Los personajes de CCS pertenecen a CLAMP, pero los otros personajillos que aparecen son creados por mí al igual que la historia.
Summary:
Como cuando tus amigas te convencen de salir: la pasas bien, tienes una resaca de los mil demonios y sumémosle a eso, una cita con un chico, al que al parecer, ni recuerdas.
CHECK LIST
VII
Trago pesado cuando nuestra cercanía aumenta por segunda vez en este día. Y al parecer mi check list avanzará en otro punto más.
Sus ojos de un lindo café casi ámbar sostienen mi mirada y el jalón en mi estómago me hace confirmar que esto lo deseo demasiado.
Sí, él va a besarme.
Shaoran va a besarme ahora y si no lo hace lo haré yo.
Cierro mis ojos y a los segundos una ola de calor me invade, su mano apresando mi cintura apegándome a su cuerpo es como fuego en mi piel. Y su respiración mezclándose con la mía me parece de lo más adictivo.
—¿Shaoran? —su nombre retumba en mis oídos y automáticamente abro mis ojos—. ¿Shaoran?
Alejo mi rostro unos centímetros del suyo y llevo mi vista hacia el frente. Una chica de cabellos claros y ojos de un lindo café claro me observa, no logro interpretar su expresión, si pudiera resumirlo en una palabra seria poker face, okey, son dos palabras.
Suspiro, esto es raro y claramente ella sigue esperando a que Shaoran responda. Lo observo y parece estar en un estado de shock, sin embargo, su mano sigue en mi cintura.
—Creo que te llaman, es una chica.
Lo veo asentir lentamente y por su cara noto cierta incomodidad.
No me agrada verlo así, esa seguridad que tiene se ha ido por un tubo y ahora tengo a un chico algo abrumado y al que urgentemente necesito ayudar.
—Creo que no se irá hasta que te voltees, hazme alguna señal si tenemos que arrancar o algo así —le susurro con la máxima seriedad posible, él parece reaccionar y noto que se relaja un poco—. Se ve inofensiva, pero ya sabes, las apariencias engañan, ¿no?
Ríe, su carcajada suena fuerte y me uno, sonriendo ampliamente, al menos Shaoran parece estar volviendo algo en sí, aunque su rostro denota preocupación.
Ella puede ser su amiga o…
—Por la palidez de tu rostro hay dos alternativas, ¿es tu ex... o tu novia?
Y lo solté, y su respuesta me pone más nerviosa.
No sé cuál habrá sido mi expresión, pero el rápidamente me aclara lo que su movimiento de cabeza quiso expresar.
—Ex… prometida.
¿Qué?
¿Se iba a casar?
Oh, Dios, esto no lo vi venir.
La imagen de Shaoran de novio invade mis pensamientos, estoy segura que este hombre se vería extremadamente bien en un smoking negro, con esa parada seria y su lindo cabello perfectamente desordenado.
Sexy y comestible.
Me alejo rápidamente de él e intento sacar esa imagen que me gusta, claramente, pero que hace que mi mente se llene de pensamientos bastante pecaminosos y que no vienen al caso. Centro a duras penas mi atención en la pareja de ancianos que sigue cerca, me preguntan si tocamos en fiestas y yo solo atino a reír y negar.
De reojo miro a Shaoran que habla con su ex prometida, y la verdad, no debería importarme esto, es decir, nos conocemos hace horas, cada uno tiene su pasado y ni idea si mañana u otro día volveremos a vernos, ¿no?
Pero si hay algo que me caracteriza es ser algo curiosa.
¿Algo?
Okey, muy curiosa.
—No entiendo cómo no tocan en fiestas, hacen un buen trabajo y el muchacho canta hermoso —mantengo mi sonrisa en la amable señora—, ¿Verdad que sí, cariño?
Su esposo asiente enérgicamente.
—Él es un poco reservado con su música. —atino a comentar para zanjar el tema.
—Si cambian de opinión, me avisa, muchacha —recibo una tarjeta que me acerca el caballero muy sonrientemente.
La leo con detenimiento, la tarjeta es de una florería y aparece su número de contacto.
—Lo tendré presente, muchas gracias por su amabilidad —me causa tanta gracia que esto esté sucediendo.
—Nos despide del muchacho, jovencita.
Vaya, aún jovencita, esto es elogio directo a mi ego de 31 años.
Guardo la tarjeta en un bolsillo de mi jeans y me alejo buscando con urgencia algo de sombra: el calor es insoportable.
Estoy casi segura que debo haberme quemado el rostro. Lo siento arder y más ahora que noto que la ex novia de Shaoran me observa y él se voltea para hacer lo mismo.
Dios, quiero hundirme en esta banca.
¡Hey, dejen de mirarme!
Saco mi celular y pego mi atención en este aparato que me hace perder varias horas al día mirando adictivas redes sociales.
Y ahí, de nuevo, mi curiosidad hace aparición sin ser llamada.
¿Por qué su relación no funcionó?
¿Shaoran planeaba casarse?
No me imaginaba que él era de ese bando, su imagen tan independiente, de vivir el día a día no me encajaba en un Shaoran algo más tradicional.
¿Debería preguntarle de esto?
¿Seré muy entrometida si indago en este tema?
—¿Qué cosa tan interesante miras en ese aparato?
Giro mi rostro, Shaoran está sentado a mi lado junto a su guitarra. Me observa con su ceño algo fruncido. Noto una capa de sudor en su frente y sus mejillas coloradas probablemente por el sol.
Joder.
Paso saliva, al parecer con cada hora que pasa más atractivo lo encuentro.
—Estaba revisando mi correo —quiero rodar mis ojos por mi tan inteligente respuesta.
Un atisbo de sonrisa aparece en su rostro.
—¿Cosas de la escuela? —alzo mi ceja, no recordaba haberle hablado de mi profesión—. Anoche me contaste que eres profesora y que trabajas en una escuela con pequeños.
Asiento lentamente, a ratos odio haber bebido tanto.
—Sí, cosas de la escuela —miento. Él parece quedar conforme con mi respuesta y yo con un mar de dudas que debo aclarar—. Shaoran, consulta, ¿qué cosas te conté de mi anoche? Siento que estoy en una gran desventaja contigo, teniendo en cuenta que recuerdo muy pocos detalles.
—¿Lo dices por lo que acaba de ocurrir?
Mierda, yo no quería entrometerme ahí, pero si él lo trae a colación.
—O sea… —nervios, mi sangre bombeando a mil por hora, especialmente en mi rostro.
—Anoche me contaste un poco de tu vida, además, de la información que escribí en tu perfil de Tinder, me comentaste que adoras ser profesora, que tienes un hermano mayor que es un pesado con mayúsculas—rio al escuchar esto, claramente un borracho no miente. Shaoran me sonríe—. Que admiras mucho a tu padre, que sientes orgullo de lo lejos que ha llegado y del amor que hasta el día de hoy le profesa a tu madre, que falleció cuando eras pequeña, lo siento nuevamente por eso…
Le sonrió, definitivamente fui un libro abierto anoche.
—Gracias.
—Y… que llevas hartos meses sin sexo.
Casi me atoro con mi saliva al escuchar lo último. Comienzo a carraspear fuerte mientras la temperatura de mi rostro debe haber alcanzado los 100 grados Celsius o más.
Mátenme, por favor.
—Lo último fue una broma, ¿estás bien? —me pregunta después de gozar con mi casi ahogo.
Te odio un poco, Shaoran.
Si supieras que es verdad.
—Por tu reacción podría apostar que hay algo de cierto en mis palabras —me comenta alzando una ceja y con una sonrisa ladina malditamente seductora.
Quiero fulminarlo con mi mirada y a la vez decirle que no tendría problema en solucionar ese punto con algún voluntario, ojalá uno que tuviera ojos ámbar y con un nombre que empiece con S y que termine con N.
Oh, sí, así, bien específica.
—Y si lo fuera, ¿qué? —le comento sonando lo más segura posible y me arrepiento un poco porque Shaoran ya me está sonriendo descaradamente, como si escuchara mis pensamientos no aptos para menores de edad—. Y ya basta de mí, casi muero por tu tan "hermoso" sentido del humor así que creo que es justo saber más de ti.
—¿Qué quieres saber, Sakura Kinomoto?
Que me llame por mi nombre completo me pone algo nerviosa, sumado a su mirada tan seria y que nuestra cercanía en la banca por alguna razón aumentó.
—Lo sabes muy bien, Shaoran… ¿cuál es tu apellido?
—Li.
—Lo sabes muy bien, Shaoran Li —repito siguiendo nuestro ridículo juego de palabras.
Ambos sonreímos, él parece sopesar sus palabras, dejo que se tome su tiempo hasta que luego de unos segundos su boca se abre.
—Nos íbamos a casar hace casi un año y medio —me suelta al fin, asiento a sus palabras.
Un silencio vuelve a ceñirse entre nosotros y quiero rodar mis ojos.
—¿Y eso es todo? Si piensas que con esa información es suficiente para quedar a mano después de lo que te conté anoche y de tus bromas, estas muy equivocado, y sí, puedo sonar entrometida —me rasco mi frente al darme cuenta que sí estoy siendo entrometida—. Okey, sí, está bien, no puedo ser tan curiosa con algo que es muy personal y además, nos conocemos hace menos de un día.
—La relación terminó o mejor dicho ella la terminó a semanas de nuestro matrimonio —continua haciendo caso omiso a mis palabras—. Fue algo un poco complejo, yo estaba dispuesto a tener una vida con ella, ya sabes, un hogar junto a Creme y Bruleé, quizás aumentar la familia, una vida en pareja.
¿Qué alguien me explique cómo esa chica lo dejó?
—¿Y hoy cómo estás con esto? —le preguntó, él parece tomarse unos segundos para responder.
—Tranquilo, es solo que me pilló volando bajo su aparición, no la veía desde que terminamos, fue caótico, imagina tener que suspender todo, casi toda mi familia vive en China..
—¿China?
—Sí, pensé que te lo había comentado anoche —ruedo los ojos—. Okey, verdad, el tequila.
—No más tequila en mi vida.
—Estoy seguro que antes de un año volverás a caer en un shot de tequila, pero continuando, suspender todo fue caótico, pero obviamente lo más difícil fue asumir que a quien amaba y quería a mi lado ya no estaba en la misma sintonía, eso sí dolió mucho.
Asiento a sus palabras y casi de forma automática llevo mi mano a su brazo y le doy un pequeño apretón, de verdad debe haberlo pasado muy mal.
Siendo sincera, a mis 31 años de vida creo haberme enamorado una vez, mi última relación seria acabó hace un año y duró 2, pero la verdad jamás me visualicé con él más allá de lo que teníamos y que no pudo progresar después de intentar vivir juntos.
Duramos 6 meses viviendo juntos.
Oh, no.
Y como si fuese una revelación la idea de que nunca me he enamorado de verdad me llega dejándome algo confundida.
—Y ahora está nuevamente comprometida —le escucho agregar y estoy segura que debo tener una arruga bien marcada en mi ceño.
¿Escuché bien? ¿Es una broma?
—No es una broma —me aclara esbozando una sonrisa. Segunda vez que sospecho que Shaoran tiene un poder para leerme demasiado bien—. Me dijo que me lo iba a contar, que de hecho planeaba llamarme porque sentía que me lo debía… se va a casar con uno de sus mejores amigos, al cual obviamente conocí porque era parte de su círculo.
—Mierda, mucha información, ¿seguro estás bien? Es para preguntarse muchas cosas, ¿no?
—Si me pongo a pensar es esas cosas sería añadir un nuevo estrés a mi vida y eso es algo que no me interesa hacer, con la cafetería tengo más que suficiente. Además, el aquí y ahora, no necesito enfrascarme en mi pasado. Ella me comentó que nunca pasó algo entre ellos en nuestros tres años de relación y la verdad, nunca vi nada extraño, así que ¿para qué martirizarme?
¿Sorprendida?
Esto es poco, necesito cambiar el tema, Shaoran dice que no importa, pero su expresión es otra, veo cierta nostalgia en su mirada como si un torbellino hubiera venido a azotar su presente y eso no me gusta.
—¿Sabes quién quiere cumplir el punto 3 de su lista? —pregunto poniéndome de pie, quedando frente a él.
Aunque quisiera el 1 o el 4, o ambos en un 2x1, dios, pero no es el momento.
¡Contrólate, Sakura!
—¿El tatuaje? —me pregunta con una sonrisa bailando en sus labios.
Oh, sí, hasta que al fin lo haría y ver su emoción me resultó de lo más esperanzador.
—Conozco a alguien que puede ayudarnos.
—¿Atiende en su departamento?
Pregunto al ver el alto edifico frente a nosotros, no tuvimos que caminar mucho, casualmente solo estaba a unas 5 cuadras del parque en donde estábamos hace un rato.
—No, pero me debe una, así que…
Frunzo mi ceño.
—¿No es de mala educación visitar a alguien sin anunciarse?
—Le mandaré un mensaje ahora, vamos.
Entramos al edificio, extrañamente no hay ningún conserje así que simplemente sigo a Shaoran quien está tecleando en su celular, me imagino que a su "amigo" que por lógica debería ser tatuador.
Marca el piso 8 y mantiene su atención fija en su teléfono.
Observo mi reflejo en uno de los espejos del ascensor, siempre he creído que las luces de los ascensor son horrendas y hacen que veas un montón de "defectos" que probablemente no los notarías si no fuera por esta pésima iluminación, igual a la de los probadores de ropa.
Suelto mi pelo e intento peinarlo con mis dedos, mi piel se ve algo colorada así que claramente el sol que nos golpeó mientras cumplía el punto 2 de mi check list hizo efecto.
Humedezco mis labios algo resecos y mientras los hago siento la mirada de Shaoran: el reflejo de sus ojos en el espejo me lo confirma.
Mierda.
¿Aún no llegamos al piso 8?
Calor y más calor.
Lo peor es que no puedo evitar sostenerle la mirada en este juego extraño y ¿excitante? Sí, eso mismo, demasiado excitante. Este chico quiere matarme, apenas estoy respirando y solo nos estamos mirando yo atenta a su rostro, a sus labios que se entreabren y si no fuera por el sonido del ascensor dando aviso que ya estábamos en el piso 8 no sé qué hubiera pasado aquí dentro.
Salimos del ascensor en un rotundo silencio, pero nuestras miradas estoy segura que dicen mucho. Intento tranquilizar mis nervios para que mi respiración vuelva a su ritmo usual. Shaoran me hace un gesto con su mano apuntando el pasillo hacia la derecha, así que tomo ese rumbo, él siguiéndome un poco más atrás y yo caminando a paso lento intentando seguir como si la escena del ascensor no me hubiera afectado en nada.
Lo peor es que esa jodida tensión aún sigue entre nosotros.
—Sakura, espera —trago pesado. Detengo mi marcha y me volteo casi con el corazón en la mano, me encuentro con su mirada seria atravesándome, lo veo revolver su cabello y desviar por unos segundos su vista de mí—. Gracias.
¿Eh?
—¿Gracias… por?
—Por ser tan jodidamente atenta y buena, hiciste que un momento incómodo fuera mucho más ameno, no sé si fuiste consciente de eso, pero al menos yo sí, así que gracias.
Y creo saber a qué momento se refiere y sonrío al notar que hice bien.
—No hay de qué, Shaoran, hice lo que cualquier otra persona pudo haber hecho.
Niega con su cabeza.
—No cualquier persona.
Bueno, sí, depende, ¿no?
El sonido de una puerta abriéndose interrumpe mis pensamientos.
—Eres un cabrón por venir justo hoy —miro al fondo del pasillo, un chico de cabellos oscuros casi igual de alto que Shaoran nos mira extremadamente sonriente—, ¿Y esa guitarra?
—Larga historia, otro día te la cuento —su amigo al parecer no tiene el nivel de curiosidad que yo ya que no indaga en nada más.
—Vale, ¿qué esperan para entrar? ¿Una invitación formal?
Miro rápidamente a Shaoran quien me guiña un ojo y retomamos nuestro camino, lo veo saludar a su amigo con un movimiento sutil de cabeza y yo solo sonrío nerviosamente porque ni idea quién es y la verdad me siento como una intrusa en su departamento.
—Takashi Yamazaki, pero todos me dicen Yamazaki, el tatuador—me saluda extendiendo su mano y reprimo reír, dios, cuánta formalidad.
—Sakura Kinomoto, pero todos me dicen simplemente Sakura —le comento dándole un ligero apretón de mano. Escucho a Shaoran reír de seguro por esta ridícula conversación.
—Okey, simplemente Sakura, bienvenida a mi humilde morada.
Niego con mi cabeza y me adentro en su departamento, es pequeño pero no por ello menos acogedor. Veo a Shaoran dejar su guitarra en un rincón y luego abrir el refrigerador que está junto a un mueble, saca dos cervezas y una jarra con agua.
Yamazaki me indica su sofá, así que sin emitir palabra alguna tomo asiento y me dedico a prestar atención a su conversación.
—Te fuiste temprano anoche —comenta Yamazaki.
—Si temprano para ti son las 3 am —Shaoran le entrega una lata de cerveza a su amigo y se voltea buscando al parecer un vaso, sí eso, vaso que ahora está llenando de agua.
—Nos quedamos hasta las 5 y después nos fuimos a seguir la celebración a casa del cumpleañero.
—Que al parecer no ha dado señales de vida.
—Definitivamente ya no estamos para este tipo de celebraciones, hace dos horas reaccioné, creo que él no mezclar bebidas alcohólicas fue la mejor decisión que pude haber hecho, o sino, estaría igual que Hiro.
Shaoran me mira de reojo como diciendo "Anota esto, Sakura".
Ya lo tengo más que anotado, Shaoran.
Irónicamente ambos empiezan a beber su cerveza, como si una noche de juerga fuera pan comido, claramente tienen más tolerancia al alcohol que yo.
Shaoran se voltea y veo que se acerca a paso lento, me entrega el vaso con agua y articulo un "Gracias".
—Así que vienes por un tatuaje —asiento algo nerviosa mientras bebo mi agua. Yamazaki el tatuador niega con la cabeza—. Mala idea, créeme que no tendrás suficiente con uno, son adictivos.
Sus brazos llenos de tatuajes me lo confirman.
—Pregúntale a Shaoran —frunzo mi ceño y a la vez mis mejillas arden un poco.
—Exageras, solo tengo dos.
Y claramente no a la vista.
¿Curiosa?
Mi mente pervertida lo observa intentando pensar en qué parte de su cuerpo estarán esos dos dichosos tatuajes.
¿En su espalda o en su pecho?
¿O en ambos?
Su ceja alzada me confirma que quizás estoy siendo demasiado observadora.
Ruedo los ojos intentando que mi escena de casi comerlo con la vista pase a segundo plano.
—Lamentablemente por lo que me dijo Shaoran bebiste anoche y bastante —me comenta Yamazaki tras beber un largo sorbo de cerveza.
—Sí, ¿eso es un problema?
Asiente lentamente.
—Por precaución no debería, puede afectar la cicatrización y el trabajo no va a quedar bueno y no soy de los que corren riesgos, mi trabajo es mi reputación.
Y hasta aquí llegó el punto 3, lo entiendo perfectamente y bueno, al menos lo tendré en consideración para cuando me atreva a hacerlo.
—Pero, puedo intentar algo —esas palabras llaman mi atención y cierta esperanza vuelve en mí porque la verdad ya me había animado bastante con la idea—. Puedo usar henna, así tienes una idea de cómo quedará si en un futuro quieres hacerte uno de verdad. Shaoran me dijo que esto era muy importante para ti… así que tú dirás.
Desvió mi mirada a Shaoran quien se lleva la cerveza a su boca y estoy casi segura que su rostro estaba más colorado de lo que ya lo tiene por el maldito sol.
Sonrío.
—Acepto la idea… ¿tú estás en condiciones para "tatuar"? Lo digo porque bebiste.
—Estás hablando con Yamazaki el tatuador, obviamente estoy en condiciones, solo fueron un par de cervezas.
Y bueno, al menos es un tatuaje en henna, nada permanente.
Asiento a sus palabras y nos ponemos en marcha.
Demoré cerca de media hora en escoger un diseño para mi tatuaje temporal, según Yamazaki no demoré tanto, no coincido mucho en este punto, pero al fin de cuentas él se maneja en el rubro y si él lo dice es porque así debe ser, ¿no?
—Flores de cerezo —me comenta Shaoran mientras me acerco a la mesa del comedor y tomo asiento. Estamos esperado a Yamazaki quien fue a buscar los implementos a su habitación.
—Sí, lo sé, quizás es muy redundante, ya sabes por mi nombre, pero era una de las favoritas de mi madre.
—No le quites importancia entonces —me comenta con su seriedad tan característica y yo solo quiero abrazarlo y apretarlo para asegurarme que este chico tan considerado es real.
—¡Sakura, sácate la blusa por mientras, la zona debe estar totalmente libre! —escucho exclamar a Yamazaki desde su habitación.
Como traigo una camiseta debajo no me es problema hacer caso de inmediato a su indicación. Sin embargo, en el momento en que comienzo a jalar mi blusa hacia atrás y sacarla, unas manos rozan mis hombros y esto se traduce en que deje de respirar por unos segundos.
Oh, no.
Shaoran está tan cerca y yo solo me dejo llevar manteniendo mi mirada fija al frente, él me saca con una lentitud casi tortuosa mi blusa dejándola con cuidado en el respaldo de mi silla. Suspiro cuando percibo que se aleja, sin embargo, a los segundos el calor vuelve a invadirme.
—En mi espalda y torso —me susurra en mi oído derecho y creo que estoy a punto de que me dé un infarto.
¡Santa mierda!
¡Mátenme!
Su susurro fue tan rápido, pero aún me parece sentir su respiración haciéndome cosquillas y quemando.
Abrasándome.
—¿Lista? —me pregunta Yamazaki quien viene con una caja llena de materiales.
Asiento con mi cabeza rápidamente, no puedo ni siquiera articular algo.
Observo a Shaoran caminar a paso lento, rodeando la mesa hasta ubicarse al otro extremo, quedando frente mío, con una tranquilidad que le envidio, ojalá yo pudiera estar así.
—Pediré algo para almorzar, son cerca de las cuatro, ¿hamburguesas? ¿una Big Mac?
Yamazaki asiente y yo hago lo mismo, mi cerebro aún sigue frito por su culpa y él preocupado de pedir comida.
¡Maldito seas, Shaoran Li!
—Hamburguesas entonces —comenta.
Siento mi celular vibrar, mientras espero que Yamazaki organice los materiales que usará, aprovecho de ponerme al día e intentar no llevar mi mirada a un chico que hace un momento casi me "mata".
Veo el grupo de mis amigas comentando de la horrible resaca que tienen, mando un sticker de un gatito bebé durmiendo y me rio al ver una foto de mis amigas tomando tequila directamente de la botella.
En el momento que estoy saliendo de la aplicación me llega una notificación de un mensaje: mensaje de Shaoran.
Alzo mi vista casi por inercia y él parece estar muy concentrado en su celular.
Shaoran: ¿Cuál será el siguiente punto a cumplir?
Trago pesado, mi frecuencia cardiaca en aumento mientras pienso qué responder, teniendo en cuenta que 2 de los 3 puntos que quedan implican bastante contacto.
Me tomo todo el tiempo necesario antes de responder.
Definitivamente a Shaoran le gusta jugar y ponerme nerviosa, pero yo le dije que puedo ser peor y si mi frecuencia cardiaca está al límite, creo que puedo hacer lo mismo con él.
¿Es justo, no?
Que estemos en iguales condiciones.
Yo: No sé, dime tú.
Shaoran: Creo que ya tienes una idea de cuál me llama la atención.
Le sonrío apenas cruzamos miradas por unos segundos y comienzo a esperar pacientemente que le den ganas de llevar su cerveza a la boca antes de responder.
Vamos, hazlo, Shaoran.
No fue necesario esperar mucho.
Tecleo rápidamente.
Yo: Tú y yo. Balcón de tu amigo. 5pm. Traje protección.
Uno, dos, tres segundos.
Cerveza saliendo por su boca y seguido de una estruendosa tos.
Y al fin suelto la carcajada que llevaba reprimiendo desde que estaba escribiendo este mensaje.
—Shaoran, ¿estás bien? —le pregunta con preocupación su amigo mientras le da unos golpes en su espalda.
—Solo tienes que toser fuerte, Shaoran —aconsejo sonriente.
Se levanta y camina a la cocina en búsqueda de papel absorbente, en ningún momento me mira, siento que esta batalla la gané, si él disfruta poniéndome nerviosa, yo igual y el doble.
—Yamazaki —le habla a su amigo mientras limpia el desastre que quedó en la mesa—-¿A qué hora me dijiste que tienes que salir?
Y por alguna razón esta pregunta comienza a inquietarme.
—A eso de las 5, ¿por? —mierda.
—¿No te molesta que nos quedemos un rato? Tenemos que hacer hora.
—Mi casa es tu casa, cabrón.
Oh, no, no, no.
Su mirada y su sonrisa ladina me encuentran y creo estoy a punto de tener un derrame.
Mierda, mierda, mierda.
¿En qué me metí?
Notas de Caris:
¡Hola, hola! ¿cómo están? Actualización rápida y si no lo hacia hoy tendrían que esperar al menos un semana más.
Capítulo 7!
Y vaya que disfruté escribirlo e imaginando todo :D me pasé como en 1000 palabras de lo que tenía planificado, pero bueno, espero les guste *-*
Sakura casi "muriendo" todo el capítulo jajaja
Esta versión de nuestros protagonistas adultos me agrada escribirla, Shaoran es directo, pero igual tiene su lado reservado, aunque Sakura rápidamente se ha ido ganando su confianza.
Creo que hubo drama, momentos de reflexión y luego, fuego y más fuego jajaja
Espero les guste y por fiss, por fiss, anímense a dejar un comentario, es la forma que tengo de saber qué les parece esta locura y si están interesadas/dos en saber más.
Dejo abierta la ventana a ideas, teorías, lo que sea, sobre lo que vendrá en el siguiente cap, con punto de vista de Shaoran ;)
Un abrazo grande y gracias por leer y darse el tiempo de comentar.
