Capitulo 25. "Matiz de Color"
El silencio se tornó sofocante. Aunque Beyond había tomado asiento en su extraña forma sobre la silla de metal, Misora no se sintió perturbada y -en cambio- miraba de nuevo la ventana sin prestarle atención a su visita. Estaban completamente a solas y ningún sonido además de las cortinas al agitarse debido al viento se filtraba entre las paredes que los rodeaban. Beyond se llevó un pulgar a los labios, intentando relajarse, pues estaba muy ansioso y el ligero rechinido de la silla que causaba su constante movimiento lo delató, incomodando al fin a la silenciosa paciente que había planeado no cuestionar en nada a su visita.
—¿Podrías dejar de hacer eso? —interrogó con forzada amabilidad.
—Lo siento. Me siento responsable por lo que le sucedió, debí quedarme con usted.
—Yo te pedí que te marcharas a tu departamento y descansaras, no tuviste nada que ver con el ataque, fui muy descuidada por dejar la puerta abierta.
—Pero era mi deber como su compañero sobreponer su seguridad antes que mis padecimientos mentales, además fue mi culpa que nos alejáramos de la estación de policía sin insistir. Si yo no hubiera sufrido de alucinaciones pudimos obtener resultados a nuestros esfuerzos y nada de esto hubiera ocurrido.
—No. Tenias razón, Beyond —explicó Naomi formando una sonrisa comprensiva en sus labios—. Estuve pensando mucho en lo que dijiste y es cierto... aunque nos precipitáramos, los recepcionistas jamás habrían cedido. —La ex-detective gestó una mueca de cansancio que denotaba su completa resignación al asunto en cuestión—. Tal vez era verdad que no había nadie en los cuarteles que pudiera atendernos.
—Pero, Misora-san...
—No me malinterpretes, aún estoy decidida en entregar a Kira, es sólo que ahora es imposible para mi. Debo concentrarme en sanar, ¿no lo crees?
—En ese caso, yo podría cumplir con sus ambiciones.
—No tengo pensado arriesgarte cuando seré incapaz de protegerte. —Naomi negó con la cabeza—. Además quiero hacerle llegar esta información a L por mi misma y saber si mi aporte ha servido de algo para capturar a Kira, y cuando eso suceda quisiera estar presente.
Beyond observó fijamente la expresión confiada y esa mirada llena de luz que en las pupilas de la joven mujer se alojaban, cautivado por su iderrocable determinación. Entonces B había dejado de removerse con frecuencia sobre su asiento y sólo le importaba perderse en los ojos conscientes de Misora, en sus delicadas expresiones faciales. En esos instantes se veía tan hermosa, tan valerosa a pesar de todo, por lo que no pudo repeler el embrujo que su actitud justiciera le transmitió. Alguien como él que no estaba acostumbrado a una esencia tan pura se supo embrujado, atraído y fascinado como un felino que observa un movimiento desconocido entre la hierba alta. Estiró un brazo cuya mano posó sobre la frente vendada de la joven mujer, reconociéndose conmovido por su fortaleza, alentado a mantenerse firme ahora que la veía de nuevo frente a él, saludable, tan llena de vida.
—Si tanto quieres capturar a Kira, asegúrate de recuperarte lo más pronto posible. —Beyond hizo una pausa momentánea antes de proseguir—. Naomi Masacre.
—Si —asintió ella con lágrimas apresadas entre sus párpados, sintiendo en su pecho un golpe de agridulce nostalgia al ser llamada con aquel apodo que sólo sus conocidos cercanos sabían.
Las memorias en su cerebro se avivaron y mezclaron como una cinta de cine antigua, brindándole un agradable refugio donde aquel chico de harapiento aspecto se encontraba apoyándola, pues era él quien siempre estuvo a su lado en las peores circunstancias. Recordaba aquellos años dorados en su vecindario en compañía de sus padres, su primer amor, sus amistades escolares y tantas compañías que -pese no ver sus rostros- comprendía fueron especiales para ella como el chico que tenía delante.
Luego de que el horario de visita finalizara para Beyond, él se encontró de nuevo surcando los pasillos del hospital con una expresión fastidiada adornando su rostro ensombrecido con la escasa iluminación de aquel pasaje en concreto. No sabía ya cuántas veces había tenido la misma conversación con Misora. Aunque no decía nada más y pareciera olvidada la razón por la cual la ex-detective estaba tan decidida en hablar con L personalmente, se daba cuenta que su determinación mantenía latente el peligro hacia él y sus planes futuros. Seguramente a estas alturas L ya se había enterado que ella intentó comunicarse con el cuartel encargado del caso Kira y que estaba involucrada emocionalmente debido a su compromiso nupcial interrumpido; en esos momentos deberían estar haciendo investigaciones en base a esto. No lo sabía a ciencia cierta ya que no volvió a pedir la dirección del hotel donde él y Watari se hospedaban desde que había tenido ese encuentro indecente con Lawliet, pero lo suponía.
Watari era un sujeto con el cual debía tener cuidado, después de todo era un excelente investigador. Si no tardó en identificar su crucigrama y relacionarlo al régimen educativo de Wammy's House, no debía ser un problema encontrar registros sobre los informantes fortuitos que se aparecían en la estación de policía. Además estaba ese nuevo grupo formado por L.
Si habían logrado convencerlo de mostrarse, ese grupo pequeño de oficiales debían tener un fuerte sentido de la justicia o al menos un inmenso valor moral. No dudaba también se convirtieran en un importante obstáculo aunque no de forma crucial. Eludió sus pensamientos cuando el recuerdo del tacto de L lo arrancó un instante de la realidad, decidiendo que era suficiente, pues si permitía que sus cavilaciones se desviaran a esa sensación pecaminosa grabada cual estigma en su cuerpo, sabía no se mantendría tranquilo y cedería al deseo de volver a verlo. Y no podía, no aún.
Siguió caminando con su postura encorvada, encontrándose finalmente con la sala de espera, donde dirigió sus pasos hacia una figura conocida que se postraba descuidadamente sobre la silla, con los brazos extendidos de largo a largo encima de los respaldos más próximos y la cabeza colgando, mirando directamente al techo.
—Lamento haberte hecho esperar —se disculpó Beyond con mecánica amabilidad.
—¿Sabes... ? —gimió el chico, irguiendo la cabeza con pereza para luego levantarse de los asientos y dedicarle una mirada reprobatoria a su acompañante antes de sacar de su bolsillo una cajetilla de cigarrillos—. Odio los hospitales.
—A mi me gustan, son sitios donde se salvan vidas... y donde mueren personas.
—¿En serio? A mi me parece un lugar deprimente.
—Nunca establecí que no fuera deprimente, por supuesto eso depende del punto de vista personal. No esperé que tú fueras esa clase de personas en todo caso, Mail Jeevas.
El chico de cabello teñido en negro caoba le devolvió la mirada a Beyond con un marcado gesto de molestia mientras el cigarrillo se quemaba con ímpetu entre sus labios pese a que aquel sitio no era zona para fumadores. Beyond gestó una sonrisa cruda por aquella expresión de furia contenida que le era dedicada, recordando el largo proceso que enfrentaron desde su primer encuentro; el secuestro, las peleas, el desacuerdo y las amenazas que compartieron. Había sido una inmensa casualidad que se conocieran. Y una fortuna conveniente.
.
Varios meses atrás.
Después de que Beyond abandonase el edificio donde L y Watari habitaban, se dio cuenta que necesitaría formar su propio equipo si quería llegar a Kira antes que L, pues no poseía más información de la robada y no estaba seguro por dónde comenzar a buscar. Y ya que no se sentía cómodo manejando un grupo grande, pensó que no sería mala idea conseguir a uno solo que se ajustara al perfil adecuado, así que se acercó a un ciber público para comenzar a buscar por medio de la red algún investigador que al menos se adaptase a sus demandas. Esta investigación se volvió rutina en un lapso de dos semanas sin resultados concretos, fue cuando notó a ese muchacho que manejaba con real facilidad el ordenador que ocupaba, sintiendo un golpe en sus memorias ante las superdotadas habilidades que el chico no se molestaba en disimular; tenía los audífonos puestos y los googles oscuros sobre sus ojos, los cuales parecían darle una mayor protección a su visión del cegador brillo emergente de la pantalla.
Beyond se quedó observando los movimientos que realizaba con el teclado de la computadora, apenas rozando los botones del mouse a un costado de su brazo derecho, completamente inmerso en la cuenta bancaria que parecía estar hackeando, pues introducía una rara cantidad de contraseñas, los números y recuadros desfilando por toda la pantalla hasta que pareció percatarse de la presencia para detener su actividad y girarse hacía él. La mirada de Mail se perturbó un instante por la apariencia andrajosa del interesado, irritándose con esos ojos que con tanta insistencia lo contemplaban.
—¿Se te ofrece algo? —cuestionó con brusquedad. Incómodo porque un vagabundo viniera a vigilarlo sin su consentimiento. ¿Se trataba de un acosador? Se preguntó con ironía. Beyond en respuesta había sonreído con demencia para enseguida negar con la cabeza, cómodo con aquella personalidad agría. Un punto a favor del muchacho.
—Sólo pensaba que eres muy hábil con esos dedos —elogió Beyond.
—¿Gracias? —respondió, inseguro de cómo sentirse con el cumplido recibido, temiendo que aquel sujeto se tratase de un pervertido. Lo que menos le faltaba—. Lo lamento pero estoy muy ocupado en estos momentos, así que si me permites...
—No quise quitarte tu valioso tiempo, es sólo que verte me ha traído recuerdos de mi antiguo hogar en Inglaterra. En Wammy's House vi a muchos niños manejar un computador justo como tú, sólo que con menor armonía.
Mail se mostró inevitablemente sorprendido con aquel comentario, viéndose incapaz de volver a lo suyo ahora que se había topado con ese extraño individuo que sin mayores complicaciones se atrevía revelarle eso a un completo desconocido como él, después de todo tenía entendido que ningún desertor de la institución en cuestión se tomaría la libertad de siquiera mencionarla en una conversación casual; era un secreto, y este hombre lo estaba rompiendo como si no se tratara de nada impresionante o significativo para la sociedad.
—¿Ehh? ¿Viviste en Wammy's House? —cuestionó, no evitándose dejar escapar un acento curioso y sugestivo. Ver a Beyond más cuidadosamente le ayudó asimilar su apariencia como un caos producto de un coeficiente intelectual alto, así que empezó a sentir interés.
—Hasta que cumplí los trece años de edad. Lo siento, recordé que tengo algo que hacer. —Beyond se giró sobre sus talones dispuesto a marcharse, fue cuando Mail se sobresaltó.
—Espera, espera. ¿En serio piensas cortar nuestra charla así?
—Pensé que tenías mucho trabajo.
—Pero ahora hay cosas que quiero preguntarte, considéralo un castigo por interrumpir mis labores y haber abierto la boca sin pensar en las consecuencias. Espérame afuera un momento, ya termino con esto.
El joven pelirrojo devolvió su atención al computador con intenciones latentes de concluir el robo de identidad, indispuesto a dejar ir una pieza de experiencia que le serviría mucho en la actualidad, por ello la velocidad de sus dedos sobre el teclado aumentó considerablemente. Acciones que, sin ser consciente, hicieron que Birthday se sintiera afortunado. Mail Jeevas en verdad podría serle alguien muy útil en el futuro.
—De acuerdo —accedió de forma monótona antes de salir del establecimiento para acomodarse en el filo de la banqueta con expresión distante mientras los automóviles continuaban avanzando por la carretera sin cesar. No pasaron más de un par de minutos para que Matt saliera del local y se acercara hasta donde yacía después de buscarlo por la zona, su mirada contemplando con extrañeza la figura encorvada de B jugueteando con sus dedos sobre un pequeño montón de tierra olvidado sobre el pavimento—. Eso fue rápido —dijo provocando que el chico bufara, llenando sus pulmones de orgullo mientras se ajustaba los googles y se sentaba junto a él—. Debes tener muy poco tiempo libre.
—Nada de eso, es sólo que no quería hacerte esperar demasiado ya que fui yo quien insistió en conversar contigo.
—¿Consideraste en algún momento la posibilidad de que yo podría ser quien más desea hablar contigo? Después de todo, existía la opción de marcharme sin concederte la oportunidad, incluso si respondí afirmativamente tu invitación de esperar por ti afuera.
—Pues entonces comencemos por las presentaciones. Mi nombre es Mark Forset.—Las pupilas de Beyond vibraron frente a la información. Un nombre falso. Fue lo mismo que había hecho él cuando se presentó con Naomi Misora la primera vez. ¿Acaso Mail Jeevas tenía algo que ocultar? Probablemente, pero en todo caso era imposible relacionarlo a Kira. Había escuchado de A que los niños que abandonaban el orfanato recibían incluso identificaciones falsas para iniciar su nueva vida en la sociedad. ¿Sería este el caso de Mail? No estaba seguro, él no lo hizo cuando se marchó ya que ni siquiera poseía la edad adecuada cuando se fue, pero no importaba—. Pero puedes llamarme Matt. Me gusta más.
—Rue Ryusaki... aunque es un nombre falso —espetó al instante con una sonrisa falta de carisma e intención. Matt se sorprendió con sus palabras—. Llámame B.
—¿B? —repitió, disfrutando de ese momento, pasó alguna temporada desde la última vez que se divirtió tanto, así que no se restringió de sonreír—. Eres un sujeto complicado ¿eh, B?
—Ya que ambos crecimos en Wammy's House estoy seguro que comprendes las razones por las que prefiero conservar mi nombre clave y mantener el anonimato.
—Estoy dispuesto aceptarlo. Y asumo que me dijiste lo de tu alias porque supones que el nombre que te di es producto de una identificación falsa, ¿correcto? —afirmó con soberbia.
—Así es. —Beyond juntó sus rodillas flexionadas y abrazó sus piernas con sus delgados brazos, manteniéndose indiferente—. Y porque confiaba que tu razonamiento al respecto era rápido también, por ello me siento satisfecho para intercambiar palabras contigo más libremente ahora. He comprobado que provienes de Wammy's House, Matt.
—Espero que sea eso y no que hayas intentado jugar conmigo —refutó recargándose en sus brazos, aspirando una bruma de nicotina que no existía mientras meditaba en la probabilidad que pudiese comprar pronto una cajetilla de cigarros—. Creo que tu alias es altivo, y me hace pensar que te crees superior a todos los demás. B es la segunda letra del abecedario y sólo existe una letra que es reconocida mundialmente por las leyes de sociedad, especialmente en un orfanato como Wammy's.
—Sé a lo que te refieres —declaró—, por lo tanto soy incapaz de negarte que mi alias principal está relacionado con tus deducciones, pero también debo señalar que está enlazado tan sólo en un cincuenta por ciento, ya que en el otro cincuenta por ciento el factor que lo estimula es distinto. ¿Sabes? Las iniciales de mi verdadero nombre son B.B. Y en el pasado me llamaron Backup, así que tengo una estrecha relación con la letra en cuestión.
—Interesante —admitió Matt cambiando su postura a una más cómoda.
—Ahora tienes una pista importante, si tú fueras Kira.
—¿Kira? —Matt se tensó involuntariamente cuando escuchó aquel nombre en los labios de B, pues recordaba que se trataba del reciente interés de L. El asesino global era de inclinación pública desde que estos tuvieron un enfrentamiento por televisión y, por lo que veía, B también estaba atraído por el asunto.
—Precisamente, Matt. Este era el tema que quería tratar contigo. ¿Qué opinas de Kira?
—Bien...—Matt se tomó su tiempo en responder, meditando las palabras adecuadas para expresar sus pensamientos sobre lo reciente mientras lamentaba no tener un cigarrillo sobre los labios, en verdad le hacía falta—. Para empezar, no lo veo como un salvador, tampoco como alguien justo, ni siquiera lo creo un demente con delirios de grandeza. Para mi es menos de lo que dice la gente y se encuentra en un punto intermedio sobre lo que Kira piensa de sí mismo. Se infla con la adoración y pretende impartir una doctrina que nadie pidió. En resumen, sólo es otro imbécil con habilidades sobresalientes. Justo como L.
Las pupilas de Beyond se encogieron y dilataron con fascinación, aquella había sido una respuesta que no esperaba escuchar de alguien cuya vida se desarrolló en el orfanato favorito que Watari había ayudado levantar. Le hizo recoger retazos de los recuerdos que había compartido con A. Las crudas palabras de Mail le ayudaron resolver una duda que estuvo rondando su cabeza un par de días atrás. El propósito de A se había cumplido.
—¿No te agrada L?
—No estoy seguro de que me desagrade, después de todo elegí el boleto de avión a Japón porque vi en la televisión que Kira se encontraba en Kantou. Una persona normal que aspira a una vida de crímenes elegiría alejarse de los justicieros, no también es cierto que me atrajo un museo tecnológico que se inaugurará en esta región.
—Por lo que dices, asumo que estás desorientado. ¿Qué has estado haciendo hasta ahora?
—Precisamente ese tema era el que yo quería tratar contigo, B —parafraseó Matt, causando una sonrisa de simpatía en el mayor. Mail Jeevas comenzaba agradarle—. ¿Qué comenzaste hacer cuando saliste de Wammy's House? ¿A qué te dedicaste?
—Hice un par de cosas... pero al inicio comencé a robar bolsos, luego me dediqué asaltar cajeros automáticos, me metí en problemas con los policías un par de veces, afortunadamente logré escaparme antes de que me encerraran en una correccional del gobierno. Luego inicié una dieta forzada de mermelada como único alimento.
—Debió ser duro —dijo Matt en un tono adolorido, le dolía el estomago sólo de imaginarse sufriendo el mismo destino. Detestaba la idea de no comer adecuadamente.
—Pero valió la pena.
—¿Dónde estás viviendo?
—No tengo un hogar fijo... —Beyond lo pensó mejor—, no uno físicamente, pero supongo que me he acostumbrado a mi forma de vida. A la sociedad no le importan los fantasmas, mucho menos si son conscientes de que no los pueden atrapar.
—¿Con fantasmas te refieres a "nosotros"? —intuyó Matt, tendría sentido si así fuera, pues los niños de Wammy's House eran eso, fantasmas acogidos por un escondite de naturaleza incierta, y cuyos cerebros usualmente eran tan retorcidos que no podían terminar rehaciendo las vidas que nunca tuvieron.
—Me refiero a todos aquellos que elegimos caminos poco convencionales.
—Me gustaría conocer esos caminos —confesó Matt rápidamente, no limitándose en delatar sus ansias ante la mirada atenta de su interlocutor. Se removió enfrentando a Beyond de manera más personal—. ¿Qué te parece si lo discutimos esta noche? ¿Bebes? Vamos a un bar y nos encontramos aquí mismo a las ocho. No me gustaría dejarte ir todavía pero aún tengo un asunto que atender, y supongo que tú también debes estar ocupado a estas horas.
—En realidad no estoy ocupado... pero acepto tu invitación.
Ambos se levantaron del suelo, coordinándose con sus intenciones de alejarse, fue un hecho que Matt no pudo ignorar. Beyond era un sujeto escalofriante y estaba seguro que no podía fiarse de él, pero no tenía otra opción, en verdad necesitaba una cuerda de la cual sostenerse ahora que su propio sendero estaba decayendo en la incertidumbre.
—¿Tienes celular o hay algún otro medio con el que pueda comunicarme contigo?
—Descuida, soy un espectro puntual —bromeó, más su acento mecánico no lo simuló siquiera—. Estaré aquí esperándote, así que puedes ir hacer tu robo electrónico, Mail.
Beyond se giró, caminando de la misma forma fatigada lejos de aquel quien se había helado en su posición después de las últimas palabras que Beyond le había ofrecido. El pelirrojo no lo podía creer. ¿Cómo era que aquel individuo había adivinado lo que haría? ¿Lo habría notado en la pantalla del ordenador público? Pero al pensarlo mejor, tal no era lo que más le había perturbado de sus palabras. No. Sabiendo de dónde provenía no era sorprendente que hubiese incluso intuido a lo que se dedicaba en la actualidad. Lo que en serio le causó inquietud fue que dijese su nombre real tan casualmente.
—¿Mail... ? —repitió en un susurro consternado.
¿Cómo demonios lo había averiguado? Matt se reconoció aterrado con esta realidad. Todo indicaba que B.B era más de lo que dejaba emerger a la superficie. Pero nunca imaginó que a partir de ese momento las cosas se tornarían mucho más complicadas de que pudo estimar. Había caído en las garras de B.
.
Actualidad.
Expulsando el humo fuera de su boca, Mail buscó la manera de tranquilizarse mientras se aproximaban al local que él mismo había señalado para descansar de la extensa caminata que llevaron a cabo desde el hospital central donde yacía internada la susodicha Misora Naomi; conocida de B. Según le explicó esta ex-detective se trataba de una pista importante para el caso Kira, así que a menudo debían visitarla para verificar su progreso post-traumático. El joven no dudaba que su actual pareja de crimen fuese el causante de su extraña amnesia, cuyo padecimiento la hacía repetir una y otra vez el mismo patrón sin develar otras verdades relacionadas, incluso sus recuerdos solían trastornarse, cambiando unos por otros y viceversa. Las lesiones no habían sido severas pero no parecía mejorar mucho con el tiempo.
Ya había oscurecido cuando tomaron asiento en una de las mesas del café, la televisión plasma del negocio mostraba un programa musical de Sakura TV mientras los ocupantes de otras mesas conversaban tranquilamente sin percatarse de ellos. Y Matt miró delante suyo a su único acompañante, quien volvía a tomar aquella desagradable postura sobre la silla, esta vez no lo reprendió ni se molestó en cuestionarle, limitándose a beber de su capuchino. Aún sin creerse que estuviera obligado a permanecer con él, se preguntó qué le debía al destino para haberse involucrado de esta manera con un demente como Beyond, si tan sólo no supiera los detalles de su ambición y no le debiera la vida desde su último atraco como novato, seguramente estaría lejos en algún departamento pobretón disfrutando/sobrellevando su soltería.
Al parecer se trató de un mortal error haberlo encontrado con las manos en la masa, mejor dicho en el cuello del sujeto al que Mail pretendía extorsionar en ese callejón un mes atrás.
—Las idols son... interesantes personalidades niponas, ¿no crees? —Tales palabras intrigaron un poco al ahora moreno, quien no dudó seguir la mirada de Beyond hasta la pantalla—. Sus vestimentas son coloridas y... lindas, en cierta forma.
—Es bastante curioso escucharte decir eso cuando compartes una porción de origen asiático —comentó Matt después de un bufido divertido—. Sé que viviste mucho tiempo en Los Ángeles pero, ¿jamás sentiste intriga por conocer esta cultura? Después de todo son tus raíces.
—No había mucho que me atrajera de Japón además de Akaukin Chacha.
—Oh, si. Creo que eso lo mencionaste antes.
—¿Qué hay de ti, Matt? ¿No te gustaría secuestrar a una de esas estrellas juveniles? Sería una interesante esclava sexual.
—¡B! ¿Olvidas dónde estamos? En Japón no se puede hablar públicamente sobre sexualidad. ¿Acaso quieres crearle a la sociedad una imagen errónea de ti? —Matt se detuvo a pensarlo mejor, lo cual le ayudó alcanzar una respuesta obvia—. No, olvídalo. Tienes suficiente mala reputación en contra a estas alturas.
—¿Eso crees? —Una sonrisa mecánica extendió los labios de B—. Gracias.
—¡Eso no era un cumplido!
—Vamos, no puedes decir que no te atrae la idea —insistió tras devolver la mirada al programa que estaba llegando a su final.
Sin embargo, este fue abruptamente interrumpido por un anuncio de emergencia, el cual no tardó en absorber toda la atención del joven asesino cuando el locutor en pantalla aseguró estaban bajo amenaza de Kira y que sus vidas corrían riesgo de no obedecer indicaciones de reproducir ciertos videos que les habían hecho llegar a las instalaciones principales de la ciudad. Matt al darse cuenta de esto, olvidó sus quejas para enfocar su atención en los autoproclamados rehenes. Y cuando el fondo se tornó blanco, siendo adornado únicamente por el nombre de Kira escrito en letras estéticas, Mail supo que el equilibrio de la ciudad volvería a tambalearse, pues con una mirada a su compañero comprendió que el caso en que se había involucrado involuntariamente le estaría dando nuevas ideas que pensar a Beyond.
Los transeúntes que pasaban por ahí comenzaron detenerse también para observar el nuevo espectáculo de matanzas donde Kira aseguraba mataría públicamente a presentadores de TV por haberlo desafiado. Por eso, cuando dio el primer anuncio, B le ordenó comprobarlo usando su móvil, orden que Matt acató dándose cuenta que el video era 100% real. Tal lo conmocionó.
—¿Qué demonios? —susurró Matt con incredulidad. Sus dedos estaban temblando conforme el programa avanzaba en la pantalla del local. Aquello era demasiado.
Notas Finales: Como lo prometí alguna vez, Matt volvió a entrar en escena y esta vez con el aspecto que aparece en el anime. Aún es muy pronto para decir de qué manera terminó tan enlazado a Beyond pero sin duda lo explicaré más a detalle. Y como habrán notado, todo transcurre un poco como en el canon hasta la aparición del segundo Kira, es aquí donde le perderé todo el respeto que le mantuve.
