Un nuevo comienzo
Por Luz de luna82
Capítulo 5
Al siguiente día afuera del apartamento del Candy ya estaba un taxi, había empacado sus pocas pertenencias, el asunto con la casera estaba arreglado como le había dicho Albert, ¿Cómo lo hizo? Ni ella misma sabia, pero estaba segura que sus influencias habían servido de mucho.
Candy bajo del auto frente a la mansión Ardlay, Albert la esperaba en la puerta, eran las 8 de la mañana y la familia desayunaba, los niños estaban por irse a la escuela, quería presentarla e instalarla antes de irse a trabajar.
-Señorita Johnson sea usted bienvenida, le decía extendiendo la mano dándole la maleta de Candy a Whitman, todos estaban tomando el desayuno, era la oportunidad perfecta para que los conociera. De pronto a lo lejos se escuchaba el llanto del bebé Dilan, algo grave estaba pasando en el comedor, se voltearon a ver el uno al otro y cuando Albert abrió la puerta casi se va de espaldas.
Dilan estaba llorando en su silla, tenía miel de maple y lo que parecía el resto de hot cake en el cabello, André le lanzaba cereales a Archie a la cabeza mientras el hombre sujetaba a James porque parecía que se quería ir encima de Stear, Albert levantaba Dilan de su silla, trataba de calmarlo y calmar a James que no desistía en irse contra su tío, casi igualándolo en estatura era más complicado controlarlo, Candy veía el espectáculo y no podía creer que eran todos hombres y que no eran capaces de calmarse entre ellos, era hora de que ella interviniera, de pronto puso dos dedos en su boca y lanzo un chiflido, llamando la atención de los presentes calmándolos en el acto.
Albert aclaro la garganta y después de quitar su cara de sorpresa de que la chica supiera silbar de tal forma, hablo fuerte y claro.
-Me pueden explicar lo que sucede en este momento por favor.
James fue el primero en hablar y al fin soltarse de Archie, -Papá, tío Stear le metió mano al auto y ahora no funciona, por la noche algo le hizo y ahora no prende, ¡es mi coche papá!, decía el alterado muchacho.
Albert fulmino con la mirada a Stear, fue lo primero que le dijo que no hiciera y fue lo primero que hizo, no tenía remedio con su intento de querer arreglar y mejorar todo, no era cosa nueva, Stear solo agacho la mirada sin saber dónde meterse.
-Bien, entiendo, ahora quiero que vayan a cambiarse, el transporte escolar esta por pasar, James más tarde hablaremos, yo lo arreglare con Stear.
Candy tomaba en los brazos al bebe Dilan, era el que peor parte se había llevado, Albert sospechaba como había terminado de esa manera, mientras todos salían de la sala Albert volvió a hablar.
-André, ¿sabes porque Dilan tiene miel en el cabello?
El chiquillo se paró sin voltear a ver a su padre y agacho la cabeza, lo sabía, claro que lo sabía y también temía que consecuencias tendría.
-Lo siento papá, dijo al saber que no tenía escapatoria.
-Hablaremos cuando vuelvas de la escuela, ahora a cambiarse rápido, les indico Albert.
-Señor Ardlay dígame donde está el cuarto del bebe para darle un baño, le pidió Candy.
-Señorita Johnson lamento que presenciara esto, usualmente es todo tranquilo, decía Albert con pena.
-Oh señor Ardlay no se preocupe, en mi casa era igual de caótico algunas veces, así que déjeme ocuparme del bebé y vere como esta André, todo estará bien.
-Archie cambiara a André, esta es la habitación de Dilan, Albert veía como él bebe jugaba con alguno de los risos de la nueva nana, ahora ella tendría que tomar un baño también. -Señorita Johnson le ayudare a bañar a Dilan, creo que es muy capaz, pero le mostrare donde está todo, de pronto Esther entro.
-Niño Albert, la señorita Eliza acaba de llegar, yo le muestro a la niña Sally donde está todo, aquí estaremos bien, dijo la simpática y regordeta mujer, Albert asintió y le dijo que la esperaba en cuanto terminara con Dilan.
El plan de Albert de presentar a Candy y mostrarle la casa se había arruinado y aparte ahí estaba Eliza, lanzo algo parecido a un gruñido y salió furioso ¿Qué hacía ahí?
- ¿Qué haces aquí? Decía mientras la tiraba del brazo, tenía prohibida la entrada a la casa, ¿Cómo entro?
-Karen necesita noticias de su hijo, ¿creías que venía de visita de placer? Decía ella mientras se soltaba del agarre de Albert en el jardín.
-Dile a esa mujer que perdió todos los derechos con mi hijo, ahora que no se las venga a dar de buena madre, el niño está bien, con eso basta.
-Sabes que con eso no basta, ella necesita dinero. Contestaba con los brazos cruzados sobre el pecho, haciendo más notoria su furia.
- ¿Y a mí qué? Contestaba Albert fastidiado.
-Que, si no se lo das, vendrá a hablar con tu querido hijo y le contará toda la verdad, así que tienes 3 días, la cantidad ya la sabes. Se dio la vuelta y se fue, estaba segura que Albert haría todo para no decirle la verdad a su hijo, ya que le destrozaría el corazón, así que le entregaría el dinero que Karen siempre lograba sacarle.
Entro furioso a su despacho, Karen tenía orden de restricción al niño y por nada del mundo permitiría que se le acercara, era una mala mujer, una muy malvada mujer.
El transporte escolar pasaba por André y James, Candy no salía de la habitación del bebe Dilan, entonces Albert ya más tranquilo abrió un poco la puerta y pudo ver por la pequeña abertura mientras que Candy le cantaba una canción de cuna al pequeño bebe ya adormilado, el succionaba su dedo como siempre viendo detenidamente a la mujer que lo mecía en sus brazos en la silla mecedora, era algo que había deseado tanto que sucediera con la madre de su hijo, cerro poco apoco la puerta y decidió dejarlos solos, fue un cuadro tan tierno y bello que no quiso romper la intimidad que comenzaba a sentirse.
-Niño Albert, ¿a qué hora te iras a la oficina? Preguntaba Ester mientras lo sorprendía por la espalda.
-Nana, pregúntale a la señorita Johnson que le gustaría comer, ahora le daremos una bienvenida apropiada cuando lleguen los chicos de la escuela, así que lo que ella quiera estará bien, dijo Albert yéndose disimuladamente a su despacho, evadiendo su pregunta, por el día de hoy se quedaría en casa para presentársela a todos.
Mas tarde bajaba Candy, después de instalarse en la habitación que Esther le había dicho, ya casi era la hora de la comida y tenía que bañarse, Dilan le había compartido de la miel de maple que tenía en el cabello.
-Esther huele delicioso, decía Candy mientras que abría la olla.
La regordeta mujer traía el cucharon en la mano y el delantal bien puesto, -Niña Sally deja de husmear en mi cocina, sé que te encantará esto, es mi especialidad, te hice unas deliciosas albóndigas como me enseñó a prepararlas mi mamá hace muchos años en mi pueblo, son las favoritas de mis niños también, ya verás que me quedan ¡para chuparse los dedos! Decía encantada la mujer.
De pronto Stear y Archie entraban.
-Señorita Johnson que gusto ver que se está integrando a la familia, Esther es la que nos prepara sus deliciosos platillos y si no me equivoco hizo sus deliciosas albóndigas, decía Stear mientras le metía el dedo al caldo de tomate que tenía la olla.
-Niño Stear, estese quieto, ¡que, si no, no come! Lo amenazaba con el cucharon.
Albert estaba en la puerta los niños habían llegado, Archie tenía ya en los brazos a Dilan.
-James, André, ella es la señorita Sally Johnson, será su nueva niñera, es una mujer muy capaz, por favor denle la bienvenida a la familia.
André corría hacia las piernas de Candy, se abrazaba a ellas como koala, pero James…
-Papá soy suficientemente grande para tener niñera, ¿no crees?, que cuide a los niños, yo puedo vérmelas por mí mismo, decía el joven de cabellera hasta el mentón de color castaño.
-James, la señorita Johnson se integra a la familia como niñera, así que no me discutas; Le contesto molesto el rubio, James estaba en plena adolescencia y era complicado tratar con él y tenía una personalidad bastante difícil, no era raro que no le pareciera que tuviera una nana que le pasara reporte a su padre sobre sus movimientos.
-Encantada de conocerlos, aunque a Dilan y André ya tenía el placer, me gustaría que fuéramos amigos James.
-No lo creo señorita, yo siempre tengo muchas actividades; dijo el chico despectivamente.
Candy entendió que sería más complicado ganárselo a él, pero era normal. -Me sentiría mejor que me llamaran Sally por favor, pedía Candy tímidamente.
Mientras Esther servía los platos Archie decidió romper el hielo y sacarle platica a Candy.
-Señorita Sally cuéntenos, ¿Dónde vive su familia? Preguntaba el hombre mientras comía despreocupadamente.
Candy palideció, sabía que algún día tendría que inventarse una historia al respecto, pero ahora no tenía opción, tendría que mentir, con lo que detestaba las mentiras.
Trato de recordar de donde era la documentación que le había entregado George -Soy de Nevada, mis padres murieron hace poco y decidí comenzar de nuevo, la verdad no me gusta hablar mucho al respecto.
El silencio reino en la mesa, ¿padres muertos? ¿hace cuanto que habían muerto? Albert asintió con la cabeza.
-Entiendo, mis padres también murieron hace mucho contesto James sin darse cuenta de que estaba hablando de eso mientras que sus hermanos estaban presentes, era un asunto que Albert le había pedido que manejara de manera confidencial, quería que André y Dilan lo vieran como lo que era, su hermano.
Los que en ese momento estaban sentados en la mesa eran eso, su familia, los únicos que lo habían sostenido cuando su padre murió siendo él joven, su tía quiso hacerse cargo de él pero no compartían los mismos principios, Elroy quería ganar dinero, Albert quería hacerlo también, claro, pero dignificando el empleo, dando salario justos y oportunidades a los que nunca nadie quiso darles alguna, sabía que esas personas eran los que más fieles eran, nunca su plan fue tener hijos, pero a sus 25 años decidió adoptar a James, su mejor amigo de la carrera, Matt había muerto y su joven esposa murió dos meses después, Albert decidió ocultar como fue su muerte, él le prometió a su amigo hacerse cargo de James mientras estaba aún lucido en el hospital. James ya tenía cinco años de edad y desgraciadamente no tenía abuelos o tíos que pudieran hacerse cargo de él y en cuanto se enteró de que Albert lo adoptaría formalmente como su hijo, Elroy enfureció, no era posible que su primogénito fuera el hijo de un don nadie, siendo que Albert tendría sus propios hijos, él no podría quedar como el heredero del imperio Ardlay, termino furiosa con él.
-Papá ¿y mi coche? Preguntaba James sacando de sus pensamientos a Albert.
-Ya lo está revisando el mecánico, pronto nos dará el diagnostico, tío Stear se hará cargo de la factura, decía con una leve sonrisa en los labios. Su tacaño hermano pondría el grito en el cielo.
- ¡Nana tus albóndigas están deliciosas como siempre!, decía un entusiasmado Stear tratando de desviar el tema de su fallido intento de hacer más veloz el nuevo vehículo de su sobrino. La sonriente y orgullosa nana asintió con la cabeza, giro y desapareció por la puerta.
-Señorita Johnson espero que ya este instalada, decía Albert, James y André ya se habían levantado de la mesa.
-Si señor Ardlay, la habitación es magnífica, pero yo pensé que dormiría en el área de las habitaciones de los sirvientes, contestaba Candy mientras le daba de comer al bebe Dilan.
-Señorita Johnson debe entender que usted será un integrante más de la familia, los niños necesitaran de usted y quiero que duerma cerca de ellos, muchas noches yo tengo que viajar y le agradecería que este al pendiente, André muchas ocasiones tiene pesadillas y bueno Dilan es apenas un bebe de un año, usted mejor que yo, sabe todas las necesidades de un niño de esa edad. James usted ya se ha dado cuenta que es un adolescente lleno de hormonas así que quiero que este cerca de todos nosotros, decía Albert mientras limpiaba la boca de Dilan y Candy escuchaba atentamente.
-Le agradezco su confianza señor Ardlay, espero no defraudarlo.
-Eso es lo que espero señorita, eso espero yo también, son mis hijos, lo más valioso que tengo aparte de mis dos hermanos.
-Señorita Sally, ¿está usted comprometida o tiene novio? preguntaba Archie haciendo que Candy se sonrojara inmediatamente.
-Oh no señor Archivald, claro que no tengo nada parecido.
-Me alegra mucho, decía mientras galantemente besaba la mano de la rubia, este era un verdadero "don juan" pensaba Candy para sus adentros.
-Archie compórtate… le decía Albert, ya le conocía bien su faceta de "a todas conquisto" y claro que era verdad, pero no quería que la nueva nana cayera en sus encantos, de verdad le agradaba, le gustaba su presencia, aunque extrañamente con las anteriores nanas no había pasado así, ni una era tan atractiva como Candy.
-Bien me retiro, vere a André en su habitación, creo que tenemos tarea pendiente. Trataba Candy de no darle importancia a las atenciones de Archie, la hacía sonrojarse el osado muchacho, tomaba a Dilan en los brazos y salía del comedor.
Albert no pudo dejar de detallar el caminar de Candy, usaba lo más sencillo, unos jeans ajustados de mezclilla que hacía que se le marcara muy bien sus redondeadas caderas y una blusa suelta, una breve cintura el cabello castaño le caía en cascada con unos rizos que te llevaban a querer acariciarlos hasta perderte en ellos, no lo había notado hasta en ese momento, era muy atractiva, tal vez demasiado para su propia salud mental.
Continuara…
Hola chicas les dejo un poco de la historia de James, ojala les haya gustado tanto como a mi escribirlo, les mando un gran abrazo y ojala que gocen de buena salud, un gran abrazo!
