Fic

Historias de Albert y Candy

Hechizo de Amor

Por Mayra Exitosa

Inspirada en la Imagen de Lulú Mtz.

En la biblioteca real, se hallaba leyendo sumergida en sus libros, la preciosa hija del Conde O´Brien, quien siempre estaba distraída entregada en su lectura mientras su padres fungía sus actividades reales en el palacio, ella que quedaba sumergida en alguna historia mítica o leyenda que la dejaba cautiva en lo que ella se sentía la protagonista de lo que en parte vivía dentro del libro, por lo que la llegada del Príncipe Alistar, la sorprendía sobre manera, ya que el muy amable le llevaba una bandeja colmada de galletitas muy adornadas oliendo delicadamente a repostería fina combinada con un perfume que a ella atrapaba y extraía de su lectura gratificante, pero por alguna extraña razón en vez de tomar la muestra giraba su cabeza y tocaba su rosa amarilla que de la mano del atractivo príncipe tenía.

El cautivado joven se distraía de su meta actual que era que algunas personas probaran de su experimento, al llegar hasta la joven condesita que se encontraba leyendo muy entretenida sin siquiera alzar la cabeza. Le iba a ofrecer una de sus preciosas galletas, pero al hacerlo, la joven con un brillo hermoso en su mirada, solo su rosa suavemente tocaba, él en un eco la iba a saludar, - Bello día, mi Lady.

Ella levantaba su rostro sin dejar de mirar a la rosa amarilla, pues asombrada por su color brillante respondía, - Muy bello, su alteza, es tan delicada su exultante belleza, como el sol intenso de un Fue entonces que el pelinegro se percataba que no solo la bandeja de galletas había traído, pues en su mano yacía su hermosa rosa, a lo que este respondía con verdadera efusividad, - ¡Es verdad! ¿Desea mi Lady, una galleta? más la joven no quitaba la mirada de la rosa y con sus dedos tocaba los pétalos para luego observar la cautivante sonrisa del príncipe que la hechizaba con una rosa olorosa de color brillante, por lo que respondía indagando sobre lo que más le atraía, - ¿la ha cortado del jardín, su alteza?

Como si deseara ajustar a la joven y estrecharla a su cuerpo, se acercaba demasiado a su rostro como hipnotizado, en un suspiro abandonaba la charola colmada de galletitas muestra en la mesita donde la joven había estado leyendo, sentándose junto a ella, le iba a comentar… más el suspiro de ambos no los dejaba continuar, le acercaba su rosa para luego sin decir ni una palabra más, frente a todos los presentes un beso en los labios ambos se dieron con intensidad. Por lo que de pronto entre los libros iba apareciendo una rosa amarilla de cada uno de ellos, sin motivo aparente surgían por todas partes, más al girar la pareja se levantaban separándose a regañadientes, dejando a los presentes asombrados por lo que estaba sucediendo pues en plena biblioteca iban apareciendo más y más rosas amarillas brotando de cada libro, incluyendo a los que se encontraban abiertos como los que yacían en los estantes. La pareja salía por la puerta principal sin mirar a nadie, solo uno al otro tomados de las manos claramente cautivados por unirse después de ese magnífico beso, el joven heredero se llevaba a la joven Condesa O´Brien, quien oliendo su rosa se alejaba de la mirada incomoda de los lectores de ese lugar, dejando en plena mesa una charola de ricas galletas olvidadas sin temor, por el príncipe que había cambiado de opinión y sin continuar queriendo experimentar, de la mano se llevaba a la que consideraba su pareja ideal.

El padre de la joven, nuestro amable Conde O´Brien, se encontraba conversando amenamente con uno de los consejeros, ambos dejaron de hablar para luego observar con evidente asombro como su hija Patricia iba muy ajustada de la cintura si siquiera girarlo a ver, al ir con el príncipe Alistar parecían no apreciar a nadie de los que encontraban cercanos , lo más increíble para el padre al saber que su hija era demasiado tímida para con todos los hombres, se avergonzaba de que él la viera tomada de sus manos, con su sonrisa extendida dirigiéndose solo al joven que parecía no notar que era el padre de la mujer que se estaba llevando a quien sabe qué lugar, por el contrario su hija iba sonriendo confiada en sentirse amada con un rubor claro en su rostro y sin apreciar aquellos que los observaba, dejando a los caballeros de lado, ignorándolos a todos cual si no existieran en el palacio real, salía la pareja exudando amor sin rumbo fijo en su dirección, dejando a todos los hombres con la boca suelta de lo que habían visto y no podían creer, el príncipe Alistar había elegido a su doncella y salía de la biblioteca decidido a llevarse a la damisela sin el permiso del padre a quien sabe a dónde, pero definitivamente había demasiados testigos, de que ambos se miraban enamorados mutuamente y se alejaban de toda la gente, dejando a su paso un olor a perfumado a rosas con suficiente evidencia de que la pareja se había besado cual noviazgo formal existiera, aunque el Conde O´Brien evidentemente desconocía su relación, pues nadie la había informado que el príncipe Alistar había elegido enamorar a su hija, mucho menos llevársela de esa manera sin un comentario de aceptación.

- ¿Qué sucede aquí? Reclamaba el Conde O´Brien, a lo que el consejero nervioso solo atinaba a responder, - ¡Oh, el amor! tomando una galleta de una bandeja olvidada, le metía una a la boca del conde y otra el mismo se tragaba, para evitar problemas de lo que ambos habían visto y no podían comprender por lo que solo comer las galletas y ver que desaparecía de su punto de visión la pareja, evitando el rescate de la joven que el príncipe se había llevado directo a sus aposentos, donde sus instintos hechizados les guiaban a los dos, continuar sin ser vistos por nadie lo que deseaban con el hechizo de la rosa que los mantenía atrapados despertando su pasión, ignorando lo que hacían la pareja se perdía.

Continuará...


Gracias por comentar cada capítulo , esperando finalizarla próximamente.

Agradecida por no tomar mis escritos, ni adaptar ni utilizar por ningún medio auditivo o plataforma alternativa, en parte o completa ninguno de estos.

Con sincero aprecio,

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa