cerrara los ojos y emitiera un gemido. Sí, definitivamente en ese punto Gray ya estaba perdiendo el sentido.

—No te molestes conmigo. Solo la vi por temas de trabajo. -Intentó justificarse, pero eso no tenía la más mínima importancia en ese instante.

—Shhh -Le puso su dedo en los labios indicándole que no quería que hablará.

—Lo siento su majestad, no debo hablar si usted no me lo permite. -Obediente Gray sabía como iba a terminar todo y le fascinaba, le encantaba lo que estaba pasando.

—Me enoja demasiado que crea que puede meterse con mi esposo. -Hizo énfasis en las últimas dos palabras, él le pertenecía solo a ella, a nadie más, solo cuidaba lo suyo.

—Te quiere seducir cuando no tiene la menor idea lo que te gusta, donde te encanta, lo que te hace gemir. -le robó un ronco gemido al introducirse en él, arqueó su espalda y volteó el rostro tratando de soportar el placer.

—¡Mírame! -Le ordenó mientras al mismo tiempo le corría la cara desde el mentón, él asintió dócil viendo como empezaba a moverse adelante y atrás, con experticia, bailando sensualmente y Gray no podía mover un solo músculo a libertad, solo estaba inmóvil, sin fuerzas, disfrutando de los placeres carnales.

—Me enoja porque solo eres mío y de nadie mas. -le recalcó mientras escuchaba su respiración irregular, los gemidos que querían salir, como él hacia un gran esfuerzo por contenerse.

Gray llevó sus manos amarradas para tocarla, ella las devolvió a su lugar con un movimiento brusco. —¡No me toques! -Le advirtió, estaba siendo ruda, no habían besos, caricias, abrazos, en ese preciso instante se trataba más de sexo que de amor, pero al Fullbuster no le molestaba en lo más mínimo.

—Juvia. -Decía una y otra vez, en problemas, sabía que su cuerpo humano no aguantaría ante tanto voltaje de la kamineko, no resistiría tanta delicia, no, la forma en la que se estaba moviendo lo estaba llevando demasiado rápido a la gloria.

—Espera, no tan rápido. -Mordió su labio inferior preocupándole que ella no llegara a disfrutar, que no alcanzara el orgasmo.

—¡No te atrevas a venirte tan prematuramente! -Le ordenó, el cerró los ojos, no podía contener todo ese placer. Lo cogió del cuello, por el movimiento salvaje la cama sonaba fuerte, claramente era un animal, Juvia se estaba comportando de una manera diferente a lo que solía ser, ella simplemente era una delicia en la cama.

—¡Más! ¡Castígame más! -su voz demostraba que estaba doblegado ante ella, la muchacha sonrió para continuar con su movimiento, la manera en la que movía esa cadera era la perdición de Gray.

—¡Humano malo! -Le gruñó en la oreja, para luego lamerla, saborearla, tomarla.

—Perdóneme, su majestad le prometo que aprenderé con esta lección. -Apretó sus manos volviéndolas puños, solo debía aguantar otro poco mientras Juvia se satisfacía con su cuerpo, sin embargo, estaba convirtiéndose en una tarea totalmente imposible, no mentía cuando decía que nadie se lo iba a hacer como ella.

Concentrado veia como rebotaban esos grandes senos, eran perfectos, la cinturita y esa cadera, Juvia tenía un cuerpo hermoso, precioso, de infarto, tentador, que lo conducía a pensar cosas muy deliciosas, se veía realmente bella encima de él.

—¡oh Mierda! -Se le escapó a Gray, no pudo hacerlo, se liberó expulsándolo todo, su cuerpo se contrajo y sintió todo el alivio cuando su semen la llenó.

—Lo siento yo… -Se disculpó asimilando todo el placer, había estado sublime, de otro mundo. Ella lo vio con un deje de superioridad, sin mucho esfuerzo le había provocado un orgasmo y le elevaba el ego, muy alto.

Se dio cuenta que Gray había perdido la fuerza, pero estaba más que claro que no iba a dejarlo sin que ella estuviera satisfecha. Se inclinó a su mesa de noche para estirar sus brazos y buscar entre sus cosas. Él no desaprovechó la oportunidad, con su boca tomó el pezon de la chica que estaba a su alcance. Juvia sintió ese corrientazo, no lo apartó, disfrutó de como la succionaba, lamia, comía. Volvió cuando tomó lo que estaba buscando irguiéndose, pero tomó su otro pecho para ofrecérselo a Gray.

—¡Mordisquea! -Él asintió mientras atado la complacía, la cola de la Loxar empezó a moverse demostrando el gusto. Juvia estaba enloquecida, el olor a sexo que desprendía Gray la conducía a perder los estribos. Era una situación bastante acalorante.

No soportaba estar más sin que él estuviera de nuevo dentro de ella. Así que volvió a lo suyo, metiéndose en el papel de dominante y chica sexy.

—¡Abre la boca! -lo tomó por las mejillas con una mano abriéndole la boca y él sacó la lengua conociendo de antemano lo que ella iba a hacer. Le puso con su larga uña la pastilla en la lengua, el joven la metió y la tragó.

—Saca la lengua. -La obedeció y ella revisó en la boca del chico que la hubiera tragado.

—Muy bien. - al ver que la pastilla ya no estaba se acercó para chupar la lengua de su esposo y excitarlo de nuevo.

—¿Sabes por qué no canté para ti? -sonrió inocentemente mientras con su dedo índice golpeaba la nariz del muchacho suavemente.

—No.

—¿No que? -Preguntó porque esa respuesta había sonado algo irrespetuosa.

—No lo sé mi reina, mi diosa, mi todo, le pido que me diga porque desconozco la razón de que usted no haya cantado para mi. -Los ojos de la Loxar estaban totalmente negros, sabía que se encontraba dominada por la Juvia lujuriosa y estaba completamente emocionado por todo aquello que esa kamineko le iba a hacer.

—Porque no vamos a dormir esta noche. -Rio traviesa.

—No quiero dormir. -Confesó el pelinegro, solo la quería a ella. La chica bajó por el duro pecho del Fullbuster hasta que con su mano comprobó que la pastilla había hecho efecto y sonrió.

—Que dura está. -Se mordió el labio inferior para mostrarle su deseo a Gray, él asintió irremediablemente mientras respiraba hondamente, mientras permitía que lo tocara, sus manos quemaban, sus toques eran expertos, ella era jodidamente sexy.

—Úsame -Jadeó con una notoria necesidad al sentir una terrible excitación, mientras ella subía y bajaba su mano en su falo, masturbandolo, la quería tener, su cuerpo le exigía a esa kamineko.

—Puedes hacer lo que quieras conmigo. -Dijo rendido, la peliazul tenía todo el poder y el dominio.

—Eres mi juguete, voy a hacer lo que se me dé la gana contigo, tonto humano. -Él asintió, era consciente de lo mucho que Juvia lo amaba y sabía mejor que nadie que las malas palabras se atribuían a su excitación.

Le dio la espalda y se sentó en el miembro de Gray, nuevamente sin efectuar ningún movimiento permitió que ella lo tomara, que lo condujera al placer infinito.

Su cola, era una vista increíble ver como rebotaban sus nalgas mientras ella misma lo controlaba absolutamente todo, la velocidad, la profundidad, la fuerza, ella dominaba y lo sometía con facilidad. Su cabello se veía tan sexy, pero lo corrió todo hacia adelante para que pudiera observar su espalda trabajada, delgada, sumamente atrayente.

Lo cabalgaba, él era una simple herramienta, le estaba demostrando lo terrible que podía ser mientras lo volvía adicto a su cuerpo, a sus movimientos, al sexo, a toda ella.

—¡Oh mierda! -Como los gritos cuando se siente ese vacío en el estómago al estar asustado, las groserías para él eran una forma de liberar el placer, lo delicioso que su cuerpo sentía, lo rico que Juvia le estaba haciendo.

—¡Follame duró! -Rogó, era el paraíso, aunque siempre actuaba rebelde y voluntarioso, que lo domara en la cama era algo que le encantaba, que le fascinaba.

—Más, mi reina más. -Las orejas de Juvia se movían ante cada palabra, recibiendo cada una de ellas, provocándola, haciendo un efecto impactante en su cerebro.

Con sus manos atadas le tomó su larga y peluda cola para escuchar esa tierna voz.

—¡Nyaaaaa! -La tomó desprevenida, ella trató de alejar las manos de él de su cola, pero no se lo permitió, le brindó placer apretando, halando, Juvia enloquecía cuando le tocaban su zona erógena.

—¡Meooww! -Expresó mientras se acostumbraba al placer que le generaba, llevando su rostro hacia arriba, mordiéndose los labios de puro gusto. Empezó a ronronear mostrándole a su macho que le encantaba, que le provocaba placer como la cogia.

Era una posición algo cansada, pero Juvia parecía en ese momento tener un montón de energía, Gray gemía sintiendo una deliciosa sensación mientras la veía.

—¡Diablos! ¡así!…¡Ah! -Habian pasado un par de minutos, pero el placer parecía que había habitado por horas, siglos, perdía completamente la noción del tiempo.

—Dame tu leche. -Sabia que ella no lo soportaría más, así que como si estuvieran raramente sincronizados la obedeció y se vino mientras percibía como ella disfrutaba de su orgasmo, Juvia gritó de placer y se dejó caer en la cama mientras recuperaba fuerzas.

—¡Que rico, Juvia! -Exclamó aún preso del placer, con su mano en su frente mientras su corazón bombeaba con fuerza.

—Me encantas, jamás te cambiaria por nadie. -La Loxar se levantó segundos después, como si hubiera sufrido una descarga de energía, se bajó de la cama para rodearla y abrirle las piernas, con un par de sábanas que le mostró le ato cada pierna.

—¡Quiero algo de helado! -Sonrió inocentemente, como si no hubiera sido capaz de todo eso que le había hecho, sabiendo que iba a comérselo entero con ayuda de ese helado, lamiéndose el dorso de la mano como una gatita muy feliz del placer recibido y otorgado.

Iba a ser una noche muy larga.

—¿Te sucede algo? -Su mirada que se encontraba fija en el horizonte volteó para ver a la pelirosa, se había perdido tanto en sus pensamientos que por unos segundos no fue consciente en donde se encontraba. Era el bosque del castillo, no era su habitación en Nekov, claro que no, se encontraba en el inframundo.

—No, no me pasa nada, es solo que recordé algo. -Le quemaba por dentro, ese dolor expandiéndose por todo su cuerpo como el peor fuego amenazaba con derribarla.

—¿De que te acordaste? -Negó con la cabeza para seguir tomando los frutos del suelo.

—Déjame adivinar ¿Gray? -Juvia dibujó una línea con sus labios, no quería aceptarlo, le dolía hacerlo.

— Aún me cuesta creer lo mentiroso que era mi esposo. -Confesó y Botó el aire que tenía reunido por la boca en un vano intento para no romperse a llorar, creyendo que cada una de las palabras que Gray pronunció nunca las sintió, que solo lo había mencionado para manipularla vilmente, que solo la engañó.

—Los hombres todos son unos mentirosos, son malos, perversos, soy la prueba de lo malignos que pueden llegar a ser. -Juvia le sonrió a Meredy, solo eran un par de almas con una tristeza profunda en su interior. —Pero no sigas pensando en eso, porque no quiero que llores.

—Sabes que prometí no llorar por ese humano de nuevo, lo odio tanto, no merece mis lágrimas. -Meredy tenía unos ojos preciosos y no podía ocultar lo mucho que le lastimaba el dolor de su única amiga, con dulzura posó su mano sobre la de la peliazul, la entendía mejor que nadie. Sabía que aunque Juvia quisiera actuar como si fuera fuerte, como si no le afectara, aún no lo podía superar, dudaba que algún día lo logrará.

—Juvia, llorar es un desahogo, es la forma en la que tu cuerpo expresa que te duele, que te lastimaron, que te decepcionaron. No te reprimas, acá a comparación de tu mundo, nadie te va a juzgar por hacerlo, no tienes que aparentar porque a nadie le importa nuestro dolor. -Sonrió por lo cruel que había sonado su comentario, pero tenía absoluta razón.

—Llora amiga, tú cuerpo va a explotar si sigues conteniéndolo. -La joven abrazó a Meredy mientras ella ponía una de sus manos en la cabeza de la kamineko dándole refugio, sintiendo como la chica respiraba.

—A pesar qué pasa el tiempo más lo extraño. -una lamentable lágrima se escurrió por su mejilla. —Quiero decirle que lo amo, que su ausencia me hace daño. ¡Soy tan patética! -Era normal sentir enojo con ella misma, amar tanto a la persona que más la lastimó, pero no podía mandar en su corazón, no había nada en ese momento que pudiera hacer.

—No eres patética, solo eres un ser con sentimientos, ese hombre es tu primera decepción amorosa, Juvia. Las vivencias nos vuelven fuertes, pero vamos, no todo es en subida, muchas veces tenemos recaídas, se que saldrás de esto, es normal llorar, es normal sentirse tonto, sin embargo, lo mejor de esto es que siempre le diste lo mejor de ti y que no tienes porque sentirte mal por eso. -Acarició el largo cabello de la chica, ella asintió, las palabras de su amiga sonaban reconfortantes.

—No entiendo como él puede respirar sin mi y lo peor de todo es que se que no debió haber derramado una sola lágrima y yo en cambio no paro de llorar.

—Los humanos solo hacen el mal, no tengo ni idea de donde proviene tantas acciones perversas, sucias, malintencionadas. Solo puedo concluir que son peores que Zeref. ¿Acaso crees que sintieron algún remordimiento esos asquerosos mientras abusaban de mi y me mataban? No Juvia, ellos siguen allá respirando, lastimando a quien sabe cuántas niñas ingenuas como yo y no estaré tranquila hasta que sufran por cada una de las cosas que me hicieron. -Juvia abrazó fuerte a Meredy, quería que supiera, decirle que ella había vagado tantos años en el inframundo que esos que se atrevieron a dañarla estaban pagando por todo, que el castigo que les habían puesto era suficiente como para pagar todo el daño que habían hecho, sin embargo, no podía pronunciar palabra, Zeref se lo tenía rotundamente prohibido.

—Espero que algún día desaparezca nuestro dolor. -Susurró la Loxar, mientras consolaba a esa hermosa alma con asuntos pendientes.

Nekov, meses antes

Debía conservar la calma, permanecer serena y actuar fríamente, sin embargo, no pudo evitar sentir ese horrible sentimiento de pérdida, no quería que algo malo le sucediera a su tío, escenas catastróficas se cruzaron por su mente. No, no permitiría que nada le sucediera, a la única familia que le quedaba, sin contar a sus hermanas.

—¿Qué sucede? -Preguntó buscando una respuesta en los ojos de Gray, un indicio, solo quería escuchar que su tío se encontraba a salvo.

— Dice que nos necesita, tenemos que ir. -Ella tomó su celular, intentó contactarse sin éxito alguno, rápidamente revisó su aplicación de conversaciones, no había nada allí de José, no entendía entonces porque se había comunicado con Gray en vez de informarle a ella.

—Natsu, ve a descansar. -El joven oji verde la vio con confusión, aún no estaba preparado, de hecho aún le faltaba mucho para poder dar un examen decente.

—Pero. —Debes dormir las horas suficientes para que tu cerebro esté atento y trabajando con toda su capacidad, recuerda que si se te olvida algo solo debes empezar a tararear. Gray y yo nos vamos a retirar. -El humano asintió, debía descansar.

—Muchas gracias por todo tu apoyo Juvia. -La chica le sonrió.

—No es nada. Duerme bien. -Con gran prontitud salió del lugar para dirigirse a su habitación, no podía correr para no despertar sospechas, pero sus pasos eran largos y rápidos. Gray la acompañaba, su plan ya estaba en marcha.

Al entrar, Juvia rápidamente se fue hacia la pared para accionar el botón que los sacaría fuera del castillo.

—¡Espera, no nos pueden reconocer! -Ella se detuvo y él le retiró la corona de su cabeza para en su cabello colocar un mecanismo parecido a la corona que traía puesta, al activarlo se distorsionarían la visión de esa persona, haciéndole lucir irreconocible siendo ella misma, al verla los que no conocían que traía ese mecanismo no recordarían que ella era Juvia Loxar, en pocas palabras el único que conocía su identidad con ese objeto era Gray. Le quitó su collar para evitar que la rastrearan.

Él se puso otro mecanismo igual y salió corriendo tras ella, se sentía mal por preocuparla, Juvia lucia bastante asustada por su tío, sin embargo, no podía decirle nada porque su Plan se arruinaría.

La Loxar se encontraba tan apresurada que no le tomó mucho tiempo cruzar por los túneles y llegar rápidamente a su motocicleta.

—Me escribió que no está en tu casa, esta es la dirección que nos envío. -Frunció el ceño, no tenía ni la mínima pista que hacía en la ciudad, que era lo que le sucedía.

—¿No te dijo por qué nos necesita con tanta urgencia? -Gray negó, ella se envió la ubicación desde el teléfono de Gray al suyo, lo puso frente en el manubrio y le pidió a la motocicleta bajo comandos que le mostrara la ruta para llegar.

Gray se inclinó un poco para que ella le pusiera su casco, lo accionó y vio como ella sacaba la motocicleta y la direccionaba.

—Voy a manejar a gran velocidad, por favor no te muevas y agárrate fuerte de mi. ¿Entendiste? -El rostro del joven se puso pálido, no pensaba que fuera a manejar más rápido que ese día o tenía esa tonta esperanza, se subió y se aferró abrazándola cuando Juvia arrancó. En su cabeza pensaba que iba a morir, pero sabía que la Loxar era buenísima con la motocicleta.

Se quedó quieto, mientras ella manejaba rápidamente, apoyó su rostro en la espalda de la joven, en ese instante sabía que aunque la velocidad fuera casi irreal, le estaba confiando su vida a Juvia, Gray empezaba a confiar en la kamineko.

Llegaron en cuestión de minutos, ella detuvo la motocicleta para bajarse y seguir la ubicación que le mostraba su celular, se dio cuenta que la joven era valiente, podía ser una trampa, podían hacerle daño, sin embargo, estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por su tío.

—Aquí es. -Susurró respirando hondamente frente a la puerta de una pequeña casa, el muchacho asintió dándole la razón. Gray golpeó en la puerta actuando porque sabía que Juvia estaba pensando que era lo mejor que debían hacer.

Después de segundos su cuerpo se relajó al ver que era él quien abría la puerta.

—¡Tío! -Lo abrazó, él al escuchar como lo nombraba se dio cuenta que sus memorias estaban bloqueadas y que se trataba de Juvia, solo entonces entendió que el mecanismo que usaba no permitía que se descubriera su identidad.

—¿Cómo estas, linda?

—Vine lo más rápido que pude, ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me contestaste? -La mirada del kamineko se posó en la de Gray, él volvió su mirada a su sobrina.

—Necesito que me hagas un favor, debes ir a un lugar. -Lo miró confundida, no entendía porque tanto misterio, ella se lo imaginó secuestrado, en un hospital o algo mucho peor que no quería si quiera pensar.

—¿A dónde? -Necesitaba respuestas desesperadamente.

—Ya te explicaré, necesito que primero te pongas otra ropa. -La joven vio su cuerpo, salió tan apurada que tenía sus joyas, su hermoso vestido rosa, muchos emblemas reales, podía ser sospechoso, la podrían reconocer si asociaban eso con la princesa Juvia Loxar.

—Si. -Los entró, antes de cerrar la puerta vio a su alrededor confirmando que nadie estuviera observando, que nadie supiera que esa chica que había entrado se trataba de Juvia, parecía que no habían muros en la costa.

Caminaron por el pasillo hasta llegar a la sala, la casa era pequeña, demasiado, nada comparado al enorme castillo donde habitaba.

—Ven por aquí. -Le señaló una habitación y allí le hizo una reverencia una kamineko que estaba en el lugar.

—Ella es Sue, te ayudará para alistarte. Entraré tu motocicleta mientras tanto.

—Mucho gusto princesa. -Juvia se presentó y se sentó en una silla frente a un tocador donde la joven kamineko le indicó, respiró hondamente con algo de paz, ya se había dado cuenta que su tío estaba a salvo, aunque no dejaba de pensar a donde tenía que ir y porque no se lo había mencionado con anterioridad.

La muchacha la estaba maquillando, en su rostro estaba distribuyendo unas pepitas brillantes después de aplicarle unas hermosas sombras y delineador, en su cabello decidió ponerle unas piedras más grandes que caían como cascadas, no entendía porque la estaban maquillando informalmente.

—Eres tan hermosa princesa. -Ella sonrió agradeciendo el cumplido, sobre la cama la kamineko dejó la ropa y salió para darle privacidad. Sus ojos azules vieron en dirección a la ropa, sencilla pero muy bonita, un vestido que en la parte de arriba era dorado con lentejuelas y en la falda negra tenía algunas correas plateadas brillantes, también habían unos botines negros. Se lo puso, era de su talla, se veía linda y dio una media vuelta para ver cómo se veía, le agradó, se puso sus accesorios y los zapatos.

Al tomar la chaqueta se dio cuenta que tenía algunos pines y en la parte de atrás estaba pintada a mano, "Shine like the stars" con planetas y estrellas, de fondo una hermosa combinación de morado, azul y rosado, con taches y una que otra estrella de metal. Abrió sus ojos asociando rápidamente lo que sucedía, esa era la frase de una canción de su banda favorita, los pines también concordaban, abrió la puerta con rapidez y antes de pronunciar palabra vio que Gray estaba vestido a juego, con una chaqueta pintada a mano y un jean, en el caso de él tenía una camiseta dibujada y adornada con nekolores.

Los ojos grises del muchacho se posaron en ella, se veía preciosa. —¿A dónde vamos a ir? -Pronunció emocionada, con su corazón latiendo muy fuerte.

—Creo que ya sabes a donde vamos. -Respondió el pelinegro, como una pequeña niña gritó muy fuerte, tomó entre sus manos las dos boletas que Gray le estaba mostrando para revisarlas, no había duda, eran las entradas para ir al concierto de su banda favorita.

—¿Cómo las consiguieron? -Se tapó su boca mientras su larga cola se movía de un lado a otro, no cabía en la felicidad.

—No fue sencillo, pero lo logramos. -Respondió Porla.

—Gracias tío. -Lo abrazó y él la abrazó de vuelta. —No me agradezcas a mi, tu esposo fue el que me comentó que querías ir. El mismo escogió la ropa que tienes puesta y tú chaqueta la pintó a mano, puso todos esos adornos.

—Wow, eres en extremo talentoso. -Lo Halago viendo lo hermosa que había quedado también su chaqueta, el hecho de tener ropa a juego la hacía derretirse de ternura, Gray parecía ser tan serio y voluntarioso, pero que hubiera tenido ese detalle con ella era demasiado especial para la kamineko. Haberse tomado el tiempo para diseñar, pintar y poner todos esos adornos, se lo agradecería toda la vida. —Pense que la había hecho un diseñador, están hermosas, esposo mio. -Nunca en su vida la había visto tan emocionada y feliz. Lo que más le había gustado de su ropa era su chaqueta y que él la hubiera hecho para ella era simplemente perfecto.

—Nos ayudaste con el examen, no quiero deberte nada. -Lo dijo tratando de justificar su acción. José lo vio, sabía que ese chico tenía una fuerte personalidad, conocía mejor que nadie que lo había hecho por ella, porque Juvia pudiera vivir ese último concierto.

—No los ayude a estudiar esperando nada a cambio, si tú estás bien yo también lo estaré, esposo mío. Así creceremos como una familia. -Sonrió tiernamente.

—Ya no te debo nada. -Afirmó Gray, José puso sus ojos en blanco, antes de que pudiera decir cualquier cosa vio como ella lo tomaba del antebrazo para empezar a halarlo. —El concierto va a empezar tenemos que irnos ya.

—Cuídala mucho, no tiene guardias y no está en el pueblo. Es peligroso. -él asintio, muchas veces José le había dicho que Juvia había sufrido varios atentados, estar sin guardias ni armas era todo un riesgo.

—No menciones su nombre. -Asintió.

—El mecanismo funciona, Juvia. No te reconocí cuando te vi. -La muchacha recibió las últimas indicaciones, sin embargo, lo único que quería era estar allá, no deseaba perderse absolutamente nada, deseaba salir corriendo.

—Gracias a todos. Nos vamos. -El humano vio su reloj, debían apresurarse, ya que los teloneros ya deberían estar acabando su presentación.

—¡Nos vamos entonces! -Se despidió de todos, sabía que significaba esa mirada, él le pedía que cuidara a su pequeña, José se encontraba altamente preocupado. El kamineko solo pudo elevar una plegaria para que nada le pasara a la peli azul mientras estaban afuera.

—Estamos a algunas cuadras. -La Loxar caminaba a un paso rápido, él la seguía, al ver el lugar de eventos Juvia meneó su cola totalmente emocionada.

Entraron pasando por los filtros de seguridad, nadie la había reconocido. Juvia le agradeció al joven al darse cuenta que habían quedado en la parte delantera del recinto, iban a poder verlos casi en primera fila. Los teloneros ya habían terminado su show, pero los FiveKats no habían salido a escena.

—¿Podemos tomarnos una foto? _ Gray levantó sus hombros sin tomarle mucha importancia. Le pidieron a una kamineko que se encontraba a su lado, la jovencita accedió a tomarle una foto.

—Una de atrás. -Le pidió, se dio la vuelta con Gray para que en la fotografía se pudiera apreciar sus chaquetas, ella hizo un símbolo de paz en el aire con una mano y con la otra abrazó al joven desde la cintura acercándolo a su cuerpo. Esa fotografía había salido preciosa.

—¿Dónde conseguieron esas chaquetas? ¡Están hermosas! -Juvia sonrió para señalar al muchacho en acción de respuesta ante la pregunta de la kamineko.

—Blue las pintó, el puso la pedrería y los pines. Mi esposo ama pintar. -Inventó cualquier nombre para nombrarlo.

—¿Podrías hacer una para nosotras?

—¡Yo también quiero una! -Muchas kaminekos se acercaron a ellos, como si fuera una avalancha, Juvia era la envidia en ese momento y es que se veia tan unica y hermosa, las fans pidiendo sus propias chaquetas, ella sonrió y miró a Gray para ver si él podía pintarles sus prendas.

—Lo siento lo hice para ella no más. Si me permiten iré al baño. -Escapó, no le gustaba mucho la atención, por lo tanto solo quería estar fuera de eso.

No se demoró mucho, solo hizo fila de unos minutos para poder acceder al baño, cuando volvió a su lugar no la vio en la silla donde la había dejado, por lo que se alarmó.

—¿Han visto a mi esposa? -Las chicas negaron, el joven tragó toda la saliva que tenía acumulada en la boca.

—¡Mierda! -Susurró, lo primero que le dijo José era que no debía dejarla sola, que podían secuestrarla, asesinarla, su corazón latió con fuerza totalmente aterrado. Se devolvió para con desesperación empezar a buscarla, había mucha gente, no veía a la kamineko con orejas azules.

—¿Dónde estas? -Mordió su labio inferior angustiado, trató de llamarla pero no logró contactarla, habían tantas personas que la conexión era inestable.

Corrió con un poco más de desesperación, necesitando encontrarla, no podía creer que la hubiera perdido. ¿Que iba a decirle a todos? Solo la dejaron a su cuidado por un par de horas y no habían pasado más de cincuenta minutos y ya la había perdido.

—¡Contesta maldita sea! -Le pidió llamando de nuevo al celular, teniendo la esperanza de que contestara.

Su corazón se alivió al ver que venía caminando tranquila, campante, como si nada hubiera estado pasando.

—¿Dónde diablos te habías metido? -Ella se extrañó por el tono de la pregunta.

—Solo estaba comprando unos Pop Pops, ¿Quieres? -Llevó su mano a su cara para demostrar su frustración. Respiró hondamente para calmarse, no quería arruinarle su concierto.

—¿Qué diablos es eso?

—Es un dulce mira. -Juvia se metió en la boca una gran cantidad de polvo, empezando a saltar en su boca unas estrellas se hicieron visibles, haciendo sonido al explorar. La sonrisa de Juvia era contagiosa, por lo que sonrió también.

—Toma un poco. -El abrió su boca y le mostró a la Loxar, era una sensación extraña, el dulce era delicioso, parecía salir un arco iris de su boca, todo por un simple dulce, se había pegado el susto de su vida al imaginar que se la habían llevado, sonrió relajado, ella nuevamente estaba a su lado.

Las luces se pagaron de repente, Juvia tomó la mano de Gray para correr por los pasillos y llegar a sus puestos, pues ya sabía que la banda iba a salir.

—¡Ya va a comenzar!

Llegaron a su lugar en cuestión de segundos, de un momento a otro en el cielo empezaron a flotar planetas, con una explosión de colores y estrellas, era una vista espectacular. Irreal, aunque si tenían la tecnología para traer ese pedazo de universo, por eso eran tan apetecidos esos conciertos, porque se vivía una experiencia de otra galaxia.

Sus oídos iban a salir perjudicados, lo supo al escuchar gritar a tantas señoritas juntas, pero sus ojos brillaban al ver el fondo, era como si estuvieran teletransportados en un lugar del universo donde iban a disfrutar de buena música, fuegos pirotécnicos y un gran show. La emoción de Juvia, lo hermoso que se veían esos planetas ahí, el concierto inicio de la mejor manera.

Verla saltar, cantar a todo pulmón las letras, gritar, merecía la pena y lo peor de todo es que el tiempo se pasaba bastante rápido. La música era buena, debía aceptarlo, no se aprendió las letras, pero escuchó la playlist por algunos días, ya habían unas canciones que reconocía.

Temía saber de antemano que era lo que iba a pintar en su siguiente cuadro, mágicamente aparecería una kamineko con una sonrisa especial siendo alumbrada por millones de estrellas mientras la expresión genuina de felicidad la hacía lucir el triple de hermosa.

Sonrió al ver como en una canción en específico, casi ya más allá de la mitad del concierto, todas las kaminekos al unísono se movían, no tenía ni idea que había una coreografía en esa canción, pero su corazón sintió una gran sacudida al verla bailar, sus largas y torneadas piernas que se veían por ese vestido, como movía su cadera y su cola, ella era todo un espectáculo que no podía dejar de ver. En ese lugar habían kaminekos hermosas, con dinero, que podían contratar tratamientos de belleza y operaciones costosas para mejorar su apariencia, pero ella era la única que se llevaba toda su atención.

Le encantaba la chica que era fuera del castillo, la que no estaba siendo controlada o a la que le decían que hacer y como actuar. Era un alma libre con una energía bastante cálida.

Juvia le sonrió coquetamente mientras se acercaba un poco a él y le bailaba. Esta vez mucho más sexy y seductora, él se sonrojó violentamente, empezaba a creer que una de sus cosas favoritas de esa peliazul era como bailaba. Por segundos se concentró en mostrarle a Gray sus pasos, como podía menearse, lo buena que era, sin embargo, sonrió alejándose porque la canción había llegado a su fin, eso había estado espectacular.

—Queremos invitar a una Katifan al escenario. -La joven empezó a gritar, pidiéndoles que la subieran, que la eligieran, levantando sus manos y tratando de llamar la atención de los artistas. Él la vio sin pronunciar palabra, no creía que fuera buena idea que subiera y que todos los presentes la vieran, que la grabaran, ¿Aunque cual era la posibilidad de que la eligieran entre todas las asistentes?

—Creo que todos estamos de acuerdo con qué hay una kamineko que lanzó fuego al bailar. –Maldijo en su mente, Juvia había sido la mejor de todas en ese aspecto. La princesa gritó de la emoción al ver como la señalaban, al saber que la habían elegido.

—Sube. -Inmediatamente Gray puso su mano en la de ella, tratando de detenerla, Juvia lo vio y aunque no pronunció palabra sabía que no deseaba que ella subiera.

—Seré cuidadosa. -la muchacha lo soltó y con ayuda de los de seguridad subió al escenario, saludó al público haciendo una pequeña reverencia y se fue hacia el cantante para abrazarlo y sonreírle. La boca del humano se cerró, su mordida mágicamente se apretó.

—¿Cómo te llamas?

—Soy Rainy. -Gray negó con la cabeza, de todos los nombres que se pudo inventar Justo tenía que decir uno relacionado con su nombre real.

—Rainy es un hermoso nombre, pero no más que tu. -La joven se sonrojó por aquel cumplido. No entendía, Gray no comprendía porque estaba sintiendo esa fea sensación que le oprimía el pecho al verla con ese guapísimo cantante.

—¿A que te dedicas? -No podía decir que era la princesa de Nekov.

—Soy artista.

—¿Artista?

—Sí, puedo cantar, bailar y tocar varios instrumentos.

—Eres una excelente bailarina eso no lo dudo y es una lástima que ellos no lo hubieran visto. ¿Quieren verla? -Todos gritaron emocionados, él negó, no quería que la vieran bailar.

—Entonces vamos a mostrarle, ¿Estas lista?

—Nací lista. -Mostraba gran seguridad, no estaba preocupada porque la fueran a reconocer por lo que por un solo momento, por un instante, efímero, fugaz, podía ser una joven normal cumpliendo su sueño, conociendo a sus artistas favoritos, abrazarlos decir cuando los admiraba, sin tener en sus hombros el horrible destino de ser una princesa y posterior una reina.

—Chicos vamos por el coro. Uno, dos, tres. -y sin tener rastros de miedo o vergüenza, la Loxar empezó a moverse con perfecta sincronía, recordando los pasos y mostrando lo habilidosa que era. Las manos de Gray se volvieron puños, detestaba que la vieran, que se dieran cuenta que era sexy y hermosa, que los otros humanos le gritaran emocionados.

—Wow eso estuvo increíble, Rainy. -No cabía duda, esa peliazul había logrado que tanto los cuatros integrantes se fijaran en ella como todos los humanos del lugar.

—¡Que envidia le tengo! -Escuchó de una señorita a su lado. El humano solo respiró, ¿Debía marcharse? No, no entendía de donde provenía el enojo, la rabia, Juvia estaba viviendo lo que creía que había querido toda su vida.

—¿Cantarías conmigo un fragmento de Firework? -El enamorado cantante no podía decirle que no a esa kamineko con semejante movimiento de cadera, con ese trasero y esos pechos.

—¿Sabes tocar el teclado? -Juvia asintió ante la pregunta del pianista.

—Ven siéntate aquí. -Y sí, los cuatro estaban igualmente de embobados por ella. Gritar, Gray sentía ganas de asesinar, pero creía que era mejor salir corriendo.

—Uno, dos, tres. -Vió como ella era quien los coordinaba para iniciar la canción, entonces escuchó las notas que ella tocaba a través del piano, no sabía que era tan buena en la música. La voz de Juvia era hermosa y todos gritaron al escucharla, sorprendidos, ahora si le creían que era toda una artista.

Debía estar feliz por ella, pero esa voz solo era de él, debía escucharla únicamente cuando le cantaba para evitar las pesadillas, respiró hondo regañandose a sí mismo por tener esos pensamientos, no habían compartido lo suficiente, sin embargo, se suponía que ella era su esposa. Como todos los presentes disfruto de la angelical voz de su esposa, esa perfecta, era como un ser divino.

Era todo un sueño, haber cantado y tocado el piano junto a él, ser elogiada y piropeada por esos hombres, escuchar los aplausos cuando terminó el fragmento, si estaba soñando claramente no quería que la despertaran.

Para agradecer el cantante se acercó a ella y empezó a hablarle sin micrófono.

—¿Qué le dice? -Preguntó para sí mismo, pero su voz sonó lo suficiente para la chica de al lado lo escuchara.

—Dice que se dio cuenta que ya está casada, pero como ya marcó a su esposo, le está diciendo que si quiere dormir con él esta noche. -Gray abrió los ojos, claramente estaba permitido, las kamineko posterior a marcar a sus esposos podían tener aventuras con kaminekos o humanos.

—¿Qué? ¿Cómo sabes que le dijo eso?

—Aprendí a leer los labios. -Quería subir y romperle la cara a ese Niño bonito. ¿Qué putas le pasaba por la mente al proponerle eso a la chica?

—Traquilo, no te va a engañar amigo, Rainy le contestó que efectivamente él fue su amor platónico por muchos años, pero que tú eres su amor verdadero y que eres real, no un imposible… Que tonta, yo si me hubiera comido a ese dios griego. -Cerró los ojos con algo de frustración, era un sistema de mierda claramente.

Sí se había molestado. Ella se bajó de la tarima no sin antes despedirse del público para volver junto a Gray.

—¿Te gustó como canté? -Asintio sin expresar emociones, se sentó y así duró dos canciones, ya no quería saber nada de esos idiotas, solo quería partirle la cara a ese imbecil que le había propuesto semejantes cosas a la princesa. Ella lo volteó a ver, sabía que se había aburrido, por lo que se sentó y se acercó a su oído.

—¿Te pasa algo? Pensé que estabas disfrutando el concierto.

—Solo estoy cansado. -No iba a aceptar que se encontraba celoso, porque él ni siquiera lo reconocía, no sabía que era lo que le pasaba.

—Ya casi se acaba el concierto. Tuviste días de mucho estudio. -Le sonrió suavemente. —Gracias por este sacrificio qué haces por mi. -Ella ni siquiera dormía adecuadamente por estar con ellos, no tenía nada que agradecer, sin embargo, los ojos azules de la joven volvieron al cantante al escucharlo hablar.

—La siguiente canción es nuestra conexión. Es su momento de conectar y brillar como las estrellas. -Despues de los gritos de emoción emídidos por todas las chicas, ella le ofreció la mano al Fullbuster.

—Esta canción es especial, ¿Puedes vivirla conmigo? -la canción comenzó, aunque se negó no tuvo más camino que cerrar la mano y levantarse junto con ella.

Sus ojos se abrieron de par en par, sumamente sorprendido al ver como Juvia empezaba a brillar, lucia hermosa, cual ser divino, totalmente preciosa mientras mantenía sus ojos cerrados y movía sus labios para emitir el hermoso sonido de su canto. No tardó absolutamente nada en hacer conexión con la música, con la letra, en llegar al plano dimensional que la banda había querido y entonces salió de ella, un fuego pirotécnico en dirección al cielo que explotó para formar un corazón, nunca en su vida había visto que de seres vivos se desprendieran luces, parecía de cuentos de hadas.

Y nuevamente salió de ella, esta vez con más fuerza, iluminando una gran parte del cielo, era todo un espectaculo y más cuando a los de ella se sumaron más explosiones de los asistentes, en cuestión de segundos todo resplandecía de diferentes colores, muchas figuras, brillante, hermoso, muy luminoso.

Nunca había visto algo tan precioso, era único, pero no entendía porque parecía ser el único que no brillaba, porque de Juvia salía continuó desde su pecho, mientras bailaba, cantaba, ¿Debía cerrar los ojos? No, se perdería de todas esas figuras en el cielo. Creyó que él no desprender las luces se atribuía a que no conocía la letra de la canción, era probable, aunque había algo mucho más interesante y hermoso en ese momento que ver el cielo alumbrado por las brillantes explosiones. Sí, ella era lo que más llamaba su entera atención, por una razón que ni él mismo entendía no podía dejar de verla y admirar lo linda que se veia.

Los kaminekos y humanos en el lugar emitían luces de diferentes colores, "los boom" en el cielo eran una experiencia de otro mundo, no creyó cuando ella le dijo que eran los mejores cantantes de Nekov, en realidad consideraba que eran la mejor banda del universo después de haber asistido al concierto, aunque debía cuidar a Juvia de ese imbecil que quería llevarla a la cama, cerró los ojos deseando con todas sus fuerzas conectar, sin embargo, no lo logró.

Frustrado volvió a abrir los ojos, no iba a molestarla para preguntarle cómo lo había logrado, claramente ella estaba viviendo su momento y no sería el causante que rompiera su conexión, torció un poco sus labios dándose por vencido, al menos había podido ver como los demás si habían logrado conectar.

Las luces al ritmo de la música, las explosiones, la hermosa letra que fluía por medio del talentoso cantante, se sentía un poco mal por no haber logrado conectar, quería saber desesperadamente como se sentía, pero la canción estaba llegando a su fin, ella abrió los ojos, esas bellas canicas azules se dirigieron al cielo para observar el increible panorama y ahí se quedaron por segundos, no se arrepentiría jamás de haber asistido a ese concierto, había sido lo mejor que le había pasado en su vida, bajó su mirada a la altura del rostro de la persona que había hecho eso posible, si su esposo no le hubiera conseguido esas entradas estaría llorando en su habitación en el castillo, tenía mucho que agradecerle, lo observo y se dio cuenta que él no brillaba.

No lo pensó mucho, se dejó llevar por la sensación del momento, se acomodó frente a él, Juvia poseía una sonrisa radiante y bastante angelical, en ese instante solo podía verla a ella, con suavidad la kamineko posó sus manos en la nuca del joven y sus antebrazos los ubicó por el cuello del Fullbuster, logrando que el muchacho tragara toda la saliva que tenía reunida en la boca y que su corazón empezara a latir con un ritmo anormal, sin embargo, Gray se relajó un poco al sentir como con sus dedos ella jugaba con su piel, llegando a enterrarlos en su cabello negro, como acercaba su rostro y la conexión entre miradas era perfecta. Allí la Loxar empezó a cantarle la canción, diciéndole que él era un cielo lleno de estrellas y que cuando lo veía la vista era celestial. Le arrancó una sonrisa sincera de los labios al escucharla, pues creía que la de la vista celestial era ella, como lucia ese brillo y esos ojos hermosos.

En ese efímero instante solo se trataba de los dos, no había nada más, sus ojos grises no podían despegarse de ella y esos azules no se apartaban ni un instante, no supo en qué momento sus rostros se acercaron tanto, no tuvo la menor idea como sus labios tocaron los de ella, en un beso largo, profundo, necesitado, guiado por un ritmo que se fue intensificando a tal punto de que él agarró el labio inferior de Juvia con sus dientes, pero para seguir ella fue la primera en tocar sus labios con la lengua, exigiendo permiso para entrar y sí, pensó que era mala besando, antes de su boda había sido un desastre, sin embargo, en ese instante era el mejor beso que había experimentado en toda su vida. Sus lenguas jugueteando y explorando, sus labios unidos como si fuera lo más delicioso que habían probado en la vida, las sensaciones en su cuerpo eran como estar en otra dimensión, abrió los ojos después de segundos, se dio cuenta que estaba brillando.

—Wow, lo hice. -Se sorprendió, ella asintió con una sonrisa en los labios totalmente orgullosa, con una línea de saliva que escurría, él ya había lanzado sus propios fuegos pirotécnicos. Sin pensarlo mucho Juvia se lanzó en los labios de Gray nuevamente, él respondió cerrando los ojos, siguiendo esa conexión, fuerte, siendo consciente que aunque la música sonaba a un nivel muy alto lograban percibir el sonido de sus labios, era el primer beso que se habían dado de esa forma, tan sensual, tan necesitado, sus labios hacían contacto fuerte, la conexión provocaba un escenario mucho más especial. Emocionada se separó de él después de finalizar para tomar una gran bocanada de aire, completamente erotica empezó a lamer los labios de Gray una y otra vez, extremadamente sensual, él la veía con asombro, ni siquiera pudo pensar, no podía negarse así mismo que le estaba encantando lo que estaba haciendo, luego ella cayó en cuenta donde estaban, se separó de él de una manera abrupta.

—Debo parar o te comeré aquí. -Asintió violentamente sonrojada, la razón volvió a él, había permitido que se besaran seguido, tendido, especial, sin siquiera protestar, pero estuvo totalmente de acuerdo con Juvia, ya que él también estaba sintiendo ese cosquilleo en el sur de su anatomía mientras se besaban.

—Lo siento -Susurró la señorita para con algo de timidez poner su cabello tras su oreja, era un humano bastante débil y ella una hermosa hembra, por un momento tuvo miedo, no entendía las reacciones de su cuerpo. Necesitaba urgentemente ayuda.

El muchacho rápidamente se volteó para tomar un sorbo de agua, tratando de que no notara que se había sonrojado igualmente. Le había robado unos cuantos besos a Erza, sin embargo, no se comparaban en lo más mínimo a lo que ella le había hecho sentir Juvia Loxar en esos segundos, mordió su labio inferior, había estado sublime.

Después de unos segundos sonrió cómplice, sin decir nada más, en perfecta sincronía tomó la mano de Gray para apretarla y subirla lo más alto que pudo con un último "Yeah", ahí la canción finalizó con un disparo al cielo que salió de sus brazos extendidos, un fuego pirotécnico que estalló creando una luz que se esparció por todo el cielo y de ahí escarcha como si se tratará de copos de nieve empezaron a caer en todo el recinto, todos los presentes se maravillaron de lo hermosa que se veía la nieve cayendo como escarcha, lo que no sabían era que habían llevado la conexión a otro nivel, ese donde ellos dos habían subido el otro escalón por el lazo que habían demostrado mientras se besaban.

No sabía como actuar, quería abrazarlo, darle otro beso y un par de cosas más, pero se distrajo al escuchar como todos empezaban a gritar eufóricos, viendo como la escarcha aterrizaba en su cuerpo y como dejaban de brillar en ese instante.

El momento se puso emotivo, el cantante se reunió con toda la banda para empezar a agradecer, era su último show, una carrera que se acababa en ese instante y que todos tomarían caminos diferentes, su mirada gris se dirigió a ella, vio ese hermoso puchero que estaba haciendo con tal de no llorar, claramente Juvia no quería que se separaran, que no volvieran a hacer música.

Las kaminekos a su alrededor rompieron en llanto, parecía que por un tema así podían llorar así que volvió su mirada al frente ignorándola, no entendía como su cuerpo la traicionaba tan vilmente cuando se trataba de la peliazul.

Y así todo termino, el vacío fue bastante fuerte para Juvia porque había vivido un gran concierto y todo se había acabado, muchos años siguiendo a esos cantantes, tenía como consuelo lo vivido y las grabaciones de las canciones que podría reproducir en el futuro una y otra vez.

Miró a Gray con ese vacío y él le dijo que tenían que volver al castillo, salieron despacio mientras la multitud también se marchaba del lugar.

Escuchaba pacientemente lo emocionada que se encontraba, se sintió satisfecho al saber que ella tenía una sonrisa bellamente pintada en sus labios mientras hablaba de lo que había pasado, de los detalles, de las canciones que más le gustaron que habían cantado, de lo hermoso que había sido cada interaccion de los sentidos, aunque lo que más le había gustado era ese beso que los dos se habían dado, sin embargo eso no lo mencionó.

Su voz era hermosa, lo tierna y linda que se veía casi saltando de felicidad era una buena sensación, se sentía orgulloso de haber creado esa felicidad en Juvia.

—Que frío. -Se quejó cuando salió al exterior, ya no estaban todos reunidos por lo tanto el choque de climas fue notorio, Gray sin pensarlo dos veces se quitó su chaqueta y se lo pasó.

—Toma. -Su corazón se hinchó por felicidad pura al ver que su humano se preocupaba por ella.

—Hace frío, esposo mio. Te puedes enfermar. -Trató de negarse porque su deber era velar por el bienestar de Gray.

—Tengo calor. -Mintió, ella se puso la chaqueta para embriagarse con el olor del Fullbuster y se aferró a la cintura del humano abrazándolo. Él se metió en su cabeza que lo permitía porque así se aseguraba que ella estaba junto a él y que no se iba a perder, la futura reina de Nekov estaba bajo su cuidado, pero le agradaba que se abrazara a él.

—¡Tío! -Gritó emocionada al reconocer a su familiar, posterior a haber caminado varias cuadras con su esposo. Lo abrazó agradeciéndole sinceramente lo que habían hecho por ella.

—No fue nada, por tu sonrisa se que te divertiste mucho. -Ella asintió.

—¡Fue el mejor día de mi vida!

—Me alegro mucho, pero, deben llegar a casa. Gray debe dormir para su examen. -Ella abrió los ojos recordando que su esposo debía aprobar un importante examen al siguiente día, asintió debían llegar con suma prontitud para que el Fullbuster durmiera.

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Se puso frente a él para verlo directamente a los ojos, le acomodó su moño en la parte delantera para enseguida hacerlo con su cuello. Estuvo tentado en decirle que podía vestirse solo, pero, prefirió que ella fuera quien le diera unos retoques.

—Confio plenamente en ti y en tus capacidades, esposo mio. Solo quiero que sepas que no debes frustrarte si no consigues el objetivo la primera vez, porque siempre te apoyaré hasta lograrlo. -sonrió tiernamente dándole tranquilidad, la confianza que necesitaba. En su mente por un segundo se clavó la idea que podían ser una pareja verdadera, de las que se apoyaban y amaban. Negó con la cabeza, era muy pronto para que esa ideas fuera del lugar se formaran.

—Si no apruebo retrasarán tu coronación. -Ella sonrió.

—No importa, lo más importante siempre serás tu. -No parecía mentir, ella siempre lucia tan noble. —Te hice algo para que te de suerte, aunque eres muy inteligente y no creo que lo vayas a necesitar. -De su bolsillo sacó un pequeño objeto hecho a mano, era un pequeño teru bozu.

—Leí que en tu planeta los humanos suelen usarlo para ahuyentar la lluvia, aquí en Nekov cada vez que te sientas inseguro té dará fuerzas. -le entregó el diminuto objeto en la palma al joven, él cerró su mano apretándolo con fuerza, a veces sentía que eran tontas creencias y le molestaba que Juvia le diera ese tipo de obsequios.

—Confía en ti. -Le tomó sus mejillas y se estiró lo más que pudo, suavemente le dio un tierno y corto beso en la frente, él se desorientó un poco, no le gustaba ese tipo de afectos, pero en ese instante sintió que era reconfortante.

—¡Vamos a desayunar, tú cuerpo debe tener alimento para que tu cerebro trabaje de la mejor manera! – la chica salió y él la vio, no quería que esa sonrisa se formara en sus labios, así que la borró de inmediato, parecía que su cuerpo se debilitaba cada vez que se trata de ella.

Saludó a su guardia que la esperaba en la entrada, Jellal desde muy temprano se encontraba en servicio, cada vez que veía a Juvia su interior daba un vuelco, se encontraba visiblemente enamorado de la princesa.

—¿Descanso bien princesa?

—Gracias por preguntar, perfectamente. -No pudo dormir mucho, recordar todo lo que había pasado la noche anterior no se lo permitió, estaba notablemente emocionada y es que ir a ese concierto fue lo mejor que le pasó en su vida, sin embargo, estaba creyendo firmemente que Gray ocupaba el lugar número uno de esa lista.

No hablaron durante él desayuno, aunque veía claramente los nervios en el rostro de Natsu. Lucy se encontraba en silencio, por tanto, Juvia sabía que si se dirigía a Natsu para darle ánimos en presencia de su hermana podía formar un problema, por lo que prefirió no decir nada. Gray se levantó primero para dirigirse a la biblioteca.

—¡Éxitos! – Le susurró la Loxar, con una adorable pose de pelea.

—Gracias. -Contestó el Fullbuster para caminar y ubicarse en uno de los asientos cuando llegó al lugar.

Sus manos sudaban un poco, saber que de este examen dependía entrar a la universidad y no retrasar la coronación de Juvia era algo que lo tenía actuando bajo presión. Una responsabilidad grande estaba bajo sus hombros, quería actuar tranquilo, sin mostrar sus evidentes nervios, tragó fuerte la saliva que tenía acumulada en la boca.

Le regaló una mirada a Natsu, estaban en el mismo lugar, aunque cada uno estaba en sillas y mesas donde la visión humana no sería capaz de captar las respuestas del otro. Sus dispositivos electrónicos habían sido confiscados y habían sido revisados, en conclusión era imposible hacer trampa por lo que eran ellos únicamente con su cerebro.

Los ojos grises del muchacho se abrieron, al ver entrar a su amigo de la tierra, Gajeel, junto con Loke y otros dos humanos. Él pelinegro los saludo con un gesto de su cabeza, Natsu sonrió para demostrarles que se sentía en extremo feliz por verlos.

—Buenos días, soy Levy McGarden erudita y guardián de los archivos más importantes en todo Nekov. -La peli azul los saludó, hicieron una reverencia para presentar sus respetos.

—El examen que están a punto de presentar es un Pre examen de ingreso a la universidad, aquí sabremos si están lo suficientemente capacitados para realizar el examen real. -Era una estupidez para Gray, hacer un examen de prueba para luego presentar el real. Era una pérdida de tiempo para el.

Debajo de sus escritorios está el examen, consta de quinientas preguntas para lo cual sólo tendrán cinco horas.

—¿Quinientas? -El alma de Natsu abandonó su cuerpo, estaba totalmente aterrado porque creía firmemente que iba a fallar.

El examen no lucia ser humano.


Hasta aquí capítulo, hermosuras si llegaron hasta aquí les agradezco y si no les da flojera pueden dejarme su opinión aquí abajito. No se si vieron el abrazo de Juvia y Gray en el manga de 100 años, Dioj estoy saltando en una pata y muy feliz.

Contestó sus hermosos reviews:

Valegonz1789: Holi me encanta que te haga feliz mi actualización, a mi me encantan tus reviews y me hacen el día. Con respecto al cap a Juvia le gusta mucho ayudar a los demás, está en su sangre, aunque la recompensaron de la mejor manera, Gray tiene mucho talento, es artista, no puede negar que tiene alguien que lo inspira. No los pude recuperar los capítulos, estoy volviéndolos a escribir, esperemos algún día pueda terminar. Te mando un besote y un abrazo psicológico. Gracias. Bye.

Olivia1415: Holi, sigo lamentándome por perder los caps, pero debo seguir. Me encanta que te hubiera gustado mucho mi regalo, es con todo el cariño y todo el amor. Es una lástima que no los puedas ver desde UsA aunque me gustan más los openings y endings en japonés, estoy muy acostumbrada a ellos, te mando un beso y un abrazo. Gracias por tu review.

KassfromVenus: Holi!! Siii Gray la llevó al concierto, con acciones cómo estás hace que Juvia se enamore y cualquier chica se enamore. Ya casi se viene la hora de la verdad, pero antes habrán unos cuantos capítulos que espero que les gusten. Gracias por tu review. Un besito.

Lymar Vastia: Hi!! Se borraron, se perdieron, fue muy triste, espero terminar de escribirlos todos los caps. Sentir la ausencia de alguien es bastante terrible y Gray la extraña y peor se siente culpable por lo qué pasó, por eso quiere que su dolor se termine, aunque no puede ser egoísta, la sirena le mostró que debe luchar por su Juvia, tiene que encontrarla. La Loxar es la mejor kamineko, siempre busca que todos estén bien. Gray es un tonto.