Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen, son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro solamente con el fin de entretener.
.
.
.
Arrastro mis cansados pies sobre el camino que bordea el canal tan conocido, aquel que me lleva directo hacia la casa de mi amada, Akane.
Cargo un enorme peso en mi mochila, recuerdos de la última isla donde me asenté, algunos dulces y un muñeco de panda gigante que gané en una feria, al verlo me pareció perfecto como regalo.
Desvío mis pasos hacia la derecha cuando puedo verla caminando en mi dirección, va distraída cabizbaja por lo que no me ha visto aún.
Mi corazón palpita con fuerza en mi cavidad, mis dedos hormiguean por las ganas que tengo de tocar sus cabellos, aspirar su aroma a lavanda, sentir la suavidad de su piel.
Su rostro es tan perfecto que puede ser catalogado como un ángel, sus labios invitan a ser besados hasta quedar sin aliento.
Alza su rostro y me ve, emite una bonita sonrisa que quedará grabada para siempre en lo profundo de mi mente y mi corazón.
—Ryoga has vuelto.
—Hola Akane así es, me dirigía a tu hogar con algunos regalos.
—Es muy amable de tu parte.
Percibo que su mirada busca algo ansiosa detrás de mí cuando su rostro se ilumina como si hubiese estado inmerso en la oscuridad y frente a ella hace aparición el primer rayo de sol, susurra un "lo siento" y pasa a mi lado corriendo dejándome atónito.
Giro mi cuerpo para observarla en su recorrido y puedo sentir con seguridad el momento que mi corazón se parte.
Sus brazos rodean el cuello de Ranma, sus manos la sostienen por la cintura de manera posesiva, se que es consciente de mi presencia y cuando creo que no resistiré un segundo más sus rostros se acercan y sus labios se unen en un acto de profundo amor.
—Te extrañé Akane.
—Yo también Ranma, gracias por volver.
Oigo su conversación a lo lejos cuando pongo mis pasos en marcha para alejarme del sitio donde conocí aquel amor que me salvó y me destruyó a partes iguales.
