Disclaimer: Twilight pertenece a Stephenie Meyer, la historia es de DaniDarlingxx, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight is property of Stephenie Meyer, this story is from DaniDarlingxx, I'm just translating with the permission of the author.

Capítulo beteado por Yanina Barboza

Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic


Ciento diecinueve

Las semanas que siguen son... mejores de lo que puedo pedir.

Bella viene al hospital todos los días, siempre trae flores, comida y varios artículos de comodidad. Incluso le compra a mamá un iPad, le enseña cómo usarlo, luego nos mira a papá y a mí y nos dice que mejor no hagamos ninguna de nuestras mierdas de espías con él.

Mamá le dice que cuide su boca, y me río porque, quiera o no, ha sido aceptada en el redil de la familia Cullen. No importa lo que pase con nosotros en el futuro.

No presiono mi suerte con ella al principio. Mantengo la conversación ligera y no la toco más de lo absolutamente necesario. Pero eso se vuelve más y más difícil a medida que pasa el tiempo, y pronto busco cualquier oportunidad que pueda encontrar para rozar mi mano contra la de ella, o agarrar su brazo para llamar su atención, o asegurarme de que nuestras piernas se toquen cuando me siento junto a ella, o tal vez incluso... "accidentalmente" recostar mi cabeza en su hombro para quedarme dormido.

Sin embargo, ella no retrocede ante mi toque. De hecho, también se vuelve cada vez más afectiva conmigo. Golpeando juguetonamente mi brazo cuando me burlo de ella, asegurándose de que me roce cuando pasa, mirándome a los ojos solo un momento más de lo que lo haría un amigo.

Lo decía en serio cuando dije que entendía que la lastimé, pero cuanto más cerca estoy de ella, más veo que esta "cosa" inexplicable entre nosotros sigue ahí. Y estoy dispuesto a dedicar tiempo para que se dé cuenta por sí misma.

La acompaño a su auto una noche cuando realmente sucede el cambio.

Esto no es algo nuevo; la acompaño todas las noches. Mamá insiste, no es que tenga que presionarme tampoco.

Cuando llegamos a su camioneta destartalada, le abro la puerta y la veo entrar como siempre lo hago, pero el aire es diferente. No me refiero al clima; quiero decir que la energía entre nosotros es diferente.

―Conduce con cuidado. Envíame un mensaje de texto cuando llegues a casa —le pido, tal como lo he hecho todas las noches antes de esta.

Excepto que esta vez, su mano en mi brazo me detiene, y cuando la miro, ella está...

Mierda.

Es tan jodidamente hermosa a la luz de la luna. Quiero decir, siempre puedo ver su belleza, pero hay momentos como ahora en los que me golpea en el estómago.

―Edward, espera ―comienza, sus diminutos dedos se aferran a mi abrigo. El invierno está oficialmente aquí, el frío en el aire le enrojece la nariz y las mejillas, haciendo que sus labios se vuelvan más rojos y carnosos, como si estuvieran rogando que los chuparan―. Quiero darte las gracias.

―¿Por qué? ―pregunto, inclinando la cabeza.

―Por entender. Por darme tiempo. Por no poner las cosas raras entre nosotros. Estoy muy contenta de tenerte todavía en mi vida.

Me permito ceder un poco, subiendo mi mano para acunar su mandíbula, mi pulgar rozando su mejilla.

―No voy a ir a ninguna parte, Bella. Pase lo que pase, básicamente estás atrapada conmigo.

―Siempre lo estuve, ¿eh? Acosador ―bromea, con las pestañas revoloteando hacia abajo. Es tímida en este momento, y es jodidamente lindo verla de esta manera porque no deja que nadie la vea así. Por lo general, se protege rápidamente con ira o sarcasmo, pero podría acostumbrarme a esta nueva y vulnerable Bella.

Requiero de todo mi ser para no besarla, pero sé que sería ir demasiado lejos.

Pero este momento me dice todo lo que necesito saber. Todo lo que me he preguntado en los últimos dos meses desde que rompimos.

Bella me ama. Y al menos está en el proceso de perdonarme.

Y al día siguiente, cuando me presento en el hospital y me dicen que mamá ha logrado un cambio milagroso y que su cáncer se está reduciendo, decido que no voy a esperar más.

Bella necesita saber lo que siento por ella, y se lo diré lo suficientemente alto como para que no pueda ignorarlo.